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Revista mexicana de ciencias agrícolas
versión impresa ISSN 2007-0934
Rev. Mex. Cienc. Agríc vol.5 no.3 Texcoco abr./may. 2014
Notas de investigación
Contribución al conocimiento etnobotánico del chile de agua (Capsicum annuum L.) en los Valles Centrales de Oaxaca, México*
Contribution to ethnobotanical knowledge of the chile water (Capsicum Annuum L.) in the Central Valleys of Oaxaca, Mexico
María Lesly Montaño-Lugo§, Vicente Arturo Velasco Velasco, Judith Ruíz Luna, Gisela Virginia Campos Ángeles, Gerardo Rodríguez Ortiz y Leonardo Martínez Martínez
Instituto Tecnológico del Valle de Oaxaca. Nazareno Xoxocotlán, Oaxaca. Tel. y fax (951) 51 7 07 88/51 7 04 44. §Autora para correspondencia: less_yoanly@hotmail.com.
* Recibido: octubre de 2013
Aceptado: febrero de 2014
Resumen
Los pueblos zapotecos de los Valles Centrales de Oaxaca, México, representan el núcleo de una de las culturas más importantes del estado; a pesar de los cambios estructurales, han mostrado una gran capacidad para reconstruir y reafirmar su identidad a partir de sus prácticas y habilidades tradicionales. Con la finalidad de documentar el conocimiento etnoecológico del chile de agua (Capsicum annuum L.), se realizó la presente investigación en ocho localidades de la región, en el año 2010. Se utilizó muestreo no probabilístico (discrecional y bola de nieve) y el método etnográfico. Los resultados se agruparon en el complejo: kosmos, corpus y praxis, para lo cual se realizaron entrevistas a productores y consumidores de chile de agua. Se encontraron cinco usos que van en orden de trascendencia de uso: comestible 45%, medicinal 36%, ritual 9%, amuleto 6% y ornamental 4%. Se observó que los productores entrevistados tienen un amplio conocimiento en cuanto al uso medicinal, ritual y amuleto; mientras que los consumidores entrevistados lo tienen en el uso comestible y medicinal. Los habitantes de las comunidades de la región de Valles Centrales tienen un amplio conocimiento etnoecológico; sin embargo, el estudio de las relaciones etnobotánicas tradicionales basadas en el conocimiento empírico de los grupos étnicos, es aún incipiente en lo que se refiere a flora endémica de las localidades de la cultura zapoteca.
Palabras clave: Capsicum annuum L., biodiversidad endémico, etnobotánica, picor.
Abstract
Zapotec peoples of the Central Valleys of Oaxaca, Mexico, represent the core of one of the most important cultures of the state, despite the structural changes, have shown a great ability to rebuild and reaffirm their identity from their practices and skills Traditional. In order to document the ethno-ecological knowledge of the chile water (Capsicum annuum L.), the present study was conducted in eight locations in the region in 2010. Non-probability sampling (discretionary and snowball) and the ethnographic method was used. The results were grouped into the complex: kosmos, corpus and praxis, for which interviews with producers and consumers of water were made chili. 45% edible, medicinal 36%, 9% ritual amulet 6% and 4% ornamental: five uses ranging significance by use were found. It was observed that the producers interviewed have extensive knowledge about the medicinal, ritual and charm, while consumers interviewed have it in the edible and medicinal use. The inhabitants of the communities of the Central Valley region have broad ethno-ecological knowledge, however, the study of traditional ethnobotanical relationships based on empirical knowledge of ethnic groups, is still incipient in regards to endemic flora localities of the Zapotec culture.
Keywords: Capsicum annuum L., endemic biodiversity, ethnobotany, itching.
Introducción
Los pueblos zapotecos de los Valles Centrales en el estado de Oaxaca, México, representan una de las culturas más importantes del estado; son también uno de los grupos más dinámicos del país, a pesar de los cambios, han mostrado una gran capacidad para reafirmar su identidad a partir de sus prácticas y habilidades tradicionales.
Bañuelos et al. (2008) mencionan que las plantas han sido elementos esenciales en el desarrollo de las sociedades humanas; ya que por medio de ellas las sociedades han cubierto diferentes necesidades biológicas y culturales. En el caso específico de los frutos de chile (Capsicum spp.), son relevantes en la alimentación humana (De, 2003; Ben-Chaim et al., 2006) y muchas veces son los frutos locales los que dan el toque significativo a la comida (Long- Solís, 1986). La riqueza de la comida mexicana depende de varios factores, como los recursos económicos y naturales, el clima, sus contactos con otras zonas y la población étnica; y no sólo en el aspecto culinario, al revisar la cantidad de enfermedades que se creía antes, que el chile podía prevenir o curar, llama la atención todos los usos que ahora se le dan (López, 2002).
El chile de agua es un cultivo endémico de los Valles Centrales de Oaxaca y ahí es de gran importancia económica, social y de consumo (Velasco et al, 1998). El chile de agua, como otros productos locales, carecen de suficiente demanda en el mercado nacional, es necesario destacar los diversos usos del chile de agua, su importancia social y cultural. Por lo anterior el presente estudio tuvo como objetivo documentar el conocimiento etnobotanico del chile de agua (Capsicum annum L.) en los valles centrales de Oaxaca, México.
Descripción del área de estudio. En la región de Valles Centrales surgieron los zapotecos, desde donde, con base en las diferencias ecológicas de su hábitat, se expandieron hacia la Sierra Norte, la Sierra Sur y el Istmo (INI, 1995; Barabas y Bartolomé, 1999; Coronel, 2006). Los zapotecos de los Valles Centrales habitan en la zona centro de Oaxaca, entre los 16° 20' y 17° 40' latitud norte y los 95° 55' y 97° 30' longitud oeste, en una altiplanicie promedio de 1 500 msnm (Whitecotton, 2004). La zona tiene una extensión de 8 762.36 km2 y representa 9.2% de la superficie estatal. Se compone de siete distritos político-administrativos: Centro, Ejutla, Etla, Ocotlán, Tlacolula, Zaachila y Zimatlán. Se distingue de las otras regiones por la dinámica interacción que existe entre la ciudad capital y las comunidades campesinas, gracias a la cercanía geográfica y a la actividad comercial (Coronel, 2006).
La configuración geográfica de este territorio es variada: planicies aluviales con algunos lomeríos y montañas que alcanzan alturas de 2 050 msnm. Las zonas con relieves suaves se ubican en el centro y están conformadas por tres valles menores: Etla, al noroeste; Tlacolula, al sureste, y Zaachila-Zimatlán-Ocotlán, al sur, esta heterogeneidad condiciona la variedad de climas, desde los semicálidos subhúmedos en las planicies, con temperaturas medias anuales promedio de 22 °C, hasta los templados subhúmedos en las partes altas de la sierra, con temperaturas medias anuales de 19.5 °C (INEGI, 2001). La precipitación promedio anual es de 727.7 mm en el centro de la región y la temporada de lluvias ocurre en verano; el valle más húmedo en Etla y el más seco, el de Tlacolula (Coronel, 2006).
Metodología. El presente estudio se realizó en ocho localidades de seis distritos de la región Valles Centrales de Oaxaca, México, en el año de 2010 y constó de dos etapas: una de campo y otra de gabinete; etapa de campo: se utilizó el método de muestreo no probabilístico discrecional y bola de nieve descrito por Goodman (1961). El primero consistió en el criterio del investigador(a); es decir, los elementos fueron elegidos sobre lo que se cree que pudieran aportar al estudio; y el segundo fue que, una vez localizados algunos individuos, éstos conducen a otros, y éstos a otros, y así hasta conseguir una muestra suficiente (Martín-Crespo y Salamanca, 2007); además del método etnográfico basado en algunas herramientas como las describe Del Rincón (1997): a) la observación; b) la observación participante; c) cuestionarios; d) entrevistas estructuradas y semi estructuradas; e) historias de vida; la información obtenida se agrupó de acuerdo al método etnoecológico (Toledo, 1991) basándose en el complejo kosmos (cosmovisión), corpus (conocimiento) y praxis (prácticas). Etapa de gabinete: se realizó una revisión bibliográfica exhaustiva acorde al tema, antes y después de la investigación y se analizaron los datos obtenidos.
Se realizaron 24 entrevistas a productores y 24 a consumidores(as) del chile de agua (ocho entrevistas estructuradas y 16 semiestructuradas para ambos grupos de informantes). Se registraron un total de cinco usos para el chile de agua (Cuadro 1). Los productores entrevistados tienen un amplio conocimiento del cultivar en cuanto al uso medicinal (M), ritual (R) y como amuleto (A); mientras que los consumidores(as) lo tienen sólo para uso comestible (C), medicinal (M) y ornamental (O).
En la localidad de Zimatlán se registraron los cinco usos (C, M, R, A, O), en Cuilapam de Guerrero cuatro (C, M, R y A), en San Baltazar Guelavila tres (C, M y R), y en el resto de localidades (San Sebastián Etla, San Antonio de la Cal, San Jerónimo Tlacochahuaya, Ejutla de Crespo y Ocotlán) solo dos usos (C y M). Por lo observado y registrado se puede afirmar que en los Valles Centrales de Oaxaca la relación que tienen los habitantes con la planta es importante, ya que con el paso del tiempo y avance de la modernidad, las localidades zapotecas siguen preservando algunas prácticas ancestrales. Esto coincide con Coronel (2006) quien afirma que a pesar de los cambios estructurales, han mostrado una gran capacidad para reconstruir y reafirmar su identidad a partir de sus prácticas y habilidades tradicionales.
Kosmos. Se identificaron tres usos (R, M y A) del chile de agua que tienen relación con las creencias de los habitantes de la región de Valles de Oaxaca; el ritual (Figura 1), el cual consiste antes del establecimiento del cultivo y otro cuando se va a cosechar por primera vez, esta mención la indican 9% de los entrevistados. El primero consta en pedir permiso a la madre tierra para poder sembrar, esto se hace por medio de oraciones y vertiendo una copa de mezcal a la misma, en los cuatro puntos cardinales del terreno, todo dirigido por el jefe de la familia; ya concluido dicho acto se empieza a sembrar, donde previamente se explica que se debe de tratar de una manera suave a la planta y a la tierra.
El segundo ritual se basa en el primer corte del fruto, es decir el jefe de la familia toma el fruto más grande y bonito y lo corta por la mitad, haciendo una pequeña copa, posteriormente le agrega mezcal, brinda y da gracias a la tierra por el fruto recibido, y los demás cortadores por igual; después de terminado el ritual se empieza a cortar el fruto, coincidiendo con Long (2011) que indica que el Capsicum también tenía uso como elemento ritual.
En relación con el uso medicinal (espiritual), los informantes mencionan que cuando un niño llora continuamente, por períodos largos, es porque "la bruja se lo quiere llevar"; para evitar ello ahuman la habitación, esto consiste en poner en unas brasas el chile de agua deshidratado, junto con una hojas secas de aguacate (Persea americana Mill.) y un puño de azúcar; se inicia el ahumado del centro de la habitación, hacia los cuatro puntos cardinales, a manera de cruz, entre más pungente sea el chile de agua, más efectivo será. Long (2011) menciona que el chile a través la historia ha formado parte del instrumental del curandero para tratar enfermedades culturales, como limpias, mal de ojo entre otras.
Para el uso del chile de agua como amuleto (6%) (Figura 1) los productores, cortan los frutos más grandes y rojos, los forman un racimo y los atan atrás de la puerta principal de su casa; con ello, según la creencia, se obtiene protección contra "malas vibras" (que son los perjuicios o males deseados por el prójimo, tal como envidia, rencor, odio u otros sentimientos similares); los productores suponen que, entre más pungente sean los chiles de agua en el racimo estarán mejor protegidos de todo mal (envidia, rencor, odios y otros) como lo indica Long (2011).
Corpus. El 60% de los entrevistados reconocen que es una especie endémica de la región de Valles Centrales de Oaxaca y el resto desconoce este término biológico; pero empíricamente, saben que sólo en esta región se puede dar dicho cultivo, además de ser el único chile de la región que se vende por pieza. El 100% coincide que su nombre se debe a que es una hortaliza que requiere mucha agua para su producción.
De los usos registrados el comestible es el más sobresaliente (45% de los entrevistados). De acuerdo con Sánchez (2009) y con Nuez et al. (1996), esta preferencia podría deberse a que existe una variación paralela en las diversas especies domesticadas, existiendo series homólogas que dan variaciones respecto al sabor del fruto (dulce a picante). El 100% de los informantes coincidió que es un chile de alta pungencia, pero que no deja picor (pungencia) en la boca, coincidiendo con Zewdie y Bosland (2000) donde explican que la pungencia está influenciada por el genotipo, prácticas de cultura y el ambiente donde se realice dicho cultivo.
Sólo los productores del cultivo (50%) saben de la importancia social, económica y cultural que les brinda dicha hortaliza y opinan que la falta de interés de los programas gubernamentales, pone en riesgo su presencia (Cruz, 2009; Sánchez, 2009). Por lo anterior, es importante establecer programas que apoyen el cultivo de esta hortaliza y no olvidar lo indica Hernández (2011) que dicha pérdida es mayor para los parientes silvestres, ya que estos constituyen un reservorio invaluable de genes.
Praxis. Se describieron cuatro usos principales para el fruto del chile de agua: 45% de los entrevistados lo aprecia como comestible (Figura 1). Se recopilaron 20 recetas (Cuadro 2), El chile de agua relleno con masa de maíz es una receta representativa de San Sebastián Abasolo, Tlacolula, la cual consiste en una serie de paso sencillos pero precisos. Según García (1991) y Bañuelos et al. (2008), la mayoría de los productos alimenticios prehispánicos persisten todavía. La receta del postre de chile de agua, indica la versatilidad del fruto, ya que además de ser usado para elaborar platillos pungentes también se pueden preparar comidas dulces, coincidiendo con el Chef Álvarez (2011) en Hernández (2011) con su receta de esquimo de chile ancho, con García (1991) y Long (2011) que el chile enriqueció de golpe la cocina entera, su necesidad culinaria trascendió a la cocina por que da a cualquier guiso o preparado el toque excitante y cálido, que lo hace más apetecible, sabroso y cabal, excitando tanto el paladar como a la vista; Long-Solis (1986) argumenta que en el caso específico de los chiles de gusto locales, muchas veces son los que dan el toque significativo a la comida.
Como uso medicinal (36%), se registraron ocho (remedios) para el alivio de enfermedades externas y se dividen en preventivas y curativas. Las preventivas para el cáncer, detener la caída del cabello, disminuir los efectos de la gripa, prevenir la gastritis, y las curativas; contra quemaduras, piquete de insectos (ponzoñosos), controlar los fuegos labiales y eliminar las erupciones cutáneas en los parpados, Long (2011) menciona que el chile también fue utilizado para otros fines culturales como medicamento en curaciones.
El 100% de los entrevistados(as) coincide en que todos los remedios son eficaces, principalmente por el picor del chile; este picor o pungencia es el efecto de la capsaicina (Salazar y Silva, 2004; Waizel-Bucay y Camacho, 2011) que genera una diversidad de efectos positivos en los aparatos y sistemas del cuerpo humano, enfermedades crónico-degenerativas, así mismo su acción analgésica y cicatrizante.
Solamente se reportó un uso ornamental, ya que 4% de los entrevistados(as) dijo hacer manualidades con chiles secos barnizados con una mezcla de café y pegamento, ésta forma de uso puede ser potencial.
Conclusiones
En el kosmos, corpus y praxis de los habitantes de Valles Centrales de Oaxaca respecto al chile de agua, se observó que las creencias, conocimientos y prácticas son trasmitidas de generación en generación; sin embrago, para el caso del corpus y praxis se percibió que con el paso del tiempo se han adaptado algunos conocimientos y prácticas modernas (postres o bebidas refrescantes).
Los usos registrados para el fruto del chile de agua además del comestible, son el medicinal, ritual, como amuleto y el ornamental. Los habitantes de la región reconocen que existe un desplazamiento del cultivo, ya que demanda más insumos, es vulnerable a plagas y enfermedades, sufre vario cambios climáticos y se enfrenta a la problemática de la comercialización, al no haberse dado a conocer en otros mercados, por lo que la producción actual es menor que en años anteriores. Por lo que es importante establecer programas que apoyen el cultivo de esta hortaliza y su mejoramiento genético in situ y así poder contar con alternativas para su producción.
Con el desplazamiento del cultivo de chile de agua (Capsicum annuum L.), se perderá una riqueza cultural, social y económica, además de una variedad endémica. Por lo que la comprensión y valoración de los saberes tradicionales juegan un papel fundamental en las estrategias de conservación de la biodiversidad.
Literatura citada
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