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Cuadernos de Lingüística de El Colegio de México

versão On-line ISSN 2007-736X

Cuad. Lingüíst. Col. Méx. vol.6 no.1 Ciudad de México  2019  Epub 18-Fev-2020

https://doi.org/10.24201/clecm.v6i1.126 

Artículos

La palabra prosódica mínima en nivaĉle

The minimal prosodic word in Nivaĉle

Analía Gutiérrez1 

1CONICET-UBA analiagutierrez@conicet.gov.ar


Resumen

En muchas lenguas, existe una restricción prosódica sobre el tamaño mínimo de una palabra (McCarthy & Prince 1986). Se ha propuesto que la palabra mínima se equipara al pie mínimo permitido en una lengua. Dentro de la Teoría de la Optimidad este requisito de minimidad se corresponde con la propuesta que los pies deben ser binarios a nivel moraico o silábico (McCarthy & Prince 1993:90). En este contexto, la lengua nivaĉle (mataguaya) presenta un caso interesante ya que una sílaba cerrada (CVC) puede constituir un pie mínimo y así una palabra mínima. Dado que no existe evidencia independiente para sostener que las codas en nivaĉle son moraicas (excepto la glotal /ʔ/), una palabra monosilábica CVC no es ni bimoraica ni disilábica. Sin embargo, se propone que puede constituir tanto un pie como una palabra mínima.

Palabras clave: prosodia; pie mínimo; palabra mínima; sílaba cerrada; nivaĉle

Abstract

In many languages, there is a restriction on the minimum prosodic size of a word (McCarthy & Prince 1986). Further, the minimal content word of a language has been equated with the minimal foot allowed in that language. In this vein, certain languages require that every content word either contain at least two moras or two syllables. This minimality requirement corresponds to the claim that feet must be binary under moraic or syllabic analysis (McCarthy & Prince 1993: 90). Nivaĉle presents an interesting case study in this regard. Specifically, in Nivaĉle, what is found is that a CVC syllable can stand alone as a word. However, because in the present analysis it is argued that there is no independent prosodic evidence for coda consonants (other than /ʔ/) being moraic, a Nivaĉle CVC word does not meet the bimoraic constraint. Nor, clearly, does a CVC word meet the bisyllabic constraint. It is proposed nonetheless that CVC in Nivaĉle, despite being monomoraic and monosyllabic, constitutes a Minimal Word and functions also as a minimal well-formed foot.

Keywords: prosody; minimal foot; minimal word; closed syllable; Nivaĉle

1. Introducción

En muchas lenguas, existe una restricción prosódica sobre el tamaño mínimo de una palabra (McCarthy & Prince [1986] 1996). Se ha propuesto que la palabra mínima de una lengua se equipara al pie mínimo permitido en esa lengua (McCarthy & Prince [1986] 1996) y, en este sentido, ciertas lenguas requieren que cada palabra mínima tenga dos moras o dos sílabas. Dentro de la Teoría de la Optimidad (Prince & Smolensky [1993] 2004) este requisito de minimidad se corresponde con la propuesta que los pies no deben incumplir con las siguientes restricciones (McCarthy & Prince 1993: 90):

(1)Ft-Bin-μ: Los pies son binarios a nivel moraico. (Kager 1999)

(2)Ft-Bin-σ: Los pies son binarios a nivel silábico. (Kager 1999)

El estado moraico de las codas está sujeto a variación translingüística. Se ha hipotetizado que el peso de las codas se parametriza según cada lengua (Hyman 1985; Hayes 1989) y así pueden encontrarse dos tipos de lenguas: (i) lenguas donde las sílabas CVC se comportan como CVV y así son más pesadas que las sílabas livianas CV, y (ii) lenguas donde las sílabas CVC se comportan como sílabas CV y no como CVV. Además de la moraicidad basada en la cantidad vocálica y las codas, la prominencia (Hayes 1995) se ha utilizado para distinguir las sílabas livianas de las sílabas pesadas: “las rimas con vocales no reducidas, tono alto, vocales bajas o rimas con una vocal compleja que involucra la glotalización cuentan como más prominentes que sus respectivas contrapartes” (van del Hulst 1999: 10 [mi traducción, énfasis añadido]). Asimismo, de modo interesante, la forma de la sílaba ha sido propuesta como un factor que incide en la atracción del acento. Crowhurst & Michael (2005) y Munshi & Crowhurst (2012) demuestran que una consonante no moraica en posición de coda puede contribuir a que una sílaba CVC tenga más prominencia que una sílaba CV en las lenguas nanti y kashmiri, respectivamente.

La lengua nivaĉle (mataguaya) presenta un caso interesante ya que una sílaba cerrada (CVC) puede constituir un pie mínimo y por lo tanto una palabra mínima:

(3)a. ɬ-ɑ́k1

3pos-comida

‘su comida’

b. kxát

‘fruta de cactus’

c. (-túx

3s-comer

‘come’

d. ɬ-ám

2s-llegar

‘llegás’

e. j-éj

1pos-nombre

‘mi nombre’

f. méʔ

‘nutria’

Ahora bien, en nivaĉle no existe evidencia independiente para sostener que las codas son moraicas. Por ejemplo, una sílaba cerrada no atrae el acento en una palabra disilábica (4a-c). Las palabras disilábicas reciben acento final independientemente que exista una coda (sonorante u obstruyente) en la primera sílaba (§4).

(4)a. kum.ʔɑ́

‘aloja’

b. ʔam.ʔá

‘ratón’

c. k’ak.xó

‘armadillo’

En contraposición al patrón presentado en (4), una glotal en posición de coda perteneciente a la primera sílaba de una palabra disilábica atrae el acento:

(5)a. βéʔ.ɬa

‘uno’

b. nɑ́ʔ.ni

‘nena’

c. jóʔ.nis

‘zorro’

De esta manera, solamente una glotal posvocálica tiene un rol único en términos de prominencia. Con base en la observación de que las vocales glotalizadas del nivaĉle son consistentemente acentuadas, propongo que (i) la glotal oclusiva del nivaĉle es moraica, (ii) solamente las moras pueden ser analizadas como parte del núcleo (Shaw 1992, 1994) de la sílaba y que, en consecuencia, (iii) la mora asociada a la glotal posvocálica se asocia al núcleo de la sílaba, contribuyendo al peso silábico y atrayendo el acento en conformidad con el Principio de Peso-a-Acento (Weight-to-Stress Principle), (Prince & Smolensky 1993). En consecuencia, una palabra CVC como (3a-e), no es ni bimoraica ni disilábica, y así no conforma de manera transparente la restricción general de binariedad Ft-Bin - y por ende las restricciones particulares Ft-Bin-μ y Ft-Bin-σ. Sin embargo, propongo que CVC puede constituir tanto un pie como una palabra mínima. La palabra mínima del nivaĉle no es sensible al peso, sino a la forma cerrada de la sílaba: CVC. De modo crucial, a diferencia de una palabra CVC, una palabra monosilábica CV no puede conformar una palabra mínima y tampoco puede funcionar como un pie en el sistema acentual de la lengua. Es decir, solo una palabra monosilábica CVC puede recibir acento primario. Por su parte, en una palabra polisilábica, un pie que satisface Ft-Bin-( recibe acento primario, mientras que un pie CVC recibe acento secundario. De esta manera, postulo que la cabeza de una Palabra Prosódica es óptimamente binaria a nivel silábico.

La teoría métrica (Hayes 1985, 1989, 1995; McCarthy & Prince 1986; Kager 1999) asume un inventario de tipos de pie métricos pequeño: el pie trocaico insensible a la cantidad silábica: (((), el pie trocaico sensible a la cantidad moraica: (LL) (P), y el yambo sensible a la cantidad moraica: (LL) (P) (LP).

Aquí propongo que la lengua nivaĉle tiene un sistema de acentuación sensible a la cantidad donde, como acaba de ser mencionado, el peso moraico de la glotal está correlacionado con la prominencia acentual, y que el tipo de ritmo es yámbico. Los siguientes tipos de pies son encontrados en la lengua: Liviano-Liviano (LL), Pesado (P) y Liviano-Pesado (LP):

(6)a. (kʼa(k.xó() LL

‘armadillo’

b. (mé(ʔ() P

‘nutria’

c. (k’u(t.xá̰((n) LP

‘espina’

Además, los patrones de acentuación en los dominios nominales y verbales varían según la presencia de prefijos y sufijos ya que existen generalizaciones de acentuación basadas en los márgenes izquierdo y derecho (por ejemplo, existe un patrón distinto en nombres alienables e inalienables). De este modo, también existen restricciones de alineamiento de márgenes en competencia, donde los dominios de los pies prosódicos se alinean con los márgenes izquierdo y derecho de categorías morfológicas (CatM) internas (Gutiérrez 2015).

El presente trabajo está organizado de la siguiente manera. En la Sección 2, se presenta una breve introducción a la lengua nivaĉle y su sistema fonológico. En la Sección 3, se analiza el caso de la glotal posvocálica y las vocales glotalizadas y se provee argumentación empírica a favor de su moraicidad a la vez que se ilustra su conformidad con el Principio de Peso-a-Acento. En la Sección 4, se analiza el dominio prosódico más pequeño, a saber, las palabras monosilábicas y se propone que la palabra mínima es un monosílabo cerrado (CVC), donde el requisito de minimidad está ligado a la forma (consonante final) y no al peso o la cantidad de sílabas. En la Sección 5 se examinan algunos aspectos de los patrones de acentuación del nivaĉle. Por último, en la Sección 6 se presentan las conclusiones de este artículo.

2. La lengua nivaĉle

En esta sección, se presenta una breve introducción sobre la lengua nivaĉle y su inventario fonémico, también se destacan aquellos aspectos prosódicos que se desarrollarán en las secciones subsiguientes.

2.1 Contexto genético y regional

Nivaĉle [niβak͡lé] (ISO: cag) es una lengua mataguaya hablada en el Chaco argentino y paraguayo por aproximadamente 16,350 hablantes en Paraguay (DGEEC 2012) y 500 en Argentina (INDEC 2004-2005). Las lenguas chorote, maká y wichí también pertenecen a la familia mataguaya. La lengua nivaĉle ha sido referida en la literatura como ashlushlay (Nordenskiöld 1910; Henry 1936; Wicke & Chase-Sardi 1969; Stell 1972), chunupí o suhin (Hunt 1915, 1924) y chulupí (Junker, Wilkskamp & Seelwische 1968; Stell 1987). Mientras que chulupí es el nombre comúnmente utilizado en Argentina, nivaĉle es el término usado en Paraguay. Aquí adopto la forma nivaĉle, en vez de nivaclé, nivakle o niwakle, siguiendo las convenciones ortográficas establecidas durante el Segundo Congreso Lingüístico Nivaĉle, Uj’e Lhavos, Filadelfia (Paraguay), del 3 al 5 de diciembre de 2010.

Actualmente, esta lengua es hablada a lo largo de veinticuatro comunidades en el Departamento de Boquerón y Presidente Hayes en Paraguay (DGEEC 2012), y en las provincias de Salta y Formosa en Argentina (INDEC 2004-2005).

Mientras que no existe un total acuerdo sobre el número de subgrupos que constituyen el pueblo nivaĉle -tanto dentro de la literatura, como dentro de los miembros de su pueblo- Klein & Stark (1977: 392) mantienen que hay dos grandes grupos: los ‘chulupí del interior o del monte’ y los ‘chulupí del río’. En contraste, Chase-Sardi (1981) y Stell (1987) sostienen que existen cinco grupos: (i) chishamne’ lhavos ‘los arribeños’ (ii) shichaam lhavos ‘los abajeños’ (tanto (i) como (ii) pertenecen al grupo tovoc lhavos ‘gente del río Pilcomayo’) (iii) yita’ lhavos ‘los montaraces’ (iv) jotoy lhavos ‘los espartilleros’ y (v) tavashay lhavos ‘los campesinos.’

El trabajo descrito en este artículo se basa en un proyecto de documentación que tuvo lugar en las comunidades nivaĉle de Uj’e Lhavos y Misión Santa Teresita (Chaco paraguayo), entre 2009 y 2013. Los datos analizados aquí fueron obtenidos en mi trabajo de campo con cinco hablantes de la variedad shichaam lhavos y una hablante de la variedad yita’ lhavos.

2.2 Inventario fonológico nivaĉle y fonotaxis básica

El inventario fonémico del nivaĉle es bastante estable a lo largo de todas sus variedades, con 6 vocales y 21 consonantes (ver Cuadro 1). Las vocales son /i e a ɑ o u/. La vocal central /a/ se comporta como las vocales anteriores /i/ y /e/ en procesos de palatalización. La vocal posterior no abocinada /ɑ/ está sujeta a variación regional: por ejemplo, en la variedad yita’ lhavos, no hay [ɑ] sino que se encuentra la vocal [a] de manera ubicua.2

Además de las vocales plenas /i e a ɑ o u/, Stell (1987: 97) postula un contraste fonémico con las vocales glotalizadas /ḭ ḛ a̰ ɑ̰ o̰ ṵ / (véase discusión en §3).

El Cuadro 1 presenta las 21 consonantes. Los segmentos entre corchetes representan variantes alofónicas intradialectales de los segmentos a la izquierda.

Cuadro 1 Consonantes nivaĉle 

labial dento-alv. palato-alv. palatal velar uvular glotal
oclusiva plena eyectiva p t k ~ [q] ʔ
p’ t’ k’ ~ [q’]
con distensión lateral k͡l ~ [q͡l]
africada plena eyectiva t͡s t͡s’ t͡ʃ t͡ʃ’
fricativa f s ɬ ʃ x ~ [χ] ~ [h]
nasal m n
aproximantes w ~ [β] j

De modo similar a las otras lenguas mataguayas, el nivaĉle tiene una distinción laríngea en las oclusivas y en las africadas (plenas vs. eyectivas) sin contraste para la sonoridad. Hay una lateral fricativa, pero, de modo interesante, no hay una aproximante lateral, sino una consonante compleja [k͡l] que comparativamente se corresponde con una /l/ en las otras lenguas mataguayas. La glotal tiene estatus fonémico y es contrastiva en posición de ataque. Pueden encontrarse, por ejemplo, los siguientes pares mínimos:

(7) a. ʔam.ʔá b. am.pá

‘ratón’ ‘nada’

(8)a. kum.ʔɑ́ b. kum.xɑ́

‘águila coronada’ ‘aloja’

(9)a. k’-u.ʔ-éʃ.=ʔa

1s-creer-inst=2o

‘te creo’

b. k’-u.ʔ-é.ʃ=a pa=fi.t͡sɑ.kʼɑ.jit͡ʃ

1s-creer-inst=3o nevp.det= Dios

‘creo en Dios’

Con respecto a las deslizantes, /w/ y /j/ se comportan como consonantes ya que pueden ocupar la posición de ataque y de coda. Pueden preceder las seis vocales del nivaĉle pero, de manera llamativa, no se encuentran las secuencias *VwC y*VjC en esta lengua. Es por eso que concluyo que /w/ y /j/ no funcionan como off-glides en una relación diptongal con el núcleo vocálico precedente. Por el contrario, funcionan como una coda consonántica. Específicamente, la hipótesis de que /j/ y /w/ son fundamentalmente consonánticas es sustentada por el comportamiento de la epéntesis de vocal. Dada la existencia de una restricción inviolable en contra de las codas complejas en nivaĉle (*CC](), las bases que terminan con una deslizante se comportan como bases con C-final ya que provocan la epéntesis de vocal cuando un sufijo -C es añadido (10-11):

(10)a. ʃk͡lɑk.xɑ́j

‘gato montés’

b. ʃk͡lɑ̀k.xɑ.j-[í]s b’. *ʃk͡lɑkxɑjs

gato.montés-pl

‘gatos monteses’

(11)a. βa.tʼ-ɑ́x

indef.pos-piel

‘piel (de alguien)’

b. βa.tʼ-ɑ.x-[í]s b’. *βatʼoxs

indef.pos-piel-pl

‘pieles’

(12)a. ʔa.ɬú

‘iguanaʼ

b. ʔa.ɬú-s

iguana-pl

‘iguanas’

La conclusión que se desprende de estos ejemplos es que las deslizantes se comportan como consonantes (11) y no como vocales (12).

En relación a las restricciones fonotácticas, las estructuras básicas del nivaĉle son CV, CVC (las más frecuentes), CCV y CCVC. No hay sílabas sin ataque en la lengua ni al principio ni al final de palabra: una glotal epentética es insertada para no violar esta restricción en la lengua. Los ataques complejos solamente ocurren en posición inicial de sílaba, las codas complejas están prohibidas. Los mecanismos de reparación de sílabas ilícitas comprenden la epéntesis vocálica (como ejemplifican (10-11)) y la metátesis de vocal-consonante (VC) (Gutiérrez 2012).

Cabe destacar aquí que las unidades silábicas que formulo como primes prosódicos son la sílaba (σ), el núcleo (N) y la mora (μ). El núcleo es la cabeza prosódica de la sílaba (Shaw 1992, 1994) y en nivaĉle funciona como la unidad prosódica que contiene todas las unidades moraicas de la lengua, donde la mora funciona como “el constituyente subsilábico y como medida de peso silábico” (Zec 1995: 85). En ese sentido, cabe señalar la postulación de una correspondencia entre la mora como unidad prosódica abstracta y la duración como su implementación fonética (Gordon 2006). A modo de clarificación, entonces, adopto la siguiente jerarquía prosódica:

Bajo la hipótesis que el nivaĉle es una lengua donde solo el núcleo de la sílaba puede permitir el peso, la restricción en (14), en conformidad con la Hipótesis de Estratificación Estricta (Strict Layering Hypothesis) de la Jerarquía Prosódica, solamente seleccionará las unidades moraicas (vocales y glotal posvocálica, §3) para ser analizadas como parte del núcleo (15), y éste, a su vez, será asociado a la sílaba (16).

(14)Parse-μ-to-Nuc (Parse-μ): Todas las moras son analizadas en el núcleo de la sílaba.

(15)Parse-Nuc-to-σ: (Parse-Nuc): El núcleo es analizado en la sílaba.

Por su parte, todos los segmentos no moraicos son analizados directamente en la sílaba.

(16)Parse-Seg-to-σ (Parse-Seg): Todos los segmentos son analizados en la sílaba.

3. La oclusiva glotal y las vocales glotalizadas

En esta sección, se ofrece un breve resumen de diversos análisis postulados para la glotal desde una perspectiva translingüística, para luego presentar el análisis prosódico sobre la glotal y las vocales glotalizadas en nivaĉle. Las mismas acarrean consecuencias para la consideración de la palabra prosódica mínima y la asignación del acento en esta lengua.

3.1 La ambigüedad de la glotal desde una perspectiva translingüística

El análisis de las glotales como moraicas ha demostrado una gran variabilidad, la cual es esperable dada la versátil representación que ha recibido en términos de rasgos distintivos y de jerarquía prosódica. Por ejemplo, se ha propuesto que las glotales pueden comportarse como obstruyentes (Ladefoged 1971, entre otros) o como sonorantes (Chomsky & Halle 1968, entre otros). Más aún, mientras que en algunas lenguas las glotales se especifican con rasgos de lugar (McCarthy 1991, 1994; Ola Orie & Bricker 2000; Lombardi 2002), en otras lenguas no (Steriade 1987; Cohn 1990; Bessell & Czaykowska-Higgins 1991). Además de estas diferencias en términos de rasgos distintivos, ha habido distintas propuestas relacionadas con el estatus moraico de las glotales. Por citar algunos ejemplos, la oclusiva glotal ha sido analizada como moraica en blackfoot (Peterson 2004; Elfner 2006), como la única coda moraica (además de /h/) en farsi de Teherán (Darzi 1991), pero como la única coda sin peso en bella coola/nuxalk (Bagemihl 1991). Asimismo, existe otra variable que debería considerarse en la relación entre glotales y moras. La realización de superficie de la glotal como un segmento independiente o como realización glotalizada de una vocal puede estar condicionada por el tipo y tamaño del pie (Elías-Ulloa 2006, 2009).

Elías-Ulloa (2006) analiza un tipo especial de peso silábico contextual en sílabas cerradas. En shipibo y capanahua (pano), el peso de las sílabas cerradas cambia según la posición en la que ocurren dentro la estructura prosódica. De modo interesante, el peso variable de las sílabas cerradas y la estructura prosódica está relacionada con la glotal como un segmento independiente o como rechinamiento (creakiness) en la vocal precedente. Las glotales como coda solo aparecen en sílabas acentuadas porque esta posición prominente inhibe la coalescencia glotal en el núcleo de la vocal precedente. En contraste, en posiciones no acentuadas, la glotal se fusiona con la vocal precedente y entonces se realizan como vocales glotalizadas/rechinadas. Es decir, esta coalescencia es analizada como una estrategia para ajustar el peso de las sílabas al contexto métrico en el que ocurren al mismo tiempo que se respeta el tamaño disilábico de sus pies. (Elías-Ulloa 2006: 9).

En este trabajo, propongo que la realización de las vocales glotalizadas en nivaĉle está correlacionada con la estructura prosódica. Por un lado, las vocales rechinadas/rearticuladas y las glotales en posición de coda solo emergen con el acento, es decir, en una posición prosódica prominente. Así, postulo que hay una correlación directa entre la bimoraicidad de estas sílabas y el acento. Por otro lado, en posiciones no prominentes, tanto la mora como el rasgo de glotis constreñida [g.c.] de una glotal subyacente (ya sea en posición de coda o incorporada al núcleo como una vocal glotalizada) son elididos. La generalización que se desprende de este análisis es que las glotales en posición de coda y las vocales glotalizadas solo se realizan bajo acento.

Para recapitular, la oclusiva glotal en nivaĉle muestra un comportamiento fonológico peculiar. Por un lado, puede realizarse como una oclusiva glotal en posición posvocálica de coda. Por otro lado, puede formar parte del núcleo silábico. De esa manera, muestra un patrón dual de comportamiento: (i) puede realizarse como rechinamiento (creakiness) y ser parte del núcleo como las vocales, y (ii) puede realizarse como una oclusiva glotal y ser analizada en posición de coda, como las consonantes.

En la siguiente sección, analizo con más detalle este fenómeno.

3.2 Representación prosódica de glotal y vocales glotalizadas en nivaĉle

En su gramática sobre la lengua nivaĉle, además de asumir que la oclusiva glotal es un fonema -como fue mencionado en §2- Stell (1987: 97) postula una oposición fonológica entre vocales plenas /i e a ɑ o u/ y glotalizadas /ḭ ḛ a̰ ɑ̰ o̰ o̰ ṵ /, por ejemplo, a través del siguiente par mínimo:

(17)a. k͡ló̰p

‘invierno’

b. k͡lóp

‘blanco’

Cabe destacar que la laringalización o glotalización de vocales no ha sido postulada como rasgo contrastivo en el sistema vocálico de las otras lenguas mataguayas, lo que revestiría una innovación del nivaĉle en esta familia lingüística.

A diferencia de la propuesta en Stell (1972, 1987), postulo que las vocales glotalizadas del nivaĉle no son contrastivas, sino que son secuencias subyacentes /Vʔ/: vocal más oclusiva glotal moraica con diferentes análisis prosódicos. La oclusiva glotal y su mora pueden añadirse al núcleo de la sílaba o directamente a la sílaba, en posición de coda. Emergen así dos realizaciones de superficie según el contexto prosódico: (i) vocales rearticuladas [Vʔ] o laringalizadas/rechinadas (creaky) [VV̰], (Figuras 1 y 2, respectivamente), y (ii) vocal-glotal en posición de coda [Vʔ] (Figura 3).3 Nótese que, si bien las Figuras 1 3 muestran distintas manifestaciones acústicas del rasgo [g.c.], la duración de la rima en conjunto es bastante similar en los tres espectrogramas (alrededor de 20 ms.). La aperiodicidad se manifiesta mayoritariamente en la segunda porción vocálica.

Figura 1 Oscilograma y espectrograma [k͡lóʔo̰p] ‘invierno’, MV (m) 

Figura 2 Oscilograma y espectrograma [k͡lóo̰p]invierno’, MV (m) 

Figura 3 Oscilograma y espectrograma de [fajxóʔ] ‘carbón’, CS (f) 

Lo que diferencia las realizaciones en las Figuras 1 y 2 de la realización [Vʔ] en la Figura 3 es el contexto prosódico: si un segmento adyacente es analizado en posición de coda, e.g., [p] en invierno /k͡loʔp/, entonces el rasgo glotis constreñida [g.c.] será realizado como una vocal rearticulada (Figura 1) o como vocal rechinada (Figura 2). Si no hay una vocal siguiente, el rasgo [g.c.] será analizado como coda (Figura 3). La variable realización de superficie de las vocales glotalizadas del nivaĉle depende de la estructura silábica de esta lengua: mientras que las codas simples son estructuras lícitas, las codas complejas no lo son: *CC]σ (§2). Así, la glotal debe ser analizada como parte del núcleo silábico en ‘invierno’ para no incumplir la restricción silábica de codas complejas: *[k͡lóʔp]. En cambio, al no haber otra consonante compitiendo por la posición de coda, la glotal es analizada como coda en ‘carbón’ [fajxóʔ].

Este análisis tiene dos consecuencias importantes. Primero, a diferencia del análisis propuesto por Stell (1987), las vocales glotalizadas no son fonológicamente contrastivas. Segundo, la distribución de la oclusiva glotal como coda y como parte del núcleo silábico está sistemáticamente relacionada con la realización fonética de estas vocales glotalizadas. Específicamente, propongo que la representación subyacente de todas las variantes fonéticas -rearticuladas, rechinadas y glotal en posición de coda -no es distintiva, sino que estas variantes están en distribución complementaria. Asimismo, basándome en la observación que las vocales glotalizadas son acentuadas, postulo la hipótesis que la glotal está asociada a una mora (Hyman 1985; Hayes 1989; Zec 1995) subyacente, y que esta mora solo se liga al núcleo (Shaw 1992, 1994) de la sílaba (Figura 4).4 Unificando estas propiedades prosódicas, propongo que las vocales glotalizadas del nivaĉle son bimoraicas en su representación subyacente y que ocupan la cabeza de un pie yámbico: la lengua nivaĉle posee así un patrón acentual sensible a la cantidad. El estado bimoraico de una vocal más una glotal tautosilábica da cuenta de la asociación ubicua de estas sílabas con el acento en conformidad con la restricción Peso-a-Acento (Weight-to-Stress Principle, WSP):

(18)WSP: Las sílabas pesadas (bimoraicas) son acentuadas.

(Prince & Smolensky 1993)

Figura 4 Representación prosódica de las vocales glotalizadas del nivaĉle 

Este análisis explica dos propiedades prosódicas relacionadas con la distribución y las características de las vocales glotalizadas del nivaĉle. Primero, la duración es una propiedad acústica estadísticamente significativa que diferencia las vocales rearticuladas/rechinadas de las modales: las vocales rearticuladas/rechinadas duplican la duración de las modales (Gutiérrez 2015, 2016).5

Segundo, las vocales glotalizadas deglotalizan, es decir, pierden su rasgo [g.c.] y su especificación moraica, y es así que se acortan en posiciones inacentuadas. Los ejemplos en (19) -(21) muestran patrones de deglotalización en el contexto de la afijación de sufijos flexivos y derivacionales. Los pies yámbicos se alinean con el límite derecho de la palabra morfológica (§5).

(19)a. (kʼut͡sá̰x) b. kʼu(t͡sax-ís) c. *kʼu(t͡sa̰x-ís)

‘mentiroso’ mentiroso/a-pl

‘mentirosos’

(20)a. (tak͡ló̰k) b. ta(k͡lok-t͡ʃát) c. *ta(k͡lo̰k-t͡ʃát)

‘yuyoʼ yuyo-col

‘yuyal’

(21)a. (jek͡lɑ́ʔ) b. je(k͡lɑ-níɬ) c. *je(k͡lɑ́ʔniɬ)

‘madera’ madera-mat

‘hecho de madera’

Con la sufijación del morfema de plural en (19b), el acento cae en la última sílaba, y no en la raíz (19a). Cuando el sufijo de plural se añade a una raíz que tiene una vocal glotalizada, esta vocal pierde el rasgo [g.c.] porque ya no está ubicada en la cabeza del pie. El mismo fenómeno puede observarse en (20b) y (21b), donde los sufijos derivacionales reciben el acento de la palabra y la vocal glotalizada de la sílaba precedente (ya sea en su forma rechinada o de glotal en posición de coda) se deglotaliza y acorta. Por este motivo, postulo la existencia de una estrecha relación entre la realización del rasgo [g.c.] en las vocales glotalizadas y la estructura prosódica, a saber: la construcción de pies y la asignación de acento.

4.Minimidad en nivaĉle: CVC

Es comúnmente conocida la restricción propuesta sobre el tamaño prosódico mínimo de una palabra (McCarthy & Prince [1986] 1996): la palabra mínima de una lengua se equipara al pie mínimo permitido en esa lengua (McCarthy & Prince [1986] 1996).6 De esta manera, se requiere que cada palabra de contenido contenga dos moras o dos sílabas. Dentro de la Teoría de la Optimidad (Prince & Smolensky [1993] 2004) este requisito de minimidad significa que los pies no deben incumplir con las siguientes restricciones binarias (McCarthy & Prince 1993: 30):

(22)Ft-Bin-μ: Los pies son binarios a nivel moraico. (Kager 1999)

(23)Ft-Bin-σ: Los pies son binarios a nivel silábico. (Kager 1999)

La lengua nivaĉle presenta un caso interesante ya que una sílaba cerrada (CVC) puede constituir un pie mínimo y así una palabra de contenido mínima:

(24)a. tós

‘serpiente’

b. ɬ-ɑ́k

3pos-comida

‘su comida’

c. méʔ

‘nutria’

(25)a. (-túx

3s-comer

‘come’

b. ɬ-ám

2s-llegar

‘llegás’

Sin embargo, dado que en el presente análisis se postula que no existe evidencia independiente para sostener que las codas en nivaĉle son moraicas (excepto la glotal /ʔ/, como se ha demostrado en §3), una palabra monosilábica CVC no es ni bimoraica ni disilábica. Para una palabra monosilábica CVC, no se cumple ni la restricción bimoraica ni la restricción disilábica. Así, la palabra mínima en nivaĉle no se corresponde de una manera transparente con la generalización binaria de la “palabra mínima” en términos prosódicos. Igualmente, propongo que CVC, a pesar de ser monomoraica y monosilábica puede constituir una palabra mínima y funcionar también como un pie mínimo bien formado. De modo crucial, una palabra monosilábica CV, al contrario de una palabra CVC, no puede conformar una palabra mínima y tampoco puede funcionar como un pie en el sistema acentual de la lengua (§5). Entonces, solo una palabra monosilábica CVC puede recibir acento primario.

Hay dos tipos de argumentos a favor de que la palabra mínima en nivaĉle es una sílaba CVC. Primero, como lo ilustran (26), (27) y (28), tanto las raíces CVC nominales como verbales pueden ocurrir como palabras independientes. De hecho, la mayoría de las raíces verbales consiste en monosílabos CVC. Más aún, dado que todos los ítems lexicales llevan acento, estas formas ilustran un pie mínimo (recuérdese que el acento primario se marca como un acento agudo en la sílaba acentuada).

(26)a. pʼók

‘flecha’

b. ɬéɬ

‘caracol’

c. tós

‘serpiente’

d. t’ún

‘galleta’

Mientras que las raíces nominales alienables pueden ocurrir independientemente como pies monosilábicos CVC (26a-d), las raíces inalienables requieren la presencia de un prefijo posesivo (27a-c). Lo que muestran estas raíces con vocal inicial y prefijadas por un pronombre posesivo de consonante simple es que una palabra polimorfémica también puede tener la forma CVC. Nótese que, como fue argumentado en §2.2, la aproximante palatal se comporta como consonante y puede ocupar posición de coda (27c).

(27)a. ɬ-ɑ́k

3pos-comida

‘su comida’

b. j-ɑ́x

1pos-piel

‘mi piel’

c. j-éj

1pos-nombre

‘mi nombre’

Por su parte, las formas verbales muestran un sistema completamente paralelo: una sílaba CVC también es un pie mínimo aceptable y una palabra mínima. En las formas en (28), ( indica la ausencia de realización de superficie de una tercera persona sujeto.

(28)a. (-k͡lóp

3s-blanco/a

‘es blanco/a’

b. (-sás

3s-malo/feo

‘es feo/malo’

c. (-βáf

3s-morir

‘murió’

De modo similar a (27), los siguientes datos ilustran raíces verbales que requieren la presencia de un prefijo de persona: los prefijos constituidos por una consonante se añaden a raíces que empiezan por vocal (29) y los prefijos CV se añaden a raíces que comienzan con consonante (30):

(29)a. x-én pa=Jesús

1s-amar nevp.det=Jesús

‘amo a Jesús’

b. j-ít͡ʃ ka=tós

3s-ir evp.ant.det =serpiente

‘pasó una serpiente’

(30)a. xa-túx ka=t’ún

1s-comer evp.ant.det=galleta

‘comí la galleta’

b. ji-mɑ́ʔ ɬ-xa= nɑ́ʔni

3s-dormir f-evp.aus.det=nena

‘se durmió la nena’

Lo que es particularmente significativo tanto en los contextos nominales como verbales es la generalización fundamental que el nivaĉle carece de palabras CV. Mientras que las palabras polisilábicas pueden terminar en vocal, por ejemplo, como disilábicas CV.CV (31a), o CVC.CV (31b), de modo crucial, las palabras monosilábicas no: *CV.

(31)a. wa.wó

‘lobo’

b. k’ak.xó

‘armadillo’

c. ʔam.ʔá

‘ratón’

d. ju.ku.βé

‘pan’

Nótese que ejemplos como (31b) o (31c) demuestran que la coda no es moraica, ya que se esperaría [k’ák.xo] o [ʔám.ʔa] como resultado, es decir, con acento en la primera sílaba. En cambio, en (32), se puede observar que el acento cae en la primera sílaba por la presencia de una glotal en posición de coda:

(32)a. βéʔ.ɬa

‘uno’

b. nɑ́ʔ.ni

‘nena’

Dado que CVC - y no CV - constituye la palabra mínima en nivaĉle y las codas (excepto la glotal posvocálica) no son moraicas se desprende una implicación interesante para el análisis prosódico de las glotales. Como se muestra en (33), las glotales pueden ocupar la posición de coda y completar la condición de palabra mínima CVC.

(33)a. ɬ-áʔ

3pos-fruta

‘fruta (del árbol)’

b. ɬ-úʔ ɬ-a=pelota

2s-arrojar f-evp.pres.det=pelota

‘arrojás la pelota’

c. méʔ

‘nutria’

En relación a los ejemplos en (33), no existe evidencia para sostener que una glotal es insertada para satisfacer requisitos de minimidad. Por ejemplo, la glotal final de una raíz como ‘fruta’ en (33a) no puede ser analizada como parte del núcleo ya que, cuando se le añade un sufijo; una vocal rearticulada/rechinada emerge: tá̰j ‘tiene fruta’:

(34)t-á̰-j

3s-fruta-vblz(tener)

‘tiene fruta’

De modo crucial, lo que los ejemplos (33a) y (34) demuestran es que la oclusiva glotal es parte de la raíz y también que existe una estrecha relación entre la glotal como segmento independiente y las vocales glotalizadas, tal como fue explicado en §3.

Dos cuestiones empíricas más merecen ser mencionadas. Primero, mientras que todos los ejemplos ilustran palabras CVC con vocales modales, los siguientes datos establecen que el núcleo de una palabra CVC puede ser alternativamente una vocal glotalizada, por ejemplo, CV̰C:

(35)a. k͡ló̰p

‘invierno’

b. wɑ̰́s

‘cielo’

Segundo, como está muy bien establecido en la literatura, la complejidad en el ataque no juega normalmente un rol prosódico en las restricciones de palabra mínima o en la forma del pie. De esta manera, no es sorprendente que algunas palabras monosilábicas tengan un ataque complejo:

(36)a. xpɑ̰́k

‘paja’

b. kxát

‘fruta del cactus’

Pero, lo significativo al mostrar que la complejidad del ataque no acarrea peso es que, como *CV, *CCV no es una palabra mínima posible. El criterio importante para una palabra monosilábica es que debe ser una sílaba cerrada CVC - o, como en (36), CCVC. Asimismo, debe notarse que no hay palabras libres de la forma VC; la restricción Onset está altamente jerarquizada, la cual es reforzada por epéntesis de glotal [ʔ] (§2.2).

Algunos ejemplos ilustrativos de (28a), (35a) y (33a) son presentados en (37) con su análisis moraico.

(37)

En relación con este ejemplo, recuérdese la restricción en (14) según la cual todas las moras deben ser analizadas en el núcleo.

c. Pie bimoraico (núcleo bimoraico pesado) con coda [ʔ]: ɬáʔ

En el ejemplo en (c) podemos ver que todas las moras son analizadas en el núcleo y que la glotal, al no haber otra consonante en posición de coda, se disocia de la mora para comportarse como un segmento más en posición de coda y cumplir así los requisitos de minimidad. En contraste, una sílaba CV o CCV (d) no es un pie aceptable en nivaĉle.

d. *(C)CV foot

A modo de recapitulación, CVC funciona como una palabra mínima bien formada en esta lengua, más allá de su contenido moraico. De modo interesante, entonces, en el caso de CVC, el criterio de restricción es sobre la forma de la sílaba más que sobre su tamaño. Si una unidad léxica no se adapta a la restricción Ft-Bin-μ (22) o Ft-Bin-( (23), igualmente puede calificar para el estatus de palabra mínima si es una sílaba cerrada, es decir, si hay una consonante en posición de “coda”. Esta restricción sobre la forma de la sílaba puede ser interpretada de tres maneras.

Primero, uno podría hipotetizar que existe una restricción que requiere que una palabra prosódica termine en una consonante:

(38)C-Final: Una palabra prosódica (PPr) no puede terminar en vocal

*V]PPr

(McCarthy 1993)

Sin embargo, está claro que C-Final no es una restricción no dominada ya que las palabras posilábicas pueden tener vocal final (39), o consonante final (40):

(39)a. k͡le.sá

‘cuchillo’

b. wa.wó

‘lobo’

c. t͡ʃa.xa.ní

‘roedor’

(40)a. ma.kók

‘sapo’

b. ma.ko.k-[í]s

sapo-pl

‘sapos’

Segundo, lo que debería concluirse entonces es que el requisito C-Final funciona como una restricción sobre la buena formación de una palabra mínima en palabras monosilábicas (donde sea posible, el pie óptimo de una palabra prosódica estará en conformidad con Ft-Bin-( (23)). En este sentido, puede ser propuesta la siguiente restricción de buena formación de un pie:

(41)MinFt=CVC: El pie mínimo es una sílaba CVC. [violada por *(CV́) *(CV̀)]

Esta restricción conectaría la observación que la palabra mínima en nivaĉle es un pie que puede ser tan pequeño como CVC. Además, es de destacar que en palabras polisilábicas, un pie inicial CVC recibe acento secundario como se muestra en (42a-c), mientras que formas comparables con una sílaba inicial CV no tienen acento secundario (42d-e) porque una sílaba abierta CV no satisface la restricción MinFt en (41):

(42)a. (ʔɑ̀k).(xek͡lɑ́) (CVC)

‘mujer’

b. (pùʔ).(xaná) (CVʔ)

‘tresʼ

c. (fà̰j)(ku-kát) (CV̰C)

algarroba-clas-col

‘algarrobal’

d. si(βok͡lók)

‘araña’

e. ni(βak͡lé)

‘hombre’

Tercero, el hecho que la palabra mínima en nivaĉle no sea sensible al peso sino a la forma de la sílaba (si es cerrada o no) podría ser capturada por dos análisis alternativos.

Primero, uno podría postular que las palabras mínimas CVC deberían adquirir una mora a fin de satisfacer la binariedad de pies métricos. Esto constituiría un caso de peso variable de sílaba cerrada. Es decir, las sílabas livianas adquirirían peso contextual para satisfacer una restricción que está más altamente jerarquizada (Rosenthal & van der Hulst 1999; Morén 1999). Por ejemplo, las sílabas CVC no cuentan como pesadas para la asignación de acento a menos que esté en juego la buena formación de una palabra mínima o se deba evitar la violación de alguna restricción crítica. En este caso, una mora debe ser insertada -en violación de la restricción Dep-μ que debe tener un ranking bajo- a fin de satisfacer la restricción Ft-Bin-μ (44).

(43)Dep-μ: Una mora en el output tiene una correspondencia en el input.

(44)Ft-Bin-μ: Los pies son binarios a nivel moraico.

(45)Ft-Bin-μ » Dep-μ

Nuevamente, dado que no hay motivación independiente para sostener que las codas tengan peso en nivaĉle, el análisis de “peso variable de sílaba cerrada” sería ad hoc, y solo serviría para satisfacer una restricción Ft-Bin-μ. Lo que propongo es que el ranking especial de Ft-Bin-(, C-Final y MinFt=CVC constituyen restricciones relevantes para dar cuenta de la construcción de pies y la asignación de acento (§5).

Segundo, un análisis alternativo, en línea con el análisis de Crowhurst & Michael (2005) y Munshi & Crowhurst (2012), sería postular que las codas silábicas juegan un rol en la asignación de acento independientemente del peso moraico -en contra de las posturas de Rosenthal & van der Hulst (1999) y Morén (1999), anteriormente mencionadas. Bajo este enfoque, se argumenta que la contribución del rol prosódico de las codas en sílabas CVC como acentuadas en comparación con sílabas CV puede ser atribuida a la ramificación de moras (Munshi & Crowhurst 2012: 430). Estas autoras sostienen que “la ramificación es otra propiedad de la mora con significación métrica en algunas lenguas”.

(46)Ramificación moraica

Sin embargo, la ramificación moraica no puede dar cuenta de los datos nivaĉle porque, bajo la representación silábica en (46), una glotal en posición de coda y cualquier otra coda deberían comportarse de la misma manera. Sin embargo, solamente la glotal está asociada a una mora y esta mora es analizada como parte del núcleo silábico (único constituyente que puede recibir peso). En contraste, como se ha argumentado, no hay evidencia fonológica para postular que otras codas contribuyan peso o conlleven algún tipo de prominencia. En resumen, una representación silábica que incluye al núcleo como la cabeza prosódica de la sílaba tiene mayor valor explicativo ya que captura los diferentes comportamientos de la glotal y las otras consonantes en nivaĉle.

En síntesis, en este trabajo postulo que: (i) las sílabas CVC no son pesadas, es decir, que no hay “peso por posición” (weight-by-position) consistente o no con un peso variable de sílaba cerrada, (ii) las sílabas CVC satisfacen el requisito de minimidad y (iii) la sílaba CVC puede funcionar como un pie en el sistema acentual del nivaĉle. Sin embargo, lo que será demostrado en §5 es que un pie CVC no es óptimo. En una palabra polisilábica, un pie que satisface Ft-Bin-σ recibe acento primario, mientras que un pie CVC recibe acento secundario. Consecuentemente, propongo que la cabeza de una palabra prosódica es óptimamente binaria a nivel silábico.

5.Patrones de acentuación en nivaĉle

El acento en nivaĉle está asociado con las siguientes propiedades fonológicas y fonéticas. Primero, todas las palabras léxicas tienen acento primario (parámetro de obligatoriedad) con una sílaba teniendo el mayor grado de prominencia (parámetro de culminatividad), (Hyman 2006: 231). Segundo, con base en las grabaciones obtenidas en trabajo de campo, las vocales tónicas del nivaĉle son consistentemente más largas que las vocales átonas. Además, las vocales glotalizadas son bimoraicas, están siempre acentuadas (Principio del Peso-a-Acento) y, de manera característica, doblan la duración de las vocales modales (§3). Tercero, las vocales inacentuadas pueden ser reducidas o eliminadas.

Como ha sido mencionado anteriormente, propongo que en nivaĉle: (i) el tipo de pie es yámbico y (ii) existe un sistema acentual sensible a la cantidad (el peso moraico de la glotal posvocálica está correlacionado de manera consistente con el acento), y (iii) una sílaba CVC en posición inicial de palabra -y solo en esta posición convergente de prominencia morfológica y prosódica- lleva acento y está correlacionada con el pie monosilábico CVC que en §4 fue propuesto como constituyente de la palabra mínima. Asimismo, como fue argumentado en §3.2, las vocales glotalizadas contribuyen peso adicional: la glotal es moraica de manera subyacente y esta mora es analizada en el núcleo de la sílaba.

Además, postulo la hipótesis que la asignación de acento en los dominios nominal y verbal varía de acuerdo a la afijación de prefijos y sufijos. El sistema prosódico que emerge es analizado en términos de restricciones sistemáticas sobre la construcción de pies desde los márgenes izquierdo y derecho, donde los dominios prosódicos son definidos por procesos morfo-sintácticos de prefijación y sufijación jerárquicamente organizados. Postulo cuatro dominios básicos para la asignación de acento: la Raíz (R), la Base Morfológica1 (BM1), la Base Morfológica2 (BM2), y la Palabra Morfológica (PM). La Raíz más un nivel interno de sufijos define la Base Morfológica1. La prefijación a la Base Morfológica1 define el siguiente nivel: la Base Morfológica2. Un nivel más externo de sufijación define la Palabra Morfológica. El argumento principal que esgrimo es que cada una de estas categorías morfológicas define un dominio prosódico relevante para la asignación del acento. El acento en nivaĉle está basado en los márgenes y es sensible a la cantidad: una serie de restricciones de alineamiento y el Principio del Peso-a-Acento gobiernan la asignación del acento.

Debe destacarse que las categorías morfológicas están jerárquicamente anidadas. Si un dominio no experimenta una mayor prefijación o sufijación, igualmente es analizado y etiquetado dentro de la estructura anidada como una Base Morfológica2 y como una Palabra Morfológica. Si la afijación ocurre o no, es relevante para que el output sea caracterizado como morfológicamente derivado o no, y, de manera concomitante, si ese output está sujeto a la particular restricción de alineamiento asociada con ese dominio en cuestión (Gutiérrez 2015).

Figura 5 Relaciones morfológicas dentro de la palabra 

Por limitaciones de espacio, solamente analizaré el dominio de la Raíz y de la Base Morfológica1 en §5.1 y §5.2, respectivamente.

Los nombres en nivaĉle pueden ser modificados por un número de sufijos que expresan categorías flexivas o derivacionales. En la Figura 6, puede verse un molde de la secuencia linear de las categorías que conforman el nombre:

Figura 6 Estructura morfológica del nombre 

Lo que un molde estrictamente linear no logra revelar, sin embargo, es que hay una estructura interna de afijación jerárquicamente organizada como la diagramada en la Figura 7. Allí los corchetes ilustran cómo las categorías lineales de la Figura 6 se corresponden con los dominios jerárquicos.

Figura 7 Dominios de patrones de acentuación nominal 

El primer dominio de nuestra atención es la Raíz. El margen derecho de la raíz define un dominio de alineamiento para la construcción de pies yámbicos que funciona independientemente de los progresivos dominios de alineamiento derecho que incorporan capas sucesivas de sufijos. La generalización más importante que emerge aquí es que la fidelidad a nivel input-output de la representación glotal/moraica dentro de la Raíz está más altamente jerarquizada que la restricción prosódica de alineamiento derecho para la acentuación a este nivel. Por el contrario, las restricciones que gobiernan la fidelidad glotal/moraica están menos jerarquizadas (y así pueden ser violadas) en el nivel de la BM1 (§5.1.2) o la PM y en nivel de la BM2 (Gutiérrez 2015).

La Raíz más un nivel interno de sufijos definen la Base Morfológica1, donde pueden encontrarse sufijos derivacionales (i.e, nominalizador, aumentativo, agentivo, resultativo, y clasificador de plantas/frutas). Si la raíz es poseída, un posesivo pronominal (más un clasificador posesivo, si aplica) se prefija a la BM1 y marca el dominio izquierdo de la BM2 desde donde se construyen los pies yámbicos.

Una de las principales hipótesis aquí avanzadas es que la asignación de acento es sensible tanto al margen izquierdo como derecho de la palabra. El análisis del pie métrico procede del margen derecho de la Raíz, de la Base Morfológica1 y la Palabra Morfológica y del margen izquierdo de la Base Morfológica2. Particularmente interesante es cómo las exigencias de cada dominio interactúan, dada la considerable complejidad morfológica de la formación de palabras en nivaĉle. El acento principal cae sobre el pie ubicado en el extremo derecho de la Palabra Prosódica.

5.1 La Raíz

En esta sección, examinaré el dominio más pequeño para la asignación de acento, la Raíz. Como fue postulado en §4, la palabra mínima en nivaĉle consiste de un monosílabo CVC, por ejemplo, las raíces monosilábicas alienables llevan acento por sí mismas. Tales palabras monosilábicas y monomoraicas establecen que tanto Ft-Bin-σ como Ft-Bin-μ son violables, pero solo si la palabra termina en consonante final (sílaba cerrada), en conformidad con las generalizaciones sobre la palabra mínima establecidas en §3, donde el pie mínimo está definido por la restricción (MinFt), véase (41).

Los monosílabos acentuados pueden ser bimoraicos si tienen una vocal glotalizada o una glotal en posición de coda (§4). En términos de buena formación de pie, aunque Ft-Bin-σ es sistemáticamente violado, Ft-Bin-μ y MinFt=CVC son satisfechos.

(47)a. méʔ

‘nutria’

b. k͡ló̰p

‘invierno’

En las raíces disilábicas, el acento es final, lo cual demuestra que el sistema acentual del nivaĉle es yámbico. Aunque CV.CV es el patrón menos frecuente se ofrecen algunos ejemplos:

(48)a. si.sé

‘tacuara’

b. t͡ʃʼa.tʼá

‘tortuga’

c. pe.k͡ló

‘persona wichí ʼ

Las bases con formas CV.CVC y CVC.CVC constituyen el patrón más típico/frecuente en el léxico nivaĉle (CVCV: 115; CVC.CVC: 217, CV.CVC: 391; de 723 bases disilábicas en el diccionario de Seelwische 1980).7

(49)CV.CVC

a. sa.múk

‘excremento’

b. ʔi.tɑ́x

‘fuego’

c. sa.xét͡ʃ

‘pescado’

e. ni.wáj

‘limón’

(50)CVC.CV

a. ʔam.ʔá

‘ratón’

b. kʼak.xó

‘armadillo’

Nótese que las sílabas iniciales (C)VC son analizadas como livianas en (50); de otra manera, el patrón acentual sería: *(ʔám)ʔɑ y *(kʼák).xo, respectivamente. En (51), la vocal y la glotal en posición de coda o una vocal rearticulada pueden ser encontradas en la segunda sílaba (pesada):

(51)CVC.CVC donde σ2 es pesada:

a. ʃin.βóʔ

‘miel’

b. kʼut.xá̰n

‘espina’

(52)CVC.CVC donde tanto la σ1 como σ2 son livianas:

a. nuk.sít͡ʃ

‘mandiocaʼ

b. k’us.táx

‘calandria’

A continuación, postulo las restricciones básicas que caracterizan el sistema acentual nivaĉle. Nótese que (53-55) fueron introducidas en §1, pero son repetidas aquí para mayor claridad.

(53)RhType =I (FtForm=Iambic)

(54)Ft-Bin-μ: Los pies son binarios a nivel moraico.

(55)Ft-Bin-σ : Los pies son binarios a nivel silábico. (Kager 1999)

Dado que una palabra monosilábica CVC (la palabra mínima en nivaĉle) funciona sin ningún tipo de aumento como un pie de acento primario, se propone que el inventario del nivaĉle incluye una restricción sobre el pie mínimo, donde (CVC) funciona sistemáticamente como un pie mínimo bien formado en palabras polisilábicas:

(56)MinFt=CVC El pie mínimo es una sílaba CVC. [violada por *(CV́) *(CV̀)]

Mientras que las formas (47a), [méʔ] ‘nutria’, y (51b), [k’utxá̰n] ‘espina’, conforman pies P y LP, respectivamente, las formas en (49-50) muestran pies LL. Lo que estos ejemplos tienen en común es un alineamiento del margen derecho de la raíz con el margen derecho del pie, formalizados en (58):

(57)ALIGN-R (Root, Foot) Alinear el margen derecho de la Raíz con el margen

derecho del Pie.

(58)a. (méμʔμ) P

b. (k’uμt.xá̰μμn) LP

c. (peμk͡lóμ) LL

Lo que establece como más definitivo el alineamiento del pie con el margen derecho de la raíz es que las formas trisilábicas también muestran el acento en la última sílaba:8

(59)a. t͡ʃa.(xa.ní) a’. *(t͡ʃa.xá).ni

‘chancho jabalí’

b. ju.(ku.βé) b’. *(jukú)βe

‘pan’

c. ʔɑ.(xɑ.k͡lɑ́) c’. *(ʔɑ.xɑ́).k͡lɑ

‘pájaro’

d. ʔa.(k͡la.βó) d’. *(ʔa.k͡lá.)βo

‘caracolero’

(60)a. si.(βo.k͡lók) a’. *(si.βó)k͡lok

‘araña/bicicleta’

b. ta.(βa.ʃáj) b’. *(ta.βá).ʃáj

‘campo’

c. ɑ.(jin.t͡ʃé) c’. *(ɑ.jín).t͡ʃe

‘ají’

Lo que las formas no atestiguadas (*) demuestran es que las dos primeras sílabas podrían ser analizadas en un pie bien formado, sin embargo, no es lo que ocurre. Por el contrario, un pie disilábico se alinea con el margen derecho de la Raíz. En todas las formas trisilábicas, la sílaba inicial que no forma ningún pie es de manera consistente una sílaba abierta y liviana. En contraste, lo que se puede ver en (61) es que si una sílaba inicial es cerrada (en una forma trisilábica comparable), será analizada y así dará como resultado dos pies: un pie mínimo inicial CVC MinFt seguido de un pie disilábico regular:

(61)a. (pùʔ)(xa.ná)

‘tres’

b. (ʔɑ̀k).(xe.k͡lɑ́)

‘mujer’

Mientras que el pie que está más a la derecha recibe acento primario, (generalización del sistema acentual del nivaĉle explicada por la restricción Rightmost (62)), el pie inicial CVC recibe acento secundario. Una segunda e importante generalización que gobierna la construcción del pie métrico en nivaĉle es que las sílabas tónicas nunca son adyacentes. La restricción *Clash (60) mitiga contra la presencia de sílabas adyacentes acentuadas y nunca es violada en esta lengua.

(62)Rightmost: El pie prominente es final en una PPr.

(63)*Clash: No puede haber dos sílabas tónicas adyacentes.

El tablón para (65) ‘mujer’ ilustra la interacción de un número de restricciones que han sido discutidas hasta ahora y establece el ranking crucial de Parse-( » Ft-Bin-σ. Nótese que Onset consistentemente fuerza una violación de Dep-IO-ʔ en posición inicial de palabra (§2.2), pero para facilitar la exposición no están incluidas en el tablón.

(64)[ʔɑ̀k.xe.k͡lɑ́] ‘mujer’

Ranking crucial: Parse-( » Ft-Bin-σ

(65) / ɑkxek͡lɑ / r-most *Clash MinFt=CVC Align-R(Rt, Ft) Parse-( Ft-Bin-σ
a. ([ʔ]ɑ́k)(xek͡lɑ̀) *! *
b. ([ʔ]ɑk.xé) k͡lɑ *! *
c. ([ʔ]ɑk.xè)(k͡lɑ́) *! * *
d. [ʔ]ɑk.(xe.k͡lɑ́) *!
e.(([ʔ]ɑ̀k)(xe.k͡lɑ́) *

Una comparación del tablón en (65) con uno que contiene una palabra trisilábica con una sílaba inicial abierta, por ejemplo: ‘araña/bicicleta’, revela el ranking especial de *Clash y MinFt=CVC sobre Parse-σ :

(66)[si.βo.k͡lók] ‘araña/bicicleta’

Rankings cruciales: *Clash, MinFt=CVC » Parse-σ

Resumen: *Clash, MinFt=CVC » Parse-σ » Ft-Bin-σ

(67) / siβok͡lok / *Clash MinFt=CVC Align-R(R, Ft) Parse-( Ft-Bin-σ
a. (si.βó).k͡lok *! *
b. (si.βò)(k͡lók) *! *
c.( si.(βo.k͡lók) *
d. (sì)(βo.k͡lók) *! *

Dado que la sílaba inicial CVC de [ʔɑ̀k.xe.k͡lɑ́] ‘mujer’ forma un pie y así lleva acento, como lo muestra el tablón en (65), se debe ilustrar por qué las restricciones anteriormente postuladas no aplican para acentuar la sílaba inicial CVC de una raíz disilábica como en [kʼakxó] ‘armadillo.’ Como se muestra en (69), las restricciones *Clash y Align-R (Rt, Ft), al igual que las otras restricciones, conspiran para asegurar un pie yámbico binario:

(68)kʼak.xó ‘armadillo’

(69) / kʼakxo / *Clash MinFt=CVC Align-R(Rt, Ft) Parse-( Ft-Bin-σ
a. (kʼák).xo *! * *
b. kʼak.(xó) *! * *
c. (kʼàk)(xó) *! * **
d. ( (kʼak.xó)

Sin embargo, una consideración de otras formas disilábicas revela que no siempre es el caso que el acento esté alineado con el margen derecho:

(70)a. [kṵ́k.tɪn]

/kuʔktin/

‘trueno’

b. [tɑ́ʔ.ɬəs]

/tɑʔɬɑs/

‘olla’

c. [jóʔ.nɪs]

/joʔnis/

‘zorro’

Lo que caracteriza las formas en (70) es la presencia de una vocal rechinada/rearticulada o una vocal más glotal en posición de coda en la primera sílaba. El acento cae en esa sílaba y, como consecuencia, la vocal átona se reduce.

Bajo la hipótesis avanzada en §3, según la cual la oclusiva glotal está asociada a una mora, y la hipótesis subsecuente que ningún otro segmento (además de las vocales) en nivaĉle llevan peso, estas formas son analizadas con una sílaba inicial pesada. Como ilustra (71), esta sílaba es analizada en un pie métrico monosilábico/monomoraico (P). La sílaba siguiente es átona porque no llega a ser analizada en un pie.

(71)

Los ejemplos como (71) muestran un conflicto entre las restricciones de Weight-to-Stress, y la de alineamiento Align-R(Rt, Ft), ambas repetidas aquí para mayor claridad (72-73), y Parse-( (74). Además, dado que la glotal asociada con la segunda mora de la primera sílaba no se pierde a fin de favorecer el acento final, las restricciones de fidelidad en (75-76) deben estar más altamente jerarquizadas que Align-R(Rt, Ft):

(72)WSP: Las sílabas pesadas (bimoraicas) llevan acento.

(73)Align-R (Root, Foot): Alinear el margen derecho de la Raíz con el margen derecho del Pie.

(74)Parse-(: Todas las sílabas deben ser analizadas.

(75)Max-IO-[μ]: Toda mora en el input deben tener su correspondiente en el output.

(76)Max- IO-ʔ: Toda /ʔ/ en el input debe tener su correspondiente en el output.9

Debe considerarse ahora cómo estas restricciones aplican a los diversos candidatos en (77). Nuevamente, en todos los tablones, todos los candidatos obedecen R-Most.

(77)[kṵ́ktin] ‘trueno’

Rankings cruciales: *Clash, WSP » Al-R(Rt, Ft), Parse-σ

Max-IO-ʔ/μ » Al-R(Rt, Ft), Parse-σ

(78) /kuʔktin/ *Clash WSP Max-IO-ʔ/μ Al-R (R, Ft) Parse-( Ft-Bin-σ
a. ( (kṵ́k).tin * * *
b. kṵk.(tín) *! * *
c. (kṵk.tín) *!
d. (kṵ̀k).(tín) *! **
e. (kuk.tín) *!

Lo que se ve es que todos los candidatos (b-e) que respetan Al-R(Rt, Ft) violan alguna otra restricción que está más altamente jerarquizada. Ni en el candidato (b), ni en el (c) está acentuada la vocal glotalizada, así en incumplimiento con la restricción de Weight-to-Stress Principle (WSP). En el candidato (d), esta sílaba es analizada como un pie mínimo CVC que recibe acento secundario y que entonces obedece WSP. Sin embargo, los dos pies monosilábicos, que resultan adyacentes violan *Clash. Dado que ninguna de las formas en la base de datos del nivaĉle violan WSP o *Clash, postulo que estas restricciones están posicionadas en el extremo izquierdo del ranking. Hay, sin embargo, varios contextos donde ocurre la deglotalización en nivaĉle, lo que significa que dentro del marco teórico aquí adoptado la restricción de fidelidad Max-IO-ʔ/μ es violable. Aun así, el candidato (e), que ilustra un caso potencial de deglotalización en la sílaba inicial, no es el candidato ganador: no es éste el contexto para la deglotalización. El hecho de que el candidato (a) sea la forma atestiguada establece que la restricción Max-IO-ʔ/μ está crucialmente ubicada sobre ALIGN-R (Rt, Ft).

Por su parte, el tablón en (80) establece que las raíces disilábicas con una sílaba inicial [Vʔ] se comportan de la misma manera.

(79)[jóʔnɪs] ‘zorro’

(80) / joʔnis / *Clash WSP Max-IO-ʔ/μ Al-R (R, Ft) Parse-( Ft-Bin-σ
a. ( (jóʔ).nɪs * * *
b. joʔ.(nís) *! * *
c. (joʔ.nís) *!
d. (jòʔ).(nís) *! **
e. (jo.nís) *!

En resumen, los datos discutidos hasta ahora muestran que el margen derecho de la raíz está alineada con el margen derecho del pie a menos que la penúltima sílaba tenga una vocal glotalizada. Bajo la hipótesis que la glotal /ʔ/ es moraica, estas sílabas son pesadas: el hecho de que estas sílabas pesadas estén consistentemente correlacionadas con el acento en nivaĉle se explica en el presente análisis al postular que *Clash, WSP y Max-IO-ʔ/μ están crucialmente jerarquizadas por sobre Align-R(Rt, Ft) y Parse-σ.

La fonología de préstamos también provee argumentos a favor de la prominencia derecha y del pie métrico yámbico en nivaĉle. De modo similar a otras lenguas del Chaco, el contacto entre el español y el nivaĉle se desarrolló de manera bastante tardía (fines del siglo XIX/principios del XX). Muy pocas palabras que son tomadas del español y adaptadas a la fonología nivaĉle se encuentran en el léxico. Ninguna de estas palabras parece haber sido introducida por medio de otras lenguas mataguayas. Solo [waka] (sin indicación de acento) se encuentra en maká (Gerzenstein 1999: 545).

(81)

Glosa Español Nivaĉle
a. vaca [bá.ka] [wɑ.qɑ́] ~ [βɑ.qɑ́]
(vacas) [bá.kas] [wɑ.qɑ́s] ~[βɑ.qɑ́s])
b. caballo [ka.βá.ʝo] [ku.wɑ.jú] ~[ku.βɑ.jú]
(caballos) [ka.βá.ʝos] [ku.wɑ.jús] ~[ku.βɑ.jús])
c. sandía [san.dí.a] [sa.ni.jɑ́]
d. cigarro [si.ɣá.ro] [si.ja.ló]
e. mayordomo [ma.joɾ.ðó.mo] [màj.lo.má]

Mientras que las formas disilábicas, trisilábicas y cuadrisilábicas muestran el acento primario en sílaba final, en español cae en la penúltima sílaba. El patrón observado en (81) refuerza la propuesta que el acento primario se ubica en el extremo derecho. De modo interesante, la adaptación de “mayordomo” muestra una sílaba inicial CVC con acento secundario y una deslizante funcionando como coda (§2.2)

5.2 Base Morfológica1: sufijos derivacionales

En esta sección se examinará la relación entre las raíces, los sufijos derivacionales y la asignación de acento. Los sufijos derivacionales “mueven” el acento a la derecha: el acento cae en la sílaba más a la derecha de la BM1, en vez de la sílaba final de la Raíz. Los siguientes ejemplos muestran que el pie yámbico se alinea con el margen derecho de la BM1. (82d) y (83b) dan evidencia de un pie inicial CVC con acento secundario.

(82)a. (xa-fín)

1s-chupar/besar

‘chupo/beso’

b. (fi.n-ɑ́k) b’. *(fí.nɑk)

chupar-nmlz

‘tabaco’

c. (fìn)-(kɑ-náx) c’. *(fín).(kɑ.nàx)

chupar-nmlz-ag

‘fumador’

d. (fìn)-(kɑ-xíj)

chupar-nmlz-con

‘pipa’

(83)a. (sa.múk)

‘excremento’

b. (sàm)-(ku-xíj)

excremento-con

‘letrina’

(84)a. (jik͡lɑ́ʔ)

‘madera’

b. ji(k͡lɑ-níɬ)

madera-mat

‘hecho de madera’

(85)a. (si.sé)

‘caña’

b. si.(sɪ-t͡ʃát) b’ *(si.sé)t͡ʃat/*̆(si.sè)(t͡ʃát)

caña-col

‘cañaveral’

La generalización acerca de la asignación del acento primario está hecha en relación con el margen derecho de la BM1. En cada par de palabras morfológicamente relacionadas, (82-85), el acento cae de manera consistente sobre la última sílaba. Así, la sufijación a raíces no prefijadas es consistente con la posición más a la derecha del acento primario: los pies yámbicos se forman desde el margen derecho de la BM1.10

Para explicar la ubicación del acento en estos datos, la única nueva restricción que se necesita es una que invoca el alineamiento al margen derecho de la BM1, en vez del margen derecho de la Raíz. Claramente, los patrones de acentuación muestran que Align-R(BM1, Foot) está por encima de Align-R(R, Foot). Las restricciones que se necesitan para explicar estos datos sufijados se repiten más abajo para mayor claridad.

(86)*Clash: No puede haber dos sílabas tónicas adyacentes.

(87)MinFt=CVC: El pie mínimo es una sílaba CVC.

(88)Align-R (R, F): Alinear el margen derecho de la R con el margen derecho del Pie.

(89)Align-R (BM1, F): Alinear el margen derecho de la BM1 con el margen derecho del Pie.

(90)Parse-σ: Los pies son analizados en sílabas.

(91)Ft-Bin-σ: Los pies son binarios a nivel silábico.

Los siguientes tablones para (85b) añaden el ranking relativo de Al-R/BM1 » Al-R/Rt a las relaciones ya establecidas:

(92)[si.(se-t͡ʃát)] ‘cañaveral’

Nuevo ranking crucial: Al-R/BM1 » Al-R/R

(93) sise]R-t͡ʃat]BM1 *Clash MinFt Al-R(BM1, F) Al-R/R Parse-( Ft-Bin-σ
a. (si.sé)-t͡ʃat *! *
b. (si.sè)(t͡ʃát) *! *
c.( si.(se-t͡ʃát) * *
d. (sì)(se.t͡ʃát) *! *

Ahora es necesario comparar el caso de una raíz monosilábica [fin] con dos sufijos de la BM1 a fin de verificar los rankings establecidos. MinFt es omitido porque todos los pies la satisfacen y R-most es añadido para mostrar que el candidato (c) no es óptimo.

(94)[fìn-kɑ-náx] ‘fumador’

(94) fin]R-kɑnax]BM1 R-most *Clash Al-R (BM1, F) Al-R/R Parse-( Ft-Bin-σ
a. (fin-kɑ́)-nax *! * *
b. (fin-kɑ̀)(-náx) *! * *
c. (fín).(-kɑ.-nàx) *! *
d. fin (-kɑ.-náx) *! *
e.( (fìn).(-kɑ.-náx) *

Asimismo, los siguientes ejemplos establecen la necesidad de diferenciar el alineamiento del margen de la Raíz comparado con el margen de la BM1:

(96) a. (ta.k͡ló̰k)

‘yuyo’

b. ta(k͡lok-t͡ʃát) b.’ *(tak͡ló̰k).t͡ʃat/ *(ta.k͡lòk)-(t͡ʃát)

yuyo-col

‘yuyal’

(97) a. (ji.jéʔ)

‘caraguatá’

b. ji(je-t͡ʃát) b.’ *(jijéʔ)-t͡ʃat /*(jijèʔ)-(t͡ʃát) caraguata-col

‘lugar donde crece el caraguatá’

Lo que no es esperado en estos datos es la mala formación de las formas en (b’). Por ejemplo, nótese que la glotal en la segunda sílaba de [jijéʔ] ‘caraguatá’, no se realiza en la forma sufijada [jije-t͡ʃát]. Esto está diametralmente opuesto a casos como [jóʔnɪs] ‘zorro’, donde el alineamiento con el margen derecho de la raíz era violado a fin de mantener la fidelidad a la glotal subyacente y su mora asociada. Este patrón divergente conlleva una pregunta interesante. Mientras que el alineamiento a la derecha aplica tanto a los dominios de la R como de la BM1, y el alineamiento de la derecha de la BM1 subsumirá los efectos del alineamiento a la derecha de la Raíz, e.g., (85b) si(se-t͡ʃát) ‘cañaveral’, podría preguntarse si hay alguna necesidad de hacer referencia al margen derecho de la raíz, independientemente de la BM1. Es justamente la violación del alineamiento a la derecha en palabras como [jóʔnɪs] ‘zorro’ que establece esta necesidad.

Recuérdense las restricciones que gobiernan la sensibilidad al peso (WSP) y la fidelidad a la identidad de la glotal subyacente (amalgamadas en el tablón como Max-IO-ʔ/μ). Cabe destacar también que la comparación de los candidatos (a) y (e) del tablón en (80), repetidos aquí abajo motivan el ranking crucial de Max-IO-ʔ/μ » Al-R/Rt:

(98) [jóʔnɪs] ‘zorro’

Max-IO-ʔ/μ » Al-R/Rt

(99) /joʔnis / *Clash WSP Max-IO-ʔ/μ Al-R/R Parse-σ
a. ( (jóʔ).nɪs * *
e. (jo.nís) *!

Por su parte, los candidatos (a) y (c) en el tablón (101) para [si.(se-t͡ʃát)] ‘cañaveral’ establecen que Al-R/BM1 » Al-R :

(100) [si.(sɪ-t͡ʃát)] ‘cañaveral’

Ranking crucial: Al-R/BM1 » Al-R/R

(101) sise]R-t͡ʃat]BM1 *Clash MinFt Al-R/BM1 Al-R/R Parse-(
a. (si.sé)-t͡ʃat *! *
c. ( si.(se-t͡ʃát) * *

Ahora considérese cómo las restricciones que han sido motivadas de manera independiente en el análisis precedente manejarían la diversidad de candidatos relacionados con la forma en (103) [jijet͡ʃát] (NB: todos los candidatos obedecen Righmost y así no son incluidos en el tablón):

(102)[jijet͡ʃát] ‘lugar donde crece el caraguatá’

Ranking crucial: Al-R/BM1 » Max-IO-ʔ/μ

(103) jijeʔ]R -t͡ʃat]BM1 *Clash WSP MinFt Al-R/BM1 Max-IO-ʔ/μ Al-R/Rt
a. (ji.jèʔ)(t͡ʃát) *!
b. ji.(jeʔ.t͡ʃát) *! *
c. (jì)(je.t͡ʃát) *! * *
d. (ji.jéʔ).t͡ʃat *!
e. ( ji.(je.t͡ʃát) * *

Aunque el candidato (a) en el tablón (103) satisface las dos restricciones de alineamiento, i.e., Align-R(BM1, Ft) y Align-R(R, Ft), además de Max-IO-ʔ/μ, viola la restricción altamente jerarquizada *Clash. Lo que el candidato (b) confirma es que WSP no es violable en nivaĉle; en comparación con el candidato ganador en (e), el ranking crucial de WSP sobre Max-IO-ʔ/μ es claramente evidente. El candidato (c) no viola WSP a costa de elidir /ʔ/ y su asociada mora [μ]: el pie que lleva el acento primario se alinea con el margen derecho de la forma derivada BM1, pero el análisis de la sílaba CV en un pie métrico viola fatalmente MinFt=CVC. Es de especial interés comparar los candidatos (d) y (e), ya que proveen evidencia para el ranking crucial de Al-R/BM1 » Max-IO-ʔ/μ.

En síntesis, las siguientes relaciones de ranking han sido establecidas en los últimos tres tablones:

(104) Max-IO-ʔ/μ » Al-R/Rt a. (jóʔ)nis vs. e. (jonís)

(105) Al-R/BM1 » Al-R/Rt a. (si.sé)-t͡ʃat vs. b. si.(se-t͡ʃát)

(106) Al-R/BM1 » Max-IO-ʔ/μ d. (ji.jéʔ).t͡ʃat vs. e. ji.(je.t͡ʃát)

El ranking crucial de Max-IO-ʔ/μ entre Al-R/BM1 y Al-R/R muestra que las dos restricciones de alineamiento funcionan como restricciones independientes en nivaĉle. Estas particularidades del sistema acentual nivaĉle agregan evidencia empírica al argumento sostenido en Shaw 2009 (además de Kiparsky 2000 y Hyman & Katamba 1999, entre otros) que las “restricciones sobre la prosodia pueden acceder constituyentes morfológicos internamente anidados” (2009: 241 [mi traducción]). Esta hipótesis es crucial para el análisis de los datos nivaĉle que de otro modo serían opacos (o interpretados como “excepcionales”, perdiéndose así de vista la naturaleza sistemática del fenómeno). La hipótesis que propongo para el nivaĉle es que tres dominios mayores de palabra interna: la Raíz, la BM1 y la BM2 son visibles en la cadena que está disponible en el output para la evaluación de las restricciones. Lo que se ha analizado en esta sección es que el margen derecho de la Raíz define un dominio prosódicamente significativo para el acento y que debe ser identificado en la cadena del output.

6.Conclusiones

En este trabajo, he analizado la estructura interna de la palabra prosódica en nivaĉle y los patrones de acentuación. He propuesto que el pie prosódico mínimo y la palabra mínima es un monosílabo cerrado CVC. De modo interesante, la palabra mínima en nivaĉle no sigue de manera transparente las generalizaciones binarias sobre la noción clásica de una palabra mínima: una palabra nivaĉle CVC no es bisilábica y tampoco (necesariamente) bimoraica. Sin embargo, solo en el caso de una palabra monosilábica un pie con la forma CVC recibe acento primario. En una palabra polisilábica, un pie que satisface la restricción Ft-Bin-σ recibe acento primario, mientras que un pie CVC recibe acento secundario. Consecuentemente, propongo que la cabeza de una palabra prosódica es, óptimamente, disilábica. Además, una generalización que se desprende de esta propuesta es que el acento primario cae sobre el pie que está más a la derecha de la palabra prosódica.

Asimismo, tres propuestas han sido efectuadas en relación a los patrones de acentuación en nivaĉle. Primero, esta lengua tiene un tipo de acentuación que es sensible a la cantidad: las vocales glotalizadas tienen peso y su comportamiento sigue el Principio de Peso-a Acento. Solo cuando son analizadas como la cabeza de un pie, una secuencia de vocal más glotal en posición de coda puede emerger como vocal glotalizada. En contraste, las consonantes en posición de coda no son moraicas. Segundo, el tipo de ritmo es yámbico. Tercero, el acento en nivaĉle está basado en los márgenes y está relacionado con la presencia de categorías morfológicas (CatM). Hay restricciones de alineamiento específicas que son sensibles a los márgenes de dominios creados por la presencia de prefijos y sufijos asociados con la BaseMorfológica1, BaseMorfológica2, y la Palabra Morfológica, respectivamente.

Agradecimientos

Mi especial agradecimiento a Sara Rojas Núñez, Félix Ramírez Flores, Teresita Sánchez Flores, Graciano Ramírez, Raquel Fleitas González y Andrés Crespo por enseñarme su lengua con paciencia y generosidad. Asimismo, deseo expresar mi agradecimiento a Patricia A. Shaw por su valiosa guía y supervisión de este trabajo. Agradezco también a dos revisores anónimos por sus comentarios y sugerencias.

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1Las abreviaturas usadas en este trabajo son: 1: primera persona, 2: segunda persona, 3: tercera persona, ant: anterior, fallecido, aus: ausente, ag: agentivo, col: colectivo, clas: clasificador, con: contenedor, det: determinante, f: femenino, evp: evidencia de primera mano, indef: indefinido, inst: instrumental, loc: locativo, mat: material, nmlz: nominalizador, nevp: sin evidencia de primera mano, o: objeto, pl: plural, pos: posesivo, pres: presente, pron: pronombre, s: sujeto, vblz: verbalizador. Las transcripciones generalmente siguen las convenciones del Alfabeto Fonético Internacional, pero el acento primario se representa con un acento agudo y el acento secundario con un acento grave.

2Según, RF (c.p.), la vocal [ɑ] solamente se usa en la variedad yita’ lhavos cuando se leen textos en la escuela o en la misa; la [a] ha reemplazado a la [ɑ] en el discurso cotidiano.

3La alternancia entre vocales rearticuladas y rechinadas -un fenómeno que ocurre tanto en hablantes femeninos como masculinos- generalmente está asociada a distintos estilos de habla: formal o cuidado e informal o rápido, respectivamente.

4Un análisis similar se ha propuesto para el uspanteko (Bennett & Henderson 2013): las vocales laringalizadas solo se permiten en sílabas acentuadas y la glotal en sílabas cerradas [V’C] es analizada como parte del núcleo silábico. Asimismo, las vocales laringalizadas del zapoteco de San Pablo Güilá se debilitan en sílabas no acentuadas (Arellanes Arellanes 2015).

5Se realizó un análisis de varianza (ANOVA) con la duración como variable dependiente y la calidad vocálica como variable dentro de cada hablante con seis niveles /i e a ɑ o u/ y la glotalización como otra variable dentro de cada hablante con dos niveles (plena vs. glotalizada). Por un lado, el análisis arrojó efectos significativos de calidad vocálica (F(5, 25) = 7.99, p < 0.001) y glotalización (F(1, 5) = 119.5, p < 0.001). Por otro lado, el análisis no mostró una interacción significativa de calidad vocálica y glotalización (F(5,25) = 0.552, p = 0.73).

6Sin embargo, varios estudios han demostrado que no hay necesariamente una relación uno a uno entre el requisito de la palabra mínima y el pie mínimo en una lengua (Garrett 1999; Gordon 2006).

7Es muy posible que algunas de estas formas sean bimorfémicas, pero la raíz no es separable de manera transparente de los sufijos y así son tratadas aquí como monomorfémicas.

8Aunque las formas en (59)-(60) pueden ser históricamente polimorfémicas, no se pueden establecer los límites morfémicos con claridad. Por este motivo, son aquí consideradas como “raíces”.

9Dado que la glotal /ʔ/ y su mora asociada (μ) están asociadas entre sí (donde hay elisión, las dos se pierden), las dos restricciones de fidelidad se abreviarán como Max-IO-ʔ/μ en los siguientes tablones.

10En relación a estos datos, cabe realizar dos observaciones. Primero, uno de los efectos fonéticos del “cambio” de acento de la segunda a la tercera sílaba, e.g, en [(si.sé)] ‘caña’ y [si.(sɪ-t͡ʃát)] ‘cañaveral’ es la variación alofónica en la calidad vocálica: la vocal tónica [e] se reduce a [ɪ] (85b) en posición átona. Un segundo y más importante proceso fonológico es la metátesis como lo evidencian las alternancias (82b) [fi.n-ɑ́k] ‘tabaco’ y (82c) [fìn-kɑ-náx] ‘fumador’. Los efectos de la metátesis no impactan sin embargo en la regularidad de superficie de los patrones de acentuación de estas formas, y por eso son incluidas.

Cómo citar: Gutiérrez, Analía. 2019. La palabra prosódica mínima en nivaĉle. Cuadernos de Lingüística de El Colegio de México 6(1), e126. doi:10.24201/clecm.v6i1.126

Recibido: 17 de Septiembre de 2018; Revisado: 06 de Febrero de 2019; Aprobado: 29 de Marzo de 2019

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