Los efectos de la pandemia de COVID-19 todavía siguen vigentes, no solo respecto a la circulación del virus y las secuelas post-COVID-19, sino también en cuanto a la discusión de cómo estar mejor preparados para futuras crisis de salud pública internacional. En 2021 se abrió una discusión acerca de los instrumentos vigentes de la política internacional para afrontar las pandemias1,2, en la que se planteó la necesidad de revisar el Reglamento Sanitario Internacional (RSI), cuya función precisamente consiste en orientar las acciones durante emergencias de salud pública internacional1.
Por la magnitud de las consecuencias de la reciente pandemia se han reactivado las dudas y las críticas sobre la capacidad del RSI para afrontar una crisis de salud internacional. Se ha señalado la poca eficacia del RSI para el cumplimiento de los acuerdos por parte de los países, así como la escasa autoridad de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para logar el acatamiento de las directrices2,3. En consecuencia, diferentes líderes mundiales y la propia OMS realizaron un llamado para discutir la elaboración de un nuevo tratado sobre pandemias. Varios autores ya fijaron diferentes ideas acerca de la orientación y el contenido que debería contener el nuevo documento de política internacional (Tabla 1).
Tabla 1 Temas de consenso para abordar un nuevo tratado sobre pandemias
| Extender la perspectiva de los derechos humanos y de salud pública. |
|---|
| Promover una perspectiva de «Salud Global» o «Una Salud». |
| Ampliar consensos y compromisos globales por parte de los gobiernos. |
| Garantizar la equidad en el acceso y la distribución de los recursos sanitarios. |
| Fomentar un mayor intercambio de información científica. |
| Establecer compromisos jurídicamente vinculantes para los gobiernos. |
| Exención de los derechos de propiedad intelectual para la producción de tecnología sanitaria. |
| Fortalecer los sistemas de salud y el financiamiento específico para crisis sanitarias. |
| Mejorar el sistema de información y comunicación de riesgos de salud pública. |
| Revisar el sistema de alarma de emergencia internacional. |
| Promover una mayor coordinación y gobernanza internacional en salud. |
| Enfatizar en las acciones de prevención de las pandemias. |
| Favorecer la coordinación con otros organismos internacionales. |
| Proporcionar mayor autoridad a la Organización Mundial de la Salud. |
Si bien estos son algunos de los consensos más visibles entre los diferentes autores, también se ha llamado la atención sobre otros temas cruciales que deberían incorporarse en la discusión, tales como la mayor participación de la sociedad civil, la perspectiva de género, la discusión sobre el cambio climático, la ampliación de la visión del Sur Global y estimular una perspectiva crítica de la salud que limite las visiones hegemónicas y colonialistas4,5. En conclusión, el debate se encuentra abierto y resulta necesario dotar de mayor diversidad a la elaboración del nuevo tratado sobre pandemias.









nueva página del texto (beta)


