Introducción
El campo profesional de los diseñadores en el ámbito industrial y gráfico, con la cuarta revolución industrial (RI), está transformándose aceleradamente; demanda diseñadores preparados en procesos, sistemas y organismos desarrollados con las nuevas tecnologías y los nuevos materiales. Este momento histórico para algunos es de transición hacia el mundo híbrido naturaleza humana/organismos tecnológicos (Velázquez, 2009, p.579). Para otros significa el inicio del reinado de los robots (Braidotti, 2015, p.10) y para unos más el fin de lo humano (Yehya, 2017, p.1).
Las nomenclaturas varían en la predicción del futuro, lo cierto es que en la actualidad las relaciones sociales entre humanos son impensables sin la mediación de los artefactos tecnológicos. Por igual, el mundo profesional no puede ser pensado sin las tecnologías inteligentes. Hoy en día rige un capitalismo lib-tech (Navajas, 2016, p.61), dominado por la segunda era de las máquinas (Brynojolfsson y McAfee, 2016, p.123). La demanda profesional de diseñadores se dispara; los diseñadores virtuales, diseñadores bio-tech, diseñadores simbólicos, entre otros, son cotizados con salarios altos. Este dinamismo tecnológico-industrial contrasta con la pesada maquinaria de la formación académica. Las instituciones de educación superior formadoras de los diseñadores cambian lentamente, por lo que existe un desfase en la formación profesional. Los planes de estudio, muchas de las veces, corresponden a la segunda y tercera revolución industrial, que poco a poco se vuelven obsoletos. Esto motiva a cuestionarse cuáles son los valores personales de los estudiantes de diseño industrial y diseño gráfico respecto al aprecio hacia su licenciatura en esta era del síndrome Blade Runner y qué valores dominan a los estudiantes al adaptarse a la profesión que estudian.
Para responder esos cuestionamientos se eligió entre varios instrumentos1 que miden los valores al Estudio de Valores que proponen Allport, et al. (2001), porque es un estudio que reúne dos características esenciales para responder a las preguntas: fue diseñado para estudiantes universitarios y es un instrumento que mide intereses y motivos básicos de la personalidad basada en los tipos ideales de Spranger (1960; 1966), propio para las profesiones. Relacionando las preguntas con el instrumento elegido, se propuso como objetivo realizar un estudio comparativo de actitudes valorativas personales entre estudiantes de diseño industrial y diseño gráfico, con respecto a su licenciatura, a partir de los tipos ideales de Spranger (teórico, económico, estético, social, político y religioso) que están incorporados en los rasgos de Allport.
El Estudio de Valores de Allport ha sido trabajado en distintos ámbitos universitarios de diversos países. González (2014) realizó un análisis comparativo de los valores entre estudiantes de administración y contabilidad, con el que identificó que el valor dominante fue el económico, esto quizá se explica por la naturaleza de la licenciatura. Prieto, Canales, Jiménez, Esparza, y Rodríguez (2015) estudiaron los valores humanos de médicos en formación profesional y llegaron a la conclusión de que el interés dominante en la personalidad de estos estudiantes fue el teórico y el que menos puntaje obtuvo fue el religioso; resultados probablemente influenciados por la propia naturaleza de la profesión médica, que es más racionalista que religiosa. Pedroza (2015) estudió los intereses dominantes de la personalidad en estudiantes de arquitectura y encontró que las actitudes valorativas que predominaron fueron la teórica, económica y estética, y las menos elegidas fueron la política, social y religiosa; se puede deducir que los valores dominantes están en sintonía con la formación profesional del arquitecto que son, en esencia, forma (estética), contenido (teoría) y financiamiento (económico). García (2015) abordó los valores dominantes en estudiantes de la Licenciatura en Administración de la Obra Urbana (APOU). En este caso el valor dominante fue el teórico para hombres y mujeres, el político para hombres y el social para mujeres; existe cierta relación entre los resultados del análisis y el perfil de la licenciatura.
En los estudios citados, se registra una constante: existe una relación entre el perfil de las licenciaturas y los valores de la personalidad dominantes de los estudiantes. Por ejemplo: los de contaduría y administración se inclinan por el valor económico, los de medicina prefieren el valor teórico, los de arquitectura el valor estético es de su preferencia y los de administración de la obra urbana optan por los valores teórico, político y social. De ser así se plantea el supuesto de que los estudiantes de diseño industrial prefieren el valor económico y los estudiantes de diseño gráfico el valor estético, acorde al perfil de sus licenciaturas. Se considera que estos tipos de preferencias de valores de la personalidad aún corresponde a las segunda y tercera revoluciones industriales. Si el resultado estuviera acorde con la Cuarta Revolución Industrial, los valores dominantes de la personalidad de los estudiantes de diseño industrial y diseño gráfico serían ambos (el económico y el estético), porque significaría que en sus escalas de preferencia y en el contexto de su formación profesional se habría incorporado la indagación y la innovación de una educación práctica que atiende las necesidades de las formas.
Método
Participantes
Para el estudio se seleccionaron estudiantes de diversos semestres de las licenciaturas de Diseño Industrial y Diseño Gráfico de la Universidad Autónoma del Estado de México, con el fin de tener una panorámica de cada una. La selección mantuvo el criterio de inclusión porque se consideraron estudiantes de ambos sexos.2 El total de estudiantes que se les aplico el Estudio de Valores de Allport, fueron 201. La distribución por licenciatura fue la siguiente:
Diseño industrial: 77 en total, 41 (53.2%) mujeres y 37 (46.8%) hombres. La edad promedio de los participantes fue de 20, oscilando entre los 18 y los 28 años.
Diseño gráfico: 124 en total, 88 (71%) mujeres y 36 (29%) hombres. La edad promedio de los estudiantes fue de 21, oscilando entre los 18 y los 25 años.
Instrumento
Como ya se mencionó, se utilizó el Estudio de Valores. Una Escala para la Medición de los Intereses Dominantes de la Personalidad de Allport. Se aplicó la primera reimpresión (21 de junio del 2013) de la segunda edición en español del 2001 (que corresponde a la tercera edición en inglés). Es una escala basada en los tipos ideales3 de hombres de Spranger, los autores de la escala la valoran de la forma siguiente:
El Estudio de Valores pretende medir la importancia relativa de seis intereses o motivos básicos en la personalidad: teórico, económico, estético, social, político y religioso. La clasificación se basa de manera directa en la obra de Eduard Spranger llamada Types of Men (Tipos de Hombres), un brillante trabajo que define la perspectiva de que la personalidades de los hombres se pueden conocer mejor por medio de un estudio de sus valores o actitudes valorativas. Dado que es poco deseable que aquellos que toman la prueba sepan demasiado de antemano acerca de esta base teórica, cualquier mención o discusión de estos seis valores debe definirse hasta que se haya tomado la prueba (Allport, et al., 2001, p.1).
Cada uno de los tipos ideales mantiene un interés principal: el teórico, el descubrimiento por la verdad; el económico, lo útil; el estético, la forma y la armonía; el social, el amor por las personas; el político, el poder, y el religioso, la unidad para comprender el cosmos como un todo. En la tabla 1 se presentan más rasgos de estos tipos ideales:
La escala se divide en dos partes de la forma siguiente: “La prueba consiste en diversas preguntas, basadas en una variedad de situaciones familiares, para las que se proporcionan dos respuestas alternativas en la parte I y cuatro en la parte II. En total hay 120 respuestas, 20 de las cuales se refieren a cada uno de los seis valores” (Allport, et al., 2001, p.1).
Procedimiento
Los alcances de este trabajo están delimitados por el tipo de investigación que se realizó. Es una investigación exploratoria cuya profundidad fue identificar los valores dominantes de los estudiantes de diseño industrial y diseño gráfico en la segunda era de las máquinas, donde la tendencia es el uso intensivo de las tecnologías digitales. La decisión de aplicar el Estudio de Valores fue porque interesó conocer los valores en el proceso de la formación profesional, en este caso de dos licenciaturas que pueden considerarse como parte de las profesiones del futuro. Se diseñó un procedimiento integral para el estudio exploratorio:
Se capacitó a los aplicadores del Estudio de Valores para que se familiarizarán con este y tuvieran el conocimiento necesario para resolver dudas en el momento de la aplicación.
Se realizó un mapeo de la población estudiantil, seleccionando por cuotas a la muestra y cuidando que participaran estudiantes de diversos semestres. Además, se tomo en cuenta la recomendación de Allport, et al: “El Estudio de Valores se aplica principalmente en personas que tienen el deseo de cooperar con el examinador, con el fin de saber más sobre sus intereses y valores. En situaciones donde los sujetos no están motivados a obtener una imagen honesta de sí mismos, los examinadores deben, por supuesto, mostrarse cautos en la interpretación de los resultados o, mejor aún, no emplear la prueba” (Allport, et al., 2001, p.19).
Se procedió a la concentración y procesamiento de los datos con base en las recomendaciones técnicas del Estudio de Valores.
Para la interpretación de los datos se trabajó con las tablas que proporcionan Allport, et al. Una fue para computar las respuestas (ver tabla 2), otra para ilustrar los perfiles de los valores (ver tabla 3), una más para interpretar los datos (ver tabla 4). Se presentan las tres tablas:
Cada cuestionario fue tabulado con base en la tabla anterior, posteriormente se procedió a establecer los perfiles de valores con base en la siguiente tabla:
Finalmente, para la interpretación se aplicaron los criterios de la tabla presente:
Resultados
En ambas licenciaturas son mujeres las que predominan, sobre todo en el diseño gráfico, como lo evidencia la gráfica 1:
La feminización de la matricula se explica por la tendencia en la educación superior. Lo que llama la atención es que, antes, era mayor la participación de hombres en la licenciatura en diseño industrial.
Se presentan los resultados en dos partes: en la primera parte se describe el valor promedio de los valores dominantes en hombres y mujeres; en la segunda parte las puntuaciones por clase, basando la interpretación en la tabla 3 (descrita arriba).
Interpretación basada en los valores promedio
En el valor promedio se encontró que no existe una coincidencia del valor dominante en las mujeres. Lo anterior se puede apreciar en las dos gráficas 2 y 3 siguientes, que registran los resultados de las dos licenciaturas:
Las mujeres de diseño industrial se inclinan por el valor económico, por lo útil. Su interés son los objetos utilitarios, muy ligados al perfil de egreso de la licenciatura, que es formar en competencias del diseño objetual, objetos prácticos que satisfagan la necesidad del consumidor. Otro detalle es que las mujeres de esta licenciatura se forman para intervenir en la producción, comercialización y consumo de bienes; son mujeres prácticas.
Las mujeres de diseño gráfico se inclinan por el valor estético. Se interesan por la forma y la armonía, que se relacionan con elegancia y simetría. Esto va de la mano con el perfil de egreso de su licenciatura, que forma para la creatividad y por el arte (sin llegar a convertirse en artistas). A las diseñadoras gráficas les interesa la belleza y el valor estético, a las mujeres diseñadoras industriales les interesa el bienestar y el valor económico.
La coincidencia entre las mujeres de ambas licenciaturas es que no tienen interés dominante por la religión ni por la política; son valores con puntajes muy bajos en su apreciación. Esto significa alejamiento de lo místico trascendental y del poder. En el caso de los hombres no encontramos contrastes significativos entre las mujeres de ambas licenciaturas, como lo muestran las gráficas 4 y 5 siguientes:
En las dos licenciaturas los hombres se inclinan por el valor económico. Como señalan Allport, et al., las personas en quienes domina lo económico consideran que el conocimiento no aplicado es un desperdicio. En este caso, la opinión de los estudiantes coincide. Les interesa lo estético siempre y cuando tenga un beneficio económico, y tienden a estimar la belleza como lujo. Cabe citar las palabras de Allport, et al., para el valor económico: “En algunos casos, se puede decir que el hombre económico tiene por religión la adoración por el dinero. Sin embargo, en otros, puede venerar al Dios tradicional, pero se inclina a considerarlo como dador de regalos, riqueza, prosperidad y de otras bendiciones tangibles” (2001, p.2).
Interpretación basada en las puntuaciones por clase
La interpretación en este punto se focaliza en el contraste entre las puntuaciones alta sobresaliente y baja sobresaliente. Primero, en las gráficas 6 y 7, registramos lo que sucede en las mujeres de las dos licenciaturas en estudio:
Existen diferencias entre el valor promedio y las puntuaciones por clase en las mujeres de diseño industrial, porque en la puntuación alta sobresale el valor teórico en lugar del valor económico, que fue el dominante en la puntuación promedio. En las mujeres de diseño gráfico se mantiene el valor estético en ambas puntuaciones.
En el caso de los hombres se presentan algunos cambios entre la puntuación promedio y la puntuación alta sobresaliente, como se observa en las gráficas 8 y 9 a continuación:
Se registra un cambio entre la puntuación promedio con la puntuación alta sobresaliente en los hombres de diseño industrial. El primero fue el económico y ahora el estético. También hubo cambio en los hombres de diseño gráfico. Ahora el valor de puntuación más alto fue el estético. Sí consideramos ambos puntajes, el promedio y el alto sobresaliente, los valores económico y estético son los predominantes. Estos valores están asociados con el perfil de la profesión del diseñador: un conocimiento útil y artístico.
Discusión y conclusiones
El conocimiento en el que se sustentan las dos licenciaturas es el conocimiento práctico, útil y artístico. Estos tipos de conocimiento se conjugan en el diseño objetual, de sistemas y procesos. Por está razón, la formación profesional del diseñador contribuye a la Cuarta Revolución Industrial (4RI). Es decir, amabas licenciaturas son necesarias en los cambios tecnológicos actuales. Esto conduce a plantear como conclusión a partir de los resultados obtenidos, que los estudiantes de las licenciaturas de diseño industrial y diseño gráfico comparten los mismos valores dominantes de la personalidad que se ven reflejados en sus intereses por lo estético, lo práctico y lo económico. Es necesario eliminar las fronteras borrosas de esas dos licenciaturas y contar únicamente con la Licenciatura en Diseño.
La Licenciatura en Diseño se enfocaría en un perfil que hoy se posiciona dentro de las profesiones del futuro, porque su campo de desempeño se vincula directamente con las nuevas tecnologías y los nuevos materiales. La producción en la Cuarta Revolución Industrial abarca un abanico amplio de posibilidades en el diseño y construcción de diversos artefactos, juntamente con aditamentos que mejoran las capacidades humanas: humanoides, robots, biorobots, cyborgs, androides, etcétera. Las tareas del diseñador para la fabricación de esos organismos, sistemas y procesos están basadas en dos ejes esenciales: práctico y artístico.
El hecho de encontrar que los valores dominantes del diseño industrial y del diseño gráfico son el económico y el estético se considera una garantía para los cambios que deben emprender en la formación profesional del diseñador. Se deben fomentar esos valores porque están asociados a lo útil, la forma y la armonía del trabajo del diseñador en el diseño y producción de tecnologías que respondan a necesidades del consumo.
Las preguntas de este estudio quedan contestadas con los hallazgos mencionados:
El género no es determinante en la apreciación de los valores de la formación profesional por parte de los estudiantes; no se encontraron diferencias entre hombres y mujeres.
Los valores dominantes de hombres y mujeres en la era de las máquinas inteligentes son complementarios y forman parte del perfil de desempeño y el perfil de egreso.
La unidad de las licenciaturas de diseño industrial y diseño gráfico es posible porque se comparten los mismos valores en ambas licenciaturas.
Existe una correspondencia connatural entre los perfiles de las profesiones de diseño estudiadas y la tendencia mundial de la Cuarta Revolución Industrial.
Los valores económico y estético, por los que se inclinan los estudiantes de diseño industrial y diseño gráfico, se mantendrán en el futuro porque son esenciales al desempeño profesional del diseñador.
El diseñador es el profesionista del futuro.
Un problema que tiene que resolverse a partir de los valores dominantes en los estudiantes de las dos licenciaturas es que realmente esté vinculado lo práctico con lo artístico a partir de la funcionalidad de los objetos, procesos y sistemas, pues actualmente es un problema que la funcionalidad de los objetos en el diseño esté determinada por la parte de lo económico. Este problema en la vida cotidiana consiste en que existen diseños artísticos de objetos, procesos y sistemas, porque se promociona el marketing de lo atractivo, pero en el uso son objetos de corta duración, o bien, terminan siendo objetos decorativos. Por esta razón, en la Cuarta Revolución Industrial, tratándose de robots, humanoides y cyborgs, es necesario atender la funcionalidad, la operatividad y el servicio, porque hablamos de un nuevo tipo de necesidades industriales.
Los valores del diseñador, lo estético y lo práctico, son parte de su identidad, han estado presentes en la primera, segunda y tercera revoluciones industriales. Ahora, en los umbrales de la Cuarta Revolución Industrial se observa su permanencia, esta es otra conclusión que se deriva de los resultados encontrados. Se puede afirmar que existe una identidad de la profesión del diseño que reside en su sentido social de aplicabilidad y socialización de un conocimiento exprofeso para la creación de nuevos artefactos tecnológicos y de nuevos diseños de procesos y sistemas.
Un reto fundamental del estudiante del diseño, que no es nuevo, pero sí es necesario redoblar esfuerzos para su solución, es la conjunción de los nuevos materiales con las nuevas tecnologías. Se han logrado avances a nivel de laboratorio, el reto es llevarlos a la realidad. Un ejemplo es la exhibición y uso de robots, que se suelen usar en ámbitos del laboratorio, de exhibición y de actividades automatizadas. Sin embargo, fuera de estos escenarios aún se fracasa; se toma más de 20 años de investigación el diseño de un robot que responda a condiciones sociales y naturales en movimientos, tareas y acciones, y aún no se resuelven del todo. Aún no se logra reproducir los movimientos humanos, como el caminar, o actividades sencillas que puedan ser ejecutadas. Por tanto, otra conclusión es que el diseñador tiene que diseñar la tecnología dura y blanda que resuelva los pendientes, lo que representa la oportunidad de llevar a otro nivel el valor práctico de su profesión, en tanto que le dota de identidad.
Con respecto a lo artístico tiene que pensarse, como lo señala Allport en su Estudio de Valores, en función de lo práctico, no al revés. Es decir que lo estético debe comprenderse por la funcionalidad, no por la belleza en abstracto. Esto significa un salto cualitativo en la identidad del diseñador en la Cuarta Revolución Industrial. Esta es una conclusión más, porque la idea de belleza en el desempeño del diseñador tiene que ser parte del conocimiento práctico en la realización de la funcionalidad de los objetos, procesos y sistemas. Por último, se insiste en que el diseño es una profesión del futuro porque articula lo práctico con lo estético en la innovación de nuevos artefactos técnicos, tecnológicos y de servicio.