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Inter disciplina

versão On-line ISSN 2448-5705versão impressa ISSN 2395-969X

Inter disciplina vol.9 no.25 Ciudad de México Set./Dez. 2021  Epub 22-Nov-2021

 

Entrevista

Entrevista con la Dra. María Antonieta Barrón Pérez

Interview with Dr. María Antonieta Barrón Pérez

Celso Ortiz Marín*


En las últimas 4 décadas, ¿cuáles son los principales cambios que se pueden apreciar en los contextos rurales mexicanos?

El más importante es la reducción de la población rural. En 1970 había 1.9 millones de habitantes en localidades rurales que representaba el 41% de la población total, para 2020 el 21% de la población vive en localidades rurales, aunque hoy son casi 27 millones de personas, o sea se redujo en términos relativos no absolutos.

La segunda cuestión es que en los setenta había menos mujeres que hombres, había 0.96 mujeres por un hombre, para 2020 hay 1.02 mujeres por cada hombre, ello se debe a que en el pasado, la migración fue sobre todo femenina, el crecimiento económico permitió la incorporación de las mujeres de áreas urbanas al trabajo y la demanda de trabajadoras domésticas aumentó.

El otro cambio fue la diversificación de actividades económicas más allá de la agricultura y la asalarización de los campesinos.

¿Cómo ha cambiado a lo largo de este tiempo la forma de aproximarse teórica y metodológicamente al estudio de lo rural?

En el pasado la discusión era el papel de la economía campesina, hoy se agrega en el análisis la nueva ruralidad. Grajales y Concheiro (2009) señalan que “Los espacios rurales presentan hoy día una creciente diversificación económica, vinculada con la pérdida de centralidad de la agricultura. Las actividades no agrícolas se han tornado relevantes en términos de empleos e ingresos”.

Las familias rurales, ¿cómo se encuentran constituidas principalmente, cuáles han sido sus principales adecuaciones a los cambios en el contexto económico, al abandono de la agricultura por su baja rentabilidad?

Lo más relevante es el aumento de la población a relaciones salariales que han traído consigo una reducción de la tasa de dependencia y las migraciones y la caída en la tasa de fecundidad que ha reducido el tamaño de la familia.

En 1970, el 9.1% de las mujeres de 12 años y más, y el 74.8% de los hombres de 12 años y más era económicamente activo, para 2020 se produce un cambio significativo, la tasa de participación global para los hombres de áreas rurales bajó al 64.3% y para las mujeres aumentó al 22.9%, cierto que entre 30 y 34 años aumenta para ambos sexos, pero parece surgir una especie de sustitución de mano de obra femenina por masculina en las áreas rurales, tal vez por la migración masculina, tema que no voy a desarrollar aquí.

Según el censo de población 2020, ¿cuál es el principal cambio que se ha presentado en la organización de la dinámica económica, laboral y familiar en los hogares rurales?

Bueno, como se señalaba anteriormente, el aumento significativo de la incorporación de las mujeres rurales al mercado de trabajo y una reorientación de su participación en el mercado de trabajo.

Población ocupada rural por rama de actividad y sexo 1970 y 2020 (porcentajes). 

Rama Hombres Mujeres
Agropecuario 84.6 51.9 45.5 15.6
Sector secundario 6.5 10.4 17.8 17.5
Construcción 2.2 13.5 0.5 0.5
Comercio 2.4 8.2 8.0 23.4
Servicios 4.3 15.9 28.2 43.0
Total 100.0 100.0 100.0 100.0

Fuente: INEGI. Censos de Población 1970 y 2020.

Baja la participación femenina en las actividades agrícolas, pero aumenta en comercio y servicios, solo que si bien en áreas rurales a nivel nacional baja la participación femenina en actividades agrícolas, en la agricultura de exportación aumenta significativamente.

¿Cuáles son las principales características de las familias de jornaleros agrícolas que migran temporalmente a las agroindustrias?

Describir las características de las familias de jornaleros tiene muchas aristas. Los registros censales no permiten describir sus características, comenzando por su origen. Las familias que migran son familias pobres, el Programa Nacional con Jornaleros Agrícolas (PAJA), estimaba que aproximadamente el 35% de las familias jornaleras migrantes son indígenas, el tamaño medio de la familia jornalera es de 3.8 miembros frente al tamaño medio de la familia urbana que es de 3.5 miembros.

La migración es en general de gente joven y con hijos que puedan trabajar, los menores de 14 años se quedan en su lugar de origen con los abuelos. Según una encuesta levantada por la autora en 2019, el 62% de los jornaleros migrantes tenían entre 20 y 39 años, los menos entre 14 y 19, y 40 y más.

¿Cuáles son los principales motivos por los que migran las familias de jornaleros agrícolas?

La pobreza. Según la Encuesta a Jornaleros Agrícolas que levantó el Programa de Jornaleros Agrícolas en 2003, las principales entidades expulsoras de población son Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Veracruz, en ese orden, las 4 ocupan los primeros lugares de marginación, son entidades que presentan condiciones de muy alta marginalidad. Lo anterior explica el porqué la población de esas entidades va a la cabeza de la migración interna a la agricultura de exportación.

En su lugar de origen, la población ocupada que recibe hasta un salario mínimo muestra proporciones muy altas. Según la ENOE 2020, en el 3er trimestre el 72.5% de los ocupados en Chiapas recibe hasta 2 salarios mínimos (SM); en Oaxaca el 57%; en Guerrero 53% y en Veracruz 61%, esta es la razón para migrar.

¿Qué pasa en los pueblos y comunidades de las que parten durante el tiempo que están fuera, quiénes se quedan, cómo se organizan, entre otras cosas que nos pudiera mencionar?

En los pueblos se quedan los viejos y los niños y se abandonó la agricultura. Baste señalar que entre 1990 y 2019 la superficie de pastos pasó de 919.5 mil hectáreas a 2,928.3 mil, hectáreas, pastos para ganado aumentó en poco más de 2 millones, Oaxaca y Guerrero están entre los primeros 10 estados que aumentaron la superficie de pastos. A una pregunta a un campesino de Guerrero sobre cuántas hectáreas tenía, me señaló: 6, y le pregunté, ¿que siembra? Y me contestó: nada, hecho a mis chivitos a pastar. Eso es abandono de la agricultura por la salida de los jóvenes.

Se quedan esperando les manden dinero de los campos agrícolas de Sinaloa o Baja California o de los Estados Unidos, o esperando que regresen los hijos.

¿Existen algunos cambios que se puedan destacar en los procesos migratorios de las familias jornaleras en las últimas décadas?

Sí, en los años setenta iba la mujer con el marido y los hijos, ella a realizar las labores de reproducción, y el marido y los hijos a trabajar, a recoger algodón a Sonora; hoy van las mujeres como proveedoras y reproductoras. Migran con el marido y los hijos mayores de 14 años, son cortadoras de hortalizas, jitomate, chile, pepino, y son responsables de hacer la comida, lavar la ropa y atender a hijos y marido.

Le preguntaba a una mujer en un campamento en Culiacán que estaba lavando ropa con un hijo de menos de 2 años, ¿hoy no fue a trabajar? No -me dijo-, está malito mi niño y aproveché para lavar un poco. Y con su disposición de platicar le pregunté: ¿a ver, platíqueme qué hace en un día cualquiera?

- Pues mire -me contestó-, me levanto a las 4 de la mañana, pongo los frijoles, hago el desayuno, preparo el “lonche” se levanta mi familia y nos vamos a trabajar a las 6 de la mañana, regreso a las 12, hago la comida y mientras se “coce”, lavo un poco de ropa, les doy de comer y nos regresamos al campo, trabajamos hasta las 5 o 6 de la tarde, regreso, hago la cena, lavo un poco de ropa, cenamos, me baño y me voy a dormir.

¿Y en su pueblo qué hace? - No, pues casi nada, preparo el nixtamal, lo llevo a moler, hago las tortillas y “coso” los frijoles, le doy el desayuno a mi marido, me pongo a coser un rato, hago la comida y espero a mi marido para comer y en la tarde platico un poco con mi vecina o coso alguna cosa y así todos los días.

¿Y dónde es más feliz, aquí o en su pueblo? Pues aquí, me contestó sin dudar, ¿y, por qué? Me sorprendió su respuesta al conocer su ritmo de vida, “Pues porque aquí sé que voy a comer todos los días y además me tomo una Pepsi fría diario”.

Desafortunadamente esta mujer no se cuestionaba nada, afortunadamente no todas las mujeres jornaleras asumen un papel tan pasivo, hoy encontramos muchas mujeres que se quejan, aunque no cambie nada.

¿Qué ha cambiado recientemente en los procesos migratorios de las familias de jornaleros agrícolas a raíz de que se impide la presencia de menores en los campos agrícolas?

Nada ha cambiado para los jornaleros, siguen llegando familias jornaleras ahora con hijos mayores de 14 años, con los que pueden trabajar. Ha cambiado el entorno de los campamentos, ya no hay guarderías, y no siempre hay un centro de salud.

Han cambiado los mecanismos de atención a jornaleros que antes daba el programa nacional con Jornaleros Agrícolas, PAJA, antes este programa atendía a las familias, hoy están en manos de lo que les ofrece el patrón, les guste o no les guste.

Lo que tampoco ha cambiado son las condiciones de trabajo y salario, no cuentan con contrato de trabajo, están sin jornada fija, sin prestaciones, no logran trabajar todo el año, trabajan cuando mucho 200 días al año, y para la Secretaría del Trabajo, los jornaleros no existen.

¿Cuál ha sido el papel de las mujeres en los procesos de cambio en los contextos rurales, en los procesos migratorios, en las relaciones familiares al interior de los hogares, han cambiado algo, las relaciones son más simétricas en el cuidado y crianza de los hijos, las actividades domésticas se distribuyen igual o se han presentado algunos cambios adicionales?

En los aspectos de género nada ha cambiado, la mujer ya incorporada a relaciones salariales no ha dejado su papel de reproductora de la familia y el abandono de los programas sociales las ha desprotegido aún más.

Antes, aun con todas las deficiencias que tenía el programa, tenían atención médica, el PAJA tenía centros de acogida mientras se iban, había casas para jornaleros por si llegaban solos, los acompañaban en algún accidente o para su atención médica, y en los últimos años, en Sinaloa, por ejemplo, les daban una cantidad de dinero para pasar la semana mientras les pagaban. Es cierto que ese pago y otras cosas se prestó a corrupción, pero en lugar de corregir los programas y beneficiar a los jornaleros, la Secretaría de Bienestar, antes SEDESOL, desapareció el programa, y hoy por hoy los jornaleros siguen siendo invisibles.

*Correo electrónico: ortizcelso@hotmail.com

Celso Ortiz Marín

Actualmente, profesor-investigador de tiempo completo en la Universidad Autónoma Indígena de México y Miembro del Núcleo Académico Básico del Programa de Maestría y Doctorado en Estudios Sociales y Maestría y Doctorado en Educación y Diversidad Cultural. Estancia posdoctoral en el Posgrado de Ciencias en Ciencias Agrarias (UACH). Doctor en estudios sociales línea estudios laborales (UAM-I). Maestro en ciencias en sociología rural (UACH). Licenciado en antropología social (ENAH). Reconocimiento de profesor de tiempo completo con perfil deseable (PRODEP-SEP). Miembro honorífico del Sistema Sinaloense de Investigadores y Tecnólogos y del Sistema Nacional de Investigadores Nivel I (Conacyt). Líder del Cuerpo Académico “Migración, Interculturalidad y Cultura de Paz” con registro en SEP-PRODEP. Miembro del Comité Editorial de la Revista Textual, evaluada en Conacyt. Su experiencia laboral ha sido como jefe de carrera de sociología rural; director de Posgrado y coordinador académico de la Maestría y Doctorado en Estudios para la Paz, la Interculturalidad y la Democracia; Estudios Sociales, en la Universidad Autónoma Indígena de México. Miembro de la Asociación Mexicana de Estudios Rurales; Asociación Mexicana de Estudios del Trabajo; Asociación Latinoamericana de Sociología Rural; Red Nacional de Jornaleras y Jornaleros de México; Red INTEGRA de Investigación Interdisciplinaria sobre Identidades, Racismo y Xenofobia en América Latina-Red Temática de Conacyt.

Ha publicado libros y artículos científicos en libros y revistas nacionales e internacionales. Artículos: 2016: “El actor social en las organizaciones étnicas de sujetos trabajadores agrícolas de Sinaloa, México, Perspectivas rurales”; 2017: “La identidad de origen y la identidad ampliada en los líderes de las organizaciones étnicas de trabajadores agrícolas en Sinaloa (Cuadernos de Antropología); 2020: (coautor) “Condiciones de vida y trabajo de una “topeña” con visa temporal H2B, Topolobampo, Ahome, Sinaloa” (Revista Ra Ximhai); 2021: “Trabajadores agrícolas indígenas asentados en Sinaloa: una diáspora rural en precariedad (Astra Editorial-UAIM). Libros: 2007: Las organizaciones de jornaleros agrícolas indígenas en Sinaloa (Tlatemoa-UACH); 2018: Migración, asentamientos e intelectuales en las organizaciones étnicas de Sinaloa (Lirio-UAIM); 2019: (coautor) Migración de mujeres topeñas con visa H2B a la industria del marisco en Luisiana, Estados Unidos (Lirio-UAIM).

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