El presente ejemplar, el número 76 de Cuicuilco Revista de Ciencias Antropológicas, cuya portada está ilustrada con una obra del artista Guillermo Schulz, es el tercero del año 2019.
Este número es de carácter misceláneo y su contenido comprende un abanico de trabajos temáticamente diversos, divididos en dos grandes bloques: si los primero cuatro textos son producto de investigación empírica, los cinco textos siguientes son más bien de carácter teórico-conceptual, pero en conjunto todos ellos elaboran ideas y aportan análisis y propuestas en torno a problemáticas de gran actualidad.
El primer trabajo de la revista es un texto de Raquel Padilla Ramos y Raquel Torúa Padilla que aborda, desde una perspectiva etnohistórica, la manera en que estuvo involucrada la población yaqui en la construcción de las vías del ferrocarril en el estado de Sonora durante el Porfiriato, a fines del siglo xix, y la forma en que los accidentes suscitados por las obras fueron contabilizados como crímenes por el gobierno, en un contexto de confrontación violenta entre el Estado y los pueblos yaquis.
En el segundo trabajo, de la autoría de Verónica Suárez-Rienda y Olivia Sánchez López, se nos ofrece un espléndido análisis etnográfico, desde la antropología médica, de la dimensión emocional como categoría cultural, con el fin de entender el fenómeno del cáncer. En él se describen las diferentes visiones sobre esta enfermedad, los conflictos que suscita entre los profesionales que se ocupan de su atención y las vivencias y elaboraciones afectivas que experimentan las personas aquejadas por este mal.
El tercer trabajo de este número, de Itzel Adriana Sosa Sánchez, explora el papel que tienen las desigualdades sociales en la experiencia y la significación de la sexualidad en una población de hombres y mujeres de dos municipios del estado de Morelos. Se ponen de relieve las variables de clase, etarias, de género y de raza y su impacto en la vida sexual de los entrevistados, así como la presencia de una doble moral, violencia sexual y estereotipos sexuales asociados al predominio de una cultura heteronormativa y anti-igualitaria.
En su artículo, María Guadalupe Alva Real aborda desde una perspectiva cualitativa e inspirada en el psicoanálisis, la representación simbólica de la menopausia a través del testimonio de un grupo de informantes. Sirviéndose de las herramientas conceptuales de la teoría psicoanalítica, se ponen de relieve los malestares y síntomas que acompañan a este estado, que comprenden la falta de deseo sexual, el temor, la depresión, la angustia, así como la reactivación del complejo de Edipo.
En el quinto artículo de este número, Enrique Israel Ruíz Albarrán nos ofrece una reflexión muy sui generis sobre la ecología política, la relación sociedad-naturaleza y “la pregunta por la vida”, desde el horizonte de la izquierda lacaniana, proponiendo un ternario que incluye lo ontológico, lo político y lo ético, pensados desde la lógica de lo real y de la escisión como constitutivas del sujeto.
Roberto Carlos Garnica Castro nos brinda, por su parte, una sugerente meditación que nos propone algunos elementos para pensar en una escritura y una antropología rizomáticas. A partir de la obra de Gilles Deleuze y Félix Guattari se despliegan los principios del pensamiento rizomático: conexión, heterogeneidad, multiplicidad, ruptura asignificante, cartografía y calcamonía, todo ello con el fin de considerar su aplicabilidad en la práctica antropológica y la escritura etnográfica.
En el septimo trabajo aquí publicado, su autora, Florence Rosemberg Seifert, nos ofrece una panorámica sobre la antropología de la violencia, que pasa revista, por un lado, a diferentes miradas y enfoques teóricos que intentan explicar las causas y la naturaleza del fenómeno de la violencia, y que por otro lado analiza las dificultades que conlleva el trabajo de campo en contextos de violencia, apelando a la necesidad del cuidado emocional de los antropólogos que se enfrentan a dichos contextos.
El octavo texto está a cargo de Roberto Flores Ortiz, y nos invita a pensar los fundamentos de una arqueosemiótica. Sin pretender reemplazar los enfoques arqueológicos establecidos, el autor busca contribuir al estudio de los restos materiales legados por las culturas antiguas ofreciéndonos un modelo analítico basado en la semiótica y en tres dimensiones del fenómeno de la significación: la apariencia, la presentación y la presencia.
Por último, el trabajo de Victor Manuel Uc Chávez, que tiene un perfil netamente filosófico, inspirado en la obra de Jacques Derrida, se ocupa con denuedo de las políticas de la crueldad y las diversas concepciones de la crueldad emanadas del campo filosófico y de los saberes socioantropológicos. A través de la exploración de algunas figuras de la crueldad, como la pena de muerte o el exterminio de especies animales, se pone de relieve la estrecha y problemática relación entre la vida y la muerte.
En la sección de reseñas se incluyen dos textos. El primero es de Antonio Jaramillo Arango, quien comenta el libro Los Muiscas. La historia milenaria de un pueblo Chibcha, escrito por Carl Henrik Langebaek y publicado en 2019. Se trata de un libro que estudia en profundidad la historia del pueblo Muisca, que habitó en la época prehispánica en los Andes Orientales colombianos, y que constituye una valiosa investigación que abreva en materiales lingüísticos, etnohistóricos y arqueológicos.
El segundo texto, de Francisco de la Peña, es una reseña del libro de Roger Bartra titulado Los salvajes en el cine, publicado en 2018 por el Fondo de Cultura Económica. En ella se da cuenta de los análisis que realiza el antropólogo de origen catalán sobre las diversas imágenes de los salvajes que el cine ha producido, un motivo recurrente en los diferentes géneros del séptimo arte, desde el cine de monstruos y de superhéroes hasta el de bestias, robots, alienígenas y de mundos extraterrestres.
Para terminar este comentario, deseo informar que con este número concluye mi quehacer como Editor de Cuicuilco Revista de Ciencias Antropológicas, cuya responsabilidad pasa a nuevas manos. Ha sido un honor trabajar para la revista de la Escuela Nacional de Antropología e Historia en estos años, en los que nos hemos esforzado por posicionarla como una publicación de alto nivel académico, y por promover y alentar el trabajo interdisciplinario así como las búsquedas más innovadoras posibles en el ámbito de la Ciencias Antropológicas. Espero que los resultados alcanzados sean del agrado de nuestros lectores.