El derrumbe de edificios es un problema de salud general, ya que la liberación de polvo y partículas son causa de aparición y exacerbación de enfermedades respiratorias. El derrumbe puede ser debido a terremotos, pero también a bombardeos o uso de explosivos, incendios y demoliciones programadas. Los mayores riesgos los sufren los cuerpos de Búsqueda y Rescate de Estructuras Colapsadas (BREC), sin minimizar el impacto en la población general.
La composición de los edificios caídos define la del polvo que se genera, que puede ser contaminado por productos variados de la combustión cuando se generan incendios o explosiones. El polvo, componente más abundante, es un álcali fuerte (pH 9.3 a 11.5) cargado de metales de la construcción, además de hidrocarburos aromáticos.1 Del incidente del 11 de septiembre sabemos que más del 60% tienen un diámetro superior a 53 micras, pero 20% de las partículas son respirables (2.5-10 micras) y el 2% son menores a 2.5 micras.2 Las de mayor tamaño, con un alto pH tienen efectos cáusticos, generando irritación de mucosas de ojos y vía aérea superior, y de otras zonas externas expuestas del cuerpo, pero el pH se va normalizando en las partículas más pequeñas siendo neutro en las partículas < 2.5 micras.2
En Nueva York, la combustión de los edificios colapsados y el diésel de los generadores eléctricos generaron hidrocarburos aromáticos policíclicos y 150 millones de kilogramos de contaminación adicional, aunque de duración transitoria.3 En la Tabla 1 se enlistan los principales agentes identificados. Los respiradores faciales N95, los que tienen filtros de alta eficiencia (HEPA), o las mascarillas P-100, reducen la exposición a polvos y fibras,4 a pesar de lo cual el CDC documenta que su uso fue menor al 50% en el primer día de la catástrofe del World Trade Center (WTC) y fue aumentando en los días siguientes.5 Incluso el 19% del personal de los grupos BREC nunca usó protección respiratoria más relevante en las primeras 48 horas de exposición sin protección que son las que más impactan adversamente en la función pulmonar.3 Desconocemos el grado de apego a los respiradores de otros grupos de rescate como el que ha trabajado en la Ciudad de México o en otros sitios en los sismos ocurridos el 7 y 19 de septiembre. De mayor preocupación es que un gran número de voluntarios sin protección adecuada estuvieron expuestos a los polvos en las primeras horas de la crisis.
Componentes inorgánicos | Componentes orgánicos |
---|---|
Cemento Carbón Fibra de vidrio Asbestos Yeso Carbonato de calcio Sulfato de calcio Titanio Zinc Aluminio Estroncio Manganeso Cromo Hierro Magnesio Bario Plomo |
Celulosa Hidrocarburos aromáticos policíclicos Bifenilos policlorados Pesticidas organoclorados Dibenzodioxinas policlorados Dibenzofuranos policlorados Ésteres de ftalato Bromodifeniléteres |
Los componentes del polvo dependen del material de construcción, de los productos existentes en las zonas derrumbadas y de si hubo o no incendios o explosiones.
Los síntomas respiratorios en los expuestos (tos, disnea, sibilancias [Tabla 2]) pueden ser agudos o subagudos y dependen del grado y tiempo de exposición al polvo, del arribo en las primeras horas del derrumbe y del uso de protección respiratoria. Una estancia mayor a 7 horas en la zona de derrumbe es un factor de riesgo para el desarrollo de síntomas respiratorios (OR 1.32, IC 95% 1.13-1.55).3
Síntomas | Frecuencia (%) | Referencia |
---|---|---|
Síntomas respiratorios de vía aérea superior | ||
Dolor de garganta | 54 | (3) |
Congestión nasal | 52 | (3) |
Disfonía | 34 | (3) |
Rinorrea | 27 | (3) |
Disfagia | 22 | (3) |
Síntomas respiratorios de vía aérea inferior | ||
Tos | 41-63 | (1),(3),(15) |
Tos nocturna | 36.7 | (3) |
Sibilancias | 29-48 | (1),(3),(15) |
Opresión torácica | 23-24 | (1),(3) |
Dificultad respiratoria | 27.2-57 | (1),(3),(15) |
Otros síntomas | ||
Irritación ocular | 65 | (3) |
Visión borrosa | 10 | (3) |
Abrasión corneal | 4 | (3) |
Irritación de piel | 30 | (3) |
Quemaduras | 17 | (3) |
Rash cutáneo | 14 | (3) |
Los bomberos expuestos al polvo del WTC, mostraron en esputo inducido concentración mayor de metales y aumento de los niveles de metaloproteinasa 9 que sus controles no expuestos 10 meses después de la exposición.6
Diversos estudios han descrito un incremento en la prevalencia de desórdenes pulmonares (Tabla 3), relacionados a este tipo de catástrofes naturales como terremotos, derrumbes y explosiones. En el registro del WTC Medical Monitoring and Treatment Program (MMTP) se reportó un incremento en la prevalencia de asma hasta de 10% en la población expuesta.7 Otro estudio encontró que el riesgo de nuevo diagnóstico de asma en los trabajadores de rescate y voluntarios en el área de derrumbe es 12 veces mayor que el esperado en la población general.8 El deterioro del control del asma en estas situaciones se ha relacionado principalmente con el estrés emocional e incremento de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).9 También se observó incremento de la prevalencia de bronquitis (19%) y en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) (34%).10
Síndrome de disfunción reactiva de la vía aérea |
Hiperreactividad bronquial |
Asma |
EPOC ocupacional |
Neumonía |
Disminución en la función pulmonar (FEV1) |
Otras enfermedades inflamatorias de parénquima pulmonar: enfermedad granulomatosa pulmonar «sarcoidosis-like» |
En desastres como el terremoto y tsunami de Japón en el 2011,11 los casos de neumonías se duplicaron en los meses siguientes. Otras enfermedades como la proteinosis alveolar, la hemorragia alveolar difusa y la disfunción de cuerdas vocales se han reportado en personas expuestas a partículas de aire en este tipo de desastres, principalmente en aquéllas sin uso de mascarilla de protección.12-14
Los bomberos seguidos en el desastre del WTC mostraron una disminución acelerada en el FEV1 y principalmente en la FVC al momento del derrumbe y para el FEV1, dentro de las primeras 48 horas tan grande en magnitud como de 450 mL en el 20% del grupo.3 Por análisis de regresión ajustada para tabaquismo el OR para caída de FEV1 fue para exposición en el momento del derrumbe 1.7 (IC 95%: 1.1-2.6) y dentro de las primeras 48 horas: 1.6 (IC 95%: 1.04-2.4). Adicionalmente la resistencia a 5 Hertz (R5) medida por oscilometría de impulso se incrementó considerablemente, aun en sujetos sin cambios significativos en la espirometría.15
Conclusiones y recomendaciones
Es indispensable la adecuada preparación de los rescatistas, así como el uso estricto de protectores contra el polvo, más aún, en las primeras horas del desastre. En casos de exposición masiva a gases/polvos inorgánicos se recomienda realizar tempranamente pruebas de espirometría con respuesta a broncodilatador y en caso de sospechar hiperreactividad bronquial o asma, prescribir corticosteroides inhalados y broncodilatadores.16 El seguimiento de los sujetos expuestos también es importante para minimizar los efectos adversos, evitando exponerse en el futuro a humos como el del tabaco u otros riesgos respiratorios y esperando una mayor frecuencia de enfermedades respiratorias tanto en rescatistas, voluntarios civiles y residentes de las zonas afectadas. Finalmente habrá que considerar que la exposición a polvos, causante de enfermedad pulmonar, será prolongada, ya que continuará en la fase de reconstrucción de la ciudad.