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Revista de la Facultad de Medicina (México)

versión On-line ISSN 2448-4865versión impresa ISSN 0026-1742

Rev. Fac. Med. (Méx.) vol.61 no.3 Ciudad de México may./jun. 2018

 

Arte y Medicina

Las pelucas en la historia y su relación con la medicina

The wigs in history and their relationship with medicine

Teresa I. Fortoul van der Goes


Parecerá frívolo y descabellado, pero la historia nos muestra que el empleo de pelucas no solo era cosa de artistas, especialmente en la época de los años sesenta en la que aparecieron las más extravagantes muestras de este aditamento. Ahora su elaboración y uso se ha extendido con otras connotaciones más allá de las razones puramente estéticas.

El cabello, como todas las partes del cuerpo humano, refleja el estado físico de su portador. Su condición o ausencia ha significado muchas cosas en las diferentes épocas de la historia. Y el falso cabello ha venido a satisfacer diferentes necesidades estéticas, físicas, y deberíamos incluir las sociales.

Las pelucas han existido desde que la humanidad encontró la manera de hacerlas y usarlas. Ya los egipcios las empleaban con fines estéticos -realmente siempre esa ha sido su función-. Rasuraban sus cabezas y para protegerlas de las condiciones climáticas de su lugar de residencia, crearon las pelucas. Otras culturas también hicieron uso de esta herramienta cosmética y así, tanto asirios, fenicios, judíos, griegos y romanos, las emplearon. Después de la caída del Imperio Romano, las pelucas dejaron de portarse.

En el Siglo XVI, la epidemia de sífilis fue una de las peores de las que existan reportes históricos, después de la Muerte Negra. Los hospitales londinenses estaban saturados de pacientes con las complicaciones tardías de la sífilis. No había antibióticos aún, y se incrementó la presencia de pacientes con ulceraciones, ceguera, demencia y pérdida del cabello. Como se puede imaginar, la calvicie era un fenómeno frecuente entre la población y el estar calvo no era algo bien visto. Como resultado, resurgió la moda de las pelucas. Estas se hacían de pelo de caballo, de cabra o de cabello de otros humanos. A estas perucas, así se les conocía en esa época, las polveaban con materiales que tenían esencias de lavanda o de naranja para disimular el olor nauseabundo proveniente de las llagas, resultado de la enfermedad. Así, las pelucas eran una manera de ocultar el estigma que significaba la calvicie en esa época.

En 1655, Luis XIV Rey de Francia, con sólo 17 años, empezó a perder el cabello. Preocupado por su reputación y siendo un verdadero influencer de su tiempo, impuso algunas de sus costumbres en el vestir, como enormes pelucas de pelo natural para las que contrató a más de 40 fabricantes de pelucas para que le ayudaran a salvar su reputación. Pocos años después, su primo Carlos II de Inglaterra, copió al Rey de Francia; se sabía que, por supuesto, ambos padecían sífilis.

Aunque son muchas las causas que pueden producir la calvicie: dietas carentes de nutrientes esenciales, problemas tiroideos, tintes y permanentes, mala higiene, exceso de grasa, etc., también los efectos colaterales de fármacos, hormonas, estrés, pueden ocasionar calvicie. Sin cuestionar las razones, el uso de pelucas por los monarcas impuso moda, igual que ahora, y la de las pelucas rápidamente se hizo popular entre las clases alta y media. Su costo se elevó en forma desmedida ya que se volvieron un signo de estatus, porque mientras más elaborada fuera la peluca, era más costosa.

Aún después de la muerte de los reyes que las pusieron de moda, estas siguieron empleándose por ser prácticas en el diario arreglo personal y nuevamente por una razón de higiene -o falta de esta-, en el caso de los piojos. Esta otra plaga era más fácil de tratar si los piojos se acomodaban en la peluca, que en el pelo natural, y el único tratamiento en esa época era raparse. Así, la peluca infestada de piojos era más fácil de “limpiar”, al colocarla en agua hirviendo, que hacerlo con el cabello natural.

En el Siglo XVIII su empleo pasó de moda, los franceses dejaron de usarla durante la Revolución por su asociación con la nobleza decadente, y los ingleses dejaron de portarlas cuando se creó un impuesto por su uso en 17951.

Su empleo, ya no por la sífilis, continuó como parte del uniforme en ciertas profesiones. Los abogados en algunos países y los ministros de algunas religiones, emplean pequeñas pelucas. En Gran Bretaña, esta tradición de casi 300 años tiene como objetivo mantener la "dignidad" de los juicios y evitar ser reconocidos por acusados en lugares públicos2.

En los años cincuenta, con un nuevo tipo de fibra sintética, las pelucas reaparecieron ya que sus precios se hicieron más accesibles.

Este accesorio y sus variantes, como los postizos y bisoñés, son de uso frecuente en el cine y en el teatro. Muchas artistas son conocidas por su particular gusto por las pelucas, como Tina Turner, Lady Gaga y Cher. Sia, cantante famosa por sus pelucas bicolores con las que cubre su rostro, comentó en una entrevista que lo hacía con la finalidad de proteger su intimidad. Esta es otra razón para usar pelucas3.

En algunas religiones, el cabello tiene diversos significados. Para las mujeres judías, cubrirlo es un signo de respeto y de estatus, ya que las mujeres casadas pueden emplear un pañuelo o un un pedazo de encaje (tichal) o una red o peluca (sheytel)4.

Ahora las pelucas ya no sólo son una frivolidad, los pacientes oncológicos que por el tratamiento con quimioterapia pierden el cabello, ven mermada su autoestima, lo que puede derivar en problemas psicológicos. Los estudios médicos señalan la importancia de que los pacientes afronten la pérdida del cabello, consecuencia de los tratamientos contra el cáncer, de la mejor forma, ya que una actitud positiva resulta de gran ayuda en la lucha contra la enfermedad.

Recientemente, en la Facultad de Medicina de la UNAM, se realizó un Trenzatón para obtener cabello con el cual confeccionar pelucas para los niños que padecen cáncer. Impresiona la cantidad de cabello que se requiere y el costo de hacer una peluca -entre 15 y 20 trenzas de 30 cm de largo y un costo de entre 6 mil a 10 mil pesos5. Es una causa noble el donar altruistamente una parte de nosotros en apoyo a otros, en este caso a los niños o a otros pacientes a quienes una peluca les dará, no solo un apoyo estético y de autoestima, sino lograr quizá durante su tratamiento, iluminar sus rostros con una sonrisa.

REFERENCIAS

1. Why did people wear powdered wigs? Disponible en: http://mentalfloss.com/article/31056/why-did-people-wear-powdered-wigs. Consultada 8 de abril de 2018. [ Links ]

2. ANSA. "Derogan una costumbre de más de 200 años". La Nación, Argentina, 13 de julio, 2007. [ Links ]

3. Lo que las pelucas de Sia esconden. https://www.woman.es/celebrities/pelucas-sia-esconden. Consultada el 8 de abril de 2018. [ Links ]

4. ¿Por qué las mujeres judías cubren su cabeza? https://www.shalomisrael.es/por-que-las-mujeres-judias-cubren-su-cabeza/ Consultado 13 de abril de 2018. [ Links ]

5. Regala tu cabello a la Facultad de Medicina UNAM para el "Trenzatón". https://local.mx/atlas/zona-7/cu/dona-cabello-trenzaton/ Consultada 13 de abril de 2018. [ Links ]

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