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Cuicuilco. Revista de ciencias antropológicas

versão On-line ISSN 2448-8488versão impressa ISSN 2448-9018

Cuicuilco. Rev. cienc. antropol. vol.27 no.77 Ciudad de México Jan./Abr. 2020  Epub 24-Mar-2021

 

Reseñas

Leer a Alberto T. Arai. Reflexiones, ensayos y textos

Pablo Francisco Gómez Porter1  * 

1Facultad de Arquitectura. UNAM. México

Drago Quaglia, Elisa. Leer a Alberto T. Arai. Reflexiones, ensayos y textos. ., Facultad de Arquitectura, UNAM, México: 2019.


Alberto T. Arai vivió entre 1915 y 1959, un periodo corto de vida para una persona que logró producir obras relevantes y una cantidad importante de textos cuya riqueza radica en plasmar la profundidad de su pensamiento, conformando así el testimonio de un México en el que los pensadores, arquitectos y artistas de la época pretendían conformar una expresión artística propia de la tradición cultural mexicana, en un momento en el que la estabilidad del país, una vez consolidado el régimen emanado de la revolución, allanaba el camino para pensar, discutir y reflexionar hacia donde poder dirigir el destino patrio.

De ascendencia japonesa, Arai es recordado por ser el creador del diseño de los frontones del Campus Central de la Ciudad Universitaria de la UNAM, conjunto inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2007. Sin embargo, además de arquitecto, fue pensador, crítico y filósofo de su época y cuyo pensamiento trascendió su momento histórico.

Para conmemorar el centenario del natalicio de Alberto Arai en 2015, la Facultad de Arquitectura de la UNAM organizó una jornada de reflexión en torno a la vida y obra de tan fascinante personaje, en el marco del merecido evento la Dra. Elisa Drago, investigadora de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, se dio a la tarea de compilar una serie de textos, revelando una personalidad multifacética que aún al día de hoy presenta amplias áreas de oportunidad en las que pudo establecer una clara postura en relación con la teoría de la arquitectura, para ser analizada. Sin duda, la antología Leer a Alberto T. Arai. Reflexiones, ensayos y textos, marca un referente en torno a la comprensión del pensamiento creador de Arai, complementario al mero análisis arquitectónico de su obra construida.

El libro, recientemente editado por la UNAM, cuenta con 495 páginas, estructuradas en cuatro capítulos; los tres primeros son antologías de textos generados por la prodigiosa pluma de Araia, mientras que el cuarto capítulo “Reflexiones y ensayos” presenta los trabajos de los académicos que participaron en el evento organizado en el año 2015 para celebrar su legado.

El primer capítulo, titulado “Filosofía”, aglutina trabajos en los cuales el autor diserta sobre obras literarias generadas en plena mitad del siglo XX. Asimismo, aborda los conceptos del ser, su complejidad y sus múltiples facetas a partir de los textos de Leopoldo Zea en tono a su obra El positivismo en México, para más adelante adentrarse en el trabajo propuesto por Samuel Ramos que habla de un nuevo humanismo, abordando la diferencia entre teoría y dogma, conceptos que retomará en el texto que se presenta posteriormente en el libro y que es dedicado a Le Corbusier, referente del pensamiento arquitectónico del siglo XX. Esta sección expone el pensamiento filosófico del personaje y la reflexión que sirvió de guía en su producción arquitectónica, siempre orientada hacia el humanismo y la realización integral de la persona.

El segundo capítulo “Sobre Arquitectura y Urbanismo”, es un viaje al pasado que presenta al lector el pensamiento, las preocupaciones y los retos de arquitectos, ingenieros y constructores de México en las primeras décadas de la pasada centuria. Las ideas plasmadas en dicho texto, confirman, una vez más, a un Arai reflexivo y multifacético, pero sobre todo, consciente de las problemáticas que enfrentaba el gremio, ofreciendo respuestas factibles para solucionarlas.

Esta sección del libro, conformada por ocho apartados, comienza por dar una explicación a la complejidad que implica estimar -valorar- la arquitectura, a partir de la complejidad técnica en su producción y del cambio en torno a los valores, que durante ese tiempo dejaban atrás elementos ornamentales, para dar paso a una estética basada en geometrías puras y en la expresión sincera de materiales constructivos. A pesar de esos cambios, Arai era plenamente consciente de la arquitectura que se producía en aquel momento, tenía “espíritu”, mismo que hoy se puede apreciar entre la producción arquitectónica de épocas posteriores.

En el segundo apartado describe el diseño del edificio construido para la Asociación México-Japonesa en el cual hace referencia a sus raíces orientales. Como dato curioso, es aquí donde Arai desvela su nombre completo: Alberto Teruo Arai Espinoza. El autor narra el reto que en términos de diseño implicó integrar una expresión arquitectónica mexicana con la japonesa. El cometido se logró con el uso de materiales como la piedra para evocar el pasado prehispánico mexicano, al igual que lo hizo con los frontones de la Ciudad Universitaria; por su parte, los materiales que utiliza de producción industrial, como el concreto, así como la techumbre inclinada son la referencia simbólica y formal que rinde tributo al espíritu de la arquitectura japonesa. La obra, inaugurada en 1959, representa el ejemplo claro de una integración plástica, conceptual y material de dos culturas milenarias que conviven en un mismo objeto arquitectónico.

El tercer apartado aborda un problema que hoy en día enfrentamos en la Ciudad de México: el hundimiento del subsuelo, Arai proponía varias soluciones que implicaban regular y frenar el crecimiento desmedido de la mancha urbana que, para ese momento, ya enfrentaba la capital del país. Resulta trascendente mencionar que de haberse atendido estas recomendaciones en el ámbito de la política, muchas vidas se habrían salvado en los sismos de 1957, 1985 y 2017, como acertadamente lo señala Drago en la introducción del libro.

El ensayo filosófico que presenta sobre la técnica, tiene por sí mismo un título sugerente que incita a su lectura y análisis; en la práctica, la naturaleza propia de la técnica implica la realización repetitiva de actividades para concretar una obra en el menor tiempo posible abatiendo costos, por lo que parecería entonces que en los procesos técnicos no hay espacio para la reflexión, la teorización, o el pensamiento analítico. Con este texto, Arai demuestra que no es así, siempre el proceso técnico puede ir precedido de una profunda reflexión.

Para ampliar este concepto, refiere sobre la importancia de la técnica, las herramientas, los conocimientos disponibles, la mano de obra e incluso el uso de los animales que fueron parte importante para la edificación en diferentes momentos históricos, y ofrece una descripción sobre la importancia del avance de la tecnología para mejorar la calidad de vida y los procesos de construcción.

En “Jacales contra rascacielos” se integran una serie de textos secuenciados y que fueron presentados semanalmente en un diario de circulación nacional. En ellos hace referencia a la historia nacional, el empleo de materiales regionales como expresión contemporánea de la riqueza cultural de México, valora la arquitectura rural mexicana, los paisajes que conforman y la calidad de vida de sus moradores.

Mediante estos escritos hace una confrontación de conceptos para entrecruzar las ideas abordadas en otros textos de esta antología; por ejemplo, los conceptos de técnica y tradición se hilvanan para manifestar que ambos se pueden complementar con el fin de generar habitación de calidad, factible y económica que responda a las necesidades y realidades sociales del momento, pero sobre todo, como una expresión propia del momento histórico de su creación.

De la misma manera que en el texto anterior, en “La casa mexicana. Ideas sobre la habitación popular”, se integran varios ensayos, en los que comienza por reconocer que es un tema amplio, complejo y lo pone sobre la mesa para abordar en torno a la discusión del congreso en el que fue presentado este texto. Aquí reitera las ideas que ya había manifestado en otros escritos; propugna por la producción de una vivienda con expresión nacional, y en este punto se hace presente un Arai que ya es consciente de encontrarse en la antesala de una era global en la que la producción arquitectónica tiende a estandarizarse y en la que la expresión local y regional constituyen un capital invaluable de identidad.

Asimismo, reitera la idea de trasladar la capital del país para evitar su sobre población y la excesiva explotación de sus mantos acuíferos comprometiendo la frágil estabilidad del subsuelo de la zona central. También plantea esquemas financieros para la adquisición de vivienda, un anhelo propio del mexicano, mucho antes de la creación de instituciones como Infonavit o Fovissste. El texto se produce en un momento en el cual la discusión y ensayo de vivienda popular para la capital era un tema que ocupaba a los arquitectos y en el que se daban las primeras respuestas, como la vivienda de obreros de Balbuena, en 1932, o los grandes multifamilares de pensiones civiles en la década posterior.

En 1945 escribe el texto “La casa obrera mexicana”, en el que se vincula su pensamiento en torno a los dos textos anteriores, confirmando que una de las preocupaciones de los arquitectos de la época era la vivienda popular en la ciudad capital que, de manera acelerada vivía transformaciones radicales a partir de los procesos de industrialización que definieron el desarrollo urbano durante el siglo pasado en todo el mundo.

El texto aborda el problema de la vivienda precaria de la clase obrera de la ciudad, hacinada en vecindades, tugurios de miseria y condiciones insalubres, sector de la sociedad que necesitaba respuestas por parte del gremio. Desde luego, Arai plasmó valiosas ideas antes de la construcción de los primeros grandes conjuntos de vivienda multifamilar que, en el discurso político del régimen, representaron la solución al problema de la habitación popular citadina, pero que no integró toda la serie de valores y expresiones que planteó Arai años atrás.

El último texto de la serie es dedicado a Le Corbusier, para el que retoma los conceptos del dogma y la teoría, en la arquitectura. Arai reconoce la trascendencia universal del pensamiento lecorbusiano y está consciente de que esos teoremas son una respuesta a la medida adecuada que se tomó en relación con ese momento histórico y no para otro, y el tiempo le concedió la razón a Arai. Retoma el concepto de la técnica en arquitectura y cómo cambia en diferentes momentos de la historia, así como el de una nueva valoración estética, ya referida en un texto anterior.

El tercer capítulo consta de una serie de textos sobre las bellas artes, en ellos es manifiesta su sensibilidad artística, hace referencia a la herencia cultural mexicana y su necesidad de plasmarla en la producción artística. Con los documentos presentados en esta sección del libro nuevamente se muestra a un arquitecto integral, completo, con amplia capacidad reflexiva y con conocimientos que permiten generar ensayos sobre otras artes en los que expresa su pensamiento e ideología.

En esa misma sección se incluyen algunos escritos que produjo cuando vivió en Chiapas en la etapa final de su prolífica vida, en “Fantasía y realidad en el ballet Bonaampak” [con doble aa citado en el libro] e “Interpretación del trópico”, hace patente su sensibilidad hacia la riqueza simbólica del pasado cultural maya y hacia los ambientes que se construyen a través de la literatura, como en el caso del ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.

Asimismo, los últimos dos trabajos del capítulo refieren al genio creador de los muralistas mexicanos, en “Rivera y Orozco, pirámides del sol y de la luna de la pintura mexicana actual” equipara a Rivera como la vida, la luz, como la pirámide de oro, del Sol; a Orozco, como la muerte, la oscuridad y como la pirámide de plata, la Luna.

En el texto que dedica a Picasso como inventor de sentimientos hace referencia a la capacidad del artista español para expresar emociones magistralmente a través de sus obras, poniendo como ejemplo a la célebre pintura Guernica, que relata el sufrimiento y el drama que vivieron los habitantes en el bombardeo de la ciudad durante la Guerra Civil española.

La última sección del libro “Reflexiones y ensayos”, autores de nuestro tiempo y especialistas de la arquitectura del siglo XX, presentan una visión actual de Arai, el filósofo, el arquitecto y el pensador, y es abordado desde la perspectiva madura que da la distancia en el tiempo, permitiendo hacer una reflexión mucho más certera en torno a su obra y a su vida a partir de los textos que escribió y que dan cuenta de la evolución de su pensamiento. En esta parte se cuenta con la valiosa colaboración de connotados académicos como Ramón Vargas Salguero, Johanna Lozoya, Catherine Ettinger, Louise Noelle y funcionarios de primer nivel como Dolores Martínez Orralde. En esta última sección el análisis de los textos de Arai, a partir de los temas que él abordó, permiten construir temáticas de análisis y aproximación hacia un personaje cuyo legado destaca por su riqueza y variedad.

El trabajo de investigación, compilación y organización realizado por Elisa Drago es sin duda un punto de arranque fundamental para el conocimiento y comprensión de Alberto T. Arai como un exponente excepcional de su tiempo, cuyas ideas, inquietudes y reflexiones cobran plena vigencia en la actualidad a pesar de haberse escrito hace ocho décadas.

*Contacto de correspondencia. Correo: pafro22@hotmail.com

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