Señoras y señores, miembros de la Academia Nacional de Medicina de México, distinguidos miembros de la mesa de honor, académicos honorarios, señores expresidentes, presidentes de departamento, invitados especiales, miembros de la mesa directiva.

La Academia Nacional de Medicina de México realiza anualmente esta ceremonia de ingreso de nuevos académicos con esmero, con ilusión y para materializar el objetivo de ser siempre la corporación médica de carácter académico más respetada y prestigiada de la sociedad mexicana.

El espíritu de la Academia radica en el talento de todos y cada uno de sus miembros, por su alta calidad profesional, por sus aportaciones sustanciales al desarrollo científico, a la educación médica y a las políticas públicas de salud. El hecho de ingresar a la Academia es un reconocimiento a la constancia y entrega desmedida a la ciencia médica, y este hecho se extiende a través de la figura de académico honorario a las personas que si bien no se han desempeñado en México, sí lo han hecho en el mundo.

El grado de académico honorario se otorga a profesionales distinguidos que han prestado grandes servicios a la Academia y a profesores o investigadores extranjeros de elevada reputación científica, cuya obra y enseñanza han repercutido en la medicina, como el doctor Jon Kim Andrus.

En esta sesión solemne es un honor para mí presentar al doctor Andrus como académico honorario. A continuación, describiré brevemente su amplia trayectoria.

El doctor Andrus es licenciado en ciencias por la Universidad de Stanford, doctor en medicina por la Universidad de California, en Davis, y realizó su residencia en medicina familiar en la Universidad de San Francisco.

En los inicios de su carrera trabajó como director médico en hospitales de áreas marginadas de California. Formó parte del Cuerpo de Paz del Gobierno de Estados Unidos y durante su servicio en la República de Malawi, en África, como único médico, coordinó todos los servicios de atención médica preventiva y curativa en un distrito de 210 000 habitantes y de un hospital con 160 camas.

Realizó la residencia en medicina preventiva en el Servicio de Inteligencia Epidémica de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y trabajó como epidemiólogo clínico en el Programa Ampliado de Inmunización de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud, en Washington. Fue asesor regional para la erradicación del polio y realizó actividades para obtener el apoyo de las autoridades para la erradicación de este mal en ocho países en desarrollo.

El doctor Andrus cuenta con 35 años de experiencia trabajando en el campo de las vacunas, inmunización y atención primaria en países en desarrollo, donde ha sido un defensor enérgico de la propagación de los beneficios de la vacunación.

En el ámbito académico ha sido director del programa de Maestría en Salud Pública del Departamento de Salud Global de la Universidad de Washington y tiene nombramientos de profesor adjunto en la Universidad de California, en la Escuela de Medicina de San Francisco y la Escuela de Salud Pública Bloomberg, de la Universidad Johns Hopkins.

Asimismo, ha escrito más de 137 artículos, publicados en diferentes revistas internacionales. Es miembro del Grupo Técnico Asesor en Inmunización, de la Organización Panamericana de la Salud, y del Grupo de Trabajo de la Década de Vacunas del Grupo Estratégico de Expertos, de la Organización Mundial de la Salud. Actualmente se desempeña como profesor adjunto del Instituto Milken de Salud Pública, en la Universidad George Washington, y como profesor adjunto y director de la División de Vacunas e Inmunización en el Centro para la Salud Global, de la Escuela de Salud Pública de Colorado, Universidad de Colorado, Estados Unidos.

Las palabras aquí expresadas se quedan cortas para describir a detalle toda la contribución del doctor Andrus a la salud pública mundial. Sin duda, por su larga y apasionada labor, cuenta con sobrados méritos para formar parte de la Academia Nacional de Medicina de México como académico honorario.

Hoy le damos la bienvenida a este prestigioso colega. Es un reconocimiento a su talento y su trabajo, a los esfuerzos de una vida consagrada a la ciencia médica, por eso, como define la Real Academia de la Lengua Española, “bienvenida” se dice de una persona que se acoge con agrado y júbilo, adjetivos con los que recibimos al doctor Jon Andrus.