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Revista mexicana de investigación educativa

versión impresa ISSN 1405-6666

RMIE vol.25 no.87 Ciudad de México oct./dic. 2020  Epub 19-Feb-2021

 

Editorial

La difusión de resultados de investigación a través de números temáticos

Diffusion of research results through monographic issues

Guadalupe Ruiz Cuéllar, Directora1 

1 Investigadora de la Universidad de Aguascalientes, Departamento de Educación, Av. Universidad 940, Ciudad Universitaria, 20131, Aguascalientes, Ags., México, email: guadalupe.ruiz.cuellar@gmail.com


La Revista Mexicana de Investigación Educativa (RMIE) ha publicado durante 2020 su vigésimo quinto volumen. Dada la periodicidad con que inició (dos números por año entre 1996 y 2000), modificada entre 2001 y 2003 a tres números por año, y nuevamente a partir de 2004, cuando dio comienzo la aparición de cuatro números anualmente, hasta este último, durante casi 25 años se han publicado 87 ejemplares.

La RMIE surge como un proyecto que se enmarca en el conjunto de esfuerzos por fortalecer la investigación educativa en el país, algunos de cuyos eventos pioneros más relevantes fueron: la organización del II Congreso Nacional de Investigación Educativa (CNIE), en 1992; la constitución del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), en 1993; la documentación de la investigación realizada entre 1982 y 1992; la celebración del III CNIE, en 1995, y la aparición de la RMIE, en 1996 (ver Rueda, 1996).

El fortalecimiento de la investigación educativa en el país suponía acciones en varios frentes: la formación de investigadores educativos a través de programas de posgrado de calidad; la creación o mejora de condiciones institucionales, ya fuese que las instituciones donde se desarrollaba esta actividad estuviesen expresamente dedicadas a ella o la realizaran en el marco de sus funciones sustantivas, como es el caso de las instituciones de educación superior -financiamiento, infraestructura material, recursos bibliohemerográficos-; la existencia de redes y comunidades especializadas de investigación; la disponibilidad de diferentes medios para la difusión de los resultados de investigación; y la promoción del uso de estos resultados por distintos actores (ver COMIE, 2003; OECD-CERI, 2003).

En el editorial del primer número de la RMIE, Mario Rueda, director fundador, decía a propósito de las expectativas con las que ésta surgía:

La Revista Mexicana de Investigación Educativa deberá consolidarse como un foro académico plural del complejo espectro de trabajos de investigación educativa que se producen en nuestro país, sin descuidar el diálogo con la comunidad latinoamericana en internacional. La presentación y discusión de las más diversas propuestas de investigación tendrán cabida a condición de cubrir los requisitos del conocimiento científico (Rueda, 1996).

A lo largo de su historia, la RMIE ha sido consistente con la convicción de que la investigación educativa es un campo complejo y diverso de generación de conocimiento, donde concurren diferentes perspectivas epistemológicas, teóricas y metodológicas sobre la más amplia variedad de temáticas, en congruencia con un objeto de estudio pletórico de facetas, dimensiones y problemáticas susceptibles de indagación sistemática.

De esta suerte, a propósito de sus objetivos y alcances, la RMIE se asume hoy en día como “una publicación científica trimestral que publica resultados de investigación dentro del área de educación desde diferentes perspectivas teóricas, metodológicas, técnicas y empíricas con un alcance nacional e internacional. Su objetivo principal es ser un espacio de comunicación y diálogo entre investigadores, estudiantes de grado y posgrado, así como de profesionales del área educativa”.

Desde esta concepción, la RMIE ha sido vehículo para la difusión de una vasta gama de resultados de investigación, producto del trabajo de una gran cantidad de investigadores educativos mexicanos, al igual que de otras nacionalidades, particularmente de países iberoamericanos, lo cual, por cierto, le ha dado esa interlocución internacional a que se aspiraba desde su creación y ha contribuido a su posicionamiento en los diferentes índices que reconocen su calidad.

Un lugar importante en el conjunto de apariciones que ha tenido la revista a lo largo de ya casi 25 años de publicación ininterrumpida lo ocupan los ejemplares temáticos. En efecto, poco más de la mitad (52%) de los 87 números publicados hasta 2020 corresponde a aquellos donde la mayor parte de las contribuciones forma parte de un mismo eje temático. Un poco por la documentación misma de la revista, otro poco por los testimonios que a manera de “historia oral” dan cuenta del devenir de la RMIE a lo largo de los años, entiendo que la publicación de números temáticos ha sido regularmente materia de discusión al interior de los órganos de dirección y editoriales de la revista. Entiendo también que esta discusión obedece, al menos en parte, a la preocupación por restar espacio a contribuciones sobre otros temas -problema real si se considera la enorme y diversa cantidad de propuestas que recibe anualmente la RMIE- y al impacto en términos de su lectura -previsiblemente más acotado- de los textos publicados.

No obstante, constatar que uno de cada dos números de la RMIE ha estado dedicado a un tema, o bien, ha incluido una sección temática, pone de manifiesto que las decisiones se han decantado por abrir estos espacios con bastante regularidad. Es interesante observar que, entre los números 10 y 34 (publicados entre 2000 y 2007), la revista publicó en forma ininterrumpida secciones temáticas en cada uno. En los años siguientes, a excepción de 2018 y 2019, en los que no se publicó ningún temático, en todos los demás, con diferencia de uno, dos o máximo tres números aparecieron ejemplares monográficos.

Los temas abordados han dado muestra, como es natural, de la diversidad del campo de la investigación educativa a que ya se hacía referencia líneas arriba. Si bien ha habido temáticos elaborados desde alguna perspectiva disciplinar o metodológica (historia de la educación, etnografía de la educación y autobiografía y educación, por ejemplo), ha imperado una visión eminentemente temática que ha abarcado prácticamente todos los niveles educativos -educación básica, media superior y superior-; actores educativos fundamentales como los estudiantes -en algunos casos enfocando ciertas singularidades como el hecho de ser jóvenes-, o los docentes, distinguiendo, de acuerdo con las categorías que desde la propia investigación hemos construido, entre los docentes propiamente, los académicos o los formadores de formadores.

Con mucho, la diversidad de estos números deriva del amplio espectro de temáticas-problemáticas abordadas que miran, en buena medida, a las instituciones y sistemas educativos y los procesos que en ellos ocurren y se manifiestan en diferentes niveles de gestión -la descentralización educativa, el análisis de las políticas educativas o la desigualdad educativa en una perspectiva macro, o los procesos de lectura y enseñanza de las ciencias naturales en una micro-, pero también, a otros que suponen la relación con otras esferas de la vida social, como la educación y el trabajo. Confluyen así, miradas diversas que dan cuenta, efectivamente, de la complejidad y riqueza de nuestro objeto de estudio.

La publicación de números temáticos en la RMIE sigue un proceso que, a grandes rasgos inicia con la difusión de la convocatoria para presentar propuestas de acuerdo con ciertas características: su contribución potencial a la discusión de problemas educativos contemporáneos; un respaldo colectivo sólido, bajo el liderazgo de uno o más investigadores reconocidos en el campo en que se inscriba la propuesta y con capacidad de convocatoria a la participación de los grupos, investigadores e instituciones con mayor experiencia e impacto en aquél, y la inclusión de los diversos tipos de colaboraciones que admite la revista. Una vez recibidas las propuestas, el Comité Editorial vota por ellas considerando varios criterios; algunos relacionados justamente con las características que deberán reunir. Tomadas las decisiones sigue un complejo proceso editorial que demanda una importante participación al o los coordinadores de la sección temática, al igual que de dictaminadores y los propios autores de las contribuciones que se hayan recibido y que pasen el proceso de evaluación.

En 2020 publicamos dos temáticos; el primero, correspondiente al trimestre enero-marzo, bajo la coordinación de María de Ibarrola, titulado “La formación de los jóvenes para el trabajo. Las escuelas de tipo medio superior y otras alternativas”. El número 87 cierra el año con un tema por demás pertinente en los tiempos actuales: “Educación y comunicación para el cambio climático”, bajo la coordinación de Édgar J. González Gaudiano, Pablo A. Meira Cartea y José Gutiérrez Pérez, de las universidades Veracruzana, de Granada y Santiago de Compostela, respectivamente. Está integrado por 13 contribuciones, 11 artículos de investigación, dos aportes de discusión y una reseña. Como es natural, la presentación hace una breve descripción de cada texto que anticipa al lector sus contenidos principales; cumple también con la muy relevante función de enmarcar en un contexto de reflexión mayor, el conjunto de contribuciones finalmente integradas al monográfico.

Este contexto de reflexión mayor toca asuntos de suma relevancia; aquí solamente me referiré a la necesidad, señalada por los autores en su presentación, de hacer balances cada cierto tiempo sobre el desarrollo de un campo de investigación, bien sea a través de estados de conocimiento, síntesis y meta-análisis o ediciones temáticas como es el caso. Por supuesto, cada tipo de producción tiene sus alcances, algunos más amplios que otros. Quizá, las expectativas expresadas, ligadas a estos ejercicios (“…construir asientos registrales, aportar testimonios documentales y delimitar pautas de trazabilidad sobre las que establecer patrones internos y externos de comparabilidad de la evolución temática. De igual forma, operan para cuantificar la amplitud conceptual, medir la extensión teórica, valorar los enfoques metodológicos más relevantes de cada momento, evaluar la calidad de las producciones y analizar el impacto que provocan en diferentes ámbitos de la realidad…”) únicamente se puedan cumplir en parte, con un monográfico como el que ahora entrega la RMIE y debamos esperar a los próximos estados de conocimiento para contar con ese panorama, al menos en lo que toca a la investigación producida en la última década en el país, o desde fuera, pero sobre nuestra realidad -tan común por lo demás, en temas como el del cambio climático a la realidad mundial.

No me resta sino decir que celebro enormemente cerrar 2020 con este excelente temático. Agradezco el esfuerzo y dedicación de sus coordinadores Édgar González Gaudiano, Pablo A. Meira Cartea y José Gutiérrez Pérez, y de los autores y dictaminadores que generosamente participaron en su confección. Y como siempre, agradezco también, el trabajo siempre responsable, comprometido y apasionado de Elsa Naccarella y Guadalupe Espinosa, al igual que el de los órganos editoriales de la RMIE, en particular el Comité Editorial que ha apoyado de manera permanente y sumamente profesional el complejo proceso de revisión y valoración de las propuestas que recibimos en la revista. Agradezco también el apoyo de nuestro Comité Directivo, encabezado por Germán Álvarez Mendiola y el del equipo técnico del COMIE, bajo la dirección de Alfredo Meneses, a lo largo de este año que, como experimentamos todos, nos enfrentó a circunstancias inéditas y grandes desafíos de todo orden.

El próximo año la RMIE alcanzará su vigésimo quinto aniversario; ojalá este tan relevante evento para el COMIE y la propia revista pueda celebrarse en una normalidad que revele mayor conciencia de las res­ponsabilidades individuales y sociales que tenemos con nuestra casa, nuestro planeta, y mejores condiciones para abonar a ello desde nuestro campo privilegiado de acción, el de la educación.

Referencias

COMIE (2003). “La investigación educativa en México: usos y coordinación”, Revista Mexicana de Investigación Educativa, vol. 8, núm. 19, pp. 847-898. Disponible en: https://www.comie.org.mx/revista/v2018/rmie/index.php/nrmie/article/view/930/930Links ]

OECD-CERI (2003). “Revisión nacional de investigación y desarrollo educativo. Reporte de los examinadores sobre México”, Revista Mexicana de Investigación Educativa, vol. 9, núm. 21, pp. 515-550. Disponible en: https://www.comie.org.mx/revista/v2018/rmie/index.php/nrmie/article/view/859Links ]

Rueda, Mario (1996). “Un foro académico plural”, Revista Mexicana de Investigación Educativa, vol. 1, núm. 1. Disponible en: https://www.comie.org.mx/revista/v2018/rmie/index.php/nrmie/issue/view/74Links ]

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