Introducción
En Mexico el cultivo de café se realiza principálmente en cuatro estados de la República Mexicana: Chiapas (35 %), Veracruz (25 %), Puebla (15 %) y Оахаса (13 %), en los cuales se concentra 88 % del total de la superficie nacional (781 016 ha). La variedad de prácticas productivas en las fincas se relaciona con los modos específicos de concebir el café, donde las formas de pensamiento y de práctica se han ido construyendo socialmente en el marco de un contexto histórico-social, local y regional, a partir de la experiencia y la posición de los productores en la cadena productiva (Ejea, 2009)·
De esta manera, al campesinado no se le debe considerar como un conjunto homogéneo al cual se le puedan proponer "paquetes tecnológicos" uniformes. Para ello se proponen las tipologías de productores. Las enfocadas en las actividades agrícolas consideran variables, como tamaño del predio, asistencia técnica, factores de productividad, crédito, rasgos de producción, ingresos y nivel de educación. Otros aspectos socioeconómicos como edad y nivel de desarrollo socioeconómico (Gabriel, 2003), destino de la producción, lugar de residencia, ingresos extraprediales, ingresos netos, mano de obra familiar, empleo de mano de obra complementaria (Soverna et al., 2008), porcentaje de autoconsumo, nivel tecnológico, in greso capitalizable y mano de obra familiar sin pago (CEPAL, 1989), superficie total, número de empleos fijos, número de empleos temporales, tiempo dedicado a la producción (Contreras, 2010), manejo de la tierra, acceso a mercados, y uso de mano de obra (Madariaga, 2001).
Asimismo, los grupos y tipos sociales se construyen observando la realidad tan compleja y determinando las distintas categorías y características de la realidad observada. Estos son entes vivos, concretos y creativos integrados por individuos que: se comunican, interactúan, se estructuran o desestructuran en procesos organizacionales; desarrollan y perfecció-nan sus capacidades para actuar organizadamente en procura de metas comunes (Bolaños, 1999). Generalmente, la tipificación es un trabajo sencillo y de utilidad práctica para promover acciones de organización y desarrollo de los productores (Vázquez et al., 2009). La elección de este método de tipificación se fundamenta en que la actividad agrícola se practica en áreas con diversas condiciones naturales y sociales a lo largo del territorio (Gabriel, 2003).
Así, la construcción de tipologías ha sido una preocupación central entre los analistas del agro mexicano. No obstante, estas tipologías son de carácter economicista o productivista, con ausencia de variables ambientales y culturales, sin considerar los factores naturales, lo que hace que las tipologías no cuenten con una representatividad espacial y una identidad (Toledo et al., 2002).
Por lo anterior, esta investigación busca generar una tipología de productores, considerando variables no solo de tipo socioeconómico y productivo, sino también las de tipo cultural; de esta manera, identificar las características de la producción que permitan al productor mejorar su ingreso con las distintas formas de manejo a sus fincas, considerando aspectos como: ingreso capitalizable, superficie, nivel tecnológico y número de cortadores con pago para elaborar estrategias de desarrollo rural, tomando como base a la Ley de Desarrollo Rural Sustentable (2001) de México, la cual reconoce las diferencias y contradicciones que existen en el ámbito nacional entre los productores, necesitando generar una tipología de productores que apoye la definición de políticas públicas diferenciadas.
Materiales y Métodos
Área de estudio
El área de estudio comprendió a 13 municipios del DDR 005 Fortín, Veracruz, México: Córdoba, Chocamán, Tepatlaxco, Tlaltetela, Comapa, Huatusco, Ixhuatlán del Café, Sochiapa, Tenampa, Tlacotepec de Mejía, Tomatlán, Totutla y Zentla. De estos municipios, Comapa, Huatusco, Zentla y Córdoba son los que cuentan con mayor extensión de unidades de producción (26 944.02 ha; 18 580.96 ha; 15 631.70 ha у 13 838.79 ha; respectivamente). El principal uso de suelo es Agrícola, Pecuario, Industrial y Urbano (INEGI, 2009) .
Encuesta y análisis estadístico
De acuerdo con el objetivo del estudio se diseñó un cuestionario para capturar, sistematizar y analizar los datos en forma sencilla, económica y oportuna. La fórmula de Scheaffer et al. (1987) generó una muestra de aproximadamente 200 productores de café en la región, a partir de una población de 63 635 productores de acuerdo con el padrón cafetalero veracruzano, con una confiabilidad de 95 % y precisión de 10 %. El tamaño de muestra se calculó-de la siguiente manera:
donde: n: tamaño de muestra TV: tamaño de población = 63 635; Media=0.792 ha; D: disposición de error mínimo = B2/4; В:
Entonces una vez sustituida la fórmula, quedó de la siguiente manera:
Considerando los aspectos financieros, y debido a que la variabilidad de la información se reducía en función del incremento de la información de campo, se decidió entrevistar a 145 productores. La decisión se corresponde con el planteamiento de Scheaffer et al. (1987) de que sus modelos están construidos con 95 % de confianza.
El cuestionario integró preguntas abiertas y cerradas; se aplicó durante los meses de junio a diciembre de 2014, para lo cual se requirió capacitar a encuestadores.
Específicamente, la tipificación fue construida con base en información de la CEPAL (1989). Se consideraron cuatro variables básicas que son: porcentaje de ingreso capitalizable (inversión), porcentaje de trabajo familiar sin pago, porcentaje del valor de la producción auto consumido y nivel tecnológico. La CEPAL (1989) propone esta tipología para el cultivo de maíz, y para efectos de esta tipología, el café en su mayoría, es cultivado con fines de comercialización y no de consumo, por lo que la variable básica de autoconsumo se sustituyó por la de superficie y la de número de cortadores con pago sustituyó a la de trabajo familiar sin pago, debido a que en el cultivo de café el corte incluye una de las actividades más importantes dentro del proceso de producción.
Definición de variables
Variable Ingreso Capitalizable. Es el dinero que ingresa por vender el café menos el utilizado en gastos de vivienda y de la finca. El gasto en la vivienda se calculó mediante la suma del porcentaje entre gastos de alimentación, salud, educación, e infraestructura de vivienda. El gasto total en la finca se calculó me diante la suma de los gastos de fertilización, limpia, poda, resiembra, corte y pago por transportar el producto y se calcula en pesos.
Entonces, la variable Ingreso Capitalizable se calculó mediante la ecuación:
IС = IT - GV + GF
donde IT: Ingreso Total, GV: Gastos en Vivienda, GF: Gastos en la Finca.
Variable índice Tecnológico. Se obtuvo de la suma de las prácticas realizadas de limpia, fertilización, ahoyado, poda, regulación de sombra, prácticas de conservación de suelo y venta. Para su cálculo se consideró la siguiente ecuación:
IT = LI + FE + AH + PO + RS + PCS + VE
donde Limpia (LI): chapeo con machete, con azadón, con chapeadora y con líquido. Fertilización (FE): orgánica, química y cal. Ahoyado (AH): cavahoyos, barreno, barreta, tlalacha, cavador, pico, azadón, pala, zapa y coa. Poda (PO): machete, motosierra, serrote, tijera y gancho. Regulación de sombra (RS): siembra árboles, poda, tumba árboles secos, tumba árboles, siembra inga jinicuily nacen solos. Prácticas de conservación de suelo (PCS): chapeo no al ras, siembra zacate de caña, no utiliza químicos, no utiliza azadón, poco líquido, barreras vivas, reforestación y levanta la basura inorgánica. Venta (VE): polvo, pergamino, seco y cereza.
A cada una de las formas en que realiza cada prác tica se asignó un "Si", si realizaba la actividad y un "No", si no la realizaba. Si = 2 y N0 = 1.
Variable Superficie de Café. Es el número de hectáreas (ha) que el productor destina para producir café.
Variable Número de Cortadores con Pago: Se calculó mediante el número total de cortadores, me nos aquellos sin pago.
También se utilizaron variables de segundo orden para caracterizar y tipificar a los productores: tenencia de la tierra, material del techo de la vivienda, número de actividades económicas, años de experiencia en el cultivo, práctica de la tradicional "viuda", motivos para producir café, disposición a abandonar el cultivo de café y cambios en el manejo de sus agroecosistemas cafetaleros. El análisis de datos consistió en análisis descriptivo, análisis de varianza y tablas de frecuen-eia. Se llevó a cabo con el programa Statistica Versión 7.1.
Resultados y Discusión
Características socioeconómicas
En el DDR 005 de Fortín, Veracruz, de los productores cafetaleros entrevistados, 84.13 % son del sexo masculino y 15.86 % del femenino. La edad promedio de los productores de café es de 53 años. De acuerdo con Hernández (2006), Escamilla et al. (2005; 2012) y Benítez-Garcia et al. (2015), la edad del cafeticultor está entre 49 y 56 años. La edad madura de estas personas se considera una limitante para transmitir las bondades de una práctica o técnica, que los hace más apegados a sus métodos tradicionales, por lo que los productores de la zona de estudio no están dispuestos a cambiar la forma en que producen su café. Estos resultados coinciden con los obtenidos por Ortega et al. (2010), quienes encontraron que 92 % de sus entrevistados no estarían dispuestos a cambiar de cultivo pese a los bajos precios que el aromático presenta.
Por otra parte, la escolaridad de los entrevistados es de nivel básico. La media es de 5-64 años. Este dato coincide con Benítez-García et al. (2015), quienes reportaron una media de 5-6 años para productores cafetaleros del estado de Puebla. Incluso en la región estudiada, algunos de los entrevistados no tienen ningún grado de escolaridad. Sin embargo, ellos consideran que esto no es impedimento para dar un manejo mejor a su agroecosistema cafetalero. Incluso, algunos comentaron que el nivel de estudio no les ayuda a mejorar su producción; por lo que de haber estudiado estaría desempeñando actividades propias de los profesionistas.
Los productores de este Distrito tienen un rendimiento promedio de 4.04 t ha-1; los que más cosechan son los del municipio de Tomatlán con 5-87 t ha-1, seguidos por los de Córdoba y de Huatusco (5-24 y 5-19 t ha-1, respectivamente). Los productores del municipio de Tlaltetela son los que poseen rendimientos menores (2.61 t ha-1); no obstante, el rendimiento de este último es superior a los 2.02 t ha" 1que reporta el SIAP (2013) para este Distrito y al promedio nacional, de 1.92 toneladas por hectárea. Las diferencias entre la producción y el rendimiento de los cafetales depende, además del clima, del nivel tecnológico, así como del tipo, forma de aplicación de sus prácticas agrícolas y escala de producción (Castillo, 2013).
El 97-24 % de estos productores venden su café en cereza y de este porcentaje 6.20 % lo vende además en pergamino o seco. Martínez (2012) menciona que estas acciones ocasionan que los productores permanezcan a merced de las empresas comercializadoras trasnacionales implementadas en la región, siendo AMSA y NESTLÉ las grandes acaparadoras; a quienes Martínez (2012) les atribuye la inestabilidad en el precio del café, debido a que la venta para llegar a ellas se realiza a través de intermediarios locales.
Tipos de productores
En este Distrito se identificaron tres tipos de productores: de subsistencia, transicional y empresarial a partir de un análisis de conglomerados, y posteriormente se aplicaron análisis de varianza.
De esta manera, analizando la variable "ingreso capitalizable" se encontraron diferencias estadísticas entre los tres tipos de productores identificados (p = 0.00001) (Figura 1); los de subsistencia con ingresos capitalizables menores a 30 000 pesos en el ciclo, los de tipo transicional de 30 000.00 a 110 000 pesos, y los de tipo empresarial de 110 000.00 pesos en adelante, siendo los de tipo empresarial los de mayor acceso a capitalizar sus ingresos, resultados que coinciden con Bacon y Guharay (2011) y Rizzo (2012) al indicar que a estos productores les alcanza su ingreso para capitalizar, contrario a los de subsistencia, cuyos ingresos alcanzan apenas para solventar sus necesidades básicas.
A pesar de que Bacon y Guharay (2011) y Rizzo (2012) aportan una tipología de productores, en ella solo identifican a los de tipo empresarial y de subsistencia, ubicando a la agricultura empresarial como la dirigida al mercado, como monocultivo, con uso de agroquímicos e insecticidas sintéticos para las plagas. Estas tipologías son importantes en análisis; sin embargo, difieren en estrato, debido a que ellos solo clasifican a dos tipos de productores, contrario a esta investigación que aporta un estrato más, el tipo transicional, quienes son los productores de subsistencia en vía a la empresarialidad o, en caso contrario, pue den retroceder al de subsistencia.
Al analizar la variable "nivel tecnológico" también se observan diferencias significativas (p = 0.00001). Los de tipo de subsistencia presentan menor nivel tecnológico que los de tipo transicional y empresarial (Figura 2), lo cual se ve reflejado en el tipo de herramientas que utilizan para realizar las prácticas de manejo en sus fincas cafetaleras. En algún momento en México esta tecnificación de los cafetales se fomentó a través de las políticas agrarias e instituciones como el INMECAFE con el objetivo de impulsar la productividad haciendo uso de insumos externos, como variedades especializadas o genéticamente modificadas, como monocultivos, aplicación de fertilizantes inorgánicos etcétera, que a su vez produjeron cambios drásticos en la naturaleza del cultivo. El nivel tecnológico de cada productor puede estar relació-nado con factores como el rendimiento por hectárea y la extensión de superficie utilizada; sin embargo, cuando son extensiones de producción mayores se utiliza tecnología moderna, con mentalidad empresarial, se da agregación de valor al producto y se mejora la competitividad, buscando siempre mayor rentabilidad (Salinas, 2004; Benítez-García et al, 2015)·
Por otra parte, al analizar la variable "superficie de café" también se obtuvieron tres tipos de productores, el de subsistencia (menos de 5 ha), de tipo transicional (de seis a 20 ha) y de tipo empresarial (de 21 a 63 ha); se presentaron diferencias estadísticas significativas entre ellos (p = 00.00001) (Figura 3). Macip (2007) menciona que los productores del nivel más bajo poseen tierras pequeñas de cultivo trabajadas por él mismo y solo contrata fuerza de trabajo con poca frecuencia en la época de siembra y cosecha; asimismo, suele vender su fuerza de trabajo durante el periodo de "trabajo muerto", es decir, en aquellos días en que su tierra no demanda mucha fuerza de trabajo, contrario a lo que sucede con los del nivel más alto (empresarial). Damián et al. (2011) reportó que productores maiceros con mayor superficie utilizan mejor tecnología y, por lo tanto, generan mayor rendimiento.
Al analizar la variable "cortadores con pago", de la misma manera se observan diferencias significativas (p = 00.00001) entre los productores de subsistencia, transicionales y empresariales (Figura 4). La fase de cosecha es la que requiere mayor demanda de trabajadores; sin embargo, es lenta y origina mayor convivencia familiar (Vázquez, 2010). Para ella, los productores de tipo empresarial contratan mayor número de cortadores (30 a 150) que los de subsistencia (0 a 11), ubicando a los de tipo transicional entre estos dos tipos. De acuerdo con las opiniones de los entrevistados, la mano de obra calificada ha presentado reducciones debido a que se ha sustituido por maquinaria; tan solo en prácticas de limpia, si antes se realizaba el chapeo con machete, ahora se utiliza la chapeadora, con lo que se eficientiza el trabajo.
Rodríguez y Castro (2012) mencionan que para evitar esta sustitución de trabajo no calificado por maquinaria es necesario que el costo de mano de obra no calificada expresado en unidades de eficiencia no supere al del capital, mismo que las últimas décadas ha mostrado una reducción permanente. Ya que la mayor utilización de tecnología y su complementariedad con el trabajo calificado inciden sobre la productividad de este tipo de mano de obra al verse disminuido en las prácticas del cultivo.
La distribución de estos tres tipos de productores cafetaleros dentro del DDR 005 de Fortín se da de la siguiente manera: en los municipios de Huatusco, Totutla y Comapa se encuentra el mayor porcentaje de productores cafetaleros de tipo empresarial (seis, cuatro y cuatro productores, respectivamente) y en los municipios como Totutla, Comapa y Tenampa se encuentra el mayor número de productores de subsistencia (29, 13 y 12 productores, respectivamente). Por su parte, los de tipo transicional están ubicados en Totutla y Comapa (ocho y siete, respectivamente) (Cuadro 1). Además, se observó que la mayoría de los productores de tipo empresarial son descendientes de italianos o alemanes inmigrantes; Tarrio y Concheiro (2006) lo confirman al reportar que desde 1927 en Huatusco y Zentla había un elevado porcentaje de la población que era descendiente de inmigrantes, donde 73-4 % de los finqueros dedicados a la producción de café eran extranjeros, siendo 34 % de ellos alemanes.
Municipio | Tipo de productor | Total por municipio | ||
Subsistencia | Transicional | Empresarial | ||
Comapa | 13 | 7 | 4 | 24 |
Huatusco | 6 | 2 | 6 | 14 |
Ixhuatlán | 11 | 1 | 0 | 12 |
Totutla | 29 | 8 | 4 | 41 |
Tepatlaxco | 2 | 1 | 1 | 4 |
Tlacotepec | 10 | 1 | 0 | 11 |
Zentla | 2 | 2 | 1 | 5 |
Córdoba | 1 | 2 | 0 | 3 |
Chocamán | 0 | 1 | 0 | 1 |
Tlaltetela | 6 | 0 | 1 | 7 |
Tenampa | 12 | 2 | 0 | 14 |
Tomatlán | 3 | 1 | 0 | 4 |
Sochiapa | 3 | 2 | 0 | 5 |
Total por tipo | 98 | 30 | 17 | 145 |
Tipos de productores cafetaleros de acuerdo a aspectos culturo-sociales en el DDR 005 Fortín, Veracruz, México
La variedad de prácticas productivas en las fincas se relaciona con los modos específicos de concebir el café, donde las formas de pensamiento y de práctica se han ido construyendo socialmente en el marco de un contexto histórico-social, local y regional, a partir de la experiencia y la posición de los productores en la cadena productiva (Ejea, 2009)· La apropiación del cultivo de café ha generado una gran riqueza de conocimientos y adaptaciones para su manejo importantes de valorar (Bolaños y González, 2008). Toda práctica económica o productiva, como lo es la de cultivar café y organizar el trabajo en torno a ello, conlleva implícitamente una dimensión cultural, entendida esta como asignación de sentido. Gracias a esta cultura, los campesinos incorporan el café a su vida social y productiva de diversos modos, no de uno solo, aun cuando se trata de pequeños productores que comparten condiciones de producción semejantes, por lo que es importante ubicarse en las dinámicas locales, las de cada poblado, dentro de la región y en la relación que los productores y sus familias establecen con el producto (Ejea, 2009)·
Dado lo anterior, se analiza una variable incluida dentro de las prácticas tradicionales que conservan los productores cafetaleros en su finca, la tradicional "viuda", la cual consiste en una comida que el productor ofrece a sus cortadores al finalizar la temporada de cosecha; esto como una forma de agradecimiento y generar la convivencia entre sus familiares, sus trabajadores y todos los que participan en el proceso de producción, principalmente en la fase de corte. En el Cuadro 2 se observa que son los productores de tipo empresarial los que más conservan y practican esta tradición, y los de subsistencia los que menos la practican. De acuerdo con cómo asciende el tipo de productor, también lo hace el porcentaje del número de productores que realizan esta práctica. Esto explica que la mayoría de los productores de subsistencia poseen terrenos pequeños para cultivar café y no contratan mayor porcentaje de mano de obra con pago, e incluso en ocasiones es nula, y las personas que apoyan al productor son en su mayoría familiares que no reciben pago alguno por sus actividades.
Tipos de productores cafetaleros | ||||||||
Variables | Bajo | Medio | Alto | |||||
Si | No | Si | No | Si | No | |||
Práctica tradicional de la “viuda” (%) | 64.29 | 35.71 | 33 | 66.67 | 5.88 | 94.12 | ||
Disponibilidad para dejar de producir café (%) | 76.47 | 23.53 | 70 | 30.00 | 78.57 | 21.43 | ||
Disponibilidad para recibir capacitación (%) | 39.80 | 60.20 | 40 | 60.00 | 35.29 | 64.71 |
Con respecto a la fortaleza cultural del cultivo de café por tipo (subsistencia, transicional y empresarial), los porcentajes entre los que sí estarían dispuestos a dejar de producir café y los que no son un tanto similares (Si=78.57 %, 70 %, 76.47 %; N0=21.43 %, 30 %, 23-53 %) (Cuadro 2). Estos resultados conducen a determinar que no importa el tipo de productor en la preservación de la cultura del cultivo de café, la cual, como mencionan Ortega et al. (2010), continúa arraigada entre sus generaciones. Estos productores comentaron estar dispuestos a dejar de producir el aromático, con la condición de tener la alternativa de otro cultivo que les genere mejores ingresos económicos. El 23-45 % manifestó no abandonar el cultivo pese a las malas situaciones presentadas, como bajos precios, debido a que cultivan más por la tradición heredada por sus padres y por gusto que por la obtención de ganancias económicas, por lo que la generación de ingresos económicos no es lo más importante para ellos. Ortega et al. (2010) encontraron que 92 % de los productores cafetaleros entrevistados en Huehuetla, Puebla seguirían dedicados al cultivo de café, independientemente de los precios del grano. Ante la posibilidad de que sucedan o no estos cambios, Perea y Rivas (2008) explican y evidencian la dificultad para convencer a la gente a ello cuando se han acostumbrado a cierta forma de vida que les permite resolver sus problemas.
De la misma manera, más de 60 % de los productores entrevistados están a favor de recibir capacitación para el manejo de sus fincas cafetaleras; ellos consideran esta capacitación como un beneficio para sus producciones, toda vez que quien las imparta muestre experiencia y capacidades superiores a los suyos. La capacitación a productores en México está dada en 70.8 % por técnicos, 17-7 % por productores, 2.8 % por instituciones académicas o de investigación, y 1.5 % otorgado por despachos (Cuevas et al, 2012). No obstante, estos mismos autores aseguran que la cobertura de asistencia técnica es baja; 3 % del total nacional de unidades de producción con actividad agropecuaria disponen de este servicio.
Pese a esta deficiencia, a nivel sector, la agricultura cuenta con la mayor cobertura de asistencia técnica (75 %), a diferencia del sector pecuario, con 19-3 %, del sector forestal, con 3-2 %, y 2.5 % en otro sector.
Por otra parte, la tenencia de la tierra de los productores cafetaleros de subsistencia se da en los siguientes porcentajes: 1.03 % rentada, 26.53 % ejidal, 60.20 % privada, 2.04 % privada-federal, y 10.20 % es privada-ejidal. Para los de tipo transicional, 6.67 % es ejidal; 80 %, privada; 3-33 %, privada-rentada; y 10 %, privada-ejidal. Para los de tipo empresarial, 0.69 % es rentada; 5-19 %, ejidal; y 94.12 %, privada. Ante esto, se observa que los productores de tipo empresarial son los que poseen más tierras privadas y que los de subsistencia son los que poseen más del tipo ejidal. Tarrio y Concheiro (2006) mencionan que los ejidatarios son producto de las dotaciones de tierras otorgadas a la población campesina del país a partir de la Revolución de 1910. No obstante, Ibarra y Morales (1999) no encuentran diferencias entre estos tipos de tenencia de tierra; ellos afirman que la mayor parte de los propietarios privados se encuentra en una situación económica y social igual o más desfavorable que los ejidatarios comuneros; empero, la percepción que se tuvo de este último tipo en esta investigación fue contraria a lo que mencionan estos autores, observando menor calidad de vida en los productores con tierra de tipo ejidal que aquellos con tierras privadas, aspectos sobresalientes, por ejemplo, en el tipo de vivienda que poseen y algunos otros bienes materiales como autos o algún negocio.
Conclusiones
En el Distrito 005 de Fortín, Veracruz, México existen tres tipos de productores cafetaleros: de subsistencia, transicional y empresarial, donde cada uno de ellos se caracteriza por poseer rasgos altamente diferenciados, aspectos sobre de todo de tipo productivo y culturo-social. Los de tipo empresarial poseen mayor superficie dedicada al cultivo, mayor nivel tecnológico, mayor número de cortadores con pago y mayor ingreso capitalizable. Los productores de tipo transicional poseen los valores medios en las variables anteriormente mencionadas. Esta investigación evidencia que la superficie sembrada del cultivo está relacionada con el nivel tecnológico, el ingreso capitalizable y los cortadores con pago, por lo que comprendimos que estas variables son importantes para definir los distintos tipos de productores cafetaleros.
Los tres tipos de productores poseen las mismas prácticas culturales y no están dispuestos a dejar de producir café. Poseen actitud similar para recibir capacitación. La razón de que los productores de subsistencia no realicen la tradicional "viuda" radica en que poseen menor superficie de café que en los dos tipos campesinos (el de subsistencia y el transicional) y no tienen la necesidad de contratar mayor numero de cortadores con pago, como en el caso de los productores de tipo empresarial. Lo anterior permite entender que esta práctica podría considerarse una tradición de agricultores y no campesinos.
En este mismo sentido, en este Distrito, el cultivo del café, como el de los demás cultivos importantes, por su carácter tradicional, ha representado una opción de subsistencia y reproducción social más que para la acumulación de riquezas o de capital con alta productividad económica, por lo que existe la urgencia de diseñar e implementar estrategias que permitan a los cafetaleros de todos los niveles a continuar con la reproducción de sus agroecosistemas cafetaleros y reducir su vulnerabilidad ante situaciones impredecibles, como la caída de los precios internacionales del café, así como contingencias ambientales y de sanidad vegetal, ampliando la complejidad de su vivir.