Introducción
Hasta el 19 de marzo de 2020, en el mundo se habían confirmado 209 839 casos de enfermedad por coronavirus (COVID-19) y una mortalidad global por esta causa menor a 5 % (8778/209 839).1 Aproximadamente 4.7 % (2087/44 672) de los pacientes con COVID-19 había presentado una forma grave y la mortalidad de los pacientes gravemente enfermos era de alrededor de 49 % (1023/2087).2 Para esa fecha, el total de casos confirmados en México fue de 164, con una mortalidad menor a 1 % (1/164) y había 448 pacientes sospechosos en investigación en diferentes entidades de la República Mexicana; en las siguientes semanas, el número de casos confirmados se ha incrementado.3 La finalidad de este documento es presentar las principales recomendaciones para el tratamiento de pacientes adultos graves con COVID-19, con excepción de las mujeres embarazadas.
Principales recomendaciones
–. El manejo de los pacientes graves con COVID-19 durante la pandemia es el mismo que se brinda a cualquier paciente grave que requiere atención en la unidad de cuidados intensivos (UCI), es decir, el tratamiento estándar.4
–. Las definiciones de sepsis, choque séptico5 y síndrome de insuficiencia respiratoria aguda6 no cambian. Se deben utilizar las mismas definiciones operacionales que se aplican a pacientes graves sin COVID-19 que ingresan a las UCI.
–. La administración de oxígeno suplementario a pacientes con infección respiratoria aguda grave, dificultad respiratoria, hipoxemia o estado de choque tiene como objetivo alcanzar una saturación de oxígeno > 94 %.4
–. Los pacientes hospitalizados con COVID-19 requieren vigilancia y monitoreo estrechos. Se recomienda utilizar The National Early Warning Score (NEWS 2) con la finalidad de identificar tempranamente a los pacientes con alto riesgo de complicación intrahospitalaria.4
–. Se sugiere realizar biometría hemática completa, química sanguínea, gasometría arterial o venosa, examen de electrolitos séricos y electrocardiograma cuando el paciente ingresa a la UCI. Si los estudios se realizaron en el departamento de urgencias y la condición clínica del enfermo no ha cambiado al ser trasladado a la UCI, no es necesario repetirlos.4
–. Si en el departamento de urgencias se realizaron estudios de imagen como radiografía o tomografía de tórax, no es necesario repetirlos. Una vez que el paciente está en la UCI, el seguimiento se puede llevar a cabo con ultrasonido pulmonar.
–. Si el paciente presenta deterioro clínico y se evidencia cualquier falla orgánica durante su estancia en la UCI, se deberán solicitar los biomarcadores necesarios según el órgano o sistema afectado.4
–. Se recomienda administrar de forma restrictiva soluciones cristaloides.4,5
–. Si el enfermo tiene factores de riesgo para infecciones de origen bacteriano, durante la primera hora de la evaluación del enfermo grave con criterios operacionales de sepsis se deberá iniciar tratamiento antibiótico intravenoso según el perfil epidemiológico del hospital.5
–. Mientras continúe la temporada de influenza se sugiere considerar el uso de oseltamivir conforme a la dosis y el intervalo habituales, según el resultado de la prueba rápida realizada al momento de evaluar al paciente.4
–. En el departamento de urgencias o en hospitalización, el paciente con insuficiencia respiratoria aguda tipo I puede recibir 10 a 15 L/minuto de oxígeno suplementario a través de mascarilla con reservorio. Si la condición clínica del paciente se deteriora, se debe preparar todo el equipo necesario para realizar intubación orotraqueal e iniciar ventilación mecánica invasiva, la cual debe ser ajustada conforme a las estrategias de protección pulmonar.4
–. El personal de salud debe llevar a cabo la intubación orotraqueal previa colocación de todo el equipo de protección para procedimientos de alto riesgo (intubación orotraqueal, cambio de tubo orotraqueal, reanimación cardiopulmonar). Se recomienda el uso de videolaringoscopio y, si es factible, se recomienda que el procedimiento sea realizado por un equipo de anestesiólogos.6
–. La ventilación mecánica invasiva debe ser iniciada con volumen corriente de 4 a 6 mL/kg/peso predicho, siguiendo las recomendaciones para protección pulmonar.7
–. Debe emplearse sedación profunda si es necesaria, para evitar daño asociado con la ventilación mecánica invasiva, siempre siguiendo las recomendaciones para sedación y analgesia para pacientes graves.5,6
–. Se debe considerar cambiar al paciente de forma temprana a decúbito prono si continúa con hipoxemia a pesar de todos los ajustes al ventilador.8
–. La relajación muscular en infusión continua no debe ser utilizada de forma rutinaria, sino conforme a las condiciones clínicas de cada paciente.4,9
–. Es importante evitar la desconexión del ventilador, la cual resulta en pérdida de presión positiva al final de la espiración, atelectasias y generación de aerosol.4
–. No se recomienda la ventilación mecánica no invasiva ni el oxígeno a alto flujo debido a la generación de aerosol y al riesgo asociado de propagación del virus entre el personal de salud.6,10,11 El único escenario en el que se podrían utilizar es cuando un paciente grave requiere soporte ventilatorio invasivo y no se dispone del equipo necesario; en ese caso, de preferencia se deberá ingresar al paciente en un cubículo con presión negativa.
–. La oxigenación por membrana extracorpórea no está recomendada debido a que reportes recientes sugieren alta mortalidad en los pacientes con COVID-19 tratados con esta forma de soporte orgánico, la cual no debería utilizarse en centros que no son de referencia, ni de alto volumen y cuyo personal no tiene experiencia con este procedimiento.12,13
–. No está recomendado utilizar esteroides.14
–. Hasta la fecha no hay tratamiento antivírico específico para pacientes con COVID-19 ni resultados de estudios controlados que avalen el uso de alguno; los antivirales que se están proponiendo se encuentran en fase de experimentación y no forman parte del tratamiento estándar de los pacientes con COVID-19.
–. El empleo de fármacos vasopresores para mantener una presión arterial media ≥ 65 mm Hg solo está indicado si se ha excluido hipovolemia y la presión arterial media no ha mejorado a pesar de la reanimación con soluciones cristaloides. La norepinefrina es el vasopresor de primera línea.4,5
–. Si se identifican datos de hipoperfusión tisular a pesar de una adecuada reanimación con cristaloides o uso de vasopresor, deberá considerarse el empleo de dobutamina.4,5
Todas las recomendaciones descritas están sujetas a cambios de acuerdo con las actualizaciones que se publiquen en las revistas nacionales o internacionales.