Nos gustaría compartir ideas sobre el artículo “Comportamiento de anticuerpos IgG anti-SARS-CoV-2 en trabajadores de salud pre y posvacunación en un centro oncológico de Guatemala”, de Alvarado y colaboradores.¹ En ese documento se informó que todos los individuos generaron anticuerpos IgG después de la vacunación y que se observaron títulos más altos en aquellos con infección previa.¹ También se indicó que una gran cantidad de participantes con diagnóstico previo de COVID-19 tenía anticuerpos. Estamos de acuerdo en que COVID-19 puede tener un impacto en la respuesta inmune y que la vacuna puede causar inmunogenicidad. Es necesario estar consciente del impacto potencial de COVID-19 asintomática,² un problema clínico común, pero sin investigación adicional es imposible determinar si está afectando los parámetros clínicos que se encontraron. Con la finalidad de excluir la posibilidad de confundir COVID-19 asintomática, se requiere una prueba de laboratorio particular.

Agradecemos el interés en nuestro artículo titulado “Comportamiento de anticuerpos IgG anti-SARS-CoV-2 en trabajadores de salud pre y posvacunación en un centro oncológico de Guatemala”. Hemos leído detalladamente el comentario realizado en la carta al editor de Mungmunpuntipantip y Wiwanitkit; estamos de acuerdo en que la infección previa por SARS-CoV-2 incrementa los niveles de anticuerpos IgG contra los antígenos virales en pacientes vacunados.¹,²

También conocemos la importancia de tomar en cuenta la posibilidad de encontrar pacientes asintomáticos en la muestra estudiada y la repercusión que tendría en nuestro estudio y sus resultados.³ Por ello creemos que es de suma importancia aclarar que el grupo denominado “personal con historia de COVID positiva” fue un grupo compuesto por personal con una prueba de qPCR positiva o personal seropositivo para la proteína N, detectada mediante la prueba Abbott SARS-CoV-2 IgG (catálogo 6R86-20), la cual se realizó a todos los participantes del estudio, tanto a aquellos con un resultado previo de qPCR, como a los que no. La presencia de anticuerpos contra la proteína N permite conocer si los participantes tuvieron infección antes de la vacunación, incluso si fueron asintomáticos.⁴

Por otro lado, para detectar los niveles de anticuerpos generados posterior a la vacuna se utilizó la prueba SARS-CoV-2 IgG II Quant Abbott (catálogo 6S60-32), con la que se identificaron los anticuerpos IgG antiproteína S.