Se forman los cimientos

Una de las principales funciones de la Universidad es la difusión de conocimientos, tarea que realiza a través de varios frentes, entre ellos, los medios escritos. Un ejemplo de esta actividad universitaria es la creación de revistas de excelencia cuyo contenido académico, científico y su calidad sustenten el prestigio del sello editorial y se enriquezcan con un cuidadoso arte gráfico y una amplia difusión de su contenido¹.

La Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM es una publicación periódica de difusión del conocímiento médico, cuya misión es ser un instrumento para el desarrollo académico de los alumnos, docentes e investigadores de la Facultad. Esta revista es un lugar de encuentro entre las diversas áreas de la salud con la comunidad médica universitaria, pero también con sus egresados que desean integrar, desarrollar y actualizar sus conocimientos. Con la aparición de los textos en línea con la red informatica mundial o Internet, la publicación ha trascendido hacia otros territorios y en la actualidad ya no sólo es útil para la comunidad médica nacional. Su objetivo es difundir las investigaciones relativas a los avances contemporáneos y significativos en todos los campos de la medicina, con altos estándares de calidad, con temas que se remontan a los inicios de la medicina y otros que exploren la actualidad y vislumbren el futuro, con lo que se pretende ser un referente de las publicaciones de las escuelas de medicina². En los últimos años, esta publicación ha crecido y cambiado de formato, pero sigue manteniendo su objetivo inicial: "el fomento de la investigación, enseñanza y publicación de temas y actividades relacionados con la salud".

La historia se construye

Era el año 1957 y en la Facultad de Medicina, con la dirección del Dr. Raoul Fournier Villada, se realizó una reunión para acordar la creación del primer Consejo Editorial, el cual estaba destinado a un proyecto que tenía en mente: la publicación del que sería el primer número de muchos de la Revista de la Facultad de Medicina. En su primera editorial, el doctor José Joaquín Izquierdo Raudón dijo que había llegado el

" [...] momento de madurez en la que médicos especialistas, maestros, investigadores y autoridades escolares, movidos por deseos comunes, consideraron la enorme satisfacción que representa el participar en el movimiento ascendente de la Facultad y para ello canalizaron sus intenciones más nobles e íntimas de difundir y diseminar el conocimiento a través de un órgano característicamente universitario, en el que el denominador común es la altura de intereses y la enorme generosidad".³

Fotos: Biol. Armando Zepeda Rodríguez y Tec. Acad. Francisco Gerardo Pasos Nájera

* Caso radiológico en los años sesenta 

Así pues, en 1959 un colectivo formado por no más de una decena de miembros médicos e investigadores entusiastas lograron crear una publicación que nació con el nombre de Revista de la Facultad de Medicina. Desde entonces, ha ido evolucionando de acuerdo con los avances tecnológicos y del conocimiento marcados por nuestros tiempos.

Como ha ocurrido con otras revistas, durante las últimas décadas se ha reajustado su propósito y formato en respuesta a las necesidades de los lectores sedientos de publicaciones periódicas que ofrecieran no solo artículos de divulgación médica, sino también contenidos que les permitieran perpetuar el vínculo con su alma mater con noticias sobre encuentros, actividades y publicaciones producto de la comunidad médica académica.

En sus primeros años no tuvo un editor responsable y las publicaciones que se incluían consistían en la selección de artículos médicos de otras revistas y boletines clínicos, cuyos contenidos quedaban a la completa responsabilidad de sus autores.

Cuando el Dr. José Laguna asumió la Dirección de la Facultad, se integró un cuerpo de editores responsables de invitar a investigadores a colaborar con artículos escritos expresamente para la Revista.

Así continuó su perfil durante las administraciones de los doctores Carlos MacGregor Sánchez Navarro y Octavio Rivero Serrano. Durante el periodo del Dr. Fernando Cano Valle se nombró editor en jefe al Dr. Rodolfo Rodríguez-Carranza y se formó un banco de arbitros especialistas en todas las ramas de la medicina, con el propósito de publicar artículos originales de investigación arbitrados. Esto sucedió de 1991 a 1994.

Durante la dirección del Dr. Alejandro Cravioto, su línea editorial se dirigió a coadyuvar a la tarea fundamental que da razón de ser a la Facultad de Medicina: la generación de médicos con vocación académica y de servicio que eleven las condiciones de salud de la población, y continuar estableciendo un liderazgo en el ámbito universitario y médico mediante la capacitación permanente que exigía nuestra incursión en el terreno de los avances científicos, la globalización de la economía y del conocimiento. Así, el fortalecimiento de sus habilidades y conocimientos les permitiría responder a este reto con estrategias e innovaciones que aportasen soluciones a los problemas más urgentes en áreas reconocidas como propias del médico, y en aquellas definidas como exclusivas para el desempeño docente y de investigación⁴.

En 1995, con una carta dirigida a los lectores, el editor Dr. Manuel Quijano Narezo, anunció que la Revista publicaría información oportuna y actual, lo que exigió que su periodicidad pasara a ser bimestral, en lugar de trimestral, difundiendo artículos de investigación y revisiones bibliográficas generadas entre los mismos investigadores de la Facultad; así se convirtió en su canal primario para la difusión del conocimiento médico. Con un tiraje de 21 mil ejemplares y miras a servir como instrumento de educación continua para el médico que dedicaba parcial o totalmente su tiempo a la medicina general, ofrecería material fundamentalmente útil y práctico, de un nivel medio-alto de complejidad científica, con énfasis en aspectos clínicos frecuentes; asimismo, la teoría de la explicación fisiopatológica, temas de vanguardia y novedades en todos los campos de las ciencias⁵.

Justo durante la dirección editorial del Dr. Quijano se vivió, al menos temporalmente, el secuestro de las instalaciones de enseñanza, investigación y difusión de la Universidad. Desde abril de 1999, hasta la entrega de las instalaciones, las editoriales aparecidas en la Revista expresaban el pensar del 90% de la comunidad universitaria: que el paro debía terminar; lo que ocurrió diez meses después. La Facultad de Medicina se desempeñó de manera ejemplar ante el conflicto, desde la semana siguiente al cierre de la escuela, organizó la continuidad de sus labores en sedes hospitalarias con mínimos contratiempos. La Revista se editó ininterrumpidamente durante este período de prueba.

* Marzo-abril de 1968. 

Quince años después, recibió la estafeta el Dr. Rafael Álvarez Cordero, quien escribió en el número de enero-febrero 2010, estrenándose como editor de esta publicación: "[...] ahora me toca presidir y tengo emociones encontradas, por un lado, un gozo profundo, gran entusiasmo por iniciar una nueva labor, por otro lado, una gran responsabilidad al asumir el cargo que tuvo por años don Manuel, y saber que la Facultad de Medicina ha depositado en mí su confianza para esta tarea; conozco la Revista de la Facultad de Medicina desde siempre, y supe de los logros que pudo consolidar don Manuel en sus fructíferos 12 años al frente de la revista; hoy me encuentro con el doble encargo de preservar todo lo bueno que él logró en ese tiempo y buscar que en esta nueva etapa la revista esté a la altura de su tiempo"⁶.

* Junio de 1962 

Gradualmente, el formato, su contenido y su mensaje cambiaron con el propósito de ser útil y del gusto de sus lectores. Los cambios más notables fueron los dirigidos a responder a la evolución constante de la comunicación, pues aunque los textos estaban disponibles en las bibliotecas médicas del país, era imperante tenerlos a disposición de la comunidad médica internacional. Así, hoy día se pueden consultar en línea, a través de distintos dispositivos y desde casi cualquier rincón del mundo (http://www.revistafacmed.com/) en una interfaz atractiva y fácil de manejar, al alcance de los dedos.

Al respecto, hay que destacar el interés especial del Director de la Facultad, Dr. Enrique Graue, como parte de las acciones consideradas en el Plan de Desarrollo, de facilitar a los académicos y estudiantes la consulta de publicaciones de su Biblioteca, en cuyo acervo se incluyen diversas revistas médicas. A cargo de la Biblioteca Digital (BiDi) de la Facultad, el Ing. David Flores Macias propuso el proyecto de digitalización de materiales biblio y hemerográficos médicos. Los avances son notables y, en breve, la comunidad médica universitaria y los médicos egresados ubicados dentro o fuera del país tendrán acceso a una gran variedad de recursos electrónicos, y particularmente artículos publicados en la Revista de la Facultad de Medicina desde su primera edición, que ocurrió en 1957·

Por otro lado, una mejor presentación editorial exigía la más alta calidad en contenido. Como respuesta, y también durante la gestión del Dr. Álvarez Cordero, se incluyeron nuevas secciones como "Correlaciones históricas con análisis básico-clínico", "Medicina traslacional", "Políticas en salud", "Arte y Medicina", "Profesionalismo y ética médica". Así, nuestra publicación, sin abandonar definitivamente su carácter, ha cambiado hasta convertirse con el nuevo siglo en una publicación acreditada y de alcance internacional, de acuerdo con su 'visibilidad' en las bases de datos, pero también por su buena acogida entre los lectores de otros países. Incluso, es atractiva para la publicación de artículos de médicos que se encuentran en el extranjero como Cuba, Canadá y España.

De igual manera, esto exigió modernizar el diseño y la línea editorial, y fue en la época del Dr. Enrique Graue que se decidió responder a este requerimiento y, en su papel de presidente del Comité Editorial de Publicaciones de la Facultad de Medicina, giró instrucciones para que se realizara un estudio de campo cuyos resultados mostraron la necesidad de ofrecer en sus páginas contenidos nuevos y mejorar los criterios de calidad para publicar.

Así, la Revista se dotó rápidamente de un Consejo Editorial, adicional al Comité de Publicaciones que ya normaba y vigilaba su orientación con una línea de publicación particular, y en el 2010, con el propósito de hacerla atractiva al lector más joven, el Dr. Rafael Álvarez Cordero, como editor recién nombrado, concibió una imagen nueva y refrescada proponiendo un rediseño editorial, así como el uso de imágenes con más resolución y mayor colorido. Además, se integró un logo o distintivo, que resultó de la participación de la comunidad universitaria, convocada mediante concurso para diseñar un símbolo que le aportaría una nueva identidad a nuestra publicación. Todo esto refrescó su imagen y la afianzó como propiedad de los médicos universitarios.

Todas las mejoras que demandaba el lector y que se reflejaron en el estudio mercadológico fueron entendidas y materializadas por una parte no tan visible, pero definitivamente patente en el cuidado editorial, responsabilidad del Lic. Pedro María León Olea y la estupenda creatividad de Nayeli Zaragoza, quien realiza el diseño editorial. Es así como, con un esfuerzo conjunto, inusitadamente la Revista ya se ha hecho merecedora del Premio CANIEM al Arte Editorial en cuatro ocasiones⁷, pero el más preciado de los reconocimientos es el que pueden otorgarle los miembros de la comunidad médica que nos consulta.

Ahora, la presencia de mujeres en ámbitos con puestos ocupados regularmente por hombres es algo más frecuente, y nuestra publicación ya inició una nueva etapa con una editora al frente. Esta apertura a la diversidad demuestra que los tiempos han cambiado, y cito a nuestra editora, la doctora Fortoul: "no todo es rosa o azul sino que en el arcoíris hay nuevas y mejores opciones" ⁷.

El cambio de administración, con la llegada del Dr. Germán Fajardo Dolci, ha permitido que la Revista de la Facultad de Medicina continúe su labor, y en 2016 se vio distinguida nuevamente con el Premio CANIEM 2016 en la categoría de publicaciones periódicas médicas y de ciencias de la salud, por su contenido y diseño editorial.

Aunque el formato, el perfil y cuerpo editorial han cambiado, el espíritu con el que nació el primer número se mantiene para conservar una publicación profesional que nutra a todas esas generaciones de médicos en formación y a aquellos con actividad profesional, con un continuo trabajo de equipo que le permita seguir siendo útil para la comunidad para la que fue creada. La Revista de la Facultad de Medicina UNAM se renueva para cumplir su visión: ser un referente nacional de publicaciones con altos estándares de calidad. ·

Tabla 1 Directores y editores desde la primera edición de la Revista