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Agricultura, sociedad y desarrollo

versão impressa ISSN 1870-5472

agric. soc. desarro vol.11 no.1 Texcoco Jan./Mar. 2014

 

Estrategias de reproducción familiar en Santa María Moyotzingo, Puebla, México

 

Strategies for family reproduction in Santa María Moyotzingo, Puebla, México

 

Griselda Tomé-Hernández, José A. Méndez-Espinoza* Nicolás Pérez-Ramírez, Javier Ramírez-Juárez, Mario A. Tornero-Campante

 

Colegio de Postgraduados, Campus Puebla. Km. 125.5. Carretera Federal México-Puebla, Santiago Momoxpan, San Pedro Cholula, Puebla. 72760. (thgris@hotmail.com) (jamendez@colpos.mx) (perezn@colpos.mx) (rjavier@colpos.mx) (mtornero@colpos.mx)

* Autor responsable

 

Recibido: mayo, 2013.
Aprobado: noviembre, 2013.

 

Resumen

Este artículo tiene como objetivo analizar las estrategias agrícolas y no agrícolas como mecanismos de diversificación económica que permiten la reproducción de la Unidad Doméstica Campesina (UDC) en la comunidad de Santa María Moyotzingo, municipio de San Martín Texmelucan, Puebla, en un contexto de industrialización y globalización. Metodológicamente, el estudio se apoyó en trabajo de campo realizado de agosto a noviembre de 2010, bajo un enfoque cuantitativo y cualitativo, y de revisión documental. Los resultados indican que con el asentamiento de las industrias, Moyotzingo pasó de ser una sociedad agrícola a una sociedad industrial. De esta manera, se amplía la gama de actividades no agrícolas y se intensifica la pluriactividad al interior de las UDC. Se observa también una desvalorización parcial de las actividades agropecuarias en jefes de familia de las UDC y una completa desvalorización en sus hijos. Los ingresos monetarios no agrícolas resultaron ser tan importantes como los agrícolas; no obstante, la integralidad de los mismos permite el sostenimiento de la actividad agrícola y la reproducción de la UDC.

Palabras clave: estrategias de reproducción agrícola, estrategias de reproducción no agrícola, industria, unidades domésticas campesinas.

 

Abstract

This article has the objective of analyzing agricultural and non-agricultural strategies as mechanisms of economic diversification that allow the reproduction of Peasant Domestic Units (PDUs) in the community of Santa María Moyotzingo, municipality of San Martín Texmelucan, Puebla, within a context of industrialization and globalization. In terms of methodology, the study was supported by field work performed from August to November 2010, with a quantitative and qualitative approach, and with documental revision. The results indicate that with the establishment of industries, Moyotzingo changed from an agricultural society to an industrial society. Therefore, the range of non-agricultural activities broadened and multiactivity inside the PDUs was intensified. A partial devaluation of agricultural and livestock activities was also observed, among heads of households of the PDUs, as well as complete devaluation among their children. Non-agricultural monetary income became as important as the agricultural; however, the integrality of these allows the support of agricultural activity and reproduction of the PDU.

Key words: agricultural reproduction strategies, non-agricultural reproduction strategies, industry, peasant domestic units.

 

Introducción

En las últimas décadas del siglo pasado y en la primera de este nuevo siglo, el gobierno mexicano ha venido aplicando diversas estrategias económicas para conducir al país hacia el desarrollo, con resultados adversos principalmente para los pequeños y los medianos productores. Dentro de los modelos y las políticas económicas destacan el modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI), el cual se adopta e implementa después de la Segunda Guerra Mundial (Villa Issa, 2008). En 1976 se presentó la primera crisis económica nacional, la cual se originó debido a que el gobierno no orientó la actividad económica del país hacia las exportaciones, sino que más bien siguió supliendo la inversión privada con el gasto público (Salas y Pérez, 2007). Hacia mediados de la década de los ochenta se presenta la aplicación de políticas de ajuste estructural en el contexto del modelo de desarrollo económico orientado "hacia afuera", a través de la privatización y la desregulación de la economía. Estas políticas modificaron y redujeron la participación del Estado en la gestión del desarrollo agrícola y rural, al cancelar instituciones, apoyos, subsidios y la desregulación del comercio agropecuario la y agroalimentario con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), generando una condición desfavorable para el campesinado y la disminución de sus ingresos al alinear los precios agrícolas internos con los internacionales (Ramírez, 2008).

Para Kay (2007), Gross et al. (1998), Pérez (2001), Teubal (2001) y Molina (2006) tanto el modelo ISI, los procesos de globalización, así como la puesta en marcha de las políticas de ajuste estructural han producido múltiples transformaciones que afectan a todas las dimensiones de la vida social y cuya expresión territorial conforma nuevos paisajes de segregación y nuevas formas de exclusión, principalmente en el medio rural. En esa perspectiva, Ramírez (2008) refiere que los efectos de las políticas de ajuste estructural y de los procesos de globalización sobre el campesinado han tenido como consecuencia la marginación, la emigración, la disminución de los ingresos y la pobreza.

Ante ese contexto de crisis las UDC, concebidas habitualmente como unidades de producción, reproducción y consumo, se han visto obligadas a modificar y a adoptar nuevas estrategias de sobrevivencia1, basadas en un proceso racional de toma de decisiones, cuya finalidad ha sido movilizar ingresos monetarios desde el exterior hacia la unidad familiar y, de esta manera, asegurar la supervivencia y la reproducción social de sus integrantes (Esparza de la Rocha et al. 1996; Orozco y López, 2008; González, 1986).

Las investigaciones disponibles dan cuenta de una enorme heterogeneidad de estrategias de sobrevivencia, en concordancia con la amplia diversidad socio-cultural y económica que presentan las poblaciones de sus diversas latitudes (Molina, 2006). El concepto de estrategias de sobrevivencia involucra diversas actividades, no sólo la participación familiar en las actividades agropecuarias, sino también en las actividades extra-finca como la industria, pequeños negocios, servicios y redes de intercambio; entre otras (Salas y Pérez, 2007; Berdegué y Larrain, 1988).

La formulación de las estrategias de sobrevivencia campesina está en función de los recursos de los actores (activos económicos, fuerza de trabajo, grado y tipos de conocimiento, educación y capital cultural) dentro de contextos específicos (Appendini y Verduzco, 2002). Las UDC organizan y desarrollan sus actividades productivas2 y de reproducción (o domésticas), siguiendo la lógica del trabajo complementario de sus integrantes en tareas distribuidas en razón de la composición por sexo, edad, educación y número de miembros que las componen (García y De Oliveira, 1996), características que establecen la cantidad y calidad de la fuerza de trabajo de la UDC (Ramírez, 2008).

En las unidades domésticas no se observa una clara separación entre las actividades de producción y las de reproducción; todas las acciones son parte de las estrategias de sobrevivencia que el grupo doméstico realiza para su permanencia (Madera, 2000; Chayanov, 1974; Schejtman, 1986; García y De Oliveira, 1996).

En este marco se pretende, por un lado, analizar de qué manera las UDC de la comunidad de Santa María Moyotzingo han modificado e implementado nuevas estrategias familiares de sobrevivencia y de organización económica y social, así como los recursos empleados para el desarrollo de las mismas y la lógica productiva que siguen, después de haberse visto influenciadas de manera directa por la aplicación del modelo ISI a finales de la década de los sesenta. Por otra parte, se pretende también ilustrar la situación actual de la actividad agrícola en la comunidad y comprobar si existe diferencia entre los ingresos monetarios obtenidos por las actividades agrícolas y no agrícolas. Se plantea como hipótesis que los ingresos obtenidos por las actividades agrícolas son iguales a los ingresos monetarios no agrícolas, ya que los agricultores de Moyotzingo cuentan con tierras con alto potencial y agua abundante; por tanto, tienen la posibilidad de cosechar cultivos de alta rentabilidad como las hortalizas.

 

Metodología

Este artículo se apoya en información recolectada en la junta auxiliar de Santa María Moyotzingo, donde se aplicaron 86 cuestionarios de los cuales 76 correspondieron a jefes de familia de las UDC y 10 a representantes de diferentes industrias; ambos cuestionarios se aplicaron en 2010. El muestreo fue aleatorio simple, suponiendo una varianza máxima, y el tamaño de la muestra de los cuestionarios dirigidos a los jefes de familia de las UDC se calculó con base en el padrón de productores agrícolas de PROCAMPO, bajo la consideración de que los agricultores dispusieran de 0 a 5 ha de tierra de cultivo. El propósito del cuestionario fue, por una parte, conocer las estrategias de sobrevivencia desplegadas por las UDC y sus características socio-demográficas; así como las relaciones existentes en su seno, la lógica productiva, su inserción en el mercado y los ingresos monetarios agrícolas y no agrícolas de los jefes de familia; la percepción de los jefes de familia de la UDC sobre la importancia de la actividad agrícola, así como el futuro de dicha actividad y las afectaciones y transformaciones del asentamiento de la industria en el territorio.3

La aplicación del cuestionario a los trabajadores de la industria fue de forma dirigida. Se tuvieron como criterios de selección tanto al rango laboral (rango medio) de los trabajadores, así como su antigüedad (10 a 25 años). El cuestionario se formuló con el objetivo de profundizar sobre los orígenes del establecimiento de la industria manufacturera, sus características y su paulatina evolución.

Para conocer la diferencia estadística entre los ingresos agrícolas y no agrícolas, se realizó una prueba de comparación de medias t-Student para dos muestras independientes, con un nivel de significancia de 0.01.

 

Santa María Moyotzingo: un pueblo que se transforma

Moyotzingo (composición del idioma náhuatl que significa "lugar de mosquitos" o en "donde están los moyotes"4) es una de las once juntas auxiliares que integran al municipio de San Martín Texmelucan y se localiza a 3.8 km al sur de la cabecera municipal (Figura 1). San Martín Texmelucan se ubica en la parte centro poniente del estado de Puebla, en un área del valle poblano tlaxcalteca conocido como valle de Texmelucan, ubicado a 32 km de la capital poblana, a 26 km de la ciudad de Tlaxcala y a 95 km de la ciudad de México (Contreras, 2001).

San Martín Texmelucan es un municipio que por su ubicación geográfica, sus condiciones naturales y población, destaca en el plano de desarrollo estatal como punto estratégico de comunicación entre el Valle de México (Distrito Federal y Estado de México) y los estados de Puebla e Hidalgo. Se ubica dentro de un corredor industrial estratégico ligado tanto a la capital de Puebla como al estado de Tlaxcala. También destaca por la importante actividad comercial que en él se realiza (Plan Municipal de Desarrollo, 2011-2014).

Después de la cabecera municipal, Moyotzingo es la localidad que concentra el mayor número de población y también la de mayor superficie territorial con aproximadamente 2273.9 ha. En 2010, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reporta que la población total en Moyotzingo es de 27 137 habitantes.

El clima que predomina en Moyotzingo es templado semi-húmedo, con una temperatura media anual que oscila entre 12°C y 18°C, y una precipitación pluvial de 844 mm. El relieve se caracteriza por ser plano. También se distingue por sus suelos de alta productividad agrícola como: suelos de tipo fluvisol y gleysol. Moyotzingo se localiza en la región hidrológica A-9F4; es decir, dentro del área de recargas hidrológicas favorables para la explotación del agua del subsuelo. En su mayor parte, estas recargas hidráulicas son producidas por el volcán Iztaccíhuatl (Ávila et al, 1992).

Entre otros factores, las características biofísicas anteriormente mencionadas permitieron el desarrollo de la vocación agrícola en Moyotzingo, la cual constituyó la base de la economía local, confiriéndole a la comunidad una identidad propia que ha sido decisiva a lo largo de su historia.

Moyotzingo ha experimentado importantes cambios: de ser un pueblo prehispánico pasó a ser un pueblo conquistado; de ser una sociedad agrícola pasa a ser una sociedad parcialmente industrializada, produciéndose de esta manera el declive de las actividades primarias -en términos de la población económicamente activa involucrada en dicho sector-, durante el periodo de 1980-1990.

En 1980, 44 % de la Población Económicamente Activa (PEA) se concentraba en el sector primario, 22.5 % en el secundario y 8.9 % en el terciario. Para 1990, 32.4 % de la PEA se localiza en el sector primario, 41.4 % en el sector secundario y 17.9 % en el sector terciario. Para el 2000, el número de PEA disminuye considerablemente en las actividades primarias (-42.6 %), mientras que el mayor porcentaje de PEA se encuentra insertado en sectores de actividad no agrícola, principalmente en el sector secundario. Para 2010 se puede apreciar que la PEA localizada en el sector secundario decrece (-14.8%), mientras que la concentrada en el sector terciario se incrementa (23.1 %) (Cuadro 1).

La reestructuración anterior fue motivada por el asentamiento de la industria moderna en el territorio de Moyotzingo, la cual se inició después de la apertura de la autopista México-Puebla en 1962. Posteriormente, se fortaleció con la puesta en marcha del "Corredor Industrial Quetzalcóatl" en 1981. A partir de que se asienta la primera industria manufacturera en el territorio (1968) hasta la actualidad, en el Corredor Industrial Quetzalcóatl se han establecido alrededor de 35 pequeñas y medianas industrias manufactureras.

La información obtenida en campo permitió corroborar un importante desplazamiento de mano de obra del sector agrícola hacia la industria. Los resultados indican que durante la etapa de construcción de las industrias fue cuando se presentó una mayor demanda de mano agrícola no calificada -para el caso del Complejo Petroquímico Independencia (C.P.I), de la Fábrica Polímeros S.A de C.V y Papelera San Juan S. A. de C. V.-, a la cual se capacitó. Para ello, el C.P.I creó escuelas de capacitación donde a los agricultores se les enseñaron diversos oficios (especialistas torneros, carpintería, albañilería, soldadores, paileros, tuberos, electricistas, entre otros).5 El análisis cuantitativo indica que en los inicios del asentamiento de las industrias -principalmente de las ubicadas dentro de la zona urbana de la comunidad-, 44 % de la población entrevistada se empleó en las actividades secundarias. Los jefes de familia de las UDC fueron a los que mayormente emplearon (84.4 %), seguido de los hijos (9.4 %) y los sobrinos, tíos y primos (6.2%).

Ratifica lo anterior el testimonio de dos agricultores que trabajaron durante la etapa de construcción:

"Se formaron escuelas de herreros, electricistas y torneros para capacitar a nuestros hijos; ya después entraron a trabajar a PEMEX. A mis tres hijos los capacitaron para torneros y dos de ellos siguen trabajando en el complejo petroquímico Independencia" (Santiago Morales Peña, 2010).

"Se abrieron escuelas capacitadoras para soldadores, tuberos, paileros, carpinteros, pintores, albañiles, electricistas, etcétera, y duraron como un año. Después hicieron pruebas para ver quién continuaría en la planta y sólo se quedaron 50 personas. A las que se fueron esto les sirvió porque salieron de ahí con un oficio" (Teófilo Rivas Vázquez, 2010).

Pese a que el C.P.I capacitó a un volumen importante de mano de obra, no pudo absorberla en su totalidad. Sin embargo, al disponer de un oficio, las personas que no fueron contratadas emplearon su fuerza de trabajo en otras industrias establecidas en la misma comunidad o en poblados aledaños, como San Baltazar Temaxcalac y Huejotzingo; en algunos casos trabajaron por su cuenta. Para los agricultores el oficio aprendido representó una alternativa más para incrementar los ingresos monetarios y, en muchos casos, los jefes de familia transmitieron el conocimiento adquirido a sus hijos.

Actualmente, 35 % de la población entrevistada labora en la industria. De este porcentaje, los jefes de familia representan 4.5 %; los hijos, 59.1 %; las hijas, 2 %; y los parientes del jefe de familia de la UDC (sobrinos, padrino, cuñado), 38.9 %.

En función de los hallazgos es posible afirmar que la población de Moyotzingo es cada vez menos una población agropecuaria. El proceso de desagrarización ocurrido en el territorio de estudio, coincide con lo argumentado por Carton De Grammont (2009) al referir que la población rural mexicana es cada vez menos agropecuaria. Todavía en 1970 se podía considerar que la población rural se empleaba esencialmente en la agricultura, ya que 76.9 % de su población económicamente activa laboraba en el sector primario, 9.1 % en el secundario y 8.9 % en el terciario. En la actualidad, la situación en el país cambió totalmente: cerca de la mitad de la población económicamente activa del medio rural trabaja en los sectores secundario y terciario.

 

Características sociodemográficas de la UDC y estrategias de reproducción

En este apartado se expone la manera en que las UDC de Moyotzingo han desplegado respuestas y estrategias de reproducción socioeconómica en función de sus principales recursos: la fuerza de trabajo familiar, la tierra y los instrumentos de producción.

El análisis del tamaño de las unidades domésticas se hace de acuerdo con Chayanov (1974), uno de los acercamientos más utilizado para su estudio. Asimismo, Ramírez (2008) señala que a través del análisis de las condiciones sociodemográficas de la UDC se puede conocer la base organizativa y de trabajo a la producción y las actividades económicas.

Los resultados de la encuesta indican que, en promedio, las UDC se constituyen de cinco integrantes, quienes sostienen diversos lazos de parentesco como: cónyuges, hijos e hijas, nueras, nietos y nietas, hermanos, sobrinos, etcétera. Este dato resulta similar a los reportados por Madera (2000) y Ramírez (2008) al estudiar las estrategias de sobrevivencia y economía campesina ante el neoliberalismo en Nayarit y las estrategias de reproducción de las UDC en el valle de Puebla, México, respectivamente. En cuanto a la estructura de los hogares, se observa un ligero predominio de las familias extendidas6 sobre las nucleares;7 este hecho se identificó a partir de que los hijos casados no tienen recursos suficientes para abandonar la UDC y construir o rentar una vivienda. De este modo, se obtuvo que 52.8 % de las familias son extendidas y 47.2 % de ellas corresponden a familias nucleares.

En general, se observa un predominio de hogares sostenidos por hombres. La edad promedio de los jefes de familia es de 62.7 años y la de las madres de familia, de 56.8. El nivel educativo de los padres de familia va de 0 a 6 años. Los integrantes jóvenes (0 a 14 años) representan 27 % de la población total. La edad promedio de los hijos e hijas adultas es de 22.8 años; 99.1 % de ellos saben leer y escribir; 38 % tiene un nivel de escolaridad de nueve años, 25 %, de seis años, 13 %, de 12 años; y 10 %, de 17 años.

Lo anterior permite ver la importancia que representa que los hijos estudien dos o tres niveles educativos más que los padres de familia. Al interrogar a los de la UDC sobre la importancia de invertir en la educación de sus hijos, 96 % comentó que "sí era relevante". Al respecto, explican:

"Para que puedan conseguir mejores empleos y sueldos porque en realidad el campo ya no deja" (Teófilo Rivas Vázquez, 2010).

"Es una herramienta que se les deja para vivir, para saber defenderse" (Domingo Morales Rodríguez, 2010).

"Para darles un mejor porvenir, proyectos para ellos y una mejor vida que la que tengo yo" (Mario Morales Rodríguez, 2010).

"Hoy en día no los contratan en las empresas si no tienen estudios" (Santiago Morales Peña, 2010).

En los testimonios presentados se percibe que los agricultores consideran un mejor nivel educativo como una estrategia que permitirá a los miembros de la familia emplearse en actividades extra-finca que les generen mayores ingresos y un mejor nivel de vida. Al respecto, Dirven (2004) refiere que los hogares campesinos con mayores recursos productivos y mejores niveles de educación logran insertarse en actividades productivas más rentables que las agropecuarias.

 

Estrategias de reproducción agrícola de las UDC

La tierra y la estructura agrícola

En promedio, las UDC de Moyotzingo disponen de 5.2 ha de tierra de uso agrario. Únicamente 2 % de la población entrevistada no dispone de tierra. Los resultados mostraron que en 2010 las UDC cultivaron una superficie total de 213.3 ha; 44.3 % corresponde a propiedad privada de riego; 12.7 %, ejidal de riego; 30 %, ejidal de temporal; 6 %, propiedad privada de temporal; y 7 %, es rentada.

La estructura de producción está dominada particularmente por granos básicos [maíz (Zea mays), frijol (Phaseolus vulgaris) y haba (Vicia faba)], forrajes [alfalfa (Medicago sativa), cebada (Hordeum vulgare) y maíz forrajero (Zea maiz)], hortalizas [brócoli (Brassica oleracea), lechuga (Lactuca sativa), cilantro (Coriandrum sativum), cebolla (Allium cepa), huazontle (Chenopodium nuttalliae), tomate (Solanum lycopersicum) y chile (Capsicum annum)] y por la presencia de flor de cempasúchil (Tagetes erecta). Los granos básicos ocupan la mayor superficie sembrada (77 ha), seguidos de las hortalizas (68.3 ha) y los forrajes (42 ha). Para 62% de las UDC, los cultivos de maíz, frijol y alfalfa son considerados los más importantes por el valor de uso necesario para el autoconsumo, aunque al frijol y a la alfalfa también les confieren un valor económico, ya que con estos cultivos se asegura la alimentación de la UDC y también de la pequeña ganadería (principalmente borregos, aves, cerdos y vacas) que, en su mayoría, es destinada a su comercialización (79 %). Para los agricultores, la crianza de los animales significa "un ahorro" del cual pueden disponer en caso de presentarse una emergencia (Cuadro 2).

En el cuadro anterior se puede observar una evidente reorientación de la producción agrícola hacia la producción de hortalizas, las cuales son destinadas a los mercados locales y regionales (Central de Abastos de Puebla y México D.F., y al tianguis de San Martín Texmelucan). La alta rentabilidad de las hortalizas ha propiciado que los agricultores de Moyotzingo incrementen año con año la superficie sembrada de éstas, confiriéndole al mismo tiempo un valor económico.

Distribución de las labores agropecuarias

Al interior de las UDC de Moyotzingo se observa una clara distribución de las actividades agropecuarias, en función de la edad y el sexo, tal como refieren García y De Oliveira, 1996. Los hijos jóvenes (814 años)8 contribuyen esencialmente al cuidado del ganado, como alimentación y pastoreo, y en tareas menos complicadas, como siembra, fertilización del terreno y deshierbe. La participación de las hijas jóvenes en las actividades agropecuarias no es considerable; su aportación se centra primordialmente en el apoyo de las actividades domésticas. En conjunto, sólo 19.7 % de la población joven (hijos e hijas) participa en las actividades agropecuarias.

Por otro lado, la población de 15 a 64 años de edad es la más participante en las actividades primarias, siendo los jefes de familia los que participan en todo el proceso productivo; 91 % de las madres de familia de las UDC atienden las labores del hogar y también participan en las labores agrícolas, mientras que el resto realiza alguna actividad extra-finca. Los hijos solteros adultos colaboran a tiempo parcial, principalmente los que están en etapa escolar o tienen un empleo en alguna actividad no agrícola (Cuadro 3).

La colaboración de población mayor (64 años y más) en las labores agrícolas es destacable; aunque no se emplea en todas las fases del proceso productivo, sí atiende actividades como desgranado del maíz, fertilización del cultivo, deshierbe, destape del maíz y frijol, entre otras (Cuadro 3). Lo anterior concuerda con lo señalado por el INEGI (2005), al citar que 73 % de la población de 60 años y más se emplea en las actividades agrícolas, mientras que la joven, de 20 a 29 años, participa menos en este sector (Alvarado et al. 2011).

La contratación de jornaleros para el apoyo de las actividades agrícolas no es considerable, dado que sólo 15 % de los jefes de la UDC contrata jornaleros para las actividades de pizca y deshierbe.

Estrategias de reproducción no agrícola

Los resultados de este estudio corroboran lo citado por Hozumi (2009), al referir que la exclusividad de las actividades agropecuarias en las UDC difícilmente logra la plena reproducción social y económica, razón por la cual los agricultores han venido diversificando sus actividades económicas para incrementar sus ingresos monetarios. De acuerdo con Carton De Grammont (2009), la diversificación de actividades en la economía campesina no es un proceso reciente. Sin embargo, se reconocía que era la agricultura la que ordenaba y daba sentido a la vida del hogar campesino, de la comunidad y del campo mismo. En la actualidad, esta centralidad de la actividad agropecuaria ha sido sustituida por el trabajo asalariado.

Además de practicar las actividades agrícolas, las UDC de Santa María Moyotzingo también emplean su fuerza de trabajo en actividades económicas no agrícolas o actividades extra-finca, como la industria, el comercio, los servicios, diversos oficios y la maquila, entre otros (Cuadro 4).

Cabe precisar que, a partir del establecimiento de las industrias, se amplió el abanico de actividades extra-finca, principalmente de oficios, los cuales se ven reflejados en el Cuadro 4. En efecto, la pluriactividad en las UDC se intensifica.

Con la información anterior se aprecia que existe una amplia gama de actividades económicas en el territorio de Moyotzingo. Lo anterior se debe a la presencia de industrias en la comunidad y en municipios aledaños, y también por la cercanía de Moyotzingo con la cabecera municipal, principal polo comercial de la región, y con otros lugares importantes como la Ciudad de México, Puebla, Cholula y Huejotzingo, y por la presencia de medios de transporte y de vías de comunicación.

También se puede apreciar que la estructura laboral existente en Moyotzingo es compleja y diversificada. Actualmente los habitantes dependen en menor grado de las actividades agropecuarias; han incursionado en el ámbito profesional, en diversos oficios, en el sector manufacturero-industrial y en el comercio, aunque lo desarrollan fuera de la localidad y de manera informal. Las pequeñas industrias de maquila textil en los hogares han adquirido importancia.

Con el establecimiento de las industrias y la diversificación de las actividades económicas, la desvalorización de las actividades agrícolas se agudizó en el territorio, principalmente por los hijos de los agricultores; 58.9 % de los jefes de familia de la UDC perciben que la actividad agrícola en su comunidad dejará de practicarse, puesto que para los hijos jóvenes la agricultura no tiene un valor monetario significativo, de autoconsumo ni tampoco de identidad. Los datos muestran que 43.4 % de los hijos jóvenes desempeñan una actividad extra-finca, siendo su principal actividad económica.

En los jefes de familia de la UDC se detectó una desvalorización parcial de las actividades agrícolas (únicamente en la dimensión económica), motivada por la baja rentabilidad de la actividad por los altos costos de los insumos, escaso apoyo gubernamental y pérdidas constantes generadas por fenómenos climatológicos, entre otros. Esta situación ha provocado que 70.6 % de los jefes de familia se empleen en actividades económicas no agrícolas; el resto (29.4 %) se reproduce a partir de las actividades agropecuarias.

Aunque los productores no están satisfechos con la rentabilidad económica de sus actividades agrícolas, continúan "valorando" otras dimensiones de las formas de vida relacionadas con el campo. Las actividades agrícolas son para ellos un "refugio" que cobija mano de obra considerada por el sector secundario y terciario como no productiva (por tener más de 40 años y carecer de un nivel educativo básico), que provee de alimentos básicos para la sobrevivencia de las UDC, en el caso de no tener una fuente de ingresos estable; para ellos es también un "legado", ya que los conocimientos se han venido transmitiendo de generación en generación, tal y como se puede observar en los siguientes comentarios:

"Aunque no tenga trabajo de albañil, si siembro mis tierras por lo menos tengo maíz y frijol para comer" (Rubén Solar, 2010).

"En mis terrenos cultivo maíz, frijol y alfalfa para por lo menos tener que comer todo el año. Si me sobra un poco de frijol, lo vendo y con la alfalfa alimento a los animales, que también puedo vender, y así sale para otros gastos" (Cruz Ramos Limón, 2010).

"Lo único que sé hacer es trabajar la tierra; mi padre me enseñó y como no tengo estudios, pues no me contratan en una industria" (Felipe Espejel Alatorre, 2010)

"Aunque trabajé en la industria muchos años, no desatendí mis tierras y ahora que ya me jubilé pues tengo algo en qué trabajar [...]. Me gusta trabajar el campo, cultivar mi maíz y frijol [...]" (Alberto Díaz Méndez, 2010).

Ingresos económicos en las UDC

En este apartado se analizan los ingresos económicos netos de los jefes de la UDC, tanto agrícola como no agrícola para determinar si existe diferencia estadística significativa entre los ingresos agrícolas (X) y no agrícolas (Y) y, en caso de existir, identificar cuál de los dos ingresos es mayor.

Considerando que los agricultores cuentan con tierras de alto potencial agrícola y abundante agua, tienen la posibilidad de cosechar cultivos de alta rentabilidad, como las hortalizas; se asume entonces como hipótesis nula el que los ingresos agrícolas pueden alcanzar los mismos niveles que los no agrícolas.

En relación con los ingresos agropecuarios, únicamente 40 productores del total de la muestra (n=76) reportaron haber obtenido ingresos por la venta de su producción agrícola. En los ingresos agropecuarios se incluyeron los ingresos netos obtenidos por la venta de productos agrícolas y de animales, así como los subsidios gubernamentales (PROCAMPO9 y para fertilizante). Los ingresos netos van de los $600.00 a los $8000.00 mensuales. Los mayores ingresos los reportaron los productores que cultivaron alfalfa, huauzontle y otras hortalizas (Cuadro 5).

En cuanto a los ingresos obtenidos por las actividades extra-finca, se consideró la información proporcionada por 34 productores. Los ingresos mensuales obtenidos van de $3600.00 a $12 000.00. Los agricultores que perciben los mayores ingresos son los que trabajan como técnicos en las industrias (Cuadro 6).

El valor calculado de tc fue de —0.0064; la conclusión es que la hipótesis nula no se rechaza con α=0.05. En el contexto de la investigación, la conclusión es que no existe diferencia significativa entre los ingresos agrícolas y los no agrícolas.

La integración de los recursos monetarios obtenidos por el desempeño de diversas actividades económicas forma parte, sin duda alguna, de la lógica de reproducción socioeconómica de las UDC (Bautista y Ramírez, 2008). En nuestro caso de estudio se encontró que, en su mayoría, los ingresos monetarios provenientes de las actividades no agrícolas contribuyen al sostenimiento de las agrícolas y en la construcción y ampliación de la vivienda. En parte, 45 % de los agricultores destinó ingresos monetarios provenientes de las actividades extra-finca en la producción agrícola e invirtió 23 % para la ampliación de la vivienda de la UDC. Lo anterior muestra la integralidad de las actividades económicas desempeñadas por la UDC y la no contraposición entre éstas (Ibid, 2008).

 

Conclusiones

El caso desarrollado es un claro ejemplo de cómo factores socioeconómicos asociados a la política de desarrollo nacional, particularmente de industrialización y exclusión de la economía campesina, han generado cambios sociales y económicos importantes en el ámbito local. Los hallazgos son similares en diversos espacios rurales del país. El desplazamiento de la mano de obra agrícola hacia otros sectores económicos es uno de ellos, así como de la PEA empleada en el sector primario hacia el sector secundario durante 1970-1990. También, los datos encontrados permiten precisar que la presencia de las industrias intensificó la pluriactividad al interior de las UDC. Actualmente, la población de Moyotzingo es menos agropecuaria, dada su inserción en actividades no agrícolas (profesionistas, oficios, obreros, comercio, maquila y autoempleo).

La diversificación de actividades productivas en el medio rural y la baja productividad de las actividades agropecuarias, ha propiciado que la población joven de Moyotzingo se desligue cada vez más del campo, por lo que se dificulta la continuidad generacional en este sector y refuerza en ellos la valorización de las actividades extra-finca. Al respecto, se encontró que la población mayor, es decir, los jefes de familia de la UDC y los abuelos, es la que participa de manera considerable en las actividades agropecuarias; sin embargo, la colaboración de los hijos jóvenes y adultos es cada vez menos importante. En los jefes de familia de la UDC se detectó una relativa desvalorización económica de las actividades agropecuarias, ya que la agricultura es una actividad con pérdidas continuas; no obstante, ellos reconocen y valoran sus funciones sociales y culturales.

En relación con los ingresos monetarios provenientes tanto de las actividades agrícolas como de las no agrícolas, se observó que no existe diferencia significativa entre ellos, siendo ambos tipos de ingresos importantes para las Unidades Domésticas Campesinas. La complementariedad de las actividades económicas, así como de los ingresos monetarios, ha permitido el sostenimiento de las actividades agropecuarias y de la reproducción de la UDC.

Ante el conjunto de transformaciones que se presentan en la comunidad de Moyotzingo, tales como envejecimiento, intensificación del vínculo rural-urbano, desvalorización de las actividades agropecuarias, proceso de desagrarización, entre otros, es necesario indagar sobre los cambios que se están presentando en otros espacios rurales, con el propósito de incorporarlos en el diseño de estrategias con una visión ampliada de lo agrícola y lo rural.

 

Literatura Citada

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Notas

1Los conceptos de "estrategias de sobrevivencia, "estrategias de reproducción" o "estrategias familiares de vida", han sido usados ampliamente en la literatura sociodemográfica como tipo de acciones sociales definidas como "esfuerzos económicos y ocupacionales" (Salvia, 2000), al igual como "comportamientos encaminados a asegurar la reproducción material y biológica de la familia" (Torrado, 1981).

2Como actividades domésticas se entiende aquellas que persiguen la reproducción de los miembros de la familia (preparación de alimentos, limpieza de la vivienda, cuidado de los niños y enfermos, etcétera). Por su parte, las actividades productivas hacen referencia a aquellas que se realizan en el predio agrícola o fuera de él, y mediante las cuales se generan ingresos, ya sean éstos monetarios o en especie (Madera, 2000).

3El territorio es considerado un lugar o extensión de superficie que contiene a los grupos humanos junto con sus diversas actividades. Así, Santos (1996) refiere que el Territorio es el lugar donde desembocan todas las acciones, pasiones, poderes, fuerzas y debilidades; es donde la historia del hombre plenamente se realiza

4Los moyotes son mosquitos diminutos y abundantes que proliferan en las charcas, arroyos y depósitos de agua con tules o flores de agua (Contreras, 2001).

5Entrevista personal, Ing. Hugo Romero Méndez, 2010.

6Está formada por una familia nuclear más algún otro pariente que no sea hijo soltero. Este pariente puede ser un hijo casado o cualquier otro en la línea de parentesco vertical o colateral. A su vez, ésta se subdivide en dos: Tipo I: con otros parientes solos, y Tipo II: con otros parientes que forman otro núcleo familiar (García et al. 1988).

7Se compone de la pareja de esposos con o sin hijos solteros. Incluye además al jefe sólo con uno o más hijos solteros (García et al. 1988).

8Para la descripción de las estrategias de reproducción agrícola y no agrícola, se consideró únicamente a los integrantes de la UDC con más de siete años de edad, ya que la mayoría de los jefes de familia manifestó que a partir de esta edad los hijos ya participaban en las labores agropecuarias.

9El PROCAMPO es un subsidio directo que el gobierno federal otorga a través de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA). Dicho programa comenzó su ejecución a finales de 1993. Su objetivo principal es compensar a los productores nacionales por los subsidios que reciben sus competidores, en sustitución del esquema de subsidios basado en los precios de garantía, el cual no beneficia a un número importante de productores.

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