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Revista de la Facultad de Medicina (México)

versión On-line ISSN 2448-4865versión impresa ISSN 0026-1742

Rev. Fac. Med. (Méx.) vol.65 no.2 Ciudad de México mar./abr. 2022  Epub 30-Abr-2022

https://doi.org/10.22201/fm.24484865e.2022.65.2.08 

Educación médica

La División de Estudios de Posgrado ante el COVID-19: una mirada retrospectiva al 2020

The Postgraduate Studies Division in the Face of COVID-19: A Look Back at 2020

Liz Hamui Suttona  * 
http://orcid.org/0000-0002-3190-4470

Carlos Garrido Solanoa 

Rogelio Chavolla Magañaa 

a División de Estudios de Posgrado. Facultad de Medicina. UNAM. Ciudad de México, México.


Resumen

El ensayo presenta una revisión de la coyuntura pandémica en la División de Estudios de Posgrado (DEP) de la Facultad de Medicina de la UNAM durante 2020. La intención es reflexionar en torno a la capacidad de respuesta institucional ante la contingencia, reconstruyendo las acciones y los hechos que muestran ritmos y orientaciones en tres momentos. En la primera etapa, la preocupación y los esfuerzos estuvieron encaminados a proteger a los residentes ante la inminencia del riesgo de contagio y muerte. La DEP intensificó las relaciones con las instituciones de salud y se llevaron a cabo campañas con el fin de darles las herramientas necesarias para su protección. El segundo tiempo fue de recomposición para retomar las actividades educativas y poner atención a los procesos formativos en cada especialidad. Finalmente, en el tercer período, el de la nueva normalidad, se asumieron los procesos educativos mediados por tecnologías de la comunicación y la información, aunque la práctica clínica siguió en modalidad presencial. A medida que los hospitales han vuelto a las dinámicas previas a la irrupción del COVID-19, las actividades educativas también han tendido a restablecerse. La contingencia por el COVID-19 actuó como un acelerador del cambio y la DEP no fue indiferente a ese proceso, las características de la institucionalización académica se transformaron promoviendo acciones educativas.

Palabras clave: Residentes; especialidades médicas; COVID-19; educación de posgrado comités académicos

Abstract

The essay presents a review of the pandemic situation in the Division of Postgraduate Studies (DEP) at the Faculty of Medicine of UNAM during 2020. The intention is to reflect on the institutional response capacity, reconstructing the actions and events that show rhythms and orientations in three moments. In the first stage, concerns and efforts were aimed at protecting residents from the imminence of the risk of contagion and death. The DEP intensified relations with health institutions, and campaigns were carried out to give them the necessary tools for their protection. The second tram was for recomposition to reasume educational activities and pay attention to the training processes at each specialty. Finally, in the third period, that of the new normality, educational processes mediated by communication and information technologies were assumed, although clinical practice continued in face-to-face mode. As hospitals have returned to their pre-COVID dynamics, educational activities have also tended to re-establish. The COVID-19 contingency acted as an accelerator of change and the DEP was not indifferent to that process. Despite the mistakes and errors, some of the characteristics of academic institutionalization were transformed, promoting educational shifts.

Keywords: Residents; medical specialities; COVID-19; postgraduate education; academic boards

INTRODUCCIÓN

Los años 2020 y 2021 pasarán a la historia como una coyuntura de inflexión que marcó un antes y un después. En la educación y la formación médica de posgrado en particular, la pandemia representó la reconfiguración del quehacer académico administrativo con múltiples respuestas como: la continuidad de las actividades, la reconversión e innovación de las modalidades educativas o la cancelación de programas y proyectos inviables en la nueva realidad. Este escrito aborda la capacidad de adaptación de la División de Estudios de Posgrado (DEP) de la Facultad de Medicina de la UNAM, en la crisis sanitaria global y local por medio del análisis de las acciones y los hechos que tuvieron lugar en este tiempo complejo.

Se pueden distinguir tres etapas de la pandemia de marzo de 2020 a marzo de 2021: 1) la irrupción del coronavirus y su impacto biológico y social en las poblaciones de México y el mundo; 2) la respuesta para atender los efectos del problema y dar continuidad a los proyectos personales y colectivos; y 3) la “nueva normalidad” y sus modalidades de interacción, en este caso sobre la educación de posgrado en el ámbito de la salud, específicamente en las especializaciones médicas.

LA IRRUPCIÓN DE LA PANDEMIA Y LA DEP (MARZO, ABRIL, MAYO Y JUNIO 2020)

Para mediados de marzo de 2020, el paso de la educación presencial a la virtual era un hecho irreversible ante la contingencia y el distanciamiento social por la aparición del virus en México. Este momento coincidió con el inicio de las residencias médicas en la mayoría de las sedes y especialidades. Al comienzo, pocos podían vislumbrar la magnitud de la pandemia y sus efectos, de ahí que en un primer momento, en los hospitales de segundo y tercer nivel el reto estaba en hacer frente al aumento de los casos COVID y diseñar rutas desde urgencias hasta la terapia intensiva, pasando por los pisos de medicina interna, entre otros. La necesidad de protección del personal de atención a la salud ante el riesgo de contagio se volvió prioritaria. La preocupación central de la DEP en esta etapa fue mantener la integridad y la salud de los residentes, muchos de los cuales fueron reubicados en sus hospitales en la primera línea de atención a los pacientes con COVID-19. En ese contexto surgió la campaña “Dona un kit, protege a un residente” que buscaba salvaguardar a los residentes con equipos personales de protección para disminuir el riesgo de contraer el virus. Cabe mencionar el papel relevante que desempeñaron los residentes en esta etapa, pues por su edad y capacidades fueron quienes respondieron en primera instancia ante la crisis. Muchos médicos adultos maduros o con comorbilidades dejaron los nosocomios y fueron los médicos jóvenes quienes hicieron frente a la contingencia.

Con esta campaña apoyada por las autoridades de la Facultad de Medicina y la Rectoría de la UNAM, así como por la Fundación UNAM, la jefatura de la DEP entró en comunicación con las distintas instancias directivas y educativas de las instituciones de salud para coordinar la entrega de los kits con la mayor celeridad posible para cuidar a los residentes. La iniciativa fue bien recibida por la sociedad y la recaudación de fondos fue exitosa. Gracias a los donativos de muchas personas, pero sobre todo al apoyo monetario de la Cámara de Diputados, se reunieron casi 150 millones de pesos para ese fin. La Secretaría Administrativa de la FM se dio a la tarea de comprar los materiales (cubrebocas, gorros, caretas, batas, cubrebotas, etc), armar los kits y distribuirlos según el listado que la comisión de entrega realizaba en combinación con las sedes. En total se entregaron más de 400,000 paquetes de protección a hospitales e instituciones de salud.

Otro proceso institucional relevante en ese período fue el de la participación de las autoridades de la DEP en el proyecto del Centro Banamex y su reconversión para atender pacientes con COVID-19. La DEP participó con opiniones técnicas, así como en cursos de capacitación para personal de salud en el uso del equipo de protección y en las pautas para la atención de los enfermos.

A pesar de la pandemia, en 2020 aumentó la matrícula de las residencias médicas, la FM inscribió 11,865 alumnos (cifra con corte al mes de junio) en alguna de las 78 diferentes especializaciones médicas que acredita la DEP. De ellos, 52.1% (6,181) fueron mujeres y 47.9% (5,684) hombres, lo que confirmaba la tendencia a la feminización de la medicina. Se contabilizaron un total de 662 cursos en 141 sedes hospitalarias avaladas por la FM en el marco del PUEM. En Medicina Familiar, las actividades continuaron en las sedes de primer nivel de atención, aunque muchas de las interacciones educativas se llevaron en modalidad virtual.

Las afectaciones más notorias fueron en los Posgrados de Alta Especialidad, en el ciclo 2020-2021 iniciaron 548 cursos, de los cuales 160 (29%) no fueron impartidos por las condiciones no propicias para su realización. Con la reorganización de los hospitales, el personal de salud orientó sus actividades asistenciales, lo que imposibilitó que los cursos se llevaran a cabo por falta de campos clínicos. De los 1,326 alumnos que sí se inscribieron en 207 programas para un total de 426 cursos en 68 sedes, terminaron su formación 1,137 participantes. Estos últimos participaron en febrero de 2021 en las Jornadas de Investigación de los Cursos de Posgrado de Alta Especialidad en Medicina, en modalidad virtual, donde presentaron sus trabajos. Por otra parte, en los Programas de Maestría y Doctorado en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud, las clases se trasladaron de lo presencial a lo virtual, la transición se facilitó gracias al apoyo tecnológico de la UNAM con plataformas educativas, como Zoom y Moodle, que permitieron darle continuidad a las actividades académicas de los 570 estudiantes inscritos en distintas áreas de conocimiento.

Una de las subdivisiones de la DEP más afectadas fue la de Educación Continua, pues su oferta académica dejó de ser prioritaria para los médicos en situación de pandemia. Esto llevó a la suspensión o reprogramación de cursos presenciales, mixtos o incluso a distancia. Se detectó también una disminución en la capacidad económica del personal de salud, lo que repercutió como una limitante en el pago de cuotas de inscripción.

RESPUESTA DE LA DEP A LOS PROBLEMAS EDUCATIVOS DERIVADOS DE LA PANDEMIA (JULIO, AGOSTO, SEPTIEMBRE, OCTUBRE)

Con el paso de los primeros meses y la consciencia de que el problema de salud pública no terminaría a corto plazo, los residentes y sus profesores se dieron cuenta de que el exceso de actividades hospitalarias y las largas jornadas asistenciales estaban afectando su proceso formativo, aunque de manera diferente en cada especialidad. Por ejemplo, los cirujanos dejaron de operar, los dermatólogos y oftalmólogos depusieron su consulta para apoyar en la atención al COVID, etc. La doble identidad de los residentes, como trabajadores eventuales de las instituciones de salud y como estudiantes de la universidad, entró en conflicto. Algunos residentes se quejaron porque no estaban aprendiendo lo que debían en ese tiempo valioso para su trayectoria formativa; por su parte, los residentes extranjeros que pagan una cuota en la UNAM, protestaron porque estaban siendo expuestos al contagio y ellos no estaban contratados como trabajadores en las instituciones de salud. La respuesta de la DEP fue clara y comprometida, ante la petición del Consejo de Salubridad General (en la segunda Sesión Permanente del 20 de abril de 2020), en que se exhortaba a las instituciones de salud y educativas a que los médicos residentes se sumaran y colaboraran en la atención ante la emergencia. La DEP les hizo saber a los residentes y sus profesores que su postura era la de apoyar la proposición del Consejo y solicitaba la participación comprometida de los médicos en formación ante la emergencia. Con respecto a los residentes extranjeros (de Colombia y Perú) cuyas embajadas abogaban por su seguridad, se les notificó que estaban en su derecho de renunciar. Al final, se quedaron, aunque en el fondo lo que buscaban era no exponerse al COVID.

Uno de los episodios que destacó en esta etapa fue el del cumplimiento del requisito de tesis para la titulación. Por las condiciones atípicas de ese año, la jefatura de la DEP, propuso exentar de la obligación de presentar el trabajo de investigación a los residentes y facilitar su graduación oportuna. Para tomar la decisión se convocó a los Subcomités Académicos de las Especializaciones Médicas y al Consejo Interno Asesor, la discusión fue ardua y los distintos grupos consultados se inclinaban por no modificar el requisito, pues podría sentar precedentes a futuro. Finalmente se llegó a la decisión de aceptar estudios de casos clínicos o de monografías que no necesariamente fueran “publicables” en revistas científicas o indexadas, pero si avaladas por la jefatura de enseñanza de la sede, el tutor y el alumno.

En este segundo período, empezaron a reactivarse de manera más ordenada las actividades académico-administrativas de la DEP, principalmente en línea. Las reuniones por Zoom eran frecuentes y la respuesta del Departamento de Cómputo de la DEP en la adecuación de las plataformas digitales para llevar a cabo cursos de simulación y de educación continua, diplomados, visitas de supervisión de los Subcomités Académicos, y apoyar a las sedes con sus necesidades educativas y administrativas. A pesar de los cambios en los cargos de funcionarios que ocurrieron en el período, el cierre de las oficinas y la ausencia del personal de base sindicalizado, las actividades de la DEP no se detuvieron, se realizaron los exámenes del PUEM de las 78 especializaciones médicas, programas como el Seminario de Educación (SemEdu) en línea, el Seminario de Investigación, la encuesta de Evaluación Docente por opinión de los residentes, entre otros. No obstante, también hay que mencionar que hubo rezagos en el trabajo y retrasos en la gestión administrativa de la graduación oportuna y otros trámites de servicios escolares que afectaron los tiempos programados en el calendario establecido.

LA “NUEVA NORMALIDAD” DE LA DEP (NOVIEMBRE, DICIEMBRE, ENERO, FEBRERO)

Muchos de los procesos académicos y administrativos en la DEP se modificaron, principalmente por la necesidad de desarrollar dispositivos tecnológicos que permitieran la comunicación a la distancia. Por ejemplo, el área de Especializaciones Médicas antes de la pandemia ya había iniciado la evaluación remota de médicos residentes en sus sedes fuera de la Ciudad de México. Al comienzo de la crisis sanitaria global, se observó que esta medida proveía un marco de salud seguro, financieramente eficiente y concordante con las actividades académico-administrativas de la Universidad para continuar con la evaluación del desempeño académico en todas las sedes clínico-académicas, así como con las estrategias epidemiológicas realizadas en las sedes (con las conversiones hospitalarias remotas que se implementaron). Se observaron escenarios de conectividad a internet heterogéneos, no obstante, estos fueron subsanados con el compromiso de las autoridades hospitalarias y la responsabilidad de médicas y médicos residentes de la UNAM. Se programaron los exámenes anuales, ordinarios, así como de competencia académica (ECA) en sus diferentes contextos. Las áreas de oportunidad detectadas estuvieron en el acceso desigual a internet en las sedes hospitalarias y en la falta de tecnología en los espacios destinados a las actividades académicas de los médicos residentes. Otro ejemplo fue el desarrollo de una plataforma digital específica para la supervisión académica de cursos de especialización médica y de visitas virtuales para el otorgamiento de nuevos avales para la apertura de cursos, actividades esenciales para el mejoramiento de la calidad de los mismos.

En este período se le dio continuidad a los proyectos editoriales, la Revista Atención Familiar publicó los cuatro números del año, más un número especial sobre COVID, de la serie “Terapéutica en…” se editaron y publicaron 5 libros (Cirugía General, Reumatología, Medicina Crítica, Gestión y Liderazgo y Psiquiatría), los cuales se sumaban a los 6 logrados en el 2019. Dos títulos (Cardiología y Neumología) quedaron listos para ser publicados los primeros meses del 2021, y 4 más (Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello, Infectología Adultos, Simulación en la Educación Médica y Diabetes y Corazón) se entregaron en versiones terminadas para proceso de edición a McGraw Hill, la casa editorial. Entre las actividades de docencia y de apoyo a la enseñanza se produjeron 18 materiales audiovisuales que formaron parte de la Serie Temas Prioritarios de Salud (https://www.fmposgrado.unam.mx/index.php/temas-prioritarios-de-salud).

Los académicos de la DEP participaron en congresos virtuales como la Feria del Libro de Ciencias de la Salud que organiza cada año la FM; impartieron clases a distancia, tanto teóricas como prácticas, entre ellas los cursos de simulación de la USIP; se realizaron diplomados, conferencias, intercambios virtuales con instituciones educativas en el extranjero; y se le dio continuidad a las Jornadas de Investigación en formato virtual en febrero de 2021.

CONCLUSIONES, PALABRAS FINALES

Al revisar la historia del año 2020 en la DEP, con el fin de reflexionar en torno a la pregunta inicial sobre la capacidad de respuesta institucional ante la situación provocada por la pandemia, se puede decir que las acciones y los hechos muestran ritmos y orientaciones diversos, dependiendo del momento de la coyuntura analizada. En la primera etapa, la preocupación y los esfuerzos estuvieron encaminados a proteger a los residentes ante la inminencia del riesgo de contagio y muerte. La DEP intensificó las relaciones con las instituciones de salud y se llevaron a cabo campañas con el fin de darles las herramientas necesarias para su protección.

El segundo tiempo fue de recomposición para retomar las actividades educativas y poner atención a los procesos formativos propios de cada especialidad. Los residentes se preguntaron acerca de los efectos de la pandemia en sus competencias, en sus conocimientos y habilidades, lo que provocó que sus profesores se ocuparan de encontrar estrategias educativas alternativas para reforzar su proceso formativo. La DEP apoyó con eventos, recursos didácticos y materiales digitales para reforzar las actividades académicas.

Finalmente, en el tercer tiempo, el de la nueva normalidad, aprendimos a relacionarnos de otra manera y a asumir los procesos educativos mediados por tecnologías de la comunicación y la información. La mayoría de las actividades se realizaban a distancia, aunque la práctica clínica tiene un importante componente insustituiblemente presencial. A medida que los hospitales han vuelto a la dinámica previa a la irrupción del COVID, las actividades educativas también han tendido a restablecerse. Aunque mucho de lo alternativo y provisional que se ensayó durante la pandemia, llegó para quedarse. Aún hay muchas lecciones que aprender, a coordinarnos mejor, a tener respuesta innovadoras ante los retos actuales, a aprender el manejo de las tecnologías para potenciar el aprendizaje, entre otras cosas, pero no parece haber vuelta atrás.

No cabe duda que la contingencia del COVID-19 actuó como un acelerador del cambio y la DEP no fue indiferente a ese proceso, a pesar de los desaciertos y los errores, las formas de institucionalización académica se han transformado potenciando, aunque en algunos aspectos también limitando, la acción educativa. Salimos fortalecidos de la tormenta, y hoy contamos con más herramientas para enriquecer la formación de nuestros residentes.

Recibido: 15 de Noviembre de 2021; Aprobado: 20 de Diciembre de 2021

* Autora para correspondencia: Liz Hamui Sutton.Correo electrónico: lizhamui@gmail.com

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