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Península

versión impresa ISSN 1870-5766

Península vol.20 no.1 Mérida ene./jun. 2025  Epub 08-Abr-2025

https://doi.org/10.22201/cephcis.25942743e.2025.20.1.90483 

Sección Conmemorativa

Veinte años de Península

Editar con perspectiva de género, mi experiencia en la revista Península

Amada Rubio Herrera1 

1Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales


Mi experiencia como editora de la revista Península se sitúa en el periodo comprendido entre los años 2022 y 2024, después del trance por la pandemia que confinó a quienes pudieron o tuvieron el privilegio de quedarse en casa. Por encomienda del entonces director del cephcis, el doctor Adrián Curiel Rivera, asumí las responsabilidades inherentes que, por varios años, había desempeñado la maestra Virginia Carrillo Rodríguez. Debo referir que el relevo correspondiente fue un proceso asertivo, de buenas prácticas, que se tradujo en la disposición y colaboración de ambas partes.

El reto indiscutible en ese momento consistió en mantener la periodicidad de la revista, lo que implicó concluir la primera edición a mi cargo en menos de tres meses. ¡Teníamos que redoblar esfuerzos!, y escribo en plural porque, llevar a buen término la labor, fue posible gracias a la suma de los intelectos y energías de cada integrante del comité técnico: Salvador Tovar, Carlos Alberto Martínez y Daniela Maldonado (q. e. p. d.). El compromiso de este equipo fue crucial para sostener la publicación a lo largo de los años referidos. Puntualmente, cuatro semestres vieron la luz de un nuevo volumen, no sin dificultades e imponderables que quizá sean propios de este oficio… pero, me pregunto, ¿qué tarea está exenta de ello?

Un aspecto central que caracterizó mi trabajo en la revista fue la vigilancia de género, es decir, hacer consciente que la producción académica no es ajena a las trampas patriarcales, y esto explica, en gran medida, la segregación vertical, las distancias entre hombres y mujeres en términos de productividad cuantificable. En el sentido material, fue prestar mucha atención a las personas concretas que enviaban sus manuscritos, las temáticas propuestas y los compromisos académicos a los que cada quien respondía. Esto me permitió ser más prudente con los plazos de espera y la programación de los artículos. El proceso editorial tiene varios frentes y yo opté por hacerlo sensible, no por ello menos riguroso.

Como revista procedente de una universidad pública, fue relevante promover el acceso universal al conocimiento, de ahí la participación de Península en la Feria Internacional de la Lectura Yucatán. Tanto en 2023 como en 2024 fue visible la presencia e interés del estudiantado de nivel medio superior y superior de la ciudad y de municipios aledaños. Este ejercicio, junto con la apertura de la publicación a estudiantes de posgrado, es indispensable en el impulso de procesos formativos de futuros y futuras investigadoras en México.

Me resta agradecer a quienes contribuyeron con sus trabajos desde la pluralidad temática, multidisciplinaria y metodológica que ha caracterizado a Península. Sin duda, cada número muestra la complejidad de los procesos de investigación que generan conocimiento y, en algunos casos, lo empatan con un compromiso social al denunciar las injusticias tan naturalizadas que recaen en grupos históricamente oprimidos y marginados.

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