Introducción
En México, el sistema de producción vaca-cría consiste en la producción de becerros al destete para la engorda en sistemas estabulados, semiestabulados o en pradera (Callejas-Juárez et al., 2014). En particular, en las áreas tropicales del país este sistema de producción genera becerros mediante el siguiente manejo: los becerros son alimentados por amamantamiento no restringido, por lo que puede aprovechar toda la leche que la madre produce. La edad al destete de los becerros es de siete a ocho meses, con peso promedio de 170 kg. De forma general, a las vacas productoras se les ofrece suplementos alimenticios como concentrado (de uno a dos kilogramos) y melaza. Los becerros son vendidos, en su mayoría, en Estados del centro y norte del país, para ser engordados.
En Tabasco, en el año 2017, hubo un inventario de 594, 257 vacas reproductoras, de las cuales el 83.12% se destinó a la producción de becerros (sistema vaca-cría); el 13.04% a la producción de becerros y leche (sistema doble-propósito); y el resto sólo para la producción de leche (lechería especializada) (INEGI, 2016). Estas cifras muestran que la mayoría del hato ganadero está enfocado en la producción de carne mediante el sistema vaca-cría. Sin embargo, en México pocos estudios documentan las características productivas del sistema vaca-cría, en particular en las regiones tropicales. Al respecto, existe más información del sistema vaca-cría del norte de México sobre aspectos productivos y socioeconómicos (Báez et al., 1999; Callejas-Juárez et al., 2014; Iracheta-Lara et al., 2017). No obstante, este difiere de forma notable con las características del sistema vaca-cría de las regiones tropicales, debido a que el tipo de becerro que se produce es diferente y para un mercado distinto. Mientras que en el norte del país se utilizan, en su mayoría, razas europeas puras, y los becerros son para exportación, en las áreas tropicales se utilizan cruzas de razas europeas con cebuinas, y el mercado es nacional. Si bien, se han reportado algunos estudios del sistema vaca-cría para regiones del sur de México, estos han tenido enfoques particulares. Por ejemplo, en un estudio sobre el sistema vaca-cría en Yucatán, el enfoque se hizo sobre aspectos reproductivos (Mejía-Bautista et al., 2010), en tanto, en un estudio realizado en Chiapas, el enfoque fue sobre el manejo que realizan productores indígenas de la comunidad de Tulijá-Tseltal-Chol (Velázquez-Avendaño y Perezgrovas-Garza, 2017). En consecuencia, poco se sabe sobre las características productivas y los factores que afectan la producción de becerros del sistema vaca-cría en las regiones tropicales de México.
Lo anterior contrasta con los muchos estudios sobre el sistema de doble propósito de las regiones tropicales (Bautista-Martínez et al., 2019, 2017; Granados-Rivera et al., 2018; Cuevas et al., 2018, 2016, 2013; Espinosa-García et al., 2018; Juárez-Barrientos et al., 2015; Orantes-Zabadúa et al., 2014; Díaz-Rivera et al., 2011), a pesar de que el sistema vaca-cría es el de mayor utilización en el trópico en México. Por esta situación, es necesario realizar más estudios del sistema vaca-cría en las áreas tropicales del país; para ello, un primer acercamiento consiste en la caracterización de este. Para caracterizar los sistemas de producción existen diferentes metodologías. Al respecto, el análisis de conglomerado permite agrupar a las unidades de producción, de tal forma que se pueden identificar las características específicas de un grupo. Este análisis se ha utilizado para caracterizar sistemas de producción ovina (Vázquez-Martínez et al., 2018); de bovinos de leche (Hernández-Morales et al., 2013); de bovinos de doble propósito (Granados-Rivera et al., 2018), entre otros sistemas. Por otro lado, el análisis de regresión múltiple es utilizado de forma amplia para medir el grado de asociación de las variables independientes en la variable dependiente. En estudios de producción animal, este ha servido para identificar los factores que influyen en la producción, como en leche bovina (Camacho-Vera et al., 2017); peso vivo en ovinos (Topal et al., 2003), y rendimiento en canal en cerdo (Szyndler-Nędza et al., 2016). Con base en estos antecedentes, en el presente estudio se utilizó el método de análisis por conglomerado para la caracterización y tipificación de los productores, y el análisis de regresión múltiple para conocer los factores que determinan la producción de becerros en el sistema vaca-cría en el Estado de Tabasco.
La caracterización de las unidades de producción en el sistema vaca-cría es importante, en particular porque son escasos los estudios que describen este sistema de producción en regiones tropicales (Mejía-Bautista et al., 2010). Además, se requiere de información pertinente y actualizada que ubique áreas de prioridad que promuevan de forma rápida y eficaz el incremento de la productividad de los sistemas de producción. Por lo tanto, el objetivo de este estudio fue caracterizar, tipificar e identificar los principales factores que influyen en la producción de becerros del sistema vaca-cría en el Estado de Tabasco.
Método
Área de estudio
El estudio se realizó en unidades de producción (UP) del estado de Tabasco, en los municipios de Tacotalpa, Balancán, Macuspana, Huimanguillo, Cárdenas y Cunduacán. El clima en el estado es cálido húmedo, la temperatura media anual es de 27 °C, y la precipitación anual promedio es de 2550 mm (CNA, 2018).
Encuesta y muestreo a las unidades de producción
Se realizó un muestreo aleatorio irrestricto de un total de 900 UP inscritas durante el año 2017 en el programa de apoyo a productores de SAGARPA, esto para garantizar que la selección fuera al azar y cada UP tuviera la misma probabilidad de ser seleccionada. Se visitaron y entrevistaron 342 productores de manera personal, a través de una encuesta estructurada con un total de 378 preguntas, para obtener información sobre datos generales del productor y de la UP; datos sociales; de estructura del hato; de prácticas de manejo realizadas en las áreas de alimentación, reproducción, genética, registros económicos, infraestructura y variables productivas.
Índice de adopción de tecnología
El índice de adopción de tecnología (IAT) se calculó a través de la metodología de Valdovinos et al., (2015) con modificaciones, lo cual consistió en utilizar sólo 15 componentes tecnológicos de los 17 componentes disponibles. Además, los 15 componentes se agruparon en cuatro áreas: 1) actividades de manejo, como registro de peso de los animales, evaluación de la condición corporal, lotificación de hato, uso de registros económicos y productivos; 2) manejo reproductivo y genética, que incluyó aplicación de programas de mejoramiento genético, detección de celos, inseminación artificial, uso de sementales de registro y diagnóstico de gestación; 3) manejo sanitario, que incluyó aplicación de vacunas, desparasitación y diagnóstico de brucella; y 4) alimentación, que incluyó suplementación mineral y alimentos concentrados. Se asignó un valor de 1 si el productor realiza la adopción de tecnología de forma correcta; 0.5 si la realiza aún de forma inadecuada; y 0 si el productor no realiza la actividad. El IAT es la suma de los componentes tecnológicos que realiza el productor, la calificación máxima es 15.
Análisis estadístico
Con base en las variables propuestas por Juárez-Barrientos et al. (2015) y Vilaboa y Díaz (2009) se propusieron las siguientes variables para clasificar a los productores del sistema vaca-cría: cantidad de becerros vendidos en el año; número de vacas en producción; vaquillas; sementales; número de hectáreas en pastoreo; índice de adopción de tecnología; y uso de concentrados, mediante un análisis de conglomerado (dendograma) por el método de Ward y distancia euclidiana al cuadrado, que mostró las tendencias de agrupación de los productores.
Una vez clasificadas las unidades de producción, se realizó un análisis de varianza mediante el procedimiento de Modelos Lineales Generales (GLM). Para determinar la significancia de las diferencias entre grupos por variable, las medias se compararon con la prueba de Tukey (P < 0.05). Se realizó un análisis de regresión múltiple por cada grupo de productores identificados en el análisis de conglomerados (pequeños, medianos y grandes), con el objetivo de identificar las variables que explican la producción de becerros por grupo con el siguiente modelo:
Donde: Y es la variable dependiente (número de becerros destetados); X1 representa el número de vacas en producción; X2 el número de vaquillas; X3 el número de sementales; X4 el número de hectáreas disponibles para pastoreo; X5 es el índice de adopción de tecnología; X6 el promedio diario de alimento concentrado; y ε el error. El modelo de regresión fue estimado con el programa estadístico SAS versión 9.4.
Debido a que la alta correlación entre variables independientes no es deseable en Modelos de Regresión Múltiple, previo a cada análisis se realizó un diagnóstico de multicolinealidad, con el estadístico de prueba de Durbin Watson (DW), que es utilizada para detectar la presencia de auto-correlación. A partir de este análisis se obtuvo un valor de DW, para pequeños productores de 1.57, para productores medianos de 2.29 y para productores grandes 2.13. Estos valores se compararon con los valores correspondientes al límite inferior y al límite superior de las tablas de Durbin Watson a un nivel de significación de 5 %, y con base en ello se pudo rechazar la hipótesis de que los términos de error estén auto-correlacionados de forma positiva o negativa.
Resultados y discusión
Características sociales de los productores del sistema de vaca-cría en el estado de Tabasco
En el estado de Tabasco el sistema vaca-cría es desarrollado de forma preponderante por hombres (92 %) respecto a mujeres (8 %). Dicha situación es común en sistemas tropicales de producción bovina (Díaz-Rivera et al., 2011). Al respecto, Torres et al. (2016) indican que el manejo de los bovinos en las áreas tropicales es realizado por hombres, y las mujeres participan en mayor grado en la cría de animales menores (aves y cerdos, que son de autoconsumo en su mayoría), o salen a laborar fuera de la UP.
El 90 % de los productores sabe leer y escribir, y tienen una edad promedio de 58 años (Tabla 1). El hecho que la mayoría de los productores pueda leer y escribir es importante, debido a que están en capacidad de llevar registros productivos básicos de la UP. Sin embargo, otro aspecto que tiene que ver más con la aplicabilidad de dichos registros es el grado de escolaridad; no obstante, los productores de ganado bovino de las regiones tropicales presentan una baja escolaridad: en su mayoría sólo cuentan con nivel primaria (Juárez-Barrientos et al., 2015; Granados-Rivera et al., 2018), en contraste con el promedio nacional que es de 9.1 años (INEGI, 2016). Con respecto a la edad promedio de los productores en este estudio, esta fue similar a la edad de los productores de ganado bovino de sistemas tropicales en zonas secas (Cuevas et al., 2016), y húmedas (Orantes-Zebadúa et al., 2014; Juárez-Barrientos et al., 2015; Granados-Rivera et al., 2018). La edad y escolaridad de los productores determina el grado de adopción de prácticas tecnológicas (Salas-González et al., 2013): hay una mayor aceptación de tecnologías en productores jóvenes (< 45 años) y con más años de estudio (> 12 años de estudio). Así mismo, a mayor adopción de tecnología, se incrementa la productividad y rentabilidad de las unidades de producción (Cuevas et al., 2013).
Edad (años) | 58.86 | 13.99 | 23.76 |
---|---|---|---|
Número de personas dependientes económicamente | 2.76 | 1.59 | 57.51 |
Distancia a la comunidad más cercana (km) | 7.99 | 4.25 | 53.21 |
Ingreso económico por actividad ganadera (%) | 88.02 | 7.96 | 9.04 |
CV = Coeficiente de Variación; DE = Desviación Estándar; n = 324 Unidades de Producción.
La distancia entre las UP y las comunidades más cercanas tuvo una media baja, pero un amplio coeficiente de variación (Tabla 1). Las UP cercanas a las comunidades presentan la ventaja de tener acceso de forma rápida a información, asesoría técnica y conocimiento oportuno de programas de apoyo a productores de diferentes fuentes financieras.
En el estado de Tabasco, el mayor ingreso para la familia de los productores del sistema vaca-cría proviene de la venta de becerros (Tabla 1). No obstante, el ingreso no lo obtienen en su totalidad del propio sistema de producción, por lo que deben obtener ingresos complementarios. En los sistemas de producción de bovino, en el trópico mexicano, es común que se diversifiquen las fuentes de ingreso familiar (Granados-Rivera et al., 2018). Según explican Juárez-Barrientos et al. (2015), esto se debe a la elevada variación de factores que determinan las variables socioeconómicas y tecnológicas en los propios sistemas productivos, lo que ocasiona que algunos productores dediquen parte de su tiempo a actividades productivas remuneradas, dentro o fuera de la UP, con el objetivo de obtener ingresos económicos complementarios. Adicional a los ingresos complementarios, una ventaja del sistema de producción vaca-cría en Tabasco, es que permite producir alimentos para el autoconsumo, como huevo, carne de pollo y leche. Si bien, la leche es consumida en su mayoría por el becerro, los productores ordeñan, en promedio, de tres a cinco vacas para el consumo directo de la familia o para la elaboración de quesos.
Tipología de productores del sistema de vaca-cría en el estado de Tabasco
Se identificaron tres tipos de productores del sistema vaca-cría en el estado de Tabasco, los cuales se denominaron: a) Pequeños; b) Medianos; y c) Grandes. Las características que diferenciaron a los tipos de productores fueron: la estructura de hato; la cantidad de becerros destetados en el año; el número de hectáreas en pastoreo; el índice de adopción de tecnología; y la cantidad de alimento concentrado utilizado en la UP (Tabla 2; Fig. 1).
Variable | Pequeños n=217 |
Medianos n=99 |
Grandes n= 26 |
EEM |
P value |
---|---|---|---|---|---|
Vacas en producción | 13.84 c | 34.61 b | 80.0 a | 9.96 | <.0001 |
Becerros destetados | 7.14c | 18.46b | 41.11a | 5.16 | <.0001 |
Vaquillas | 1.78 c | 3.71 b | 8.74 a | 1.27 | <.0001 |
Sementales | 0.76 c | 1.27 b | 2.92 a | 0.54 | <.0001 |
Hectáreas en pastoreo | 34.95 c | 87.87 b | 180.59 a | 23.79 | <.0001 |
Concentrado por día utilizado (UP) | 18.05 c | 44.37 b | 112.40 a | 18.79 | <.0001 |
IAT | 3.09 c | 6.55 b | 9.07 a | 1.16 | <.0001 |
UP = Unidad de Producción; EEM = Error Estándar de la Media; IAT = Índice de Adopción de Tecnología. Columnas con diferente letra son diferentes estadísticamente (p ≤ 0.05).
En el estado de Tabasco, los productores pequeños (63.4 %) son los más representativos, seguidos de los productores medianos (29 %); y, finalmente, los grandes (7.6 %). Los productores grandes presentaron mayor número de vacas en producción, lo cual explica que desteten mayor cantidad de becerros. Sin embargo, en los tres tipos de productores existe una relación entre el número de vaca en producción y el número de becerro destetado de 2:1. Esta información coincide con reportes para la ganadería de doble propósito en regiones tropicales de México (Orantes-Zebadúa et al., 2014; Juárez-Barrientos et al., 2015). Por otra parte, el número de vacas en producción es una de las principales variables que definen los sistemas de producción bovinos (Sánchez et al., 2015), además, tiene influencia en las variables productivas de las UP y adopción de nuevas tecnologías (Cuevas et al., 2013).
En cuanto al número de vaquillas, éste fue mayor en productores grandes; no obstante, la relación entre el número de vacas en producción y el número de vaquillas fue menor en productores pequeños, respecto a productores medianos y grandes. La cantidad de vaquillas en una UP es importante, ya que estas reemplazan a las vacas que terminan su ciclo de producción; esto evitará que exista una reducción del hato y, en consecuencia, una menor producción. De acuerdo con Quiroz et al. (2014), el porcentaje de vaquillas en un sistema de doble propósito en Tabasco fue de 14.6 %, cantidad cercana al porcentaje ideal (17 %) de vaquillas que debe existir en explotaciones de ganado bovino, con lo cual es posible tener una tasa de reemplazo de 20 a 25 % (Báez et al., 1999). En contraste con estos datos, el presente estudio muestra que el sistema de producción vaca-cría en Tabasco tiene un porcentaje promedio de vaquillas de 6.8 %, este bajo porcentaje podría explicarse por el hecho de que existe una demanda de vaquillas para su engorda en los estados del norte del país. Sin embargo, el vender, casi en su totalidad, a las vaquillas podría afectar al sistema vaca-cría, al disminuir el tamaño del hato en el largo plazo o provocar que sea necesario adquirir vaquillas nacidas fuera de la UP, lo que incrementaría el costo de producción. Respecto al número de sementales por UP, los productores grandes presentaron el mayor número de estos (Tabla 2). Sin embargo, si se toma en cuenta la proporción número de sementales/número de vacas en producción, los productores pequeños y medianos mostraron una relación cercana a lo recomendado, que es un semental por cada 20 hembras (Quiroz et al., 2014). Por el contrario, los productores grandes se encuentran por debajo de dicha recomendación. En el sistema vaca-cría del estado de Tabasco, mantener dicha proporción cercana a lo recomendado es, en particular, importante, ya que el 95 % de los productores de este sistema utiliza como método de reproducción la monta natural. Por lo tanto, no mantener una relación macho/hembra adecuada tiene consecuencias negativas para la UP: por un lado, si esta relación está por debajo de lo recomendado, provoca una baja tasa de concepción y, en consecuencia, menor producción de becerros; por otra parte, si la relación está por encima, se aumentan los costos de producción debido al mantenimiento de toros que no son necesarios (Baez et al., 1999).
Respecto al número de hectáreas, los productores pequeños tuvieron menor cantidad de hectáreas por UP, en comparación con productores medianos y grandes; no obstante, el número de animales por número de hectáreas fue similar entre los tipos de productores, promediando 1.44 animales por hectárea. En sistemas de producción de bovinos, la cantidad de hectáreas para el pastoreo es una de las variables más utilizadas para agrupar productores (Cuevas et al., 2016; Velázquez-Avendaño y Perezgrovas-Garza, 2017), así mismo, en las regiones tropicales predominan las UP de tamaño pequeño (< 45 ha) (Orantes-Zebadúa et al., 2014; Juárez-Barrientos et al., 2015; Granados-Rivera et al., 2018).
Los productores del sistema vaca-cría en el estado de Tabasco le proporcionan melaza a todo el hato, sin embargo, sólo ofrecen alimento concentrado a vacas en producción. Si bien la cantidad de alimento concentrado por UP fue mayor en productores grandes, la cantidad de alimento concentrado por vaca, por día, fue similar entre los tres tipos de productores: en promedio, 1.3 kg por vaca por día.
Uso de tecnología en las unidades de producción del sistema vaca-cría
En el sistema vaca-cría en el estado de Tabasco se realiza en porcentaje bajo (< 3 %) la medición de la condición corporal. El peso y la lotificación de hatos son prácticas más comunes, realizadas de manera más frecuente los productores grandes (75 %), y en menor medida por los productores medianos y pequeños (< 25 %). La toma de registros económicos no es llevada a cabo por productores pequeños, y se lleva a cabo de forma incipiente por medianos y grandes productores. Respecto a los registros productivos, alrededor de la mitad de los productores grandes los toman, en tanto que los productores medianos (35.5 %) y pequeños (14.74 %) toman dichos registros con menor frecuencia (Tabla 3). La baja realización de estas actividades afecta de forma negativa la productividad de los sistemas de producción pecuarios (Espinosa-García et al., 2018). Por ejemplo, si no se realiza la lotificación de hatos, se pierde la oportunidad de realizar programas de alimentación basados en los estados fisiológicos de las vacas, o la aplicación de complementación alimenticia de forma estratégica a vaquillas próximas al empadre. Así mismo, la toma de registros productivos y económicos de manera constante y ordenada permite que el productor identifique problemas que limitan la productividad, y ayuda en la toma de decisiones apropiadas para resolverlos; además, sirve para evaluar el impacto de incorporar nuevas tecnologías o prácticas y con ello mejorar la eficiencia de las unidades de producción en el mediano y largo plazo (Espinosa-García et al., 2010).
Tipo de productor | |||
---|---|---|---|
Componente tecnológico | Pequeño | Mediano | Grande |
Actividades de manejo | % | ||
Medición de la condición corporal | 0.06 | 2.32 | 0.17 |
Peso de los animales | 23.04 | 24.5 | 75.86 |
Lotificación de hato | 45.16 | 52.52 | 76.92 |
Uso de registros económicos | 0 | 10.10 | 15.38 |
Uso de registros productivos | 14.74 | 35.5 | 48.27 |
Manejo reproductivo y
genética |
% | ||
Aplicación de programas de mejoramiento genético | 0 | 0.01 | 0.11 |
Detección de celos | 12.44 | 16.16 | 37.93 |
Inseminación artificial | 0 | 0.02 | 0.13 |
Uso de sementales de registro | 0 | 0.02 | 0.13 |
Diagnóstico de gestación | 0 | 0.06 | 62.06 |
Manejo sanitario |
% | ||
Vacunación | 100 | 100 | 100 |
Desparasitación | 100 | 100 | 100 |
Diagnóstico de brucella | 56.68 | 64.64 | 62.06 |
Manejo alimenticio |
% | ||
Suplementación con minerales | 25.34 | 35.5 | 75.86 |
Suplementación con concentrado | 23.0 | 23.23 | 72.41 |
Las adopciones de tecnología relacionadas con el manejo reproductivo y la genética son las que se realizan con menor frecuencia (Tabla 3). Este comportamiento podría deberse a que implementarlas requiere una inversión mayor, respecto a las prácticas que están relacionadas sólo con el ordenamiento del hato, y a la toma de registros económicos y productivos. Además, se requiere de mayor conocimiento técnico para su implementación (Giraldo-Giraldo, 2007). Aunado a lo anterior, el sistema vaca-cría es de los sistemas pecuarios con mayor retraso en la aplicación de componentes tecnológicos relacionados con el manejo reproductivo (Suarez y Aranda, 2014). Lo anterior coincide con lo expuesto en el presente estudio, ya que productores pequeños y medianos no realizan diagnósticos de gestación, ni registros de información reproductiva.
Los componentes tecnológicos relacionados con el manejo sanitario fueron los de mayor implementación (Tabla 3). El 100 % de los productores del sistema vaca-cría en el estado de Tabasco realiza vacunación y desparasitación. Realizar un manejo sanitario es importante, ya que ayuda a prevenir enfermedades y reducir las pérdidas productivas (Vásconez-Hernández et al., 2017).
La complementación alimenticia es realizada en bajo porcentaje por productores pequeños y medianos, el mayor porcentaje de esta práctica se encuentra en productores del estrato grande. De forma general, esta complementación consiste en ofrecer a las vacas en producción, sal común, sal mineral o alimento concentrado. Las sales se ofrecen a libre acceso. El alimento concentrado se ofrece en cantidades de 1 a 3 kg, por vaca, por día. El concentrado se elabora con ingredientes disponibles en la región, como residuos de la agroindustria (melaza, bagazo de caña, cítricos, piña, pollinaza, pasta de coco, residuos de pan y galleta, entre otros). De forma general, presentan un contenido de proteína de 18 a 22 % y de 2.1 a 2.4 Mcal kg-1.
En resumen, en el sistema vaca-cría del estado de Tabasco los componentes tecnológicos más utilizados fueron los relacionados con el manejo sanitario y alimenticio. En contraste, los de menor uso fueron los del manejo reproductivo y genético. Sin embargo, de forma general el uso de componentes tecnológicos en este sistema es bajo, ya que en el sistema de doble propósito se han documentado hasta 61 componentes tecnológicos (Cuevas et al., 2013), mientras que en el sistema vaca-cría solo se identificaron 15. Más aún: de estos 15 componentes tecnológicos, los productores pequeños utilizan en promedio 3.09, los medianos 6.55 y los grandes 9.07 (Tabla 2).
Factores que influyen en la producción de becerros destetados en el sistema vaca-cría
Las variables que explican la producción de becerros en los tres tipos de productores del sistema vaca-cría fueron: número de vacas en producción; vaquillas; sementales; hectáreas en pastoreo; índice de adopción de tecnología; y alimento concentrado. Estas variables explican el comportamiento de la producción de ganaderos pequeños en 88 %, de los medianos en 86 %, y de los ganaderos grandes en 89 %.
El número de vacas en producción influyó de forma significativa en la producción de becerros en los tres tipos de estrato. Al respecto, hatos más grandes contribuyen a generar rendimientos positivos en la producción total de carne (Morales-Hernández et al., 2018). En el presente estudio, dicha variable fue significativa: al aumentar una vaca en producción, manteniendo los demás factores constantes, se incrementó de 0.08 a 0.27 el número de becerros destetados. Este bajo incremento se puede explicar por los largos intervalos entre partos (Vargas et al., 2015), ya que el porcentaje promedio de parición de las vacas en los tres estratos fue de 50 %. Por otra parte, una mayor cantidad de hectáreas disponibles para el pastoreo permite al productor aumentar en el mediano o largo plazo el tamaño del hato, y con ello incrementar sus ingresos.
El número de vaquillas explica la producción de becerros en el grupo de productores grandes y medianos (Tabla 4). La cantidad de vaquillas en la unidad de producción es importante, ya que en el futuro remplazarán a las hembras reproductoras que terminen su etapa; esto permitirá una producción constante de becerros, y de esta manera se evita que el tamaño del hato se reduzca por una pérdida en el número de reproductoras (Báez et al., 1999).
Parámetro estimado | EEM | Pr >F | |
---|---|---|---|
Grandes | |||
Intercepto | -0.314 | 0.262 | 0.232 |
Vacas en producción (X1) | 0.101** | 0.024 | <.0001 |
Vaquillas (X2) | 0.151* | 0.075 | 0.045 |
Sementales (X3) | 0.476* | 0.222 | 0.033 |
Hectáreas en pastoreo (X4) | 0.015** | 0.005 | 0.009 |
IAT (X5) | 0.234** | 0.096 | 0.015 |
Promedio diario de
alimento concentrado (X6) Daily average of concentrated feed (X6) |
0.230** |
0.011 |
<.0001 |
R2 | 0.89 | ||
R2 | 0.89 | ||
Medianos Medium | |||
Intercepto | -2.080 | 1.057 | 0.0532 |
Vacas en producción (X1) | 0.086** | 0.030 | 0.0062 |
Vaquillas (X2) | 1.550** | 0.294 | <.0001 |
Sementales (X3) | -0.400 | 0.530 | 0.453 |
Hectáreas en pastoreo (X4) | 0.012* | 0.006 | 0.040 |
IAT (X5) | 1.323** | 0.224 | <.0001 |
Promedio diario de
alimento concentrado (X6) |
0.055** | 0.017 | 0.0018 |
R2 | 0.86 | ||
Pequeños Small | |||
Intercepto | -10.374* | 2.415 | 0.0004 |
Vacas en producción (X1) | 0.277** | 0.040 | <.0001 |
Vaquillas (X2) | -0.043 | 0.304 | 0.889 |
Sementales (X3) | 0.894 | 0.458 | 0.065 |
Hectáreas en pastoreo (X4) | -0.016 | 0.019 | 0.415 |
IAT (X5) | 2.837** | 0.576 | <.0001 |
Promedio diario de
alimento concentrado (X6) |
0.037* | 0.015 | 0.022 |
R2 | 0.88 |
EEM = Error Estándar de la Media; IAT = Índice de Adopción de Tecnología.
*Significativo al 95 % (P< 0.05) /*Significativo al 99 % (P< 0.01).
El número de sementales es significativo para explicar la producción de becerros en el grupo de productores grandes (0.476), no así para los productores medianos y pequeños. Esto puede ser explicado porque el método reproductivo más frecuente fue la monta libre (Vejarano et al., 2005). Por lo tanto, los productores grandes, al tener un mayor número de hembras, requieren un mayor número de sementales. Estudios realizados en el sistema vaca-cría en el sur y norte de México, muestran el mismo comportamiento, con una relación de 18.3 vacas por semental. Por otro lado, prácticas de manejo reproductivo como inseminación artificial, diagnósticos de gestación y técnicas biotecnológicas son de muy baja aplicación, lo cual puede deberse al poco uso y control de registros reproductivos (Mejía-Bautista et al., 2010).
En el presente estudio, el número de hectáreas destinadas al pastoreo está relacionado de forma positiva y significativa con los productores grandes (0.015), y medianos (0.012). Este mismo efecto se reporta en unidades de producción de carne en pastizales naturales, donde al incrementar el número de hectáreas para el pastoreo, se incrementa la producción total de carne, (Morales-Hernández et al., 2018). Por ejemplo, en Ecuador, el número de hectáreas para el pastoreo explicó el 11 % de la eficiencia de la producción de los sistemas de bovinos para carne (Vargas et al., 2015).
Con respecto al índice de adopción de tecnología, este tuvo una relación positiva y significativa en los tres tipos de productores, aumentar este índice en una unidad, incrementó la producción de becerros de 0.23 a 2.83, manteniendo los demás factores constantes. Es importante generar tecnológicas específicas para este sistema de producción, ya que ello pudiera influir en su mayor aceptación (Cuevas et al., 2013). Además, para incentivar un mayor uso de tecnologías, es necesario iniciar con aquellas de bajo costo. Al respecto, cuando los productores observan mejoras en la producción derivado del uso de alguna tecnología, esto da pauta a que incursionen en el uso de otras tecnologías, aún si la inversión de estas es más alta (Cuevas et al., 2013).
Por otro lado, la cantidad de suplementos alimenticios ofrecido es un factor que explica la producción de becerros de manera significativa y positiva en todos los tipos de productores (Morales-Hernández et al., 2018). Al respecto, ofrecer una complementación alimenticia, en forma principal a las vacas en producción, mejorara la condición corporal de estas, en consecuencia, se mejora su respuesta reproductiva, con lo que se logra un mayor número de becerros destetados (Mejía-Bautista et al., 2010).
Conclusiones
En el sistema vaca-cría del Estado de Tabasco se identificaron tres tipos de productores (pequeños, medianos y grandes), que se diferenciaron por la cantidad de becerros producidos, estructura del hato, número de hectáreas destinadas para el pastoreo e índice de adopción de tecnología. Las variables que explican la producción de becerros en el área de estudio fueron: número de vacas en producción, índice de adopción de tecnología y cantidad de alimento concentrado. Es necesario que se desarrollen tecnologías nuevas que estén enfocadas en las necesidades del sistema vaca-cría, en particular, en aspectos que tengan un mayor impacto en el sistema de producción y en consecuencia en la económica de los productores que se dedican a esta actividad.
La caracterización del sistema vaca-cría que se realizó en el presente estudio contribuye a ampliar el escaso acervo de información de este sistema en las regiones tropicales del país. Asimismo, puede ser una herramienta de consulta en la generación de políticas públicas enfocadas a mejorar la productividad del sistema vaca-cría de las regiones tropicales del país o para su uso por empresas pecuarias y productores particulares interesados en ubicar puntos de mejora y a partir de ello impactar de forma positiva en la productividad del sistema de producción.