Introducción
Los ecosistemas como el bosque de encino-pino, selva baja caducifolia y bosque mesófilo de montaña capturan en promedio 128, 164 y 280 Mg C ha-1 respectivamente (Casiano-Domínguez et al., 2018). Por lo tanto, su eliminación repercute directamente en la captura y liberación del carbono almacenado hacia la atmósfera (Rodríguez-Larramendi et al., 2016). En las últimas dos décadas en el estado de Oaxaca, México, se han perdido 337,622 ha de ecosistemas forestales (CONAFOR, 2020), por la apertura de nuevas áreas para actividades agrícolas, ganaderas y plantaciones de Agave L., para la producción de mezcal (bebida alcohólica tradicional mexicana, elaborada a partir de la destilación del corazón del maguey) (Vega-Vera y Pérez-Akaki, 2017).
A pesar de que en México existe un gran arraigo en el aprovechamiento del Agave desde la época colonial (Borejsza et al., 2008), actualmente la producción de mezcal genera un gran impacto en los ecosistemas forestales, debido a que las plantaciones de Agave requieren de la eliminación total de la cobertura vegetal existente para su desarrollo óptimo (Gómez-Ruiz et al., 2021).
Las asociaciones con otras especies generan alta competencia por agua y luz, mermando la tasa fotosintética y dominancia relativa de la especie (Cervera Herrera et al., 2018), por lo que, se aplican herbicidas para excluir la competencia.De esta manera se contribuye a la pérdida de biodiversidad, reducción de hábitats para la fauna y la muerte de polinizadores, aunado al hecho de que las plantaciones de Agave, se establecen en sentido de la pendiente, provocando problemas ambientales como erosión, escorrentía e incremento de la temperatura a nivel local (Flores López et al., 2013; Pendrill et al., 2019)
La producción oficial de mezcal en México aumentó de un millón de litros en 2011 a casi ocho millones para el 2021 (CORMECAM, 2022). Oaxaca es el mayor productor de mezcal a nivel nacional (Arellano-Plaza et al., 2022). Esta situación ha ocasionado una fuerte presión sobre los recursos forestales, debido a la alta demanda de leña, agua y Agave que se requiere para la producción de dicha bebida (Martínez-Jiménez et al., 2019). Esto genera problemas ambientales como la erosión de suelos, efectos negativos en las propiedades físicas y químicas de los suelos, y disminución en su capacidad de recarga hídrica (Martínez-Palacios et al., 2017; Sandoval-García et al., 2021a). Además, debido a que las plantas de Agave se aprovechan en su totalidad, el C que almacenaron durante su desarrollo se libera complemente (Martínez-Jiménez et al., 2019).
La presión social para la producción y comercialización del mezcal aumenta la vulnerabilidad en especies de Agave silvestres, las cuales son de distribución muy restringida, ya que requieren de mucho más tiempo para su desarrollo, aunado al hecho de que son de menor tamaño. Por lo tanto, se requiere de mayor volumen para la obtención del producto, ya que su aprovechamiento irracional pone en riesgo la reproducción sexual y por ende la conservación de las especies nativas (Delgado-Lemus et al., 2014).
El objetivo del presente estudio fue evaluar la pérdida de ecosistemas forestales, y estimar la reducción en la captura de CO2 por el cambio de uso del suelo mediante un análisis multitemporal. El estudio se llevó a cabo en las subcuencas Río Alto Tehuantepec y Río Tequisistlán en el estado de Oaxaca. La hipótesis que se plantea es que el establecimiento de plantaciones de Agave favorece la pérdida de ecosistemas forestales y disminuye la captura de carbono en el estado de Oaxaca.
Materiales y Métodos
Área de estudio
El área de estudio forma parte de la Región Hidrológica RH22 Tehuantepec, la cual se sitúa en el suroeste de la República Mexicana, en el estado de Oaxaca (INEGI, 2004). La investigación se realizó en las subcuencas RH22Bc - Río Alto Tehuantepec (17°03'05'' latitud norte y 95°49'29'' longitud oeste) y RH22Be - Río Tequisistlán (16°59'37'' latitud norte y 95°55'70'' longitud oeste (Fig. 1)).

Figura 1: Localización del área de estudio. A. República Mexicana; B. estado de Oaxaca; C. subcuencas.
En el área de estudio se distribuyen los siguientes ecosistemas: bosque mesófilo de montaña, bosque de encino, bosque de encino-pino, bosque de pino, bosque de pino-encino, pastizal natural, selva baja caducifolia y selva mediana caducifolia (INEGI, 2021). De acuerdo con INEGI (2008) los tipos de climas dominantes son cálido subhúmedo (w0(w)), seco muy cálido (BS0(h›)w(w)), semicálido húmedo ((A)C(m)(w)), semicálido subhúmedo (A(C)w0(w)), semifrío subhúmedo (C(E)(w2)(w)), semiseco muy cálido (BS1(h›)w(w)), semiseco semicálido (BS1hw(w)), templado húmedo (C(m)(w)) y templado subhúmedo (C(w2)(w)). Los suelos con mayor presencia son: Litosol (I+Re+Lc/2), Acrisol (Ah+I+Re/2), Cambisol (Be+Re+I/2/L), Luvisol (Lc+Bc+I/2/P) y Regosol (Re+I/2/L) (INEGI, 2005). La precipitación media anual oscila entre 500 y 1500 mm, y la temperatura media anual es de 10 a 20 °C (INEGI, 2023a).
Clasificación de coberturas
Para realizar la clasificación de las coberturas se utilizaron ortofotos, las cuales se obtuvieron de la plataforma Espacios y Datos de México (INEGI, 2023b) e imágenes selitales (Airbus Defence and Space, GeoEye-1 y Birdseye) de la plataforma SAS Planet (SASPlanet, 2023). Ambas herramientas son de libre acceso y código abierto. Se generaron cuatro ortomosaicos compuestos por 52 ortofotos de 1.5 m/píxel (año 1995), 277 imágenes de Airbus Defence and Space de 1.14 m/píxel (año 2008), 1113 imágenes de GeoEye-1 y Birdseye de 0.28 m/pixel (año 2014 y 2022) (Fig. 2).
Digitalización de las imágenes
Las imágenes fueron digitalizadas a mano alzada a una escala promedio de 1:400, con las herramientas de edición avanzada de polígonos (Digitizing Tools > Freehand Editing) a partir de los ortomosaicos de cada periodo, utilizando el software Quantum GIS Lima v. 3.32 de código abierto (QGIS Development Team, 2023). A partir de la digitalización, se generó información relacionada con la superficie ocupada para las actividades de agricultura y plantaciones de Agave en las subcuencas en cada periodo.
Mediante la herramienta >Intersección, se realizó la integración de cada uno de los tipos de vegetación de la clasificación de INEGI (2021), con la información editada para cada periodo de agricultura y plantaciones de Agave. Para estimar la superficie ocupada por dichas actividades en cada uno de los ecosistemas presentes en las subcuencas se utilizó la herramienta >Calculadora de campos (Fig. 3).
Validación de la información
Para el cálculo de la concordancia y precisión de la clasificación de las imágenes satelitales de alta resolución se utilizó el módulo r.kappa en el software GRASS v. 7.6.0 (QGIS Development Team, 2023). Aquí se generó una matriz de error y se determinó el índice de Kappa, mediante la siguiente ecuación (Quezada et al., 2022):
Donde: Po = Concordancia observada, Pe = Concordancia esperada por azar, y 1 - Pe = Máxima concordancia potencial no correspondida a la casualidad.
El coeficiente de Kappa fue de 0.60, el cual se considera dentro de una concordancia moderada (Landis y Koch, 1977), lo cual se debe al alto grado de confusión en la clasificación automatizada de las imágenes, por la reflectancia, la exposición, el ruido y la nubosidad que presentan, motivo por el cual, se optó por realizar una clasificación supervisada de manera manual. La información se validó con los antecedentes de uso de suelo y recorridos en campo en la que se obtuvieron 80 puntos de control.
Análisis multitemporal
La determinación de los cambios (aumento o pérdida) de cobertura forestal y de uso de suelo se estimó mediante una tabulación cruzada entre cuatro períodos diferentes: 1995-2008, 2008-2014, 2014-2022 y 1995-2022, utilizando la ecuación desarrollada por la FAO (1996) y adaptada por Palacio-Prieto et al. (2004).
Donde: δn = Tasa de cambio expresada en porcentaje, S 1 = Superficie de la fecha 1, S 2 = Superficie de la fecha 2, n = Número de años entre las dos fechas
Con los datos obtenidos en la digitalización de las imágenes se calculó la tasa de deforestación anual, la cual consiste en comparar la cobertura del suelo de un mismo sitio en dos períodos de tiempo diferentes, para lo cual se utilizó la ecuación propuesta por Puyravaud (2003):
Donde: A 1 : Cobertura vegetal o uso de suelo en el tiempo inicial, A 2 : Cobertura vegetal o uso de suelo en el tiempo final, t 1 : Período inicial, y t 2 : Período final. Un valor “r” positivo indica aumento de la cobertura vegetal, mientras que un valor negativo demuestra una pérdida de cobertura.
Estimación de pérdida en captura de Carbono
Los ecosistemas forestales capturan los Gases de Efecto Invernadero (GEI) mediante la fotosíntesis que después se almacena como biomasa en los troncos, raíces y hojas de los árboles. Por ejemplo, un bosque de encino captura en promedio 70 Mg C ha-1 (Toneladas por hectárea), el bosque de encino-pino 128 Mg C ha-1, el bosque de pino 62 Mg C ha-1, el bosque de pino-encino 82 Mg C ha-1, el bosque mesófilo de montaña 280 Mg C ha-1, pastizal 30 Mg C ha-1, selva baja caducifolia 164 Mg C ha-1 y selva mediana caducifolia 210 Mg C ha-1 (Rodríguez-Laguna et al., 2009; Aguirre-Calderón y Jiménez-Pérez, 2011; Pimienta de la Torre et al., 2007; Montaño et al., 2016; Rodríguez-Larramendi et al., 2016; Casiano-Domínguez et al., 2018). Con base en dicha información, se estimó la afectación del servicio ecosistémico de captura de CO2, por la pérdida de los ecosistemas forestales en el área de estudio.
Resultados
La subcuenca Río Alto Tehuantepec alberga siete tipos de vegetación. La selva baja caducifolia tuvo la mayor pérdida de cobertura forestal, en un periodo de 27 años, con una reducción de 1.7% de la superficie que poseía en 1995. El bosque de pino-encino recuperó 0.91% (Fig. 4; Cuadro 1).

Figura 4: Uso del suelo y vegetación del área de estudio para los años: A. 1995; B. 2008; C. 2014, D. 2022.
Cuadro 1: Cobertura forestal de la subcuenca Río Alto Tehuantepec, Oaxaca, México. BE: bosque de encino, BEP: bosque de encino-pino, BP: bosque de pino, BPE: bosque de pino-encino, BMM: bosque mesófilo de montaña, P: pastizal, SBC: selva baja caducifolia.
| Tipo de vegetación | Año 1995 | Año 2008 | Año 2014 | Año 2022 | ||||
|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| ha | % | ha | % | ha | % | ha | % | |
| BE | 32,936.07 | 9.87 | 32,493.06 | 9.81 | 32,489.45 | 9.89 | 31,902.93 | 9.73 |
| BEP | 34,701.49 | 10.40 | 34,683.85 | 10.47 | 34,686.68 | 10.56 | 34,664.64 | 10.57 |
| BP | 14,060.58 | 4.21 | 13,833.64 | 4.18 | 13,981.12 | 4.26 | 14,137.85 | 4.31 |
| BPE | 111,047.43 | 33.27 | 110,646.92 | 33.40 | 111,045.00 | 33.80 | 112,088.10 | 34.19 |
| BMM | 7,771.39 | 2.33 | 7,710.21 | 2.33 | 7,701.81 | 2.34 | 7,687.22 | 2.34 |
| P | 2,964.13 | 0.89 | 2,917.05 | 0.88 | 2,890.89 | 0.88 | 2,861.36 | 0.87 |
| SBC | 130,302.82 | 39.04 | 128,979.57 | 38.94 | 125,712.41 | 38.27 | 124,482.17 | 37.97 |
| Total | 333,783.90 | 100.00 | 331,264.32 | 100.00 | 328,507.36 | 100.00 | 327,824.28 | 100.00 |
En la subcuenca Río Tequisistlán se distribuyen ochos tipos de vegetación, que en conjunto tuvieron una reducción de 3.84%, equivalentes a 8603 ha. El más afectado fue el bosque de pino (BP) con 0.34% de su cobertura existente en 1995 (Cuadro 2).
Cuadro 2: Cobertura forestal de la subcuenca Tequisistlán, Oaxaca, México. BE: bosque de encino, BEP: bosque de encino-pino, BP: bosque de pino, BPE: bosque de pino-encino, BMM: bosque mesófilo de montaña, P: pastizal, SBC: selva baja caducifolia.
| Tipo de vegetación | 1995 | 2008 | 2014 | 2022 | ||||
|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| ha | % | ha | % | ha | % | ha | % | |
| BE | 11,176.47 | 5.07 | 11,027.73 | 5.04 | 10,970.21 | 5.05 | 10,906.93 | 5.07 |
| BEP | 17,141.95 | 7.78 | 16,900.18 | 7.73 | 16,667.61 | 7.67 | 16,328.63 | 7.59 |
| BP | 22,872.26 | 10.37 | 22,303.42 | 10.20 | 21,974.95 | 10.11 | 21,579.07 | 10.03 |
| BPE | 71,744.64 | 32.54 | 71,699.67 | 32.78 | 71,607.38 | 32.94 | 71,327.54 | 33.16 |
| BMM | 706.23 | 0.32 | 674.03 | 0.31 | 671.23 | 0.31 | 661.81 | 0.31 |
| P | 722.76 | 0.33 | 713.54 | 0.33 | 689.17 | 0.32 | 596.36 | 0.28 |
| SBC | 95,369.95 | 43.26 | 94,779.09 | 43.33 | 94,324.52 | 43.39 | 93,371.32 | 43.41 |
| SMC | 738.88 | 0.34 | 651.92 | 0.30 | 505.23 | 0.23 | 301.14 | 0.14 |
| Total | 220,473.13 | 100.00 | 218,749.58 | 100.00 | 217,410.30 | 100.00 | 215,072.80 | 100.00 |
En la subcuenca Río Alto Tehuantepec, durante 1995-2008, el ecosistema que presentó mayor tasa de pérdida de cobertura forestal fue el BP con 17.35%, mientras que la mayor recuperación fue la SBC con una tasa de -4.26%. Sin embargo, en 2008-2014 la mayor pérdida se registró en la SBC con una tasa de 7.61% y la mayor recuperación fue en el BP con un valor de -3.69%. Durante 2014-2022 el valor más alto de pérdida se registró en el BE con 5.54% y la mayor recuperación se manifestó en BPE con una tasa de -2.29% (Fig. 5A).

Figura 5: Tasa de cambio en la subcuenca Río Alto Tehuantepec (A) y Río Tequisistlán (B) en Oaxaca, México. BE: bosque de encino, BEP: bosque de encino-pino, BP: bosque de pino, BPE: bosque de pino-encino, BMM: bosque mesófilo de montaña, P: pastizal, SBC: selva baja caducifolia.
En la subcuenca Tequisistlán la mayor recuperación se registró en el BPE con un valor de -12.47% para el periodo 2008-2014 y en BE con tasa de cambio de -12.91% para 2014-2022, mientras que la mayor pérdida se registró en el pastizal con una tasa de 19.73% en 2014-2022 (Fig. 5B).
La tasa de cambio acumulada del periodo 1995-2022 en la subcuenca Río Alto Tehuantepec indica que el BP presentó con 8.82%. Por otro lado, en la subcuenca Río Tequisistlán el valor más alto de cambio se registró en el pastizal con 11.77% (Fig. 6). En 27 años las subcuencas perdieron 34,953 ha de ecosistemas forestales. Las coberturas más afectadas por su extensión fueron la SBC con 52.91% (18,494 ha), seguida del BPE con 17.92% (5951 ha) y el BE con 13.20% (4616 ha).

Figura 6: Tasa de cambio acumulada de las plantaciones de Agave L., y agricultura en las subcuencas evaluadas. BE: bosque de encino, BEP: bosque de encino-pino, BP: bosque de pino, BPE: bosque de pino-encino, BMM: bosque mesófilo de montaña, P: pastizal, SBC: selva baja caducifolia. Línea roja = subcuenca Río Alto Tehuantepec y línea azul = Río Tequisistlán.
La superficie ocupada por la agricultura en 1995 era de 18,704 ha, y en 2022 disminuyó 29% (13,273 ha). La extensión del cultivo de Agave se incrementó más del 400% en 27 años. En 1995 las plantaciones de Agave eran de 4889 ha y en el 2022 ocuparon una extensión de 21,679 ha (Cuadro 3).
Cuadro 3: Pérdida de cobertura forestal registrada durante un periodo de 27 años (1995-2022) en las cuencas analizadas en el estado de Oaxaca, México. BE: bosque de encino, BEP: bosque de encino-pino, BP: bosque de pino, BPE: bosque de pino-encino, BMM: bosque mesófilo de montaña, P: pastizal, SBC: selva baja caducifolia.
| Tipo de vegetación | Río Alto Tehuantepec | Río Tequisistlán | Suma (ha) | ||||
|---|---|---|---|---|---|---|---|
| Agricultura (ha) | Plantaciones de Agave (ha) | Agricultura (ha) | Plantaciones de Agave (ha) | ||||
| BE | 1753.59 | 2033.72 | 53.23 | 775.56 | 4616.09 | ||
| BEP | 395.05 | 220.51 | 768.02 | 110.32 | 1493.90 | ||
| BP | 607.62 | 531.60 | 1441.22 | 53.56 | 2633.99 | ||
| BPE | 3240.50 | 1733.91 | 100.00 | 876.80 | 5951.20 | ||
| BMM | 465.35 | 0.00 | 44.43 | 0.00 | 509.77 | ||
| P | 225.09 | 314.15 | 38.66 | 103.36 | 681.26 | ||
| SBC | 2564.00 | 12,265.19 | 1540.88 | 2124.71 | 18,494.78 | ||
| SMC | 0.00 | 0.00 | 36.33 | 536.33 | 572.65 | ||
| Suma total | 9251.19 | 17,099.07 | 4022.74 | 4580.64 | 34,953.64 | ||
La mayor tasa de deforestación anual se registró en la subcuenca Río Tequisistlán para el periodo evaluado (1995-2022) con un valor de 11.12 para el pastizal, seguida del BEP con 10.51, mientras que en la subcuenca Río Alto Tehuantepec, el BP presentó un valor de 8.46 y el BPE con 7.23. La mayor recuperación se presentó en la subcuenca Río Tequisistlán en el BE con una tasa de -7.72 (Cuadro 4).
Cuadro 4: Tasa de deforestación anual del periodo 1995-2022 en las cuencas analizadas en el estado de Oaxaca, México.
| Tipo de vegetación | Río Alto Tehuantepec | Río Tequisistlán | ||
|---|---|---|---|---|
| Agricultura | Agave L. | Agricultura | Agave L. | |
| Bosque de encino | -1.07 | 5.90 | -7.72 | 6.57 |
| Bosque de encino-pino | -0.96 | 4.41 | 10.51 | 6.31 |
| Bosque de pino | -2.40 | 8.46 | 7.37 | 9.03 |
| Bosque de pino-encino | -2.14 | 7.23 | -5.47 | 7.30 |
| Bosque mesófilo de montaña | 0.74 | 0.00 | 0.00 | 0.00 |
| pastizal | -2.05 | 7.18 | 4.83 | 11.12 |
| Selva baja caducifolia | -2.96 | 4.86 | 0.60 | 6.61 |
| Selva mediana caducifolia | 0.00 | 0.00 | 3.30 | 5.55 |
Con la pérdida de cobertura forestal, se afecta la capacidad de captura de 4,482,226 Mg C/año, principalmente por la afectación de la SBC que representa el 67.67%. La subcuenca con mayor afectación por el aumento de plantaciones de Agave es el Río Alto Tehuantepec, debido a que representa el 75.38 % de cambio de uso del suelo (Cuadro 5).
Cuadro 5: Pérdida del potencial de captura de Carbono en las subcuencas analizadas en Oaxaca
| Tipo de vegetación | Río Alto Tehuantepec | Río Tequisistlán | Suma | ||
|---|---|---|---|---|---|
| Sup. (ha) | Mg C | Sup. (ha) | Mg C | ||
| Bosque de encino | 3787.31 | 265,111.43 | 828.78 | 58,014.61 | 323,126.04 |
| Bosque de encino-pino | 615.56 | 78,791.42 | 878.34 | 112,427.35 | 191,218.77 |
| Bosque de pino | 1139.22 | 70,631.36 | 1494.77 | 92,675.95 | 163,307.31 |
| Bosque de pino-encino | 4974.41 | 407,901.30 | 976.80 | 80,097.30 | 487,998.60 |
| Bosque mesófilo de montaña | 465.35 | 130,297.40 | 44.43 | 12,439.38 | 142,736.78 |
| pastizal | 539.24 | 16,177.17 | 142.02 | 4260.61 | 20,437.78 |
| Selva baja caducifolia | 14,829.19 | 2,431,987.62 | 3665.59 | 601,156.95 | 3,033,144.57 |
| Selva mediana caducifolia | 0.00 | 0.00 | 572.65 | 120,256.81 | 120,256.81 |
| Total | 26,350.27 | 3,400,897.69 | 8603.38 | 1,081,328.96 | 4,482,226.65 |
Discusión
Con base en los resultados se evidencia que durante 27 años (1995-2022) las subcuencas perdieron 34,953 ha de ecosistemas forestales, debido principalmente al establecimiento de plantaciones de Agave, siendo la selva baja caducifolia uno de los ecosistemas más afectados. García-Mendoza (2002) y Lira et al. (2022) mencionan que durante 1993-2001 se registró un incremento en las plantaciones de Agave de 6% a 14% y durante 2013-2019 fue de 14 al 22%, principalmente en la selva baja caducifolia y bosque de pino-encino, siendo el mercado mundial quien ha ejercido cierta presión por la demanda de la bebida, teniendo un impacto directo en dichos ecosistemas por el cambio de uso del suelo. Sin embargo, estos valores son inferiores a los resultados obtenidos en presente estudio, en donde se demuestra un incremento de más de 400% para las subcuencas evaluadas en 27 años.
Con base en lo anterior, De Fries et al. (2010) señalan que existe una correlación positiva de la deforestación con el crecimiento de la población urbana y las exportaciones de productos agrícolas. Además, la disminución de áreas agrícolas en las subcuencas es un problema alarmante, debido al ritmo acelerado del crecimiento poblacional, el cual demanda una mayor cantidad de alimentos, situación que desencadenaría una crisis alimentaria principalmente en las comunidades de mayor marginación de esta región y de la región Mixteca Alta Oaxaqueña (Sandoval-García et al., 2021b).
Así mismo, Vega-Vera y Pérez Akaki (2017) mencionan que Oaxaca es el principal productor de mezcal con 97.3%. Además, es el estado donde se distribuye el mayor número de agaves, lo cual ha provocado un incremento en la superficie de plantaciones. Sin embargo, todo esto se da a expensa de los ecosistemas forestales, siendo la selva baja caducifolia la más afectada con el cambio de uso de suelo.
Martínez-Jiménez et al. (2019) señalan que los agaves tienen altos rendimientos y demanda en el mercado. Sin embargo, al establecerse como monocultivos, alteran el equilibrio natural de los suelos, disminuyen la diversidad biológica, tienen un efecto negativo en ciclo reproductivo de los polinizadores, además de que pueden propiciar la presencia de ciertas plagas y enfermedades para las especies nativas.
La selva baja caducifolia presenta una alta biodiversidad y endemismo. Sin embargo, ha sido uno de los ecosistemas que mayor cobertura ha perdido en las últimas décadas tal como lo mencionan Trejo y Dirzo (2000). En este estudio realizado a nivel nacional indican que solo el 27% de la cobertura original se mantuvo intacta (1973-1989) y a nivel local cerca del 60 % de la vegetación original se perdió, a una tasa anual de deforestación de 1.4%.
Meave et al. (2012) concluyen que la selva baja caducifolia es amenazada por la expansión agrícola y ganadera, así como al desarrollo de cultivos comerciales a gran escala. Esto coincide con los resultados encontrados en el presente estudio, destacando la expansión de la superficie para plantaciones de Agave.
Conclusiones
Los resultados obtenidos muestran un incremento sustancial en la superficie de plantaciones de Agave, por lo cual se acepta la hipótesis planteada, siendo la subcuenca Río Alto Tehuantepec la más afectada, principalmente por la pérdida de cobertura forestal de la selva baja caducifolia, el bosque de pino-encino y el bosque de encino.
La agricultura, por el contrario, ha presentado una reducción en la superficie que, ocupada en el año 1995, situación que puede llegar a generar en lo futuro problemas de desabasto de granos básicos, ya que están siendo remplazadas por plantaciones de Agave para la producción de mezcal.
Los cambios de uso del suelo principalmente por el incremento de plantaciones de Agave en las subcuencas evaluadas afectan la funcionalidad de sus ecosistemas, generando problemas ambientales, como aumento de la temperatura a nivel local, pérdida de biodiversidad de flora y fauna, aumento en la escorrentía superficial, disminución de la capacidad de infiltración, erosión del suelo, pérdida de fertilidad y reducción en la recarga de los mantos acuíferos.
Es importante que los actores claves como las autoridades agrarias, municipales, organizaciones nacionales e internacionales que inciden en estos territorios, realicen una gestión sustentable del uso optimo del suelo, prioricen áreas estratégicas para restauración ecológica e implementen un manejo integrado a nivel de regional.










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