INTRODUCCIÓN
En la actualidad existe una nueva arquitectura en los campos relacionados con las maneras en las que la ciudadanía accede a la información tendiente a formar opinión pública, informarse sobre el desarrollo de los asuntos públicos y, en general, a estar atentos sobre los temas políticos y su vinculación con los procesos sociales. La ciudadanía, en este nuevo contexto, tiene múltiples ventajas para acceder a la información y llevar a cabo procesos participativos. Lo anterior mediante su interrelación con los distintos niveles de gobierno, así como con otros actores involucrados en la forma con la que se atiende un asunto social, económico o político específico. Ese proceso de información y participación puede arrojar mayores niveles de participación ciudadana bajo una óptica de la gobernanza y el gobierno abierto.
Inclusive en estos análisis ha surgido un nuevo tipo de ciudadano -en muchos estudios bajo el entendimiento de ciudanía diferenciada- conocido como ciudadano digital. Este hace referencia al individuo que utiliza, de modo más o menos frecuente, las tecnologías digitales, principalmente de acceso a contenidos y bases de datos, para informarse y realizar sus procesos participativos y de vinculación con la acción colectiva.
Aunado a todas estas ventajas, que sin lugar a duda ofrecen espacios útiles de acceso, consulta, enriquecimiento y difusión de información que de otro modo serían muy difíciles de obtener por la ciudadanía, también permiten la apertura de novedosos canales de interacción en los que el debate, la deliberación y el intercambio de ideas pueden favorecer la obtención de un panorama más completo de los asuntos públicos. A la par de esto, también posibilitan el contacto y la vinculación con los diversos entes de gobierno y con ello contribuir, mediante la participación, en cómo los problemas sociales deben ser atendidos. Sin embargo, al tiempo de todas estas ventajas en el acceso e intercambio de información por las tecnologías digitales, también van gestándose o reproduciéndose ciertas problemáticas donde el análisis resulta fundamental. Lo anterior con el objetivo de conocerlas a la luz del propio desarrollo tecnológico y, en la medida de lo posible, intentar disminuirlas. En este sentido, son muchas las problemáticas existentes y los riesgos que se corren a través de la obtención de la información por vía de los canales digitales. El presente trabajo retoma tres de ellos, los cuales se consideran poco abordados. Estos son la ampliación del arraigamiento ideológico a través de la información consultada en las redes sociales digitales; la pérdida de los vínculos débiles por la cerrazón de ideas en las redes; y la alienación política y la teoría del contagio social en redes.
El objetivo del trabajo es el de contemplar, desde el punto de vista de los Estudios de la Información, algunas de las problemáticas que están surgiendo, o bien, que están profundizándose con la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación, especialmente con las redes sociales digitales como los principales medios para el acceso, la consulta, el enriquecimiento y la propagación de información, así como su impacto en cómo se construye la opinión pública y cómo sucede la participación ciudadana. A este respecto no se pretende ser exhaustivo en el análisis de las fenomenologías, sino incluir en los debates académicos algunas cuestiones poco abordadas en los estudios existentes.
El trabajo parte del supuesto de que, si bien los aportes y las ventajas de la información a las que puede accederse por medio de las tecnologías de la información y la comunicación son muy amplias y brindan novedosos mecanismos de interacción con la misma información y con la vinculación con otros actores en el tratamiento de un asunto colectivo, también existen problemáticas puntuales que deben valorarse, como la dependencia de la trayectoria, el arraigamiento, la alienación política, el contagio social en red y la pérdida de vínculos débiles, con el objeto de generar novedosas estrategias y acciones que apunten a revertirlas. Estas impactarán, positivamente, en la información que sustenta a la opinión pública y la participación ciudadana.
En este contexto es pertinente utilizar un método deductivo-documental, partiendo principalmente de tres conceptos básicos: información, redes sociales digitales y formación de opinión pública ciudadana. A través de una consulta de fuentes bibliográficas pretende realizarse un acercamiento a estas nociones, así como a algunos conceptos vinculados a su tratamiento, como la dependencia de la trayectoria, el arraigamiento, la alienación política, el contagio social en red, el capital social y la importancia de los vínculos débiles en las redes sociales. La selección de las fuentes consultadas obedeció principalmente a tres criterios: a la consulta de bibliografía canónica dentro de la temática en los campos de conocimiento originales; a la utilización de trabajos que aportaron al desarrollo conceptual de los temas; y finalmente, a aquella bibliografía donde hay un paralelismo entre el desarrollo de los temas y su vinculación con los Estudios de la Información.
El trabajo está dividido en tres apartados generales. Primero se analiza el planteamiento de path dependence y su posibilidad de generar en los individuos un arraigamiento a las ideas y posiciones críticas inhabilitándoles el enriquecimiento de sus perspectivas. Después, se trata la temática general del capital social y la importancia de los vínculos débiles en el desarrollo social, así como el riesgo implicado en sus pérdidas por lo cerradas que las redes sociales digitales son. En tercer lugar, se desarrolla el tema de una posible alienación política que podría generar comportamientos ciudadanos alejados de las realidades y los beneficios colectivos. Posteriormente, se expone un apartado de discusión sobre esos temas. El trabajo concluye con algunas reflexiones y brinda derroteros para futuros análisis.
FACTORES QUE DIFICULTAN EL ENRIQUECIMIENTO DE LA OPINIÓN PÚBLICA
Si bien, en el papel, la información obtenida por medio de los canales digitales, y específicamente desde las redes sociales digitales, puede contribuir al enriquecimiento de las perspectivas en torno a los asuntos públicos, también existen elementos que resultan contrarios a estas ideas. En este sentido, debe ampliarse en conceptos como path dependence y embeddedness, que están relacionados al arraigamiento e incrustamiento de las formas de pensar o actuar que pueden imposibilitar llevar a cabo procesos de innovación y de enriquecimiento de perspectivas (Ramos Chávez, 2022). Esto, de cierta forma, contrasta con las ventajas asociadas al enriquecimiento de la información y la pluralidad de perspectivas que el acceso a la información por los medios digitales brinda.
La mayoría de los estudios sobre el concepto path dependence, traducido en los trabajos académicos como ‘dependencia del camino’ o ‘dependencia de la trayectoria’, lo han analizado desde el punto de vista de la rigidez institucional, que tiene origen en la idea de que las circunstancias y decisiones pasadas tienen más peso e influencia que las necesidades y situaciones del presente (Bleakley y Lin, 2012; Mahoney y Schensul, 2006; Martin y Sunley, 2006). En este artículo es oportuno destacar los elementos conductuales de los individuos en su plano social, es decir, desde un punto de vista de la acción colectiva para el mejoramiento de la calidad democrática (Alexander, 2001).
Para el tratamiento del concepto path dependence es pertinente subrayar algunas cuestiones que se han desprendido de su análisis, con el fin de tener un contexto más amplio al incluir los elementos de la información y de la acción ciudadana. En buena parte de los estudios canónicos que han desarrollado esta noción destaca cómo las experiencias, los conocimientos y el entendimiento del pasado influyen fuertemente en la toma de decisiones institucionales y, para los intereses de este trabajo, esto también puede verse desde el ámbito de las personas y los colectivos en temas políticos (Bleakley y Lin, 2012; Martin y Sunley, 2006; Pierson, 2000). Por otro lado, un elemento reiterativo en esos análisis es la importancia de las decisiones voluntarias, así como del comportamiento que incremente los beneficios individuales (Liebowitz y Margolis, 1995). En otras palabras, lo que resalta en estas teorías son las intenciones personales o grupales que buscan incidir en la conservación de sus privilegios, tanto en un aspecto económico como relacional, con los que se contaron en el pasado, aunque estos contravengan un cambio positivo a nivel institucional o social.
Por path dependence podría entendérsele a la influencia del pensamiento construido previo al entendimiento del contexto, del fondo de las situaciones y de los procesos, es decir, a la preconcepción que tenemos sobre el estado de los asuntos.
En este marco, el tema se complejiza cuando tal forma de entender los temas nos impide asimilar nueva información que nos permita enriquecer su conocimiento o, inclusive, mejorar el entendimiento de los asuntos, las cosas o los procesos.
Desde esta perspectiva, la posibilidad de un cambio está profundamente supeditada al conjunto de preconcepciones de las personas, así como de sus posiciones personales o grupales que intentarán conservar sus privilegios. Un elemento más por recalcar en la idea general de path dependence -esta vez desde una perspectiva sociológica- es la relevancia de las sucesiones históricas y los acontecimientos contingentes que pueden fundamentar los patrones de comportamiento personales, institucionales o colectivos en situaciones determinantes (Mahoney, 2000). En otras palabras, se sostiene que las percepciones e ideas que nos han formado difícilmente podrán ser cambiadas por otras nuevas, aunque estas últimas perspectivas enriquezcan nuestra visión y entendimiento de los asuntos.
Otro tema que resulta interesante en los análisis es desde la noción de embeddedness, especialmente desde los postulados de Granovetter (1985), aunque no exclusivamente, pues su estudio también se desprende del tema del desempeño institucional y colectivo, así como de la fuerte importancia de las relaciones sociales en ese mismo desempeño (Feldman y Ng, 2007; Whiteman y Cooper, 2000). El término embeddedness, traducido como ‘arraigamiento’ o ‘incrustación’, tiene que ver con cómo los comportamientos institucionales y personales son notablemente condicionados por el sentido de pertenencia a una comunidad determinada, produciendo con ello idearios y conductas profundamente arraigados. Este fenómeno, analizado desde una perspectiva no virtual, se ve potenciado si se examinan los comportamientos y el pensamiento de los miembros de las comunidades virtuales en las que los ciudadanos participan.
En las discusiones sobre sociedad y estructura, embeddedness se posiciona como una teoría sobre cómo el comportamiento personal e institucional es afectado por las relaciones sociales. En esta perspectiva, gran parte de los comportamientos está estrechamente consolidado en sólidas redes de relaciones interpersonales. Estas relaciones y conductas pueden evitar el entendimiento extrapolado de baja o sobresocialización de la acción humana.
A partir del estudio de los conceptos embeddedness y path dependence puede entenderse a la información en dos diferentes niveles de análisis en cuanto a las formas en las que el comportamiento ciudadano impacta en el afianzamiento de los principios democráticos. Un primer elemento es entender a la información en general -y a la información gubernamental específicamente- como un pilar esencial en la construcción de opinión pública, pues con base en información suficiente y fidedigna los ciudadanos estarán en mejores condiciones para tomar decisiones públicas. Esto es, decisiones que van desde la elección de autoridades, hasta su participación directa en la gestión de la política pública. Por otro lado, entendiendo a la deliberación como el principio activo de la democracia, la información es un elemento clave en la calidad de los propios procesos participativos y deliberativos, pues sienta las bases que estructurarán el propio proceso argumentativo de los individuos. Sin información, los argumentos podrían construirse sin conocimiento de causa de los asuntos, o bien, estar mal cimentados, por lo que su impacto será menor o nulo.
Tomando en cuenta la importancia de la información en el desarrollo de los asuntos públicos y, en general, en la calidad democrática de las naciones, podemos notar el riesgo de que las ideologías, posicionamientos y acciones ciudadanos estén fuertemente arraigados en puntos de vista y comportamientos guiados por la idea de path dependence, en lugar de establecerse con información relevante consultable a través de los medios digitales. Esta problemática incrementa aún más, si tenemos presente el encierro de ideas o las posturas clausuradas a opiniones diversas sobre las que las redes sociales suelen constituirse. En este punto, en las redes sociales digitales nosotros mismos construimos nuestra red, muchas veces lo más apegada a nuestras formas de pensar y actuar, por lo que también existe el riesgo de excluir puntos de vista enriquecedores y diferenciados por la eliminación de contactos que, en principio, nos parezcan ajenos a nuestras idiosincrasias. Este fenómeno será abordado en el siguiente apartado del trabajo.
LA PÉRDIDA DE VÍNCULOS DÉBILES EN LA UTILIZACIÓN DE LAS REDES SOCIALES DIGITALES
En la teoría de redes destacan dos tipos de vínculos o lazos que forman el conjunto de nodos relacionales de una persona u organización. En este trabajo se hará referencia preferentemente a las personas en el análisis. Los vínculos fuertes configuran una red densa de relaciones con los que el individuo tiene una estrecha relación. En muchas ocasiones estos son la familia, los mejores amigos, los vecinos o los vínculos más directos. Por otra parte, los vínculos débiles integran una red menos densa, pero que es de suma importancia para conocer la estructura relacional amplia de los sujetos.
En este sentido, otro riesgo en la obtención de información en línea es la posibile pérdida de los vínculos débiles debido a lo cerrado de las redes sociales digitales. En los estudios clásicos sobre el capital social (Ostrom y Ahn, 2003; Putnam, 1995), se resaltan las relaciones y los vínculos provechosos, basados en aspectos como la reciprocidad, la confianza, el respeto institucional y el compromiso cívico que hacen, partiendo de lo individual, un mejor funcionamiento colectivo. Cabe aclarar aquí que este capital no es sinónimo del capital relacional, vinculado directamente con la red de contactos de la cual echar mano en un momento donde se necesite ayuda o apoyo de carácter meramente individual. Más bien, el capital social refiere al desempeño colectivo producido por esa misma dependencia en red y que es proclive a generar mayores niveles de bienestar social.
Como un elemento anterior a este análisis conviene tomar en consideración los aportes de la teoría de los campos de Bourdieu (2011) donde la indagación en torno al capital o los capitales no se circunscribe con exclusividad al análisis monetario o vinculado a la riqueza meramente económica. Por el contrario, en la vida de un individuo existirán diversos escenarios o ‘campos’ donde este ingresará para, a partir de sus conocimientos, aptitudes y destrezas -o capitales-, intentar sumar beneficios a algún campo particular, como podría ser el cultural, el simbólico, el monetario, el relacional, el formativo, el social, entre muchos otros.
En este escenario, y vinculando el análisis en el plano del capital social, hay autores que han destacado la importancia de los vínculos débiles en el desarrollo personal y colectivo de los individuos y para la superación de problemáticas sociales específicas (Granovetter, 1973; Ruef, 2002; Wilson, 1998). Para comprender esta postura hay que definir brevemente los vínculos fuertes y los vínculos débiles. Los vínculos fuertes son las relaciones y contactos más cercanos y con los que mayor grado de confianza y reciprocidad existe, como las redes familiares, de vecinos o de amistad. Por otro lado, los vínculos débiles refieren a los contactos y redes que, no siendo muy cercanos a los individuos, como lo son por ejemplo los conocidos, las amistades lejanas, las redes laborales, entre otros, son de mucha utilidad al intentar salir de alguna dificultad.
Esa utilidad e importancia de los vínculos débiles recae en que estos, a diferencia de los fuertes, no necesariamente experimentan una situación económica, cultural o política similar a la del sujeto. Por tanto, la ayuda que los vínculos débiles brindan en la resolución de una situación o problema puede ser más significativa que la de los vínculos fuertes y cercanos que, por lo general, se encuentran en las mismas, o parecidas, situaciones de precariedad o de desarrollo que las del afectado.
En este punto, aunque ya hay algunos trabajos que exploran el tema de los vínculos débiles y el desarrollo tecnológico (Aral, 2016; Fatta et al., 2017), no hay muchos que destaquen la importancia de los intercambios de información entre los distintos tipos de vínculos, así como su peso en la formación de opinión pública y la capacidad de participación ciudadana. Mayor relevancia adquiere este análisis, si reconocemos lo cerradas que las redes sociales digitales pueden ser, con la preferencia de contactos y los vínculos más cercanos o fuertes al sujeto.
En este sentido, una característica particular de las redes sociales digitales, a diferencia de una comunidad tradicional o física, es que el individuo decide quien sí y quién no está en su red. Bauman (2016) fue muy claro en esta crítica, al argumentar que:
La diferencia entre la comunidad y la red es que tú perteneces a la comunidad, pero la red te pertenece a ti. Puedes añadir amigos y puedes borrarlos, controlas a la gente con la que te relacionas. La gente se siente un poco mejor porque la soledad es la gran amenaza en estos tiempos de individualización. Pero en las redes es tan fácil añadir amigos o borrarlos que no necesitas habilidades sociales.
Esta habilidad social también implica un acceso y enriquecimiento de los puntos de vista, las percepciones y la información conferidos por la pertenencia a una comunidad. Mientras que en las redes sociales digitales las ideas destinan al encierro y a la clausura de lo distinto. El alejamiento de los vínculos débiles que podrían dejarte una información más plural está siendo suplantada por un mayor acercamiento a los vínculos fuertes, en los que existe una reafirmación de las posturas y de la información. Tan herméticos han llegado a ser esos espacios, que se están asemejando más a cámaras de eco, espacios reverberantes o silos de información, en donde todos los integrantes repiten y refuerzan sus mismos ideales.
Con el alejamiento de los vínculos débiles, y por ende de la pluralidad y el enriquecimiento de información que podría obtenerse de ellos, también está suscitándose un fenómeno en donde la verdad resulta indiferente. Lo que importa más en la actualidad es que la red social digital nos proporcione aquella versión de la realidad que refuerce y coincida con nuestras formas de pensar, así como con nuestras visiones, anhelos y aspiraciones.
ALIENACIÓN POLÍTICA EN LA CONSULTA DE INFORMACIÓN EN LÍNEA
Finalmente, y tomando en cuenta lo expuesto, es pertinente reflexionar sobre la construcción de opinión pública y participación política con base en información no apegada a fuentes verificables, confiables, oportunas o, en el peor de los casos, a informarnos directamente de fuentes falsas o tendenciosas. Esto impactaría directamente en las percepciones sobre la política, pudiendo mermar la participación ciudadana. En este sentido, diversos fenómenos pueden analizarse para dar cuenta de esta cuestión. Desde los más manidos, como las noticias falsas (Bakir y McStay, 2018; Lazer et al., 2018), la posverdad (Keyes, 2004; Kreitner, 2016), la saturación informativa (Trabado Cabado, 2004; Elenbaas et al., 2012), y sus derivados, como la infoxicación (Castro Leyton, 2016), la infobesidad (Conner-Gaten, Masunaga y Acosta, 2020) y la sobrecarga informativa (Dias, 2014), hasta algunos otros en los que convendría profundizar, pues aún no están lo suficientemente estudiados desde la óptica de los Estudios de la Información.
Concretamente, es pertinente el análisis de la alienación política (Citrin et al., 1975; Finifter, 1970; Olsen, 1969) y la teoría del contagio social en redes (Scherer y Cho, 2003), que se intensifica con la utilización de las redes sociales digitales como los principales medios para la obtención de información y en la construcción de opinión pública y participación política.
En relación con eso, cada vez es más común encontrarnos con ejemplos donde las autoridades y los gobiernos emplean las herramientas digitales para intentar influir en las percepciones de la ciudadanía. Esta manipulación gubernamental sucede principalmente con la presentación de información tendenciosa, fragmentada o plenamente falsa, que afecta tanto a la formación de opinión pública, como en el comportamiento ciudadano. El cambio de modelo en cuanto a la obtención de información para la formación de opinión pública, esto es, de uno vertical de los medios masivos de información a uno más horizontal con no solo la capacidad de consulta sino de interacción y enriquecimiento de la misma información ofrecida por las tecnologías digitales, no resulta libre de los riesgos relacionados con la imparcialidad o la fiabilidad de la información.
Si bien esta intención de manipulación de los gobiernos hacia la ciudadanía no es un fenómeno asociado exclusivamente al desarrollo tecnológico, pues este es de larga data, sí se ha extendido y adquirido nuevas manifestaciones y mayor incidencia en cómo la ciudadanía entiende los asuntos públicos. Es decir, existe una agudización de los impactos de la manipulación al intentar promover antiguas estrategias mediante la utilización de nuevas tecnologías. Al respecto, Berghel (2018) ha argüido que:
La manipulación de los votantes persuasivos para influir en las elecciones (y la mayoría de las otras decisiones humanas importantes para el caso) es atemporal. Es solo otra forma de abuso, en este caso, de nuestro espacio de información. El abuso físico, el abuso mental, el abuso verbal, el abuso digital (correo electrónico, correo no deseado, ataques de suplantación de identidad, etc.) tienen raíces maquiavélicas similares: el deseo de imponer la voluntad o las creencias de los demás. En el caso de la propaganda computacional, la práctica implica el uso de medios digitales y otros recursos en línea para promover la propaganda que es eficiente y desapercibida (la propaganda no será reconocida como tal). No es inusual que dicha propaganda se obtenga de una variedad de fuentes secretas a través de excavación profunda, soborno o atrapamiento, pero se basa más comúnmente en información falsa, engañosa o en las mentiras (86).
A partir de estas reflexiones podemos notar que, si bien el problema de la manipulación y la alienación de la percepción ciudadana no es un fenómeno nuevo, la obtención de información a través de las nuevas tecnologías, y concretamente a través de las redes sociales digitales, ha amplificado el impacto de este problema, por lo que se torna fundamental considerarlo para intentar aminorar sus consecuencias.
Un tema asociado a estas discusiones es el del contagio social en red (Scherer y Cho, 2003). El análisis del contagio social en red parte de la premisa de que las percepciones sobre el riesgo se han abordado especial y exclusivamente en entender los riesgos como mecanismos cognitivos que se recopilan, procesan y de los que se forman percepciones individuales, es decir, como unidades atomizadas desvinculadas de un sistema social. Sin embargo, esta perspectiva no permite explicar cómo puede generarse una percepción del riesgo de una determinada comunidad en su conjunto y cómo esa misma percepción varía entre diferentes comunidades.
Por tanto, la teoría del contagio en red “surge en gran medida de estudios de redes sociales organizacionales y comunitarias; sugiere que son los aspectos relacionales de los individuos y las redes y sistemas autoorganizados resultantes los que influyen en las percepciones y construyen grupos o comunidades de individuos con ideas afines” (Scherer y Cho, 2003: 261). Al igual que en el análisis de la alienación política, el uso de las tecnologías ha profundizado y expandido el impacto y rapidez con los que el contagio social en red emerge y se extiende. En este sentido, existen muchos ejemplos de cómo el uso de las redes sociales digitales ha producido contagios sociales veloces, no solo en la generación de formas de pensar dirigidas a una comunidad, sino también en los modos de actuar frente a una situación particular.
DISCUSIÓN
Sin duda, la posibilidad de acceso a una pluralidad mayúscula de información y contactos suscitada en la utilización de las herramientas tecnológicas y, específicamente, a través de las redes sociales digitales son muy amplias y podrían repercutir en cómo se construye la opinión pública y en la toma de decisiones colectivas.
Un primer elemento por considerar es la riqueza y la pluralidad de perspectivas, ideas, visiones y opiniones contenidas en Internet y en las redes sociales digitales. Esta vasta información podría, en un primer momento, enriquecer las perspectivas personales y las formas en las que entendemos la política y cómo son tratados los asuntos públicos. Siguiendo este orden de ideas sería lógico que con esa posibilidad de acceso y comprensión de nuevas maneras de ver y entender los asuntos podrían ampliarse nuestros horizontes de análisis y modificar, para bien, las preconcepciones que teníamos sobre esos temas. No obstante, con fenómenos como el de la dependencia de la trayectoria o path dependence, muchas veces se opta por seguir las percepciones previas sobre los asuntos, aunque parcialmente seamos conscientes de que nuestro actuar o pensar no sea para alcanzar un desarrollo colectivo. En este escenario podría ubicarse a la tradición, al conservadurismo e incluso a los beneficios directos personales o grupales que impiden el cambio o enriquecimiento de las perspectivas políticas, ciudadanas y sociales.
Este primer elemento es reforzado aún más en un entorno de pérdida de la importancia y peso de los vínculos débiles que, en teoría del capital relacional, serían aquellos que enriquecerían nuestros conocimientos, perspectivas y posibilidades de acción ante los asuntos públicos y nuestras propias circunstancias. Al decidir a quién ‘seguimos’ y quiénes ‘nos siguen’ en las redes sociales digitales, puede caerse en una cámara de resonancia o de eco donde se repitan y reafirmen nuestras percepciones y, lo que es aún más grave, nuestros comportamientos y acciones frente al devenir de los asuntos de interés colectivo.
Asimismo, al estar más enfrascados en la construcción de opinión pública casi con exclusividad en la información que consultamos, creamos y compartimos a través de las redes sociales digitales, también somos expuestos cada vez más a caer en dinámicas de manipulación y alienación que intenten guiar cómo entendemos y nos comportamos frente a los asuntos públicos.
Con el análisis de estas posibilidades y problemáticas, que han sido esquematizadas en la Figura 1, nos damos cuenta de la necesidad de ahondar en el estudio de estos fenómenos, pues se relacionan con un sinfín de cuestiones, como el cambio climático, el tratamiento de pandemias, la desigualdad e inclusión social, los nuevos procesos de flujos migratorios e inclusive con el desarrollo de los acontecimientos bélicos. Fenómenos, todos, que requieren de un amplio conocimiento que nos permita apoyar o frenar las políticas y cómo los gobiernos las encauzan.
CONCLUSIONES
El desarrollo y la apropiación social de las tecnologías han traído nuevas formas con las que los ciudadanos pueden estar más y mejor informados sobre los asuntos de interés colectivo. Se han derribado viejos obstáculos que impedían a muchas comunidades tanto el acceso a la información, como la visibilización y atención de sus demandas y problemas. De igual forma, estas herramientas tecnológicas han permitido mejorar el contacto entre los diversos actores interesados en la deliberación de un tema público, así como el encuentro entre esos mismos actores con el gobierno.
A la par de esas y muchas otras ventajas que ha traído el desarrollo tecnológico, es necesario tener presentes los aspectos adversos emparejados con ese desarrollo. En tal sentido, este trabajo contempló tres elementos que podrán ser la base de los estudios a futuro sobre algunas de esas problemáticas por considerar en el análisis. Temas como el de la dependencia de la trayectoria, la pérdida de los vínculos débiles y la posibilidad de la profundización de la alienación política toman relevancia en el estudio de la obtención de información a través de las tecnologías, pues pueden generar comportamientos, creencias y actitudes ciudadanos que, más que sumar, resten elementos tanto a la calidad democrática, como al desarrollo social de las naciones.
Una vez revisadas estas problemáticas es fundamental proponer y llevar a cabo, de manera integradora, multi e interdisciplinar, propuestas que aporten elementos novedosos al análisis del comportamiento ciudadano, al tiempo de proponer alternativas desde los centros facilitadores de información. También es imperativo asentar las posibles bases para los tomadores de decisiones públicas en la formulación de planes y políticas en la materia.










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