Introducción
El cáncer de ovario es la quinta causa principal de muerte por cáncer en las mujeres y la prevalencia de enfermedad en estadio avanzado con metástasis a distancia y peritoneal es alta, con una posibilidad de curación baja1. La carcinomatosis peritoneal (CP) supone la diseminación, localizada o masiva, en la serosa peritoneal y estructuras adyacentes intraabdominales, de neoplasias gastrointestinales, ginecológicas y primarias peritoneales2 y está presente en el momento del diagnóstico en un 70-75% de los casos de cáncer de ovario3.
La cirugía citorreductora radical + quimioterapia intraperitoneal hipertérmica (HIPEC) constituye una modalidad de tratamiento combinado con intención curativa cuyo objetivo es la erradicación del tejido tumoral peritoneal4. Presentamos el caso clínico de una paciente con cáncer de ovario sometida a cirugía citorreductora y HIPEC.
Presentación de caso
Mujer de 33 años, con antecedente de hipertensión arterial sistémica de cinco años de evolución, en adecuado control. Se diagnóstica cistoadenocarcinoma de ovario a los 30 años y recibió quimioterapia neoadyuvante con carboplatino/paclitaxel seis ciclos; posteriormente se realizó cirugía de intervalo, la cual se reportó como subóptima, por lo que recibe tres ciclos de carboplatino/paclitaxel como adyuvancia. Sin embargo, a los 24 meses de seguimiento se diagnóstica recurrencia pélvica por tomografía computarizada (TC) abdominal.
Se inicia tratamiento de quimioterapia con esquema carboplatino/paclitaxel (enfermedad sensible a platino) siete ciclos y posteriormente, se realizó TC de tórax, abdomen y pelvis sin datos de actividad tumoral.
Se programa para laparotomía exploradora con objetivo de realizar citorreducción óptima con HIPEC con cisplatino. Se realizó una laparotomía exploradora con peritonectomía (Fig. 1), resección de lesión en cápsula hepática, omentectomía, esplenectomía y colecistectomía. Se inició HIPEC después de la cirugía, con cavidad abdominal cubierta con cisplatino a dosis de 100 mg/m2 a un flujo de 1 litro por minuto diluido en solución salina, a un volumen ajustado para cubrir la totalidad del abdomen mediante una bomba extracorpórea, un reservorio cardiaco y un sistema de tubos, durante un total de 120 minutos a temperatura superior a 42 °C. Egresa del hospital sin eventualidades a los 10 días de la intervención, no hubo datos de insuficiencia renal y únicamente presentó anemia grado 2, sin presentar neutropenia ni trombocitopenia. La paciente presentó como evento adverso neuropatía periférica grado 3 (con tratamiento con pregabalina mejoró a grado 2).
El estudio anatomopatológico reportó bordes quirúrgicos libres en el bazo, omento y lesión en cápsula hepática. Se realiza TC toracoabdominopélvica contrastada a los 24 meses: sin datos de actividad tumoral.
Discusión
En los tumores de origen intraabdominal la CP se considera la principal causa de muerte, con opciones de tratamientos solamente paliativos a pesar de que se ha demostrado que no es siempre una condición terminal sin opción de tratamiento o cura3.
Los estudios demuestran que la posibilidad de resección quirúrgica total de la enfermedad en pacientes con CP es baja y su tasa de recidivas a corto plazo es muy alta, pues los mismos factores de crecimiento cicatriciales y la vascularización peritoneal favorecen las embolias metastásicas derivadas de la cirugía.
Si bien hay evidencia de nivel uno de ventaja de supervivencia de la quimioterapia intraperitoneal en el cáncer de ovario, actualmente se usa muy poco4 a pesar de una reducción del 21% en el riesgo de muerte5.
La HIPEC tiene la ventaja de no requerir tratamiento de quimioterapia adyuvante postoperatoria y en un pequeño estudio de casos/controles logró una recurrencia significativamente menor y una mejor supervivencia6.
Conclusión
Nuestro reporte actual confirma que la cirugía citorreductora más HIPEC se puede aplicar como una opción prometedora y posiblemente curativa para esta enfermedad.
Lo que proponemos como punto de aprendizaje es que la terapia adyuvante puede suspenderse de manera segura en esta población de pacientes si se logra una citorreducción completa y en ausencia de diseminación extraperitoneal. Se necesita evidencia adicional para confirmar estos hallazgos.