Introducción
En México, el cáncer de mama es la causa principal de morbilidad hospitalaria, y en la mujer ocupa el 29.5% de todas las formas de cáncer1. Entre los años 1990 y 2012, la tasa de mortalidad por cáncer de mama era del 2.7%2. Representa un problema importante de salud pública en todo el mundo3. El control integral del cáncer de mama abarca su prevención, detección precoz, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y cuidados paliativos4. La detección precoz sigue siendo la piedra angular del control de este cáncer, ya que el peor pronóstico está relacionado con la demora diagnóstica5.
La mastografía es una forma de imagen del tejido mamario que ayuda en la detección precoz del cáncer de mama en mujeres asintomáticas y contribuye al diagnóstico del cáncer en mujeres sintomáticas o con riesgo alto de padecerlo6. Para estandarizar internacionalmente la clasificación de los hallazgos en la mastografía y universalizar las acciones de seguimiento e intervención, se desarrolló la clasificación BI-RADS (del inglés, Breast Imaging Reporting and Data System). Es un método para clasificar los hallazgos mamográficos que actualmente se considera el idioma universal en el diagnóstico de la patología mamaria7.
En pacientes con categorías BI-RADS 1, 2, 3 o 4 se recomienda la realización de ultrasonografía como complemento a la mamografía. También se utiliza para la búsqueda del tumor primario en caso de enfermedad metastásica, tratada ya sea con cirugía o radioterapia. La ultrasonografía permite detectar focos cancerosos ocultos en la mamografía y es útil en la valoración de mamas radiológicamente densas, como son las tipo ACR (American College of Radiology) 2, 3 y 4, que pueden presentar algún tipo de cáncer de mama oculto8.
El objetivo de este trabajo fue correlacionar el diagnóstico ultrasonográfico con el histopatológico en pacientes categorizadas como BI-RADS 4.
Método
Se realizó un estudio descriptivo, transversal, en mujeres con clasificación ultrasonográfica BI-RADS 4 (A, B o C). El periodo de estudio fue de enero de 2016 a diciembre de 2017. Se revisaron todos los expedientes de mujeres BI-RADS 4 derechohabientes de la Unidad Médica de Alta Especialidad Hospital de Especialidades de Puebla, del Instituto Mexicano del Seguro Social, a las que se realizó ultrasonografía mamaria con resultado BI-RADS 4 (A, B o C). Se analizaron la edad, el tipo de lesión por ultrasonido, el reporte histopatológico, la edad del primer ciclo menstrual, la edad de la menopausia, el número de gestas, la lactancia, el uso de anticonceptivos y los antecedentes familiares de cáncer de mama. La estadística realizada fue descriptiva, con medidas de tendencia central y de dispersión para variables cuantitativas, proporciones para variables cuantitativas y Spearman para la correlación entre variables independientes. Cada expediente constituyó una unidad de investigación. El protocolo fue debidamente autorizado por el Comité de Investigación de la Unidad Médica, y en todo momento se conservó el anonimato de las pacientes participantes, utilizando los datos únicamente con fines científicos.
Resultados
Se incluyeron 101 mujeres con resultado ultrasonográfico BI-RADS 4. La edad promedio fue de 53.0 ± 8.3 años (rango: 39.0-73.0) años. Los grupos de edad de las pacientes se muestran en la figura 1.
Se evaluaron los factores de riesgo más conocidos para cáncer de mama y se encontró que 83 (92.2) pacientes tenían el antecedente de haber realizado lactancia; el resto de los factores de riesgo se muestran en la tabla 1.
Característica | n | % |
---|---|---|
Nulíparas | 7 | 6.9 |
Lactancia | 83 | 92.2 |
Antecedente familiar de cáncer de mama | 26 | 25.7 |
Familiar con cáncer de mama | ||
Madre | 10 | 9.3 |
Hermana | 7 | 6.5 |
Abuela | 7 | 6.5 |
Tía | 2 | 1.9 |
n: pacientes
Del las biopsias realizadas a las 101 pacientes, el 75.2% fueron benignas y el 24.8% fueron malignas. Dentro de la patología benigna mayormente reportada se encontró el fibroadenoma en 21 (20.8%) pacientes, seguido de la mastopatía fibroquística en 20 (19.8%). Entre los reportes histopatológicos de malignidad, el de mayor presentacion fue el carcinoma ductal infiltrante. Los detalles de los diagnósticos histopatológicos se muestran en la tabla 2.
Hallazgos | n | Porcentaje, % |
---|---|---|
Carcinoma ductal in situ | 5 | 5.0 |
Carcinoma ductal infiltrante | 16 | 15.8 |
Carcinoma lobulillar in situ | 1 | 1.0 |
Carcinoma lobulillar infiltrante | 2 | 2.0 |
Mastopatía fibroquística | 20 | 19.8 |
Fibroadenoma | 21 | 20.8 |
Hiperplasia ductal | 8 | 7.9 |
Papiloma intraductal | 7 | 6.9 |
Adenosis esclerosante | 4 | 4.0 |
Infiltrado inflamatorio mixto | 5 | 5.0 |
Fibrosis del estroma | 4 | 4.0 |
Tumor phyloides | 3 | 3.0 |
Necrosis grasa | 4 | 4.0 |
Absceso | 1 | 1.0 |
Total | 101 | 100.0 |
Respecto a la relación entre el ultrasonograma y los resultados histológicos, se compararon primero los porcentajes de resultados histopatológicos benignos y malignos por medio de la clasificación BI-RADS, y se halló que el porcentaje de resultados de malignidad se incrementó conforme al BI-RADS; y viceversa, los hallazgos benignos fueron menores en las pacientes con BI-RADS 4C que en aquellas con 4B y 4A (Fig. 2).
En cuanto a la edad y el resultado histopatológico de las pacientes, hubo correlación positiva débil (0.365; p = 0.05, Spearman) (Fig. 3).
Discusión
En el presente estudio se evaluó la correlación ultrasonográfica-histopatológica en pacientes categorizadas como BI-RADS 4. Se encontró que, a mayor categoría BI-RADS, mayor fue la frecuencia de malignidad. Así, mientras que la tasa de malignidad en las pacientes con BI-RADS 4A fue cercana al 11%, en las pacientes con BI-RADS 4B fue del 22% y en aquellas con BI-RADS 4C fue del 63%, lo que indica que, si bien las pacientes clasificadas como BI-RADS 4 no presentan un aspecto ultrasonográfico típico de malignidad, tienen una probabilidad de malignidad lo bastante alta como para realizar una biopsia y confirmar o descartar la sospecha. Aún más, la subclasificación BI-RADS 4 en A, B y C se correlaciona altamente con la probabilidad de malignidad, ya que hasta seis pacientes de cada diez clasificadas como BI-RADS 4C tuvieron malignidad y solo una de cada diez clasificadas como BI-RADS 4A tuvieron malignidad. Estas diferencias en la concordancia ultrasonográfica-histopatológica podrían atribuirse a la resolución del equipo de ultrasonografía o al grado de experiencia de los médicos radiólogos, o también a diferencias epidemiológicas específicas entre la población estudiada por ellos y la de las pacientes incluidas en el estudio9.
Se recomienda continuar promoviendo los protocolos estandarizados y los programas de tamizaje del cáncer de mama, incluyendo la detección poblacional con mastografía, la confirmación de hallazgos de imagen por ultrasonografía y la biopsia en todas las pacientes con BI-RADS 4, dado que la probabilidad de malignidad es alta10,11. Así mismo, sería ideal la implementación de programas para incrementar la experiencia de los médicos radiólogos en la interpretación de los hallazgos ultrasonográficos, para maximizar la cantidad de lesiones cancerosas detectadas en una etapa temprana y curable, con la finalidad de mejorar el pronóstico de las pacientes.