Introducción
En 1992, se publica el Primer Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, 1992) donde se establecen medidas relacionadas a la adaptación en el corto plazo, siendo la primera la referida a la elaboración de políticas y programas de preparación para casos de urgencia y prevención contra los desastres y elaboración de planes completos y detallados de gestión para disminuir la futura vulnerabilidad de las poblaciones. Lavell (2011) plantea la hipótesis básica de que la Gestión del Riesgo de Desastre, los conceptos y los métodos, la práctica y las estrategias que ha desarrollado, tienen mucho que ofrecer al campo de la Adaptación al Cambio Climático.
En el hemisferio norte, donde se encuentra Jalisco, predomina la masa continental del planeta y las mayores emisiones de gases efecto invernadero, por lo que se ha comprobado que las anomalías positivas de las temperaturas van en aumento de manera creciente (NOAA, 2021).
La mayor incertidumbre presente en este clima cambiante, es en los efectos que tendrá el aumento de calor, pues se ha confirmado que cuando los seres humanos se exponen a temperaturas fuera de su zona termoneutral, tiene efectos en la salud física y mental; el salirse de esa zona y según la vulnerabilidad del organismo, puede presentar diversas condiciones de riesgo. La zona termoneutral ambiental o zona de confort de los seres humanos va de 24 a 31 °C (Gordon, 2005).
En el Plan Estatal de Desarrollo Jalisco 2013-2033, se advierte que el estado es vulnerable al cambio climático (Gobierno de Jalisco, 2013); y la consulta de percepción ciudadana incluida en el Plan Estatal de Acción ante el Cambio Climático (PEACC) del Estado de Jalisco (Alcocer et al., 2014), señala que la principal palabra que define al cambio climático según los jaliscienses encuestado es “calor”.
La incidencia anual de eventos extremos de calor es cada vez más frecuente en las zonas metropolitanas, y la tasa de aumento de eventos extremos, es mayor en las zonas en expansión comparativamente con las más pequeñas (Stone et al., 2010; EM-DAT, 2020).
El documento México Quinta Comunicación Nacional ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (SEMARNAT & INECC, 2012), refiere que las enfermedades diarreicas agudas, dengue, paludismo y golpes de calor van en aumento, identificando la urgencia de llevar a cabo mayores esfuerzos y medidas eficaces por el sector salud para reducir su impacto en la población, y poder hacer frente con menores costos en daños y vidas. Las olas de calor y la temperatura extrema se reconocen como factor detonante de muertes por enfermedades del sistema circulatorio (I00-I99) en la zona metropolitana de Guadalajara, e identifican como grupos más vulnerables de la población, las personas del género masculino entre los 60 a 69 años de edad (Estrella, 2017).
Jalisco es un territorio donde la vulnerabilidad al cambio climático se expresa en una amplia diversidad de variables y el daño que puede ocasionar en vidas humanas es muy alto. Algunos de los factores de vulnerabilidad que contribuyen en el nivel de daños ante eventos relacionados con el cambio climático son: densidad de población (en sus dos extremos alta concentración y dispersión), crecimiento urbano disperso y sin planeación, carencia de sistemas de aprovechamiento de agua pluvial, disminución de áreas verdes urbanas y los servicios ambientales que brindan a la población, carencias de servicios básicos en la vivienda como agua y energía eléctrica (rezagos en la cobertura), analfabetismo (su atención es un factor crucial para la comprensión del problema y sus causas, cambios de comportamiento y reducción de daños), falta de conocimiento básico de los habitantes sobre el cambio climático (que limita reconocerlo como problema e implementar medidas para prevenir y enfrentar de mejor manera sus consecuencias), acceso a salud (existe una tercera parte de los jaliscienses que no cuenta con un seguro social), marginación y pobreza (los grandes núcleos urbanos concentran la mayor parte de los pobres del estado), falta de calificación de recursos humanos (implica crear capacidades a nivel de las instancias de gobierno y los profesionales que se desempeñan en sectores directivos y operativos clave (economía, transporte, industria, agua, energía, vivienda, medio ambiente, salud, servicios, protección civil,) y falta de recursos humanos y de infraestructura de protección civil acorde a las demandas de atención que se tienen con respecto a las amenazas prioritarias presentes en el estado (Garibay & Curiel, 2015).
Se conoce que la cuarta parte del territorio estatal es muy sensible al calentamiento global. Durante el periodo 2000-2019, los desastres visibles en Jalisco se han vuelto frecuentes: epidemias (2009, 2008, 2007, 2005, 2003, 2019), inundaciones (2006, 2007, 2008, 2003) y tempestades (2008), pero también han aumentado los no visibles, como olas de calor (2002, 2003, 2005, 2013, 2018). Los municipios donde se han presentado los mayores desastres climáticos son: Guadalajara, Puerto Vallarta, Cihuatlán, Lagos de Moreno, Ocotlán, Tlaquepaque, Zapopan y Tlajomulco de Zúñiga (Garibay & Curiel, 2015).
De las 12 principales causas de morbilidad consideradas como consecuencia del cambio climático por The Interagency Working Group on Climate Change and Health (Portier et al., 2010) la mitad están presentes en la entidad según análisis hechos con datos de la Secretaría de Salud, tales como infecciones respiratorias agudas (21,444/100,000 hab.), infecciones intestinales (4,047/100,000 hab.), hipertensión arterial (652/100,000 hab.), intoxicación por picadura de alacrán (615/100,000 hab.), asma y estado asmático (357/100,000 hab.), y neumonías y bronconeumonías (307/100,000 hab.) (Secretaría de Salud, 2020).
Desde la perspectiva de salud pública, la evaluación del riesgo se reconoce que puede ser de muchas y variadas formas al ser un componente esencial de la supervivencia humana, y fundamental para el manejo de peligros ambientales a la salud (Fleming & Parker, 2015); una definición de riesgo reconocida desde este campo es como el resultado de “la probabilidad de exponerse a un peligro que nos lleve a una consecuencia negativa” (Ropeik & Gray, 2002). En este trabajo, el peligro considerado son las olas de calor y las temperaturas máximas, así como el incremento de morbilidad y mortalidad. En el abordaje del riesgo la predisposición a ser afectado negativamente ante un peligro se define como vulnerabilidad (IPCC, 2012); analizar la vulnerabilidad posibilita determinar las demandas que se pueden llegar a tener en caso de la presencia de peligros, las capacidades que se tienen o deben lograrse, y las medidas que requieren ser implementadas para que los individuos que están en riesgo, prevengan, enfrenten y resistan con menos daños los escenarios de amenazas (UNDP, 2010).
La National Academy of Sciences (2015), confirma que en el mundo se registran miles de muertes prematuras adicionales cada año por calor en verano. Las enfermedades cardiovasculares y respiratorias son comúnmente relacionadas a calor extremo, la asociación es más complicada para morbilidad que para mortalidad.
De acuerdo a las estadísticas reportadas por la Secretaría de Salud Jalisco (2015), los grupos de enfermedades que van al alza, en primer lugar, se encuentran las enfermedades del sistema circulatorio (I00-I99), en el año 2000 la tasa de mortalidad fue de 11.69 y para el 2015 presentó 13.64 muertes por cada 10,000 habitantes. Dentro de este grupo se encuentran las enfermedades isquémicas del corazón (I20-I25) que presentan una tendencia al aumento, para el año 2000 la tasa de mortalidad fue de 5.30 y al 2015 de 7.08/10,000 hab; las enfermedades cerebrovasculares (I60-I69) observaron una tendencia ligera a la baja con una tasa de mortalidad para el año 2000 de 2.93 y 2015 de 2.74/10,000 hab.
El objetivo general del presente trabajo es realizar un diagnóstico estratégico de vulnerabilidad ante el cambio climático de las poblaciones y asentamientos humanos de Jalisco orientado al diseño de medidas de adaptación en salud.
Material y Métodos
El tipo de estudio es investigación aplicada, comparativa, en el marco de salud pública. Estudio de tipo cuantitativo, descriptivo, retrospectivo y longitudinal, que pretende determinar cómo es y cómo está la situación de vulnerabilidad en salud de la población ante manifestaciones actuales y escenarios de cambio climático, quienes son y serán los más vulnerables y donde están.
Desde la perspectiva epidemiológica se consideró el modelo de estudios ecológicos vinculado a la evaluación de riesgo atribuible (Gordis, 2015) con análisis retrospectivo de registros históricos meteorológicos y de salud. La morbilidad y mortalidad atribuible se estimó mediante la metodología EIS - Evaluación de Impacto en Salud en la Población, que se recomienda por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente en el manual de métodos para evaluación de impactos a la salud humana del cambio climático y estrategias de adaptación (UNEP, 1998).
El periodo de análisis comprendió de 2000 a 2014. La información se gestionó con la Secretaría de Salud Jalisco, la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial de Jalisco y el Servicio Meteorológico Nacional.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP, 2010), considera siete pasos en la evaluación del riesgo a desastre:
Paso 1. Comprensión de la situación actual - a través de revisión de antecedentes de enfermedades y muertes atribuidas a incrementos de temperatura máxima-. Paso 2. Evaluación del peligro - a partir de bases de datos meteorológicos, considerando temperatura máxima mensual, temperatura extrema diaria y olas de calor.
Paso 3. Evaluación de exposición para identificar la población en riesgo y áreas propensas a desastres - a través de estadísticas de morbilidad y mortalidad.
Paso 4. Análisis de vulnerabilidad para determinar la capacidad de respuesta ante la demanda derivada de los peligros presentes -con indicadores de salud, sociodemográficos y económicos.
Para los propósitos de este diagnóstico se incluyó las localidades urbanas de 2,500 o más habitantes registradas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2010) para el estado de Jalisco. Se determinó la vulnerabilidad considerando los siguientes indicadores a partir de datos de INEGI y del Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco (IIEG, 2020) : Densidad de población (> 350 habitantes/ha); Niños ≤ 5 años de edad (> 35 niños/ha); Adultos ≥ 70 años de edad (> 12 adultos mayores/ha); Analfabetas (> 12 analfabetas/ha); Viviendas sin servicio de agua potable (> 10 viviendas sin agua potable/ha); Viviendas sin servicio de energía eléctrica (> 4 viviendas sin energía eléctrica/ha); Población sin derechohabiencia a servicios de salud (> 50,000 personas) y Pobreza (> 10,000 personas vulnerables por ingreso)-.
Paso 5. Análisis de la pérdida de la salud en la población expuesta, considerando tasas de mortalidad por cada 10,000 habitantes y morbilidad para las 13 regiones sanitarias de Jalisco -se estimó que, ante el incremento de temperaturas y olas de calor, ciertos grupos de la población al presentar condiciones de vulnerabilidad se verán más afectados.
Paso 6. Identificar la capacidad de reducción de riesgos -resultante de comparar las demandas de atención que se reclama en un desastre (en este trabajo es referido al incremento de temperatura) en una población determinada (en este caso los asentamientos humanos en Jalisco) en relación a la oferta que se dispone de cobertura de servicios de salud (derechohabiencia).
Paso 7. Formulación o revisión de estrategias y planes de acción para la reducción de pérdidas en salud (adaptación) -revisión de planes y estrategias nacionales y estatales.
Medidas descriptivas
Tasa, Proporción, Media, Riesgo Atribuible, Coeficiente de Correlación y Análisis de Varianza.
Información básica
Bases de datos de morbilidad y mortalidad (2000-2014) de la Secretaría de Salud Jalisco (2015). Datos del Censo de Población: Población Total 2000 al 2015, localidades urbanas igual o mayores a 2,500 habitantes del estado de Jalisco, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2010). Datos meteorológicos de 1965 al 2013 del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua-Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (2013). Datos meteorológicos de 1970 a 2014 del Instituto de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Guadalajara (2015); Datos de monitoreo atmosférico de 2000 a 2014 de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial del Estado de Jalisco (2020).
Criterios de evaluación
Para los datos meteorológicos se consideró como criterio de calidad el que la estación estuviera ubicada dentro de la zona urbana y que tuviera datos continuos en el 80 % o más de los días del periodo de estudio. Para los datos de mortalidad se consideró las causas en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud, Décima Revisión -CIE 10- (OPS, 2018), evitando las incluidas en la lista de “garbage code” (Naghavi et al., 2010) es decir con una identificación de causas mal definidas, inespecíficas o aquellas que no pueden ser consideradas como causa básica de muerte.
Criterios de Confiabilidad
Con respecto a la definición y a la asociación de variables, se consideró una revisión de fuentes institucionales como la Organización Mundial de la Salud (WHO, 2021), el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, 2021) y el Centers for Disease Control and Prevention (CDC, 2019); además de revistas de investigación con alta visibilidad que abordan el tema de cambio climático y salud: Environmental Health Perspectives y Epidemiology (Tabla 1).
Conceptual variables* | Operational definition | Scales of measurement |
---|---|---|
Heat Wave. A long-lasting period with extremely high surface temperature. | Heat wave duration. | Number of consecutive days. |
Peak Temperature. Manifestation of higher temperatures produced by changes in the course of the seasons. | Maximum temperature reached. | Temperature on the Celsius scale |
Cardiovascular Diseases. Pathological conditions involving the cardiovascular system including the heart; the blood vessels; or the pericardium. | Daily mortality Increased morbidity and mortality | Number Rates, average, proportion, incidence. |
Communicable Diseases. An illness caused by an infectious agent or its toxins that occurs through the direct or indirect transmission of the infectious agent or its products from an infected individual or via an animal, vector or the inanimate environment to a susceptible animal or human host. | Daily mortality Increased morbidity and mortality | Number Rates, average, proportion, incidence. |
Mortality. All deaths reported in a given population. | All-cause mortality. | Annual all-cause mortality rate (per 10,000 inhabitants). |
Morbidity. The proportion of patients with a particular disease during a given year per given unit of population. | Registered patients per year | Number of new cases of a disease |
*Fuente: BIREME (2020).
Validez
La evaluación de la vulnerabilidad consideró las aportaciones metodológicas de la Organización Mundial de la Salud, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la Organización Meteorológica Mundial y la Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina (LA RED).
Resultados y Discusión
Evaluación del peligro
Analizando la temperatura máxima de 30 años (1970-1999) en los sitios de mayor concentración de la población del estado se observó que la normal mensual de temperatura máxima presentó sus valores mayores en los meses de abril y mayo con mayor probabilidad temperaturas de riesgo a la salud, con datos mayores a 29 °C. La temporada de riesgo se ha ampliado en el periodo 2000 - 2015 al doble de meses: marzo, abril, mayo y junio.
Se identificó que los años 2002 y 2003 presentaron la mayor anomalía positiva de temperaturas máximas arriba de 3 °C, mientras que el valor menor fue en el 2004 con una anomalía positiva de 0.1 °C. La mayor anomalía positiva de temperatura máxima mensual para el mes de marzo fue de 4.8 °C en 2002; de abril 4.6 °C en 2001; 3.8 °C para mayo de 2003 y 3.7 °C para junio de 2005. Llama la atención que la mayor anomalía de temperatura en 2002 y la menor en 2004 se presentaron en todas las estaciones meteorológicas de Jalisco con datos que cumplen con criterios de calidad ubicadas dentro de zonas urbanas.
Para la evaluación de temperatura extrema diaria, se analizaron los dos años récord de anomalía positiva de temperatura máxima (2002 y 2003), donde se obtuvo la mayor correlación promedio entre temperatura máxima y mortalidad por enfermedades cardiovasculares con 36 °C (percentil 97), con una correlación de 0.34, lo que indica que exponerse a esas temperaturas determina un aumento de la mortalidad por esta causa, en un 11 %.
Durante el periodo 2000 - 2014 se presentaron olas de calor en el 87 % de los años analizados, siendo 2004 y 2014 donde no se registraron. De los años con olas de calor, en el 54 % de éstos, la temperatura máxima fue menor a 36 °C siendo los años de 2006 a 2010, 2012 y 2013.
El mayor peligro estimado se presentó en el 46 % de los años con presencia de olas de calor con temperaturas extremas de 36 °C o más. El año 2002 registró dos olas de calor, una de 27 días (17 de abril al 13 de mayo) y otra de 7 días (20 al 26 de mayo); siguió 2001 con una ola de 24 días (01 al 24 de abril); 2003 con 23 días (1 al 23 de mayo); 2011 con 20 días (12 al 31 de mayo); 2000 con 15 días (17 abril al 01 de mayo) y 2005 con 11 días de duración (01 al 11 de junio).
Evaluación de exposición y población en riesgo
Se encontraron diferencias de género respecto a la exposición al calor y muerte por enfermedades cardiovasculares, con un mayor riesgo relativo en el género masculino (5.57) en relación al femenino (4.91).
Análisis de vulnerabilidad
Jalisco tiene 70,895 hectáreas con uso predominante de asentamientos humanos, en los cuales se concentra el 87 % de la población del estado, el 60.3 % reside en el área metropolitana de Guadalajara (Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, El Salto, Tlajomulco de Zúñiga e Ixtlahuacán de los Membrillos).
De todas las localidades analizadas, las referidas al área metropolitana de Guadalajara son las que muestran condiciones críticas en todos los indicadores de vulnerabilidad, por lo que en términos de esta metodología se podrían considerar los asentamientos más vulnerables.
La vulnerabilidad en categoría alta se encuentra en los siguientes municipios/indicador: Por alta densidad de población: Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tlajomulco de Zúñiga, El Salto, Tonalá, Lagos de Moreno y Puerto Vallarta.
Niños ≤ 5 años de edad: Guadalajara, Tlaquepaque, Zapopan, Tonalá, Puerto Vallarta y Tlajomulco de Zúñiga.
Adultos ≥ 70 años de edad: Guadalajara, Zapopan, Lagos de Moreno, Tlaquepaque y Jalostotitlán.
Analfabetas: Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Puerto Vallarta.
Viviendas sin servicio de agua potable: Tonalá, Zapopan, Tlaquepaque, El Salto.
Viviendas sin servicio de energía eléctrica: Tonalá, Zapopan, Tlaquepaque, Puerto Vallarta y La Barca.
Población sin derechohabiencia a servicios de salud: Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Puerto Vallarta y El Salto.
Pobreza: Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tlajomulco de Zúñiga, Tonalá, Puerto Vallarta y Lagos de Moreno.
Lo anterior confirma que la mayor vulnerabilidad en Jalisco se presenta en su condición más crítica en los municipios metropolitanos, lo cual coincide con la importancia que se está dando a nivel global de generar mejores medidas de adaptación para enfrentar el cambio climático y la variabilidad climática priorizando las ciudades, primero porque en ellas se concentra la mayor cantidad de población; exhiben dinámicas de crecimiento sin planeación y evaluación del impacto de los riesgos a la salud y a la vida que esto genera, muestran el mayor número de personas sin cobertura de servicios básicos y marginación, y las capacidades de respuesta a nivel individual e institucional no están siendo suficientes frente a las demandas relacionadas al cambio climático.
Mortalidad
Considerando la tasa de mortalidad anual en Jalisco en el periodo de estudio (2000-2014), se puede notar que los años 2002 y 2003 están por arriba de la tendencia y que el 2004 muestra una disminución considerable. En este periodo se observó un incremento de las tasas de mortalidad, que pasó de 46 a 51 muertes por cada 10,000 habitantes.
En la Figura 1 se confirma que la tasa de mortalidad anual fue mayor que la línea de tendencia en los tres años con anomalía positiva de temperaturas máximas con valores arriba de los 2.5 °C, mientras que, en los años con anomalía <1 °C, estuvo por debajo de la línea de tendencia. Ante los escenarios tendenciales de cambio climático donde las anomalías positivas de temperaturas máximas se verán con mayor frecuencia, se espera exista un incremento en las tasas de mortalidad en Jalisco.
Morbilidad
Determinación de la carga sanitaria de las enfermedades o eventos sensibles a los efectos del clima, teniendo en cuenta las poblaciones más vulnerables a los incrementos de temperatura máxima.
En la Tabla 2 es notorio cómo las Infecciones intestinales por otros organismos y las mal definidas (A04-Otras infecciones intestinales bacterianas-; A08- Infecciones intestinales debidas a virus (excepto rotavirus) y otros organismos especificados- y A09 -Diarrea y gastroenteritis de presunto origen infeccioso-.) siguen un comportamiento donde las mayores consultas se dan en los años con anomalía positiva de temperatura máxima, lo que es muy diferente en los años cercanos a la normalidad.
Years with positive temperature anomaly | Years with normal temperature | |||||
---|---|---|---|---|---|---|
Illnesses | 2002 | 2003 | 2011 | 2004 | 2007 | 2014 |
Intestinal infections by other organisms and those poorly defined. |
137 143 | 127 778 | 130 016 | 110 831 | 108 586 | 120 319 |
Fuente: Elaboración propia a partir de la base de datos de morbilidad, Departamento de Epidemiología, Secretaría de Salud Jalisco, 2000-2014 (2015).
Para confirmar la significancia estadística de esta diferencia entre anomalías, se realizó el análisis de varianza (ANOVA) para todas las regiones sanitarias estudiando el patrón de las infecciones intestinales. La Región 13 - Guadalajara- resultó con la mayor significancia estadística, seguido por la Región 11 -Tonalá-, también con diferencias significativas.
La región sanitaria Guadalajara presentó una diferencia anual de 18,400 consultas por infecciones intestinales (lo que representó más de 50 consultas por día) en años con anomalía positiva > 2.5 °C con respecto a los < 1°C, y la región Tonalá con una diferencia de 3,711 consultas por infecciones intestinales anuales (en promedio 10 consultas por día adicionales) (Tabla 3).
Sanitary region |
Positive temperature anomaly | Normal temperature | Ratio of variances |
||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Mean | SD | Min | Max | Mean | SD | Min | Max | ||
Guadalajara | 131646 | 3993 | 127778 | 137143 | 113245 | 5085 | 108586 | 120319 | 16.20* |
Tonalá | 21643 | 962 | 20593 | 22917 | 17932 | 1235 | 16932 | 19672 | 11.23* |
Zapopan | 38872 | 4002 | 33369 | 42768 | 33610 | 949 | 32346 | 34633 | 3.27 |
Tlaquepaque | 21435 | 4085 | 16050 | 25940 | 19465 | 1766 | 16984 | 20948 | 0.39 |
Fuente: Elaboración propia a partir de la base de datos de morbilidad, Departamento de Epidemiología, Secretaria de Salud Jalisco, 20002014 (Secretaría de Salud Jalisco, 2015).
Es importante considerar que en la evaluación de riesgo de carga de enfermedad, las infecciones intestinales están relacionadas con exposición a agua contaminada, esto es importante, pues los años que presentaron mayor anomalía positiva de temperatura máxima, también fueron años con mayores lluvias intensas lo que provoca inundaciones. Además en el caso de la Región Tonalá, es una con los mayores índices de contaminación en aguas superficiales.
Para separar el efecto de ambos fenómenos (temperatura e intensidad de la lluvia), se calculó el ANOVA considerando solo los meses de calor, sin lluvia (abril-junio), encontrándose una significancia estadística (razón de varianzas: 20.83).
Aun cuando no exista significancia estadística para considerar que el cambio climático está influyendo en el incremento de otras enfermedades, es importante continuar con medidas de prevención y monitoreo para algunos grupos de enfermedades, por ejemplo, las trasmitidas por vectores. Son diversos los estudios que fundamentan que los mosquitos son vectores extremadamente sensibles al cambio climático. En 2009, Guadalajara registró 4,045 casos confirmados de dengue, uno de los más altos en el país, en un periodo del 10 de mayo al 19 de diciembre, presentándose la mayoría de los casos entre el 23 de agosto al 12 de septiembre, en 2019 este fenómeno se volvió a presentar y de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, Jalisco encabezó la lista a nivel nacional por casos de dengue con 11,727 casos (incidencia de 141/100,000 habitantes) (Secretaría de Salud, 2020). Pero quizás lo más importante, es reconocer que en temperaturas mayores de 13 °C los mosquitos eclosionan (Hopp & Foley, 2001). Lo anterior resulta importante, si consideramos que las temperaturas mínimas en Guadalajara han ido en aumento, se tiene menos frío, lo que ha incrementado en 63 el número de días al año con actividad del mosquito vector Aedes aegypti y el riesgo de exposición de la población.
Identificar la capacidad de reducción de riesgos
En Jalisco se identifica en un escenario tendencial, que el incremento de temperatura (Figura 2) y olas de calor, provocará aumento en mortalidad y morbilidad, en particular las sensibles a cambios en el clima, como las enfermedades cardiovasculares, infecciones intestinales por otros organismos y las mal definidas. Así mismo se prevén altas en las causadas por vectores como el dengue; inclusive un incremento en picadura de alacrán.
Una forma de reducir el riesgo es a partir de disminuir la exposición de la población a temperaturas de peligro, incrementando información y conocimientos de los efectos que el calor y los cambios del clima tienen sobre la salud, comunicación de riesgos, mejorar la protección de la salud ante el calor y la variabilidad del clima a través de cambios de comportamiento, alimentación, tecnologías, construcciones, infraestructura verde, patrones de consumo, módulos refrescantes, bebederos públicos. Vigilancia, monitoreo e investigación de enfermedades que se agravan y detonan con el calor ya que muchos países han incrementado la capacidad de prevenir enfermedades y muertes a partir de la toma de decisiones sustentadas en la información y conocimiento y un mayor interés por la preparación de los recursos humanos profesionales del sector salud y políticas públicas para la reducción de riesgos en la población y sectores vulnerables.
Formulación o revisión de estrategias y planes de acción de reducción de pérdidas
En las condiciones actuales se considera que el sector salud en Jalisco deberá prepararse para las emergencias que pueden generarse en contextos de cambio climático, ya que existen antecedentes respecto a algunos eventos relacionados con las enfermedades vectoriales donde la capacidad de respuesta se ha complicado ante la demanda. Frente a los incrementos críticos de enfermedades se exige una respuesta rápida, organizada y coordinada del sector salud, en la vigilancia y la alerta de las que presentan alta sensibilidad al calor o propagación, el diagnóstico, la atención de consultas, emergencias y control de las enfermedades sensibles, disponibilidad medicamentos e infraestructura, número de médicos, enfermeras y camas por habitantes, profesionalización y preparación del personal médico para precisar diagnósticos de enfermedades y efectos del calor, unidades médicas, centros de investigación y laboratorios especializados, planificación de emergencias del sector y las autoridades, y sistemas de alerta temprana y estrategias de comunicación de riesgos y para la autoprotección adecuados para la población. Reducir el riesgo a desastres demanda un sector salud preparado y comprometido para prevenir enfermedades y anticipar muertes.
En Jalisco se encontró que la temperatura máxima debe ser considerada como un indicador para vigilancia del sector salud, coincidiendo con el IPCC (2012) que le reconoce como referente de alta confianza del cambio climático para Norteamérica.
El género masculino presentó mayores efectos en la salud relacionados a la exposición a temperatura extrema que coincide con el reporte realizado por el CDC en los Estados Unidos de América durante 1999-2003 (CDC, 2006) y para China durante 2011-2013 (Bai et al., 2014).
Los mayores asentamientos humanos en Jalisco resultaron ser los más vulnerables del estado por presentar alta cantidad de habitantes expuestos al peligro de temperaturas máximas extremas, considerando los indicadores referidos a: 1. Densidad de población, coincidiendo con lo identificado por Lavell (1996): a mayor cantidad de personas en un territorio, mayor daño posible ante la presencia de un peligro. 2. Niños menores a 5 años, reconocido también por Yaron & Niermeyer (2004) como un grupo vulnerable ante el incremento de temperaturas y olas de calor, al señalar que los niños carecen de control termorregulador, menor capacidad de sudoración y en consecuencia la habilidad para disipar el calor, además de su limitada posibilidad de remplazar instintivamente la pérdida de líquidos o disminuir su ejercicio en calor extremo. 3. Adultos mayores de 70 años de edad en concordancia con lo encontrado por Medina-Ramón et al. (2006) quienes mencionan que las personas de edad avanzada presentan mayor susceptibilidad a los extremos de temperatura con efectos más marcados para el calor, lo cual puede ser explicado en parte por una disminución en la capacidad termorreguladora y para detectar cambios de temperatura en su cuerpo. 4. Analfabetas, identificado también por Bai et al. (2016) como un componente que incrementa la vulnerabilidad a morir o enfermar en días con altas temperaturas. 5. Población sin derechohabiencia a servicios de salud, similar a lo señalado por Ebi et al. (2010) al referir que quienes tienen acceso limitado a la atención médica son un grupo vulnerable en salud ante los impactos del cambio climático. 6. Pobreza, confirmado por la (United Nations, 2009) al señalar que las comunidades pobres son las que enfrentan mayor riesgo a desastres relacionados con el clima, presentan mayores impactos y también mayor mortalidad. 7. Viviendas sin servicio de agua potable, semejante a lo encontrado por Inostroza et al. (2016) al señalar que el acceso al agua potable es una variable que determina la capacidad de adaptación y vulnerabilidad al calor, y que las medidas de adaptación al cambio climático en las zonas más vulnerables deben incluir mejoras en el suministro de agua potable. 8. Viviendas sin servicio de energía eléctrica, se confirma con lo citado por Jessel et al. (2019) quienes apuntan a que la inseguridad energética en la vivienda tiene graves implicaciones para la salud, entre los que se advierten el aumento de la morbilidad y las tasas de mortalidad de padecimientos físicos y mentales durante las olas de calor, además de no poder implementar medidas de adaptación como tener refrigerador y aire acondicionado.
Lo hallado en el incremento de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares relacionado al aumento de temperaturas máximas o periodos de calor prolongados es coincidente con lo reportado por Medina-Ramón et al. (2006) respecto a un incremento marginal mayor de mortalidad y con lo reportado por Semenza et al. (1996), quienes refieren que las muertes por causas cardiovasculares vinculadas al incremento de calor se relacionaron además con una edad avanzada y condiciones médicas preexistentes. Por lo que habría que identificar en futuras investigaciones factores de riesgo específicos asociados a estas muertes.
Respecto a la morbilidad por diarrea y gastroenteritis de presunto origen infeccioso, los resultados encontrados son acordes con investigaciones realizadas en varios continentes, en Australia, Hall et al. (2011) encontraron que al aumentar 7 °C la temperatura promedio, la probabilidad de gastroenteritis se incrementó en 4.6 %. Por su parte, Lin et al. (2016) confirman en Nueva York que por cada grado centígrado de incremento en la temperatura máxima se asoció significativamente (0.7 - 0.96 %) con un aumento de hospitalizaciones por enfermedades gastrointestinales. Por último, Zhou et al. (2013) identificó en Shanghái que las altas temperaturas se asociaron con un incremento del riesgo a diarrea y gastroenteritis.
En el Atlas Salud y Clima publicado por la Organización Mundial de la Salud en colaboración con la Organización Meteorológica Mundial (2012) se establece que son cuatro las enfermedades infecciosas que están asociadas con el cambio climático: paludismo (malaria), diarrea, meningitis y fiebre del dengue. Con respecto a esta última, en Jalisco ha aumentado la temperatura, pasando de seis meses al año como periodo libre de eclosión del mosquito transmisor del dengue a sólo cuatro meses. La tendencia nos presenta un escenario donde desaparezca este control y tengamos todos los días del año temperaturas interrumpidas con actividad biológica para este vector.
El nivel de avance en el tema de cambio climático ha permitido reconocer en Jalisco, las demandas del sector salud ante aumentos de temperatura y olas de calor. Los factores que contribuyen a la vulnerabilidad de los asentamientos humanos urbanos, que se han de priorizar en el diseño e implementación de estrategias y acciones de adaptación.
La reducción de la vulnerabilidad de los asentamientos humanos urbanos del estado debe atender aspectos críticos del desarrollo: pobreza, analfabetismo, rezagos en salud, cobertura total de servicios de agua y energía, (el agua y la energía son factores necesarios para la prevención de enfermedades y muertes), ya que mientras no se avance en ello, pasar a otros niveles de atención de problemas como el cambio climático, será más complejo y los esfuerzos y resultados seguirán siendo limitados.
Conclusiones
En Jalisco el periodo de peligro para exponerse a temperaturas máximas extremas ha aumentado de dos meses (abril - mayo) como normal histórica, a cuatro meses (marzo-junio). La temperatura máxima arriba de 36 °C (percentil 97) se considera el umbral a una situación de peligro alto para la salud. El género masculino en Jalisco es más vulnerable que el femenino respecto a la exposición de temperaturas máximas extremas.
La mayor condición de vulnerabilidad se concentra en los asentamientos urbanos con alto número de habitantes, siendo la población más vulnerable la que habita en el área metropolitana de Guadalajara. La mortalidad por enfermedades cardiovasculares muestra la mayor correlación con las temperaturas máximas extremas. La mayor significancia estadística con el peligro de las temperaturas máximas se presentó para la morbilidad por enfermedades transmisibles consideradas por la Secretaría de Salud como infecciones intestinales por otros organismos y las mal definidas que incluyen las infecciones intestinales bacterianas, infecciones intestinales debidas a virus (excepto rotavirus) y otros organismos especificados y la diarrea y gastroenteritis de presunto origen infeccioso.
Aun cuando en este estudio no se encontró una asociación estadística significativa entre las temperaturas máximas y la presencia de dengue, se confirmó el aumento de las temperaturas mínimas en más de 60 días al año respecto a la normal, por lo que se considera una situación de alerta. Las demandas del sector salud que se visualizan será el incrementar los sistemas de vigilancia y alerta a la población en las enfermedades sensibles al aumento de temperatura, que en una primera etapa serían las identificadas en este estudio.