Introducción
Clostridioides difficile es responsable de diarrea infecciosa y colitis pseudomembranosa, cuya incidencia y prevalencia se incrementó por el uso y abuso de antibióticos.1 La presentación clínica puede ser desde asintomática hasta generar megacolon tóxico; en 2011, la mortalidad por esta infección se incrementó a 6.4 % en Estados Unidos.2 En la actualidad no solamente ocurre en hospitales, sino también en la comunidad.3 El diagnóstico se realiza en muestras fecales: en dos pasos con inmunoensayo para detectar toxinas A y B y enzima glutamato deshidrogenasa (GDH) y la confirmación con la amplificación de ácidos nucleicos; o en un paso con la realización solo de esta última (prueba que resulta costosa y de difícil acceso).1,2,4
De acuerdo con la política de dos pasos, en un estudio realizado por Goldenberg et al. en 2010 se reportaron 500 muestras fecales; la detección de toxinas se consideró redundante cuando se observó GDH, ya que esta se considera altamente sensible, si bien es poco específica.3,5 El objetivo del presente estudio fue corroborar si la detección de toxinas de Clostridioides difficile es redundante cuando se determina GDH.
Métodos
Se realizó un estudio observacional retrospectivo en un hospital privado de México, el cual cuenta con 95 camas censables. Se analizaron todas las muestras fecales con sospecha de infección por Clostridioides difficile de pacientes hospitalizados o ambulatorios de cualquier edad, de diciembre de 2016 a octubre de 2018. La determinación de toxinas A y B y GDH fue realizada mediante inmunocromatografía cualitativa con kit CerTest® (Biotec SL Zaragoza, España), cuya sensibilidad y especificidad es mayor de 0.99 %, conforme las especificaciones del fabricante. Con la información recolectada, los datos fueron analizados en tasas y proporciones. Además, se determinó el rendimiento diagnóstico de la detección de GDH respecto a la de toxinas. Se realizó un análisis bayesiano para definir el cambio de la probabilidad preprueba acorde con el resultado de la detección de GDH. Las proporciones en la detección de GDH y toxinas A y B fueron comparadas mediante chi cuadrada con el programa estadístico en línea VassarStats.net. Se consideró significativamente estadístico un valor de p < 0.05.
Resultados
Se evaluaron 329 resultados de análisis de toxinas A y B, así como de GDH; 176 correspondieron a mujeres (53.4%) y solamente 47 (14.2%) a pacientes hospitalizados. La mediana de la edad fue de 56 años (rango intercuartílico = 32-71). Se detectó toxina A en 52 especímenes (15.8%), toxina B en 41 (12.4%) y GDH en 81 (24.6%).
En las muestras de 60 pacientes se detectó al menos una de las toxinas; por lo tanto, la prevalencia fue de 18.2%. Se determinó que la GDH tenía una sensibilidad y especificidad de 0.90 y 0.89, respectivamente. El valor predictivo positivo fue de 0.67 y el valor predictivo negativo, de 0.97. El cociente de probabilidad positivo fue de 8.9, mientras que el cociente de probabilidad negativo, de 0.11 (Tabla 1). El análisis bayesiano determinó la probabilidad de presentar infección por Clostridioides difficile con la detección de GDH. Por lo anterior, si el resultado de GDH es positivo, la probabilidad pasa de 0.182 a 0.66; cuando el resultado es negativo, la probabilidad de infección pasa de 0.182 a 0.023.
GDH | Toxinas A o B positivas | Toxinas A y B negativas | Total | |||
---|---|---|---|---|---|---|
Positiva | 54 | (66.66 %) | 27 | 33.33 | 81 | (100 %) |
Negativa | 6 | (2.41 %) | 242 | 97.58 | 248 | (100 %) |
Total | 60 | (18.23 %) | 269 | 81.76 | 329 | (100 %) |
χ2= 164.7, p < 0.001. Prevalencia de 18.2 % (IC 95 % = 19.3-22.9), sensibilidad de 0.90, especificidad de 0.89, valor predictivo positivo de 0.67 (IC 95 % = 0.55-0.77), valor predictivo negativo de 0.97 (IC 95 % = 0.95-0.99), cociente de probabilidad positivo de 8.9 (IC 95% = 6.2-12.9, cociente de probabilidad negativo de 0.11 (IC 95 % = 0.05-0.24).
Discusión
En la institución donde se realizó el presente estudio se emplea el algoritmo de dos pasos, sin embargo, la implementación de la amplificación de ácidos nucleicos se efectúa esporádicamente debido a su elevado costo, por lo que el diagnóstico se lleva a cabo generalmente con el cuadro clínico y las pruebas de escrutinio.
La prevalencia de Clostridioides difficile determinada por la detección de cualquiera de las toxinas fue de 18.2 % en la muestra estudiada. Esta proporción tal vez puede estar sub-representada debido a que la identificación de toxinas no es considerada el estándar de oro. La presencia de GDH aumenta la probabilidad posprueba de infección por Clostridioides difficile a 66% y cuando no es detectada, disminuye a 2.3%. Lo anterior sugiere un adecuado rendimiento para descartar la infección cuando la detección de GDH resulta negativa.
Estos resultados confirman la observación de Goldenberg et al. respecto a la redundancia de la detectar toxinas junto con GDH.3,5 Consideramos que esta medida es necesaria en instituciones donde la amplificación de ácidos nucleicos no es accesible, debido a que se encontraron seis casos (10 %) con detección positiva de toxinas y negativa de GDH.