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 número105Domínguez, J. (2021). La política del agua en México: a través de sus instituciones, 1917-2017. México: El Colegio de Mexico. Centro de Estudios demográficos, Urbanos y Ambientales. 273 pp. ISBN: 978-607-628-937-2Sendra, P. y Sennett, R. (2020). Designing Disorder. Experiments and Disruptions in the City. Londres-Nueva York: Verso. 160 pp. ISBN: 978-1-78873-780-7 índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
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Investigaciones geográficas

versión On-line ISSN 2448-7279versión impresa ISSN 0188-4611

Invest. Geog  no.105 Ciudad de México ago. 2021  Epub 01-Nov-2021

https://doi.org/10.14350/rig.60441 

Reseñas

Blanco Romero, A. et.al., (2021). Diccionario de Turismo. Madrid: Editorial Cátedra (Colección Arte Grandes Temas) 392 pp. ISBN 978-84-376-4200-0

Daniel Hiernaux-Nicolas* 

*Facultad de Ciencias Políticas y Sociales Universidad de Querétaro

Blanco Romero, A.; Blázquez Salom, M.; De la Calle Vaquero, M.; Fernández Tabales, A.; García Hernández, M.; Lois González, R. C.; Mínguez García, Ma. del C.; Navalón García, R.; Navarro Jurado, E.; Troitiño Torralba, L.. 2021. Diccionario de turismo. Madrid: Editorial Cátedra, Colección Arte Grandes Temas), 392p. ISBN: 978-84-376-4200-0.


En un pasado no tan lejano, pero rebasado por la evolución de las técnicas y las costumbres, los padres de familia solían regalar a sus hijas e hijos o comprar para toda la familia una o varias enciclopedias y diccionarios. La Enciclopedia Británica y, en México, la Enciclopedia de México (en 14 tomos), a las que se sumaban diccionarios más o menos eruditos para el idioma de la casa y quizás destinados al aprendizaje del inglés o francés, formaban parte ineludible del acervo. El Diccionario de la Real Academia Española ha sido también por mucho tiempo una meta evidente para las familias mexicanas, aun si nuestra peculiar versión mexicana del castellano solía no encontrarse en él, aunque recordaremos que la primera palabra proviniendo de las Indias Orientales reconocida por Nebrija en su diccionario del castellano, fue “canoa”. También vale recordar que la palabra “queso” proviene de manera extraña del holandés “kaas”, y “molino” de “molen”, en el mismo idioma, lo que seguramente hubiera confundido aún más a Don Quijote.

En fin, esos libros eran onerosos, pero los que en este país llamamos “aboneros” a quienes se las arreglaban para convencer a los padres que de eso dependía la buena educación de los hijos e hijas. Y aquellos sentían que habían cumplido con una componente importante de la educación de sus críos al asumir tan desmesurado gasto. Luego aparecieron las tarjetas de crédito que vinieron a desplazar esas personas que afanosamente cargaban libros pesados y que recorrían calles enteras, calle a calle para subsistir, aguantando el cansancio, las puertas aventadas a la cara y hasta insultos.

La innovación avasalladora fue, sin lugar a duda, la posibilidad de disfrutar del mismo uso de enciclopedias y diccionarios, desde soportes como discos CD y más recientemente en línea. En síntesis, se ha asistido a una democratización radical del acceso a las enciclopedias y diccionarios, por lo que parecería evidente que el diccionario bajo su presentación tradicional como libro tendría que desaparecer.

Pero resulta que hace muy poco una decena de distinguidos académicos peninsulares nos vienen ofreciendo un nuevo producto, llamado con toda sencillez “Diccionario del turismo”. La verdad, ¿por qué otro diccionario? Abundando en la inutilidad posible de este esfuerzo, se han infiltrado en las redes sociales una cantidad de glosarios sobre el tema; insisto, entonces, ¿por qué razón esta nueva publicación?

El lector de esta nota de presentación no debe creer que quien escribe pretende demoler la obra y reducir a cero la posibilidad de que la editorial gane unos duros (aunque no los autores y las autoras, porque bien sabemos que no es muy rentable para los académicos dedicarse al uso de la pluma, hoy “teclado”). Todo lo contrario, mi reconocimiento a esta obra es total, y no puedo más que aplaudir y agradecer a quienes se desvelaron en construirla.

Hablemos primero de la necesidad de la misma. La COVID-19 nos ha demostrado que la lectura podía ser un sustitutivo temporal a la ausencia de vida pública. La venta de libros ha aumentado sensiblemente. También ese mal amado virus ha demostrado que uno de los sectores económicos más aplaudidos, como es el turismo, podía caer K.O. en la lona en pocas semanas. Esta situación, que ha afectado al mundo entero, pero con más saña a países como España y México, con una participación del turismo en su economía que supera el 15%, a la vez, ha impulsado a numerosas personas de todas las disciplinas a opinar sobre el turismo. En verdad, los resultados no han sido siempre extraordinarios, porque, en primer lugar, el turismo es un tema poco conocido, sobre el cual existen, como lo ha señalado Jurado en los noventa, muchos “Mitos del Turismo”. Se observa, no hace falta recordarlo, mucha confusión sobre definiciones de numerosos términos. Curiosamente, se ha podido observar que no pocos libros académicos reconocidos sobre turismo tienen que empezar por definir lo que es turismo, y eso es justamente una calidad esencial de una obra como esta, que ayuda al lector en encontrarse definiciones que puedan centrar sus reflexiones.

Por otra parte, el turismo ha generado sentimientos contrastados en las personas, desde quienes se arrodillan frente a “san Turismo” en reconocimiento por la ocasión de tener vacaciones bellas o, más pragmáticamente, porque ofrece trabajo a muchos y muchas. Al inverso, quienes viven en barrios otrora tranquilos y se ven invadidos por turistas-aborregados que rentan hospedaje en su calle, provocan una inflación desmesurada de los precios de la vivienda para los residentes tradicionales y no paran de hacer ruido y tirar basura, no dudan en rechazar este turismo. Por lo mismo, han surgido neologismos como “turismofobia” o “turistificación” que también se encuentran debidamente definidos en este diccionario (p. 347 y 350, respectivamente).

Desde el o la estudiante que requiere de una ayuda básica para no confundirse en los términos, hasta el científico social que pretende analizar los efectos del turismo, el diccionario se hace presente para resolver sus dudas. Los diez autores han sido responsables de ilustrar el lector sobre el sentido de 357 términos, lo que es una hazaña, tanto más que en términos suyos,

“… identifican recursos y factores del turismo, modalidades y tipologías turísticas, procesos asociados a la implantación y la especialización territorial turística (distrito turístico, por ejemplo) y al impacto económico (es el caso del efecto multiplicador turístico) y social de esta actividad (colonización turística y resiliencia, entre otros) así como a los tipos de establecimientos y empresas y a los elementos del sistema turístico” (p.1 1).

Vale la pena subrayar también que las definiciones ofrecidas no se inclinan sistemáticamente hacia apuntalar lo que pudiéramos llamar la narrativa tradicional y oficial del turismo, ni tampoco a criticarla de manera permanente. Términos técnicos, definiciones imparciales, conviven en el diccionario con voces que tocan problemas, como la ya mencionada turismofobia, en este caso tratadas con gran mesura e imparcialidad. Es, sin lugar a duda una gran ventaja de esta obra, frente a los glosarios oficiales que pueblan internet, y suelen ser muy inducidos en un sentido muy claro: la apología del turismo.

Por otra parte, los autores y las autoras no han dudado en integrar la definición de palabrasconceptos que remiten a diversas disciplinas no asociadas con el turismo, pero que resultan útiles para la comprehensión de este proceso, como son aculturación, clase creativa, o identidad, entre otras. También ofrecen las definiciones necesarias de conceptos usados en otras disciplinas como costobeneficio, benchmarking y varias otras que resultan de suma utilidad para un análisis especializado del turismo. Si bien los autores reconocen que la idea y la organización de esta obra provienen en buena medida de geógrafos y geógrafas, es preciso aclarar que la obra resultante es de amplia cobertura disciplinaria y aprovechable por numerosas profesiones, tanto en el medio académicos para la enseñanza y la investigación, como para los profesionales del turismo.

Termino mencionando que siempre acostumbro tener algunas obras en mi mesa de trabajo, tanto aquellas que aplican a mi trabajo en curso, como otras que son referencias de frecuente consulta. Este diccionario se mantendrá por mucho tiempo en mi mesa; con un tamaño manejable y una profusión de temas de interés, se vuelve el compañero de trabajo indispensable por quien se abre apenas o tiene un amasiato de larga duración con un tema tan atractivo como es el estudio del turismo. Una lectura mesurada pero constante de las entradas de un diccionario, como ya lo subrayaban tanto Walter Benjamin como Jack Kerouac, verdaderos aficionados a este ejercicio, es una fuente de crecimiento del conocimiento que actúa de manera homeopática sobre nuestra capacidad de análisis. Enhorabuena, esta publicación que recomiendo sin duda alguna y un merecido reconocimiento a sus autores y autoras cuyo reconocido prestigio avala esta obra.

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