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Revista latinoamericana de estudios educativos

versão On-line ISSN 2448-878Xversão impressa ISSN 0185-1284

Rev. latinoam. estud. educ. vol.52 no.2 Ciudad de México Mai./Ago. 2022  Epub 02-Maio-2022

https://doi.org/10.48102/rlee.2022.52.2.396 

Horizonte educativo

Tiempo libre educativo para el desarrollo comunitario

Educational Free Time for Community Development

Nekane Beloki* 

Arantza Remiro** 

Leire Darretxe*** 

Monike Gezuraga**** 

*Universidad del País Vasco, España. nekane.beloki@ehu.eus

**Universidad del País Vasco, España. arantzaremiro@gamil.com

***Universidad del País Vasco, España. leire.darretxe@ehu.eus

****Universidad del País Vasco, España. monike.gezuraga@ehu.eus


Resumen

El artículo recoge los resultados de una investigación colaborativa realizada en un municipio de Vizcaya, con una larga trayectoria de desarrollo del tiempo libre educativo infantojuvenil. Con la clave de la inclusión de las voces de la infancia y la innovación, se desarrolló una experiencia radiofónica que puso en evidencia el trabajo que desde el tiempo libre educativo se hacía en el municipio, sus actores y su repercusión en el desarrollo de la comunidad desde la voz de las personas menores. El proyecto forma parte de una investigación coordinada de cuatro universidades españolas. En su desarrollo participaron educadores de las tres entidades que se ocupan del tiempo libre educativo en el municipio. El proceso tuvo una duración de un año, con diferentes fases y momentos, donde el protagonismo de las personas menores de edad ha sido clave. Los resultados demuestran que el tiempo libre educativo es un motor importante para el desarrollo comunitario, mejora la convivencia y planteado desde claves inclusivas y transformadoras, favorece la cohesión social junto a procesos igualitarios, equitativos y justos. La radio comunitaria ofrece, además, una forma de expresión y visibilización del colectivo de menores de edad en la comunidad.

Palabras clave: investigación participativa; radio comunitaria; tiempo libre educativo; desarrollo comunitario; participación infantil

Abstract

The article collects the results of collaborative research carried out in a municipality of Vizcaya, with a long history of developing children's educational free time. By means of including children's voices and innovation, it developed a radio experience highlighting the work done in the municipality through educational free time, its actors, and its impact on the development of the community, from the voice of minors. The project is part of a coordinated investigation of four Spanish universities. Educators from the three entities that deal with free educational time in the municipality participated in its development. The process lasted one year, with different phases and moments, where the key is the leading role of minors. The results show that educational free time is a relevant engine for community development, improves coexistence and raised from inclusive and transformative keys, favors social cohesion together with egalitarian, equitable, and fair processes. Community radio also offers a form of expression and visibility for the minors in the community.

Keywords: participatory research; community radio; educational free time; community development; child participation

Introducción

Considerando que la inclusión social implica una participación activa en el grupo social basada en el respeto por la diversidad individual y la pluralidad cultural (Da Silveira y Fama, 2011), un espacio privilegiado para fomentar la inclusión es el tiempo libre educativo (Román, Alonso y Berasategi, 2018). Pero, ¿cuándo surgió el tiempo libre educativo y cómo se define? El tiempo libre educativo (en adelante TLE) surgió a principios del siglo XX como “propuesta de desarrollo comunitario en las zonas urbanas evolucionando desde los grupos organizados e implementando programas educativos enfocados en el desarrollo integral de las personas” (Ozamiz, Jiménez y Picaza, 2019, p. 102). Por ello, se puede definir la educación en el TLE como “procesos estructurados no-formales que tienen como finalidad la educación integral de la persona” (Monzón, 2001, p. 209), convirtiéndose en un ámbito de prevención (Monzón, 2003). Sin lugar a dudas, el TLE “ha sido una de las propuestas de animación sociocultural más efectivas y mejor organizadas que se han desarrollado para la franja de infancia y juventud desde la sociedad” (Monzón, 2003, p. 122).

¿Qué beneficios nos aporta la educación en el TLE? Algunos estudios argumentan que contribuye a la cohesión social implicando a la comunidad en los contextos a nivel local donde se está interviniendo (Iglesias y Espona, 2017). También supone una oportunidad para la transformación social, como se explica, por ejemplo, en un proyecto recreativo para el empleo adecuado del TLE de jóvenes entre 16 y 20 años de la comunidad rural Monte Alto, Cuba (Castillo, Castillo y Castillo, 2011). Otro de los beneficios hace referencia a que promueve la participación y el protagonismo de los niños, niñas y jóvenes, como se expone en una experiencia socioeducativa gracias al proyecto de intervención comunitaria intercultural en Palma, Isla Baleares (Vecina et al., 2016). También favorece el desarrollo de proyectos comunitarios de actividades físico recreativas (Ribalta, 2011).

Las actividades físico-deportivo-recreativas están determinadas por la realización de actividades a través de una acción motriz o ejercicios físicos, a los cuales se dedica voluntariamente el individuo en su tiempo libre, para el descanso activo, la diversión y el desarrollo. Es una forma de participación en la que el hombre siente lo que hace y hace lo que siente como expresión de una necesidad que se satisface (Azcuy, Corbo y Cuesta, 2010, p. 280).

Y no nos podemos olvidar de que se trata de un espacio idóneo para la transmisión de valores. Por ejemplo, Fernández (2012, p. 124) comparte la experiencia de la Asociación de Desarrollo Comunitario Gazteleku de Bilbao en el ámbito del TLE durante treinta años, matizando que:

Gazteleku es una Asociación sin ánimo de lucro, plural e independiente que pretende transformar la sociedad desde un modelo de Desarrollo Comunitario fuertemente comprometido con su entorno más cercano (Distrito VII-Errekalde), posibilitando procesos personales y/o colectivos que permiten recuperar el protagonismo de la ciudadanía conforme a los siguientes valores: participación, promoción, solidaridad, autogestión, justicia, respeto e igualdad.

Incluso las entidades de TLE como los centros socioeducativos contribuyen en el desarrollo de competencias académicas y de empleabilidad de niños, niñas y adolescentes que participan en ellas (Marzo et al., 2019). Y no debemos olvidar que trabajar desde el ocio y el TLE tiene gran relevancia cuando se trata de jóvenes en situación de vulnerabilidad (Mateo, Alonso y Garagarza, 2019).

No obstante, la educación en el tiempo Libre de base comunitaria muestra la existencia de tensión entre la inclusión y la transformación social y las desigualdades para la participación de toda la ciudadanía en los proyectos educativos (Iglesias y Espona, 2017). Como señalan De Valenzuela, Gradaille y Caride (2018, p. 43) “promover iniciativas socioeducativas vinculadas al ocio de los jóvenes se convierte en una tarea complicada, tan ilusionante como desafiante”.

Uno de los campos de desarrollo en la inclusión social en las últimas décadas es el de las radios comunitarias. La radio comunitaria, radio educativa, popular, o la radio participativa, entre otras (Martín, 2013; Peppino, 2013; Pérez, 2018) son diversas acepciones que se dan a nivel internacional a un tipo de radio que tiene como rasgo común el promover la participación activa de la ciudadanía, partiendo de sus propias voces.

La radio comunitaria, al igual que el TLE, posibilita un espacio educacional y de participación libre, un espacio que nos permite expresarnos, dar rienda suelta a nuestra creatividad, entre otras cosas (Galarza y Culqui, 2017).

Fraser y Restrepo-Estrada (2002) mencionan las funciones que esta radio puede desempeñar, entre ellas:

  • Reflejar y promover la identidad, el carácter y la cultura locales.

  • Crear una diversidad de voces y opiniones mediante la participación e inclusión de diversos agentes y colectivos.

  • Promover el diálogo abierto dentro de la comunidad.

  • Fomentar la buena gobernanza a través de una suerte de vigilancia civil hacia lo que las autoridades hacen y dicen que hacen.

Existen muchos ejemplos y formatos de desarrollo de la radio comunitaria a lo largo y ancho de la geografía mundial, en los últimos años algunas experiencias destacables, entre otras, son:

  • La radio comunitaria en Colombia como aporte a la construcción de paz en el postconflicto entre el Estado colombiano y la guerrilla de las FARC-EP (Vega, Tapias y Pérez, 2019), donde este medio se erige como un importante espacio de reflexión y encuentro.

  • La radio comunitaria en Chaitén (Chile) dentro de lo que fue un proceso de Investigación-Acción-Participativa (IAP), en el mismo se pretendió favorecer la integración social de las personas afectadas por la erupción volcánica de Chaitén (Mardones y Velásquez, 2015).

  • En la actualidad, y dentro del escenario Covid, han emergido redes comunicativas en forma de radio comunitaria, precisamente para hacer frente a la brecha digital y a la desinformación que en ocasiones se está dando, la red comunitaria Portal sem Porteiras (Monteiro Lobato - Estado de São Paulo) es un claro ejemplo de ello, esta radio en línea se ha creado para dar respuesta a dudas y desmentir noticias falsas acerca de este virus (Comunicares, 2020).

Un aspecto clave dentro de este desarrollo ha sido el avance de la radio analógica a la digital (Paiz, 2016). Lo más destacable de esto, además, como indica Amarc Europa (2019), es que ambos formatos puedan ser complementarios y permitan la participación de quienes tienen menos recursos.

Siguiendo los postulados de Gascón (1993, p. 7), podemos decir que:

la radio, dentro de la educación no formal, tiene el poder anticipatorio de convertir la realidad en un derecho, un derecho personal y colectivo, para que cada ser descubra sus posibilidades; y dotado de iniciativas, recursos y confianza, desbloquee sus inhibiciones que reducen sus perspectivas. La radio puede ayudar a las personas a decidir por sí mismas, a aprender por cuenta propia, a comportarse libre, feliz y responsablemente.

Aspectos que, en parte, trataremos de suscribir en las siguientes líneas.

Justificación y objetivos

Con base en lo anterior, es indudable la importancia del TLE en el desarrollo comunitario de un contexto determinado. Este artículo pretende ser un aporte a este respecto, ya que trata de recoger el desarrollo del TLE en un municipio de Vizcaya, centrándonos en las siguientes cuestiones:

  • Recoger la trayectoria histórica del desarrollo del TLE en el municipio.

  • Visibilizar el trabajo que se lleva a cabo en el municipio desde el tiempo libre.

  • Analizar las repercusiones tanto individuales como comunitarias que tiene el TLE.

  • Y todo ello, desde las voces de las personas protagonistas.

Metodología

Partimos de la idea de que la creación de conocimiento tiene que basarse en valores, modos y relaciones inclusivos y socialmente justos (Nind, 2014). Es por ello que en este proyecto hemos optado por el uso de la metodología participativa, porque permite que la comunidad tenga una intervención directa en el estudio de su realidad, reflexionando sobre sus propias acciones y evaluando lo que hace (Ander-Egg, 2003). Por ejemplo, algunos artículos científicos publicados en el marco del Proyecto “Redes de Innovación para la Inclusión Educativa y Social” aportan conocimiento científico a este tipo de metodologías participativas (Fernández-Menor y Parrilla, 2021; Gallego et al., 2019; Parrilla et al., 2016; Raposo et al., 2021; Sierra et al., 2019).

De esta manera, la población ya no es considerada un simple objeto de investigación, sino que pasa a ser sujeto activo y protagonista del proyecto y, por tanto, contribuye a conocer y transformar la realidad en la que está implicada (Basagoiti, Bru y Lorenzana, 2001; Parrilla 2013; Parrilla, Raposo y Martínez 2016; Sánchez, 2009). Se genera, así, “una participación amplia de carácter real y relacional que incrementa ostensiblemente el conocimiento, la comunicación y la conciencia de los ciudadanos” (Alguacil, Basagoiti y Camacho, 2006, p. 336). Según estos mismos autores, además, fortalece las redes sociales, “generando un gran sentimiento de satisfacción en las intervenciones resultantes” (Alguacil, Basagoiti y Camacho, 2006, p. 336).

Partiendo de todas estas ideas, en este proyecto se ha optado por la organización de una radio comunitaria como estrategia para propiciar, precisamente, una comunicación comunitaria (Vizer, 2003) y poder acceder, así, al mundo de la vida de la comunidad en la que se ha centrado el proyecto. Todo ello con la intención de que la propia comunidad tuviera la opción de reflexionar sobre los temas de su interés y proponer propuestas de acción al respecto.

Según la Asociación Mundial de Radios Comunitarias América Latina y Caribe la radio comunitaria es una radio “en la comunidad, para la comunidad, cerca de la comunidad y por la comunidad” (Amarc ALC, 2020).

Marco contextual del proyecto de radio comunitaria y objetivos planteados

Este programa de Radio Comunitaria se enmarca dentro del proyecto “Redes de innovación para la inclusión educativa y social: infancia vulnerable” (EDU2015-68617-C4-2-R) (Mineco/Feder, UE), que, entre otros, ha tratado de responder a los siguientes objetivos:

  • Recoger la voz de los distintos agentes educativos implicados en la mejora de la inclusión de la infancia en situación de desprotección leve y moderada.

  • Analizar de forma conjunta y crítica por parte de los distintos agentes educativos implicados y el equipo investigador las barreras y apoyos que están ocurriendo en la zona y encuentran en su intervención con la infancia en situaciones de desprotección leve y moderada.

Este proyecto tiene el informe favorable del Comité de Ética para las Investigaciones relacionadas con Seres Humanos (CEISH) de la universidad.

Proceso de preparación del programa de Radio Comunitaria

Tal y como afirman diversos especialistas, trabajar con metodologías participativas supone asumir que el proceso va a ser continuo y en espiral (Ander-Egg, 2003; Alguacil, Basagoiti y Camacho, 2006), es decir, circular (Vizer, 2003). Constatamos que el proceso de organización de la radio comunitaria así lo ha sido, ya que ha supuesto un proceso de trabajo de seis meses (diciembre 2018-mayo 2019). En este periodo se han llevado a cabo 50 reuniones o sesiones de trabajo en las que han participado 125 personas. En las mismas, las tareas y las responsabilidades se han organizado y estructurado en diferentes niveles y momentos. Al final de este proceso participativo se logró organizar la estructura general del programa de radio, que se concretó en nueve bloques temáticos de media hora de duración cada uno (Figura 1):

Figura 1 Bloques temáticos. 

BLOQUES TEMÁTICOS
1 Tejiendo redes Inclusión: De dónde surge este proyecto
2 A través del Tiempo Libre
3 Escuela-Familia-Comunidad
4 Euskara a Inclusión
5 Municipio que acoge (Bienvenida a personas inmigrantes)
6 Igualdad-Feminismo
7 Jóvenes referentes
8 Nuestro ámbito
9 Infancia y familias en situación de riesgo de exclusión y/o en situación de exclusión

Fuente: elaboración propia.

En este artículo nos vamos a centrar en el diseño y la organización de los bloques temáticos 2, 7 y 8, relacionados, todos ellos con el TLE, con el objetivo de recoger y analizar lo que los protagonistas han expresado sobre esta temática en el marco del programa de radio comunitaria.

Para la organización de estos tres bloques se creó un equipo de trabajo mixto, aspecto clave para la puesta en marcha de procesos de investigación participativos (Ander-Egg, 2003). Este equipo estuvo integrado por dos educadores sociales y una educadora social, responsables de los tres centros de TLE del municipio y dos investigadoras de la UPV/EHU, una de ellas, había sido durante 22 años educadora social en el municipio. Además de este equipo, en la organización de estos tres bloques han participado 40 personas, tanto directa como indirectamente. De ellas, diez han sido personas adultas, profundas conocedoras del pueblo y de los grupos de TLE por tener puestos de responsabilidad en los mismos: haber sido monitores, ser familiares de menores que están en los grupos, haber sido fundadores de los primeros grupos de TLE en el municipio, estar trabajando en la actualidad en ellos, entre otros. El resto, han sido niños, niñas, adolescentes y jóvenes que están participando en estos momentos en los grupos de TLE. Seis de ellos, además, se implicaron directamente en la formación para la radio y como entrevistadores en el programa.

Todo el material utilizado y generado para la organización de estos tres bloques ha sido objeto de análisis. En concreto, destacamos:

  • Documentos relacionados con el TLE en el municipio (documentos históricos de la trayectoria de los grupos municipales; en total 11 documentos).

  • Videos generados en el proceso (cuatro videos de diez horas de visionado en total).

  • Entrevistas realizadas (siete de ellas).

  • Actas de las reuniones y de las sesiones de trabajo llevadas a cabo (tanto de la comisión desde su creación, como del proceso de esta investigación. En total suman 64 actas).

Resultados

Contexto del pueblo

El municipio en el que se desarrolla el estudio tiene alrededor de diez mil habitantes, se encuentra cercano a la capital de la provincia y actualmente está muy bien comunicado. Ello ha promovido en los últimos años un importante desarrollo urbanístico, con un aumento significativo de familias jóvenes y con niños y niñas, que hace que sea el municipio con más personas menores de quince años de la provincia.

El desarrollo del municipio tiene que ver con un proceso construido a partir de la historia de un pueblo, dividido por la carretera general y desarrollado en dos zonas, primordialmente, la superior a la carretera, construido a partir de la inmigración de los años sesenta, y el pueblo antiguo, de tradición sobre todo rural. Es a partir de los años ochenta, con la crisis industrial, cuando se inicia en la parte de arriba un movimiento ciudadano que lucha contra la exclusión social. Así, en 1991 se constituye como partido independiente, y desde entonces, dirige la alcaldía. Entre sus iniciativas queremos resaltar dos momentos importantes de cara a la educación del TLE en la comunidad: la creación del equipo de intervención comunitaria en 1992, junto al reconocimiento de la Fundación Harribide, surgida desde la parroquia, centrada en iniciativas de TLE para infancia vulnerable, y el impulso de una Comisión Socioeducativa creada en 2007 por movimientos sociales que trabajan en educación formal y no formal, con la incorporación del propio ayuntamiento, el servicio social de base y equipos directivos y representantes de las Asociaciones de Familiares de los tres centros educativos existentes. Ello impulsa una mirada comunitaria e inclusiva tanto desde el trabajo educativo formal como de TLE. El reto que se plantean como comisión es llegar a trabajar en red. El trabajo realizado con el grupo de investigación ha puesto en evidencia el significado de este tipo de trabajo, como dice unos de sus miembros “implica decidir juntos qué y cómo hacemos cosas para y con el pueblo. La experiencia con el tema de la convivencia en el deporte fue un primer paso que ayudó a ver lo que es trabajar juntos y juntas” (Tarrasta. Educadora 1).

La educación en el tiempo libre en Etxebarri. Un poco de historia

"Consideramos que es un movimiento que ha sido relevante para la inclusión y cohesión en el municipio, y forma parte de la seña de identidad del mismo” (Ayuntamiento. Político 1). Así comienza la presentación en el programa de radio comunitario realizado en el pueblo en mayo de 2018, como fin de un proceso de investigación participativa realizado con la colaboración de un equipo de investigación de la UPV/EHU. Estas palabras indican la relevancia que tiene y ha tenido el TLE en la historia del municipio. Como hemos dicho, en el barrio de arriba, relacionado con la parroquia se desarrollaban desde los años setenta iniciativas educativas en respuesta a necesidades de ocio y TLE para la infancia, adolescencia y juventud, sobre todo para la más vulnerable: “El municipio se ha visto influenciado por el tiempo libre, para la población más vulnerable eran elementos fundamentales para la inclusión y la integración, todos los grupos tenían esa sensibilidad sobre todo para esa población” (SSB. Educadora 1).

Con personas voluntarias, en el contexto de comunidades cristianas de base, la atención a la infancia llegaba a aquellos espacios en los que ni la escuela, ni la familia llegaba:

con 16 años nosotros salimos a la calle. Empezamos a hacer lo que era una animación sociocultural dentro de un municipio, pues que le faltaba… pues todo. Éramos... pues eso, gente pobre, gente humilde, gente con muchas cosas que faltaban y conseguimos colocar. Nuestros padres pelearon mucho, nosotros ahí y todos los de detrás, vimos que la semilla ha estado y gracias a Dios la semilla sigue, y yo creo que lo fundamental es que no se pierda (Parroquia. Monitora 2).

La idea era que chavales y chavales repartidos por edades y con ellos hacer las actividades que a ellos les gustan y con los monitores para el crecimiento de las personas y tirando para adelante (Párroco 1).

Al tiempo que se desarrollaban los grupos de tiempo libre en la parroquia de arriba, en el barrio de abajo, también en relación con la parroquia, surge otro grupo de tiempo libre, que con los años termina por desaparecer. Ello, considerando siempre que el tiempo libre tenía que ser educativo, puesto que, como decía un participante en el programa de radio, “considerábamos que tenía que ser educativo, puesto que, si no, no era tiempo libre” (Monitor 3). Y otra persona añade: “queríamos que los niños y las niñas se lo pasaran bien, con temas divertidos, al tiempo que iban creciendo como personas, personas críticas y reflexivas. También nos planteamos que era una forma de integrar a las personas con necesidades educativas especiales de nuestro municipio” (Parroquia. Monitora 3)

Los grupos de TLE han cumplido 39 años en el municipio, y sus actividades han ido creciendo en cantidad y en calidad. Este crecimiento ha tenido una repercusión importante en la vida del pueblo. De la respuesta al tiempo libre, de fines de semana y vacaciones, se pasa a dar respuesta a otro tipo de necesidades más amplias, de tipo escolar, cultural, social: “Era una manera de ocupar nuestro tiempo entonces y ha venido muy bien por el tema de valores” (Familia 1). “Era como la tele, sólo había dos canales, y los jóvenes de aquella época teníamos la familia, la escuela y la calle y apareció este gran proyecto, que casi era un espíritu de chavales que nos acercábamos por allí y nos daba otra alternativa a nivel educacional” (Familia 2).

Muchas de las iniciativas surgen de las propias personas que han formado parte de esos mismos grupos, y que siguen relacionados como monitores y monitoras (con contrato o voluntariado) y familiares. En estos momentos hay 49 monitores y monitoras, entre 300 y 400 familias involucradas, y se trabaja con alrededor de 500 personas menores de edad. En el programa de radio, una de las personas que formó parte de los grupos de TLE, y ahora lo hacen sus hijos, como monitores y en formación, dice “es un orgullo para mí, que mis hijos sigan con esta experiencia que para mí fue tan importante”. Otra madre añade: “El grupo de familias compartimos cómo educar, se exige más implicación de las familias. La familia predica con el ejemplo: implicándose. En casa también se vive en comunidad, es un proyecto de familia”. Y otro agrega: “Era importante sentirnos parte de la comunidad, y vimos que era una forma de integrarnos en el pueblo y hacer comunidad y para nosotros era importante que nuestros hijos viviesen lo que hemos vivido” (Familia 3).

Uno de los jóvenes, dice: “es importante aprender valores, en el grupo estamos como en una gran familia, y me hace ilusión saber que mis padres estuvieron también”. Uno más añade: “Mi padre estuvo de monitor, desde pequeño se nos ha inculcado y yo tenía la oportunidad de formar parte de ello como niño y como monitor y ahora estoy de monitor como toda la familia” (Joven 2).

Estas vivencias familiares compartidas son importantes no sólo para las personas, sino para la comunidad, ya que se plantea como objetivo de la acción educativa realizar acciones que tengan impacto en todo el pueblo, y de ahí que encontremos diversos espacios, recursos, repartidos por el municipio que ponen en contacto a toda la población.

El TLE en Etxebarri hoy. Entidades, proyectos, redes

Son diversos los espacios y recursos en los que actualmente participan la infancia y adolescencia en el ámbito del TLE. Todos los recursos que mencionamos ofertan actividades específicas para los periodos vacacionales y durante todo el curso escolar.

La estructura sigue un criterio de edad, por lo que debemos comenzar con las ludotecas. En el municipio existen dos ludotecas, que atienden a menores de 5 a 9 años, una en cada barrio (Kultur Etxea Ludoteka y Metakal Ludoteka). Su funcionamiento es de lunes a viernes, en horario de tarde. Las ludotecas, en coordinación con la escuela, proporcionan un espacio de juego que permite a los niños y niñas realizar diferentes aprendizajes. En la grabación para el programa de radio, tres niños y niñas de seis años, entre risas dicen: “nos gusta venir y hacer talleres”, “¡margotu! (dibujo)”, afirma una niña.

El espacio de Tarrasta Gazte Gunea, situado en la avenida, frente la escuela, funciona de lunes a viernes en horario de tarde y los domingos dependiendo de la actividad. Se dirige a la población de diez a 12 años, y se complementa con espacio y actividades de estudio. “Hacemos asambleas, y en ellas decidimos lo que vamos a hacer”, dice un niño entrevistado. “A mí, lo que más me gusta es el huerto ecológico”, afirma otro. El huerto es un espacio de encuentro y aprendizaje en un contexto muy diferente, donde “los chavales y las chavalas se expresan con más libertad, aprenden de la naturaleza”, completa una monitora. Preparar las fiestas, los udalekus (campamentos y colonias) son otras acciones en las que los niños y las niñas se involucran con entusiasmo.

Para las y los adolescentes, es decir, a partir de los 12 años, se encuentra el espacio Talka, ubicado en el antiguo ambulatorio en la zona de abajo, con actividades todos los días de la semana, incluidos fines de semana. Entre semana el horario es de tarde y los fines de semana en función de la actividad. Este equipamiento ha sido el último de los cuatro en ponerse en marcha con la finalidad de ampliar el espectro de personas destinatarias, en especial en este barrio. El funcionamiento es también asambleario, y se desarrollan diversos talleres, potenciando las iniciativas de las personas que participan, como por ejemplo el grupo de música que participa en el programa de radio con varias canciones de su repertorio. Estos tres recursos son de titularidad pública y se gestionan desde la Fundación Harribide.

El proyecto Mugarri, espacio también para adolescentes y jóvenes a partir de los 12 años, se encuentra en el barrio de arriba. Su disponibilidad es entre semana y los fines de semana, también con una amplia oferta de TLE y orientación en el estudio y prelaboral. Se gestiona desde la Fundación Harribide. Kukuaren Taldeak y San Antonio Gaztedia son grupos de TLE enmarcados en la parroquia situada en el barrio de arriba. Es, precisamente, en el contexto de uno de estos grupos de jóvenes de 15 y 16 años, donde surge la propuesta de la realización del programa de radio. La propuesta del equipo de investigación correspondía a uno de los objetivos planteados desde la Fundación, que era realizar acciones que tuvieran impacto en la comunidad. Recuperar la radio comunitaria surge como propuesta en el grupo de jóvenes, que luego se implicarían de diferente manera en el programa realizado el 7 de abril de 2019.

La realización del programa de radio se incluye en las actividades de Tarrasta, Talka y Mugarri, trabajando con los diferentes grupos de niños, niñas y adolescentes el contenido que se quería transmitir, así como quiénes iban a ser personas entrevistadoras y entrevistadas. “El proceso ha sido muy bonito, las familias han estado muy agradecidas. No estaba metido en la planificación del año, pero la respuesta de los chicos y chicas ha sido estupenda”, dice una coordinadora. “Tuvimos muy en cuenta, que era una oportunidad para los chicos y chicas más vulnerables, y se les hizo invitación directa. La respuesta ha sido muy buena. Han tenido que hacer verdaderos esfuerzos para ir a las sesiones de formación. Hemos visto cómo su autoestima ha subido porque iban a hablar en la radio”, indica otro monitor en la sesión de evaluación.

Es importante señalar que la Fundación hace de nexo entre todos los servicios y existe un nivel de coordinación importante entre todos los recursos de TLE del municipio. Además, se coordinan con otras instituciones educativas, culturales y sociales, así como con la comisión socioeducativa, donde tienen un papel relevante.

Retos para el futuro

El intenso desarrollo de los grupos de TLE en el municipio durante más de 35 años llevó, hace un par de años, al equipo de monitores y monitoras, a pensar que era momento de revisar lo que estaban haciendo. “Llevábamos un ritmo endiablado, el tiempo lo teníamos que dedicar a hacer, y no nos damos tiempo a pensar. Decidimos parar y hacer una evaluación interna” (afirma uno de los coordinadores). De esta revisión surgieron nuevas necesidades de formación para los monitores y monitoras, así como de buscar más alianzas entre ellos y con la comunidad. La perspectiva de la comunidad y del trabajo coordinado con otras instituciones surge con fuerza, y eso lleva a buscar mayor presencia en los centros educativos y otras entidades culturales del municipio. Trabajar con perspectiva de género, ahondar en el desarrollo sostenible y la educación medioambiental se convierten en ejes del trabajo de los equipos de TLE. Y, como último pilar, hacer un trabajo educativo inclusivo se hace mucho más visible y evidente.

Discusión y conclusiones

“Si el tiempo libre no es educativo, no es tiempo libre”, “Nuestra preocupación es que llegara a los niños y niñas con más necesidades”. Estas dos frases, dichas en el programa de radio, nos advierten de algunas de las claves más importantes del desarrollo de la educación del tiempo libre en este municipio: la comunidad educa en el tiempo libre, y la educación es para todos y todas. Construir procesos educativos en y desde la comunidad, en el tiempo libre para todos y todas es clave para el desarrollo de una comunidad que avanza y se preocupa por la ciudadanía, lo que va en la línea que manifiestan Ozamiz, Jiménez y Picaza (2019).

Estas claves han sido también importantes para el desarrollo de una cultura de colaboración y participación en este municipio. El TLE desarrollado desde edades tempranas en esta comunidad, ha facilitado el encuentro entre diferentes y ha enseñado el significado más profundo de la solidaridad y la igualdad a las jóvenes generaciones. Dice uno de los jóvenes referentes “tengo que agradecer a este municipio estar aquí”. No podemos llegar a afirmar que esto es efecto del TLE, evidentemente, pero sí hemos de decir que el trabajo educativo realizado en él, junto con el trabajo de las familias y las instituciones educativas, culturales y sociales, han ido imprimiendo cierta identidad, que hace que las personas de este municipio lo sientan como diferente y se sientan parte de él. Pensar en una asamblea de Tarrasta cómo podemos mejorar la convivencia en el pueblo, y que las ideas de los menores de 15 años sean escuchadas en una comisión, centrada en la infancia y en la convivencia, es importante. El TLE se convierte en un elemento necesario e importante para la cohesión social en la comunidad, como afirman Iglesias y Espona (2017).

Realizar un programa de radio comunitario ha sido un proyecto común, construido entre muchas personas diferentes de la comunidad, que ha tenido como eje la inclusión, la participación y la innovación. Román, Alonso y Berasategi (2018) afirman que el TLE ha de ser inclusivo. Es precisamente la inclusión de todas las voces en este programa, lo que ha puesto en evidencia la presencia de los grupos de TLE en esta comunidad, su relevancia para ella. Tres de las temáticas seleccionadas tenían que ver directamente con el TLE, y otras dos, de forma transversal. La inclusión de las personas más vulnerables y de otros colectivos es una clave desarrollada desde el origen de las iniciativas de TLE en esta comunidad, y ello hace que, sin ningún tipo de estigmatización, los y las jóvenes vulnerables hayan podido participar en el programa, como entrevistadores y como entrevistados.

Seguir trabajando con proyectos comunes se evidencia clave para el trabajo de la comisión socioeducativa. Pensar desde una perspectiva más comunitaria, y no sólo centrada en la infancia, se ha convertido en un reto a futuro; reto que asumen las diferentes instituciones representadas y que exigen una ampliación. El TLE de la infancia y la adolescencia es importante, pero también el de las personas adultas, mayores, otros colectivos y población en general.

Referencias

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Recibido: 11 de Junio de 2021; Aprobado: 29 de Noviembre de 2021

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