Antecedentes:

El trastorno del espectro autista es una alteración del neurodesarrollo con manifestaciones conductuales particulares en niños entre los 2-3 años de edad. Las conductas básicas son el aislamiento social, alteraciones del lenguaje y problemas motores. Sin embargo, existen también modificaciones relacionadas con la percepción sensorial, aunque el conocimiento sobre ello es aún pobre.

Objetivo:

Tuvimos el propósito de determinar la sensibilidad cutánea de niños con autismo siguiendo un programa de estimulación táctil y emocional.

Métodos:

Aplicamos dos estímulos sensoriales a 6 niños con autismo de 5 a 12 años de edad. Los estímulos utilizados fueron papel burbuja y un masajeador, dos veces por semana durante un año. Un cuadro de 2 x 2 m de papel burbuja se colocó en el piso y la prueba consistió en que cada niño caminara en calcetas por dos minutos tratando de reventar las burbujas. Un masajeador manual fue utilizado para estimular la piel del antebrazo y la mejilla a un nivel 2 de intensidad por dos minutos. Después de los estímulos, el umbral a la sensibilidad cutánea se obtuvo usando fibras de von Fray sobre el antebrazo y la mejilla, pidiendo a los niños mantener los ojos cerrados y señalando la percepción con un dedo el área estimulada.

Resultados:

A medida que la terapia se aplicó continuamente, cada niño fue capaz de percibir fibras más pequeñas.

Conclusiones:

Una estimulación enriquecida táctil y sensorial de niños con autismo modifica la sensibilidad cutánea, probablemente con una percepción mejorada del ambiente en general y consecuentemente de la conducta social.

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