La Neumología como especialidad tiene siglos de haber nacido,¹ a principios del siglo XX se enfocó en combatir la epidemia de tuberculosis pulmonar (TBP), lo cual llevó a la construcción de hospitales dedicados a este fin, donde la Tisiología llegó a ser confundida como el tronco de esta especialidad; para llevar un mejor control de la TBP se decidió eliminar los centros médicos formados para este fin y se convirtieron en hospitales generales, lo cual hizo que la comunidad definiera a la Neumología como «la especialidad que va a desaparecer» siendo el único que sobrevivió a su origen en nuestro país el actual Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Ismael Cosío Villegas, antes Sanatorio para Tuberculosos de Huipulco.²

Personalmente, cuando decidí estudiar como tercera especialidad esta área del saber, me enfrenté a la opinión de colegas que trataban de desmotivar mi decisión por el poco futuro que albergaban a la misma hace dos décadas y, con el riesgo de que iba a desaparecer, yo contrargumentaba que una especialidad sería vigente mientras que los pacientes de la misma persistieran y yo contestaba «cada vez hay más neumópatas».

En la actualidad, la TBP no representa más del 5% de los ingresos del Instituto, enfermedades como cáncer de pulmón, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), trastornos del dormir, asma, neumonías, influenza, enfermedades pleurales, neumopatías del paciente con VIH, afecciones de pared torácica, cirugía de tórax, afección del aparato de vía área superior (otorrinolaringología), enfermedades alérgicas e inmunidad y padecimientos pediátricos (neumopediatría), han extendido el catálogo de atención a los pacientes.

Todo esto ha llevado a que la Neumología sea una especialidad de mayor relevancia en la atención de enfermos agudos y crónicos.

Las enfermedades del aparato pulmonar son la primera causa de muerte en el mundo,³ aunque esto no se haya puntualizado en muchos líderes sanitarios.

La aparición del COVID-19⁴ ocasiona que nuestra especialidad se haya tornado atractiva, buscada, reconocida y admirada, siendo esto un acto de justicia y de necesidad colectiva ante esta nueva pandemia.

De la mano con médicos de diferentes especialidades (Medicina Interna, Infectología, Urgenciólogos e Intensivistas), se ha podido, junto con el personal de salud, afrontar esta emergencia respiratoria.

La Neumología tuvo un resurgimiento en este siglo por la otra pandemia de influenza A H1N1 en el 2009, pero la presentación de esta nueva afección global nos obliga a expandir nuestro horizonte a la medicina crítica como lo es en Norteamérica (Estados Unidos y Canadá),⁵ la especialidad dual es uno de nuestros pendientes académicos.⁶

Esta rama médica tiene un impulso mediático y social sin precedentes en los últimos meses, es nuestra obligación que la misma perdure con nuestro trabajo y la preparación necesaria para el beneficio de los pacientes.

Vita Longa Respirare