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Revista mexicana de ciencias agrícolas

versión impresa ISSN 2007-0934

Rev. Mex. Cienc. Agríc vol.5 no.8 Texcoco nov./dic. 2014

 

Ensayos

 

Análisis de la estrategia MasAgro-maíz*

 

MasAgro-maize strategy analysis

 

Antonio Turrent Fernández, Alejandro Espinosa Calderón1, José Isabel Cortés Flores2 y Hugo Mejía Andrade1

 

1 Campo Experimental Valle de México-INIFAP. Carretera Los Reyes-Texcoco km 13.5, Coatlinchán, Texcoco, Estado de México. C. P. 56250. Tel: (595) 92 12657, Ext. 202. (espinosa.alejandro@inifap.gob.mx; hume2003@yahoo.com.mx). §Autor para correspondencia: turrent.antonio@inifap.gob.mx.

2 Colegio de Postgraduados. Carretera México-Texcoco km 36.5, Montecillo, Estado de México. C. P. 56230. Tel: (595) 95 20200. Ext. 1216. (jicortes@colpos.mx).

 

* Recibido: junio de 2014
Aceptado: octubre de 2014

 

Resumen

En este ensayo se examinan los objetivos y estrategias del programa MasAgro-maíz, partiendo de las condiciones iniciales del subsector agrícola tradicional de México que produce maíz de temporal. Estas condiciones iniciales muestran que la tendencia de los últimos 30 años ha sido de incrementar la producción nacional de maíz de temporal en 1.20 millones de toneladas anuales (MTA) y el rendimiento en 0.22 Mg ha-1, cada 10. Por lo tanto los objetivos de MasAgro habrán de ser corregidos en consecuencia. Se analiza la experiencia mundial sobre la adopción de la agricultura de conservación (AC) por parte de los productores en pequeño. Para el caso examinado de adopción de la AC con rotación bianual, se calcula que el programa ha de tratar directa o indirectamente 3.164 millones de hectáreas (M ha) manejadas por más de 800 000 unidades de producción (UP) pequeñas (categorías < 5 ha y 5-20 ha) y lograr rendimientos promedio de 3.92 Mg ha-1. No obstante el reconocido efecto positivo sobre la sostenibilidad, la estrategia de adopción irreversible de la AC podrá ser pobre debido al bajo incentivo económico de plazo corto involucrado, a la falta de acceso al crédito, a apoyos a la comercialización, y varias incompatibilidades con los objetivos y demandas de bienestar de las pequeñas UP. La estrategia de sustituir entre 25 y 50%, de la superficie ocupada por los maíces nativos y las variedades acriolladas se considera inadecuada para México, por su carácter de centro de origen del maíz y de importante reservorio de biodiversidad de la especie.

Palabras clave: agricultura de conservación, biodiversidad del maíz nativo, monocultivo de maíz, paradigma de la agricultura tradicional, unidades de producción pequeñas.

 

Abstract

This paper discusses the objectives and strategies of the MasAgro-maize program starting from the initial conditions of the traditional agricultural subsector of Mexico that produces maize under rainfed conditions. These initial conditions show that the trend of the past 30 years has been to increase the domestic production of rainfed maize by 1.20 million tons per year (MTY) and the yield in 0.22 Mg ha-1, each 10. Therefore, the MasAgro objectives should be corrected in consequence. Global experience on the adoption of conservation agriculture (CA) by small producers is analyzed. For the CA with biannual rotation adoption case examined, it is estimated that the program has directly or indirectly to treat 3.164 million hectares (M ha) managed by more than 800 000 small production units, (categories<5 ha and 5-20 ha) and achieve average yields of 3.92 Mg ha-1. Despite the recognized positive effect on sustainability, the strategy of irreversible adoption of CA may be poor due to a low short-term economic incentive involved, to the lack of access to credit, marketing support, and several inconsistencies with the objectives and requirements of the small UP wellness. The strategy of replacing 25 to 50% of the area occupied by both native maize races and creolized varieties are deemed inappropriate for Mexico, by its character as the center of origin of maize and important reservoir of biodiversity of this species.

Keywords: biodiversity of native maize, conservation agriculture, monoculture corn, paradigm of traditional agriculture, small production units.

 

Introducción

México se ha rezagado de manera significativa en la carrera entre la producción de maíz y el consumo, teniendo que importar casi uno de cada cuatro kg consumidos en los últimos siete años (SIAP, 2014). El rezago proviene, en gran medida, del subsector de temporal tradicional -mayoritariamente, productores con menos de cinco hectáreas- en el que la brecha entre la producción observada y la técnicamente alcanzable, es mayor a 50% (Turrent et al., 2012). La factibilidad de incrementar la producción y rendimientos de maíz de temporal entre pequeños productores bajo temporal ha sido demostrada en proyectos de tipo regional, como el Plan Puebla (CIMMYT, 1974; Díaz et al., 1999).

El gobierno de Felipe Calderón adoptó el programa MasAgro (modernización sustentable de la agricultura tradicional), para abordar el mismo problema al nivel nacional. La iniciativa fue propuesta por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), siendo aprobada e instrumentada a partir del año 2010 (del Toro, 2012). El objetivo es lograr que el subsector agrícola tradicional dedicado al maíz de temporal y con potencial productivo mediano a alto: a) incremente sosteniblemente su producción anual entre cinco y nueve millones de toneladas (Mton) en el décimo año; y b) que el rendimiento promedio de maíz de temporal se incremente desde 2.2 Mg ha-1 (valor actual) hasta el ámbito de 3.7 a 4.5 Mg ha-1. El gobierno mexicano asumió el compromiso de invertir $1 656 millones (MN) durante el período de 10 años, así como proporcionar recursos humanos profesionales y técnicos para instrumentar el programa. Éste, ya se aplica en 21 entidades federativas, importantes por su producción de maíz de temporal.

La estrategia consta de varios elementos, i.a., 1) transferir el modelo de agricultura de conservación (ac) a los productores tradicionales de maíz de temporal; 2) desarrollar variedades mejoradas de maíz e impulsar su adopción en 1.5 a 3 millones de hectáreas (Mha); 3) profundizar en el conocimiento molecular de la biodiversidad de los maíces de las colectas de los bancos de germoplasma del CIMMYT y del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), en cuanto a su potencial productivo y su resistencia a enfermedades y a la sequía; y 4) acompañar al productor a alcanzar el desarrollo sustentable.

Además de la mayor escala de operación, la estrategia de MasAgro difiere de varias maneras del Proyecto Puebla atrás citado i.a.: a) un cambio radical de paradigma agrícola, al impulsar la adopción de la Agricultura de Conservación (AC); b) sustituir a los maíces nativos por variedades mejoradas de mayor potencial de rendimiento y resistentes al acame y a la sequía; c) profundizar el conocimiento de las bases moleculares de la biodiversidad del maíz; y d) dejar implícitamente al mercado, el tratamiento de las relaciones de precio insumo/producto, así como el financiamiento a la producción, el seguro agrícola, el abastecimiento de insumos y la comercialización. En este ensayo se analiza los objetivos y la estrategia de MasAgro-maíz. Se parte de las características del subsector tradicional de temporal y de lo aprendido sobre el cambio del paradigma de la agricultura tradicional al de la agricultura de conservación por parte de los pequeños productores.

Se encuentra que, mientras los objetivos de producción y sostenibilidad son justificables para el subsector tradicional de temporal, no lo es así el objetivo de sustituir la biodiversidad de los maíces nativos por la uniformidad de variedades mejoradas. Se concluye que la estrategia funcionaría como se espera, si se aplicara al subsector empresarial de temporal. En cambio, la estrategia fallará en los objetivos legítimos (producción, rendimiento, sostenibilidad) en el subsector tradicional, particularmente en las pequeñas unidades de producción (UP), a causa de una reducida adopción permanente. Esta reducida adopción se asociaría a su vez i.a.: i) el magro incremento esperado al ingreso total para la familia, que no justifica el riesgo asumido en una nueva y radical aventura de cambiar su paradigma tradicional; ii) la típicamente inaceptable calidad de las variedades mejoradas para su autoconsumo tradicional; y iii) el escaso capital disponible, la carencia de crédito, el bajo valor monetario del grano del maíz nativo.

A estas razones de rechazo, habría de sumarse el pobremente seleccionado objetivo de sustituir a los maíces nativos del agroecosistema de maíz de temporal, en 1.5 a 3 Mha -25 a 50% de 6 Mha- actualmente sembradas con los maíces nativos y variedades acriolladas. Además, el programa MasAgro-maíz distrae los limitados recursos humanos y financieros que el gobierno destina al apoyo de su agricultura. Estos recursos podrían ser más productivos en soluciones realistas como lo proponen Turrent et al. (2012).

 

Recursos y desempeño reciente del subsector de temporal

En el Cuadro 1, se muestran algunas características edafoclimáticas y las superficies de maíz de temporal cosechadas al año en México en el período 1976-1986. Sólo 22% de estas superficies contiene tierras de alta calidad agrícola y buen temporal (1 315 460 ha), mientras 78%, restante (4 646 249 ha) tiene ya sea, suelos someros con buen temporal, o tierras de mediana a baja calidad por su menor disponibilidad de lluvia y suelo somero. En el Cuadro 2, se presentan las frecuencias de las unidades de producción (UP) de todos los cultivos anuales de temporal, según tres categorías de superficie de labor. Dos tercios de esas UP cuentan con menos de cinco hectáreas. Se desconocen sin embargo, los desempeños en producción y rendimiento de maíz de temporal asociados a las tres categorías por tamaño.

Tal información permitiría decantar el efecto del subsector empresarial que cultiva maíz bajo temporal ya que es por definición excluido de MasAgro- maíz. Sin embargo, sabemos que esa categoría sólo ocurre donde coinciden la tierra plana de alta calidad, buen temporal y con acceso a la concentración de la tierra por la vía de la propiedad o alguna forma de asociación o de renta. En cambio, en su gran mayoría, las UP que cultivan maíz de temporal: a) son pequeñas (menos de 5 ha); b) casi no tienen acceso al crédito, al seguro o a los servicios públicos de apoyo; c) cultivan tierras de mediana a baja calidad agrícola; y d) cultivan razas nativas de maíz de varios colores y texturas de grano, que si bien son apreciados en los mercados locales, tienen bajo valor para los grandes consorcios compradores del grano. Desafortunadamente, las estadísticas públicas de producción de temporal reúnen en la misma categoría, a las UP empresariales y las tradicionales, es decir, las confunden. Las evaluaciones de los avances de MasAgro- maíz tendrían que segregar los desempeños de esas categorías.

 

Análisis del objetivo de producción de MasAgro-maíz

Siendo los objetivos producción y rendimiento de maíz de temporal de MasAgro-maíz explícitamente adicionales a los actuales, es necesario definir lo que son las condiciones iniciales de desempeño, como línea base. La información sobre la producción de maíz de temporal, con los subsectores empresarial y tradicional confundidos, muestra incrementos en la producción y el rendimiento a plazo largo (SIAP, 2014) como se aprecia en la Figura 1. En ésta, se muestran los valores de la producción y rendimiento de maíz de temporal, observados en los últimos 30 años.

Las ecuaciones lineales de regresión ajustadas a los datos observados son:

P= 9.19751 + 0.11904n + 1.54229a1 - 0.87169s1;

R2= 0.8084; (1)

Re= 1.50843 + 0.02205n - 0.09887s1; R2 = 0.7966; (2)

En ambas ecuaciones, P= es la producción nacional estimada de maíz de temporal en millones de toneladas anuales (MTA); n= es el número de años a partir de 1980; a1= es el área cosechada en millones de hectáreas (Mha) anuales, menos su media 5.987; y s1= es la superficie siniestrada en M ha menos su media 0.9896. Re= es el rendimiento promedio nacional estimado de maíz de temporal (Mg ha-1). R2= es el coeficiente de determinación de cada ecuación. Por lo tanto, para una superficie cosechada de 5.987 Mha y una superficie siniestrada de 0.9896 Mha, la producción nacional de maíz de temporal se ha incrementado en 1.19 MTA y el rendimiento en 0.22 Mg ha-1 cada 10 años. Tales son las condiciones iniciales, a partir de las cuales se habrá de medir los avances de MasAgro- maíz. Por lo tanto, el objetivo bajo de 5 millones de toneladas adicionales y rendimiento de 3.7 Mg ha-1, habría de corregirse a 6.19 MTA y a 3.92 Mg ha-1, respectivamente.

Esta corrección implica que MasAgro-maíz habría de lograr tasas anuales de crecimiento -antes de separar a los subsectores tradicional y empresarial de temporal- de 4% en la producción y 5.9% en el rendimiento promedio, durante el período del proyecto. Futuras evaluaciones de MasAgro-maíz habrían de segregar, a partir de la información observada, los efectos de los subsectores agrícolas de temporal, el empresarial y el tradicional, ya que el primero es excluido por definición de MasAgro-maíz. Las tasas de incremento corregidas para el objetivo alto serían 6% y 7.9%, respectivamente. Además de los objetivos de producción y rendimiento, es conveniente calcular el ritmo de crecimiento necesario en la superficie tratada directa o indirectamente por MasAgro- maíz. En el siguiente ejercicio aritmético, se parte de la observación de que MasAgro- maíz trató directamente 21 000 hectáreas en el primer año, 2011 (del Toro, 2012).

El objetivo de 6.2 MTA (corregido de 5 MTA: objetivo bajo) implica llegar a tratar directa o indirectamente, 1.582 Mha de maíz, que alcancen el rendimiento promedio de 3.92 Mg ha-1 (corregida de 3.7 Mg ha-1) hacia el décimo año. Un supuesto de crecimiento lineal, implicaría que las superficies tratadas directa o indirectamente aumentaran al ritmo de 158 000 hectáreas anuales, debiendo haber acumulado 495 000 hectáreas tratadas en el 2014 (cuarto año). Esta superficie atendida habría de ser manejada con AC (labranza de conservación + retención de residuos de cosecha + rotación de cultivos) y sus rendimientos, ser consistentes con los objetivos de MasAgro. Un desarrollo alterno exponencial, implicaría una tasa de 61.6% de crecimiento anual de la superficie, a partir de 21 000 ha tratadas en el 2011. Esta alternativa se ajustaría a incrementos pequeños en superficie los primeros años, pero que serían muy altos hacia los últimos años.

En las superficies tratadas directa o indirectamente por MasAgro- maíz (transformadas a AC) se sustituiría el maíz nativo por variedades mejoradas de mayor rendimiento, resistentes a la sequía y al acame. En el Cuadro 3, se presentan estimaciones de los números de UP, el tamaño promedio de predio y superficies que habrían de ser atendidas por MasAgro hacia el último año, para cumplir con su objetivo bajo de producción, si bien, bajo monocultivo de maíz de temporal. El ejercicio aritmético se basa en el Cuadro 2, en las condiciones establecidas para lograr el objetivo bajo de MasAgro, y en el supuesto de que las UP de maíz de temporal mayores a 20 hectáreas no pertenecieran a la categoría tradicional.

Para alcanzar la superficie en maíz de 1 582 000 hectáreas de maíz bajo AC, se requerirá atender mayores superficies con la misma estrategia MasAgro, para dar lugar a los cultivos en rotación con el maíz. Tal implicaría casi el doble de la superficie atendida para una rotación bianual. En el caso I, dada la pequeñez de la UP, se requeriría duplicar el número de UP atendidas en la categoría menor a 5 ha (que promedian 1.88 ha), y menos que el doble en la categoría 5 a 20 ha (que promedia 8.77 ha). Es obvio que es necesario proporcionar el mismo acompañamiento técnico a la superficie atendida con el cultivo rotante, que la proporcionada al maíz, ya que habría de ser igualmente exitoso, para ser opción viable. En los casos II y III, aunque la superficie atendida también habría de duplicarse, no sería así en el caso del número de UP atendidas, dada la mayor disponibilidad de tierra de labor principalmente en la categoría de UP que tiene más de 20 hectáreas. También es requisito de los casos I, II, y III, el que el rendimiento promedio de cada hectárea de maíz atendida, sea por lo menos de 3.92 Mg ha-1.

 

Análisis de la estrategia MasAgro- maíz

Agricultura de conservación (AC)

El concepto de AC fue introducido formalmente por FAO (FAO, 2008 a y b), para lograr el aprovechamiento eficiente y sostenible de los recursos agrícolas en la producción de cultivos. Se basa en el manejo integrado del suelo, el agua y la biota, combinado con recursos externos. La operación del concepto consta de tres elementos necesarios: 1) la mínima o nula roturación; 2) el mantenimiento permanente de cobertura orgánica del suelo a base de residuos de cosecha o mediante cultivos; y 3) rotaciones diversificadas de cultivos. Los conceptos y principios de la sostenibilidad agrícola han sido revisados con amplitud por Pretty (2008).

Se ha descrito y justificado la adopción de la AC para lograr la sostenibilidad agrícola, gracias a sus significativos y hasta virtuosos atributos en pro del capital natural del agroecosistema inter alia: a) mejoramiento del suelo en cuanto a erosión, materia orgánica, estructura, aeración, capacidad de retención de agua, ciclos de nutrimentos; b) inducción a un mejor ciclo del agua: escurrimiento superficial, infiltración, evaporación; y c) enriquecimiento de la biota: biomasa, diversidad, frecuencia, equilibrios (Habblethwaite et al., 1996; Steiner et al., 1998; Fowler and Rochström, 2001; Derpsch, 1998; Dumanski et al., 2006; Hobbs, 2007; Hobbs et al., 2008). Además, se han reportado ahorros hasta de 50% en mano de obra (Corsi et al., 2012) y en el uso de maquinaria agrícola y combustibles (Saturnino y Landers, 2002; Lindwall y Sonntag, 2011).

Poco se ha analizado; sin embargo, al hecho de que al eliminar la roturación, es necesario controlar las malezas con herbicidas, lo que es un negocio potencialmente vasto en la escala mundial y buscado para los consorcios multinacionales de agroquímicos. Tal vez una parte del fervor Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en parte de la comunidad científica del mundo por la AC (Giller et al., 2009), podría interpretarse como conflicto de interés de tal origen. Aunque la conceptualización de la AC es reciente (FAO, 2008a), tiene como antecedente al conocido "dust bowl" en los EE.UU, de los años 1930s, que condujo a varias formas de labranza de conservación (Faulkner, 1943; Derpsch, 1998).

Sin embargo, esta institución publicó un estudio basado en consultas en varias regiones del mundo, de las que se estimó a la superficie manejada con AC en el orden de 125 Mha. Hay autores(as), que reconocen que tal monto incluye a diversas formas de labranza de conservación de las que sólo una parte sería AC (Derpsch, 1998; Friedich et al., 2012). También se reconoce que, no obstante su obvia neutralidad de escala (sus principios son igualmente aplicables para los grandes, los medianos y los pequeños productores), la gran mayoría de los adoptantes de AC son productores grandes (Kassam et al., 2009). Los mismos autores sugieren que los pequeños productores carecen del conocimiento preciso tecnológico al nivel de sitio, que la adopción irreversible requiere. Por lo tanto, generar y acercarles este conocimiento tecnológico, aumentará su eficiencia y la adopción de AC. Sin embargo, otros autores sugieren que hay razones adicionales al ámbito del conocimiento, que explican la reducida adopción de la AC en las UP pequeñas (Giller et al., 2009), como se verá más adelante.

También los retos de la operatividad y economía en la adopción de AC, son neutros de escala. Para los grandes productores, mayormente orientados al mercado nacional y al de exportación, el número de cultivos demandados e integrables en rotación es limitado, i.e., maíz y soya en EE.UU, Argentina y sur de Brasil, y son conducentes a una rotación de cultivo corta o al monocultivo, incumpliendo el tercer componente de la AC. Así ocurre en Argentina, el sur de Brasil y Paraguay. En Argentina, la rentabilidad del cultivo de soya para exportación, supera ampliamente a la del maíz, tanto en el ciclo verde, como en el procesamiento y transporte. Además, al gobierno de Argentina le conviene una copiosa exportación de soya, porque le retiene un impuesto de 30%, que es un significativo ingreso público.

Un entorno así, es proclive al monocultivo generalizado de soya bajo labranza de conservación, que se asemeja más al modelo de la agricultura industrial que al de la AC (Pengue, 2014). Los retos de la adopción para el pequeño productor no son menos formidables, e inciden sobre los tres componentes de la AC: labranza nula, retención de residuos de cosecha y rotación de cultivos, según han descrito varios grupos de investigadores(as) (Bolliger et al., 2006; Bolliger, 2007; Wall, 2007; Kassam et al., 2009; Giller et al., 2009).

Este último grupo de autores(as), resalta como factores opuestos a la adopción de la AC de la agricultura en pequeño: i) el bajo grado de mecanización; ii) los suelos con baja fertilidad; iii) el control inadecuado de malezas en ausencia de roturación; iv) la falta de acceso al crédito; v) las recomendaciones tecnológicas no-precisas al sitio; vi) los usos alternos de los residuos de cosecha, y vii) la escasez de mano de obra familiar. Como adicionales a estos factores, Wall (2007) cita a: viii) la prioridad en el consumo; ix) la aversión al riesgo; x) la escasez de tierra de labor; y xi) la tenencia incierta de la tierra. Giller et al. (2009) citan a Erenstein (2002), quien sugiere que el potencial de la AC y de las tecnologías para conservar el suelo en general, es específico para el sitio y depende del entorno biofísico y socioeconómico. Proponen el concepto de "nichos específicos para la AC". También advierten contra la tentación de usar la AC a ultranza, como panacea.

 

Variedades mejoradas de maíz en 1.5 a 3 Mha

La estrategia de MasAgro ignora el carácter especial de México como centro de origen del maíz y junto con el área Andina, el más importante por la biodiversidad inter e intrarracial de la especie que atesora y que debe ser protegida y no sólo minada. La estrategia de MasAgro para el logro de sus objetivos no concede consideración explícita o implícita alguna al carácter único de México, excepto como fuente de alelos útiles y extraíbles para fines utilitarios, lo que torna a la estrategia desafortunada y poco visionaria. México es el centro de origen del maíz, según la hipótesis menos cuestionada (Doebley et al., 1987; Matsuoka, et al., 2001) e importante centro mundial de su biodiversidad, habiéndose descrito 59 razas nativas. Cada año se siembra alrededor de ocho Mha de maíz y se cosecha unos siete M ha en México. Según Espinosa et al. (2013) y Turrent et al. (2012), 25% de aquella superficie se siembra con híbridos, adquiriéndose la semilla del mercado en cada ciclo; en otro 25%, siembra variedades de polinización libre autoproducidas, que derivan del cruzamiento entre los maíces mejorados y las razas nativas de maíz (híbridos o variedades "acriollados"); en 50% restante se siembra razas nativas de maíz.

La previsión de MasAgro de sembrar entre 1.5 y 3 Mha con variedades mejoradas, implica desplazar a las razas nativas de maíz y a las variedades acriolladas de 25 a 50% de su espacio actual de siembra. Tal desplazamiento ocurrirá por dos caminos por lo menos: a) la sustitución explícita por variedades mejoradas; y b) la reducida resistencia de los maíces nativos al acame bajo producción intensiva, lo que los descalifica para el sistema AC. En MasAgro se justifica tal desplazamiento, por los mejores atributos de las variedades mejoradas en cuanto a rendimiento, resistencia al acame, y a la sequía. Son los mismos tipos de justificantes de la Revolución Verde (RV), que si bien trajeron grandes incrementos en la producción de alimentos al mundo, también cobraron un alto precio a la agrobiodiversidad, como describen Fowler y Mooney (1990).

Buiatti et al. (2013) citan a World Plant Genetic Resources for Food and Agriculture (PGRFA), con ejemplos de qué tan intenso ha llegado a ser el desplazamiento de la agrobiodiversidad. En Bangladesh, 67% de la superficie bajo trigo fue sembrada sólo con la variedad "Sonalinka" en 1983, mientras que en Irlanda, 90% de la superficie de trigo fue sembrado con sólo 6 variedades mejoradas en los años 1990. Seguro que los rendimientos han superado a los que se obtenían con la agrobiodiversidad desplazada, pero también es mayor el riesgo de la producción de alimentos. Tal riesgo sería por tensiones bióticas o abióticas inesperadas, para las que las variedades desplazantes podrían no tener resistencia. Se puede anticipar que esas tensiones acompañarán al cambio climático.

Aunque no se hayan encontrado aún los alelos específicos para esas resistencias en el reservorio genético de las especies cultivadas y sus parientes silvestres, a nadie convendría que esa agrobiodiversidad fuera descartada a priori y menos aún, erosionada. Con MasAgro se corre el riesgo de reeditar los errores de la RV, que ya podrían haber sido superados por los investigadores del CIMMYT en cuanto a la agrobiodiversidad. La estrategia de MasAgro no valora explícitamente la condición de México como centro de origen y de biodiversidad del maíz, y le da un tratamiento que podría ser justificable en países que no son centros de biodiversidad, como los Estados Unidos de América, y en regiones como Europa, África o Asia. México es signatario de la convención de la diversidad biológica, y no debería ignorar el artículo 8c. Éste dicta "regular o manejar los recursos biológicos importantes para la conservación de la diversidad biológica, ya sea dentro o fuera de las áreas oficiales protegidas, para asegurar su conservación y uso sostenible". La biodiversidad del maíz y la de sus parientes silvestres, son recursos vitales para la Nación que han de ser protegidos con visión de plazo largo (Álvarez y Piñeyro, 2013).

 

Base molecular del rendimiento y tolerancia a sequía de razas nativas

El conocimiento a nivel molecular de la variabilidad en el rendimiento y la resistencia a la sequía y a enfermedades del maíz de los bancos de germoplasma del CIMMYT y del INIFAP es objetivo necesario. Sin embargo, la fracción de fondos programados para este componente (41% del presupuesto total hasta 2012) (del Toro, 2012) sugiere una excesiva confianza en que su contribución será significativa a los objetivos del proyecto, dentro de sus 10 años de duración. Podría ser justificable la inversión que se planea y hasta otra mayor, como inicio de un esfuerzo científico, más bien paralelo a MasAgro y ya en la esfera del mandato del CIMMYT, con presupuesto externo. El mandato del CIMMYT abarca los intereses de todos, desde el pequeño productor de maíz del mundo, hasta los de los grandes productores y de los consorcios multinacionales de semillas, pasando por las pequeñas y medianas empresas semilleras de capital nacional e internacional.

 

La parte que se deja al mercado

La estrategia de MasAgro- maíz prioriza el acceso al conocimiento técnico y a la información sobre el mercado, como factores del desarrollo de la "sustentabilidad con productores". Se pasa por alto que el entorno económico de la producción tradicional en pequeño es fuertemente limitativo, caracterizándose inter alia por: a) el acceso reducido a apoyos institucionales como el crédito, el seguro agrícola, la asistencia técnica; b) un mercado nacional de grano de maíz no proclive a los colores y texturas de los maíces nativos; y c) relaciones de precios insumo/producto en proceso de deterioro. En el Plan Puebla se demostró que, aún sin cambiar el paradigma de la agrícultura tradicional, esos elementos de estrategia son condiciones necesarias de adopción por parte de los pequeños productores de temporal (CIMMYT, 1974; Díaz et al., 1999). El mayor conocimiento sobre este entorno por parte de los productores es insuficiente para la adopción de tecnología y para alcanzar el bienestar de su familia.

 

Discusión

Como se desprende del Cuadro 3- caso I y del objetivo de modernizar sustentablemente la agricultura tradicional en pequeñas UP, la estrategia de MasAgro habría de lograr la adopción de la AC: a) en más de 800 000 UP tradicionales de temporal (categorías menos de 5 ha y 5-20 ha); b) que cultiven en conjunto 3.164 Mha en rotación bianual, incluyendo 1.582 Mha de maíz; y c) obtengan el rendimiento promedio de maíz de 3.92 Mg ha-1 hacia el décimo año. No es redundante anotar que el desafío al éxito de un programa de fomento agrícola es proporcional al número de UP atendidas, del que MasAgro no se sustrae. Los casos II y III del Cuadro 3, sugieren alternativas para cumplir el objetivo de producción, con retos menores al caso I, pero que violarían la definición de MasAgro al incluir UP empresariales (categoría con más de 20 ha). Los casos II y III involucran menores números de UP por atender.

El caso III explora el extremo de excluir a las UP menores de 5 ha. Los desafíos de los casos II y III son menores, también porque dos de los componentes de AC: labranza de conservación y cobertura permanente, son proclives a las mayores UP, como lo citan varios autores (Derpsch, 1998, Kassam et al., 2009; y Friedich et al., 2012). Sin embargo, la estrategia de MasAgro es la adopción integral de AC por parte de los productores tradicionales. La exclusión de la categoría de menos de 5 ha de MasAgro, reclamaría una revisión profunda de sus objetivos. Lo mismo sería, si se excluyera el requisito de la rotación de cultivos.

Adopción de la agricultura de conservación entre los pequeños productores: el cambio verdadero y definitivo desde el paradigma de la agricultura tradicional al de la AC es tal vez el mayor obstáculo a vencer en el caso I. La resistencia al cambio en las pequeñas UP vendrá de la tradición cultural acompañada de poderosos fundamentos del bienestar social y del capital ecológico. El incremento en el ingreso neto familiar (INF) es la variable clave del gambito del productor. Un incremento del 25% del INF, por hectárea significa mucho menos para una UP que cuenta con 2 ha de labor, que para otra de 50 ha o más. Aquella requeriría un aumento de su INF significativamente mayor para generar el incentivo al cambio de paradigma, precondición que difícilmente se lograría con sólo la adopción de la AC.

Ésta generaría ahorros por el no-laboreo; asimismo, causaría gastos (agroquímicos, fertilizante o biofertilizante, cosecha y procesamiento del incremento del rendimiento, etc.). Se puede verificar con un ejercicio aritmético simple, que el incremento en rendimiento del orden de 2 Mg ha-1 derivado de la adopción de la AC en una UP que cultiva sólo 2 hectáreas de maíz, se asociaría a incrementos anuales de su INF, menores a la mitad del salario mínimo prevalente anual. Se puede anticipar que, durante el proceso de adopción de la AC, podrá haber una fracción desconocida por su monto y ubicación geográfica de las más de 800 000 pequeñas UP adoptantes potenciales, en la que el cambio de paradigma acarrearía pérdidas en el rendimiento, que podrían persistir hasta por 10 años, reduciendo el INF en vez de aumentarlo (Giller et al., 2009). No parece disponerse en MasAgro, del conocimiento para predecir las condiciones edafoclimáticas en las que tal ocurriría, ni la previsión de algún tipo de seguro contra ese riesgo.

Un factor adicional limitativo de adopción de la AC en México es la rotación de cultivos. Ésta desbalancearía el perfil de abasto de granos de las UP pequeñas, que típicamente producen para autoconsumo. Bajo el paradigma tradicional, la superficie sembrada con frijol, que es parte de la dieta, es menor que la que se siembra de maíz. El dedicar sendas mitades de la tierra al maíz y al frijol dejaría a la familia con más frijol del que consume y con menos maíz. Vender frijol y comprar maíz añade los riesgos del mercado a la UP. Otros factores que limitarían la adopción de la AC en UP pequeñas en el nivel internacional, han sido revisados previamente.

Incremento en los rendimientos: trabajos de investigación conducidos sobre maíz de temporal en México sugieren que para obtener un rendimiento promedio nacional de maíz del orden de 2.7 Mg ha-1, se requiere aplicar el tratamiento promedio 80-40-0 (N-P2O5-K20) (Turrent, 1986). La primera recomendación para maíz de temporal en el Plan Puebla fue 120-60-0 para lograr un rendimiento promedio del orden de 3.5 Mg ha-1 (CIMMYT, 1974). Los suelos del área del Plan Puebla tienen bajos contenidos de materia orgánica y bajos niveles de fertilidad, que han de ser corregidos para incrementar el rendimiento. Esta condición de baja fertilidad de los suelos es típica en las pequeñas UP, debido al manejo defectuoso de su fertilidad.

Para corregirla, se puede seguir la vía de los fertilizantes químicos que son caros, o bien en algunos casos la de los biofertilizantes, que son accesibles a los pequeños productores. Los residuos de cosecha del maíz tienen una relación carbono nitrógeno alta, por lo que al dejarlos como acolchado bajo AC, su descomposición es demandante de nitrógeno adicional, situación que agudiza el ya precario nivel de fertilidad del suelo. Por tanto, el tratamiento de fertilización bajo AC ha de ser incrementado para satisfacer el nitrógeno demandado por un rendimiento mayor y por el proceso de mineralización del acolchado.

La aplicación de biofertilizante podría tener un efecto insuficiente para la mayor demanda de nitrógeno, en tanto que el fertilizante químico lo lograría pero con mayor inversión. En la estrategia de MasAgro- maíz, no se prevé la gestión al crédito, por lo que sólo los productores mayores que sí tuvieran acceso al crédito, podrían alcanzar los incrementos-objetivo en rendimiento, dejando fuera a las pequeñas UP que no lo tienen. El fenómeno de sobre fertilización inicial requerida, se puede repetir con el uso de herbicidas, agudizando el requerimiento adicional de crédito.

Agricultura de conservación y sostenibilidad en laderas empinadas y largas: con y sin AC, además de la magnitud e intensidad de la lluvia, la magnitud de la erosión hídrica depende de la pendiente y la longitud del terreno (Liu et al., 2000). Mientras la AC protege adecuadamente contra la erosión del suelo en terrenos planos y en lomeríos someros (Lal, 1998; Erenstein, 2002), su protección es insuficiente en laderas empinadas y largas (Roose y Barthes, 2001; Camas Gómez, 2012). La mitad de la superficie de labor de temporal de México se cultiva en pendientes mayores a 4% (Turrent, 1986). La fracción de pequeñas UP en laderas empinadas (más de 20%) y largas, es significativa dada la orografía montañosa del país i.a., Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Guerrero. Claramente, no es sensato promover la AC a ultranza en estas condiciones edafoclimáticas. La Agroforestería puede ser la solución sensata para estas condiciones, sin excluir a la roturación como medio para la formación gradual de terrazas (Francisco- Nicolás et al., 2005).

Adopción de variedades mejoradas de maíz en 1.5 a 3 millones de hectáreas: la biodiversidad de los maíces nativos refleja por igual la adaptación agronómica a las condiciones edafoclimáticas de producción como a la adaptación a su consumo como alimento y como reservorio de alelos. La muy diversa cocina pluricultural mexicana (más de 600 platillos y bebidas) está ligada a la biodiversidad del maíz, porque los maíces nativos son su materia prima especializada e insustituible (Fernández-Sánchez et al., 2013). La defensa de esta biodiversidad es un derecho humano de los mexicanos que ha sido defendido ante las cortes, en contra de sus amenazas, como la derivada de la pretendida introducción de maíz transgénico a México (Concha, 2014). La reducción del espacio ocupado por los maíces nativos es otra amenaza a la biodiversidad del maíz, aun cuando hubiera la oferta de mayores rendimientos de materia seca de materiales mejorados, que difícilmente sustituirían a los maíces nativos en su uso como alimento pluricultural, ni como reservorio de biodiversidad de la especie.

Alternativas a MasAgro para las pequeñas unidades de producción: el sistema milpa intercalada con árboles frutales (MIAF), es una tecnología agroforestal multiobjetivo, desarrollada bajo colaboración por el INIFAP y el Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas (COLPOS). Esta tecnología es compatible con el paradigma agrícola tradicional, con el incremento significativo del ingreso neto familiar, con la sostenibilidad y enriquecimiento del capital ecológico, con la biodiversidad y la seguridad alimentaria (Cortés et al., 2005; Cortés et al., 2012a; Cortés et al., 2012b). Esta tecnología agroforestal supera la gran mayoría de las limitaciones aquí apuntadas para la adopción de la AC en las pequeñas UP.

 

Conclusiones

El análisis de la estrategia de MasAgro sugiere que su aplicación a las pequeñas unidades de producción de temporal, en la categoría muy significativa de menos de 5 ha, podría enfrentar serios problemas para cumplir sus objetivos, debido a una baja adopción permanente de la agricultura de conservación (AC). Esta baja adopción se explicaría, i.a., por: a) un bajo incentivo económico que justificara el riesgo asumido en el cambio de paradigma agrícola; b) resistencia a adoptar la AC y a sustituir su maíz nativo; c) la reducida disponibilidad de crédito, de seguro agrícola y de apoyo en la comercialización; y d) incompatibilidades operativas con la rotación de cultivos y el desempeño pobre para proteger contra la erosión en laderas abruptas y largas. La estrategia de sustituir a los maíces nativos y variedades acriolladas en 25 a 50% de su espacio actual es inadecuada para México, por ser el centro de origen del maíz y muy importante centro de diversidad genética del maíz. Reedita los errores de la Revolución Verde en cuanto a la agrobiodiversidad.

 

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