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Revista de El Colegio de San Luis

versão On-line ISSN 2007-8846versão impressa ISSN 1665-899X

Revista Col. San Luis vol.9 no.20 San Luis Potosí Set./Dez. 2019  Epub 14-Mar-2022

https://doi.org/10.21696/rcsl92020191066 

Artículos

Globalización y producción campesina de alimentos en las zonas áridas de San Luis Potosí (México)1

Globalization and peasant food production in the arid zones of San Luis Potosi (Mexico)

Marco Antonio Montiel Torres* 

* El Colegio de San Luis-CONACYT. Correo electrónico: marco.montiel@colsan.edu.mx


Resumen

Este artículo analiza la manera en que la globalización ha modificado las prácticas campesinas de producción de alimentos. La investigación combina métodos cualitativos y cuantitativos para la recopilación de información etnográfica, estadística y documental. Los resultados dan cuenta de que la instalación de empresas transnacionales en los terrenos adyacentes a los ejidos ha provocado la disminución de la producción de alimentos, porque la apertura de la economía mexicana ha posibilitado una relación desigual entre las dimensiones global y local de la economía. El valor de este trabajo radica en que muestra las interconexiones que el capital transnacional mantiene con las localidades rurales de las zonas áridas de San Luis Potosí.

Palabras clave: globalización; empresas transnacionales; producción de alimentos; familias campesinas; zonas áridas

Abstract

This paper analyzes how globalization has modified peasant food production practices. Research combines qualitative and quantitative methods for the collection of ethnographic, statistical and documentary information. The results show that the presence of transnational companies in the lands adjacent to the ejidos has caused a decrease in food production, because the opening of the Mexican economy has made possible an unequal relationship between the global and local dimensions of the economy. The importance of this work lies in the fact that it shows the interconnections that transnational capital maintains with the rural localities of the arid zones of San Luis Potosí.

Keywords: globalization; transnational corporations; food production; peasant families; arid zones

Introducción

A partir de la instauración de un nuevo modelo mundial de acumulación de capital entre las décadas de 1970 y 1980, las comunidades campesinas potosinas de la región del Desierto Chihuahuense han experimentado una serie de transformaciones económicas y sociales. En México, el modelo económico neoliberal ha facilitado la instalación de megaproyectos energéticos, agroindustriales y mineros que producen mercancías, bienes y servicios para la exportación. La nueva configuración económica ha propiciado una reestructuración en el ámbito de la producción agroalimentaria local en donde las comunidades campesinas se han visto afectadas por la sobreexplotación de los recursos hídricos por parte de algunas empresas instaladas. Esta situación ha ocasionado un declive de los niveles de producción alimentaria de las comunidades campesinas.

En este contexto, los habitantes de las localidades potosinas están insertos en procesos económicos globales que modifican su vida cotidiana. La coexistencia de las formas capitalistas y las formas campesinas de producción, distribución y comercialización de alimentos es compleja. Por una parte, las empresas con capital nacional/transnacional están experimentando un crecimiento económico, producto de las exportaciones hacia los mercados internacionales. Por la otra, las comunidades campesinas afrontan diversas problemáticas que limitan su producción agropecuaria y la obtención de recursos económicos para la subsistencia familiar. Esta situación se ha intensificado a partir de la firma de tratados internacionales como el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés), el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el ingreso de México a la Organización Mundial de Comercio (OMC).

De septiembre de 2017 a junio de 2018 se realizó la investigación de campo que comprendió dos fases. En la primera (en el segundo semestre de 2017) se realizó un reconocimiento etnográfico de los municipios de Venado, Charcas y Catorce, a fin de obtener un diagnóstico general sobre la situación de las actividades agroalimentarias en estos municipios. En la segunda fase (en el primer semestre de 2018) se realizó trabajo de campo en algunos ejidos de los municipios de Catorce, Cedral, Charcas, Venado y Villa de Guadalupe, ubicados en el estado de San Luis Potosí. El objetivo de esta fase fue conocer la problemática que afrontan las familias campesinas para la producción, distribución y comercialización de alimentos en la región. Se realizaron entrevistas estructuradas y semiestructuradas a hombres y mujeres dedicados a las actividades agropecuarias, cuyas edades oscilan entre los 40 y 80 años.

Las comunidades campesinas de las zonas áridas del estado de San Luis Potosí en el contexto de los procesos económicos globales

A partir de la instauración del modelo económico neoliberal durante la década de 1970, en el mundo se inició un proceso de acumulación de capital que privilegió, entre otras cosas, la propiedad privada y la eliminación de las barreras arancelarias. Los defensores del proyecto neoliberal pugnaron por la privatización y la desregulación de los mercados, además de la libre movilidad del capital entre sectores, regiones y países (Harvey, 1998). Por lo tanto, todas las barreras a la libertad de movimiento deben ser eliminadas (aranceles, ajustes fiscales, planificación y controles medioambientales). En este contexto, la puesta en marcha de las políticas neoliberales en el ámbito mundial ha impulsado una nueva etapa de desarrollo caracterizada por la internacionalización de las finanzas y de los procesos productivos, cuyas víctimas han sido los trabajadores y las políticas de desarrollo de los países periféricos (Arceo, 2006).

Las políticas neoliberales se implementaron en el contexto del gobierno del presidente estadounidense Ronald Reagan y la primera ministra británica Margaret Thatcher. En Latinoamérica, la instrumentación de las políticas neoliberales fue impulsada por las dictaduras militares, entre las décadas de 1970 y 1980, bajo el consentimiento de Estados Unidos (Harvey, 2015). La adopción del neoliberalismo en México fue promovida por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), a cambio de rescatar al país de la crisis económica que experimentó durante la década de 1980. A partir de esto, se emplearon políticas de estabilización, combate a la inflación y búsqueda del equilibrio de la balanza de pagos, que cambiaron el panorama nacional (De la Garza, 2010).

En la década de 1980, el modelo de industrialización por sustitución de importaciones (ISI), que funcionaba como un mecanismo de regulación y redistribución que privilegiaba el mercado interno, había llegado a su límite (Robinson, 2015; Rojas, 2002). En este contexto, el Estado disminuyó de manera gradual algunos beneficios de la seguridad social que los trabajadores habían conquistado entre las décadas de 1940 y 1980 (Brachet, 2013). Los cambios estructurales impulsados por el FMI y el BM hicieron más vulnerable a la economía mexicana ante la inestabilidad del sistema financiero internacional. En los ciclos de auge, la economía mexicana experimentaba un crecimiento económico por medio de las exportaciones; no obstante, en los ciclos de declive de la economía mundial, el decrecimiento económico de México se vio reflejado en la caída del producto interno bruto (PIB).

La reestructuración económica de México permitió la firma de tratados internacionales como el GATT, en 1986, y el TLCAN, en 1992.2 El objetivo de estos acuerdos fue eliminar los obstáculos al comercio y facilitar la circulación transfronteriza de bienes y servicios entre los territorios. Este proceso de integración comercial causó efectos diferentes en los países que integran el TLCAN. Las economías más avanzadas como Estados Unidos y Canadá se beneficiaron más en comparación con las economías rezagadas como la mexicana (De la Garza, 2010). Esto ha dependido de diversos factores, entre los que destacan la infraestructura, la capacidad financiera y la base de los ingresos de cada país que integra el TLCAN. El discurso público que se generó para la implementación del TLCAN en México estaba orientado hacia el beneficio de los consumidores, que verían una disminución en los precios de los productos adquiridos. No obstante, la tendencia que se experimentó fue la afectación a los productores que no estaban en condiciones de competir en los mercados internacionales (Santos, 2014).

En el contexto de la globalización neoliberal, las economías nacionales han mantenido interconexiones comerciales múltiples, mediante las cuales intercambian mercancías diversas. La nueva configuración económica también ha permitido a los países agruparse en bloques comerciales como el TLCAN, la Unión Europea o el Mercosur para obtener beneficios económicos. La integración de los países a la economía global posibilita el surgimiento de nuevas estructuras de producción, actividades económicas y relaciones sociales. La oferta de nuevos productos al mercado mundial surge a partir del cambio en los patrones de consumo de la población. En este escenario, las exportaciones no tradicionales agrícolas se convirtieron en un elemento central en las estrategias de desarrollo de algunas economías latinoamericanas (Robinson, 2015).

El TLCAN reconoció la “asimetría” en materia de competitividad agropecuaria y otorgó a México una gracia de hasta 15 años para poder ajustar su agricultura a las de Canadá y Estados Unidos, especialmente en materia de maíz y frijol. Sin embargo, más allá de la asimetría, el propósito era que gradualmente funcionara un gran cambio estructural, pues al integrarse a los mercados, los precios relativos irían modificando las ventajas comparativas de cada uno de los tres países y con la eficiencia ganada se verían los beneficios productivos. México cobraría una clara ventaja comparativa en hortalizas y frutas (además intensivas en mano de obra) y Estados Unidos y Canadá, en granos y oleaginosas (Luiselli, 2017, pp. 196-197).

De esta manera, la apertura comercial permitió al capital transnacional poner su mirada en la región del Desierto Chihuahuense para la producción y comercialización de mercancías, bienes y servicios con potencial exportador. En este sentido, algunos organismos internacionales como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) han descrito al Desierto Chihuahuense como “el más grande de Norteamérica y el segundo con mayor diversidad a nivel mundial. Es un territorio compartido por México y Estados Unidos que se extiende a lo largo de 630 mil kilómetros cuadrados” (WWF, s/f). En la parte estadounidense comprende los estados de Texas, Nuevo México y Arizona. En la parte mexicana, los estados considerados dentro de la zona de influencia son San Luis Potosí, Coahuila, Nuevo León, Durango, Zacatecas y Chihuahua. La región está delimitada por la Sierra Madre Oriental y la Sierra Madre Occidental. De acuerdo con Granados et al. (2011), la parte más árida de la región del Desierto Chihuahuense se encuentra en el norte del estado de San Luis Potosí, con una precipitación anual de 200 milímetros.

Las comunidades campesinas seleccionadas para esta investigación, a su vez, se encuentran ubicadas en la subregión denominada altiplano potosino, que se localiza dentro de la región del Desierto Chihuahuense. El altiplano potosino tiene alrededor de 31 mil 660 kilómetros cuadrados, en donde la población se encuentra dispersa por todo el territorio (Mora, 2011, p. 146). En la subregión, las actividades agropecuarias se ven limitadas por las características del suelo y la escasez de las precipitaciones pluviales (Maisterrena, 1999). Los municipios que componen la subregión son Catorce, Cedral, Charcas, Guadalcázar, Moctezuma, Matehuala, Salinas, Santo Domingo, Vanegas, Venado, Villa de Arista, Villa de la Paz, Villa de Ramos, Villa de Hidalgo y Villa de Guadalupe.

Las comunidades campesinas se encuentran incrustadas dentro de cadenas complejas de producción de mercancías, bienes y servicios destinadas a la exportación. A partir de la puesta en marcha del TLCAN en 1994, las empresas han experimentado un crecimiento económico por medio de las exportaciones3 hacia Estados Unidos y Canadá (véase la gráfica 1). Durante la investigación realizada entre 2017 y 2018 se documentó la presencia de empresas nacionales e internacionales que durante décadas han mantenido una estrecha vinculación con las comunidades. Si bien es cierto que estas empresas han generado empleos para los habitantes, su presencia también ha ocasionado afectaciones al medio ambiente, que han provocado un declive de la producción de alimentos de las familias campesinas.

Fuente: elaboración propia con datos obtenidos del Monitor agroeconómico e indicadores de la agroindustria. Revisión del primer trimestre de 2013 de la Subsecretaría de la Alimentación y Competitividad, SAGARPA

Gráfica 1 Producción agroindustrial nacional para la exportación 

Las inversiones capitalistas que están presentes en la región son las siguientes:

  1. Megaproyectos energéticos. Durante 2013, el Ejecutivo federal envió al Congreso de la Unión una iniciativa de reforma constitucional en materia de energía, que fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 11 de agosto de 2014. Esta reforma permitió a terceros la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica bajo la rectoría del Estado. En el municipio de Santo Domingo, San Luis Potosí, se instalaron alrededor de 103 aerogeneradores para la producción de energía eléctrica por parte de la empresa llamada Dominica Energía Limpia. Esta compañía, a su vez, forma parte de la corporación internacional denominada Enel Green Power, con sede en la ciudad de Roma, Italia, que tiene presencia en países de Europa, Norteamérica, Centroamérica, Sudamérica y África. A partir del establecimiento de esta empresa, se han contratado a trabajadores capacitados en el ramo provenientes de varias localidades del altiplano potosino.

  2. Megaproyectos agroindustriales. La instalación de empresas agroindustriales nacionales e internacionales en los ejidos adyacentes a las comunidades campesinas ha permitido la producción de hortalizas para el consumo nacional y para la exportación (véase la gráfica 2). El establecimiento de la empresa Centro de Producción de Santa Rita, propiedad del gobierno del estado de San Luis Potosí, merece especial atención por su esquema de producción y comercialización de productos perecederos. Aunque es de propiedad estatal, la responsabilidad para comercializar la producción del complejo recae en la empresa Mastronardi, que se encarga de exportar 90 por ciento de la producción a Estados Unidos, Canadá y Japón. Esta empresa, con sede en Kingsville, Ontario, Canadá, opera la marca internacional Sunset, especializada en la venta de tomates gourmet. Los trabajadores agrícolas que se emplean en las agroindustrias provienen de algunos municipios del altiplano potosino y del sureste de México.

  3. Megaproyectos mineros. La explotación de recursos mineros en San Luis Potosí se ha practicado desde la época colonial; no obstante, en el contexto de la globalización neoliberal, esta situación se ha intensificado a causa de la apertura de la economía mexicana. La extracción de metales como oro, plata, cobre, plomo y zinc ha estado a cargo de empresas con capital nacional y canadiense que se han instalado en los territorios municipales y en los ejidos de las comunidades. Esta actividad ha permitido la inserción de algunos pobladores a las actividades mineras a cambio de un salario por su trabajo. Durante este proceso, algunos habitantes de las comunidades campesinas han combinado las actividades mineras y agropecuarias para complementar el gasto familiar.

Fuente: elaboración propia con datos obtenidos del Monitor agroeconómico e indicadores de la agroindustria. Revisión del primer trimestre de 2013 de la Subsecretaría de la Alimentación y Competitividad, SAGARPA

Gráfica 2 Producción agroindustrial de San Luis Potosí, 2003-2011 

El desarrollo de los procesos económicos globales ha propiciado una modificación en la vida cotidiana y una reestructuración en la forma de vivir de las personas (Giddens, 2010, p. 15). La instalación de las empresas capitalistas (agroindustriales, mineras y energéticas) provocó la disminución del territorio que anteriormente estaba destinado a la agricultura, la ganadería y el pastoreo. El acceso a los recursos por parte de los actores sociales que han estado presentes en la región ha sido desigual durante décadas. Por una parte, las empresas con capital nacional e internacional obtienen mayores beneficios en comparación con los ingresos monetarios que obtienen las familias campesinas por las labores agropecuarias. La extracción de los recursos hídricos por parte de las empresas transnacionales provoca que la actividad agropecuaria experimente un descenso en los niveles de producción, distribución y comercialización. Dadas estas condiciones, en algunas familias campesinas se ha observado la migración hacia Estados Unidos en busca de mejores condiciones económicas que les permitan a los miembros de la familia subsistir.

La producción y la distribución de alimentos en las comunidades campesinas de las zonas áridas del estado de San Luis Potosí

La producción agroalimentaria de las familias campesinas que viven en las zonas áridas del estado de San Luis Potosí presenta ciertas especificidades que limitan su desarrollo. Acerca de la vegetación de los municipios en donde se realizó esta investigación, destaca, por la abundancia, el matorral en más de la mitad del territorio. En cuanto al uso del suelo, las áreas cultivables y los pastizales que son aprovechados para la producción de alimentos representan menos de 30 por ciento de la superficie (véase el cuadro 1).

Cuadro 1 Uso de suelo y vegetación en municipios seleccionados del altiplano potosino 

Uso de suelo y vegetación en municipios seleccionados del altiplano potosino
Municipio Agricultura Pastizal Matorral Bosque Mezquital Zona urbana
Venado 19.3% 19.2% 56.2% 2.6% 2.2% 0.4%
Catorce 9.3% 2.6% 79.8% 2% 0.1%
Villa de Guadalupe 11.6% 5.3% 77.8% 0.6% 0.1%
Charcas 13% 9.07% 69.95% 0.88% 1.20% 0.23%
Cedral 32.49% 1.03% 65.47% 0.18% 0.49%

Fuente: elaboración propia con datos obtenidos del Prontuario de información geográfica de los Estados Unidos Mexicanos 2009 (INEGI, 2009).

Esta situación limita el volumen de la producción agroalimentaria de las comunidades, aunado a la escasez de las precipitaciones pluviales en la región. La producción de granos básicos como el maíz y el frijol para el autoconsumo se ve restringida ante la ausencia de sistemas de riego eficaces en las localidades. Por otra parte, el área de los pastizales es aprovechada para la ganadería (bovina, ovina y caprina), de la cual las familias logran producir carne, leche y quesos para el autoconsumo y para la comercialización (véase el mapa 1). Esta situación posibilita que las familias obtengan recursos económicos para complementar el gasto familiar.

Fuente: Anuario estadístico y geográfico de San Luis Potosí 2017, INEGI.

Mapa 1 Uso potencial de la ganadería en el estado de San Luis Potosí 

Los datos obtenidos del Anuario estadístico y geográfico de San Luis Potosí 2017, del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), indican que el mayor porcentaje de la población que habita en el altiplano potosino se encuentra ocupado en el sector primario (agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y cacería) de la economía. Los municipios que destacan por estas actividades son Vanegas, Villa de Guadalupe, Moctezuma, Villa de Arista, Santo Domingo y Guadalcázar. Por otra parte, los municipios que presentan porcentajes bajos de ocupación en el sector primario son Matehuala, Villa de la Paz, Salinas, Villa de Hidalgo y Charcas (véase la gráfica 3).

Fuente: elaboración propia con los datos obtenidos del Anuario estadístico y geográfico de San Luis Potosí 2017, (INEGI, 2017).

Gráfica 3 Porcentaje de la población del altiplano potosino ocupada en el sector primario, 2015 

Los municipios que se encuentran en el altiplano potosino presentan índices de marginación y pobreza debido a la ausencia de los servicios públicos (agua potable, drenaje y luz eléctrica) y el acceso limitado a los recursos económicos para la subsistencia familiar. De acuerdo con el Índice de marginación por entidad federativa y municipio 2010, del Consejo Nacional de Población (CONAPO), los municipios que presentaron alta marginación son Guadalcázar, Moctezuma y Villa de Guadalupe. Por otra parte, los municipios que presentaron el mayor porcentaje de pobreza durante 2010, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), son Guadalcázar, Moctezuma, Villa de Ramos y Villa de Guadalupe (véase la gráfica 4). Esta situación, combinada con otros factores, provocó el incremento de los flujos migratorios de personas hacia otras ciudades del país y hacia Estados Unidos. De esta manera, los datos que presentan los Índices de intensidad migratoria México-Estados Unidos 2010, de la CONAPO, señalan que los municipios de Salinas, Cedral, Moctezuma, Santo Domingo, Venado, Villa de Guadalupe y Villa de Ramos tuvieron alta y muy alta migración. Los censos de población realizados entre 1960 y 2010 muestran una variación en el número de habitantes de algunos municipios del altiplano potosino (véase la gráfica 5).

Fuente: elaboración propia con datos obtenidos de CONEVAL, 2010

Gráfica 4 Porcentaje de la población en situación de pobreza en el altiplano potosino 

Las familias campesinas de los municipios en donde se realizó la investigación (Catorce, Cedral, Charcas, Venado y Villa de Guadalupe) muestran algunas especificidades que determinan su producción agroalimentaria. El clima seco templado predomina en los municipios de Catorce, Cedral y Charcas. Mientras que en el municipio de Venado predomina el clima semiseco templado. En tanto que en Villa de Guadalupe prevalece el seco semicálido. Por otra parte, la precipitación anual en los municipios de Catorce (300-700 mm), Cedral (300-600 mm), Charcas (300-600 mm), Venado (300-500 mm) y Villa de Guadalupe (300-600 mm) determina el ciclo agrícola de las familias campesinas.

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI

Gráfica 5 Población de los municipios del altiplano potosino, 1960-2010 

El trabajo agrícola es realizado por los miembros masculinos de las familias durante todo el ciclo. Estas actividades están relacionadas con la escarda, la siembra, la cosecha y el corte del zacate. Por las condiciones del altiplano potosino, los campesinos utilizan semillas mejoradas de maíz resistentes al clima semiárido, que compran en los principales centros urbanos de los municipios. Además de la agricultura de temporal, algunas familias cuentan con invernaderos en los que las mujeres cultivan chiles, jitomate, lechugas, pepinos, repollo y tomatillo (véase el cuadro 2). Cuando la intensidad del trabajo agrícola disminuye, los hombres y las mujeres se dedican a otras actividades productivas que les permiten complementar el gasto familiar. Algunas actividades están relacionadas con los programas de trabajo temporal que implementan los diferentes niveles de gobierno para el mantenimiento de los caminos rurales. Otros, en cambio, se insertan como trabajadores agrícolas en las agroindustrias instaladas en los municipios de Venado, Villa de Arista, Catorce y Vanegas (Mora y Maisterrena, 2000). La convivencia con los campesinos de los municipios de Catorce, Cedral, Charcas y Villa de Guadalupe permitió verificar que la mayoría de los miembros de las familias emigra hacia otras ciudades4 por la falta de oportunidades laborales.

Cuadro 2 Producción agroalimentaria en algunos municipios del altiplano potosino 

Sistema agroalimentario del altiplano potosino
Agricultura Ganadería Recolección Cacería Huertos
Temporal Invernadero Caprino Bovino Ovino
Maíz
Frijol
Calabaza
Ejote
Papa
Trigo
Ajo
Cebada
Chiles
Jitomate
Camote
Cebolla
Trigo
Jitomate
Cherrys
Chiles
Pepino
Tomate verde
Tomatillo
Carne
Leche
Quesos
Cabritos
Cajeta
Jamoncillo
Barbacoa
Machitos
Carne
Leche
Quesos
Barbacoa
Menudo
Machitos
Ternera
Carne
Barbacoa
Menudo
Machitos
Cabuches
Flor de palma
Dátil
Orégano
Nopal5
Maguey6
Quelites
Miel de mezquite
Verdolagas
Escamoles
Miel de mosco
Mezquite
Papas de monte
Rata
Conejo
Liebre
Víbora
Tostonas (ave)
Jabalí
Codorniz
Cotochas (ave)
Durazno
Higo
Pepino
Guayaba
Membrillo
Limón

Fuente: elaboración propia con datos obtenidos del trabajo de campo en los municipios de Catorce, Cedral, Charcas y Villa de Guadalupe.

La crianza del ganado bovino, ovino y caprino está articulada con las actividades del ciclo agrícola en las familias. Una parte de la producción agrícola es destinada al mantenimiento de las cabezas de ganado que los campesinos tienen en los ejidos. Los productos como el maíz, el rastrojo, la avena, la cebada, la alfalfa y el sorgo permiten alimentar a las vacas, los borregos y las cabras. No obstante, cuando la producción del ciclo agrícola es insuficiente por las sequías prolongadas, las heladas y granizadas, los campesinos tienen que comprar estos alimentos en tiendas especializadas ubicadas en los centros urbanos de los municipios del altiplano potosino. Esta situación provoca la disminución de los ingresos económicos por el concepto de comercialización de la carne, la leche y los quesos. Según el testimonio de don Federico:7

Mis abuelos también se dedicaban al campo y la ganadería. Pero actualmente está difícil, si no hay lluvia, del ganado no te mantienes. Cuando no hay lluvia se mueren los animales y se pierde todo, entonces, de qué sirve tener 200 o 300 chivas, si por la falta de agua se te mueren 50, pues no les ganas nada. Las chivas, algunas que otras las utilizo para el consumo familiar. Por ahí, cuando “me aprieta el zapato”, vendo como unas 10 o 15, según mis necesidades. El animalito nunca uno lo deja en paz, porque siempre hay que tener aunque sea uno, dos o tres. Cuando más se necesita, es cuando llega una enfermedad y no tienes suficientes recursos económicos, pues tienes que vender unas 15 o 20, dependiendo la cantidad de dinero que necesites.

La producción del ganado caprino es una actividad que hace posible que las familias obtengan recursos monetarios para el gasto semanal. De acuerdo con los datos del Servicio de Información Alimentaria y Pesquera (SIAP) de la Secretaría de Agricultura Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), entre 2006 y 2015, las principales entidades productoras de ganado caprino fueron Puebla, Oaxaca, Guerrero, Coahuila, San Luis Potosí, Guanajuato y Nuevo León (véase la gráfica 6). Por las características de la vegetación, los campesinos de varias localidades del altiplano potosino se dedican a las labores pastoriles, como lo muestran las investigaciones de Maisterrena (2007), Mora (2013), Hernández (2013) y Lara (2015).

Fuente: elaboración propia con datos obtenidos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera, 2006-2015

Gráfica 6 Principales entidades productoras de cabezas de ganado caprino en México, 2006-2015 

Si bien es cierto que la crianza del ganado caprino se instauró en la región desde la época colonial, después de la década de 1970 la actividad experimentó un declive en los niveles de producción, distribución y comercialización (véase la gráfica 7). Los principales municipios productores en el altiplano potosino son Charcas, Matehuala y Villa de Guadalupe. En las actividades pastoriles, los miembros masculinos de las familias son los responsables de cuidar a las cabras en el campo. Durante la época de lluvia, los niveles de producción de carne, lácteos y quesos se incrementan. No obstante, en la época de seca, la producción, la distribución y la comercialización disminuyen. Estos factores del tiempo determinan las rutas pastoriles; es decir, durante el periodo de lluvia es posible encontrar alimento para las cabras en los terrenos contiguos a las localidades. Sin embargo, cuando llega la época de sequía, los hombres tienen que recorrer varios kilómetros para encontrar los pastizales óptimos para el consumo caprino.

Fuente: elaboración propia con datos obtenidos de los censos agrícolas, ganaderos y ejidales y los censos agropecuarios del INEGI.

Gráfica 7 Producción de cabezas de ganado caprino en el altiplano potosino, 1950-2017 

Las actividades pastoriles permiten a algunas familias campesinas comercializar los cabritos en los mercados ganaderos locales y con los intermediarios. En algunos casos, la calidad del producto determina el precio de compraventa. De acuerdo con algunas organizaciones ganaderas del altiplano potosino, existe una diferenciación en la calidad de los cabritos que se comercializan, entre los que destacan el cabrito supremo,8 el cabrito término medio y el cabrito rata.9 Por otra parte, los partideños o intermediarios cumplen una labor importante en las cadenas regionales de distribución y comercialización hacia la ciudad de Monterrey, Nuevo León. Ellos se encargan de comprar el cabrito directamente a los productores; después, introducen la mercancía con los empresarios restauranteros regiomontanos. En el proceso de intermediación entre los productores y los empresarios, los partideños se quedan con una parte de las ganancias de los cabreros, lo que conlleva una disminución de las ganancias para las familias campesinas. Según el testimonio de don Roberto:

Nosotros se las vendemos a la gente que se dedica a la compraventa del ganado, y nos ponemos de acuerdo para la paga. Ellos no son del ejido, son de los alrededores, y venden los animalitos a la gente que es de fueras. El precio de la chiva depende de los compradores [intermediarios], ahí se basan a lo que les pagan ellos. Por decir que vienen de Matehuala y les dan un precio, entonces ellos dicen “no pues yo te voy a pagar a 28 pesos el kilo”. En cambio, que si hay otro fulano que dice “yo me las llevo hasta allá, no hay necesidad de que haya intermediarios, yo te lo pago a 33 pesos el kilo”. Pero de esos te encuentras muy pocos; lo que abundan son los intermediarios [partideños]. Cuando hay cabrito, aquí te lo andan pagando a 450 pesos. La semana pasada fui al mercado de animales de Matehuala, y allá te lo andan vendiendo a 700 y 800 pesos por un cabrito, y eso así en bruto [vivo]. Ya si lo quieres arregladito [en canal], te cobran arriba de mil pesos.

Los datos de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Recursos Hidráulicos (SEDARH) de San Luis Potosí señalan que, durante el periodo de enero-noviembre de 2017, la derrama económica del producto caprino fue de 10 millones 288 mil 249 pesos en el altiplano potosino. Esto significa que se comercializaron en los mercados regionales alrededor de 8 mil 154 cabritos, 95 mil 31 quesos y 4 mil 20 cabras. Esto representa la producción anual de 315 productores que viven en la región. Por otra parte, se comercializaron en el mercado regiomontano mil 829 cabritos de primera calidad, con un valor promedio de 608 pesos por unidad, lo que representó una ganancia de un millón 192 mil 654 pesos. Según el testimonio de doña Margarita:

Los que vienen a comprar los cabritos vienen de un ranchito de por acá que le llaman La Joya, y ellos ya lo llevan a Matehuala. Mi hijo ahora se dedica a la compraventa del cabrito; pero antes, cuando vivía aquí, le ayudaba a su papá a lo de la siembra, a recoger el rastrojo para los animales. Ahora ya se casó y tuvo su familia y dijo “ahora voy a hacer mi lucha aparte, porque ya tengo familia”. Y ya se apartó, y ya después se fue para Charcas, y desde allá viene para buscar las chivitas. Aquí nosotros comemos las chivas en las fiestas del Niño Dios. En esta fiesta matamos a un chivo y a un puerco para los tamalitos, y el chivo para el mole. También consumimos las chivas en las fiestas de la Virgen de Guadalupe. Las personas que vienen por acá saben que somos compartidos, porque les damos unos tamalitos al terminar la fiesta. Lo demás es para la venta; cuando hay una necesidad, pues los vende uno, para tener un dinero para los gastos.

La producción de leche y la elaboración de quesos de cabra son actividades que están relacionadas con las labores pastoriles. La extracción de leche de cabra la realizan indistintamente hombres y mujeres. El producto obtenido es consumido al interior de la familia y sirve como complemento para preparar algunos alimentos. La fabricación de quesos es una actividad que realizan los miembros femeninos al interior de las familias. La producción, la distribución y la comercialización de los quesos de cabra establecen la interconexión entre los lugares de fabricación y los lugares de consumo a través de las redes de paisanaje. No obstante, existe una desarticulación entre las familias productoras que impide incrementar los niveles de producción, distribución y comercialización de los quesos de cabra en otras regiones del país y en Estados Unidos. Según el testimonio de doña Cecilia:

Sí tenemos algunas chivas. Mi esposo sale a cuidarlas como a las nueve de la mañana, y a veces viene llegando aquí a las seis de la tarde. También tenemos como unas 15 borreguitas; son poquitos animales, no son muchos. Los quesos de cabra los llevamos a Charcas y los vendemos a 30 pesos, que es muy barato. Si no me los compran a ese precio, mejor me los como yo, aunque coma quesos toda la semana. En Charcas ya tenemos a personas que nos compran el queso, nosotros solo vamos y los entregamos, ya sea dos o tres quesitos. Cada queso pesa menos del kilo, porque no están muy gruesos, están muy delgaditos, y no pesan mucho. A veces también vendemos las chivas, porque ya están viejitas y las vende uno. También vendemos cabritos cuando hay, solo algunos. Por ejemplo, en esta temporada no hubo cabritos y tampoco leche.

Desde la perspectiva de los pobladores, la implementación de programas gubernamentales para elevar la producción, la distribución y la comercialización de productos agroalimentarios10 ha sido insuficiente. En este contexto, los habitantes han practicado durante décadas la recolección de productos silvestres en la región para complementar la dieta familiar. No obstante, las actividades de cacería de animales para el consumo humano se han visto limitadas debido a la implementación de programas para la protección de la fauna silvestre por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). Ante este escenario adverso, las familias campesinas que han habitado durante varias décadas en la región del desierto han creado estrategias de producción de alimentos para la subsistencia familiar. Si bien es cierto que el desierto provee a los campesinos los elementos necesarios para la producción y la distribución de alimentos, la entrada de empresas nacionales y transnacionales ha limitado su desarrollo económico. Según el testimonio de don Apolinar:

De los productos del campo que se usan como alimento, a mí el que más me llama la atención es el nopalito. El cabuche [flor de biznaga] sí lo consumo en la temporada que hay cabuches, una o dos veces. El nopalito ese sí lo consumo; si me dan de comer nopales, me dan de almorzar nopales o me dan de cenar nopales, es porque me gusta bastante. La tuna me gusta mucho más que la lima [fruto de la biznaga]. La lima es sabrosa, es dulce y natural, pero si comes máximo unas 15 o 20 limas la dentadura se te destempla. En otras partes, las limas las conocen como “borrachas”. El aguamiel la consumimos de vez en cuando, pero no tan seguido. También comemos la rata de campo, la liebre y la codorniz. De vez en cuando cazamos a esos animalitos, pero no te voy a decir que seguido.

Reflexiones finales

En las últimas décadas, las familias campesinas que habitan la región han estado insertas en complejas cadenas de producción, distribución y comercialización de mercancías, bienes y servicios. La nueva configuración económica que privilegia la supresión de las barreras arancelarias y el libre flujo de capitales entre los países ha modificado la vida cotidiana de las comunidades campesinas que viven en las zonas áridas del estado de San Luis Potosí. La apertura de la economía mexicana al capital transnacional ha ocasionado una relación desigual entre la dimensión global y la dimensión local de la economía. Mientras que las empresas instaladas en el altiplano potosino han experimentado un crecimiento económico por medio de las exportaciones, las comunidades campesinas han reducido sus niveles de producción, distribución y comercialización de alimentos. Esto se debe a una combinación de factores que limitan la producción campesina, entre los cuales destacan la sobreexplotación de los mantos acuíferos, la escasez de las precipitaciones pluviales y el cambio de uso del suelo.

La producción agroalimentaria de las familias campesinas que habitan la región ha permitido la obtención de recursos económicos para la subsistencia. No obstante, las ganancias generadas por estas actividades no han disminuido los índices de pobreza y marginación de la población. Esta situación ha causado la migración de algunas familias hacia otras ciudades del país y a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida. En el contexto de la globalización neoliberal, las familias campesinas que deciden quedarse afrontan condiciones adversas que limitan la producción agroalimentaria. Por lo tanto, a partir de la instauración mundial de un nuevo modelo de acumulación de capital, las familias que habitan en la región han experimentado una serie de transformaciones económicas, políticas y sociales.

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1Este trabajo recibió el apoyo del Proyecto Cátedra CONACYT núm.164 : “Formas campesinas de producción de alimentos en las zonas áridas del Norte de México” y del Proyecto de Ciencia Básica 239535 del CONACYT , a cargo de la doctora María Isabel Mora Ledesma, “Sistema pastoril, conocimientos locales e identidad territorial. Alternativa alimentaria para el desarrollo regional en el desierto”

2El TLCAN entró en vigor el 1º de enero de 1994.

3Entre 1993 y 2012, el PIB agroindustrial experimentó un crecimiento económico sostenido; no obstante, durante 2009 sufrió una contracción a consecuencia de la crisis económica mundial de 2008.

4El principal destino de los migrantes fue la ciudad de Monterrey, Nuevo León.

5Además de tunas y xoconostles.

6Además de flor de maguey, quiote, aguamiel, agave salmiana, gusanos de maguey.

7En este artículo utilizo seudónimos para preservar la identidad de los informantes.

8Es el producto más cotizado.

9Es el producto que por diversos factores no logró cumplir con los estándares de calidad demandados a causa de la falta de alimento.

10Entre los que destacan el Programa de Fomento Ganadero (PROGAN), el Programa de Apoyos Directos al Campo (PROCAMPO) y la instalación de queserías impulsadas por la Comisión Nacional de las Zonas Áridas (CONAZA).

Recibido: 18 de Octubre de 2018; Revisado: 20 de Febrero de 2019; Revisado: 18 de Marzo de 2019

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