Señor editor: Hasta el día 23 de marzo de 2021, se han registrado casi 2.73 millones de muertes por Covid-19 a nivel mundial, la mayoría en países americanos. Los receptores de trasplante de órgano sólido presentan una mayor incidencia de esta enfermedad,1 así como una mayor necesidad de ingreso a las unidades de cuidados intensivos (8 vs. 28%, p<0.0001) y mayor ventilación mecánica (5 vs. 20% p<0.0001); sin embargo, la mortalidad se ha reportado menor al compararse con la población general (19 vs. 27%, respectivamente; p=0.046).2
La vacunación contra SARS-CoV-2 ha demostrado ser eficaz en el desarrollo de inmunidad; los ensayos de validación para las vacunas de plataforma de mRNA (mRNA-1273, moderna; BNT162b2 mRNA, Pfizer/Biontech) mostraron una eficacia global >94%; hasta el momento son los únicos estudios que incluyeron población inmunosuprimida (VIH, pacientes reumatológicos, enfermedad hepática leve, respectivamente) que representó <0.6% de la población.3,4
Las principales recomendaciones de la American Association for the Study of Liver Diseases en relación con la vacuna para la población con trasplante hepático se concentran en mantener los esquemas de inmunosupresión durante la pandemia sin modificación de la dosis; el tiempo recomendado para mayor seguridad es después de los tres meses del trasplante (debido a una inmunosupresión más estable); se debe evitar la inmunización en pacientes durante un episodio de rechazo agudo, tratamiento del mismo o que se encuentren recibiendo altas dosis de esteroides (≥2 mg/kg o ≥ 20 mg/día de prednisona o el equivalente por ≥14 días consecutivos) hasta el reestablecimiento a la inmunosupresión habitual.5
La European Association for the Study of the Liver recomienda favorecer la inmunización pretrasplante cuando resulte viable, además de contemplar el uso de plataformas de aplicación de vacunas basadas en mRNA y vector viral, específicamente ChAdOx1-nCoV-19 (Oxford/AstraZeneca).6
Hasta el momento se desconoce el impacto de la vacuna para formar anticuerpos, la protección contra SARS-CoV-2 o el desarrollo de efectos secundarios, como rechazo humoral en esta población inmunosuprimida.
Consideramos que los beneficios de la vacuna superan los riesgos y, mientras no exista evidencia que lo contraindique, su administración en pacientes con trasplante hepático o de órgano sólido debe ser prioridad en los programas nacionales de vacunación (cuadro I).5,6
Ventajas | Desventajas |
Desarrollar inmunidad con una efectividad de entre 92 y 95%. No representan un riesgo infeccioso en personas que usan inmunosupresores. |
Se desconoce la eficacia en población inmunosuprimida. No existe un método para evaluar la efectividad. Se desconoce el riesgo de rechazo humoral en trasplantados de hígado. |
Fuente: Recomendaciones de la American Association for the Study of Liver Diseases y de la European Association for the Study of the Liver.5,6