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Agricultura, sociedad y desarrollo

versión impresa ISSN 1870-5472

agric. soc. desarro vol.10 no.2 Texcoco abr./jun. 2013

 

Reseña

 

Hersch Martínez Paul. 1996. Destino común: Los recolectores y su flora medicinal

 

Leonardo A. Beltrán-Rodríguez *, Fernando Manzo-Ramos *

 

Instituto Nacional de Antropología e Historia. ISBN: 9682990521

 

* Campus Montecillo. Colegio de Postgraduados. Carretera México-Texcoco. Km. 36.5. Montecillo, Estado de México. 56230.

 

El libro del Dr. Paul Hersch es una documento pionero que, desde su publicación en 1996, se convirtió en un referente obligado para aquéllos interesados en el estudio de la flora medicinal en México. Cuatro elementos resaltan en el análisis que nos presenta: (i) el énfasis que pone en los recolectores y los diversos actores sociales involucrados; (ii) el papel complementario y limitado que tiene la recolección dentro del entramado de actividades productivas diversas en las zonas rurales; (iii) el análisis de las redes de aprovechamiento y deterioro ambiental que estudia dos perspectivas hasta ese entonces escasamente asociadas, la social y la biológica; y (iv) la descripción de la recolección como un circulo vicioso pobreza-recolección-pobreza, que al ser llevado al cabo por recolectores pobres; quiénes al obtener un magro ingreso por una ardua labor se ven obligados a incrementar la recolección, provocando con ésto la sobreexplotación del recurso y su agotamiento. El resultado final es la dependencia de recolectores pobres de la flora medicinal, que gradual e inexorablemente escasea.

En la parte inicial de las tres que comprende, el libro proporciona antecedentes sobre el uso de plantas medicinales en el México prehispánico, a partir de fuentes, principalmente coloniales, como son el códice Cruz-Badiano (del médico indígena Martín de la Cruz y el intérprete Juan Badiano), el códice Florentino de Fray Bernardino de Sahagún, y el libro de Historia Natural de las Cosas de la Nueva España, del Protomédico de la Indias Dr. Francisco Hernández. Aportando información valiosa sobre el cultivo de plantas medicinales en los jardines prehispánicos del México antiguo y su comercialización en el mercado de la gran Tenochtitlan, Hersch nos da perfecta cuenta del vasto uso que desde la época prehispánica se hacía de las plantas medicinales.

En la segunda parte Hersch continua describiendo el uso de las plantas medicinales, enlazando los elementos prehispánicos y explicando su continuidad e importancia en la época actual. En especial, analiza la dinámica y flujo de plantas medicinales silvestres procedentes de la Región Fisiográfica del Balsas, llamando la atención sobre la escasa fitotecnia de flora medicinal en el país. Continuando con su relato analítico del saqueo e intensidad de aprovechamiento de flora medicinal desde el siglo XVI en esta región, Hersch menciona algunas plantas medicinales que comenzaron a ser altamente demandadas en el viejo mundo y, por ello, sobreexplotadas.

El resto del libro, usando una perspectiva social-biológica, se aboca al estudio de una porción del Sur-occidente Poblano, de donde de manera abundante se extraen, acopian y distribuyen plantas medicinales, a través de redes de aprovechamiento complejas que provocan un marcado deterioro ambiental. Así se presentan los casos de plantas medicinales como el cuachalalate [Amphipterygium adstringens (Schltdl.) Standl.], la cancerina (Hippocratea excelsa Kunth), la quina amarilla [Hintonia latiflora (Sessé & Moc. ex DC.) Bullock], la quina roja [ Simira mexicana (Bullock) Steyerm.], la doradilla [ Selaginella lepidophylla (Hook. & Grev.) Spring] y el palo brasil (Haematoxylum brasiletto H. Karst,.), en las cuales el incremento en su demanda comercial; nacional e internacional ha mermado considerablemente sus poblaciones naturales, según la percepción de recolectores y acopiadores.

Después de llevar a cabo recorridos de campo e indagar sobre historias de vida de recolectores de flora medicinal, Hersch da cuenta de la situación socioeconómica en que subsisten, y de su papel esencial como propietarios del recurso y conocedores de éste, para concluir que son los menos beneficiados en la cadena de comercialización del recurso planta medicinal.

Por otro lado, al hacer recorridos en los centros de acopio especializados de la zona (Axochiapan, Morelos y Jolalpan-Puebla) y realizar entrevistas a profundidad a acopiadores, Hersch recupera información valiosa de estos actores. Así, enlista la gran diversidad etnoflorística presente en estos centros, a la vez que reporta el amplio diferencial existente entre los precios pagados a los recolectores en sus comunidades, y los precios que tales plantas logran cuando estos acopiadores las venden a los distribuidores nacionales, e incluso cuando llegan a ser vendidas a tiendas departamentales en los Estados Unidos. Por ejemplo, un recolector vende el kilo de cuachalalate a un acopiador en $15.00 pesos, éste lo revende a un detallista central en $35.00 pesos, y así sucesivamente. Cuando este producto es finalmente comercializado en paquetes de 14 gramos en tiendas departamentales en Los Ángeles California, el precio al que este último detallista lo vende al consumidor es de un dólar. En este sentido, cabe considerar que los datos de campo son de los años noventa, pero la tendencia de precios en la cadena de distribución del producto es simular en la actualidad.

A pesar del análisis presentado por Hersch, es evidente la necesidad de hacer un análisis más fino de la cadena de comercialización de plantas medicinales para comprender la complejidad del fenómeno e incidir en un cambio de postura entre los actores involucrados; es decir, el que un recolector pueda entenderse como productor e incrementar con ello su nivel de ganancia. Dicho análisis también debe considerar el hecho de que los recolectores tienen diferentes características, los egresos en los que cada actor incurre en el circuito de compra-venta, o los diversos nichos de mercado en que puede ser requerido su producto.

Algunos elementos valiosos del libro de Hersch son: primero, que el autor intenta conectar la falta de conocimientos fitotécnicos y normatividad en plantas medicinales, así como las limitaciones del agro y de la población rural en general, con las condiciones actuales en que subyacen ambos mundos.

Segundo, un aporte interesante y reflexivo del libro, en donde a partir de entrevistas e historias de vida con recolectores y acopiadores de flora medicinal, el autor intenta metodológicamente reconstruir escenarios de convergencia entre diferentes niveles de estudio, y el cómo uno de ellos, el mercado, determina el futuro socioecológico en una región.

Además, el autor ofrece puntos de vista sobre medidas de aproximaciones sucesivas de cambio para la mejoría de los recolectores, gran parte de las cuales están orientadas a la organización comunitaria como vía para la gestión de sus recursos.

Como se mencionó inicialmente, a pesar de su fecha de publicación el libro es una lectura obligada para los interesados en la relación sociedad-ecosistema, así como para aquellos estudiantes e investigadores que deseen tener antecedentes de los diferentes actores sociales involucrados en la cadena productiva de la flora medicinal en México, y de las principales especies medicinales procedentes de la selva baja caducifolia que son comercializadas.

El libro puede adquirirse en las instalaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia-Morelos, en el Programa "Actores Sociales de la Flora Medicinal en México"; o bien en las librerías del CONACULTA.

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