INTRODUCCIÓN
La inclinación o actitud religiosa en una persona suele estimarse como una virtud, porque se le vincula con un comportamiento solidario, desinteresado y socialmente positivo;1-3 entre el personal de salud, un profesionista creyente es -presumiblemente- amable, empático, honesto, eficiente y espiritual. Todo esto parece muy ventajoso a los pacientes y sus familias,4 quienes con frecuencia están convencidos que Dios opera la salud de los enfermos por medio de los médicos y que su voluntad es decisiva en la curación.5
Pero los nuevos procedimientos médicos para anular o inducir la fertilidad, prolongar o terminar la vida, el uso de células-madre de origen embrionario, los estudios genéticos, la afirmación o cambio de sexo, los trasplantes de órganos, entre otros, constituyen un reto singular para dicho personal, pues plantean dilemas bioéticos que la fe invita a resolver de manera emocional.6,7 En años recientes, algunos médicos se han negado a prescribir o proveer anticonceptivos regulares o de emergencia, inducir abortos por embarazos no deseados o atender parejas homosexuales y aducen una objeción de conciencia, es decir, brindar atención que presente un conflicto con sus creencias personales, morales y religiosas.8 Esta postura ha desatado acalorados debates, pues constituye una barrera para que los pacientes accedan a la atención que solicitan.9-13
La religiosidad -definida como la actitud pro-religiosa de una persona- propicia, entonces, algunas prácticas indeseables también, como la adopción de una postura juzgadora que condena con facilidad ciertas opciones, en lugar de favorecer el análisis mesurado y tolerante de los intereses encontrados.14,15 Esta influencia ocurre incluso a nivel inconsciente, es decir, el médico lo hace a pesar de que su discurso lo niega,16 y a nivel institucional, pues algunas clínicas y hospitales autorizan trabajar en ellos sólo a personal que practica la objeción de conciencia.17 Y no sólo afecta áreas de medicina especializada, sino prácticas propias del médico general, como la anticoncepción preventiva o de emergencia y la interrupción del embarazo, que podrían dejar desprotegidas a muchas pacientes; los estudiantes de medicina deberían prepararse para enfrentar esas decisiones de la manera más imparcial y comprensiva posible.
Es, por tanto, pertinente cuestionar el efecto benéfico de las convicciones religiosas sobre la educación del médico, máxime ante las evidencias de que no son los contenidos místicos -per se- los inductores del comportamiento prosocial, sino más bien su vocación disciplinaria.18-20 Para estudiar lo anterior, iniciamos esta investigación, cuyo objetivo fue indagar, entre estudiantes avanzados de pregrado de medicina, el estado de la religiosidad y el pensamiento mágico -definido como el ideario en el que participan personajes sobrenaturales como dioses, demonios, la suerte, el destino y espíritus del bien y del mal, así como la correlación existente entre ambos tipos de convicciones y su influencia sobre las decisiones bioéticas o la resolución de dilemas morales que enfrentan.
MÉTODO
Se invitó a participar en el estudio a alumnos del octavo semestre de la licenciatura en medicina del Campus Cajeme de la Universidad de Sonora en Ciudad Obregón. La razón de seleccionar a estos estudiantes fue la de evaluar a los alumnos en su fase de mayor madurez, con al menos un curso de bioética aprobado, pero antes de enrolarse en el internado de pregrado.
Previo consentimiento informado, declaración de confidencialidad y con la aprobación de la Comisión de Evaluación y Seguimiento de Proyectos Académicos de la División de Ciencias Biológicas y de la Salud de la Universidad de Sonora, se les pidió responder -de manera anónima- 2 herramientas psicométricas (anexo):
Encuesta de pensamiento mágico de Petra Micu-Estrada Avilés (EPM): se trata de un cuestionario validado en español, con un valor alfa de Cronbach de 0.85; consta de 29 reactivos que exploran las dos dimensiones del razonamiento fantástico: en la primera, en que suman los acuerdos, se agregan la analogía (creencia en fantasmas y poderes sobrenaturales), el adualismo (confusión entre lo aparente y lo real) y el animismo (creer que los objetos inanimados tienen alma); la segunda, que suma los desacuerdos, agrega el escepticismo (rechazo a las supersticiones y pensamientos mágicos) y el cociente razón contra magia (otorgar prioridad al pensamiento racional por sobre el mágico).21 El puntaje mínimo es de 29 (pensamiento escéptico y racional) y el máximo de 145 puntos (pensamiento proclive a la magia y la fantasía).
Encuesta de religiosidad DUREL (ER): se trata de un cuestionario elaborado en la Universidad Duke de Carolina del Norte, en los Estados Unidos; está validado en inglés y español, con un valor alfa de Cronbach de 0.78 y una correlación intraclase de 0.91; consta de cinco preguntas que abarcan 3 dimensiones del razonamiento religioso: actividad religiosa organizada (participación en ritos colectivos), actividad religiosa no organizada (ritos y oraciones individuales) y religiosidad intrínseca (percepciones sobre la importancia de la fe en la vida diaria).22 El puntaje marca entre 5 (nula religiosidad) y 27 puntos (religiosidad intensa).
Además, se hicieron 2 preguntas adicionales: ¿recibiste instrucción religiosa en tu niñez? y ¿consideras conveniente o necesario organizar una misa para tu próxima graduación? La finalidad de estas preguntas fue explorar situaciones muy concretas de experiencia personal, a diferencia de las encuestas anteriores que sondean opiniones inespecíficas, sustentadas en juicios realizados por indicios y observaciones o conjeturas.
También se pidió resolver un cuestionario de decisiones bioéticas controversiales (anexo 1) elaborado por los investigadores y que estaba conformado de seis preguntas sobre situaciones hipotéticas (recomendación de método anticonceptivo, asistencia de aborto inducido por embarazo no deseado, asistencia de aborto inducido por enfermedad fetal grave, asistencia de suicidio en ancianos, atención a parejas homosexuales y transfusión a pacientes testigos de Jehová) con 3 posibles respuestas (acuerdo absoluto, desacuerdo absoluto y posición indefinida); la mitad de las preguntas planteaba la comisión de la acción en tanto que el resto proponía el rechazo. El cuestionario tuvo una validación de contenido por expertos del área de la salud dentro de la propia Universidad de Sonora.
Se hizo la descripción estadística de los resultados, así como la correlación de Pearson y gráfica de dispersión entre los resultados individuales del pensamiento mágico y religioso, así como su presencia y cuantía en cada uno de los perfiles bioéticos que se encontraron en los estudiantes. La significancia de las diferencias entre grupos se analizó mediante la prueba de t de Student y de Ji cuadrada de Pearson en virtud de la distribución normal de los datos y homogeneidad de las varianzas. Un valor de p igual o menor a 0.05 se consideró estadísticamente significativo.
Consideraciones éticas:
Los alumnos respondieron voluntariamente a la invitación a participar en el estudio y ninguno de los autores tuvo alguna función docente durante el semestre en curso o el siguiente. A todos se les informó el objetivo de la investigación así como que su negativa a participar no les reportaría consecuencias de alguna índole.
RESULTADOS
Del total de 62 estudiantes que integran la generación, 50 aceptaron participar en el estudio -26 mujeres y 24 hombres- cuyas edades oscilaron entre los 20 y los 27 años (promedio 22.6 ± 1.2), todos con estado civil soltero. La religión que los estudiantes manifestaron fue la católica en 25 (17 mujeres y ocho hombres), ninguna en 20 (14 hombres y seis mujeres), cristiana en dos (mujer y hombre) y otra en tres (dos mujeres y un hombre); 17 mujeres y 12 hombres recibieron instrucción religiosa en la niñez (58%). Se observó una mayor frecuencia de declaración de fe católica entre mujeres (p = 0.02), al tiempo que la negación de credo fue más común entre hombres (p = 0.02). La instrucción religiosa en la infancia fue igual de frecuente en ambos sexos.
El puntaje de EPM varió entre 29 y 88, con un promedio de 46 ± 13.5, que traduce un pensamiento escéptico y racional. De las 2 dimensiones que contiene, en la primera (analogía-adualismo-animismo) se tuvo un resultado promedio de 23 ± 9 de 85 puntos posibles, mientras que la segunda (escepticismo y predominio razón/magia) tuvo un promedio de 20 ± 8 de 60 totales. No hubo diferencia en los puntajes de esta escala entre hombres y mujeres pero sí entre quienes afirmaron ser católicos (promedio 49 ± 14) o no pertenecer a religión alguna (promedio 39 ± 7) (p=0.002)
Dentro de las características principales del pensamiento mágico o fantástico en estudiantes de medicina, se observó analogía (he percibido fantasmas, espíritus y poderes mentales en mí u otras personas) en 11 alumnos, adualismo (tengo miedo de que revivan los muertos, lugares embrujados, de supersticiones, la magia y los sueños premonitorios de desgracias) en 25, animismo (tengo ritos, amuletos y ropa para atraer la buena suerte; consulto los horóscopos) en 17, escepticismo (rechazo la reencarnación, las limpias, las supersticiones, los amuletos y los poderes sobrenaturales) en 47 y predominio de la razón vs magia (creo que la suerte no existe, en no dejarme influir por creencias o supersticiones o en un mundo sobrenatural) en 50. No se apreciaron diferencias significativas en estas preferencias entre los estudiantes de uno u otro sexo.
En el puntaje de ER, el rango fue de 5 a 26, con un promedio de 9.8 ± 4.9, que traduce un bajo nivel de religiosidad; al desglosar las 3 dimensiones que abarca dicho índice, se encontraron valores promedio de 2.3 de 6 para la religiosidad social, 1.6 de 6 para la religiosidad privada y 5.8 de 15 para el compromiso o motivación religiosa. La tabla 1 muestra las características principales del pensamiento religioso en estudiantes de medicina; llamó la atención que, a pesar de la baja religiosidad grupal, 3 cuartas partes de los estudiantes conceden a los ritos místicos un significado especial, como en una misa de graduación. No se apreció diferencia significativa en este puntaje entre los estudiantes de uno u otro sexo, pero sí entre quienes afirmaron ser católicos (promedio 11.3 ± 4) o no tener alguna religión (promedio 6.4 ± 2) (p<0.001).
Pregunta | Muy pocas veces/nunca |
Algunas veces | Semanal o diariamente |
|||
---|---|---|---|---|---|---|
F | % | F | % | F | % | |
¿Con que frecuencia vas a la iglesia? | 32 | 64 | 12 | 24 | 11 | 22 |
¿Con qué frecuencia dedicas algún momento a alguna oración? | 39 | 78 | 5 | 10 | 6 | 12 |
No es verdad | No estoy seguro | Es verdad | ||||
En tu vida, ¿sientes la presencia de Dios? | 27 | 54 | 12 | 24 | 11 | 22 |
¿Tus creencias religiosas dan respaldo a tu manera de vivir? | 39 | 78 | 5 | 10 | 6 | 12 |
¿Te esfuerzas por vivir tu religión en cada aspecto de tu vida? | 46 | 92 | 1 | 2 | 3 | 6 |
Al graduarte ¿te parece necesaria una misa de agradecimiento? | 12 | 24 | 29 | 58 | 9 | 18 |
Al calcular la correlación entre la religiosidad y el pensamiento mágico en cada estudiante se obtuvo un coeficiente r de Pearson de 0.37 (p= 0.008) (figura 1); no se observó diferencia en este coeficiente entre hombres y mujeres.
La tabla 2 muestra las decisiones bioéticas que toman los estudiantes de medicina; la recomendación de uso de anticonceptivos y la atención de pacientes homosexuales no parecen ser un dilema ético, pues casi todos los estudiantes se muestran de acuerdo en eso; lo que sí generó disensión fue la asistencia de abortos o suicidios inducidos y la transfusión de sangre a testigos de Jehová, aunque más de la mitad de los estudiantes apoyarían esa asistencia también. No se observó predominio de hombres o mujeres en alguna de las decisiones bioéticas.
Dilema (n = 50) | Acuerdo | Indefinido | Desacuerdo | |||
---|---|---|---|---|---|---|
M | H | M | H | M | H | |
¿Recomendarías el uso de anticonceptivos? | 26 | 24 | 0 | 0 | 0 | 0 |
¿Rechazarías inducir un aborto por embarazo no deseado? | 1 | 2 | 5 | 6 | 20 | 16 |
¿Rechazarías inducir un aborto por malformación grave del feto? | 0 | 2 | 2 | 3 | 24 | 19 |
¿Asistirías a un anciano a suicidarse? | 11 | 16 | 12 | 5 | 3 | 3 |
¿Te negarías a entregar un certificado para un matrimonio homosexual? | 0 | 1 | 1 | 1 | 25 | 22 |
¿Transfundirías a un paciente testigo de Jehová contra su voluntad? | 19 | 17 | 4 | 3 | 3 | 4 |
H: Hombre; M: Mujer.
La tabla 3 muestra la secuencia de opciones de los estudiantes a partir de su respuesta al dilema de asistir a un anciano a suicidarse. Como se puede ver, los alumnos más tradicionalistas, que muestran desacuerdo con la asistencia del suicidio (n=6), dudan o rechazan también la inducción de un aborto por embarazo no deseado (n=4). Por el contrario, entre los estudiantes más liberales, que muestran acuerdo con la asistencia del suicidio (n=27), 2 terceras partes aceptan la inducción de un aborto por embarazo no deseado (n=19) o por malformación fetal (n=22).
Dilema (n = 50) |
¿Asistirías a un anciano a suicidarse? | ||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
A | I | D | |||||
M | H | M | H | M | H | ||
Total | 11 | 16 | 12 | 5 | 3 | 3 | |
Recomendación de anticonceptivos | A | 11 | 16 | 12 | 5 | 3 | 3 |
I | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | |
D | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | |
Rechazo inducción aborto por embarazo no deseado |
A | 0 | 1 | 0 | 0 | 1 | 1 |
I | 2 | 5 | 2 | 0 | 1 | 1 | |
D | 9 | 10 | 10 | 5 | 1 | 1 | |
Rechazo inducción aborto por malformación | A | 0 | 2 | 0 | 0 | 0 | 0 |
I | 0 | 3 | 2 | 0 | 0 | 0 | |
D | 11 | 11 | 10 | 5 | 3 | 3 | |
Negación de asistencia a matrimonio homosexual | A | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 1 |
I | 0 | 1 | 1 | 0 | 0 | 0 | |
D | 11 | 15 | 11 | 5 | 3 | 2 | |
Transfundir a paciente testigo de Jehová | A | 8 | 10 | 8 | 4 | 3 | 3 |
I | 2 | 3 | 2 | 0 | 0 | 0 | |
D | 1 | 3 | 2 | 1 | 0 | 0 |
A: Acuerdo; D: Desacuerdo; I: Indefinido.
Al agrupar a los alumnos por sus decisiones bioéticas fue posible establecer 4 perfiles: los que muestran acuerdo con la asistencia del suicidio y con la inducción de un aborto por embarazo no deseado (n=19, 38%), los que muestran acuerdo con la inducción de aborto pero no con la asistencia del suicidio (n=17, 34%), los que muestran acuerdo con la asistencia del suicidio pero no con la asistencia del aborto (n=8, 16%) y los que no muestran acuerdo con ninguno de los 2 procedimientos (n=6, 12%), mismos que se aprecian en la tabla 4. El perfil liberal ocupa la posición superior en la tabla y el perfil tradicionalista el más bajo; no se observó predominio de hombres o mujeres en ninguno de estos grupos, pero sí diferencia significativa en los puntajes en la ER y la EPM, con una mayor religiosidad y pensamiento mágico entre los alumnos del perfil bioético tradicionalista (p<0.05).
Perfil bioético | Sexo | ER | EPM | Índice Católicos |
|
---|---|---|---|---|---|
M | H | ||||
Acuerdo en asistencia al suicidio en ancianos e inducción de aborto por embarazo no deseado |
9 | 10 | 4.1* ± 2.7 | 68* ± 18 | 0.37 |
Acuerdo en inducción de aborto por embarazo no deseado, pero no en asistencia al suicidio en ancianos |
11 | 6 | 5.2 ± 3.8 | 70 ± 17 | 0.53 |
Acuerdo en asistencia al suicidio en ancianos pero no en inducción de aborto por embarazo no deseado |
2 | 6 | 8 ± 5.6 | 70 ± 20 | 0.62 |
Indefinido o en desacuerdo con asistencia al suicidio en ancianos e inducción de aborto por embarazo no deseado |
4 | 2 | 9.2* ± 7.9 | 95* ± 36 | 0.66 |
ER = Encuesta de religiosidad DUREL; EPM = Encuesta de pensamiento mágico de Petra Micu-Estrada Avilés; H = Hombre, M = Mujer.
* valor de significancia p < 0.05.
Al analizar qué decisión toman los alumnos pertenecientes a cada uno de los perfiles acerca del dilema de transfundir a un testigo de Jehová contra su voluntad, no se observó mayor frecuencia del acuerdo o desacuerdo frente a este dilema entre los diferentes grupos; tanto los estudiantes liberales (13/19, 68%) como los tradicionalistas (5/6, 83%) indicarían la transfusión en contra de la voluntad del paciente.
DISCUSIÓN
Los estudiantes de medicina comparten las creencias fantásticas y religiosas de la sociedad en que viven, que desde la niñez configuran una huella emocional que, al volverse adultos, es desafiada por la educación superior.23 La mentalidad resultante de este choque los acompañará el resto de sus vidas y modelará el criterio con que enfrentarán los dilemas que sus pacientes les presenten.24,25 De allí el interés en conocer y describir esas convicciones al acercarse la culminación de los estudios de pregrado.
En México, durante el siglo XX, el sistema educativo impulsó un proyecto didáctico modernista, laico y orientado por los avances científicos hacia el desarrollo de una cultura habituada a la ciencia.26 La finalidad fue combatir todo tipo de superstición e intolerancia de origen religioso, para lo que las creencias fervorosas fueron eliminadas de los currículos escolares; pero -inesperadamente- persistieron en las aulas en currículos ocultos. Tan exitosas fueron, que la Encuesta Nacional sobre Creencias y Prácticas Religiosas del 2016 destacó que más del 80 por ciento de la población afirma ser católica y menos del 5 por ciento declara su abstención de fe.27 Como es razonable extrapolar estas proporciones a profesionistas con educación superior y médicos con práctica clínica, es posible también aceptar que hay una vasta mayoría de médicos religiosos y que esa convicción influye en su desempeño ante dilemas éticos, con un potencial impacto sobre la autonomía, beneficencia y justicia ante sus pacientes.28-32
Nuestro análisis confirma que el pensamiento predominante en los estudiantes de medicina de la Universidad de Sonora es el racionalista y escéptico, a pesar de lo cual la religiosidad tiene una prevalencia superior al 70 por ciento; estos hallazgos coinciden con lo que se ha reportado en otras partes de Latinoamérica.33-36 Es digno de mención también que las ideas fantásticas siguen presentes en una proporción nada despreciable de jóvenes: la mitad confiesa afinidad por las supersticiones populares y los poderes sobrenaturales; paradójicamente, entonces, los estudiantes de medicina son racionalistas y escépticos, pero también tienen pensamiento mágico, como si existiera una doble razón lógica y mágica a la vez. La correlación tenue, pero significativa, entre el pensamiento mágico y la religiosidad nos informa que las 2 variables están efectivamente vinculadas tal vez, incluso, de manera causal.
La posible explicación de la coexistencia del razonamiento mágico y lógico en los jóvenes se encuentra en lo que el francés Michel Maffesoli denominó el tribalismo: la resistencia cultural a la reflexión racionalista, que da lugar a que las personas hagan juicios con base científica preponderante, pero con ingredientes propios de las creencias y tradiciones que, de esa manera, conforman lo que se denomina razón sensible;37 se trata de una respuesta contrasentido del academicismo, que recupera discursos populares y los pone al centro de la dinámica y la deliberación social.38. Los estudiantes de medicina -y en general de educación superior- adquieren una pauta de incredulidad ante el reto de la magia o la superstición populares, pero no ante el de sus propias convicciones religiosas, como si éstas operasen de manera inconsciente. O bien, que debajo de una corteza escéptica, opera una mente con grados variables de pensamiento fantástico que, en paralelo con las convicciones religiosas, adopta el acostumbrado menosprecio por las orientaciones científicas;39,40 esto lo ejemplificó el mismo Maffesoli al dirigir la tesis doctoral en sociología de una adivinadora, en la que se argumentó la “humillación” de la astrología por la ciencia, lo que provocó grandes controversias en la Universidad de París.41
Los estudiantes de medicina encuestados no objetarán la prescripción de métodos anticonceptivos a sus pacientes y la mayoría no discriminará a pacientes homosexuales en su práctica; estos rasgos podrían ser ya rasgos morales inherentes en las nuevas generaciones. Pero en otros dilemas, como la asistencia al suicidio o la interrupción de un embarazo, hay estudiantes con una actitud muy liberal, otros con una muy tradicionalista y 2 perfiles intermedios; este agrupamiento en 4 diferentes perfiles bioéticos hizo patente un mayor índice de religiosidad y pensamiento mágico entre los de perfil tradicional que en los del perfil liberal, lo que también coincide con observaciones previas.28,42-44.
Llama la atención, sin embargo, que la mayoría de los estudiantes se acercan al extremo de decisiones liberales con independencia de su credo; la justificación podría ser que la religiosidad de los estudiantes es tenue y se manifiesta en actos públicos de culto más que en deliberaciones íntimas, como también se ha encontrado en otro estudio.45 Nuestro estudiante creyente no se percibe acompañado por Dios, sino más bien en un estado de autodeterminación y libertad que no lo sujeta a una moral religiosa y le permite autonomía en sus juicios.
Creemos que los datos presentados muestran que la educación médica en la Universidad de Sonora, si bien ha avanzado sustancialmente en la consecución de médicos laicos y científicos, no consigue emanciparlos aún del pensamiento mágico y religioso; los estudiantes desarrollan, después de 8 semestres, una posición de escepticismo frente a casi toda la superstición popular, pero no ante a sus propias creencias fervorosas porque tal vez, como afirma Farkas, ellas cumplen una función productiva y protectora ante el estrés propio de la carrera universitaria.46 Presumiblemente, estos jóvenes serán médicos críticos que no mezclarán elementos místicos con su práctica científica, pero que tienen riesgo de desarrollar objeción de conciencia ante lo que sus pacientes les soliciten.
Lo anterior resulta de interés dado el debate que tiene lugar en escuelas de medicina inglesas y norteamericanas, que buscan incorporar la religiosidad y espiritualidad al currículo, con el trillado argumento de que el cuidado de los pacientes tiene un vacío -anímico- que debería ser atendido.4,47,48 Esta exhortación resulta, cuanto menos, polémica,49 máxime ante las pruebas cada vez más numerosas de que la objeción de conciencia se origina en la creencia religiosa y obstaculiza la atención de muchas pacientes.50-54 Una actitud laica en la docencia médica podría reducir tales objeciones.55
Nuestro estudio tiene algunas limitaciones, como el tamaño de la muestra utilizado y los instrumentos psicométricos empleados, que pudieron sesgar la opinión de algunos estudiantes al encasillarla en alguna de las opciones presentadas; un abordaje cualitativo a la pregunta de investigación podría evitar ese sesgo. Por otra parte, el presentar dilemas bioéticos supuestos y descontextualizados simplifica en exceso el razonamiento moral y propicia la selección de opciones audaces o enérgicas; la solución de dilemas reales o presentados en un sociodrama podría ser el área de oportunidad para superar esta desventaja.
CONCLUSIONES
Los estudiantes de medicina de la Universidad de Sonora desarrollan un pensamiento escéptico y racional. Pero, en muchos de ellos, la religiosidad está presente y, en una proporción no desdeñable, existe un doble razonamiento lógico y mágico; estas inclinaciones se asocian con un perfil bioético tradicionalista que censura ciertas opciones en los pacientes y puede desembocar en la objeción de conciencia ante dilemas morales.
Contribución individual
AVGA: Concepto general y diseño del estudio, análisis de resultados y redacción.
JMOA: Diseño del estudio, análisis de resultados y redacción
MJBO: Aplicación de los instrumentos de medición, análisis de resultados y descripción estadística
Presentaciones previas
Ninguna.
Conflicto de interés
Ninguno.
Financiamiento
Ninguno.