Introducción
El concepto de burnout surgió como parte del estudio de psicólogos dedicados a la salud ocupacional, Freudenberger1 y Maslach2 quienes a mediados de la década de los 70 del siglo pasado describieron el fenómeno de manera independiente en trabajadores de profesiones dedicados a la prestación de servicios humanos. Maslach caracterizó al síndrome de burnout por la presencia de agotamiento (exhaustion), despersonalización y cinismo (cynicism), y desmotivación e insatisfacción en el trabajo, que conllevan a un pobre desempeño laboral (ineffectiveness), lo anterior como consecuencia de factores de estrés prolongados tanto en la esfera emocional como en las relaciones interpersonales en el trabajo3.
La presencia de burnout inició como motivo de estudio en los EE. UU. y posteriormente se extendió a diferentes naciones europeas, siendo en Suecia y Holanda un diagnóstico médico establecido en medicina del trabajo de los sistemas de seguridad social4.
El personal de salud es uno de los grupos más vulnerables a presentar burnout debido a las largas y pesadas jornadas de trabajo y a la interacción cercana que tienen con los pacientes y sus familiares. En una revisión de 2014 realizada en población mexicana se refiere que de 64 estudios realizados sobre burnout, 19.3% se enfocan al gremio médico5.
En el caso de los médicos, el burnout puede desarrollarse desde etapas tempranas de la carrera6. Lo anterior ha sido sustentado por la alta exigencia académica y la carga de trabajo a la que son sometidos los estudiantes, esta última equiparable a la carga laboral en el caso del médico en servicio. En Estados Unidos una revisión sistemática que abarcó de 1974 a 2011 reveló que la prevalencia de burnout en estudiantes de medicina varía entre 45 al 71 por ciento y señaló que puede estar presente durante toda la etapa de formación médica e incluso detonar trastornos psiquiátricos en los estudiantes que cursan con burnout grave, al grado de desencadenar ideación suicida7.
En Latinoamérica, Colombia registra 15.5% de burnout en estudiantes de medicina de pregrado8. En México estudios recientes realizados en médicos internos de pregrado revelaron también la presencia deburnouthasta en 70% de los participantes en Veracruz9 y en la Ciudad de México 16.3% presentaron el síndrome10. Ninguno de estos reportes indica el grado de afectación.
La falta de detección oportuna en la aparición deburnoutpuede ocasionar consecuencias como abandono de los estudios, abuso de alcohol11, desorden en el sueño e intento de suicidio12. En un estudio realizado en estudiantes de medicina en Estados Unidos se identificaron como factores de riesgo la menor edad y las deudas adquiridas por el pago de los estudios, aspectos que deben considerarse como desencadenantes del síndrome de burnout11.
Con respecto a la diferencia de género, existen estudios que refieren que el ser mujer predispone más al desarrollo del síndrome, debido a la doble carga que desempeñan las mujeres, la tarea familiar y la carga académica en el caso de estudiantes. Otro de los aspectos asociados al rol social tiene que ver con la expresión de las emociones y la función de cuidador que la familia y la sociedad le han establecido a la mujer. Un estudio realizado en estudiantes de los últimos años de la carrera de medicina en la Universidad de Belgrado, sobre las diferencias de sexo respecto al sufrimiento psicológico y burnout, refiere que las mujeres frecuentemente tienen mejores opciones de apoyo social, lo cual puede ser un factor protector. Pero debido a que desempeñan muchos roles fuera de la escuela, que les hace perder tiempo para el estudio y descanso, hay merma en su aprendizaje y por lo tanto están más expuestas a desarrollar mayor angustia y burnout13. Sin embargo este factor no es observado en todos los estudios, por lo que esta condición no es concluyente14.
Enfoques conceptuales del burnout
El Maslash Burnout Inventory es el instrumento considerado el estándar de oro ya que hasta 90% de los estudios sobre burnout en México y en el mundo están basados en dicho instrumento5, lo que comprueba su aceptación y permite a los investigadores que lo utilizan comparar los resultados de la investigación en los diferentes países15. Sin embargo, se ha observado que el enfoque tridimensional solo funciona en población trabajadora, ya que en personas desempleadas, pensionados o amas de casa el único síntoma que se identifica es el agotamiento emocional; no así la ineficacia y el cinismo ante el trabajo4 y existen problemas para establecer el diagnóstico del síndrome, debido a la alta variabilidad de las propiedades psicométricas de los instrumentos de indagación16.
Barraza refiere que en 2006 Shirom realizó una revisión sobre las diferentes escalas de Maslach y mostró que el agotamiento emocional es la dimensión que mejor correlaciona con el trabajo y las observaciones realizadas por los cónyuges y los jefes de los evaluados16; y se adhiere al enfoque de Pines et al., quienes definieron el síndrome como -un estado de agotamiento físico, emocional y cognitivo producido por el involucramiento prolongado en situaciones generadoras de estrés- que no solo se presentaba en el ámbito profesional sino también podrían sufrirlo los estudiantes17.
En México, Barraza diseña y válida para los estudiantes de licenciatura la «Escala Unidimensional del Burnout Estudiantil» (EUBE). Esta escala se conforma por 15 ítems que pueden contestarse mediante un escalamiento tipo Lickert de cuatro valores categoriales (nunca, algunas veces, casi siempre y siempre). El análisis factorial del instrumento hizo posible identificar dos subdivisiones que explican un 53% de la varianza total. Así, la EUBE está estructurada en dos subdimensiones: la comportamental integrada por 10 ítems que evidencian conductas de presentación transitoria y que permiten determinar el grado leve de burnout y la actitudinal integrada por cinco ítems, los cuales aluden a un proceso prolongado en la presentación de los síntomas y por lo tanto permiten identificar el burnout de alto grado (moderado y profundo)16.
Los estudios realizados para la validación de la EUBE muestran una confiabilidad de 0.91 en alfa de Cronbach y de 0.89 de confiabilidad en mitades, lo que habla de la consistencia interna del instrumento y la interrelación consistente de los ítems que la conforman, respectivamente16.
El ingreso en la carrera de médico cirujano en esta facultad de medicina particular de la Ciudad de México tiene como requisito aprobar un curso propedéutico selectivo de gran demanda y alta exigencia académica. Es posible que este curso desencadene burnout en estudiantes vulnerables. El objetivo de este trabajo fue determinar la presencia del síndrome de burnout en estudiantes de los cursos propedéuticos de 2014 y comparar su relación con variables sociodemográficas.
Método
Se realizó un estudio transversal y analítico. Se invitó a participar a los 374 estudiantes inscritos a los cursos propedéuticos que impartió la Facultad Mexicana de Medicina, en los periodos de enero-mayo denominado grupo I (G I) y julio-noviembre grupo II (G II) de 2014. De esta población se excluyeron los alumnos que no asistieron el día de la aplicación de la evaluación y las escalas que estaban con respuestas duplicadas o incompletas, quedando fuera 6 alumnos en el grupo GI y 24 en el grupo GII, con un total de 344 estudiantes, 146 en el GI y 198 para el GII.
Para determinar la presencia y nivel de burnout se aplicó la EUBE en la semanas 13 de 16 de los cursos, junto con una encuesta sociodemográfica sobre sexo, edad y tiempo de traslado a la facultad en rangos de 30 min.
El análisis de los datos obtenidos de la escala EUBE se realizó asignando un valor numérico de 1 - 4 a cada respuesta de los enunciados: uno a la categoría nunca, dos a algunas veces, tres a casi siempre y cuatro a siempre. Posteriormente, se calculó el valor promedio de la encuesta para cada estudiante, se transformó en porcentaje y se ordenó según el baremo evaluativo propuesto por Barraza. Los parámetros para determinar burnout fueron los establecidos por Barraza; sin burnout (0-25%), leve (26-50%), moderado (51-75%) y profundo (76-100%).
Consideraciones éticas
Todos los estudiantes fueron informados sobre la finalidad de la investigación. Se les solicitó el consentimiento informado de manera verbal para participar en el estudio.
Análisis de resultados
Se estimó la distribución normal de los resultados con la prueba Kolmogorov-Smirnov, en el que se obtuvieron niveles de significación de p=0.000, por lo que se rechazó la hipótesis nula de normalidad y se decidió utilizar pruebas no paramétricas para la estadística inferencial, empleando las pruebas U- Mann Whitney, Kruskal-Wallis y Chi cuadrada. Se tomaron como diferencias estadísticamente significativas aquellas cuya p<0.05. El análisis se realizó con el programa SPSS Statistics 23.
Resultados
El número final de participantes fue de 344, 146 en GI y 198 para GII. Los grados de burnout encontrados fueron: en el grupo GI, 7 (4.8%) alumnos no presentaron burnout; 135 (92.5%) presentaron burnout leve y en 4 (2.7%) fue moderado. El grupo GII registró que 1 (0.5%) alumno no presentó burnout, 182 (91.9%) presentaron leve y 15 (7.6%) moderado. Ningún estudiante presentó burnout severo (Fig. 1).
Para determinar diferencias en la presencia de burnout entre los grupos, se sumaron los alumnos que presentaron niveles leve y moderado para cada grupo (GI=139, 95.2%; GII=197, 99.5%) y se compararon con los que no presentaron burnout (GI=7, 4.8%; GII=1, 0.5%). Al realizar la prueba de Chi cuadrada se encontró diferencia estadísticamente significativa entre los grupos (p=0.009).
La determinación de diferencias entre los grupos de estudio en relación con la presencia de burnout moderado se realizó mediante la prueba de chi cuadrada, la cual evidenció una tendencia mayor en el grupo II (15, 7.6%) vs. grupo I (4, 2.7%), sin que los resultados mostraran diferencias estadísticamente significativas (p=0.052).
El análisis de las variables sociodemogáficas mostró diferencias estadísticamente significativas (p<0.001) respecto a la edad, GI (19.2±1.3) y GII (18.4±0.9). La presencia de burnout no presentó diferencias según el sexo de los estudiantes (p=0.750 U- Mann Whitney), ni tampoco tuvo relación con el tiempo de traslado (p=0.785 Kruskal Wallis) (Tabla 1).
Los resultados obtenidos con la escala EUBE se presentan como media y desviación estándar (DE) por ítem y por grupo, diferenciando los actitudinales (sombreado) de los comportamentales (Tabla 2).
Los indicadores comportamentales más frecuentes fueron: mis problemas escolares me deprimen fácilmente, durante las clases me siento somnoliento y antes de terminar mi horario de clases ya me siento cansado. Los indicadores actitudinales más representados fueron: me desilusionan mis estudios, cada vez me siento más frustrado por ir a la escuela y no creo terminar con éxito mis estudios.
Discusión
El síndrome de burnout en estudiantes de medicina ha sido estudiado especialmente en las etapas consideradas como críticas en la formación, es decir en los ciclos clínicos e internado médico9,10. El estudio que se presenta es uno de los primeros realizados en aspirantes a ingresar en la carrera de medicina y de los pocos que han utilizado la escala EUBE.
Con respecto a otros estudios que han utilizado la EUBE en el ambiente médico podemos hacer referencia al de Rosales18 quien aplica el instrumento a estudiantes de medicina de primer año y cuyos resultados coinciden con los nuestros en reportar un nivel de burnout leve.
Una de las cuestiones que frecuentemente se han tratado en el estudio del burnout, ha sido las diferencias de género. La investigación en este sentido es muy amplia, referida a sectores profesionales muy variados y cuyo resultado ha sido poco concluyente14. Según los datos arrojados por nuestro trabajo, la diferencia de género no estaría relacionada con la incidencia de burnout, lo que se opone a otros estudios realizados en estudiantes de la carrera de medicina que refieren mayor frecuencia de burnout en mujeres13 como lo reportado por el grupo de Rosales18, quienes identificaron burnout leve y moderado en un porcentaje considerable de mujeres y solo en un hombre. Esta diferencia podría ser explicada por la ausencia de carga extra académica en las mujeres de este estudio, quienes eran recién egresadas de la preparatoria.
El tiempo de traslado es un factor estresante para cumplir con los horarios laborales en la Ciudad de México, que podría considerarse un predictor del desencadenamiento de burnout, sin embargo los resultados no mostraron relación. En contraste, Athié et al. identificaron una relación significativa entre el tiempo de traslado y la presencia de burnout medido con la escala Maslash Burnout Inventory en médicos internos del hospital General de México10.
El curso propedéutico, por su condición selectiva, puede convertirse en una experiencia estresante y de difícil manejo, que coincide con los cambios producidos en la etapa final de la adolescencia y el comienzo de numerosos desafíos que pueden repercutir negativamente en la salud física y mental de los alumnos, así como en su rendimiento académico.
En este estudio se contrastaron dos cursos propedéuticos, cuya diferencia en el número de alumnos fue cercana al 45 por ciento, lo que supone una disparidad considerable en la competencia por ser seleccionado. El aumento en la matrícula en GII es un estresor mayor y condicionante para desencadenar el síndrome de burnout. Este grupo más numeroso, que mostró mayor incidencia de burnout, también se caracterizó por una edad promedio significativamente menor, en aproximadamente seis meses.
Ante las nuevas presiones generadas por el selectivo para ingresar en la carrera de medicina existen alumnos que logran desarrollar estrategias adecuadas para afrontar las exigencias académicas del curso, mientras que otros son incapaces de modificar esta situación problemática, la cual acrecienta y puede llegar a desencadenar efectos deletéreos como la expresión del síndrome de burnout.
¿Qué diferencias hay entre estos estudiantes? Los estudios enfocados a determinar los factores protectores que estimulan el desarrollo biopicosocial del individuo han tomado el concepto de resiliencia para englobar una serie de parámetros que en conjunto logran que el individuo sea capaz de enfrentar y superar las adversidades que impone el ambiente y salir transformado por ellas.
Resiliencia es un vocablo antiguo que comenzó a utilizarse en psicología en los años 70 del siglo pasado19 y que recién aparece en la 23° edición del Diccionario de la Real Academia Española de 2014. La resiliencia es considerada como una acción dinámica que emerge de procesos comunes como la introspección, iniciativa, humor, creatividad, independencia, pensamiento crítico y moralidad, que sirven para dirigir los recursos personales disponibles para afrontar un estresor20,21.
Un estudio con alumnos de nuevo ingreso a la licenciatura de medicina, cuyas edades oscilan entre 17 y 19 años, muestra que el grado de resiliencia alcanza el 71 por ciento y que no existen diferencias significativas entre sexos20. Las líneas de investigación actuales están enfocadas en identificar los mecanismos que subyacen en estos procesos, con el fin de comprender el papel protector que juega la resiliencia en la prevención del burnout.
Por otra parte, el baremo propuesto por Barraza para determinar el nivel de burnout a partir del EUBE puede presentar algún inconveniente ya las subdivisiones que se revelan con el análisis factorial realizado para la validación de la escala no forman dos dominios diferentes. Si la escala es realmente unidimensional, como lo plantea Barraza, sería recomendable reformular la puntuación de los ítems comportamentales y actitudinales, dándole a estos últimos un mayor valor relativo, dado que son los indicadores de la manifestación de una condición profunda de burnout. Sin embargo, esta escala permitió identificar el nivel de burnout de los estudiantes del curso propedéutico.
Conclusiones
El enfoque unidimensional propuesto por Barraza es adecuado para establecer los niveles de burnout, debido a que los estresores a los que se enfrentan los estudiantes del curso propedéutico son diferentes a los que se han identificado en la población que presta servicios a otras personas.
En los estudiantes el agotamiento físico se relaciona con las jornadas de clases con horarios completos hasta de diez h continuas dedicadas al estudio. El agotamiento emocional se genera por el contacto con situaciones de minusvalía e incapacidad para afrontar los retos académicos y, aunado a ello, el de tipo cognitivo debido al enciclopedismo que aún prevalece en la -enseñanza- de la medicina, y no el optar por construir y aplicar el conocimiento.
Nos proponemos continuar este tipo de investigaciones en los mismos estudiantes en semestres posteriores, dándole al estudio un carácter longitudinal que permita conocer la evolución de los alumnos a lo largo de la carrera y evaluar sus factores de resiliencia, con el fin de proponer e implementar estrategias para reducir la incidencia del estrés y el agotamiento entre los estudiantes de ciclos propedéuticos y básicos, y con ello reforzar su compromiso con la medicina.
Finalmente, se considera fundamental emprender estudios de esta naturaleza en otras escuelas y facultades de medicina en México, que permitan comparar los resultados obtenidos y desarrollar una visión integral sobre los principales problemas que enfrentan los estudiantes durante la educación médica.
Responsabilidades éticas
Protección de personas y animales Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datos Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informado Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Autoría/colaboradores
ADG idea original del proyecto, aplicación de la encuesta, análisis estadístico, redacción del manuscrito y elaboración de conclusiones.
TVJ revisión bibliográfica, análisis de resultados y redacción del manuscrito.
DMR análisis de resultados y redacción del manuscrito.
GGV revisión del manuscrito.
GCM autorización y prestación de facilidades para realizar el estudio.