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Revista mexicana de investigación educativa

versión impresa ISSN 1405-6666

RMIE vol.21 no.70 Ciudad de México jul./sep. 2016

 

Investigación

La influencia de la familia en la deserción escolar: estudio de caso en estudiantes de secundaria de dos instituciones de las comunas de Padre las Casas y Villarrica, Región de la Araucanía, Chile

The Influence of Family on Dropping Out of School: A Case Study in Secondary School Students. Two Institutions from the Communes of Padre las Casas and Villarrica, in the region of Araucanía, Chile

Juan Carlos Peña Axt1  * 

Valeria Edith Soto Figueroa2 

Uranía Alixon Calderón Aliante3 

1 Universidad Autónoma de Chile, Instituto de Estudios Sociales y Humanísticos, Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades, Temuco, Chile, email: juan.pena@uautonoma.cl.

2 Universidad Autónoma de Chile, Instituto Chileno de Estudios Municipales, Temuco, Chile, email: valeria.soto.f@gmail.com.

3 Universidad Autónoma de Chile, Temuco, Chile, email: alixon_calderon@hotmail.com.


Resumen:

En Chile, el mayor número de estudiantes desertores pertenece a los estratos más bajos de ingreso socioeconómico, este fenómeno puede explicarse como el resultado de distintos factores. Este documento presenta una investigación cualitativa, cuyo objetivo es determinar si el entorno familiar es mucho más determinante que el factor económico para motivar la deserción escolar en jóvenes, de entre 14 y 17 años, pertenecientes a liceos de dos comunas de la Región de la Araucanía en Chile. Entre las causas detectadas que influyen en la deserción, encontramos las relacionadas con el ámbito familiar, como los problemas familiares y la precariedad económica del hogar. Por último, una de las causas más decisivas se relaciona con la falta de apoyo de los adultos responsables con respecto a la educación de los jóvenes, surgiendo este como un tema emergente detectado por diversos protagonistas del entorno educativo.

Palabras clave: abandono escolar; familia; educación; jóvenes; Chile

Abstract:

In Chile, most dropouts are from the lowest income levels. The phenomenon can be explained as the result of various factors. The current document presents qualitative research aimed at determining if the family setting has more influence than the economic factor in motivating dropouts from ages 14 to 17, enrolled in schools in two communes in the region of Araucanía in Chile. The outstanding causes that influence dropping out include those related to the family setting, such as family problems and the economic precariousness of the home. One of the most decisive causes is related to the lack of support from the adults who are responsible for young people's education: en emerging topic detected by several protagonists in the educational sphere.

Keywords: dropping out; family; education; youth; Chile

Introducción

El presente estudio aborda la deserción escolar desde una perspectiva orientada a verificar la implicancia que tiene la familia y su apoyo como determinante en la deserción escolar, lo que es mucho más importante que la situación económica familiar. Las investigaciones sostienen que mientras tengan mayor nivel educativo, los sujetos obtienen trabajos mejor remunerados. Una de las principales formas de movilidad social ascendente en sociedades en vías de desarrollo continúa siendo la educación (Huerta, 2012). A pesar de estos antecedentes, la deserción escolar sigue siendo una problemática difícil de abordar y solucionar, y esto es mucho más recurrente en familias de escasos recursos, que en aquellas con mejor situación económica (Espinoza et al., 2012). Investigaciones realizadas tanto en Chile como en América Latina sugieren que existe una relación entre deserción escolar, delincuencia y violencia (Izquierdo y Pollarolo, 2004; Bringas et al., 2013; León-Mayer et al., 2014) y, desde esta perspectiva, el desertar del sistema escolar se traduce en un factor de riesgo. La legislación nacional chilena establece como educación obligatoria doce años que van de primero básico a cuarto medio, por tanto, es el Estado el que debe garantizar el acceso a la educación.

Para los propósitos de esta investigación, la deserción se entiende como el abandono de la educación media (secundaria) en cualquiera de sus cuatros años y se manifiesta en dejar la institución escolar en la mayoría de los casos sin retorno. Sin duda esto último es una de las problemáticas del sistema educativo chileno, sobre todo por la exclusión social que produce. Si bien han bajado las tasas de deserción, la tendencia es a mantenerse en menor porcentaje, el fenómeno propende a darse mayoritariamente en aquellas familias que están más desfavorecidas económicamente. En este sentido son los miembros de estas familias los que principalmente se encuentran fuera del sistema educacional formal. Según informes del Ministerio de Educación de Chile (MINEDUC), la deserción escolar se concentra en mayor proporción en los quintiles socioeconómicos más bajos; situación que se acentúa principalmente en jóvenes de 20 a 24 años, es decir estudiantes universitarios (MINEDUC, 2013).

Durante los últimos 20 años, la escolaridad en Chile ha subido de los 9 años en promedio, a los 10.5. En tanto, la región de la Araucanía ha pasado de los 8.3 años a solo 9.3, siendo uno de los promedios más bajos a nivel nacional, según la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN, 2013). Esto implica un elevado número de deserciones escolares en la región en comparación con lo que sucede en el resto del país.

En cuanto a los motivos que esgrimen quienes dejan de asistir a la escuela, encontramos que 50% de los que desertan en los primeros quintiles argumentan razones personales (CASEN, 2013); mientras que en los quintiles más altos este dato supera 40%. En cuanto a las personas que esgrimen razones económicas para abandonar los estudios, en los quintiles I y II solo 14 y 7%, respectivamente, apuntan a motivos económicos. Porcentaje que aumenta en los más altos, llegando a 18 y 33% de los quintiles poblacionales III y IV, respectivamente. Estos antecedentes se traducen en que para la mayoría de las personas que abandonan los estudios, su causa está relacionada con razones personales y no directamente económicas.

Este estudio aborda desde una perspectiva cualitativa las razones personales que comentan los jóvenes para abandonar los estudios, enfocando la investigación específicamente en el aspecto familiar. En este sentido, la investigación se centra en las razones directamente asociadas al entorno familiar que esgrimen tanto profesores, jóvenes desertores como sus compañeros de estudios. El objetivo es llegar a determinar si la influencia del entorno familiar es mucho más decisiva que el factor económico para dejar los estudios en jóvenes de las comunas de Padre las Casas y Villarrica.

El estudio se llevó acabo en dos liceos de dos comunas distintas de la región de la Araucanía, el primero de Villarrica y el segundo de Padre las Casas. Estos establecimientos fueron seleccionados por la diversidad de estudiantes a los que entregan educación, ya que poseen un número importante de jóvenes provenientes de sectores rurales de las comunas. El artículo se divide en cuatro secciones, en la primera se presenta la revisión bibliográfica sobre la deserción escolar. En la segunda se describe la metodología utilizada y la población de estudio. En la tercera sección se presentan los principales resultados y su análisis. Por último, las conclusiones y propuestas en líneas de investigación futuras.

Estado de la cuestión

La literatura especializada en educación indica que los elementos que inciden en la deserción escolar son diversos. Éstos van desde el trabajo infantil como problemática fundamental, el embarazo adolescente, hasta elementos asociados a la pobreza y el acoso escolar (Rute-Cardoso y Verner, 2011; Espinoza-Díaz et al., 2014a). Según lo anterior, dentro de los factores que inciden en el abandono de la escuela y que más han sido investigados están: elementos asociados a la familia, económicos y también los relacionados con la educación y la propia escuela, entre ellos, el fracaso escolar y las dificultades con profesores y compañeros (Espinoza-Díaz et al., 2014b). De esta forma, los que inciden en la deserción se pueden agrupar como factores extra e intra escolares.

Factores extraescolares

Dentro de la revisión de la bibliografía encontramos que se considera como un elemento importante en la decisión de dejar los estudios la influencia de la familia. Teniendo en cuenta que es la encargada de preparar a los sujetos para la sociedad, investigaciones demuestran que su incidencia puede desencadenar el abandono de los jóvenes del sistema educativo. Este fenómeno está determinado, según las investigaciones, en dos aspectos: el primero se refiere a la situación socioeconómica familiar que además influye de manera directa en el trabajo infantil escolar (Vera, 2012; Manzano y Ramírez, 2012), y el segundo está referido al embarazo adolescente como factor determinante en la deserción escolar (Cardoso y Verner, 2011), especialmente en mujeres.

En cuanto al primer elemento, la literatura especializada destaca que la situación socioeconómica familiar es determinante en la deserción escolar (Espinoza et al., 2012; Vera, 2012; Manzano y Ramírez, 2012). Estudios realizados en Chile indican que el abandono de los estudios en jóvenes de 16 a 19 años promedia 12% en los tres quintiles poblacionales más bajos (MINEDUC, 2013; Sapelli y Torche, 2004). Esto se explicaría por la situación de pobreza de las familias que incentivaría el trabajo juvenil. En este mismo sentido, Manzano y Ramírez (2012) afirman la existencia de elementos asociados a problemas económicos y familiares y bajos ingresos como variables que aumentan la probabilidad de dejar la escuela por parte de los jóvenes.

Un factor que se asocia directamente con la situación socioeconómica familiar está relacionado con el nivel educativo de los padres. Algunos trabajos afirman que en gran medida los progenitores de los desertores tampoco han terminado, por tanto existe una relación entre su nivel de estudios y la deserción escolar de sus hijos (Espinoza et al., 2012 y 2014a). Los padres que tienen bajo nivel de escolaridad influirían, ya que éstos se convierten en modelos para los jóvenes, lo que se traduce en que no sigan con sus estudios.

En una investigación elaborada en el estado de Guanajuato, México, que reportaba a jóvenes desertores y su entorno, se indica que un "factor que no ayudó a los niños y niñas entrevistados a quedarse en la escuela fue la baja escolaridad de sus padres" ya que los estudiantes manifestaban no contar con apoyo o ayuda en las tareas escolares, hecho que incluso corroboraban los padres de los encuestados que señalaban tener dificultad para ayudar a sus hijos (Van Dijk, 2012). Otra investigación realizada en México logró comprobar que la escolaridad de los padres de los desertores era menor a la alcanzada por sus hijos hasta la fecha, y que aunque éstos hubieran avanzado más en los estudios, "el nivel alcanzado es muy bajo para tener acceso a trabajos mejor remunerados que les permitan romper el ciclo generacional de la pobreza" (Abril et al., 2008). Esto crea puestos de trabajo inestables, mal remunerados y por consiguiente una reproducción de las condiciones de pobreza. Aun cuando la educación es la principal forma de superar la pobreza (Huerta, 2012), además del nivel socioeconómico, investigaciones destacan elementos como la violencia dentro del espacio familiar y el hacinamiento como elementos que afectan a los desertores (Vera, 2012).

Dentro del aspecto familiar existe otro elemento determinante, que está asociado al embarazo adolescente. Según datos del Instituto Nacional de la Juventud (INJUV, 2012), 55% de los jóvenes que experimentaron un embarazo no planificado, lo hicieron antes de cumplir los 20 años; de esta forma se puede señalar que en Chile más de la mitad se produjo durante la adolescencia. En este sentido es importante analizar las consecuencias que trae para sus protagonistas, considerando que, principalmente en el caso de las madres, existe un reordenamiento en las prioridades provocando, en muchos casos, que los jóvenes deserten del sistema educativo. El total de las adolescentes embarazadas abandonaron los estudios durante la gestación, en tanto que la deserción escolar global en Chile, a nivel de enseñanza media, incluyendo la que se produjo por embarazos, es de 9.9%. La vergüenza y las complicaciones médicas, como el síndrome hipertensivo y el parto prematuro, son las razones específicas de deserción que señalaron las adolescentes (Molina et al., 2004; Muñoz, 2004; Cardoso y Verner, 2011).

En cuanto a estudiantes desertores en México, se estudió a una población de 147 jóvenes con edades que fluctuaban entre los 15 y 22 años. De este universo, 8% de los encuestados que habían dejado la escuela señalaron tener hijos; de este grupo, 94% eran mujeres y 54% de ellas proporcionaban el único ingreso familiar (Abril et al., 2008). En cuanto a la reacción de los jóvenes, la actitud de la pareja hacia el embarazo usualmente es un factor clave en la decisión de una adolescente sobre cómo manejar una situación no deseada (Cruzat y Aracena, 2006).

Vinculado a la pobreza familiar, y en muchos casos el embarazo adolescente, está el trabajo infantil y juvenil como determinante en la deserción escolar (Cardoso y Verner, 2011; OIT, 2013; Sánchez y Lazcano, 1998; Solera y Martínez, 2008). En Latinoamérica, 8.8% de los niños, es decir, 13 millones se encuentran en condiciones de trabajo infantil (OIT, 2013). A nivel mundial, 98 millones de niños se encuentran desarrollando trabajos en el sector agrícola, 54 millones en el área de servicios y 12 millones en las industrias, aunque las cifras son elevadas, han disminuido en un 40% entre los años 2000-2013 (OIT, 2013).

En Chile, hasta 2012 había 229 mil niños trabajando, de los cuales 94 mil eran menores de 15 años. En México (Abril et al., 2008) se comprobó que muchos jóvenes desertores estaban con trabajo, llegando a 38% de las mujeres y 73% de los hombres. El estudio también comprobó que 70% de las mujeres y 82% de los hombres desertores habían trabajado alguna vez.

Aunque es importante la deserción escolar por motivos de trabajo infantil, según un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, 2008), el poder adquisitivo de las familias aumenta como máximo entre un 10 y un 20%, continuando de esta forma en los mismos niveles de pobreza. Por lo tanto, el desertar del sistema educativo, traerá como consecuencia negativa la desvaloración de la mano de obra cuando adulto, pues no ha alcanzado el nivel educativo suficiente para acceder a mejores empleos, manteniéndose en las condiciones de pobreza (UNICEF, 2008).

Una investigación realizada en Chile determinó que 93% de jóvenes de entre 14 y 17 años asistía al colegio y un 6.6% trabajaba. De esta proporción de jóvenes que trabajaba, un 33% asistía a la enseñanza media, sin embargo 67% de ellos no acudía a ningún tipo de institución educacional (Sapelli y Torche, 2004). Esto da cuenta de que existe una relación importante entre trabajar y desertar. Los niños que abandonan la escuela deciden por un espacio vital apropiado para el momento que están viviendo; en su mayoría, adquieren responsabilidades laborales y familiares y desarrollan autonomía, y otros, a medida que van creciendo, se involucran con la sociedad de manera más estrecha (Sapelli y Torche, 2004; Acosta, 1997 citado en Pacho y Chiqui, 2011).

Otras investigaciones señalan que la decisión de trabajar de los jóvenes puede estar influida por una cuestión cultural por parte de la familia, este elemento cultural podría ser mucho más determinante que la situación económica (Del Río y Cumsille, 2008; Sánchez y Lazcano, 1998). Asimismo, aunque el trabajo infantil puede llegar a ser compatible con los estudios, éste afecta directamente el desempeño escolar y el rendimiento académico (Murillo y Román, 2014).

Factores intra-escolares

Hasta este punto se han puesto de manifiesto los elementos extraescolares que influyen en la deserción escolar. Sin embargo, además de lo anterior, existen otros asociados al mismo espacio educativo; la literatura señala que se pueden establecer tres elementos principales que se vinculan directamente con él y que influyen en la deserción: el fracaso escolar, la violencia dentro del ámbito educativo y la relación profesor-alumnos (Espinoza, 2006; Espinoza et al., 2012; Cid et al., 2008; Álvarez-García et al., 2011).

Según datos de la encuesta CASEN (2013), la deserción escolar por motivo de rendimiento académico entre jóvenes de 14 a 17 años es la segunda razón de deserción en Chile, alcanzando 19%. Lo anterior, comparado con la misma encuesta de 2011, implica un aumento considerable, ya que en ese año la deserción por desempeño o fracaso escolar alcanzaba solamente 9.6% (CASEN, 2013).

El fracaso escolar se refiere a aquellos alumnos en los que la decisión de abandonar la educación está influida directamente por el mal rendimiento educativo. Lo que se traducirá, cuando sean adultos, en mayores dificultades para encontrar un trabajo de calidad (Cardoso y Verner, 2011). Es necesario considerar aspectos del desarrollo académico que reflejan el resultado de diversos factores que inciden en el alumno; por ejemplo, en el fracaso existe evidencia de su relación con elementos asociados al maltrato que también influyen en la deserción (Espinoza-Díaz et al., 2014b; Espinoza, 2006). Dentro de los factores que además inciden en el desempeño escolar está la violencia como factor determinante en el desempeño escolar (Vargas, et al., 2014).

En lo que refiere a la violencia dentro del establecimiento educacional se establece que "los episodios de agresión y/o violencia en las escuelas producen en los niños daños físicos y emocionales, estrés, desmotivación, ausentismo, e incluso efectos negativos en el rendimiento escolar por estrés postraumático en los afectados" (Cid et al., 2008:22). La violencia escolar es un tema muy en boga en cuanto a temáticas de educación en Chile, dado el alto nivel de casos considerados graves que se presentan en establecimientos de educación, y que generan alta preocupación por las consecuencias que pueden traer. Este tema se ha popularizado, en el último tiempo, a través del concepto de bullying, "se trata de un vocablo en inglés que se traduce como hostigamiento o acoso sostenido a un alumno o alumna por parte de un par, o por parte del grupo de sus pares, en la escuela" (Rioseco, 2007:28). En el afán de definir el concepto de violencia escolar podemos tomar la de Serrano e Iborra (2005): como una conducta mediante la cual se causa un daño de forma intencionada, sea por acción u omisión.

En un estudio elaborado en el estado de Guanajuato, México, se entrevistó a un universo de 75 jóvenes desertores con edades entre 12 y 16 años; 1 de cada 4 de ellos señaló que la relación establecida entre pares fue muy negativa. Incluso 13% de los encuestados comentó que la principal causa del abandono escolar fueron los problemas con sus compañeros. Esta idea se ve reforzada por el deseo de los jóvenes por mejorar las relaciones entre pares como forma de evitar el abandono escolar, ya que en este estudio 20% señaló que una buena medida contra la deserción sería "que no se permita la violencia entre alumnos" (Van Dijk, 2012).

En cuanto a la acción de las autoridades educativas aun no existen criterios claros de acción frente a actitudes violentas o abusivas, incluso normalizando estos comportamientos, señalando que "así se llevan los niños hoy en día" (Van Dijk, 2012). De esta forma la violencia escolar es una realidad que trasciende todo tipo de distancias; en este mismo ámbito existen investigaciones realizadas en Chile, México y España que demuestran que la violencia influye en la deserción escolar (Álvarez-García et al., 2011; Vargas et al., 2014).

Por último, un elemento a destacar es la relación entre docentes y estudiantes. Entre las investigaciones cuyo propósito es comprender los procesos vividos en contextos educativos, se encuentra el de las relaciones sociales en el aula, comprendiendo la que se establece entre profesor y alumno y que se ve de distintas formas en ambos protagonistas. En esta relación, como señalan Covarrubias y Piña (2004), la representación que tienen los estudiantes de sus docentes está asociada con sus necesidades e intereses y, al mismo tiempo, con la transmisión de conocimiento y personalidad de los profesores que son aceptados o rechazados por los estudiantes (Covarrubias y Piña 2004; Espinoza-Díaz et al., 2014b).

En este sentido es importante señalar que la relación entre docentes y estudiantes puede ser causal de la deserción, debido a que el contexto es conocido y compartido por todos quienes son parte de él, y cada uno lo interpreta y lo representa de una manera particular. Por ello, los efectos de este contexto serán diversos en cada individuo. Una de las preocupaciones de los investigadores de la temática es el bajo involucramiento de los docentes en la realidad de los alumnos. En un estudio desarrollado en México en 2011, que revisa el caso de dos desertores de la educación secundaria, analizando en profundidad el entorno y las causas, se observa que existe un desconocimiento de los profesores de las situaciones de vida que afectan a sus alumnos. Uno de los jóvenes desertores entrevistados en ese estudio no fue recordado por ninguno de sus profesores, luego de un mes de su retiro (Delgado, 2011). En este sentido se pone énfasis en las estrategias de detección de las situaciones particulares de los alumnos. Docentes entrevistados en este estudio mexicano señalan que uno de sus obstáculos es la no detección a tiempo de los problemas que pueden llevar al alumno a la deserción, indicando que puede haber evidencias pero "muchos maestros ignoramos y a la mejor ya cuando fue [...] muy fuerte [...] el problema [del alumno], ya no se pudo hacer nada", argumentando también que "lamentablemente nos tienen llenos con otro tipo de actividades que tenemos que llevar a cabo; por un lado, nos exigen llenar papeles, que desvían nuestra profesión hacia lo administrativo" (Delgado, 2011). En este mismo contexto, profesores entrevistados señalan entre las principales causas de la deserción cuestiones asociadas a los alumnos o a sus familias, atribuyendo toda responsabilidad a los propios jóvenes, desconociendo cualquier influencia o culpa suya en el abandono escolar.

De acuerdo con lo anterior estas relaciones dentro del espacio educativo pueden ser determinantes en la deserción escolar de algunos alumnos (Espinoza-Díaz et al., 2014b). Un estudio también realizado en México sobre las relaciones sociales dentro de la sala de clases establecía la influencia que tiene en los estudiantes la relación que mantienen con sus docentes (Mejía y Ávila, 2009). Otra investigación desarrollada en el mismo país (Delgado, 2011) señala como parte de sus resultados la importancia del rol de los docentes, destacando la existencia de tensión en el aula, no solo en la relación entre profesores y alumnos sino también entre estos últimos. Tras identificar las peculiaridades del trabajo docente con cada grupo escolar, se entiende que las relaciones con los profesores tenían efectos en el desempeño de los alumnos, en el grado de satisfacción propia y el gusto por su trabajo, tratando por tanto de entender este fenómeno en pro del beneficio de los propios estudiantes (Mejía y Ávila, 2009).

Método

Este artículo forma parte de una investigación de carácter cualitativo basado en la teoría fundamentada. Para la muestra se utilizó el muestreo teórico, en este sentido, los participantes de la investigación fueron docentes de estas instituciones, estudiantes, (compañeros de quienes abandonaron los estudios) y por ultimo jóvenes que dejaron los estudios por distintos motivos. La selección de estos tres perfiles de informantes se justifica principalmente para obtener datos desde tres perspectivas y lograr así una triangulación metodológica de acuerdo con la información obtenida, a través de la saturación teórica. Para la muestra se ha seleccionado un mayor número de estudiantes compañeros de jóvenes que abandonaron la escuela, con la intención de enfocarnos en la retención y, de tal modo, detectar los elementos que comparten con desertores (trabajo o situación socioeconómica), y aun así pueden mantenerse en las instituciones educativas sin dejar de estudiar. Es por ello que los desertores corresponden a un número menor de la muestra. En el Cuadro 1 se establecen los perfiles de los participantes en la investigación.

Elaboración propia, Temuco, Chile, 2015

Cuadro 1 Perfil de los participantes. 

La técnica de recolección de información utilizada fue la entrevista en profundidad. Al existir tres perfiles de informantes se elaboraron tres pautas distintas de entrevistas en las cuales se reflejaban elementos que a priori se consideraron relevantes. El análisis de la información, al igual que la muestra, se realizó siguiendo los lineamientos de la teoría fundamentada, es derivada de los datos recopilados de manera sistemática y analizada por medio de un proceso de investigación. Ya que la teoría fundamentada se basa en los datos, es más posible que se generen conocimientos, aumente la comprensión y que proporcionen una guía significativa para la acción (Strauss y Corbin, 2002). En cuanto a la clasificación de los informantes se denominó con "D" a los docentes, con "A" a los alumnos y con "EE" a los ex-alumnos o desertores.

Resultados

Como se ha señalado en el estado de la cuestión, la familia influye de diversas formas en la deserción escolar, destacando entre ellas la situación económica y el hecho de que los jóvenes deban abandonar los estudios para incorporarse al mercado laboral con la intención de ayudar al grupo familiar (Espinoza et al., 2012; Vera, 2012; Manzano y Ramírez, 2012). Esta situación, si bien no es ajena en los establecimientos educativos que han sido investigados, no es determinante en ellos. Según los resultados de la presente investigación, la influencia de la familia, más que por factores económicos, está determinada por elementos de compromiso con respecto a los estudios de los hijos.

Para presentar los resultados, éstos fueron divididos en tres secciones. En la primera se demuestra que las dificultades económicas de los jóvenes no son una situación ajena a las instituciones educacionales que son parte de la investigación. En la segunda parte se refleja que la situación económica, a pesar de ser un elemento importante en la deserción escolar, no es determinante en los establecimientos investigados. En la última se establece, según docentes y estudiantes, cuál es el elemento determinante para la deserción escolar de los establecimientos involucrados en este trabajo.

Situación económica

Como se ha señalado, la situación económica de las familias de menos recursos no es ajena en los establecimientos que han participado de la investigación. De hecho, los docentes plantearon que los problemas económicos dentro de los liceos suelen ser recurrentes, por tanto, también es un factor que, de alguna manera, influye en la deserción escolar. La situación económica es, sin duda, un elemento causante de deserción escolar en muchos contextos (Espinoza, et al., 2012; Vera, 2012; Manzano y Ramírez, 2012). La región de la Araucanía es una de las más pobres de Chile y es una situación casi transversal (CASEN, 2013), se concentra tanto en colegios particulares subvencionados como en los colegios o liceos públicos. De acuerdo con esto, los docentes han sostenido que existen casos en que la situación económica familiar termina por causar la deserción escolar de los estudiantes: "Yo he sabido de chicos que han tenido que salirse para trabajar porque la mamá es sola, tiene más hermanos y no les da el tiempo como para compatibilizar lo que es estudio y trabajo" (D7, p. 22).

De acuerdo con lo que se puede apreciar en la anterior cita, el docente afirma que es una situación que si bien existe, no es recurrente. Asimismo, los maestros vinculan la deserción con una familia de tipo monoparental asociada a una situación económica dificultosa, donde existe gran carga laboral en la jefa de hogar quien, por motivos de tiempo, enfoca sus cuidados principalmente en los miembros más pequeños. De ahí que sea valioso tener en cuenta a las familias monoparentales como elemento importante. En este tipo de casos algunas deciden que el joven abandone los estudios, en la mayoría de los casos como decisión razonada, tomada en conjunto por la familia: "Si la familia tiene a veces necesidades del tipo económicas, prefieren que un hijo a los 16 años mejor se vaya a trabajar" (D3, p. 2).

Según la información obtenida, la deserción por razones económicas es una decisión familiar. En este sentido tanto familias como adolescentes están de acuerdo en el hecho de que su situación requiere la salida del joven del establecimiento educacional para poder integrarse al mercado laboral. Tanto docentes como estudiantes afirman que: "Bueno está visto que la decisión de salirse del colegio o retirarse del colegio es una decisión tomada por los padres" (D2, p. 18).

Al ser una decisión familiar, existen muchas posibilidades de que el factor económico no actúe por sí solo. Hay otros que pueden interactuar del mismo modo pero, finalmente, es el más visible. Por ejemplo, en algunos casos puede afectar el nivel sociocultural o el entorno de los jóvenes; en este sentido pueden estar actuando en la decisión de desertar el grado educativo de los padres y el entorno y/o amistades de los jóvenes: "Como todos mis amigos eran mayores, todos trabajaban, todos tenían lo que necesitaban en parte yo creo que veía eso y quise trabajar y dejar de estudiar" (EE2, p. 30).

Trabajo y estudios

Como se ha visto, la situación económica familiar afecta en la deserción escolar, producto del interés porque los jóvenes se integren al mercado laboral. De la misma forma que se afirma que es un elemento que incide en tal decisión, también se puede decir que no es "el" elemento desencadenante para tomarla. Así lo demuestran los resultados obtenidos en la investigación, en donde se ha comprobado que muchos de los jóvenes que tienen algunas dificultades económicas son capaces de compatibilizar los estudios con trabajo, por ejemplo los fines de semana, por las tardes después de salir del colegio o durante sus vacaciones.

Aunque el trabajo infantil y juvenil es una problemática importante en América Latina (Cardoso y Verner, 2011; OIT, 2013), en la región de la Araucanía -que como se apuntó es una de las más pobres de Chile (CASEN, 2013)- es habitual que jóvenes deban compatibilizar trabajo con estudios. Esto se traduce en que no son pocos quienes deben trabajar para ayudar a los padres en la compra de materiales, uniformes, pago de matrículas, entre otros gastos. Esto lo dejan de manifiesto tanto estudiantes como docentes: "Creo que el alumno hoy en día está compatibilizando el tema, ese de trabajar autorizado por sus papás... se han ido ordenando entre estudios y trabajo" (D3, p. 22).

Como se mencionó anteriormente, aunque el trabajo infantil y juvenil en edad escolar es una problemática en Chile, es una situación muy cercana a la realidad de jóvenes que deben compatibilizar ambos mundos. Esto por el elevado número de familias de escasos recursos que deben complementar sus ingresos con recursos que aportan los jóvenes; de esta forma durante la investigación fueron ellos quienes manifestaron compatibilizar los estudios con alguna actividad remunerada, ante la consulta sobre quién costea los gastos educativos: "Eso yo, porque yo trabajo en verano, cuando era más chiquitita mi mamá, pero ahora yo" (A7, p. 22).

Esta acción de compatibilizar trabajo y estudios demuestra que si bien la situación económica es un elemento importante, como se discutió en el apartado anterior, no llega a ser definitivo en cuanto a causa de la deserción. Sino que son otros elementos que, en conjunto con la situación económica, logran ser mucho más influyentes en la decisión de desertar. En tanto el trabajo de los jóvenes que pertenecen a los establecimientos educacionales que participan en la investigación es entendido como una situación más o menos normal, tanto jóvenes como docentes son conscientes de que se logra compatibilizar: "[Trabajo] para mis gastos personales y para aportar en la casa igual" (A6, p. 92).

Descuido de los apoderados

Hasta este punto se han discutido dos elementos importantes de la deserción escolar. En el primero se establece que la situación económica familiar afecta porque, tal como se ha visto, docentes y estudiantes reconocen que existen casos en que la situación económica influye en la deserción escolar de los jóvenes. Del mismo modo se ha logrado establecer que la decisión de abandonar los estudios es de carácter familiar, más que unilateral por parte de los estudiantes. Sin embargo, son los mismos docentes quienes plantean que la situación económica actúa en conjunto con otras problemáticas, como puede ser el nivel de educación de los padres o el entorno en que se desenvuelven los jóvenes.

De esta forma, en el apartado anterior se ha afirmado que las dificultades económicas, dependiendo de qué familia se trate, pueden llegar a ser una situación habitual que se logra compensar y llevar a la rutina familiar. En este sentido se puede establecer que tanto estudiantes como docentes ven en el trabajo juvenil como una situación habitual confirmando que el aspecto económico no actúa por sí solo, sino más bien, como una serie de factores que inciden en la deserción escolar. De esta forma, en este último apartado, se establece, según la información obtenida, que la principal razón de la deserción escolar está relacionada con aspectos asociados al descuido de padres y/o tutores en cuanto a la importancia de la educación. En este sentido, en la investigación se ha logrado dar cuenta que tanto jóvenes como docentes ven en los padres las mayores responsabilidades al momento de las deserciones escolares: "Cuando llego a la casa nunca me preguntan por mis cosas del liceo" (A15, p.10).

Según señalan los participantes de la investigación, sean estudiantes y/o docentes, la despreocupación y el descuido de los padres afectaría de manera mucho más determinante en las deserciones que otros elementos mencionados. Si bien es cierto que la responsabilidad de los jóvenes es fundamental en el proceso educativo, ésta se vería afectada, según se ha logrado inferir, si los responsables dejan de acompañarlos o de preocuparse por ellos en cuanto a la asistencia a los establecimientos, por lo cual éstos sienten que hay menor presión de asistir y deja de ser algo negativo.

Según los participantes, existe en los jóvenes que han dejado los estudios un elemento común, más influyente que las dificultades económicas u otros problemas familiares y es el abandono o descuido por parte de los padres o responsables. Esto implica que los padres dejan de ser quienes están ejerciendo presión en los jóvenes y los dejan asumir sus propias responsabilidades en cuanto al estudio. "Me dice que yo estoy grande que tengo que preocuparme solo" (A10, p. 16).

Durante la investigación los estudiantes acusan un descuido por parte de sus responsables y que terminan llevándolos a dejar los estudios. Lo mismo indican los docentes, quienes plantean que la responsabilidad está enfocada en los padres y apoderados y no en los estudiantes. Es decir, la responsabilidad de la deserción escolar, más que estar compartida, según los docentes, se atribuye mayoritariamente a los padres. Ellos señalan que las deserciones y también el bajo desempeño pasarían por la poca preocupación por parte de los padres de la educación de sus hijos. "La falta de apoyo, está claro que los alumnos que terminan desertando son en su mayoría alumnos cuyas familias no los apoyan activamente y son apoderados ausentes acá en el liceo" (D1, p.14).

Según se ha logrado comprobar durante la investigación, los docentes ven en los padres las mayores responsabilidades en el resultado académico y sobre todo de las deserciones de los estudiantes, comparado con el grado de compromiso que les correspondería a los propios jóvenes por el hecho mismo de desertar. Los docentes son especialmente críticos con las responsabilidades que les competen a los padres y tutores al ver que los alumnos dejan de tener interés en los estudios; plantean que las causas de esto estarían en dos contextos principalmente. El primero asociado a un entorno inapropiado en el cual incluyen a las familias monoparentales y problemas familiares importantes como la violencia. Esto propiciaría que los jóvenes sientan que existe poca preocupación por ellos y de esta forma acaban por desertar. "no tienen un entorno familiar que los favorezca es decir, no tienen muchas personas que se preocupen de ellos, los papás ya perdieron el control y la autoridad sobre los niños" (D3, p.14).

En un segundo contexto los docentes consideran que el poco compromiso de los padres con la misma institución sería también causal de la deserción de los jóvenes. Plantean que los apoderados les entregan a los jóvenes en una especie de traspaso de responsabilidades. Con ello, se desentenderían del resto de la educación. Plantean además que los padres dejan en ellos todo tipo de responsabilidades. Este desinterés paterno por la educación de los jóvenes y el poco que logran implantar los docentes en los alumnos, les imposibilita hacer más por retener a los jóvenes dentro del sistema educativo: "Alumnos cuyas familias no los apoyan activamente y son apoderados ausentes acá en el liceo" (D1, p.14).

De esta forma, tanto docentes como estudiantes plantean que la responsabilidad en la deserción escolar no pasa solamente por los estudiantes, sino también en sus responsables. Hasta este punto se ha discutido si la deserción puede tener una explicación causal de tipo económica, sin embargo, a lo largo de la investigación, se ha establecido que la situación económica puede influir pero siempre en conjunto con otras problemáticas asociadas a la cotidianidad de los jóvenes.

Conclusiones

En el presente estudio se ha logrado establecer cuáles son los principales elementos que influyen en la deserción escolar de los jóvenes de los establecimientos educacionales seleccionados de las comunas de Padre las Casas y Villarrica en la región de la Araucanía. Se da cuenta de que existen elementos importantes que afectan en la deserción escolar de jóvenes; la literatura señala que en este fenómeno influyen tanto elementos extra escolares como propios de las instituciones educativas. Dentro de los primeros hemos centrado el estudio precisamente en el factor socioeconómico ya que éste, sin duda, destaca entre los demás e influye de manera importante en la deserción escolar. Sin embargo, durante el transcurso de la investigación hemos logrado establecer que si bien este factor incide, pueden establecerse estilos de vida que logran una compatibilidad entre el trabajo y los estudios. Esto permite sobrellevar la complicada situación económica en la que se encuentran los jóvenes y sus familias. Este antecedente nos ha permitido verificar que, además de las dificultades socioeconómicas familiares, existen otros que también determinan la deserción escolar. Este estudio logra establecer que el apoyo familiar que reciben los jóvenes es mucho más rotundo en la deserción escolar de los establecimientos estudiados, que la situación socioeconómica.

Según los resultados de la investigación, quienes han abandonado los estudios lo han hecho por una incidencia de dos elementos que actúan en conjunto, por un lado, la situación económica familiar dificultosa y, al mismo tiempo, una despreocupación por parte de los padres y tutores que es mucho más importante y desencadena en la mayoría estos casos. De esta forma se ha logrado establecer que el apoyo familiar es el elemento clave en la deserción escolar de la muestra seleccionada. La familia, como institución, es la encargada de preparar a los sujetos para desenvolverse y pertenecer a la sociedad en la que se encuentran inmersos. Esto se materializa de distintas formas, que van desde la socialización del lenguaje hasta la transmisión de valores; es, por tanto, un elemento clave en muchos aspectos para la sociedad. En este sentido tanto docentes como los propios jóvenes que han dejado los estudios han establecido que una despreocupación por parte de padres o tutores de los jóvenes puede tener como consecuencia la deserción escolar.

Si bien esta investigación es exploratoria, permite establecer futuras líneas de investigación sobre la compleja relación que existe entre deserción escolar y el apoyo familiar. En este sentido se podría, además de profundizar en los aspectos detectados en este estudio, explorar si existen elementos que pueden tener una mayor incidencia en la deserción escolar de los contextos analizados.

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Recibido: 28 de Octubre de 2015; Revisado: 16 de Marzo de 2016; Aprobado: 21 de Abril de 2016

Autor para correspondencia: Juan Carlos Peña Axt, email: juan.pena@uautonoma.cl.

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