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Revista mexicana de ciencias políticas y sociales

versión impresa ISSN 0185-1918

Rev. mex. cienc. polít. soc vol.66 no.243 Ciudad de México sep./dic. 2021  Epub 31-Ene-2022

https://doi.org/10.22201/fcpys.2448492xe.2021.243.69323 

Reseñas

¿Es posible un populismo de izquierda y democrático?

Is It Possible to Have a Democratic Left-Wing Populism?

Martín Retamozo* 

Universidad Nacional de La Plata-Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina. Correo electrónico: <martin.retamozo@gmail.com>.

Mouffe, Chantal. 2018. Por un populismo de izquierda. Buenos Aires: Siglo XXI,


Por un populismo de izquierda -el último libro de la intelectual belga Chantal Mouffe- aparece en un momento de la política latinoamericana particularmente tenso para nosotros, lectores situados en coyuntura, casi a contracorriente, en el marco de un giro a la derecha en varios de los países que habían participado del left turn, o de pink tilde, como se lo conoció en las academias anglófonas. En efecto, con la singular excepción del México de Andrés Manuel López Obrador y el retorno al poder del peronismo en Argentina a finales de 2019 , los grandes comandantes de la marea (más o menos) populista se vieron alejados del poder por distintas vías, como son los casos de Brasil, Ecuador y Argentina en su momento, y recientemente Bolivia y Uruguay, mientras que otros- como Venezuela y Nicaragua- enfrentan situaciones de crisis política y social.

El lugar de la lectura es clave en un libro que se pretende a sí mismo como intervención política, polémica y partisana. Es evidente que Mouffe no piensa “desde” América Latina (y no tendría por qué hacerlo) y que sus enclaves históricos son los de la Europa occidental (el legado del 68, la crisis del marxismo y los partidos de izquierda y socialdemócratas); sus interlocutores -puede verse en los agradecimientos- han sido intelectuales comprometidos con la política europea de izquierda. Pero también es evidente que el libro revisita un doble interés por el diálogo conceptual que la autora establece entre populismo e izquierda, así como por la particular imbricación entre lógicas políticas populistas y proyectos políticos emancipatorios en América Latina. No está lejos, en este aspecto, de una controversia que en la región se abordó en torno a lo nacional-popular y sus alcances.

La posición de Mouffe se construye admitiendo una premisa histórica “asistimos a una crisis de la formación hegemónica neoliberal que abre la posibilidad de construir un orden más democrático” (Mouffe, 2018: 13). Optimista, sin duda y quizás merecedor de mayor debate el orden social hegemónico, la naturaleza de sus crisis y sus potencialidades, este diagnóstico instala condiciones de acción histórica para la política de izquierda. En efecto, Mouffe continúa en la búsqueda de una estrategia para los movimientos de izquierda luego de que plasmara -junto a Ernesto Laclau- la crítica al marxismo y la centralidad de la clase obrera en el proceso político.

La tesis central de Hegemonía y Estrategia Socialista (1985) que recupera Mouffe, es que en las sociedades contemporáneas, complejas y globalizadas existen una pluralidad de luchas en torno a diferentes clivajes (género, ecología, raza, cultura, etc.) cuya articulación es imprescindible como estrategia para radicalizar la democracia. Sin embargo, a diferencia de sus escritos anteriores, la autora manifiesta su decepción sobre el rol que pueden cumplir los partidos socialistas y socialdemócratas en esta tarea. Las derivas de las izquierdas partidarias y la coyuntura crítica del capitalismo post-2008 generan condiciones para lo que la autora denomina el “momento populista”. En un contexto de demandas sociales heterogéneas, el populismo opera como esa lógica discursiva que propone una articulación de un “nosotros-pueblo” versus “ellos-oligarquía”. El “problema” es que este discurso no tiene un contenido ideológico prefijado y puede devenir tanto en opciones reaccionarias, xenófobas y autoritarias (populismo de derecha) o igualitarias y compatibles con la democracia liberal (populismo de izquierda). Esta última es la apuesta de Mouffe: un populismo que no reniegue de las instituciones de la democracia representativa ni de los valores liberales y que se constituya como vehículo de radicalización de la democracia.

La segunda premisa expuesta por la autora es que las sociedades contemporáneas -Europa Occidental- están constituidas por una dimensión democrática, presente en su imaginario político. Por lo tanto, un discurso populista de izquierda puede contribuir a reposicionar y potenciar este elemento constitutivo, surgido a partir de la Revolución francesa y ligados a un espíritu emancipatorio e igualitario. En efecto, un populismo de izquierda aparece como un síntoma de la tensa articulación entre dos tradiciones: el liberalismo político (con sus derechos individuales, división de poderes) y la democracia, tal como la autora lo había analizado en The Democratic Paradox, su libro del año 2000. En este sentido, el populismo no sólo sería compatible con la democracia liberal, sino que permitiría actualizar principios normativos de la misma en una era posdemocrática.

En un escenario posfundacional y antiesencialista, el imaginario de la revolución democrática propio de la Revolución francesa, ofrece un soporte para que las asimetrías sociales y las relaciones de subordinación sean percibidas como injustas. De este modo se resuelve el presunto “déficit normativo” de la teoría de la hegemonía. Si populismo expresa la lógica, izquierda el contenido y democrático la forma, las instituciones de la democracia representativa dan forma agonista al conflicto y permiten su resolución (aunque siempre contingente, potencialmente parcial e inestable). Para ello es vital que los partidos políticos recuperen su rol de representantes de las distintas partes que componen las sociedades y busquen el desarrollo de una ciudadanía activa e involucrada en los asuntos de la polis (al modo del republicanismo cívico) y un Estado capaz de garantizar los derechos de las minorías de la comunidad política.

La democracia liberal como politeia -según Mouffe- establece un campo de lucha (y negociación) entre fuerzas políticas en una sociedad plural, con una diversidad legítima de concepciones de bien. En este sentido los adversarios -partícipes de una confrontación agonal no antagónica- luchan por la hegemonía en un terreno en que la articulación entre liberalismo y democracia es siempre inestable. De allí la importancia de rescatar la diferencia entre izquierda y derecha que la pospolítica tiende a borrar generando una posdemocracia en la que no hay alternativas a gestionar más conservadoramente o más progresistamente el consenso neoliberal como ya había argumentado con profundidad en On the Political (2005).

Esta era pospolítica y posdemocrática convive con un proceso que Mouffe llama de “oligarquización” de las elites económicas y políticas que afecta la dimensión igualitaria de la democracia tanto en el nivel de la distribución de los recursos como de la participación en los asuntos comunes. Toda esta situación genera un conjunto de demandas que pueden ser articuladas por el discurso populista, ya sea de izquierda o de derecha. De hecho, para Mouffe la disputa entre un populismo de derecha y uno de izquierda marca el ritmo político en Europa occidental, prueba de ello son -a su criterio- los movimientos populistas de derecha en Francia y Austria, tanto como los de izquierda en España y Grecia, y, en cierto punto, Jeremy Corbyn en el laborismo británico.

La apuesta política de Mouffe parte de que un populismo de izquierda debe construir un lenguaje capaz de interpelar a los “de abajo”, incluso a aquellos que hoy encuentran en opciones de derecha las únicas respuestas a sus problemas cotidianos. Esto implica la posibilidad de cambiar las preferencias de los votantes a través de un trabajo activista y de nuevos marcos de sentidos que permiten, por ejemplo, interpretar de manera diferente la cuestión (in)migratoria. De este modo, aparece como central la disputa discursiva con los populismos de derecha que se han mostrado eficaces para ofrecer marcos de sentidos a situaciones críticas, amenazantes o dislocatorias de la vida cotidiana, las expectativas o las identidades.

La referencia al pueblo y a la soberanía es un terreno de disputa central y la tarea política por excelencia. Pero mientras el populismo de derecha enarbola una soberanía nacional, de los “verdaderos nacionales”, el populismo de izquierda se propone construir un pueblo que enfrente a la oligarquía a partir de su pluralidad -diríamos- subalterna (aunque tal término no es utilizado por Mouffe). Ahora bien, la palabra “pueblo” ha recibido objeciones en cuanto a su potencial democrático. La primera, si al “volverse pueblo” la pluralidad de demandas entran en un proceso de homogeneización que anula las particularidades; la segunda, si la misma noción de pueblo no supone una entidad en cierta medida homogénea a representar. Por el contrario, para Mouffe, la evidente pluralidad de demandas encuentra una articulación en la cadena de equivalencia con otras en el doble movimiento que reconstruye Ernesto Laclau (2005)) en La razón populista.

Así como la cuestión del contenido ideológico del populismo, Mouffe aborda otro espinoso elemento sobre el tema: la cuestión del liderazgo. En efecto, mientras que este libro es una crítica abierta al populismo y a sus sugeridos vínculos con liderazgos carismáticos, mesiánicos y autoritarios, diversos autores defienden el potencial del populismo y suelen eludir esta cuestión o desplazar al líder sólo como un significante vaciado, superficie de inscripción de demandas e investidura efectiva. La autora concede que es posible que este tipo de relación esté presente en el populismo, pero también que el liderazgo se ejerza de otra manera (como un primus inter pares, por ejemplo). Asimismo, el o la líder tiene una función central en la conformación de una voluntad colectiva al activar la dimensión afectiva de la política.

Esta obra de Mouffe es sugerente, controversial y genera muchas preguntas. Quizá uno de los aspectos a discutir sea el diagnóstico del que parte la propuesta mouffeana de un populismo de izquierda: la crisis de la hegemonía neoliberal, no porque dicha crisis no exista sino porque hace falta una reflexión por el tipo de crisis que el neoliberalismo habita y genera casi como su condición misma de posibilidad. La hegemonía neoliberal parece, en ocasiones, más fuerte para imponer u obturar salidas a su propia crisis. El caso de Grecia, que la propia autora referencia, es sintómatico cuando la Unión Europea (UE) bloqueó el intento de Syriza de una salida progresista a la crisis. Mouffe lo reconoce -un libro partisano no puede ser del todo pesimista- cuando dice que la coyuntura actual es menos desfavorable a las fuerzas progresistas y que “antes de pensar en radicalizar la democracia, primero debemos recuperarla” (Mouffe, 2018: 56).

Por otro lado, el diagnóstico sobre las sociedades desatiende la presión de los estratos supranacionales y globales. Esto es relevante porque mientras la soberanía popular se ejerce con problemas en espacios de la comunidad política nacional, la viabilidad de nuevas hegemonías (o bloques históricos) está jaqueada por esos poderes (nuevamente el caso de Grecia es sintomático). Los actores globales y las nuevas tecnologías -big data incluido- afectan la formación de voluntades colectivas en tanto gobiernan los sentidos y la información. Fuera de toda previsión, claro está, podemos sumar los desafíos políticos aparejados por el COVID-19.

En el plano conceptual, la definición mínima de populismo pierde densidad. Si bien es cierto que Mouffe argumenta que no busca una definición de populismo opta por una opción minimalista y discursiva (en el sentido acotado del término), incluso ligada a lo lingüístico (“lenguajes” y “vocabularios”, Mouffe, 2018: 37). Esto genera una desatención hacia una teoría del populismo centrada en la producción de una subjetividad popular, una voluntad colectiva y una reinscripción de la soberanía popular en la agenda política. La relación entre discurso populista y conformación del sujeto pueblo, con capacidad de acción colectiva, sigue siendo un déficit de la teoría del populismo. En parte esto se debe al elusivo lugar de la discursividad en el análisis político. Específicamente, a la ambigüedad de la noción de “discurso” que oscila y se solapa entre una intervención textual (oral, escrita, gestual), una intervención semántica (en diferentes soportes) o una lógica de la articulación -elementos y momentos como plantearon Mouffe y Laclau en Hegemonía y Estrategia Socialista, (2015)-.

Finalmente, y aun concediendo a los argumentos de Mouffe para Europa occidental, queda abierta la pregunta de pensar la opción de un populismo de izquierda en sociedades abigarradas -como decía René Zavaleta Mercado- en las que conviven imaginarios diversos. Incluso donde el imaginario moderno, que fue matriz de luchas por la independencia, también se tradujo en dispositivos expoliantes. Lugares donde aparecen otros imaginarios que tensan a la subjetividad moderna, proponen nuevos modos de ser a la vez que obturan otros.

El libro de Mouffe, en cierto modo, agrega coyuntura a La razón populista de Ernesto Laclau (2005), avanza en dos problemas relevantes: la cuestión normativa y el liderazgo; lo cual se nutre de los desarrollos teóricos de la propia autora. En este sentido, indudablemente, es un aporte significativo al extenso campo de debate sobre el populismo, su relación con la izquierda y la democracia.

Referencias bibliográficas

Laclau, Ernesto (2005) La Razón Populista. Ciudad de México: Fondo de Cultura Económica. [ Links ]

Mouffe, Chantal (2000) The Democratic Paradox. Londres/Nueva York: Verso. [ Links ]

Mouffe, Chantal (2005) On the Political. Londres/Nueva York: Routledge. [ Links ]

Mouffe, Chantal (2018) Por un populismo de izquierda. Buenos Aires: Siglo XXI. [ Links ]

Mouffe, Chantal y Ernesto Laclau (2015) Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia. Madrid: Siglo XXI. [ Links ]

Recibido: 01 de Abril de 2019; Aprobado: 14 de Mayo de 2019

Martín Retamozo es doctor en Ciencias Sociales; actualmente se desempeña como investigador del CONICET y profesor de la UNLP, Argentina. Sus líneas de investigación son: la teoría política contemporánea, el estudio de los movimientos sociales y la epistemología de las ciencias sociales. Entre sus publicaciones más recientes se encuentran: “Jorge Luis Borges, epistemólogo. Una lectura en el espejo (y los laberintos) de las ciencias sociales” (2019)Latinoamérica. Revista de Estudios Latinoamericanos (68); (con Lucía Trujillo) “Políticas contra la pobreza en Argentina (2002-2015). Alcances, limitaciones y desafíos” (2019) Reflexiones, 98(1); “Posmarxismo: entre el populismo y lo nacional popular en América Latina” Religación, 3(12).

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