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Culturales

versión On-line ISSN 2448-539Xversión impresa ISSN 1870-1191

Culturales vol.7 no.13 Mexicali ene./jun. 2011

 

Artículos

 

Los jóvenes góticos incipientes: entre la música alternativa y una percepción desolada de la existencia

 

Luis Fernando Bolaños Gordillo

 

Universidad Intercultural de Chiapas, fernandog7007@hotmail.com

 

Fecha de recepción: 14 de mayo de 2010
Fecha de aceptación: 1º de septiembre de 2010

 

Resumen

Este artículo es producto de un trabajo de campo hecho entre 2008 y 2010 con jóvenes góticos de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, que tuvo el objetivo de describir qué elementos son significativos para ir elaborando una identidad oscura. El acercamiento con ellos se hizo en conciertos o lugares que frecuentan. Algunos de los informantes son egresados o estudiantes de la Universidad Intercultural de Chiapas. Las entrevistas giraron en torno a los motivos que tuvieron para asumirse como seres oscuros y los elementos que influyeron en este proceso calificado por ellos como de autodescubrimiento.

Keywords: identidad gótica, industrias culturales, música alternativa, pensamiento oscuro.

 

Abstract

This article is a result of one fieldwork done between 2008 and 2010 to Gothic young persons from San Cristóbal de Las Casas city, Chiapas, Mexico, whose aim was to describe which elements are significant for developing by and by such a dark identity. The approach to them was in concerts or at some places frequented by them. Some of the informants are graduated or students of the Intercultural University of Chiapas (Universidad Intercultural de Chiapas). The interviews were focused in knowing the motives they had to consider themselves just as dark beings and which were the elements that influenced this process qualified by them as a self-discovery.

Palabras clave: gothic identity, cultural industries, alternative music, obscure thought.

 

Introducción

Los jóvenes góticos viven en la tragicidad, la melancolía y se alejan de lo socialmente convencional; son selectivos en sus preferencias discográficas, literarias y cibernéticas, y valoran mucho la creación artística. Ellos viven a plenitud el "aislamiento creativo", como sostiene Norma Díaz García.1 Señalados por sectores conservadores como satánicos, vampiros, depresivos, entre muchos adjetivos más, estos jóvenes son vistos como una amenaza para los valores familiares y sociales por su imagen, ataviada totalmente de negro, y su supuesta relación con un mundo satánico y maligno lleno de demonios, fantasmas y vampiros que habitan en sus gustos literarios, musicales, cinematográficos y cibernéticos.

¿Qué es lo que vuelve atractiva para muchos jóvenes la imagen de un mundo macabro y siniestro donde imperan la muerte, la oscuridad, seres infernales y la idea de un mundo muerto y decadente que no tiene nada que ofrecerles salvo alienación y hastío? En buena medida la respuesta está en la relación entre su desencanto de la sociedad y sus instituciones y el consumo de la música alternativa, que se constituye como la puerta de entrada a ese mundo sombrío y como el referente para ir elaborando un sentido autonómico y crítico que se asume como oscuro. "Lo gótico entra por los oídos", afirma categórica Díaz García, quien precisa que la música, acompañada por literatura romanticista o películas de terror, proporciona otras perspectivas de ver al mundo, muy diferentes a las de aquellos jóvenes que se conforman con lo que les brinda el sistema a través de medios convencionales.

Los monstruos de las novelas romanticistas o las películas de terror, vistos por Díaz García más en el ámbito de la alternatividad, principalmente por la variedad de significados que ahí encuentra para su elaboración identitaria, no son más que metáforas de la condición humana que también cobran vida en las canciones y otras manifestaciones artísticas de este movimiento para dar cuenta de una manera crítica y creativa de distintos aspectos de la vida social. "La música es fundamental para volvernos muy ácidos en nuestros comentarios", puntualiza.

La música para los góticos incipientes se convierte en una vía para acceder a formas de pensamiento más complejas que les son significativas para la comprensión de sí mismos y de diversos aspectos de la vida en sociedad. Igualmente, las novelas romanticistas, las películas de terror o con temáticas extraídas del pospunk se constituyen para los góticos incipientes, en su mayoría estudiantes del nivel medio superior, en los principales referentes para ir elaborando cierto tipo de ideas, como el "no futuro" o el gusto por todo aquello considerado grotesco o repugnante por algunos sectores sociales. Detrás de la elaboración de una identidad oscura podrían estar las figuras de Rimbaud, Baudelaire, Poe, Shelley, Stoker, entre otros, quienes en sus obras plasmaron críticas acerca de las sociedades en las que vivieron.

El movimiento gótico privilegia el gusto por el pasado y regresar a éste es una experiencia vivencial de no estar en el presente; es instalarse en diversos contextos históricos y culturales que generaron cambios en lo religioso, político y cultural con un sentido autonómico. "Un gótico es un romanticista extremo", afirma Onésimo Guzmán Arias,2 al referirse a que esta literatura es uno de los principales referentes de los jóvenes góticos y una inagotable fuente de ideas para identificarse con temas relacionados con el dolor de existir, el miedo, la soledad y el deseo de muerte. Lo gótico es considerado por él como la búsqueda permanente de un refugio para alejarse del mundo y a la vez dar cuenta de él a través de la creación artística.

Quien se asume como gótico, sostiene Guzmán Arias, dedica muchas horas a escuchar música alternativa, y se nutre a la par de las ideas e imágenes de las novelas romanticistas y la cinematografía de terror. Las ideas extraídas de las letras de las canciones proporcionan elementos para ir autoafirmando su identidad; es decir, el gótico incipiente o babygoth se convierte en el círculo al que pertenece en un gótico consumado. "Para ser un gótico verdadero necesitas convertirte en un melómano y un lector voraz", agrega Onésimo, quien sostiene que sus grupos favoritos son Bauhaus, Sex Gang Children y The Cure, y que sus novelas preferidas son El Castillo de Otranto, Frankestein y Drácula, y que en todos estos elementos encuentra referentes significativos para criticar diversas realidades de la vida social. "Frankestein es una crítica a la ciencia y hay grupos que han sacado muchas ideas de esta novela en sus canciones, como José Fors",3 puntualiza.

Hay que precisar que la genealogía musical del movimiento gótico es relativamente reciente y no tiene sus raíces en el heavy metal o alguna de sus variantes como el black metal, como pudiera aparentar, sino en la música pospunk, época en la que muchos grupos ingleses, principalmente, comenzaron a experimentar con nuevos sonidos, ritmos y temáticas. La cultura gótica tiene tintes anarquistas y melancólicos heredados del punk, y se constituye en un movimiento autonómico respecto de las instituciones, que fue aglutinando desde la década de los ochenta las tendencias más oscuras de la música, el cine y la literatura para dar forma a una singular forma de ver el mundo.

 

El génesis de una identidad oscura: el movimiento punk

Aparentemente, el primer elemento de distinguibilidad de los jóvenes góticos es el uso de la vestimenta negra; pero no es así, ya que con ello sólo estamos viendo la forma. Es la música calificada como alternativa la que aparece como el primer elemento diferenciador de estos jóvenes, que ven en ella un espacio de libertad de expresión o una fuente de información para elaborar un sentido autonómico.

La música gótica, que tiene sus raíces en el punk rock, se constituye como un medio para escuchar o componer temas no convencionales, como el suicidio, la necrofilia, el diablo, los vampiros o el ocultismo. "El diablo es un personaje inmerso en el círculo gótico, un símbolo de irreverencia, el primer rebelde", sostiene Onésimo Guzmán Arias, al referirse a la presencia de este personaje en las novelas y películas de terror, así como en la música que escucha. El diablo y la muerte son dos de los símbolos con mayor presencia en sus imaginarios colectivos.

Para los góticos, quienes representan y viven la muerte simbólica no es más que tener una mejor vida; la muerte se traduce de alguna manera hasta en un sentido religioso como la recompensa, como en [la] religión católica, donde se tiene esa promesa de que después de la muerte hay una mejor vida, sin dolor, sin miedo, con felicidad, cosas que no se encuentran en la vida terrenal. Esta parte casi religiosa choca con la idea de que la mayoría de estos jóvenes no tienen una convicción religiosa, puesto que por imagen lo satánico va en contra de la religión, aunque en este caso no hay tal satanismo (Castillo Almaraz, 2004:99).

La música gótica se constituye en un medio para transmitir ideas que contrarrestan muchos preceptos cristianos. "En lo gótico no hay dogmas, no hay castigos ni premios, solamente la visión de un mundo decadente", señala Norma Díaz García, quien se asume como un ser que, más que religión, tiene una peculiar religiosidad alimentada por la música, la literatura y el cine.

Cantantes de culto para el movimiento, como Ian Curtis (Joy Division) o Rozz Williams (Christian Dead), son los referentes obligados para ir elaborando una identidad oscura estrechamente relacionada con la muerte. "Joy Division poseía un magnetismo místico, doloroso y sincero", apunta Onésimo Guzmán Arias, al referirse a la transformación que estaba teniendo el movimiento punk a finales de la década de los setenta, cuando estaba pasando de anarquista a melancólico: las letras estaban pasando de contestatarias a místicas.

Desde ese entonces, el movimiento se inclina, musicalmente hablando, por todo aquello que la sociedad considera nocivo, repugnante, grotesco, siniestro, maldito o satánico. Estos referentes son los que luego fortalecen la identidad oscura de los jóvenes góticos incipientes, quienes empiezan a profundizar en el sentido que le transmiten las canciones de los grupos de su preferencia; es decir, abandonan el consumo superficial de la música. Los jóvenes góticos son personas que buscan el equilibrio entre su personalidad, su música y su vestuario: una combinación lúdica, histriónica y crítica.

La música se acompaña con formas de vestir y maquillarse a base del color negro por parte de sus seguidores, pero internamente se reproduce una visión en la que de una crítica participante y activa de los colectivos punks, se pasa a un retraimiento que en apariencia presenta actitudes apáticas y desesperanzadas (Marcial, 2008:78).

Los góticos incipientes se dan a la tarea de buscar –y de coleccionar–4 discos de grupos que constituyen el árbol genealógico del movimiento: Bauhaus, Joy Division, Sex Gang Children, Dead Can Dance, The Cure, entre otros. Las letras de las canciones de los grupos góticos, tanto los de la llamada "vieja escuela"5 como los contemporáneos, son significativos para asumir una identidad calificada como libre, auténtica, disidente, irreverente, etcétera, portadora de ideas distintas a las convencionales para cuestionar alguna realidad específica o criticar aspectos de instituciones como la familia, el gobierno o la religión. Sin embargo, hay que precisar que los grupos que conforman el árbol genealógico de la cultura gótica tuvieron influencia directa del movimiento punk. Los góticos contemporáneos siguen este legado para transmitir su desencanto social a través de la música y la comunicación alternativa.

El punk fue un movimiento cultural y social anarquista, con un posicionamiento político que se expandió por Europa y Norteamérica en la década de los setenta del siglo pasado, cuya bandera era el malestar general que sentían los jóvenes proletarios ante el sistema hegemónico.

Las corrientes ideológicas dentro del movimiento punk están asociadas a políticas como el anarquismo, el anticapitalismo, el antimilitarismo, el antifascismo o el feminismo. No obstante, el punk simpatiza con movimientos cercanos a la izquierda radical. La filosofía punk está recogida en la frase do it yourself (Madrid y Murcia, 2008:104).

Oriol, Pérez y Tornero (1996), en el libro Tribus urbanas, definen al punk rock como un enérgico ataque a las tendencias dominantes dentro de la música popular con letras alusivas a la marginación, la pobreza, el autoritarismo, el racismo, el fascismo y la aversión a la música disco y al movimiento hippie. Este movimiento fue una respuesta a la crisis de los valores tradicionales de la Europa de los setenta, época llena de rompimientos en todos los órdenes que influyeron en la elaboración de nuevas identidades y sujetos sociales.

Castillo Almaraz (2004:88), en el artículo "Muerte y futuro, el movimiento oscuro en el tianguis cultural del Chopo", señala que los punks fueron populares en Inglaterra en esa época porque expresaron el estado de ánimo de incontables jóvenes proletarios, asqueados por los mitos y los espejismos del sistema. La autora sostiene que el punk nació del malestar social de la clase trabajadora, cuyos jóvenes se sentían cada vez más alejados de un mundo considerado artificial, que no les decía nada de su vida cotidiana. Este alejamiento se puede considerar como el parteaguas del sentido autonómico que distingue actualmente al movimiento gótico, que le ha dado una perspectiva renovadora, por exaltar la ambigüedad de la condición humana y manifestar el malestar del individuo en las sociedades modernas.

Musicalmente, el punk rock combinó dos aspectos contradictorios: la agresividad y velocidad en los ritmos, con tendencias hardcore; y la melancolía en la interpretación en algunas canciones, una especie de rabia combinada con tristeza. Baddeley (2007:17), en el libro Mundo gótico, argumenta que literariamente las visiones oscuras del romanticismo y el decadentismo se fusionaron en la música pospunk, en la que la melancolía es la base para el surgimiento de lo que se convertiría a la postre en el movimiento gótico, tanto en letras como en musicalización. Fue así como los monstruos de la literatura de terror romanticista o los asesinos seriales de algunas novelas decadentistas comenzaron a cobrar vida en las letras de las canciones de los primeros grupos góticos, para dar cuenta de la miseria de la condición humana y de una desolada percepción de la existencia.

El punk ya no reflejó lo que originalmente era. Su aspecto melancólico se convirtió en una plataforma más sólida para experimentar otro tipo de ideas, sonidos y ritmos. El punk se quedó en el anarquismo y en la violencia física; el pospunk o dark abrió muchos campos donde se hibridaron los aspectos oscuros y los metafísicos de la personalidad humana. Surgieron así nuevas formas de pensamiento distintas al sentido de la violencia que hubo al principio. La incipiente música gótica comenzó a buscar nuevas formas de pensar más pacíficas y creativas, la "contestación pacífica y creativa", en palabras de Índira Isis Sánchez Navarrete.6 En este sentido, Edith Araceli Pérez Martínez7 afirma que en ese contexto había una creciente necesidad por un movimiento que representara la no conformidad, una característica distintiva de la cultura alternativa.

Las raíces musicales de la cultura gótica están en el new wave, tendencia abstracta y experimental. El incipiente género se distinguió por tener sonidos más melódicos y melancólicos como el del grupo Bauhaus, considerado como el primer grupo gótico de la historia, que lanzó en 1979 el éxito Bela Lugosi's Dead. La transición de agresividad a melancolía fue la que originó, musicalmente hablando, el surgimiento del movimiento gótico.

La música gótica hereda del movimiento punk diversos referentes que hablan de falta de credibilidad hacia la familia, la religión, la educación, las instituciones y el gobierno. El punk influye como referente histórico en los jóvenes góticos incipientes para que se inclinen identitariamente por cosas que la sociedad considera repugnantes, destructivas o tabúes; igualmente influye en la búsqueda de lo feo, lo sucio o lo grotesco, como parte de nuevas formas de expresarse.

En la historia del punk, el hazlo tú mismo (al cual se le añade "cualquiera puede") fue una respuesta a la creencia predominante de que el acto creativo musical requería mucho dinero, educación, influencias y suerte para distribuir las propias creaciones a través de los mecanismos corporativos establecidos. Sin embargo el hazlo tú mismo no se restringe al terreno musical, afecta otras áreas de laceración y de la vida. Esto inspiró y motivo a muchos jóvenes británicos a ir en contra de la comercialización de su cultura, a crear sus propias películas y videos, a fundar sellos independientes, pequeños pero significativos para la cultura, así como hacer sus propios fanzines (Muñoz y Marín, 2006:48).

La imagen gótica aglutina también elementos del arte y arquitectura medievales, elementos de la literatura romanticista y decadentista e ideas de los movimientos beatnik y bohemio, universo que configura una singular percepción de la belleza. "En el dolor está lo sublime", apunta Norma Díaz, quien da cuenta de que para el movimiento son importantes las ideas de la belleza, la sabiduría y la voluntad.

De esta manera, el gótico incipiente, con el afán de profundizar en el lado oscuro, comienza a fortalecer sus preferencias musicales con nuevos espacios de creación con otros jóvenes, en los que la literatura de terror, las películas de este género, cierto tipo de música (en su mayoría, géneros vinculados al heavy metal), páginas de internet relacionadas con lo sobrenatural, entre otros elementos, son las fuentes de información que brindan sentidos particulares a su elaboración identitaria, que son la contraparte de la pérdida de sentido de la vida social.

 

El nuevo género musical experimental oscuro: lo sobrenatural en la elaboración de la identidad gótica

En el declive del punk hubo una etapa de experimentación con sonidos y letras melancólicas. Esto se convirtió en una de las principales características de la identidad gótica: las críticas sociales comenzaron a hacerse a través de metáforas y comenzaron a proliferar los temas relacionados con el misticismo o el ocultismo. Índira Isis Sánchez Navarrete afirma que lo gótico es "rebelarse de una forma pacífica y metafórica a través de la música, es hacer valer nuevas formas de expresarse". La música gótica es una interpretación de la vida social que se expresa en una dinámica distinta a la de los sucesos y hechos de la vida objetiva.

Baddeley (2007) afirma que la incipiente música experimentó con sonidos más ambientales y mucho más refinados que los ritmos punk. En la década de los ochenta estos temas tendieron hacia lo sobrenatural y los grupos comenzaron a asumirse como "románticos", "decadentes", "malditos" y simpatizantes de literatura que también sería estereotipada como oscura.8 Cabe mencionar que el movimiento aún no se denominaba gótico, sino que tenía apelativos como post punk, new wave o dark. Esta música tuvo dos grandes vertientes: la dark, que se quedó únicamente en un plano musical bailable con tendencias al pop o al dance, y la que, aparte de experimentar con diversos géneros, algunos de ellos disímbolos entre sí (como el heavy metal con música sacra), tendió a generar una imagen que pronto se vio ligada a las literaturas romanticista y decadentista, que fueron apropiadas por este movimiento para tener una identificación con el dolor, el terror, la muerte, la oscuridad y todo aquello considerado macabro por la sociedad.

El extracto de una entrevista hecha por un periodista de la revista Sounds, de Inglaterra, al cantante Abbo, líder del grupo UK Decay, una de las bandas de culto para el movimiento, recopilada por César Fuentes en el libro Mundo gótico, pone de manifiesto el origen del apelativo "gótico" en el plano musical:

Va a ser un movimiento y no vamos a desaparecer en seis meses. Debemos de tener un nombre para esto, no es dance ni alternativo ni new pop. Y nos sentamos ahí riendo sobre cómo deberíamos tener discos en forma de gárgolas y tocar sólo en iglesias. ¿Qué es esa cosa gótica en la que están todos metidos? Y es una broma total (Fuentes, 2007:111).

La música gótica fue aglutinando durante los años ochenta elementos de las literaturas romanticista y decadentista, como resultado de un proceso en el que el terror como género literario aparece omnipresente. La música de los primeros grupos góticos abordaba temas oscuros y sus letras hablaban de poseídos, secretos milenarios, magia y ocultismo. Son precisamente estos temas los que van nutriendo la identidad oscura del gótico incipiente. El romanticismo aparece como una manera de adentrarse en nuevas formas de crear mediante lo macabro y lo sobrenatural.

En los años noventa, con la Escuela Media o Deathly-Quit,9 Alemania tomó la batuta con grupos más orientados al rock heavy metal y al death metal, cuyas interpretaciones estaban basadas en voces guturales, requintos estridentes, así como poderosos y veloces acompañamientos de batería y bajo. Las letras en esta tendencia se concentraron más en el satanismo o en el odinismo, sobre todo en el caso de Noruega, en el que Varg Vikernes10 encabezó un movimiento que desencadenó la quema de varias iglesias.

Había nacido un género heterogéneo y diverso, tanto en música como en letras, y con él una identidad que sintetiza lo más oscuro del pensamiento occidental. Por esta razón los jóvenes góticos elaboran una identidad en la que mezclan su desencanto social con elementos ocultistas. Los góticos incipientes se inclinan por la creación o apreciación artística musical –en este caso– de aquello que la sociedad considera nocivo, repugnante, grotesco, siniestro, maldito o satánico. Son aspectos significativos para ir elaborando un sentido autonómico.

Los góticos incipientes comienzan a asumirse como "romanticistas extremos", "hijos de la noche", "amantes de la oscuridad", "decadentes", "poetas malditos" y, en síntesis, como parte de un mundo distinto en el que la oscuridad es el sentido principal de todas sus manifestaciones identitarias. Los decorados y situaciones macabras de las novelas romanticistas son significativos para los jóvenes góticos para describir los horrores sociales o políticos. Norma Díaz apunta que los góticos buscan obras que reflejen el lado oscuro de la personalidad humana, y son las historias de terror las que prefieren por la descripción que se hace del tormento psicológico que viven sus protagonistas y también el de los seres sobrenaturales con los que coexisten en las tramas.

Fuentes (2007) argumenta que el romanticismo, al recrear lo maligno y lo sobrenatural, subvirtió las normas del racionalismo apelando a la necesidad de elementos inhumanos, una necesidad no satisfecha por el racionalismo. El romanticismo influyó en los grupos musicales góticos para que se rebelaran a las reglas musicales clásicas. Esto explica que el afán de identificarse con un mundo sombrío no es nuevo y que siempre se necesita de un medio para hacerlo atractivo. En el caso del movimiento gótico, la música fue el medio para tal efecto.

En este contexto musical, los personajes atormentados psicológicamente, la sensualidad y el placer sexual perverso, propios de los cuentos de Edgar Allan Poe o los poemas de Charles Baudelaire, se erigieron como los temas protagónicos de la composición musical de la incipiente música gótica de los años ochenta:

Si Poe tenía un tema predilecto, además de la muerte, fue lo perverso. No necesariamente la perversión sexual (si bien su pasión por las damiselas muertas o agonizantes lo expone a sospechas de necrofilia), sino ese impulso primitivo del corazón humano que conduce a la transgresión, no sólo en contra de otros, sino en contra de uno mismo. Pariente cercano de la locura, Poe la describió como un anhelo insoldable del alma de irritarse a sí misma, de ofrecer violencia a su propia naturaleza, de hacer el mal simplemente porque sí. La exploración de este impulso masoquista, ese impulso de lo perverso que tanto preocupaba a Poe, ha sido un tema preeminente del arte gótico desde aquel momento (Baddeley, 2007:61).

Los góticos incipientes alimentan su interés de llevar hasta el extremo el desarrollo del género terror para propiciar ambientes psicológicos que envuelven la mente del lector o espectador. Los ambientes de este tipo de obras son oscuros, amenazantes, degradantes, decadentes y maléficos, sin final feliz: es el nihilismo llevado al máximo. La angustia y la tragedia se erigen como las perspectivas de la elaboración identitaria de la cultura gótica, que se apasiona con estos miedos buscándoles un lugar para dar cuenta de la tragicidad de la condición humana, como si se quisiera puntualizar una perversidad que está presente en mayor o menor medida en el pensamiento de cada persona.

Para Edith Araceli Pérez Martínez, la incipiente música gótica articuló en ese entonces una posición anticonformista explícita, que se fue estableciendo como un género que se opuso a las relaciones sexuales tradicionales y a las religiones establecidas. Ella afirma que con lo gótico la música celebró la oscuridad, el lado oscuro de la vida y del ser mismo, y desarrolló una fascinación distinta con la muerte, con una tendencia cada vez más acentuada a describir la melancolía, lo oscuro, incluso lo mórbido, de muchos jóvenes que vieron en la oscuridad nuevas formas de expresión.

 

La música gótica: entre la alternatividad y el consumismo

En la elaboración de la identidad oscura sobresale el sentido de alternatividad; es decir, la creación de espacios de autonomía y de crítica hacia todo lo que se considera hegemónico. La música proporciona al gótico incipiente formas de acercarse a contextos en los que se pueden abordar temas que difícilmente serían tratados desde una perspectiva comercial: el satanismo ritual, la necrofilia, el vampirismo y otros aspectos relacionados con la oscuridad tanto sobrenatural (esotéricamente hablando) como de la condición humana. En este último aspecto, existen canciones que hablan de asesinos seriales, masacres o necrofilia.11

La música alternativa oscura brinda el primer elemento de distinguibilidad de los jóvenes que se asumen como góticos. La música, en general con referencias literarias y cinematográficas, influye en este proceso de decisión y lo enriquece con una gran variedad de géneros y ritmos. Líricamente, se yergue como el espacio donde hadas, demonios, brujos, vampiros, hechiceras, emperadores crueles, poetas malditos, etcétera, recrean escenarios siniestros donde el dolor, la muerte y el diablo son los principales protagonistas. "Nosotros buscamos en la música rasgos de crítica, irreverencia, ironía, burla y sabiduría", sostiene Norma Díaz García.

Este proceso de acercamiento a la música gótica va acompañado de la influencia de algunos estereotipos. Por lo general, los cantantes y músicos de las bandas góticas son delgados, visten de negro y usan maquillaje para verse pálidos, a semejanza de los cadáveres, o bien recrean imágenes vampíricas que fueron usadas desde los años ochenta por cantantes como Ian Curtis o Rozz Williams, quienes se suicidaron y fueron convertidos en figuras legendarias.

De acuerdo con Roxana Murduchowicz (2008), en el libro La generación multimedia, la música es fundamental en la elaboración de las identidades juveniles. La música, como parte de las experiencias culturales, brinda elementos para dar sentido a la vida social y para ir elaborando procesos de diferenciación entre los jóvenes; es decir, el tipo de música que se escucha está ligado al movimiento al que se pertenece. A propósito del sentido alternativo del movimiento, Estela Pérez Díaz12 expresa: "Desde su aparición lo gótico fue un modo de rebelarse ante la monotonía marcada por la vida cotidiana. Emplear ambientes macabros y personajes atormentados que convivían con seres sobrenaturales despertó un nuevo tipo de interés y actitud en las personas: explorar su lado oscuro".

Esta combinación de música y literatura influye para que la elaboración de la identidad gótica no se quede únicamente en un plano musical, sino que trasciende en la elección de alguna imagen o estereotipo, que se van nutriendo también con nuevas preferencias literarias y cinematográficas, enmarcadas principalmente en los géneros terror y horror. No basta con escuchar todo aquello que los acerca a un mundo oscuro; el gótico incipiente tiende a asemejarse o convertirse en alguno de los estereotipos que le proporcionan la música, la literatura o el cine, que se van profundizando, conforme va pasando el tiempo, hasta alcanzar un grado de autoafirmación. Así lo expresa Índira Isis Sánchez Navarrete: "En su imagen lúgubre, el gótico recrea una libertad sin cortapisas y asume su condición oscura en su pensamiento e imagen. Para nosotros hay belleza en la muerte que no es para nada una imagen atemorizante, sino que es el principio de cosas sublimes que no se pueden encontrar en el mundo material".

Se puede afirmar que lo alternativo para los góticos, musicalmente hablando, es todo aquello que les proporciona elementos de crítica hacia una sociedad considerada alienante que no les brindan las grandes disqueras. Ser alternativo se convierte para ellos en sinónimo de ser autónomo e inteligente; les confiere prestigio. Lo convencional, por el contrario, es aquello considerado de consumo popular y que consta de contenidos considerados como superficiales y banales, así como de una pésima ejecución instrumental.

La evolución de lo que se generalizó como la incipiente música gótica a lo largo de los años ochenta del siglo pasado evidenció la tendencia de los jóvenes a buscar a través de infinidad de medios la posibilidad de edificar su propio estatus relacional y una independencia del sentido comercial en la música y en el arte en general. Un mundo oscuro les resultaba atractivo para incursionar en temas que sectores conservadores consideran como tabúes, como el ocultismo o el satanismo; se había pasado de un plano de protesta social, inspirado en la problemática del proletariado heredada del punk anarquista, a uno de acercamiento a temas relacionados con lo sobrenatural y la condición humana.

Sin embargo, este sentido de alternatividad también fue aprovechado por las industrias culturales. Por ejemplo, en la escena gótica metálica también hay representantes del sentido comercial del movimiento. Un representante de este movimiento al que se califica como gótico comercial o gótico light es Bryan Warner, conocido en el ámbito de los canales de videos internacionales como Marilyn Manson, quien tomó el nombre de la célebre actriz Marilyn Monroe y del multihomicida Charles Manson.

Lo sobrenatural fue aprovechado mercadotécnicamente para posicionar imágenes, principalmente vampíricas, y atraer compradores potenciales ansiosos de sentirse en el lado oscuro. "Muchos jóvenes creen ser góticos simplemente porque les gusta el rock heavy metal o porque les atraen las películas de terror", afirma Estela Pérez Díaz, quien tiene la idea de que esto es una confusión derivada del exceso de información existente en el mercado generada por las industrias culturales. Asegura que identificar a los grupos góticos no es una tarea fácil, ya que existen muchas bandas que simplemente tienen una imagen asociada a la oscuridad.

La gran gama de alternativas existentes en el mercado generan en el gótico incipiente una etapa que se podría definir como de confusión. Así, es muy difícil que un gótico incipiente saturado de información y mercadotecnia encuentre pronto la diferencia entre un grupo realmente gótico y uno que simplemente cubre la imagen para formar parte del movimiento oscuro fijada por las industrias culturales. Esto sería el resultado de horas de escuchar música durante años, y sería también un asunto de recursos económicos, aunque la internet ofrece infinidad de páginas donde se puede descargar música de forma gratuita. "Lo gótico está presente en una infinidad de expresiones de la música contemporánea, y al mismo tiempo es capaz de pasar desapercibido para el oyente casual" (Fuentes, 2007:106).

Muchos jóvenes suelen confundir su atracción musical por grupos o temas oscuros con lo gótico, y esto los lleva a considerar gótico al heavy metal, al hard rock o a todo aquello que se vincule con agrupaciones que se autoproclamen como satánicas, generando una confusión que puede dar lugar a que agrupaciones musicales realmente góticas pasen inadvertidas. Al fin y al cabo es el tiempo que se tenga en el movimiento el que ayuda a distinguir a los grupos que son góticos de los que no lo son. Paradójicamente, un gótico incipiente podría tener en sus manos un disco realmente gótico sin saberlo.

El empuje constante de las industrias culturales provoca que la elaboración identitaria gótica se nutra en gran medida de la exposición de los jóvenes a los medios y que la puerta de entrada sea la música y la de la autoafirmación sea la literatura. Los canales de videos, las revistas especializadas de heavy rock, las páginas de internet, radios comerciales y/o alternativas, películas de terror, entre otros, son las primeras fuentes de información para ir elaborando este tipo de identidad, todas ellas girando en torno a la música y la imagen oscura. No es lo mismo asumirse como gótico después de ver un canal de videos como MTV o Telehit (propiedad de Televisa), tras apreciar a Marilyn Manson, que después de haberse devorado las obras romanticistas y escuchar música alternativa no comercial. De igual manera, es muy distinto ser gótico que ser simpatizante de la oscuridad.

Lo gótico como género es ahora un gran negocio de las industrias culturales, y esto provoca que quien no esté familiarizado con el movimiento califique por igual todo lo que se le ofrece: Marilyn Manson puede ser tan gótico como Hocico o Anabantha, grupos realmente representativos para la escena oscura mexicana. Para los góticos que llevan más tiempo en el movimiento esto significa una intromisión del expansionismo capitalista a sus círculos, y la manera de resistir es adquirir o intercambiar discos, libros u otros productos en tianguis como el Chopo en la Ciudad de México, y no en centros comerciales.

Desde hace mucho tiempo se observa que la tendencia a mercantilizar la producción cultural, masificar el arte y la literatura y ofrecer los bienes culturales por varios soportes a la vez (por ejemplo, el cine no sólo en salas sino en televisión y video), quita autonomía a los campos culturales (García Canclini, 2007:27-28).

Las industrias culturales, la revolución tecnológica y la mercadotecnia están modificando las bases materiales de la sociedad, entre ellas los gustos, preferencias e identidades de los jóvenes que se asumen como góticos. En los negocios especializados hay toda una gama de productos, como películas de terror, discos compactos, películas en formato DVD o blue ray, minidiscos, libros, ropa e infinidad de artículos más; se trata de tiendas que pueden estar en centros comerciales departamentales. Éstos son los espacios en los que el gótico incipiente encuentra directamente la discografía, películas o literatura de su preferencia dentro de su identidad oscura o bien donde estará cara a cara con otros jóvenes que están en este proceso.

Más que un regalo (o un "regalo gratis", por mencionar ese pleonasmo acuñado por los consultores de marketing), la identidad es una condena a realizar trabajos forzados de por vida. Para los fabricantes de ávidos e infatigables consumidores y los vendedores de bienes de consumo es también una fuente inagotable de ganancias, más copiosa cuanto más utilizada (Bauman, 2007:151).

Y es por esta razón que, a diferencia del punk, que no llegó a dos décadas, el movimiento gótico llegó ya a la tercera sin visos de que esté en decadencia musical o literaria. Por el contrario, en las tiendas de discos se puede percibir el crecimiento de bandas góticas que, en el caso de México, están siendo apoyadas por Discos Denver y por la empresa independiente La Orden del Císter. El movimiento ha crecido debido a que está sustentado en un sentido alternativo tanto de producción como de consumo, con mucho apoyo audiovisual, que además tiene presencia en publicaciones especializadas como la revista Dark.

El disco de un grupo gótico verdadero lo mismo se puede encontrar en el Chopo que en una tienda especializada, en páginas web, y hasta en casas de venta de discos transnacionales como Mix Up. Si lo gótico tiene demanda, obviamente hay una oferta que la satisface, y a la maquinaria que construye la oferta no le importa si el grupo es realmente gótico o no; su meta es vender millones de discos, playeras, videos, juguetes, gorras, pósters y otros productos más. Grupos legendarios como Kiss venden millones de esos productos. Esto demuestra que lo que nace con un sentido de rebeldía, alternatividad o rechazo a las normas dominantes termina convirtiéndose en mercancía.

Ciertamente, vivimos en sociedades de consumo, es decir, en sociedades donde uno de los temas ideológicos es el del consumo. Este tema necesita estar adornado con imágenes y bien orquestado para fascinar a todos aquellos que, incluso dentro de los países más ricos, y evidentemente también dentro de los países más pobres –en los que muy a menudo el abismo entre ricos y pobres es todavía más ostentoso–, sólo tienen un acceso limitado a este consumo o no tienen ningún tipo de acceso (Augé, 2001:109).

 

La escena musical macabra contemporánea

La música gótica, en todas sus formas multiculturales, articuló con los aportes del punk una forma anticonformista en contra de lo musicalmente establecido; es algo que se puede comparar con la aparición del romanticismo como alternativa al clasicismo en el siglo dieciocho, lo dionisiaco versus lo apolíneo, una nueva forma de crear sin límites. Lo gótico se ha convertido a lo largo de más de tres décadas en un género musical que suma muchas tendencias y que experimenta permanentemente con diversos sonidos y ritmos.

Conforme el género se fue consolidando fue tomando dos vertientes muy distintas: la primera se quedó en el plano melancólico y musicalmente tomó elementos del pop y lo bailable (The Cure) o tendencias retro (Mago de Oz); la segunda evolucionó hacia el heavy metal y a la presencia del ocultismo en sus letras, y es quizá la corriente más abundante en el mercado. También hay que precisar que hay agrupaciones que combinan ambas tendencias.

Hay que hacer ante todo una observación, ya que existen en el mercado grupos de heavy o deep metal que se asumen como satánicos pero que no se consideran góticos, aunque, como ha ocurrido con el decadentismo o las películas de terror, el movimiento los acepta o bien los designa como tales. Sobre estos grupos, Baddeley (2007) considera que los pioneros fueron los alemanes Hellhammer y Venom, pero autores como César Fuentes (2007) señalan que los auténticos pioneros fueron Black Sabbath, encabezados por Ozzy Osborne, autor de la canción Mr. Crowley, en alusión a uno de los principales referentes del satanismo moderno. El álbum Black Metal, de Venom (1984), fue uno de los parteaguas de las portadas con imágenes satánicas, ya que su diseño presentó la cabeza de un macho cabrío en la carátula, apelando a la tradición oscura. Fuentes (2007) argumenta que el nombre del disco le dio nombre al género.

Entre los grupos que están dentro de las preferencias de los jóvenes góticos se encuentran The Gathering, Triste Makrina, Corvux Corax, Vía Dolorosa, Erszebeth, Vía Mushgó, And One, Lacrimosa, Lacrimas Profundere, Fuga, Hocico, entre otros, que dan cuenta de una diversidad musical que va de la ejecución de música desde medieval hasta death metal. En México hay una tendencia muy marcada hacia lo no comercial, y grupos como Anabantha, El Clan, Danza Macabra, Valeria, Sinestesia, La Castañeda, Santa Sabina, Madre Bruja, Veneno para las Hadas, Oblivion Réquiem y Fractalia encabezan un movimiento musical que ha ido creciendo.13

Anabantha produce con Discos Denver y ejecuta un heavy metal muy técnico y refinado combinado con ópera y música sacra. La mayoría de sus temas giran en torno al ángel caído; sus portadas son oscuras y recrean ambientes de magia negra. Sus integrantes tienen, además, una imagen vampírica. Su baterista, Vlad Landeros, es uno de los principales impulsores del movimiento gótico en México y ha producido diversas antologías musicales con grupos representativos de nuestro país.

Una de las organizaciones que se dedican a producir música gótica es La Orden del Císter, partidaria, de acuerdo con su eslogan publicitario, "del arte por el arte". Se consideran nihilistas, iconoclastas, anarquistas y poetas malditos. "Ése es nuestro legado y ésa es nuestra inmortalidad", proclaman, en su página web publicitaria: http://www.ordendelcister.com. Cada año hacen una edición de aniversario que agrupa a las bandas que están sonando más fuerte en ese momento en la escena gótica.

Los grupos góticos en México, con base en la sistematización que mencionaron los entrevistados, se pueden clasificar, musicalmente hablando, de la siguiente manera:

Góticos metaleros: Interpretan música heavy metal y sus derivados con el speed trash o death metal, con letras orientadas a la necrofilia y el satanismo.

Góticos ambientales-retro: Interpretan música medieval o provenientes de tradiciones folklóricas de los pueblos europeos; también pueden ejecutar música sacra o extraer elementos de la ópera.

Góticos tecno-dance: Se valen de sintetizadores para dar variedad de sonidos a sus interpretaciones. Es una música bailable muy similar a la dark y tiene tendencias a la música disco.

Y en cuanto a letras de las canciones, se puede presentar la siguiente clasificación:

Góticos ateos: Puntualizan la muerte de Dios y la voluntad del hombre. Discriminan ferozmente al hombre inferior que está a expensas de una divinidad.

Góticos satánicos: Evocan la figura del ángel caído. Esto es al fin y al cabo otra forma de religiosidad.

Góticos existencialistas: Cuestionan el papel del hombre en el mundo y son los que tienden más a la depresión autogenerada.

Góticos críticos: Cuestionan a la sociedad en su conjunto, principalmente a la familia, la escuela, la Iglesia, el ejército, los partidos políticos y el gobierno. Uno de sus lemas es "no hay fronteras".

Y cabe destacar que, de la discografía analizada, la mayor parte de los grupos son encabezados por vocalistas femeninas, lo que deja a la música gótica como un espacio abierto para la participación de la mujer, a excepción de las tendencias más pesadas, que por lo general son interpretadas por varones. La música para los góticos identitariamente representa un espacio de creatividad tal y como sucede en otras artes, pero también un espacio de crítica feroz a la sociedad y una manera de alcanzar lo sublime. La identidad gótica comienza con un desencanto social que va paralelo al consumo de música alternativa, cuyas letras proporcionan ideas para asumirse como seres oscuros.

 

Apuntes finales: el gótico incipiente, su música y su percepción del contexto social

La elaboración de la identidad gótica comienza generalmente con el cuestionamiento y rechazo a una sociedad a la que se considera violenta, decadente y alienante a la vez, con una especie de hastío que los motiva a buscar nuevas formas alternativas de hacerlo. Los góticos incipientes necesitan elementos que les permitan ir construyendo y fortaleciendo esas percepciones que surgen de su desencanto por lo social. Los ídolos musicales, la cinematografía, la literatura de terror, la internet o la influencia de otros jóvenes se constituyen en los medios por los cuales se van adquiriendo ciertas ideas acerca de la sociedad en que viven para asumirlas como seres oscuros y construir formas novedosas y alternativas para manifestarlas.

En primera instancia, el movimiento gótico parecería una contracultura debido a que sus integrantes desafían y rechazan las normas de la cultura hegemónica, con la creación de sus propias ideas, modos de ser y de vestir, y elaboran pensamientos que los motivan a llevar una búsqueda permanente de un sentido de autonomía alejado de la institución. Este movimiento más bien es una instancia que busca cerrarse sobre sí misma, que se vale de cierta literatura, música, cinematografía e imagen, para cuestionar y rechazar a una sociedad a la que se considera violenta, decadente y alienante.

Esto no se da en todos los casos, ya que existen jóvenes que llegan al movimiento simplemente por curiosidad, por sentir la excitación de ser parte de un mundo oscuro o simplemente por ir a contracorriente de las instituciones. Estos jóvenes son conocidos como los "farolitos". Esto es generado en buena medida por los estereotipos que generan las películas de terror, que brindan elementos de belleza y de poder a sus protagonistas tanto humanos como sobrenaturales, y los convierten en iconos que se deben seguir, o por el estilo de vida que tienen algunos de sus ídolos musicales. Para algunos lo gótico no es más que una moda pasajera en su vida, una etapa que puede cambiarse fácilmente.

El gótico incipiente, con el afán de incursionar en el denominado lado oscuro, comienza a encerrarse en sí mismo con literatura de terror, películas de este género, cierto tipo de música, páginas de internet que va descubriendo en su búsqueda de información significativa, o bien sugeridas por aquellos que llevan más tiempo en el movimiento. Gracias a los elementos anteriores, los góticos ven en la muerte un significado de transformación, en el diablo un símbolo de libertad e inteligencia, en la oscuridad un sinónimo de la mente inconsciente, y buena parte de su música, literatura y otras manifestaciones artísticas giran en torno a estos significados. "El diablo es el sentido de irreverencia ante un dios omnipotente", afirma Onésimo Guzmán Arias.

En palabras de Paul Aries (2005), los góticos son jóvenes solitarios que buscan estilos de vida distintos mediante su relación con lo macabro o lo sobrenatural. Todos estos elementos brindan a los góticos incipientes significados alternativos a los que usualmente les dan las normas o las religiones, aunque, cuando se revisa la enorme cantidad de información que se puede encontrar al respecto en la internet, esto alcanza matices obsesivos y se encuentra de diversas maneras en sus manifestaciones literarias, musicales o cinematográficas: son imágenes e ideas que se relacionan íntimamente con su sentido de búsqueda de algo que sea verdaderamente distinto.

Las formas de vestir, los estilos musicales o los modos de convivencia de los jóvenes góticos giran alrededor de ideas e imágenes que se comparten en el sentido de pertenencia a una gran familia global oscura que se asume por ser una de las más cultas,14 aunque esto es cuestionable, ya que la mayor parte de los movimientos juveniles tienen manifestaciones artísticas propias que se comparten dentro y fuera de los grupos. El movimiento en su conjunto argumenta ser el más cercano a la apreciación o creación artística dentro de las tribus urbanas y es uno de los más elitistas y selectivos.

El gótico incipiente empieza a elaborar su sentido identitario con la dicotomía alienante-alienado, y busca formas alternativas de ejercer su autonomía ante los valores dominantes y a distanciarse de los patrones tradicionales. La metáfora del no-muerto extraída de la literatura vampírica toma matices significativos debido a que les da el significado de que los que están realmente muertos son otros y no ellos. Estos jóvenes comienzan a privilegiar la vida individual sobre la grupal, y a meterse de lleno en la música alternativa, la literatura o el cine de terror.

Otra de sus principales ideas es que la sociedad está muerta, y en este sentido la muerte de Dios planteada por Nietzsche aparece en el pensamiento gótico como la muerte de la sociedad, la muerte de las religiones, la muerte del concepto de nacionalidad, la muerte del deber ser y la muerte de todo aquello que se considera instituido en términos alienantes, es decir, lo dominante, rígido y universalista. No se trata de una ruptura total sino de la elaboración de nuevas formas de relación con las diversas instancias sociales.

Una idea más es el de la no-violencia. Una de las primeras decisiones de los jóvenes góticos es precisamente alejarse de cualquier manifestación de violencia física. Madrid y Murcia (2008) los clasifican dentro de las tribus urbanas no violentas. Pero cabe señalar que sus manifestaciones artísticas pueden aludir a la sangre, a los asesinatos o a la violencia que se genera en otras esferas. Ellos se convierten en una especie de espectadores y narradores de la violencia cotidiana que vive el país, que está registrada en miles de historias, crónicas y reportajes en la prensa mexicana, tanto en radio y televisión como en periódicos.

Se sabe que México es un país violento. Es uno de los rasgos que aparecen con más frecuencia cuando se trata de definir el carácter nacional: una actitud que se supone fatalista, de una rara familiaridad con la muerte, que se traduce en representaciones jocosas de esqueletos y calaveras. Estilizada, deformada, más o menos pintoresca, la imagen de la muerte se asocia a la imagen del país como uno de sus rasgos más característicos (Escalante, 2009:25).

Estos jóvenes van elaborando con base en los elementos mencionados una desolada percepción de la existencia, en la que la realidad es cruel y el futuro es incierto, todo debido a la condición humana. Los monstruos que aparecen en las novelas de terror romanticistas son para ellos metáforas de la condición humana. El nihilismo se constituye en una de las manifestaciones visibles en su elaboración identitaria, con ideas como que la vida es una tragedia que no tiene un final feliz o que simplemente no hay salida. La vida transcurre con ese distanciamiento personal de lo social o bien en sus pequeños círculos. El drama se constituye en parte de la vida cotidiana de los góticos, pero no en un estado de depresión permanente (que es posible que exista en algunos casos), sino en un síntoma de la complejidad de la existencia vista desde el lado oscuro de la personalidad.

Fuentes (2007) señala que la cultura oscura ha permitido a los jóvenes encontrar su propia identidad aun a costa de repudiar los valores que han adquirido en sociedad, y define a la elaboración de la identidad gótica como una transformación no necesariamente maligna15 que ocurre mediante el estereotipo del inadaptado, que tiene una imagen siniestra, melancólica y que busca la soledad por considerar "grosera" o "vulgar" la compañía de sus semejantes, a los que tiene como "inferiores" o "esclavizados" a las normas sociales. El gótico incipiente incursiona en terrenos definidos como "prohibidos" por las normas y se nutre de ideas gracias a la música en una primera instancia acerca de la locura, la muerte, el diablo y la corrupción del hombre, a la par que va elaborando una imagen siniestra en buena medida adoptada de los grupos musicales que pertenecen a este movimiento.

Los góticos se asumen como jóvenes que buscan cultivar la inteligencia y la voluntad16 a fin de alcanzar la autonomía y la creación de nuevas formas de expresión dentro del sistema. Hay que señalar que buena parte de estas ideas están presentes en obras no convencionales como La Biblia satánica, de Anton Szandor La Vey, o en textos del ocultista inglés Aleister Crowley, a quien se considera el precursor del satanismo moderno. Muchas de estas ideas de libertad o de autocreación están relacionadas con elementos metafísicos que están presentes en las canciones de los grupos que se asumen como góticos. Podría pensarse en primera instancia que ser gótico es sinónimo de ser malvado u ocultista con tendencias al satanismo, pero esta maldad, vista así por los sectores conservadores, no es más que el punto de partida para reflexionar acerca de la sociedad en que se vive y, sobre todo, de la condición humana, valiéndose para ello de literatura de terror y de algunas obras de Nietzsche, como El Anticristo o Así hablaba Zaratustra.

Maffesoli (2004) afirma que ya no son las grandes instituciones las que prevalecen en la dinámica social, sino que hay pequeñas entidades emergentes que dan sentidos de pertenencia distintos a los tradicionales. Agrega que existe un fastidio y un desencanto general hacia las sociedades que generan una especie de intencionalidad para luchar contra el aburrimiento o la desesperanza a través actividades alternativas a las instituidas.

Hay que precisar que este enfoque esperanzador se inscribe en el juego de interacciones que se establece entre la imagen del yo y las imágenes del entorno natural y social. Imágenes (del yo y del entorno) que no dejan de tener su parte en estas situaciones y experiencias de diversas órdenes que constituyen las sociedades. Las formas de ser no dependen solamente de causas externas y agobiantes, sino también de su dinámica interna, de una suerte de potencia inmanente que, con el nombre que sea, traduce el vitalismo y la permanencia de los conjuntos sociales. A mi modo de ver, esta potencia tiene su origen en lo común del mundo de las imágenes (Mafessoli, 2004:99).

Lo gótico es un movimiento que está creando formas alternativas –aunque selectivas y excluyentes– de expresión ante los valores dominantes aceptados por la gran mayoría, que tratan sobre temas considerados tabúes como la muerte, el satanismo, el sadomasoquismo o la decadencia de las religiones. Madrid y Murcia (2008) sostienen que los góticos por estas razones son prejuzgados como vampiros, andróginos, satanistas o bisexuales, y han generado muchos rumores y leyendas urbanas según el contexto donde estén presentes. También son vistos como la tribu urbana que más conduce al suicidio, pero esto puede variar según el contexto social donde se presente, ya que éste es multifactorial y puede darse en personas de cualquier edad o condición social.

El gótico incipiente, al tiempo que va elaborando una imagen siniestra, se va alejando de las normas e incursionando en su propio yo, generando una personalidad introvertida, taciturna, reservada, selectiva y narcisista. Esta última le va fortaleciendo un sentimiento de superioridad ante los que considera débiles o mediocres. Este narcisismo individual y colectivo es alimentado en gran parte desde un centro conformado en nuestro contexto nacional por publicaciones especializadas, como la revista gótica Life in Darkness, o bien por críticos internacionales de música o cinematografía, quienes emiten constantemente ideas, imágenes y música que deben tener quienes estén dentro de este movimiento.

Este proceso de búsqueda y acopio de información sobre el movimiento gótico puede comenzar inclusive antes de que ellos elijan vestirse permanentemente de color negro. Camina paralelo a la música. Tener una mente abierta se va constituyendo en sinónimo de tener una mente oscura; pero al final de cuentas los jóvenes góticos son absorbidos en un sistema paralelo a muchos otros cuya diferencia es el cultivo del yo, el triunfalismo del individualismo.

Estos jóvenes van tomando distancia de las instituciones y de quienes consideran subsumidos por ellas, y para ello crean círculos íntimos donde gestan nuevas formas de convivencia, creación, expresión y difusión de lo creado. La música aparece como el espacio donde encuentran diversos tipos de ideas que fortalecen, no solamente su sentido de la identidad oscura, tanto en sus aspectos de rechazo o desencanto por la sociedad como en sus componentes metafísicos, sino en el de la facultad de crear cosas y medios distintos a los convencionales impuestos por las instituciones.

 

Hacia una posible agenda de estudio del movimiento gótico

El movimiento gótico no es para nada homogéneo y existen muchos elementos de gran importancia que valdría la pena investigar. Actualmente trabajo en un análisis de la influencia de las novelas romanticistas y decadentistas en su elaboración identitaria, así como del papel que juegan algunas redes sociales que se asumen como satánicas.

No menos importante es la cuestión de género en este movimiento, ya que la mayor parte de las agrupaciones góticas mexicanas y extranjeras están encabezadas por mujeres, quienes vierten en sus canciones su inconformidad por la sociedad en la que viven o su interés por los temas sobrenaturales. En el caso de México, Anabantha, Madre Bruja, Veneno para las Hadas, Luna Negra, entre otras, dan cuenta de la activa participación de la mujer en este movimiento.

En otro ámbito igual de significativo, los jóvenes góticos suelen verse a sí mismos como obras de artes vivas, y dedican su tiempo al cuidado del cuerpo, de la imagen, y alimentan cierto tipo de ideas que los hacen sentir aún más que están en un ámbito alternativo, lo que implica el estudio del papel de la autocreación permanente que hace frente a un predeterminismo impuesto socialmente.

 

Fuentes de información

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Notas

1 Egresada de la licenciatura en comunicación intercultural de la Universidad Intercultural de Chiapas. Fue entrevistada el 15 de abril de 2008.

2 Onésimo es un joven maya tsotsil de 25 años de edad, oriundo del municipio de Chenalhó, que fue entrevistado el 7 de marzo de 2008.

3 Vocalista del grupo de heavy metal La Cuca; es pintor y promotor cultural. Actualmente trabaja en un proyecto individual llamado "Fórceps". Durante 2009 promovió la ópera rock Dr. Frankestein, una adaptación libre de la novela de Marie Shelley.

4 El asunto pareciera ser de ingresos económicos, pero en este punto aparecen dos aspectos fundamentales: el intercambio discográfico o la recopilación de material en formato MP3 en la internet.

5 Término con el que se alude a la primera generación de grupos góticos que surgieron en el periodo del declive de la música punk, a finales de la década de los setenta.

6 Es originaria de la Ciudad de México y atiende el Underground Empire, local ubicado en la Plaza Mazariegos de San Cristóbal de Las Casas, donde se puede adquirir música, literatura y artículos góticos o de black metal.

7 Entrevistada el 2 de febrero de 2010.

8 Hay que precisar que el romanticismo y el decadentismo no son góticos sino que han sido apropiados por este movimiento para dar forma a la identidad con elementos literarios.

9 Término con el que se designa a la segunda generación de la música gótica en la década de los noventa.

10 Músico noruego que se distinguió en el género black metal. Actualmente está en prisión debido al homicidio del músico Oystein Aarseth (Euronymous). Él se asume al frente de una ideología que espera promover el paganismo y se ha declarado como adorador de Thor y Odín.

11 Temas como la violencia no son exclusivos del heavy metal o de la música gótica; también están presentes en géneros como los corridos o los narcocorridos.

12 Estudiante del quinto semestre de la Licenciatura en Comunicación Intercultural de la Universidad Intercultural de Chiapas. Es promotora de círculos de lectura.

13 Para ampliar la información se pueden consultar las páginas http://www.myspace.com/elclanmx, www.elclan.org.mx, www.nolsekd.com, www.myspace.com/sinestesia, www.oblivionrequiem.com y www.anabantha.com.

14 Si se hace un análisis de contenido de las revistas especializadas en el movimiento gótico, salta a la vista la autopercepción de estar íntimamente ligado con las bellas artes, y sobresale un sentido de superioridad al respecto sobre otros movimientos juveniles.

15 Sin embargo, existe una buena cantidad de páginas góticas proclives a ensalzar la figura del maligno o a proporcionar información sobre satanismo ritual.

16 El superhombre de Nietzsche es parte fundamental del movimiento gótico. Obras como El Anticristo o Así hablaba Zaratustra se han convertido en obras de cabecera para quienes buscan asumirse o autoafirmarse como seres oscuros.

 

Información sobre el autor

Luis Fernando Bolaños Gordillo. Mexicano. Es licenciado en periodismo y comunicación colectiva, maestro en educación superior y candidato a doctor en ciencias sociales y humanísticas por la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach). Su actividad profesional ha girado en torno al periodismo, la investigación y la docencia. Ha sido reportero radiofónico del grupo Noti Núcleo, producido diversos documentales y fungido como jefe de prensa del Instituto del Deporte Chiapaneco y de los Servicios Educativos para Chiapas. Tiene 14 años como profesor universitario y ha dirigido y titulado más de 50 tesis de licenciatura en instituciones como la Universidad Autónoma de Chiapas, el Centro de Estudios Profesionales de Chiapas "Fray Bartolomé de Las Casas" y la Universidad Intercultural de Chiapas, de la que es profesor e investigador de tiempo completo de la Licenciatura en Comunicación Intercultural desde 2005.

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