Hemos leído con interés el artículo de Ávila-Castro y colaboradores.¹ Actualmente existe poca evidencia en cuanto al papel de la trombólisis sistémica y la trombólisis guiada por catéter en niños con tromboembolia pulmonar severa.² Dicho lo anterior, quisiéramos expresar y compartir las siguientes interrogantes: ¿Cuáles son los regímenes terapéuticos de trombólisis sistémica utilizados en los hospitales de los autores? En caso de que hagan uso de la trombólisis sistémica en dicho contexto clínico, ¿prefieren utilizar un régimen de dosis baja o alta? ¿Cuál es la frecuencia de la hemorragia mayor e intracraneal en los niños?

Recientemente se han publicado series de casos y análisis retrospectivos sobre el uso de trombólisis guiada por catéter en tromboembolia pulmonar pediátrica, que demostraron una eficacia aceptable y menor riesgo de hemorragia mayor, incluyendo la intracraneal.³ ¿Creen los autores en el potencial beneficio dentro de las estrategias terapéuticas de reperfusión? No cabe duda de que urgen estudios prospectivos y ensayos clínicos aleatorizados que aborden dichas interrogantes sobre el futuro de la trombólisis en sus diferentes modalidades, sobre todo en el contexto de la pandemia de COVID-19.