Sr. Editor:
Al ser una enfermedad relativamente común en nuestro medio, el prurigo solar (PS) o prurigo actínico ameritó la publicación de una amplia serie: 50 niños habitantes de la Ciudad de México atendidos en el Hospital General de México, étnicamente mestizos o indígenas y de bajo nivel socio-económico, 25 de sexo masculino, de 10 meses a 14 años de edad (media de edad de 8 años y mediana de 11.8 años)1. Estos niños fueron diagnosticados de acuerdo con criterios ampliamente aceptados2: 15 de ellos también presentaron la afección labial documentada como queilitis folicular, ya que al microscopio se observaron folículos linfoides bien conformados3. Alrededor del 50% (26/50) desarrollaron conjuntivitis (característica en esta enfermedad), misma que también ha sido bien documentada en nuestra población (Figura 1)4.
Algunos años después de esta publicación, se dio la posibilidad de finalizar un estudio sobre la asociación entre el PS y los antígenos principales de histocompatibilidad (HLA). Se encontró que, en todos los pacientes, el HLA-DR4 (DRB1*0407) se encontraba presente.
La asociación con el HLA-DR4 (DRB1*0407) es compatible con el hecho de que el PS es una enfermedad peculiar en Latinoamérica, donde una gran proporción de la población es indígena o mestiza y comparte un antecedente racial que predispone a reaccionar anormalmente a la luz solar, en particular a la luz ultravioleta de onda media (UVB), la luz ultravioleta de onda larga (UVA) y a la luz visible. Algunos factores, como la dieta pobre en proteínas, también han sido estudiados como factores asociados5.
El PS fue descrito en México en 19591,2. Desde entonces, un gran número de investigaciones han sido desarrolladas por colegas mexicanos y latinoamericanos. Actualmente es un motivo aún frecuente de consulta y representa el decimocuarto lugar, con 1.3% de todos los niños atendidos en la Clínica de Dermatología Pediátrica de nuestro hospital1.