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Investigación bibliotecológica

versão On-line ISSN 2448-8321versão impressa ISSN 0187-358X

Investig. bibl vol.36 no.91 Ciudad de México Abr./Jun. 2022  Epub 15-Nov-2022

https://doi.org/10.22201/iibi.24488321xe.2022.91.58539 

Artículos

Bibliotecas comunales peruanas frente a la crisis del coronavirus: articuladoras multidimensionales

Peruvian Community Libraries Facing the Coronavirus Crisis: Multidimensional Articulators

Blanca Beatriz Rivera Guillén* 

Nancy Pomahuacre Najarro* 

* Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, Perú b.bearivera@gmail.com autores2021@yahoo.com


Resumen

El objetivo principal es analizar la articulación de las bibliotecas comunitarias como beneficiarias de la relación entre la universidad, la empresa y la sociedad, y las estrategias utilizadas para seguir prestando servicios durante la pandemia de coronavirus. Esta investigación descriptiva se llevó a cabo desde una perspectiva etnometodológica. Los resultados muestran que, ante una pandemia como la del coronavirus, las bibliotecas públicas no son suficientemente reconocidas por las autoridades locales, a pesar de ser consideradas centros de apoyo al aprendizaje. En conclusión, las bibliotecas de este tipo, aunque son de gran beneficio para la población itinerante y humilde, no reciben donaciones del Estado, por lo que los interesados en promover estas iniciativas en el contexto actual afirman que representa una oportunidad para reinventar y valorar las bibliotecas, dando a conocer su apoyo como intermediaria entre el conocimiento y la cultura, siendo necesario innovar con tecnología en las zonas con conexión a Internet o utilizar opciones como el bibliobús para acceder de forma presencial a territorios de menor conectividad, respetando y cumpliendo en todo momento las normas de bioseguridad.

Palabras clave: Comunidad; Bibliotecas comunales; Articulación multidimensional

Abstract

The main objective is to analyze the articulation of community libraries as beneficiaries of the relationship between universities, businesses and societies, and the strategies used to continue providing services during the coronavirus pandemic. This descriptive research was carried out from an ethnomethodological perspective. In the face of the coronavirus pandemic, the results show that public libraries are not sufficiently recognized by local authorities, despite being considered learning support centers. In conclusion, although they are of great benefit to the itinerant and humble population, these libraries do not receive donations from the State, so that those interested in promoting this type of initiative in the current context affirm that it is an opportunity to reinvent and value libraries, making known their support as an intermediary between knowledge and culture. Therefore, they should necessarily innovate with technology in areas with internet connection or use options such as the bibliobus to have in-person access to areas with less connectivity, respecting and complying with biosafety standards at all times.

Keywords: Community; Community libraries; Multidimensional articulators

Introducción

Después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara el 11 de marzo de 2020 el coronavirus o Covid-19 como pandemia, todos los países decretaron estado de emergencia y aislamiento obligatorio para minimizar la propagación de este virus, lo que provocó el cierre de empresas, instituciones y universidades, entre otros. Las bibliotecas, como organizaciones públicas que responden a las necesidades culturales de la población, surgen para promover la lectura, preservar la cultura y fomentar la investigación (Díaz, 2013; Castillo, Gómez y Quílez, 2010), sin embargo, por ser lugares de interacción social se han visto obligadas a cerrar sus instalaciones hasta controlar el virus y permitir su reapertura.

No obstante, en tiempos de crisis y emergencias sanitarias las bibliotecas han llegado a jugar un papel fundamental debido a que disponen información veraz y confiable frente a la desinformación y noticias falsas que circulan en diversos medios (González Ramos, Alcaide Guardado y Quintero Reyes, 2020). Considerando que un contexto social en crisis siempre representa un reto y, a su vez, una oportunidad para la innovación y el desarrollo de nuevas habilidades (Universidad de Costa Rica, 2020; Gross, Julien y Latham, 2022).

Particularmente en Perú, como en Latinoamérica, las bibliotecas públicas ofrecen servicios presenciales como el préstamo de documentos y libros físicos a sus usuarios, sin embargo, presentan problemas debido al mínimo apoyo del gobierno local, la falta de personal especializado y los escasos recursos financieros y tecnológicos.

Ahora bien, por causa del coronavirus las bibliotecas públicas, en especial las comunitarias, han decidido esforzarse por virtualizar sus servicios, algunas lo han logrado gracias al apoyo de las universidades que han introducido tecnología para garantizar su labor en las comunidades (Fino, 2018); dado que se está ante un escenario global que a corto y medio plazo incluirá periódicamente medidas de distanciamiento social que no permitirán ni el consumo cultural ni el aprendizaje personal (Alonso y Frederico, 2020; Kissler et al., 2020).

Teniendo en cuenta lo anterior, este estudio pretende contribuir con la difusión de las iniciativas, estrategias o proyectos desarrollados por diversas bibliotecas del Estado peruano para hacer frente a la pandemia del coronavirus y los retos que hay que afrontar en un escenario post-pandémico. Para ello, se propuso como objetivo analizar la articulación de las bibliotecas comunitarias como beneficiarias de la relación entre la universidad, la empresa y la sociedad, y las estrategias utilizadas para seguir prestando servicios durante esta contingencia. Una biblioteca pública, según las directrices de la IFLA y UNESCO para el desarrollo de servicios bibliotecarios públicos, constituye una organización establecida, apoyada y financiada por la comunidad a través de las autoridades u organismos locales, regionales o nacionales, o de cualquier otra forma.

Tras la implantación de las bibliotecas públicas

La institucionalidad, además de la legitimidad de la autoridad ante sus mandantes, está determinada por una densa red de relaciones que definen sus formas de gestión, su acceso a presupuestos y mercados, fundamentadas en sus modelos de organización y de relación. En este contexto, el nuevo rol, derivado de la experiencia pandémica producida por el covid-19, supone un reto para las bibliotecas públicas y sus acciones encaminadas a conseguir cambios en sus funciones tradicionales, que hasta ahora se limitaban a ser depósitos de información, por lo que pretenden convertirse en centros de encuentro de los ciudadanos y de empoderamiento social (Ying Chan, Chiu y Ho, 2022; Kim, Choi y Myntti, 2022).

Particularmente, en el contexto latinoamericano la innovación no implica de manera forzosa el despliegue de tecnologías o recursos sofisticados, sino el uso creativo de los recursos disponibles y la adopción de ideas y herramientas de origen diverso para responder a las necesidades de la comunidad (Nieves, 2019; Donghee, Jeon y Lee, 2022). Una de las experiencias paradigmáticas más notoria es la del Biblioburro, una biblioteca itinerante que nace como una forma tradicional de llevar la lectura en físico a los niños de pueblos aislados en Colombia, además de ser fuentes valiosas de conservación de la memoria, de acercamiento al saber y a la cultura, así como de cohesión comunitaria, conforman también elementos para la transformación social, sobre todo en comunidades aisladas y con escasos recursos (Cárdenas, 2019; Domínguez, 2018; Barrios y Romero, 2018).

Por su parte, las bibliotecas de la red se ubican en hogares familiares, ahí es donde se alojan los libros; a veces en sitios espaciosos o muchas veces reducidos: una pequeña estantería, una mesita, un huacal o simplemente una alforja podrían fungir de mobiliario para colocar los libros. Además, las vivencias de las geografías rurales y los libros que la Red de Bibliotecas lleva a lo largo de sus 48 años dan muestra de la constante refundación de los sentidos y los sentires del quehacer bibliotecario de los comuneros y comuneras en Cajamarca (Quintero Castro y Mendezàbal Riera, 2020). Como en el caso de los esposos Heber Ocaña y Regina Mariños, quienes originalmente crearon la biblioteca en su propia casa para beneficio de su comunidad, hoy es parte del Proyecto Futuro (SIICA, 2015). O, más recientemente, la Biblioteca “El Manzano”, situada en el distrito de Rímac, en Lima (Perú), que formó parte de un proyecto de cuatro jóvenes que decidieron abrir un espacio de lectura para las familias de la zona.

Rescoldos de la alianza universidad-empresa. En este contexto, cabe señalar que la coalición entre universidades y empresas siempre ha sido compleja, pero no imposible, en ocasiones se generan dudas de la empresa frente a la credibilidad de la institución y la resistencia de un grupo importante de docentes, o dificultades que no eran privativas del entorno. Manjarrez et al. (2009) sostienen que el reto de las empresas privadas y de las universidades en general radica en desarrollar políticas más selectivas dirigidas a lograr un equilibrio entre las actividades tecnológicas, sociales y empresariales, y las necesidades de solución de ambos.

Un equilibrio entre uno y otro, basado en la proyección de una imagen global de cuidado de la promoción de la cultura y la vida social en los pueblos pequeños que, a pesar de su proximidad a la ciudad, son percibidos como realidades lejanas y que seguramente la universidad debe lograr a nivel del ámbito social, académico y empresarial.

En el caso del Perú, esta relación resulta muy compleja, ya que en los últimos años ha funcionado como un compartimento estanco sin comunicación alguna, que en la actualidad se ve como una contradicción dialéctica para lograr una formación que garantice a los egresados el acceso al trabajo. Sin embargo, una formación supuestamente crítica y humanista difundida en las aulas se lo impide.

Al respecto, autores como Medina, Vásquez y Soler (2021) y Gomara et al. (2021) aseveran que la relación entre la universidad y la empresa se fundamenta en la producción científica para el bienestar social, incluyendo tecnología, metodologías de investigación, sistemas medicinales, productos biológicos, entre otros.

Potencialmente, estos grupos de empresas y de docentes reactivos, frente a un acercamiento entre universidad y actividad privada, visualizan el proceso de la educación superior desde el lado financiero, consideran la formación de profesionales como un gasto y no como una inversión rentable para el desarrollo del país. Dándoles la razón, la universidad actual no forma pensando en las necesidades sociales que le permitiría a los empleadores de egresados relacionarse con alguien de altas competencias para un medio determinado. Estos acuerdos son vistos como la búsqueda de una mayor eficiencia en el desembolso de recursos, por ambas partes.

Por ello, la relación universidad-empresa-estado dispone del quehacer de investigadores y empresarios de diferentes países; ya sea por la necesidad de garantizar procesos de paz social o porque los egresados universitarios no solo respondan a las exigencias de las empresas, sino que también tengan competencias para reforzar la relación de la empresa con su entorno, asegurando procesos continuos de crecimiento.

Como señalan Pedroso Martínez et al. (2020), los países que han ejercido esta unificación han experimentado cambios significativos en sus operaciones, porque se ha evidenciado que no pueden funcionar de forma aislada, puesto que provoca retraso en el perfeccionamiento del discernimiento. En cambio, cuando están integradas, favorecen tanto la producción de conocimientos como la mejora de la gestión de los servicios ofrecidos a la sociedad.

Cabe resaltar los roles sociales de los actores vinculados a este grupo, convirtiendo a la universidad no solo en un centro de producción de conocimientos, sino en una institución que propone e implementa respuestas a problemas sociales y económicos de una economía insertada en el proceso de globalización, cuyas manifestaciones han ocasionado graves problemas sociales en la mayor parte del mundo. Por lo que, el proceso que vincula a la universidad con sus entornos inmediatos y mediatos, nunca debió romperse entre la extensión universitaria y el sector empresarial, debido a que representa una vía para enfrentar desafíos en un contexto monetario voluble y una universidad en crisis.

Relación universidad-comunidad

La correlación entre universidad y comunidad en Perú, un país pluricultural y metalingüístico, debería ser la forma más frecuente de generar conocimientos y aprendizajes significativos. Sin embargo, el sistema educativo actual, autodenominado intercultural, se caracteriza por un marcado acento en la integración de lo escolar y lo comunitario, demanda que los procesos educativos se interrelacionen entre la oferta de las instituciones y su colaboración a la solución de los problemas sociales. Todo gira en torno a los currículos elaborados, sobre todo los de Educación Superior, que deben ser herramienta con énfasis en sensibilizar al hombre. Uno de los medios consiste en implementar el contacto con su entorno, buscando la identidad local, regional y nacional, para que sea la principal facilitadora de esos aprendizajes (Johnson y Bingle, 2020).

De forma equivalente, los pobladores de la comunidad, que sustentan al centro de estudios, se relacionan de manera directa y participan en la vida universitaria; para la institución representa una oportunidad de aprendizaje permanente y de pertinencia en su investigación; con las concordancias desarrolladas en la experiencia, se generaron procesos de transferencia de conocimientos, desde y hacia la academia, así como el desarrollo de destrezas, de gran utilidad para el fortalecimiento de la gestión comunal. La sola presencia de la universidad en esas comunidades, como consecuencia de la participación en el proceso, fortaleció la organización y los liderazgos relacionados, pero sobre todo se crearon condiciones enfocadas a la transformación de los sujetos comunitarios en actores, con capacidades reflexivas y con una visión crítica para actuar como gestores de cambio (Ofek, 2017).

Demostrando que la universidad no es, ni puede ser, un espacio académico aislado del mundo social, en el periodo actual, tiene una fuerte exigencia de parte de un sector de la población, demandante de soluciones eficaces a problemas cotidianos. Así, el rol de la misma en su relación con la comunidad ha cambiado, hoy no solo es la transferencia de conocimiento científico a una élite de pobladores; se avanza sobre una propuesta de desarrollo humano que coloca en el centro del escenario al proceso de construcción de ciudadanía.

En este sentido, Fell et al. (2017) argumentan que el acceso a la salud y a la educación representan dos de las oportunidades sociales que tiene el Estado para fortalecer el sistema democrático y garantizar la soberanía de sus ciudadanos. Desde esta mirada, el recinto universitario se convierte en uno de los espacios principales en fomentar la construcción y el ejercicio de ciudadanía, que se caracteriza por la existencia del debate público, respetando las diferencias. Sin embargo, la relación con la comunidad no constituye un tema de filantropía; este vínculo configura un excelente escenario para la formación pertinente y eficaz del futuro graduado y los valores fundamentales de la universidad, como la autonomía, la libertad académica y la excelencia, frente a un mercado laboral cada vez más exigente.

Al respecto, la Associación Catalana d’Universitats Públiques (ACUP) (2008) subraya: las universidades no pueden estar plegadas sobre sí mismas, les conviene comprometerse con la sociedad que constituyen. Tampoco pueden ser organismos centrados únicamente en la creación y difusión del conocimiento, sino que deben estar al servicio de la humanidad, siempre respondiendo a necesidades que dan sentido a la investigación académica, como condición indispensable para su creación y actual existencia, generando el entorno ideal frente a la difusión del conocimiento y alcanzar su máxima relevancia; agregando el saber conjugar el conocimiento, el servicio a la sociedad, el justo equilibrio entre el pensar y el actuar, el rigor académico y el compromiso con el mundo, se convierten en retos indispensables.

La cultura como eje de desarrollo

La propuesta de las bibliotecas comunales integradas por la universidad, comunidad y empresa no se limitó a la instalación e implementación de la biblioteca física en zonas rurales, también sensibilizó a los actores como un aspecto fundamental para mejorar la calidad de vida de los residentes, y no solo por el espacio físico compartido durante la lectura o el préstamo de un libro; en las pequeñas poblaciones rurales o en los barrios marginales de las ciudades, el ambiente de las bibliotecas representa el único lugar donde se pueden intercambiar ideas libremente e identificar a personas con los mismos intereses y aspiraciones (IFLA, 2001).

En el caso de estas bibliotecas comunales, el bibliotecario es una persona de la misma comunidad, que ha recibido una capacitación básica en la función; puesto que pretende aprovechar su conocimiento de las formas de relación existentes en el lugar, contexto social habitual a todos, que determina las aspiraciones de desarrollo humano. Este tipo de relación sigue siendo pertinente a pesar de los importantes cambios radicales provocados por la difusión de las nuevas tecnologías, que podrían poner en peligro la fluidez del contacto entre la biblioteca y los usuarios al acceder a contenidos más actuales en la red.

Estas manifestaciones culturales constituyen expresiones de la eficacia alcanzada por la biblioteca comunal, que hoy se apoya en la ciencia y la tecnología para fortalecer su papel. El campo abre nuevos conceptos en la biblioteca comunal, transformada en una biblioteca digital o virtual, pero siempre versátil por la facilidad de acceso a la tecnología de la información y la comunicación (TIC) global. El tránsito no es sencillo, existe una gran controversia teórico-ideológica cuyo telón de fondo constituye la controversial expresión de la sociedad de la información o la sociedad del conocimiento, en la relación que aquí ocupa se podría ampliar a las bibliotecas (Chaves, 2018).

Finalmente, el compromiso de las autoridades políticas de los distritos y los dirigentes comunales dará sentido a un proceso cultural que enmarcará un genuino campo de aprendizaje e investigación, en el cual la universidad se hace prioritaria, como una necesidad sentida por pobladores y académicos. De este modo, la institución tiene la oportunidad y el reto de actualizar sus planes de estudio y enriquecer sus áreas de investigación en el sentido más amplio y profundo, dando continuidad más allá de la práctica del bibliotecario comunitario o del investigador oficial.

Las bibliotecas comunales ante el contexto del coronavirus

Al principio de la pandemia, el gobierno peruano adoptó medidas económicas, políticas y sociales, pero con el tiempo se agravó la situación precaria de la población, que se limitó al confinamiento social, con muchas consecuencias negativas, como el cierre de las bibliotecas públicas. Dado que la densidad de bibliotecas en Perú corresponde a 1,62 por cada cien mil habitantes, lo cual es inferior a la de países como Brasil, con 2,91; Chile, con 2,77; Colombia, con 3,43; y Uruguay, con 1,83; se estima que el país cuenta con 363 profesionales bibliotecarios distribuidos en diversos centros comunitarios (Quispe Farfán, 2020).

Considerando lo anterior, la crisis económica y política de la nación aumentará los índices de desempleo, informalidad, provocando la deserción escolar y problemas de diferente índole. En este sentido, las bibliotecas públicas que son financiadas con dinero del estado necesariamente serán objeto de cierre o disminución de presupuesto, afectando a colaboradores y usuarios; ocasionando un aumento de la brecha social (Quispe Farfán, 2020).

Pese a ello, las bibliotecas comunales han organizado sus servicios para seguir funcionando, adaptándose a la nueva normalidad, entre los que destacan: los planes de protección y salubridad pública postpandemia; además, se dispuso de forma remota el acceso a libros en formato digital a través del perfil de redes sociales o páginas web gratuitas de cada comunidad, ya que no cuenta con el aval o soporte tecnológico de la Biblioteca Nacional del Perú (BNP).

Asimismo, se ha venido empleando el correo electrónico para atender a los usuarios por cita, ofreciendo opciones para acceder a los libros de forma física (ya que, en su mayoría, no se cuenta con un sistema digitalizado), y “algunas iniciativas, como la de la Biblioteca “El Manzano” del Rímac, que presenta una serie de audios sobre cuentos y biografías de peruanos reconocidos en SoundCloud: https://soundcloud.com/user-973205394” (Quispe Farfán, 2020: eRf2/9). De manera conjunta, se realizan préstamos de libros en físico, en bibliotecas rurales de Murukushun ubicadas en Ancash; la Biblioteca Comunal Carlitos Oquendo de Amat, ubicada en Puno, ofrece préstamos de libros por delivery, ya está adecuado debido a la pandemia; otro ejemplo lo integra el Vagón Cultural y Ambiental con ubicación en Pueblo Libre, que ha implementado el programa “La biblioteca va a tu casa” con 8 000 títulos disponibles, y la Biblioteca Municipal de Barranco con 2 500.

Por otra parte, en Santa Rosa de Puente Piedra sobresale la Biblioteca Comunal “Don Quijote y su Manchita”, incentiva a los niños a leer y desarrolla talleres para padres e hijos con el deseo de promover lugares de encuentro cultural entre los miembros de esta comunidad. Otra iniciativa la compone el programa del gobierno nacional denominado “Bibliobús” que traslada un compendio de recursos digitalizados, trasladándose por las diferentes zonas de la ciudad de Lima y esperando replicarse para atender a la provincia.

Metodología

Investigación descriptiva de tipo documental que analizó, interpretó y describió de forma dinámica la información recogida desde una perspectiva etnometodológica. Por cuanto esta forma parte del conocimiento de los asuntos cotidianos que puede revelarse en modo de razonamiento práctico (Pérez Hernáiz, 2006).

Estudio que se llevó a cabo con una muestra no probabilística de 73 bibliotecas comunales de todo el país, siguiendo las cuatro fases del proceso de investigación cualitativa señaladas por Rodríguez, Gil Flores y García Jiménez (1996).

Estado preparatorio

En esta fase, el desarrollo de reflexión y diseño se concretan en un marco teórico-conceptual y en la planificación de la acción que se lleva a cabo en las etapas posteriores, aplicando como instrumento las categorías iniciales para la de reflexión y preguntas de investigación para la de diseño.

Etapa de reflexión: “se trata de establecer el estado de la cuestión, pero desde una perspectiva amplia, sin llegar a detalles extremos” (Rodríguez, Gil Flores y García Jiménez, 1996: 66).

Etapa de diseño: se plantean las siguientes preguntas: ¿Qué investigar? ¿Qué diseño sería más apropiado? ¿Qué método de investigación se utilizará? ¿Qué técnicas o instrumentos se debe emplear para recopilar y analizar los datos?, y ¿desde qué punto de vista se podrían extraer conclusiones? Según Rodríguez, Gil Flores y García Jiménez (1996), las preguntas definen los métodos y técnicas que se han de utilizar en el diseño de la investigación.

Trabajo de Campo: la investigación debe realizarse por etapas, en las cuales los datos se comparan y se comprueban para evitar posibles confusiones. En este caso, se empleó como instrumento el diario de campo.

Acceso al campo: en este periodo se suelen utilizar diferentes medios de observación para recoger y registrar información.

Recogida productiva de datos: aquí se deben considerar los criterios de suficiencia y adecuación de los datos. La suficiencia referida al “punto de saturación” de los datos recogidos, y la adecuación relacionada con la selección de la información a partir de las necesidades teóricas del estudio.

Situación analítica: se llevaron a cabo tres pasos, como dictan los autores antes señalados:

  • a) Reducción de datos a través de la sistematización cromatográfica.

  • b) Diseño y tratamiento de datos consolidados en una Matriz de categorización.

  • c)Obtención y verificación de resultados generados por un Triangulación de la información.

Fase informativa: al llegar a este punto, se ofrece un resumen de las principales conclusiones exhibidas en un informe cualitativo. Por tanto, el investigador puede considerarse un pensador crítico incansable.

Como corolario, la Tabla 1 muestra todas las etapas, los métodos y los instrumentos utilizados para recoger y analizar la información.

Tabla 1 Etapas, técnicas e instrumentos aplicados en la investigación. Fuente: El modelo se adaptó a las etapas del método etnográfico seguido por Rodríguez, Gil Flores y García Jiménez (1996)

Fases Etapa Técnica Instrumento
Preparatoria Reflexión Observación y análisis Categorías iniciales
Diseño Planificación Preguntas de investigación
Trabajo de Campo Acceso al campo Observación Diario de Campo
Recogida productiva de datos Revisión documental (Hernández Sampieri y Mendoza Torres, 2018) Diario de Campo
Analítica Reducción de datos Saturación Sistematización cromatográfica
Diseño y tratamiento de datos Categorización Matriz de categorización
Obtención y verificación de resultados “Momento hermenéutico” Cisterna-Cabrera (2005) Triangulación de la información
Informativa Final Análisis cualitativo Informe cualitativo

Resultados

A continuación, se presentan los resultados de un estudio cualitativo de tipo descriptivo cuya intencionalidad radicó en el análisis de las bibliotecas públicas como beneficiarias de la relación entre la universidad, la empresa y la comunidad, y las estrategias que utilizan para seguir prestando servicios durante la pandemia de coronavirus.

Tabla 2 Triangulación de resultados a partir de la información recabada según Rodríguez Ruiz (2005)

Autor(es)/año Aportes al objeto de estudio Triangulación de resultados
Quispe Farfán (2020) Actualmente, el país se enfrenta a una crisis sanitaria, peligrosamente cercana a una crisis económica que agravará aún más la brecha social, aumentará el desempleo y la informalidad. En este periodo, las iniciativas puestas en marcha son dignas de elogio porque, a pesar de las carencias de sus centros, se han desarrollado servicios creativos e interesantes para seguir sirviendo a las comunidades. La pandemia de COVID-19 supone un reto sin precedentes para el ecosistema académico global y sus instituciones, por lo que se han desarrollado servicios creativos e interesantes que permiten a las bibliotecas, especialmente a las comunitarias que siguen funcionando, lo que exige potenciar las habilidades, capacidades y destrezas necesarias que les permita autogestionar sus entornos virtuales a partir de los recursos propios de que disponen estas organizaciones.
Quintero Castro y Mendezàbal Riera (2020) Estos lugares de encuentro comunal hacen que la vida sea más completa y, por tanto, proporcionan una brújula existencial y vivencial de la geografía de Los Andes.
González Ramos, Alcaide Guardado y Quintero Reyes (2020) La identificación de las acciones llevadas a cabo por la Biblioteca Médica del Área VI desde el COVID-19 ha permitido ofrecer a los estudiantes de diferentes especialidades médicas acceso y apoyo en la reorganización del proceso de enseñanza y aprendizaje.
Project MUSE (2020) La pandemia de COVID-19 supone un reto sin precedentes para el ecosistema académico mundial y sus instituciones, por lo que existen esfuerzos por garantizar que la información de libros y revistas sea fácilmente accesible, como una forma de ayuda para aliviar la carga de los estudiantes e instructores y que puedan continuar sus investigaciones y trabajo de aula de la manera más fluida posible.
Fisher y Bubola (2020) Se tiene que repensar cómo y qué educación, entretenimiento y cultura ofrecer a los jóvenes en un entorno en el que la interacción digital flexible es posible, pero también ofrecer soluciones creativas y atractivas para contextos en los que el aprendizaje en línea o el acceso a la cultura resulta difícil o simplemente no es posible debido al problema diferencial y en el impacto de la epidemia entre ricos y pobres.
Alonso y Frederico (2020) Las bibliotecas de índole escolar, comunitaria, asociativa, privada o pública son un medio para impulsar la lectura; lo cual debido a la pandemia se debe realizar de forma remota y digital.

A partir de la observación -sin participar-, y el análisis de las dimensiones de las bibliotecas comunales en referencia a la revisión bibliográfica que guarda relación directa con el objeto de estudio, se distinguen dos tipos de dimensiones: estructural -que corresponde con las políticas públicas, los sectores y los servicios-, y relacional -vinculada a las diferentes redes de apoyo-.

Desde el punto de vista estructural, el trabajo y la formación en las bibliotecas comunales, pese a no presentar una estructura física condicionada y dotada de recursos tecnológicos, han tratado de abordar la falta de acceso a los centros educativos desarrollando servicios creativos e interesantes para seguir sirviendo y apoyando a las comunidades.

En cuanto a la dimensión relacional, se pudo observar que esta se encuentra directamente asociada a los objetivos y proyectos comunitarios creados por las propias comunidades, familias y usuarios de dichas bibliotecas.

Análisis y Discusión de resultados

A continuación, se presentan los resultados de la revisión y el análisis de los documentos que demuestran que las bibliotecas comunitarias peruanas, ante la crisis del coronavirus, han promovido la integración multidimensional de estructuras interdisciplinarias como la universidad, la empresa y la comunidad, aunque resulta notoria la falta de apoyo público al desarrollo de este tipo de bibliotecas, lo que hace que los interesados en el tema lo busquen en empresas privadas para subvencionar de alguna manera estas iniciativas.

En este sentido, el problema de la articulación universidad-empresa-comunidad se considera sumamente importante para determinar la relación entre la oferta universitaria y la demanda de mano de obra de las empresas que buscan satisfacer las necesidades de la comunidad, razón de ser de la universidad y propósito central en función de la producción y comercialización de productos de la empresa, lo que hace que esta articulación no sólo sea natural, sino también útil para cumplir su función y anticiparse a los logros superiores sin comprometer las oportunidades de las generaciones futuras.

La relación empresa-universidad ofrece una vía útil para acrecentar los vínculos entre el centro de formación y las comunidades, coincidiendo con los discursos teóricos de García (2021), quien argumenta que al elevar el perfil de los académicos involucrados en la industria se crean alianzas para que las universidades realicen investigaciones, actualicen las funciones docentes y faciliten la empleabilidad futura de los estudiantes. Además de encontrar una forma sencilla de actualizar, contextualizar y poner en práctica sus conocimientos y experiencia.

Oyarzun (2020) señala que la situación en la que se encuentran las bibliotecas latinoamericanas debido a la pandemia del covid-19, obliga a reflexionar y repensar su papel más allá del contenido de los libros, ahora más que nunca debe centrarse en cómo prestar sus servicios de lectura, información y apoyo al desarrollo económico, emocional, social y cultural de su comunidad, ya que se prevé una profunda crisis económica y desigualdad social, informacional y digital para América Latina. Por tanto, se debe tener un diagnóstico de la situación local y aunar esfuerzos para desarrollar estrategias con todos los involucrados.

A nivel nacional, Quispe Farfán (2020) asegura que la crisis producida por la pandemia ha puesto en relieve no sólo los problemas sino los trabajos realizados por las bibliotecas peruanas para desarrollar servicios de emergencia apoyados en el entorno digital. Donde los principales actores han sido las redes sociales, que sirven de canales para la transferencia de información y el acceso a contenidos, como relatos de audio, vídeos de comentarios, reuniones especializadas y plataformas.

A nivel internacional, Gutiérrez y Castaño (2020) señalan que esta situación inusual demostró que las bibliotecas se organizaron de forma rápida y creativa, adaptándose rápidamente al entorno virtual y principalmente a los servicios digitales a distancia, además de ampliar y promover sus actividades y contenidos digitales, al igual que todo tipo de servicios virtuales. Sin embargo, esto no significa de manera necesaria una mayor participación de los usuarios.

La biblioteca pública estimula el desarrollo social respondiendo activa y eficazmente a las necesidades de la comunidad, cooperando con algunos grupos especiales de la población y sus fuerzas vivas, así como otras instituciones. Esta debe abrir sus puertas y asumir el papel que le corresponde en la educación, el aprendizaje, la formación y la difusión de los recursos culturales del país (Chaves, 2018).

Desde este punto de vista, ahora es un buen momento para asumir un papel que permita potenciar las comunidades. Por lo tanto, es muy importante obtener un poco o mucho de ayuda de las agencias de información. Dado que, con el desarrollo de las nuevas tecnologías y la llegada de los medios sociales, las bibliotecas comunitarias han podido utilizar el entorno digital para difundir su trabajo. Aunque hay que señalar que su mayor contribución se ha producido en las zonas más humildes de la capital y de las provincias del Perú.

El análisis muestra que las actividades digitales de las bibliotecas se han centrado en la difusión audiovisual de la mediación de la lectura y la narración disponible en los medios sociales, observándose que la mayoría de las bibliotecas no han cumplido con el mismo vigor su papel de custodias de contenidos digitales, en un momento en que esto ha llegado a ser la única opción para muchas familias. Sin embargo, las bibliotecas (escolares, comunitarias, asociativas, públicas, etc.) se han convertido en aliadas naturales de la transición digital, impulsada en gran medida por la pandemia, el consumo cultural y la educación (Alonso y Frederico, 2020). Ejemplo de ello lo comprueban las enseñanzas ofrecidas por la Red de Bibliotecas Rurales de Cajamarca, que han convertido su experiencia en una práctica geográfica plena que se armoniza no solo con sus paisajes, sino también con sus prácticas de la cultura ancestral oral que refuerzan su presencia y resultado en el tiempo-espacio (Quintero Castro y Mendezàbal Riera, 2020).

Asimismo, se pudo observar que las redes sociales conforman una de las herramientas más utilizadas por las bibliotecas públicas durante esta pandemia y que, a pesar de las dificultades, desarrollaron servicios de teleasistencia, creando una ventana digital a través de las redes sociales para seguir leyendo programas, charlas, encuentros y conferencias sobre temas de interés que sirvieran de apoyo a la comunidad durante covid-19 y, para las regiones sin acceso a Internet, el libro-móvil.

No obstante, el clima académicamente desolador producido por el enclaustramiento social debe ser revertido de alguna manera, por consiguiente, la reconciliación entre la investigación y las relaciones con las comunidades, como objetivo final de los desvelos institucionales, debería ser una forma de retornar y aportar soluciones viables a los problemas sociales y económicos de la población (Takaingenhamo et al., 2022).

En este contexto, las iniciativas universitarias, tendentes a recuperar su área de influencia y a realizar labores expansionistas reales como parte del cumplimiento de los fines institucionales en comunidades con una rica cultura ancestral, dan sentido a cualquier programa de investigación. Dada la crítica situación epidemiológica mundial, las bibliotecas requieren un papel activo y de apoyo en el desarrollo de procesos de aprendizaje, asistencia e investigación (Alcaide Guardado et al., 2020).

La creación de bibliotecas comunitarias en las zonas más vulnerables es una forma de transferir los conocimientos tradicionales y recibir a cambio toda la abundancia tecnológica, cultural, de soluciones y de interpretación de la riqueza ecológica, de las medicinas y de la alimentación de los pueblos, que bien puede haber sido validada en centros experimentales universitarios como un mecanismo adecuado para mejorar la oferta intangible para las empresas del entorno.

Consideraciones finales

El COVID-19 se manifiesta como un acontecimiento mundial masivo con implicaciones inimaginables, cuyas consecuencias están aún pendientes de ser abordadas. En este sentido, el presente artículo es, pues, una reflexión sobre las bibliotecas comunitarias, su trabajo y su papel durante este suceso. Así, en este marco, hay que mencionar, por tanto, que las bibliotecas públicas no son lo suficientemente visibles en la administración local, a pesar de ser reconocidas como centros de apoyo de aprendizaje.

Es evidente que las estrategias o los esfuerzos emprendidos por varias bibliotecas se llevan a cabo sin la participación o la cooperación de otras partes del sistema. Del mismo modo, las escasas redes de bibliotecas y las limitadas políticas con objetivos comunes muestran un mínimo o nulo desarrollo en el ámbito digital. Debido a esta falta de visión, hoy en día los centros comunitarios del país permanecen cerrados.

A modo de conclusiones, se puede decir que las bibliotecas comunales implementadas por la universidad como espacios que articulan la población, más allá del acceso virtual de los textos, significan una alianza que no solo aporta nuevos contenidos a la investigación académica, sino que acompaña al desarrollo y bienestar de la población. A través de la universidad que va a la comunidad por una necesidad inherente a su propia labor académica, se fortalece el intercambio de conocimientos y se crean redes multidimensionales tanto estructurales como relacionales en cuanto a la salud, la educación y la vida comunal.

Referencias

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Para citar este texto:

Rivera Guillén, Blanca Beatriz y Nancy Pomahuacre Najarro. 2022. “Bibliotecas comunales peruanas frente a la crisis del coronavirus: articuladoras multidimensionales”. Investigación Bibliotecológica: archivonomía, bibliotecología e información 36 (91): 125-166. http://dx.doi.org/10.22201/iibi.24488321xe.2022.91.58539

Recibido: 29 de Octubre de 2021; Aprobado: 25 de Marzo de 2022

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