Introducción
En el norte de México se localiza una de las cuencas lecheras más importante del país y de Latinoamérica, en la cual existen alrededor de 250,000 vacas en ordeña, produciendo cerca de 16,000,000 L anuales1, las cuales son manejadas en un sistema intensivo y bajo condiciones semidesérticas. En este tipo de sistema, uno de los principales problemas es la baja fertilidad durante los primeros 100 días de lactancia2. Específicamente en la Comarca Lagunera, se reporta3 una tasa de eliminación de vientres mayor al 35 % anual por fallas reproductivas. En efecto, en vacas altas productoras, con promedios iguales o mayores a 9,000 kg por lactancia, por lo general después del parto se presenta un desbalance energético que puede prolongar el anestro posparto4,5; además de provocar desequilibrios hormonales6, defectos en la ovulación4 y deficiencias en el funcionamiento del cuerpo lúteo7. Por otra parte, la baja manifestación de celo es otro factor que disminuye la fertilidad, ya que durante las últimas décadas se ha observado que el porcentaje de vacas que muestran signos de celo puede declinar del 80 al 50 % y la duración del celo se ha reducido de 15 a 5 h8,9.
Para tratar de incrementar la eficiencia reproductiva se han utilizado protocolos hormonales como el Ovsynch, que se basan en el uso de GnRH más prostaglandinas, que permiten la inseminación artificial a tiempo fijo (IATF) sin la necesidad de la detección de celo10,11. Dicho protocolo se ha diseñado para realizar la inseminación en el momento más apropiado en relación a la ovulación, generando mejoras en la fertilidad12. Sin embargo, los resultados en cuanto a este protocolo han sido variables, por ejemplo, en Nueva Zelanda han reportado tasas de concepción a primer servicio del 39 al 52 %13 mientras que en Estados Unidos e Inglaterra se reportan tasas del 30 al 40 %14.
Por lo anterior, se han desarrollado adecuaciones al protocolo Ovsynch, como la adición de progestágenos11,15 a través de dispositivos intravaginales que pueden mejorar la fertilidad15-17. Sin embargo, existen pocos reportes, y comúnmente muestran resultados contradictorios respecto al uso de esta técnica. Diversos investigadores11,18 reportan un incremento del 5 % en la tasa de concepción entre los 32 y 60 días posteriores a la inseminación, al incluir progesterona mediante dispositivos intravaginales en conjunto con Ovsynch. Por el contrario, Bartolome et al19 reportan que la inclusión de CIDR no mejora la tasa de gestación. En la Comarca Lagunera, a pesar de la gran importancia que reviste la industria del bovino lechero, cuyo comportamiento reproductivo genera bajas en la fertilidad de las vacas, existen pocos reportes con el objetivo de aumentar su fertilidad, motivo por el cual se evaluó el uso de Ovsynch más la inserción de un CIDR en vacas de alta producción.
Material y métodos
Localización, animales y manejo
El estudio se llevó a cabo de diciembre de 2013 a enero de 2014, en la Comarca Lagunera (25° 44’ 36’’ N y 103° 10’ 15’’ O; 1,111 msnm). Esta región se caracteriza por presentar un clima cálido extremo; con temperaturas en verano que oscilan de 23 a 43 °C, y en invierno de 2 a 9 °C, con una precipitación anual de 240 mm y humedad relativa de 29 a 83 %20. El estudio se desarrolló en un establo bajo condiciones comerciales, con un inventario de 1,500 vacas Holstein en ordeña, las cuales se manejan en forma intensiva en corrales abiertos, alimentadas tres veces al día con una ración totalmente mezclada de acuerdo a sus requerimientos nutricionales, y sujetas a un manejo reproductivo de vacas frescas de cero a 10 días y que, con el fin de ayudar a la correcta involución uterina, reciben a los 25 días posparto una dosis de 25 mg de PGF2α.
Se seleccionaron 100 vacas con un promedio diario de producción de leche de 63.5 ± 8.0 L y refractarias al tratamiento de Presynch (PgF2α, 25 mg; 35 y 47 d) y sin problemas reproductivos (piometras, quistes ováricos, etc.). Las vacas se dividieron en dos grupos homogéneos (n= 50 c/u) respecto al número de lactancias previas (2.92 ± 1.17) y condición corporal (3.25 ± 0.5; escala de 1-5). El primer grupo experimental (Ovsynch; OV) recibió 100 µg de GnRH (i.m.; día 1), 25 mg de PGF2α (i.m.; día 7), y 100 µg GnRH (i.m.; día 9), mientras que el segundo grupo (Ovsynch+CIDR;OV+C) se sometió al protocolo Ovsynch más un dispositivo de liberación controlada de progesterona CIDR®; 1.38 g, que se aplicó el día uno y se retiró siete días posteriores a su inserción. Las vacas de ambos grupos se inseminaron 16 a 20 h posteriores a la última inyección.
Variables evaluadas
Se determinó el porcentaje de vacas que repitieron celo después de la IATF11, diariamente a las 0700, 1200 y 1700 h; el promedio de días (media ± eem) que las vacas manifestaron celo, el porcentaje de vacas con ciclos cortos (<16 días), ciclos normales (de 17 a 24 días), ciclos largos (de 25 a 39 días), vacas vacías y las vacas no detectadas (>39 días) después de la IATF, y la tasa preñez por diagnóstico de gestación a los 39 días posteriores a la IATF mediante ultrasonografía transrectal en tiempo real con un transductor a 7.5 MHz (Emperor CO., LTD, Modelo, EMP-820 Vet).
Análisis estadísticos
Se calcularon los porcentajes de vacas que repitieron celo después de la IATF, vacas con ciclos cortos, normales y largos, vacas vacías, vacas no detectadas en celo y la tasa de preñez, y se compararon por medio de Ji cuadrada. El promedio de días que las vacas manifestaron celo se comparó por medio de t-Student. Todas las pruebas se realizaron con el paquete estadístico MYSTAT 12 (Evenston, ILL, USA, 2000), con un nivel de significancia de P<0.05.
Resultados
En el Cuadro 1 se muestra la respuesta reproductiva de ambos tratamientos. La tasa de preñez fue similar entre tratamientos, encontrándose 28 % para el OV y 32 % para OV+C (P>0.05). El porcentaje de vacas que retornaron al celo antes de los 25 días después de la IATF fue mayor (P<0.05) en las vacas del grupo OV+C (64 %) que en las del grupo OV (30 %). El porcentaje de vacas que manifestaron celo después de los 25 días post-inseminación fue mayor (P<0.05) en el grupo OV (69 %) respecto al grupo OV+C (35 %). Con respecto a la latencia de retorno a celo después de la IATF, los valores promedio menores fueron observados en el grupo-OV+C con respecto al grupo OV (P<0.05).
Variables | OV | % Acumulado | OV+C | % Acumulado |
---|---|---|---|---|
Preñez, % | 28a (14/50) | 32a (16/50) | ||
Vacas vacías, % | 72a (36/50) | 68a (34/50) | ||
Días que repitieron celo: ≤16 | 6c (2/36) | 6c (2/36) | 21d (7/34) | 21d (7/34) |
17-24 | 25a (9/36) | 31a (11/36) | 44a (15/34) | 64a (22/34) |
25-39 | 33c (12/36) | 64c (23/36) | 15d (5/34) | 80d (27/34) |
>39* | 36a (13/36) | 36a (13/36) | 21b (7/34) | 20b (7/34) |
Promedio de días abiertos | 34.2±1.3a | 34.2±1.3a | 24.8±1.6b | 24.8±1.6b |
a,b Valores con diferentes superíndices difieren (P<0.05).
c,d Valores con diferentes superíndices difieren (P<0.06).
* Porcentaje de vacas no detectadas después de los 39 días.
Discusión
El porcentaje de preñez general fue del 30 %, cercano al 33 % reportado por Mellado et al21 para esta región. La adición de progesterona (P4) al protocolo Ovsynch no mejoró la tasa de gestación a la primera IA, lo que concuerda con lo reportado en diversos trabajos22,23. Contrario a lo anterior, se han reportado mejoras de ~ 5-7 % en la preñez mediante el uso de CIDR durante el programa Ovsynch antes de la IA11,24,25. Además EI-Tarabany26 reportó una mayor tasa de concepción a los 28 días después de la IA, utilizando Ovsynch más CIDR (35.9 %), respecto al Ovsynch (22.5 %). Es probable que la tasa de concepción fue similar entre los grupos de este trabajo, porque algunas de las vacas se encontraban ciclando al momento de someterlas al tratamiento, y la adición de progesterona exógena no tuvo efecto debido a la presencia de progesterona natural, ya que se sabe que las vacas que están cíclicas responden mejor al tratamiento con Ovsynch que las anovulatorias11. Esto concuerda con lo reportado por Singh et al27, quienes indican que el uso de este protocolo más el CIDR aumenta la tasa de fertilidad en las vacas anovulatorias.
El porcentaje de vacas que retornaron al celo después de la IATF antes de los 25 días fue mayor en las vacas OV+C (62 %) que en las OV (31 %), probablemente porque el 41 % de las vacas del OV+C que presentaron celo del día 17 al 24 respondieron al tratamiento, y al no quedar gestantes, presentaron un ciclo ovárico de duración normal, lo que concuerda con lo reportado por Azevedo et al28, quienes mencionan un efecto positivo del uso del CIDR sobre la actividad ovárica y estral, ya que las vacas tratadas con CIDR tuvieron dos veces más probabilidad de presentar ciclos de duración normal al no quedar preñadas, que las tratadas con Ovsynch pero sin CIDR (59 vs 39 %, respectivamente). En este sentido, se menciona29 que las vacas sometidas al CIDR presentan un folículo dominante de mayor tamaño al momento de retirar el dispositivo, y una mayor tasa de concepción que las que no lo recibieron. De la misma manera, Wiltbank et al25 reportan que las vacas con altos niveles de P4 mostraron un mayor porcentaje de gestación en el diagnóstico al día 29 post-inseminación, y fueron menos susceptibles a la pérdida de preñez después de este tiempo. Por lo tanto, existe un efecto positivo de los elevados niveles de P4 previos a la IA, sobre el subsecuente mantenimiento de la preñez. Es probable que en este estudio, las vacas OV+C presentaran un mayor tamaño folicular y una mejor calidad del ovocito, propiciando un mejor desarrollo embrionario, reduciendo de esta forma las pérdidas embrionarias15. La adición de P4 en el protocolo OV+C posiblemente provocó que los folículos fueran de mayor tamaño y tuvieran un mayor número de células foliculares que pudieron convertirse en células lúteas y sintetizar una mayor cantidad de progesterona30; y que esta disponibilidad de P4 en la fase temprana del diestro ayudó a obtener una mayor tasa de preñez y supervivencia del embrión en estas vacas31. En contraste, las vacas del protocolo OV que no recibieron la adición de P4 tuvieron probablemente folículos pequeños que pudieron ser insuficientemente maduros y no producir cantidades suficientes de estradiol; y por consiguiente tuvieron un CL de baja calidad, procediendo una luteólisis que pudo provocar la muerte embrionaria y por consiguiente una baja tasa de preñez, además de que estas vacas presentaran una mayor incidencia de retorno a celo y ciclos más prolongados31.
El porcentaje de vacas del grupo OV que retornaron al celo durante el periodo de los 17 a 24 días es cercano al 21 % reportado por Werven et al32. Sin embargo, después de los 25 días, en este grupo se observó una mayor incidencia de vacas que presentaron celo respecto al OV+C, lo que sugiere que parte de estas vacas tuvieron un ciclo ovárico largo, ya que probablemente quedaron gestantes y sufrieron pérdidas embrionarias, tal como se ha señalado31. En efecto, cuando no se adiciona P4 con el protocolo Ovsynch, el desarrollo folicular, embrionario y fetal son de baja calidad33,34, ya que la P4 exógena durante esta etapa, evita la maduración prematura del ovocito al provocar una menor exposición a la LH, lo que se traduce en un mejor desarrollo folicular y sincronización de la ovulación33, además de impactar positivamente en la calidad del ovocito y del desarrollo embrionario subsecuente34. Finalmente, mientras que al día 24, el 60 % de las hembras del grupo OV+C había retornado al estro, en el grupo OV sólo el 25 % mostró estro al día 24, observando una reducción promedio de 10 días abiertos a favor el grupo OV+C. Aunque en el presente estudio no se realizó un análisis de sensibilidad económica, se han reportado costos de $ 6.10 USD por día abierto, observando una reducción promedio de 10 días abiertos a favor del grupo OV+C. Dicho costo incluye pérdidas económicas relacionadas a producción de leche y terneros, costos asociados a fallas reproductivas, inseminación artificial y tratamientos, así como costos de manejo35.
Conclusiones e implicaciones
Tanto el protocolo Ovsynch como el uso del Ovsynch+ CIDR-P4 presentaron tasas de fertilidad comparables. Sin embargo, aunque el protocolo Ovsynch + CIDR no incrementó la tasa de preñez en vacas Holstein con altos niveles de producción láctea sometidas a primer servicio, sí promovió una reducción en la latencia en el retorno al celo. Por lo tanto, puede ser una alternativa para que las vacas repetidoras lo hagan en un ciclo de alrededor de 21 días, disminuyendo los días a la siguiente IA, lo que potencialmente puede contribuir a mejorar la eficiencia reproductiva y por ende, el retorno económico del hato lechero al disminuir el número de servicios por concepción, reducir el intervalo entre partos y los desechos tempranos por fallas reproductivas.