Introducción

Cuando se produjo en la pedagogía la llamada “Revolución copernicana”, que implicó un cambio de énfasis del proceso de enseñanza al proceso de aprendizaje, surgió un renovado interés en las teorías o paradigmas del aprendizaje, lo cual resultó en cambios en la dinámica del aprendizaje, donde el docente ha dejado de ser el centro principal del proceso.

Ahora bien, aunque en la actualidad el rol central del proceso educativo lo asume el alumno, esto no significa que el profesor haya dejado de ser importante, ya que ahora se le concibe como un guía, mentor y facilitador del aprendizaje, capaz de crear oportunidades y ambientes de aprendizaje en el aula (^{Tünnermann Bernheim, 2011}).

Teniendo en cuenta estas consideraciones y la mencionada revolución, es crucial entender que el aprendizaje, tal como lo concebimos, constituye la esencia de la labor pedagógica y didáctica de la universidad moderna. Según en su trabajo ^{Pereda y Raquel (2018)}; dijo el teórico Ausubel, “existe una conexión profunda entre conocer cómo un estudiante aprende y saber qué hacer para mejorar su aprendizaje” (p. 30), pues nos apropiamos del conocimiento cuando lo internalizamos e integramos a nuestra estructura cognitiva (^{Pereda & Raquel, 2018}).

En lo que respecta a lo anterior, se puede notar que el conocimiento es una construcción humana; es decir, cada individuo interpreta la realidad, la estructura y le otorga sentido a través de la actividad del sistema nervioso central, lo que facilita la formación de un conjunto coherente que ofrece una interpretación realista y singular. Esto significa que existen diversas realidades creadas de manera individual, no sujetas a las leyes de la naturaleza. Es decir, cada persona interpreta la realidad de una manera particular, dependiendo de sus habilidades físicas, el estado emocional en el que se encuentre, así como sus circunstancias sociales y culturales (^{Ortiz Granja, 2015}).

Los estilos de aprendizaje, por tanto, se reflejan en el progreso del aprendizaje de los estudiantes y en las formas preferidas de capturar, organizar y procesar la información, de ahí que los profesores deban tener esto en cuenta y adaptar sus prácticas de enseñanza a las características individuales de aprendizaje de los estudiantes para que el proceso de enseñanza sea más efectivo (^{Galindo y Murrieta, 2014}).

Ahora bien, es importante explicar que el estilo cognitivo es un concepto estudiado desde la década de 1950 en un intento de combinar teorías sobre la percepción con otros aspectos cognitivos de la Gestalt. Aunque no existe una única definición de dicho término, para Hermann Witkin, conocido como el “padre del estilo cognitivo” por su contribución a la teoría de la dimensión dependiente/independiente del campo del estilo cognitivo, el estilo cognitivo es un patrón consistente de actividades perceptivas e individuales que exhiben las personas y que puede evaluarse mediante procedimientos de laboratorio controlados (^{García García, 2022}).

Conocer los estilos cognitivos es crucial para entender cómo procesa cada persona la información y así establecer planes personalizados que mejoren las capacidades y motiven el aprendizaje. Desde que el concepto fue introducido por G. W. Allport en 1930, se han publicado muchas definiciones y subdivisiones de los estilos cognitivos (^{Montenegro, 4 de enero de 2019}). Los más aceptados son los siguientes:

El término “estilo de aprendizaje” se refiere a los métodos o estrategias que cada persona utiliza para aprender. Aunque las estrategias varían según lo que se quiera aprender, cada individuo tiende a desarrollar ciertas preferencias o tendencias globales que definen sus estilos de aprendizaje. Se habla de tendencias generales porque, por ejemplo, las personas que suelen ser oyentes pueden utilizar estrategias visuales en determinadas situaciones (^{Galindo y Murrieta, 2014}).

Los educadores prefieren referirse a “estilos de aprendizaje”, mientras que los psicólogos se inclinan por “estilos cognitivos”. Otros autores sugieren utilizar el término “preferencias de estilos de aprendizaje” en lugar de “estilos de aprendizaje”. ^{Shaughnessy (2004)} la preferencia es una clasificación más precisa y se define como la forma preferida de aprender, es decir, utilizar imágenes en lugar de texto, trabajar solo o con otros, en situaciones estructuradas o no estructuradas. También se consideran otras condiciones relevantes, como el ambiente con o sin música, el tipo de silla utilizada, etc. (^{Shaughnessy, 2004}).

La preferencia por un estilo particular no siempre garantiza que su uso sea efectivo, pues en algunos casos los estudiantes pueden beneficiarse del desarrollo de nuevas formas de aprendizaje (^{Galindo y Murrieta, 2014}).

Dadas las condiciones previas, se puede considerar el término “aprendizaje” como el proceso de asimilar información y generar cambios en el comportamiento; es decir, una transformación relativamente duradera en la conducta debido a la experiencia o la práctica. Por lo tanto, la experiencia es fundamental en el concepto de aprendizaje. Einstein afirmó que el aprendizaje es experiencia y que todo lo demás es información. Siguiendo esta línea, podemos afirmar que el concepto de aprendizaje implica cambios en un periodo relativamente corto, lo cual permite a los estudiantes responder de manera más adecuada a las situaciones.

Así pues, el aprendizaje es un proceso de construcción individual y social que el estudiante debe regular. ^{Biggs (2005)} sostiene que se necesitan cuatro condiciones para el aprendizaje:

El estilo de aprendizaje se ha convertido en un factor importante para promover una enseñanza de calidad. Algunos autores consideran que conocer las fortalezas de los estilos de aprendizaje de los alumnos es fundamental para adaptar los métodos de enseñanza a sus características, lo cual contribuye a mejorar sus niveles de rendimiento educativo. Además, esto favorece el desarrollo del “aprender a aprender” y aspectos emocionales del alumno (^{Gutiérrez Tapias, 2018}).

Según los argumentos expuestos, es crucial considerar las ideas de Barbe, Swassing y Milone, quienes investigan los estilos de aprendizaje en relación con la percepción sensorial e identifican tres tipos de patrones, también conocidos como estilos de percepción o sistemas de representación: visual, auditiva y kinestésica, de ahí que sea fundamental comprender cada uno de ellos. Los visuales aprenden y perciben mejor a través de la observación, procesan fácilmente la información escrita, recuerdan rostros en lugar de nombres y visualizan detalles. Los auditivos utilizan principalmente el sentido del oído para aprender, no tienen una imagen completa, recuerdan sonidos y nombres en lugar de caras, y no visualizan detalles. Finalmente, el estilo cinestésico-táctil se refiere a la necesidad de tocar y experimentar esencialmente para aprender, actuar y crear productos y proyectos (^{Castro y Guzmán de Castro, 2005}).

Después de las consideraciones anteriores y tras años de estudio por parte de muchos investigadores sobre las necesidades de cada participante y las condiciones que influyen en su aprendizaje, han surgido diversos tipos y teorías de aprendizaje que se consideran pautas para transmitir y captar conocimientos. De esta manera, se han generado los siguientes indicativos (^{campuseducacion.com, 2019}):

El Centro Educativo Jalisco A. C., con nombre comercial Escuela de Enfermería y Nutrición Jalisco, obtuvo la incorporación de la Universidad de Guadalajara el 16 de diciembre de 2005, aunque el primer semestre comenzó a funcionar en febrero de 2006. Si bien inicialmente se estructuró como Escuela de Enfermería Jalisco, en enero de 2008 pasó a llamarse Escuela de Enfermería y Nutrición Jalisco. Desde entonces, ha asumido la responsabilidad de formar licenciados en enfermería y nutrición con un sólido enfoque científico, técnico, humanista, cultural, ético y moral, que contribuye a la solución de las necesidades de salud de la población. Esto incluye actitudes que fomentan una práctica diferenciada, con amplio criterio, pensamiento crítico y un compromiso social en la atención a la salud y en la enfermedad (^{Cerón, 2021}).

Así pues, es imprescindible reconocer que el Centro Educativo Jalisco A. C., a través de sus diversas ofertas educativas y con 32 generaciones egresadas de la licenciatura en Enfermería y 28 generaciones de egresados de la licenciatura en Nutrición, busca la superación del futuro profesionista mediante la transformación de la percepción del conocimiento y su aplicación. La institución se enfoca en asegurar que sus ofertas educativas respondan a las necesidades actuales, y su filosofía primordial es enaltecer y dignificar las profesiones a través de metodologías y estrategias que permitan la adecuada adquisición de competencias. Esto se realiza bajo directrices morales y normatividad ética, pues se inculca la filosofía de servicio, el espíritu humanista, el pensamiento crítico y la responsabilidad social, pilares esenciales de esta institución (^{Cerón, 2021}).

Ahora bien, es importante tener en cuenta que algunos docentes optaron por promover un aprendizaje activo mediante el uso de estrategias que facilitan la creación de situaciones formativas. Por ejemplo, utilizando el enfoque de aprendizaje basado en proyectos y el aprendizaje basado en casos, se puede fomentar el desarrollo de habilidades de comunicación, resolución de problemas, toma de decisiones, reflexión, trabajo en equipo, aprendizaje autodirigido y asertividad. Estas habilidades y actitudes ayudan a los estudiantes a transferir lo aprendido a diferentes situaciones (^{Montoya Ramírez y Burgos Aguilar, 2012}).

Así pues, y con base en el planteamiento anterior, surge la siguiente pregunta de investigación:

Para dar respuesta a esta interrogante se partió de la siguiente hipótesis:

El principal desafío que ha enfrentado el profesor del Centro Educativo Jalisco A. C. es crear una metodología adecuada y elegir uno o varios estilos de aprendizaje que tengan un impacto significativo en los alumnos debido a las diversas peculiaridades que pueden presentar los estudiantes en el aula. Asimismo, es crucial entender cuáles son los estilos de pensamiento y los enfoques de aprendizaje que utilizan para adaptarse a los avances educativos en términos de métodos, estilos, estrategias, herramientas y técnicas de enseñanza dirigidas a todos los estudiantes. El objetivo es proporcionar oportunidades de aprendizaje significativas y equitativas que abarquen las diferentes formas de adquirir conocimientos y desarrollar las competencias necesarias para el perfil profesional con el fin de lograr una inserción laboral exitosa. La meta es implementar y ejecutar estas metodologías y estilos de aprendizaje de manera efectiva para impactar en la formación de conocimientos significativos en los futuros profesionales.

Los objetivos que se pretenden alcanzar con este trabajo son:

Materiales y método

Se realizó un estudio cuantitativo con un diseño descriptivo transversal en las instalaciones del Centro Educativo Jalisco A. C. en Guadalajara, Jalisco. El universo de trabajo estuvo conformado por 45 estudiantes de la licenciatura en Nutrición de la misma universidad.

Durante el proceso de selección, se consideraron los siguientes criterios de inclusión: 1) ser estudiante del Centro Educativo Jalisco, y 2) tener experiencia en modificación de estrategias de enseñanza. Los criterios de exclusión fueron no encontrar al estudiante y la falta de participación o incompletitud en la encuesta.

Asimismo, se utilizó un instrumento de medición para la recolección de datos basado en un test de estilos de aprendizaje (modelo PNL), apoyado en el modelo de Bandler y Grinder, conocido como VAK (visual-auditivo-kinestésico). Este considera que la vía de ingreso de la información (ojo, oído, cuerpo) o el sistema de representación (visual, auditivo, kinestésico) es fundamental en las preferencias de quien aprende o enseña. El instrumento de medición fue una encuesta realizada en enero de 2024, que consistió en 40 ítems obtenidos a través de su aplicación virtual. La encuesta evaluó dos aspectos: estilos de aprendizaje y canales de aprendizaje. El cuestionario tomó aproximadamente 15 minutos para responder y se destacó por su facilidad y conveniencia al ser completado desde una computadora o dispositivo móvil.

Asimismo, se solicitó permiso a las autoridades del Centro Educativo Jalisco A. C. para recopilar datos. Luego, se detallaron los objetivos y consideraciones éticas del estudio y se brindó una explicación sobre cuestiones éticas y de confidencialidad al gremio docente. Posteriormente, se llevó a cabo una reunión con los docentes de la oferta educativa, quienes estuvieron de acuerdo. Finalmente, se utilizaron formularios de Google Forms para administrar los cuestionarios y el programa Excel para analizar los datos.

Para el análisis de los datos se utilizó estadística descriptiva. Este estudio se ajusta a las normas éticas institucionales y a la Ley General de Salud en materia de experimentación en seres humanos, así como a la Declaración de Helsinki, con la modificación del Congreso de Tokio, Japón, en 1983. Dado que la investigación explora aspectos delicados de la personalidad de los individuos, se realizó con absoluta discreción, por lo que se solicitó la autorización del alumno para la aplicación de la encuesta con fines de identificación de actividades profesionales. En tal sentido, se obtuvo el consentimiento informado, y se garantizó la absoluta discreción y anonimato. La investigación se llevó a cabo con el máximo respeto hacia las personas que participaron en el estudio.

Resultados

Con base en los datos obtenidos se encontraron los siguientes hallazgos:

Fuente: Elaboración propia

Figura 1 Identificación de semestres participantes en el estudio 

En el gráfico anterior se puede observar que en el presente estudio participaron alumnos de la licenciatura en Nutrición de varios semestres, aunque se destacan los de segundo semestre (22.2 %). A continuación, se presentan los resultados de los 40 ítems aplicados a los 45 alumnos de la licenciatura en Nutrición:

En la figura 2 se pueden apreciar algunas herramientas que pueden utilizarse para agudizar el aprendizaje según cada canal de percepción. Esto sugiere que el Centro Educativo Jalisco A. C., al considerarse una institución a la vanguardia educativa, debe asegurar que sus docentes estén perfectamente capacitados para utilizar estas herramientas en función de los canales de aprendizaje dominantes en los grupos de alumnos con los que trabajan.

Fuente: https://www.lucaedu.com/estilos-de-aprendizaje-distintas-maneras-de-aprender/

Figura 2 Cómo aprender con cada estilo de aprendizaje  

En la figura 3 se puede observar que, en el estudio aplicado al Centro Educativo Jalisco A. C., el 44 % de los alumnos trabaja a través de un canal cognitivo cinestésico, seguido por el 27 % visual, y una minoría a través de un canal auditivo. Por lo tanto, es idóneo basar los escenarios de aprendizaje en proyectos, experimentos y estudios de casos complementados con herramientas como portafolios digitales, esquemas, imágenes y dibujos. De acuerdo con los resultados, se puede inferir que la preferencia por un tipo de escenario de aprendizaje puede tener un impacto significativo en el futuro laboral, dependiendo del momento o circunstancia en que se haya utilizado. No obstante, es evidente que los alumnos del Centro Educativo Jalisco A. C. podrían adquirir conocimientos con mayores impactos si se les imparte el contenido a través de un canal cinestésico.

Fuente: Elaboración propia

Figura 3 Estilos de aprendizaje presentes en alumnos del Centro Educativo Jalisco A. C. 

Discusiones

En la actualidad, el objetivo del sistema educativo es alcanzar la excelencia, lo que implica estar a la vanguardia y al nivel de los países de primer mundo en los cambios políticos, sociales y educativos. Para lograrlo, se crean constantemente nuevas leyes y reformas en el sistema educativo, incluyendo aspectos relacionados con la permanencia en el trabajo. Por lo tanto, los maestros deben mejorar su práctica educativa, capacitarse, actualizarse y superarse en lo posible.

Según ^{Cazau (2007)}, en el modelo de la programación neurolingüística el 40 % de las personas son visuales, el 30 % son auditivas y el 30 % son kinestésicas. Sin embargo, en el grupo investigado, el 44 % de los estudiantes prefieren el sistema kinestésico, el 27 % el visual y el 20 % el auditivo para generar aprendizaje. Estos datos concuerdan más con el estudio realizado en la licenciatura en Educación Física del BIN (^{Galindo y Murrieta, 2014}), donde también predominaba el uso del sistema de representación kinestésico.

Dado el tipo de estilo de aprendizaje que más conviene a estos estudiantes y a través del cual se pueden obtener los resultados esperados para desarrollar las competencias profesionales adecuadas, se concluye que el canal kinestésico, seguido del visual, proporciona mejores resultados. Por tanto, se propone utilizar herramientas como proyectos, experimentos y aprendizaje basado en casos, que desarrollan la comunicación, la resolución de problemas y las habilidades. Esto, además, abre la puerta a actualizaciones docentes planificadas en áreas como la planificación de estrategias didácticas y la aplicación de elementos que contribuyan a lograr un aprendizaje significativo.

Al respecto, se debe tomar en cuenta que el sistema de representación kinestésico ayuda a procesar la información asociándola con las sensaciones y movimientos del cuerpo. Aprender a través del sistema kinestésico es más profundo porque, una vez que el conocimiento se asocia con la memoria muscular, es muy difícil de olvidar.

Los estudiantes visuales aprenden mejor cuando leen o ven algo. Al recordar imágenes, suelen evocar mucha información de inmediato, lo que facilita la absorción rápida de una gran cantidad de datos. Así, cuando los estudiantes enfrentan dificultades con conceptos, a menudo es porque procesan la información de forma auditiva o cinestésica.

Sin embargo, la cotidianidad demuestra que la educación superior está sesgada en su uso de materiales visuales (libros, gráficos, fotografías, videos, presentaciones en PowerPoint o en Internet) y auditivos (conferencias, clases magistrales, debates, mesas redondas), lo que deja pocas opciones para la población kinestésica. No obstante, diversos autores señalan que conocer los estilos de aprendizaje de los estudiantes con los que trabajamos es fundamental para adaptar los métodos de enseñanza a sus características, lo que facilita su logro educativo y contribuye al desarrollo del “aprendizaje”.

Por otra parte, en cuanto a las limitaciones del estudio, se debe mencionar que el cuestionario se aplicó en un solo momento. Por tanto, sería conveniente aplicarlo a lo largo de la formación de los alumnos para observar y registrar posibles cambios en el transcurso de su proceso educativo.

En cambio, la principal fortaleza de esta encuesta radica en su contribución a la literatura profesional sobre el tema, ya que ha demostrado que los estilos de aprendizaje no necesariamente siguen constantes universales. En este sentido, se deben considerar diversas variables, como el país, el estilo de vida y las características específicas de cada disciplina. En pocas palabras, la educación humana no puede basarse en prescripciones establecidas, ya que la naturaleza humana es compleja.

Finalmente, muchos profesores, basándose en su experiencia, indican que la mayor dificultad que encuentran los estudiantes en el proceso educativo es la asociación o integración de contenidos. Este problema puede deberse tanto a las estrategias utilizadas para la entrega de contenidos como a la falta de comprensión, por parte de profesores y estudiantes, de los sistemas de representación de la enseñanza y el aprendizaje que emplean.