SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número48La Reforma Universitaria Nicolaita 1971-1986Las imágenes del General: Lázaro Cárdenas y la fotografía índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Tzintzun

versión impresa ISSN 0188-2872

Tzintzun  no.48 Morelia ene./dic. 2008

 

Artículos

 

Las fiestas centenarias de Bolivar y Urdaneta (1833-1888). Respuestas del Colectivo Zuliano en la lucha por el rescate de la autonomía política del estado

  

Bolivar's and Urdaneta's centennial (1883-1888). Zulia's people's answer to their struggle to rescue the state political autonomy

 

Les fêtes du centenaire de Boliver et Urdaneta (1883-1888). Les réponses du collectif de la Province du Zulia dans la lutte pour le rachat de l'autonomie politique de l'état

 

Nilda Bermudez B.

 

Universidad del Zulia. Correo electrónico: icdnbb@cantd.net

 

Recibido: 24/05/2007.
Aceptado: 25/10/2007.

 

Resumen

La celebración de las fiestas nacionales y de la conmemoración de los centenarios natalicios de los más connotados héroes de la emancipación y personalidades venezolanas de proyección internacional, llevados a cabo en el período que va del 1880 al 1888, fueron empleadas para fortalecer el gentilicio venezolano durante el siglo diecinueve. En este trabajo se estudian las festividades patrias centenarias de Simón Bolívar y Rafael Urdaneta, y su impacto en la sociedad maracaibera, que coincidieron con una coyuntura de crisis política para la región en la que se evidencia la actuación de las elites y el colectivo en la consolidación del sentimiento nacional, al mismo tiempo que se fortalecía el sentido de pertenencia a lo local y regional como respuesta a los ataques del gobierno de Guzmán Blanco contra la autonomía del Zulia. La organización de ambas festividades representó un momento propicio para no dejar duda no sólo de la veneración hacia estos dos héroes, sino de las potencialidades y progresos de la región que le daban méritos para hacer vida independiente como entidad estatal.

Palabras clave: Fiestas patrias, centenario, siglo diecinueve, Zulia, Venezuela, Simón Bolívar, Rafael Urdaneta.

 

Abstract

Simon Bolivar and Rafael Urdaneta were the most outstanding heroes of Venezuela Independence War, which took place between 1880 and 1888. Bolivar's and Urdaneta's one hundredth birthday anniversary was used to strengthen the notion of Venezuelan Nation. This celebration was held within a political crisis during which the elite and the people of Maracaibo struggled to consolidate a feeling of nation by a sense of belonging both locally and regionally. This struggle was the answer to Guzman Blanco's government against Zulia's autonomy. The organization of the centennial made it possible to create an image of progression of the region and it also gave it the necessary merits to make a living as an independent entity.

Key words: Native holidays(parties), centenary, 19th century, Zulia, Venezuela, Simon Bolivar, Rafael Urdaneta.

 

Résumé

La commémoration de la naissance de Simon Bolívar et de Rafael Urdaneta, les plus connus héros de l'émancipation vénézuélienne qui a eu lieu entre 1880 et 1888, a été célébrée pour fortifier l'idée de nation Vénézuélienne. Les festivités se sont développées au milieu d'une crise politique dans laquelle les élites et la population de Maracaibo ont cherché à consolider un sentiment national à partir de la définition des sentiments d'appartenance locaux et régionaux. Cela a été la réponse aux attaques du gouvernement de Guzmán Blanco contre l'autonomie du Zulia. L'organisation de ces célébrations a possibilité la création des images du progrès de la région qui donnait les mérites nécessaires pour vivre comme une entité indépendante.

Mots clés: Des fêtes de la patrie, un centenaire, le XIXe siècle Zulia, Venezuela, Simon Bolivar, Rafael Urdaneta.

 

La cohesión del colectivo venezolano en torno a la idea de nación implicó la aplicación, por parte del gobierno central, de medidas e instrumentos de carácter coercitivo, emblemático y simbólico que convocaran el sentimiento de unidad en torno a los hechos históricos que habían dado origen a la fundación de la república. Esto significó la implementación de rituales y ceremonias que se convirtieran en prácticas tradicionales que, a fuerza de repetirse todos los años, se introdujeran en el imaginario del colectivo y generaran un sentimiento de veneración, respeto y, por sobre todo ello, propiciaran una identidad como nación y pueblo unido por una historia común que había que preservar, restaurar y difundir. Las fiestas patrias constituyeron el ritual público más importante para venerar y consagrar los acontecimientos de la "magna lucha" contra el yugo español dignos de ser recordados y la memoria de los héroes que nos legaron "Patria y Libertad". Las festividades patrias, como todo ritual, convocaban y promovían sentimientos de adhesión a lo nacional y defensa de las glorias de la emancipación política. Este tipo de evento se caracterizaba por su carácter reiterativo, público, solemne, controlado e impuesto por el sector oficial, al mismo tiempo que festivo por estar asociado al asueto laboral que permitía la concurrencia de los trabajadores y de la población en general. Actuaron como dispositivo para la difusión de la ideología dominante en su intento de consolidar la nacionalidad. En ellos se entremezclaban los ritos católicos de larga tradición (misas o Te Deum y repique de campanas en horas de oración) con el protocolo oficial (salvas, desfiles militares, honores, recepciones) y las diversiones populares (fuegos artificiales, toros, paseo cívico, bailes y otros entretenimientos).

La celebración de las fiestas nacionales y de manera muy particular la conmemoración de los centenarios natalicios de los más connotados héroes de la gesta emancipadora y personalidades venezolanas de proyección internacional, llevados a cabo en el período que va del 1880 al 1888, fueron empleadas para fortalecer el gentilicio venezolano durante el siglo diecinueve. En este trabajo se aborda el estudio de las festividades patrias centenarias de Simón Bolívar y Rafael Urdaneta y su impacto en la sociedad maracaibera, natalicios que coincidieron con una coyuntura de crisis política importante para la región en la que se evidencia la actuación de las elites y el colectivo en la consolidación del sentimiento nacional al mismo tiempo que se fortalece el sentido de pertenencia a lo local y regional como respuesta a los ataques del gobierno central contra la autonomía. Esta investigación forma parte de un estudio más amplio que abarca el período comprendido entre 1830 y 1890.

 

Medidas centralizadoras de Guzmán Blanco

Durante las dos décadas en que Venezuela estuvo bajo el control de Antonio Guzmán Blanco,1 de manera directa ejerciendo la presidencia de la república o indirectamente, a la sombra del poder, colocando y designando a sus sucesores, se reforzó desde el gobierno central la nacionalidad y se tomaron medidas para centralizar la administración de los recursos provenientes de los estados y para controlar a los caudillos que habían mantenido "en jaque" al poder central por los constantes alzamientos. El gobierno nacional funcionó como el instrumento institucional para consolidar el Estado-nación, en uno de los mayores esfuerzos realizados durante esa centuria para lograr tal propósito. Se instrumentaron una serie de mecanismos: los jurídicos-institucionales contemplados en el cuerpo de leyes, decretos, códigos, reglamentos, la educación formalizada, tendentes a fortalecer la centralización administrativa y política. Para lograrlo se crearon instituciones reguladoras de carácter nacional como la Compañía de Crédito, la Dirección General de Estadística, la Dirección Nacional de Instrucción Primaria, con lo cual las decisiones sobre estas competencias de la administración pública quedaban en manos del Estado. Otras acciones que emprendió Guzmán para impulsar la modernización y unión nacional fueron medidas como el decreto de la educación primaria gratuita y obligatoria, el del matrimonio civil, la creación de los Colegios Nacionales, la realización del I y II Censo Nacional en los años 1873 y 1881 respectivamente, la elaboración de Anuarios Estadísticos de todos los estados, territorios y Distrito Federal y el Primer Anuario Estadístico de Venezuela, la construcción de plazas y paseos con el nombre de personajes célebres de la historia nacional y obras públicas como caminos y vías férreas que permitieran vincular el territorio, la introducción de cambios urbanos en las ciudades más importantes, particularmente en Caracas, sede del poder central.

Sin embargo, estas acciones si bien permitieron una mayor gobernabilidad del territorio no garantizaban la cohesión del colectivo en torno al sentimiento de patria o nación. Era necesario crear elementos simbólicos que recordaran los factores vinculantes con la herencia común cuya raíz estaba en la gesta emancipadora; entre ellos cabe destacar la edificación del Capitolio Federal, la construcción de la Plaza Bolívar de Caracas con estatua ecuestre del Libertador, la proclamación del bolívar como moneda venezolana en 1879, la disposición de consagrar Himno Nacional en 1881 al "Gloria al bravo pueblo", la creación del Panteón Nacional donde se venerarían los próceres de la Independencia y de épocas posteriores en lo que el mismo Guzmán denominó como "el templo que Venezuela consagra a la religión del patriotismo".2 Importancia singular adquirió el uso de la prensa como instrumento de ideologización del régimen y de las ideas nacionalistas, y la obligatoria celebración de las fiestas patrias.

La construcción del proyecto "nacional" de Guzmán debía dar estructura de nación a un conjunto de regiones que habían actuado en forma más o menos autónoma y crear en las ciudades el escenario y los actores de esa patria unificada en mapas, en la historia oficial, en las representaciones simbólicas, en un intento por hacerla aparecer culturalmente homogénea. Para favorecer el Estado Nacional debían debilitarse los factores de identidad con lo local o regional por ser fuente de inspiración y defensa de la autonomía ejercida históricamente y por representar un peligro para la cristalización del mismo, en este sentido se buscaba la creación de un ciudadano más cosmopolita, menos apegado al sentimiento de pertenencia a su localidad, este aspecto se reforzó con la penetración de estilos de vida y modas procedentes de Europa, especialmente de Francia, que se impusieron desde los centros capitalistas industrializados; también se promovió un nuevo modelo urbano-arquitectónico que respondiera a los criterios del momento.

Para emprender la centralización y unidad política del país se debía asegurar e incrementar los recursos económicos provenientes de las rentas aduanales, principal y casi única fuente de ingresos en un país eminentemente agroexportador e importador de bienes manufacturados e industriales. En el control de las aduanas, por lo tanto, se concentró gran parte de la atención oficial.3 Con ese propósito el Zulia fue objeto de varias medidas conducentes a establecer estricto dominio sobre las rentas aduaneras, la más grave de ellas fue la medida de cierre de la aduana de Maracaibo, entre 1874 y 1878. Para la década de 1880, la región vivió una nueva etapa de agravios por parte del gobierno de Guzmán Blanco, cuando en 1881 se produjo el despojo de su autonomía con la medida de fusión del estado Zulia con el estado Falcón en una sola entidad política-administrativa que se prolongó hasta el año de 1890. Sin embargo, el Zulia conservó el puerto y la aduana que controlaba la actividad de exportación e importación del vasto circuito agropecuario y comercial lacustre, cuyo control se ejercía desde Maracaibo. En contrapartida a esa acción de usurpación esta década de 1880 representó un período de vigoroso desarrollo económico que se extendió a la siguiente y tuvo desde el punto de vista de la formación y consolidación de la nacionalidad en el Zulia una gran importancia, pues en ella se evidencia la buena disposición e integración de las elites regionales en ese proceso, y por haber sido una coyuntura en la que se impulsó y se puso de manifiesto el orgullo y la identidad con la zulianidad, sin entrar en contradicción estos dos componentes, al contrario, se fortalecieron mutuamente con algunas características especiales por ser elementos que se incorporaron a la lucha por el rescate de la autonomía.

 

Las fiestas de los centenarios

Además de las grandes fiestas patrias públicas (el 19 de abril de 1810, el 5 de Julio de 1811, el 28 de octubre -efemérides del Libertador- el 24 de julio, que se incorporó como fecha natalicia del Libertador y el 27 de abril de 1870) que se venían solemnizando desde épocas anteriores, a Guzmán Blanco le correspondió la celebración del centenario natalicio de importantes héroes y personajes de renombre para la historia republicana de Venezuela, ocasiones que sirvieron para ensalzar la obra del gobierno y hacer pensar a la opinión pública que sólo podía estar reservado tal momento al "Ilustre Regenerador de Venezuela" como se lee en discursos y acuerdos. El más significativo fue el centenario del nacimiento de Simón Bolívar en el año 1883; para el Zulia la fiesta por excelencia fue la celebración de la Apoteosis del General Rafael Urdaneta4 por el mismo motivo en el año 1888, por representar un momento propicio para no dejar duda en el conglomerado nacional no sólo de la veneración hacia el héroe epónimo sino de las potencialidades y progresos de la región que le daban sobrados méritos para hacer vida independiente como entidad estatal, asunto que será abordado más adelante en este trabajo.

En esta década de 1880 se produjo otro acontecimiento de carácter nacional de fuerte impacto en el Zulia como fue la traída a Venezuela de los restos mortales de José Antonio Páez en el año de 1888 que coincidió con la efervescencia del centenario de Urdaneta. Otras festividades de trascendencia fueron los natalicios de Andrés Bello y de José María Vargas. El primero de ellos se celebró en el año 1881 y aunque no se localizaron actos protocolares de carácter oficial en el Zulia, por lo que se percibe en la prensa tuvo cierta resonancia pues los periódicos de Maracaibo insertaron varias notas sobre el particular e incluso el diario Los Ecos del Zulia sacó una edición extraordinaria. Los cien años del nacimiento de Vargas, festejado en el año 1886, adquirió el carácter de "apoteosis" nacional en la cual se convocaron a "todas las facultades, gremios y corporaciones religiosas, benéficas e industriales" para que presentaran una ofrenda en el acto central realizado en el Teatro Baralt. Se registra la respuesta de la vicaría de Maracaibo, de la Junta de Fomento del Lazareto, Sociedad Auxiliar de Artesanos, Junta Directiva del Hospital Chiquinquirá, Sociedad de Beneficencia, Asilo de Huérfanos, Concejos Municipales, gremio de periodistas, Colegio de Primera Categoría del Estado Falcón, la Sociedad "Mutuo Auxilio", el Círculo Literario, quienes nombraron representantes para la celebración protocolar.

En la mentalidad positivista de aquella época de progresos técnicos, como el vapor y el telégrafo, que habían logrado borrar "las distancias entre los pueblos", se definían los Centenarios como símbolos de la solidaridad y la justicia, pues éstos habían conseguido unir a los "ilustres hombres del pasado a la vida de la sociedad presente.5 Se afirmaba de manera categórica "Los centenarios no obedecen a otro sentimiento que al de unir, ligar, estrechar las unas generaciones con las otras por los anillos de sus grandes hombres",6 lo cual alude al papel fundamental de los héroes de la patria en la unidad del conglomerado social en torno a una sola identidad como nación.

 

El Centenario del Libertador

Esta fiesta se promulgó mediante decreto del ejecutivo federal del 3 de septiembre de 1881, dictado por Guzmán Blanco para celebrar el primer centenario del Padre y Libertador de la Patria. Para su implementación se nombró una Junta Central en Caracas, presidida por Antonio Leocadio Guzmán, y juntas seccionales en cada estado del país. La Junta central formuló el programa general y convocó, por orden del presidente de la república, a darle eficaz cumplimiento con el concurso de todas las autoridades, funcionarios, corporaciones, gremios y ciudadanos "que sean amantes de la Patria y de Bolívar, de la gloria y del decoro, a fin de que en la Apoteosis secular del Héroe tome parte toda Venezuela".7 Los acuerdos oficiales emanados de los distintos órganos políticos permiten definir la importancia de la celebración al declararla fiesta "monumental" o "apoteosis", la cual se llevaría a cabo en dos partes: la festividad general y la actividad central que sería la Exposición Nacional de Caracas, a la que debía concurrir "todo lo grande, todo lo sublime de la patria", entendido esto como "las inspiraciones del talento, los melodiosos acentos de la poesía, los conciertos armoniosos de la música, las invenciones del genio, los progresos de las artes, todo aquello que por ser mérito pueda formar un concierto...".8

Esto refiere claramente a los valores de la modernidad y del positivismo presentes en la mentalidad dirigente; el progreso medido no sólo en sus resultados materiales, sino en su producción intelectual y artística. Debe recordarse que la Exposición Nacional del centenario se utilizó como instrumento para mostrar al país y al mundo los adelantos y posibilidades de éste con el fin de atraer inversiones y capitales. Su objetivo era dar a conocer a Venezuela de la manera más completa y ventajosa posible, según se desprende de la comunicación del presidente de la Junta central, enviada en el mes de julio de 1882, a los candidatos a miembros de las juntas seccionales. En ella se exhortaba a los jefes civiles de parroquias, distritos y municipios, a todas las localidades de Venezuela a estar presentes con su ofrenda que debía consistir en lo que tuvieran de "notable y merecedor de la atención pública", en caso contrario, pasaba a enumerar las que podían satisfacer este pedimento. En el expediente mencionado se pedían detalles sobre superficie ocupada o cultivada, tipos de cultivo, número de animales, maquinarias, valor de las fincas; así mismo se exigía la enumeración de los productos naturales, de las antigüedades históricas, de las obras artísticas y curiosidades de todo género, sin dejar pasar ningún componente pues la Junta seccional o local debía ir más allá del proyecto de la Exposición, abarcando en su informe "todo lo que pueda contribuir a dar una idea completa de esa localidad, aun cuando sean pormenores que no estén expresamente determinados en el folleto".9 Este documento revela el interés del Gobierno central en obtener una minuciosa información acerca de los bienes y recursos del país; la Exposición Nacional sirvió de excusa para levantar el inventario de las regiones, permitiendo así al Estado contabilizar y manejar datos sobre los haberes de las comunidades, tanto materiales como intangibles.

En las comunicaciones que llegaban de Caracas se insistía incesantemente en recoger en todos los pueblos y campos de las secciones la producción natural, industrial o intelectual y las rarezas que pudieran lucirse en la exposición; en una de ella se dice:

Se llama muy particularmente la atención de usted a la colección de la música y letra de nuestras canciones y cantos populares, aunque ellos ponen de manifiesto una de las fases de nuestro pueblo y el averiguar el número de músicos que en cada lugar puedan formar orquesta, además del objeto que nos proponemos en esta indagación, puede servir a usted allá en las fiestas locales del Centenario, pues es indudable que todo pueblo hispano americano celebrará simultáneamente con el que sirvió de cuna al Libertador de cinco naciones, su próxima Apoteosis.10

Esta fiesta fue la mayor oportunidad del período para proyectar la gesta independentista y reforzar el patriotismo, demostrar la existencia de un pueblo amante de las glorias de Bolívar, como imagen símbolo de la nacionalidad en construcción. La intención fue darle a esta fiesta la condición de "eminentemente ciudadana" y que en su organización tuviese participación el ciudadano de todas las regiones, nuevo actor social de la república, centro y fin de la ficción democrática del proyecto de cimentación del Estado Nacional, aunque estuviese dirigida por el gobierno desde la capital de la República. El discurso sobre el cual se sustentó la celebración hacia referencia al culto, entendido como devoción y adoración a los héroes de la patria y a la empresa de la emancipación en función de la "nueva religión del patriotismo" decretada por Guzmán; así quedó expresada en la comunicación enviada por el presidente de la Junta Central en el mes de julio de 1882 a los candidatos a miembros de las juntas seccionales

El culto de los grandes hombres honra la Patria, y si bien en nuestra época se han erigido el Panteón Nacional y la estatua de Bolívar, el Ilustre Americano, interprete de los intereses del país, no ha creído bastante a la gloria del Héroe esos dos monumentos, y quiere dar a la faz del mundo una muestra aún más significativa de la gratitud que debemos a nuestro Libertador, celebrando su centenario con todo lo que Venezuela pueda ofrendar en homenaje a su gloria.11

En el Zulia se designó una delegación de la Junta Directiva del Centenario presidida por Gregorio Fidel Méndez, quien explica la complejidad de la función encomendada en comunicación de agosto de 1882:

Fácilmente se comprende que esta fiesta por mas que tenga el carácter de eminentemente ciudadana, se requiere para la unidad de movimiento, que las delegaciones obren con actividad y simultáneamente en los distintos lugares de su respectiva jurisdicción. Tendré que entenderme pues no solamente con cada uno de los Jefes civiles de Distrito, sino que deberé hacerlo también con todas y cada una de las comisiones locales y con gran número de ciudadanos; de donde se colige la necesidad de un trabajo de oficina incesante, ordenado e inteligente, para llevar bien esta función.12

El secretario de gobierno seccional, Rafael López Baralt, aprobó la solicitud, en una comunicación fechada el 2 de octubre, en la cual se insistió en los deseos del gobernador de la sección " de que la exposición que haya de hacer el Zulia en la fiesta del centenario del Libertador, sea la que corresponde a su estado actual de progreso y civilización, y no otra que, por exigua y desorganizada, pudiera hacer aparecer estos inferior a la que son en realidad...". Esto revela el interés del gobernador seccional en que el Zulia brillara con su muestra ante los demás estados de la unión. Posteriormente la Junta Seccional quedó constituida por Trinidad Montiel, Federico Cook y Ramón Troconis Vale.13

 

Actividades del Centenario del Libertador

El centenario propició la realización de variadas actividades, de carácter pedagógico, dirigidas a difundir el discurso nacionalista y a consolidar el culto a la patria. Esa gran tarea sólo podía lograrse mediante al aporte de los colectivos organizados e individualidades pertenecientes fundamentalmente a las elites locales: gremios, sociedades, círculos de intelectuales, funcionarios oficiales, clero, entre otros. Una de las más importantes acciones en este sentido fueron las desarrolladas por las Sociedades Propagandistas de la Historia Patria que se encargaron de dictar conferencias y organizar paseos cívicos de manera sistemática todos los meses durante el año de 1883.

En Maracaibo, la Junta Directiva de la sociedad estuvo presidida por Eduardo Pérez y las conferencias o lecturas públicas de Historia Patria se efectuaron en los salones de la Sociedad "Mutuo Auxilio" a las 7 de la noche, en ellas participaron como oradores importantes intelectuales maracaiberos como Manuel Dagnino, Apálico Sánchez, Jesús María Portillo, Alejandro Andrade, Simón González Peña, José María Rivas, Octavio Hernández, entre otros. Los paseos cívicos también eran organizados por la "Mutuo Auxilio", éstos se realizaban por las tardes saliendo de la Plaza Concordia, en ellos se incluía un discurso de orden o composiciones relativas a los hechos heroicos que se asignaban a personalidades destacadas de la política y las letras, entre los que pueden mencionarse a Ramón A. Infante, J. A. Montiel, Luis Urdaneta, Sisoes Finol. El mecanismo era siempre el mismo: la Junta invitaba al gobernador de la sección, al secretario de gobierno y empleados de esa dependencia para que asistieran al acto solemne de disertación y al paseo cívico. A través de la prensa se promovían los actos y puede afirmarse tajantemente que el periodismo fue el gran aliado en la divulgación y reforzamiento del sentimiento patriótico, pues en las páginas de los periódicos circularon notas, avisos, artículos, publicaciones oficiales, que alentaban la participación del colectivo en los eventos programados para el centenario del Libertador. El Posta del Comercio en su edición del 24 de marzo de 1883 insertó este anuncio

Gran Paseo Cívico
Para mañana domingo 25, por la Sociedad Propagandista de Historia patria y en obsequio de Bolívar, Padre y Libertador de Venezuela.
A la Plaza Concordia
4 y media P.M.
Que nadie falte al Gran Paseo.
Es la hora de la gratitud y del patriotismo.14

Para tener una idea acerca del impacto que estos paseos tuvieron en el colectivo maracaibero y como se desarrollaban, se recurre a la reseña publicada en ese mismo diario el 26 de marzo

A la hora convenida, el gran concurso partió de la plaza Concordia, habiendo antes pronunciado un brioso discurso el orador de orden nombrado al efecto, Br. J. A. Montiel... A medida que el paseo avanzaba por las calles de la ciudad, la concurrencia se aumentaba notablemente, hasta el extremo de que la plaza de San Juan de Dios, con toda su amplitud, apenas bastaba para contener el gran concurso, ante el cual el joven Marcial López con despejo y bizarría, dio lectura, colocado sobre el atrio de aquel templo, a la nunca bien aplaudida producción que la literatura patria debe a la brillante pluma del malogrado J. V. González: "Bolívar en Casacoima". Ya la luz del día había desaparecido por completo cuando la concurrencia se disolvió en distintos grupos, desde la plaza Concordia que fue el punto de partida, y donde se dio por terminado.15

Los periódicos más importantes que se editaban diariamente en Maracaibo: Los Ecos de Zulia, El Fonógrafo y El Posta del Comercio, empezaron a incorporar secciones dedicadas al centenario, además de informar acerca de las reuniones, nombramientos y actos preparativos de la conmemoración. El Fonógrafo publicó a partir del mes de enero de 1883 en la sección Centenario del Libertador unas "Reminiscencias Históricas de la Sociedad Propagandista de la Historia Patria", en varias entregas, firmada por Eduardo López,16 además de otras notas y secciones. El Posta del Comercio por su parte arrancó en ese mismo mes con la publicación de la columna "Proclamas de Bolívar"; de la misma forma actuó el diario de tendencia oficialista Los Ecos del Zulia, el cual divulgó ampliamente la obra del Libertador y los actos conmemorativos. En los discursos siempre se invocaba la gratitud a los fundadores de la República y el patriotismo para incentivar la participación en estos eventos.

Las corporaciones, gremios y asociaciones prepararon sus ofrendas y programaron actividades especiales en los días anteriores y subsiguientes a la festividad oficial. La sociedad "Mutuo Auxilio" presentó ante el colectivo un acuerdo para celebrar el Centenario del Padre de la Patria en el cual contemplaban realizar, entre otras actividades, una visita el día 24 de julio de 1883, a los asilos de caridad para entregar una limosna a cada instituto; igualmente acordó costear de sus fondos un retrato del Libertador y una corona de laurel; en la tarde del mencionado día celebraría una sesión solemne, exclusivamente dedicada a la memoria de Bolívar en el salón de sesiones decorado para la ocasión. "El Presidente, dará principio al acto con la etiqueta de estilo y después de pronunciar breves palabras inspiradas en su propio patriotismo, ordenará a las comisiones respectivas la colocación en los lugares designados del retrato del Libertador y la corona de laurel", el acto se acompañaría de música y un orador de orden sería el encargado del discurso "y luego todos los que deseen podrán dar lectura a las composiciones literarias referentes al asunto".17

Aunque no se localizó el programa oficial del gobierno seccional, el centenario del Libertador se celebró durante seis días; las actividades centrales se llevaron a cabo los días 23 y 24; Nereida Petit en su trabajo "El Teatro Baralt de 1883: Antecedentes, Realización e Impacto en la Sociedad Maracaibera" resume de esta manera los eventos

Comenzaron desde la noche anterior con la iluminación general, globos y música en la plaza Concordia; y el día 24, una salva de 21 cañones a las 6 de la mañana indicó a la población que se iniciaban las actividades en honor a Bolívar; fuegos artificiales, desfiles y procesiones con el pabellón nacional escoltado por los oficiales residentes en Maracaibo, arcos triunfales en la calle principal de la ciudad, y los frentes de las casas adornados con flores, palmas, cortinajes y alfombras, junto a la iluminación de los edificios públicos y buques en el Lago, a partir de las 7 de la noche, y retretas en las plazas públicas todos los días de las fiestas.18

Como puede apreciarse en estas celebraciones se realizaron los actos de costumbre en los que participaron las autoridades y personalidades invitadas; estas incluyeron ceremonias religiosas y protocolares, como el Te Deum, paseo cívico, veladas artístico- literarias, retretas. Ese día 24 de julio de 1883, aunque inconcluso, se inauguró el Teatro Baralt, que sería en adelante el centro de la actividad cultural de Maracaibo; también el salón de recepciones del Palacio de Gobierno. La inauguración del teatro Baralt sin estar concluido revela la costumbre de los gobiernos de ese período y los posteriores de utilizar las fechas gloriosas de la patria para impactar al pueblo y a la opinión pública con grandes obras y, en efecto, tal como lo sostiene Petit en la obra mencionada, cuando en 1885 estuvieron completamente concluidas las decoraciones del teatro se habló "de inaugurarlas en un día consagrado por la patria a un hecho memorable".19

La revisión del listado de personas y agrupaciones que recibieron medallas de bronce como reconocimiento a los servicios materiales e intelectuales que prestaron en el centenario, en conferencias y discursos, en obras y artículos patrióticos de diverso género y otros trabajos no remunerados es indicativo de la integración de la sociedad organizada en la implementación de este magno acontecimiento, dirigido "a despertar el sentimiento del amor patrio en las masas populares, que muchas veces ignoran a cuánto son acreedores los mártires del derecho y de la libertad", tal como se afirma en el diario El Fonógrafo del 3 de febrero de 1883. En total fueron reconocidas 72 personas y organizaciones.20

Es indudable que se dio una participación de la sociedad maracaibera en esta celebración que convocaba el sentimiento por la patria, aún a pesar del momento político difícil que atravesaba la región ante la pérdida de su autonomía como entidad política-administrativa. Sin embargo, esta ocasión fue propicia para que el Zulia manifestara ante el conglomerado nacional y, especialmente a Guzmán Blanco, el orgullo de los zulianos por su tierra y demostrara con sus producciones materiales e intelectuales, con sus industrias e ingenio de sus pobladores, con sus recursos naturales, con su historia, que era merecedor de ocupar el puesto que le correspondía como estado soberano de Venezuela. En esto puso todo su empeño el pueblo del Zulia, particularmente en su participación en la Exposición Nacional, que constituyó la segunda parte de las actividades centrales del centenario cuyo objetivo era, como ya se indicó, exhibir el modo de vida y los recursos del país. La importancia de esta exposición radicó en que permitió mostrar en un mismo espacio unificador a una Venezuela cuya realidad era la fragmentación en regiones históricamente diferenciadas, crear la ficción de un país que reunió lo mejor de si en el espacio donde se asentaba el poder central, sede del Estado nacional que se deseaba instituir.

 

El Zulia en la Exposición Nacional

Desde Maracaibo se organizó la muestra que representaría al Zulia; de todas las localidades se recibieron objetos demostrativos de los recursos madereros, minerales, inventos, productos farmacéuticos, animales disecados, obras literarias, históricas, etc. Un evento especial lo constituyó la construcción de una embarcación como muestra de arquitectura naval que salió del puerto de Maracaibo hasta La Guaira y causó un gran impacto, por la osadía y valentía demostrada por Nicomedes Delgado y su acompañante.

El éxito del Zulia en la Exposición Nacional tuvo repercusión en todo el país y fue reconocida incluso por el propio Guzmán y por los representantes del gobierno. Fue una demostración de la fuerza de un colectivo que había sido agredido y que respondió con lo mejor de sí en obra material e intelectual, que se mostró dispuesto a participar en la festividad de la patria con dignidad y honor. En una comunicación dirigida por el Gobernador de la sección Zulia al presidente del Estado Falcón en octubre de 1884, éste afirma:

...fue el Zulia, entre las secciones de la República, una de las primeras en llevar el contingente de su patriotismo a aquella gran fiesta de la gratitud nacional. Así se la vio figurar con éxito sobresaliente, tanto en sus ofrendas y patrióticos regocijos, como en la Exposición promovida por el Ejecutivo Federal en la Capital de la república... 21

En el centenario del Libertador se publicaron varias obras destinadas a difundir costumbres y tradiciones zulianas y se imprimieron biografías de varios próceres zulianos que habían prestado servicios importantes a la causa de la independencia. El gobierno de la sección Zulia ordenó la publicación, entre otros textos, de "Apuntaciones para la crítica sobre el lenguaje maracaibero" por José Domingo Medrano, "Costumbres Zulianas", por José María Rivas, las semblanzas del general León Febres Cordero, general José Escolástico Andrade, general Luis Celis, escritas por Juan Antonio Lossada Piñeres. Este interés de presentar material publicado sobre el Zulia en la Exposición nacional y destacar las biografías de próceres de la región que habían participado en la lucha contra la monarquía podría estar expresando parte de un pacto de asociación entre las regiones y en el centro, en la que aquellas aportaban nombres importantes a la historia nacional aún en construcción, a cambio de contribuir decididamente en el proceso identitario nacional.

 

El centenario de Urdaneta

Las denominadas "Fiestas del Zulia" correspondieron a la celebración del centenario del natalicio del general Rafael Urdaneta que tuvo una trascendencia e impacto singulares en la autoestima del colectivo marabino y se convirtió en una bandera de lucha contra los planes del gobierno central de darle carácter permanente a la fusión del Zulia con Falcón. Es importante destacar que a pesar de la importancia del prócer en la gesta independentista y en la construcción de la república, el ejecutivo nacional no manifestó inicialmente interés en su conmemoración. Esta celebración partió de la iniciativa de la sección encabezada por el gobernador Alejandro Andrade quien, mediante decreto del 24 de febrero de 1888, declaró el 24 de octubre de ese mismo año día de fiesta que el Zulia consagraría al "honor y recuerdo de ese uno de sus más preclaros hijos" y anunciaba la inauguración de una Exposición Seccional en la que se exhibirían "sus propias riquezas, sus adelantos y cuanto corresponda al objeto, como fruto preciado de nuestra independencia y gaje de los esfuerzos de nuestros libertadores". La festividad se decretaba desde el 24 hasta el día 28 en que terminaría la Apoteosis; para la programación de los actos y el reglamento de la exposición se nombró una comisión; la intención expresada en el decreto era la de darle dimensión nacional y continental a la fiesta al solicitar en el artículo 5º la decidida colaboración del gobierno del estado, y agregar que "suplicará a este que invite para esa noble fiesta a los demás estados de la unión venezolana; y contando también con la patriótica mediación del gobierno nacional invitará a las demás repúblicas hispanoamericanas que quieran concurrir a dar realce y brillo a la fiesta...".22 Resulta interesante revisar las razones que llevaron al gobernador Andrade a decretar el centenario de Urdaneta como Apoteosis, en comunicación que envió al presidente del Estado:

Es deber de propia honra e ineludible por parte de los gobiernos inspirados en el bello ideal de la República, para mantener incólume el fuego reparador del patriotismo y ofrendar a los héroes que lidiaron por la majestad del derecho, el homenaje de respeto y amor a que les da título su diploma de gloria.

Esa la razón por que el gobierno del Zulia que dirijo y pliega en toda ocasión a los alertas de la conciencia pública, se ha anticipado a decretar la fiesta civilizadora con que ha de celebrarse el centenario del celebérrimo hijo invicto de Maracaibo...23

Al hacer mención a que su gobierno se sometía "a los alertas de la conciencia pública" cabría preguntarse si habían hecho presión algunos sectores de la sociedad maracaibera para que el gobierno seccional se pronunciará ante tan trascendental acontecimiento para el Zulia frente al silencio del gobierno central que, sin embargo, había decretado con dos años de anticipación el centenario de Bolívar y se preparaba para la Apoteosis de Páez en ocasión de la traída de sus restos a Venezuela para ser ingresados en el Panteón Nacional, hecho éste que se efectuó en abril del 88. Desde el Zulia se recordó a través de la prensa al resto del país la deuda de gratitud con el prócer; el 24 de abril el diario El Fonógrafo publicó en la columna "Centenario de Urdaneta" una larga nota en la cual se decía que la fiestas en honor al insigne zuliano debían tener grandísima resonancia en todos los Estados de la República, no sólo por la envergadura del héroe "ni por sus servicios eminentes y abnegados, ni por la invitación que el Zulia les dirige, sino también porque no hay uno siquiera de esos Estados en cuyo territorio no combatiera el prócer zuliano por la emancipación de Venezuela"; seguidamente pasó a enumerar cada una de las ciudades, incluida Caracas, y los Estados donde tuvo actuación destacada el general Urdaneta y terminaba así la nota: "lógico es esperar que todos ellos, cooperarán al noble intento de celebrar su Centenario; y que el Zulia verá llegar a la hora de los gloriosos recuerdos las ofrendas del país entero a uno de sus más beneméritos libertadores".24 En efecto, antes del pronunciamiento de Caracas, desde el mes de marzo empezaron a llegar comunicaciones de adhesión y participación en la festividad y en la Exposición por parte de los presidentes de varios estados, entre otros: Táchira, Mérida, Trujillo, Lara, Bolívar, Bermúdez.

Fue en agosto de ese año cuando el ejecutivo federal emitió el decreto para conmemorar la fiesta del primer centenario de Urdaneta. El presidente de la República Rojas Paúl, con el voto del Consejo Federal determinó asociarse a la celebración y decidió erigir en la ciudad de Maracaibo "y en la plaza que al efecto designe el gobierno de la sección Zulia, una estatua pedestre de bronce que represente, tamaño natural y en traje militar al General en Jefe de la República de Colombia Rafael Urdaneta".25 La plaza en honor al héroe se levantó en el sitio conocido como el circo, donde funcionó el matadero público.

La figura del general en Jefe Rafael Urdaneta, equiparable a la de otros grandes hombres de la República como Bolívar, Sucre o Páez, por mencionar a los más renombrados, fue apenas merecedor de una estatua como ofrenda del ejecutivo federal y de un pronunciamiento de "asociación" a la festividad. De nuevo se evidencia que prevaleció el centralismo al empeñarse el poder Ejecutivo en afianzar el carácter originario de Caracas en el proceso de construcción de la nación con Bolívar como "Padre y Libertador" de la patria y al dársele preponderancia a los héroes de la región central, hecho éste que se puso de manifiesto en las celebraciones de los centenarios de Bello, Bolívar, Vargas, Miranda, proclamados y organizados desde la capital. Las regiones, por su parte, presionaron para obtener una cuota de participación con los prohombres originarios de su espacio geohistórico en el proceso de construcción de la identidad nacional, sobre todo en aquellas localidades donde habían nacido figuras de actuación relevante en la revolución de la Independencia, ese fue el caso del Zulia con Rafael Urdaneta, de la región oriental con Sucre o de los llanos con Páez, entre otros importantes jefes de la emancipación.

En los discursos pronunciados en los diversos actos de la Apoteosis de Urdaneta se insistía en la grandeza humana y los méritos del héroe para ser inmortalizado por su gloria y sus virtudes, el siguiente párrafo de la alocución central del presidente de la junta directiva del Centenario, Dr. Manuel Dagnino, es clarificador en ese sentido: "Fue uno de nuestros más esforzados y entendidos Libertadores! Bolívar y Urdaneta, Sucre y Páez. Aquí tenéis la síntesis de las grandezas patrias".26 En apenas 8 meses se organizaron las fiestas del Zulia, en todos los distritos, municipios y parroquias se nombraron juntas para preparar los festejos y asistir con sus muestras a la Exposición Regional. De otras ciudades de Venezuela y de otros países hispanoamericanos llegaron cartas de adhesión a la fiesta centenaria; lo mismo ocurrió con las representaciones consulares certificadas en Maracaibo. El Zulia todo se movilizó para emular y superar lo que había sido su participación en la Exposición Nacional de Caracas del año 83, se trataba de un compromiso moral y de un acto de justicia y solidaridad en un momento político que podía ser oportuno ante la ausencia de Guzmán Blanco de la Presidencia. Esta nota escrita por Neptalí Urdaneta revela el esfuerzo unánime que emprendió el pueblo zuliano.

Todo ha revestido aquí el carácter de una esplendidez inusitada; y no podía ser de otra manera: desde la acción oficial, desde el progresista magistrado que inició la idea del Centenario y la ha perseguido hasta su coronamiento con una tenacidad inimitable, hasta el más apartado campesino, no ha habido autoridad, ni gremio, ni sociedad, ni familia, ni individuo, que no haya prestado su contingente, con un entusiasmo, con una emulación dignos del mayor encomio. Y todo ha correspondido dignamente al patriótico móvil que ha impulsado estas festividades.27

La Junta Directiva, integrada por 22 miembros, se instaló el 21 de marzo y sesionó en la sede la sociedad "Mutuo Auxilio".28 Inició inmediatamente su cometido, estableciendo contacto con los gremios para la obtención de objetos para la Exposición, nombraron las comisiones femeninas para cada municipio, organizaron un paseo cívico para el 24 de julio y publicaron un órgano de propaganda llamado "El Centenario de Urdaneta" para mantener informada a la población de su actuación y programas.29 La sociedad maracaibera y el gobierno seccional no escatimaron esfuerzos para brindar homenaje al héroe: se ordenó la publicación del Anuario Estadístico del Zulia, la reparación inmediata del edificio del Teatro Baralt, el embellecimiento del muelle de este puerto para "dar realce a la perspectiva de la ciudad por ese punto de tráfico numeroso", se crearon las Juntas Municipales de ornamentación que tendrían a su cargo el adorno de los edificios y avenidas de la ciudad en los días en que tendrían lugar los festejos; también se encargó la elaboración de un cuadro al óleo del general Urdaneta; en cien días se levantó el edificio para la Exposición en el lugar que ocupaba la casa del Chirimoyo, ubicada en el lado este de la casa de Gobierno, se construyó una escuela en el sitio en que nació el prócer, se instaló la luz eléctrica en la ciudad, se inauguró la estatua a Rafael Maria Baralt en el boulevard del mismo nombre, se amplió la capacidad de hospedaje para alojar a los visitantes que llegaron de muchas partes, improvisándose incluso hoteles flotantes, la empresa naviera H. L. Boulton ofreció precios especiales a aquellas personas que vinieran a la celebración. La prensa se convirtió en elemento clave para la divulgación de la vida y obra del prócer y de los actos conmemorativos y todo lo referido a la primera exposición regional del Zulia, se prepararon ediciones extraordinarias, destacándose la aparición de la revista El Zulia Ilustrado, la más importante publicación del período no sólo por su calidad sino por haberse convertido en un instrumento de lucha por la dignidad del Zulia. El centenario de Urdaneta fue la fiesta de la civilización y de los triunfos, en la que puso a la vista de los visitantes "todas sus conquistas y adelantos".

La cátedra patriótica tomó su lugar en la labor pedagógica, como había ocurrido en otras fiestas en décadas anteriores. La junta directiva organizó conferencias públicas de propaganda patriótica, igualmente se desarrollaron paseos populares con la misma idea de promover el sentimiento patriótico. Durante este año en particular se acentuó el reforzamiento por la historia patria porque, como se dijo, se dio también la Apoteosis de Páez, acontecimiento que ocupó la atención de los zulianos desde inicios del mismo, organizándose una serie de actos para honrar su memoria, con toda la ceremonia protocolar y la animación colectiva; la prensa se inundó de notas y reseñas de las actividades programadas que incluyeron lecturas públicas de historia patria, paseos cívicos, visita de agradecimiento al cónsul de Estados Unidos, acto solemne con velada artístico literaria en el teatro Baralt, honras religiosas, ediciones especiales de los periódicos; también se conformó la Junta Iniciadora de los Festejos del Primer Centenario de Páez. El sentimiento patriótico encendido por Páez no era extraño que se diera en el Zulia, donde siempre se había manifestado apoyo al caudillo y por su cercanía al general Urdaneta, escogido como el candidato del sector conservador de Caracas (paecistas) para las elecciones presidenciales del año 46, pretensiones que se vieron frustradas por la muerte de éste en el año 45.

 

Los actos de Las fiestas del Zulia

La prensa difundió los distintos programas de la fiesta a Urdaneta, en particular el general de la Junta Directiva del Centenario, e hizo un seguimiento minucioso mediante reseñas de cada día, que permiten tener una idea de lo que significó para la colectividad maracaibera el magno evento. Así describió El Fonógrafo la intensa actividad de la ciudad para el día 22 de octubre, cuyo texto se reproduce a pesar de su extensión por los interesantes elementos que aporta para la reconstrucción del momento:

Desde las primeras horas del día, notase gran movimiento en toda la población: damas y caballeros invaden a todo instante canastillas y almacenes en solicitud de varios de efectos de moda, que la etiqueta y la suntuosidad de los actos que van a tener lugar, hacen necesarios... Crujen con furor las prensas en el taller tipográfico; siéntese el ruido de las cadenas en el puerto cuando fondo da la navecilla del cercano pueblo que repleta viene de personas de todas las edades y sexo...sencillos habitadores del apartado caserío... también se acercan a participar... La nueva empresa de coches acaba de poner a disposición del público, cinco o seis cómodos vehículos y éstos se ven rodar en todas direcciones... La red telefónica ha empezado también en este día a mostrarse a nuestros ojos, anunciándonos así una nueva muestra del patrio progreso...entra la noche no callada y silenciosa, sino animada por el eco armonioso de alegre banda, a cuyo compás hacen circular varios jóvenes entusiastas el programa de los festejos populares... Las siete suenan en los relojes públicos y las partidas de gente que por todas partes las calles se ven atravesar dirigen sus pasos hacia... el local de la escuela 1ª de niñas del municipio Santa Bárbara. ¿Qué acto se va a verificar allí?... un hermoso Bazar cuyos productos destinados serán a beneficio de los infelices recluidos en los institutos conocidos con los nombres de Chiquinquirá y Lazareto...30

En el día de las vísperas se realizó un gran paseo cívico presidido por el gobernador de la sección, que recorrió las calles de la ciudad "entre los vítores del entusiasmo, el estruendo de los fuegos de artificio; y el bullicio de un pueblo delirante".31

El mayor impacto de este día fue la inauguración del servicio de alumbrado público con luz eléctrica, cuya máquina había sido montada en apenas ocho días.

Esta fue una de las celebraciones que logró integrar al colectivo todo en una gran fiesta patriótica y de reivindicación del honor del zuliano. Para el día 24 y los siguientes se organizaron paralelamente actividades de carácter oficial y protocolar y otras populares dirigidas al pueblo. Mientras se celebraba el Te Deum en la Iglesia Mayor tuvo lugar en el muelle una cucaña acuática con toques de música y alboroto general, el puerto lució un aspecto festivo: todas las embarcaciones ancladas en él estaban decoradas con banderas de todas las nacionalidades; desde la isla de Providencia una escuadrilla de naves de velas blancas enviadas por el municipio Miranda se dirigieron hacia este puerto. Terminado el Te Deum, la concurrencia se dirigió al Palacio de Gobierno, donde el gobernador seccional y el presidente del Estado Falcón, general Bernardo Tinedo Velasco, recibieron las congratulaciones de todos los poderes, gremios, cónsules y particulares, también se pronunciaron discursos, al terminar el acto se hizo entrega a la hermana del prócer del título de propiedad de una tierra que el Gremio de Ganaderos del Distrito le regaló. A las dos de la tarde se abrieron las puertas del teatro Baralt para dar inicio a la Apoteosis: los palcos, la platea y la galería completamente ocupados; luego de un toque de campañilla se levantó el telón, en el centro del escenario apareció el busto del prócer adornado con varios "remingtons" enlazados y rodeado al fondo por un grupo de soldados vestidos de gala, a un lado la Junta Directiva del Centenario y al otro, la Central del Distrito; la orquesta al pie del palco escénico dejó oír las notas del himno nacional, cantado por un grupo de señoritas y caballeros. Seguidamente correspondió al presidente de la Junta Directiva, Dr. Manuel Dagnino dirigir una alocución, secundada por el acto de ofrendas de distinto tipo.32 Al mismo tiempo en la rada del puerto el pueblo se entretenía admirando unas cuantas balandras, que salieron a toda vela desde el muelle en dirección al sudeste en competencia de velocidad y destreza, la multitud lanzó vivas entusiastas, alzando sombreros y pañuelos y con estruendosos aplausos recibieron a los navegantes. El público se dirigió luego a la calle de la Unión, adornada con banderas y cintas de colores que atravesaban la acera de lado a lado, donde les esperaba "alegre música", allí se efectuaron los "juegos a la gineta", una especie de competencia de galope que debe conducir a atrapar unas cintas de seda; en la nueva plaza Urdaneta se realizaban juegos de cucaña acompañados de música.

Simultáneamente se llevó a cabo el paseo cívico donde participaron más de dos mil niños de las escuelas que en fila ocupaban casi tres cuadras, según relato de la prensa local; éste estuvo encabezado por la banda de música seccional, el gobernador del Zulia y autoridades acompañados de empleados y miembros de corporaciones. Este recorrido de los alumnos de los planteles de instrucción adquirió una gran significación dentro de los actos por considerarse "que ello es a nuestro parecer como la exposición brillante de nuestro adelanto intelectual y las más espléndida prueba de que el Zulia hermosa cosecha amontona en los graneros de su progreso para su glorioso porvenir".33 A las cinco de la tarde "numerosa y respetable concurrencia llena los ámbitos de la espaciosa plaza de San Francisco": en presencia de las autoridades del Estado y representantes diplomáticos, familiares de Urdaneta y del escritor, se inauguró la estatua de Rafael María Baralt; en la noche se escuchó en el muelle del puerto la retreta militar acompañando los fuegos artificiales, en la calle de Venecia el vecindario se deleitó al son de la música y del baile. A las 7 p.m. el teatro volvió a ser escenario de la velada literaria que reunió a lo más granado de los literatos zulianos quienes leyeron o recitaron las producciones en memoria del prócer. Para la concepción positivista, las expresiones de cultura y educación eran de suma importancia para destacar el adelanto de los pueblos; así la ofrenda literaria "ocupa el primer término, pues que por ella se da idea del grado de los adelantos intelectuales del pueblo que la presenta",34 de allí que ellas generalmente cerraban los actos centrales de las conmemoraciones u honores rendidos a personalidades.

La Exposición del Zulia se inauguró el día 25, con las alocuciones del Dr. Manuel Dagnino y del gobernador seccional, Alejandro Andrade. Estuvo abierta hasta el día 10 de diciembre, con acceso al público en horario diurno y vespertino previa cancelación del boleto de entrada que oscilaba entre cincuenta céntimos y un bolívar, salvo los días de apertura y cierre en los cuales la entrada fue gratuita. Todos los distritos, corporaciones, industrias, gremios, artistas y fotógrafos, literatos y ensayistas del Zulia enviaron objetos y producciones a la exposición; así mismo a ella concurrieron también otros Estados (Falcón, Los Andes, Carabobo, Caracas) y estuvieron representadas Colombia y Curazao). Durante la segunda mitad del siglo XIX, en que se retomaron con más fuerza las exposiciones industriales, artísticas o científicas en Venezuela, éstas representaron no sólo la idea original de ellas que era mostrar la fraternidad, la hermandad entre los pueblos, sino la expresión del progreso alcanzado por el estado o pueblo que la organizaba o participaba. En el caso del Zulia, su exposición se insertó no solamente en estos principios, más allá de eso, actuó como el instrumento que la presentó ante el conglomerado nacional como una región próspera, culta y con suficiente capacidad material e intelectual para bastarse a si misma como entidad autónoma. Se percibe que la sociedad maracaibera aprovechó una oportunidad de oro, como fue el centenario de Rafael Urdaneta, para iniciar una estrategia que más adelante conducirá a la jornada de protesta colectiva que daría como resultado el rescate de la autonomía política y que puso fin a una década de injusticia para el Zulia.

 

A manera de conclusiones

El período guzmancista representó para el Zulia una era de ataques continuos en la que sufrió en su economía básica, con el traslado y posterior cierre de la aduana de Maracaibo, y luego la perdida de la autonomía política, con la fusión Zulia- Falcón en un sólo estado. La década de 1880 es muy significativa pues en ella se evidencia lo que pudo haber sido una estrategia de los colectivos organizados (gremios, corporaciones, grupos de intelectuales, clero, sectores políticos) para hacer reconocer ante el conglomerado nacional los valores materiales, grado de adelanto y progreso del Zulia a pesar de los dos duros golpes a que lo había sometido el gobierno, estas ocasiones se presentaron con la Exposición Nacional del Centenario de Bolívar en 1883 y la fiesta centenaria de Rafael Urdaneta en 1888. La sociedad maracaibera venía preparándose para actuar en el momento oportuno con gran fuerza pero sin evidenciar el interés político de manera directa, más aún considerando la experiencia de fracasos anteriores como el enfrentamiento a Monagas, esas acciones finalmente concluirían en la organización del movimiento por el rescate de la autonomía, lograda en el año 1891.

En particular, la conmemoración de Urdaneta adquirió relevancia por las características particulares que la rodearon y por la coyuntura política que se vivía con la elección de un nuevo gobernante, el Dr. Rojas Paúl, lo cual condujo a crear expectativas de mejores tiempos para esta entidad, incluso entre los guzmancistas locales. Todo se montó para lograr que se reconociera de manera indiscutible ante la nación y el mundo las producciones materiales, las bellezas naturales y las expresiones de progreso alcanzados por el Zulia; todos los actos programados y el alcance popular de la festividad permiten afirmar el grado de consenso colectivo en torno a la idea de hacer reconocimiento al héroe emblemático del estado y aprovechar el momento para mostrar lo mejor de su producción material e intelectual. Esta festividad se organizó en medio del fragor político de las elecciones nacionales y regionales y, sin embargo, se trabajó obstinadamente para dar lustre al Zulia, con la celebración del centenario de Urdaneta y con la Primera Exposición Regional. Sirva el editorial del primer número de la revista El Zulia Ilustrado para confirmar esa intención presente desde tiempo atrás en algunos sectores del colectivo marabino, cuando en él se afirma que "ocho o diez años hace que venimos acopiando cuanto hemos podido adquirir en materia de publicaciones periódicas, libros y manuscritos referentes al Zulia desde la Conquista hasta nuestros días; porque era nuestro anhelo formar con todo ello un libro que presentase a nuestra amada tierra ante los demás pueblos, de la manera más completa que nos fuese dable....creemos que ha sonado la hora de aprovechar los acopiados elementos, pues lo que antes era un simple propósito, un ferviente anhelo de nuestro patrio amor, se ha convertido, por obra de ese mismo progreso, en necesidad urgentísima de beneficiosa propaganda" (cursiva nuestra).35

 

Notas

1 Antonio Guzmán Blanco gobernó a Venezuela en tres períodos, conocidos como Septenio, Quinquenio y Bienio, entre 1870 y 1888.

2 Floyd, Mary B, Guzmán Blanco, la Dinámica de la Política del Septenio, Instituto Autónomo Biblioteca Nacional- FUNRES, Caracas, 1988, pp, 215.         [ Links ]

3 Urdaneta, Arlene, El Zulia en Septenio de Guzmán Blanco, Caracas, Fondo Editorial Tropykos, 1992, pp, 23.         [ Links ]

4 Rafael Urdaneta (1788- 1845), participó en la guerra de independencia al lado de Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, José Antonio Páez, y otros importantes próceres venezolanos, llegó a ser uno de sus más leales y valientes generales. Fue el último presidente de la unión colombiana; luego de su disolución salió al exilio y regresó a Venezuela a fine del año 32, estableciéndose en Coro durante cuatro años. En 1837 salió electo senador Gobernador por esa ciudad, ese mismo año fue nombrado Ministro de Guerra y Marina, instalándose en Caracas. Permaneció en ese cargo hasta 1839; en el año 42 comandó la parada militar cuando arribaron a Venezuela los restos de Bolívar. De nuevo fue Ministro de Guerra y Marina entre 1843 y 1845. Murió en París en el año 1845, cuando cumplía funciones como enviado extraordinario a España para ratificar el Tratado de paz y amistad.

5 Los Ecos del Zulia, año IX, serie 98, 24-10-1888, Núm. 2308.         [ Links ]

6 Idem

7 Acervo Histórico del estado Zulia (en adelante A.H.Z.,), Memoria de la Secretaría General de Gobierno del estado Zulia, año 1882, tomo 6, legajo 19.         [ Links ]

8 A, H, Z, Memoria de la Secretaría General de Gobierno del estado Zulia, año 1882, tomo 2, legajo 7.         [ Links ]

9 A.H.Z., Memoria de la Secretaría General de Gobierno del estado Zulia, año 1882, tomo 8, legajo 7.         [ Links ]

10 Idem.

11 Idem.

12 A.H.Z., Memoria de la Secretaría de Gobierno del estado Zulia, año 1882, tomo 6, legajo 19.         [ Links ]

13 Información suministrada por el diario El Posta del Comercio, año IV, mes XLI, 16-01-1883, Núm. 384.         [ Links ]

14 El Posta del Comercio, año IV, Mes 43, 24-03-1883, Núm. 436.         [ Links ]

15 El Posta del Comercio, año IV, Mes 43, 26-03-1883, Núm. 437,         [ Links ]

16 El Fonógrafo, año IV, serie 31, 26-01-1883        [ Links ]

17 El Posta del Comercio, año IV, Mes 44, 01-03-1883, Núm. 466.         [ Links ]

18 Petit, Nereida, El Teatro Baralt de 1883: Antecedentes, Realización e Impacto en la Sociedad Maracaibera, Tesis de Maestría, Facultad de Humanidades y Educación, Universidad del Zulia, Maracaibo, 1998, 85-86, inédita.         [ Links ]

19 Petit, Nereida, Op.Cit., pp. 91

20 A.H.Z., Memoria de la Secretaría General de Gobierno del estado Zulia, año 1884, tomo 6, legajo 10        [ Links ]

21 A.H.Z., Memoria de la Secretaría General de Gobierno del estado Zulia, año 1884, tomo 6, legajo 10.

22 A.H.Z., Memoria de la Secretaría General de Gobierno del estado Zulia, año 1888, tomo17, legajo 14.         [ Links ]

23 Idem

24 El Fonógrafo, año IX, serie 94, 24-04-1888, Núm. 1873.         [ Links ]

25 A.H.Z., Memoria de la Secretaría General de Gobierno del estado Zulia, año 1888, tomo 17, legajo 19.         [ Links ]

26 El Fonógrafo, año X, serie 101, 13-11-1888, Núm. 2009.         [ Links ]

27 El Fonógrafo, año X, serie 101, 06-11-1888, Núm. 2003.         [ Links ]

28 A.H.Z., Memoria de la Secretaría General de Gobierno del estado Zulia, año 1888, tomo 17, legajo 14.         [ Links ]

29 Véase a Romero R., María M, Muestras del Progreso, Primeras Exposiciones Industriales del Zulia (1888-1895). Trabajo de Ascenso. Facultad de Arquitectura y Diseño, Universidad del Zulia, Maracaibo, 1998: 12-13, inédito.         [ Links ]

30 EL Fonógrafo, año X, serie 101, 08-11-1888, Núm. 2,005        [ Links ]

31 El Fonógrafo, 06-11-1888, Núm. 2003.         [ Links ]

32 Idem.

33 El Fonógrafo, 29-11-1888, Núm. 2023.         [ Links ]

34 Los Ecos del Zulia, año VIII, serie 95, 25-07-1888, Núm. 2239.         [ Links ]

35 El Zulia Ilustrado, tomo 1, Num, 1, 24-10-1888, 2ª Edición Facsimilar, Fundación Belloso, Maracaibo, 1980, p. 3.         [ Links ]

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons