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Cuicuilco. Revista de ciencias antropológicas

versión On-line ISSN 2448-8488versión impresa ISSN 2448-9018

Cuicuilco. Rev. cienc. antropol. vol.30 no.88 Ciudad de México sep./dic. 2023  Epub 08-Abr-2024

 

Dossier

Medios de comunicación e Iglesia católica en el México contemporáneo

“El capitalismo no es cristiano”. La problemática económica de Sergio Méndez Arceo en sus homilías

“Capitalism is not Christian”. The economic problems of Sergio Méndez Arceo in his homilies

Andrea Mutolo1 

1Universidad Autónoma de la Ciudad de México. UACM


Resumen

En este artículo se analizan las homilías del obispo de Cuernavaca, Sergio Méndez Arceo, en la década de los años setenta. El objetivo es profundizar los múltiples mensajes que retoman las problemáticas económicas al contextualizar estas ideas en el marco general de la Teología de la Liberación. Los ejes principales de las homilías vierten sobre dos posturas: 1) conversión y 2) dualismo. Por conversión, Méndez Arceo retoma constantemente la idea de “lucha de clases”, paralelamente, desde la perspectiva de la Sagrada Escritura; subraya la Liberación del hombre. Por dualismo insiste en la división entre una clase dominante de ricos empresarios o terratenientes y una clase dominada de obreros y campesino, dividendo la sociedad en buenos y malos cristianos. Conviene destacar que este artículo retoma una temática novedosa, si se considera que un análisis profundo de las problemáticas económicas en las homilías no se ha llevado a cabo.

Palabras clave Cuernavaca; Méndez Arceo; Teología de la Liberación; homilías; lucha de clases

Abstract

This paper analyzes the homilies of the Bishop of Cuernavaca, Sergio Méndez Arceo, in the 1970s. The objective is to deepen the multiple messages that economic problems take up, by contextualizing these ideas, within the general framework of Liberation Theology. The main axes of the homilies focus on two positions: 1) conversion and 2) dualism. By conversion, Méndez Arceo constantly returns to the idea of “class struggle”, at the same time, from the perspective of Holy Scripture, he emphasizes the Liberation of the man. While by dualism he insists on the division between a ruling class of wealthy businessmen or landowners and a dominated class of workers and peasants, dividing society into good and bad Christians. It is worth highlighting that this article takes up a novel theme, considering that an in-depth analysis of the economic problems in the homilies has not been carried out.

Keywords Cuernavaca; Méndez Arceo; Liberation Theology; homilies; class struggle

INTRODUCCIÓN

El obispo de Cuernavaca, Sergio Méndez Arceo,1 ha sido uno de los actores más relevante dentro del catolicismo mexicano en la segunda mitad del siglo xx. Fue un jerarca emblemático por ser un referente importante de la Teología de la Liberación mexicana y latinoamericana. Se presume que en la década de los setenta fue el personaje más sobresaliente de la corriente progresista del catolicismo, quien generó gran notoriedad a lo largo de su vida y en una etapa sucesiva, en los muchos textos que lo citan, después de su fallecimiento.

Sobre todo, en los últimos 14 años de su administración como obispo, desde 1968 hasta su retiro en 1982, ha tenido una enorme relevancia mediática, en particular a sus homilías del domingo en la Catedral de Cuernavaca a las 11:00 am, cuando asistían periodistas que el día siguiente redactaban amplios artículos comentando el contenido. Estas misas, denominadas panamericanas, acompañadas con músicos, sobre todo mariachis, se volvieron populares:

El cambio más radical en la liturgia fue la celebración de la misa panamericana, con música de mariachis en Cuernavaca y con instrumentos indígenas en Tepoztlán. Promovida por Iván Illich en la capilla del cidoc, el obispo la introdujo en la misa dominical celebrada en la catedral a las once de la mañana, que se convirtió en la misa del obispo diocesano. Méndez Arceo consideraba que la introducción de la música popular en la liturgia ayudaba a mostrar la unidad que debe existir entre la vida cotidiana y el culto [Puertas 2011: 104-105].

Las misas panamericanas empezaron en la Catedral desde 1966 y los periódicos Excélsior y El Correo del Sur retomaban por completo el contenido de las homilías en las ediciones del lunes. En particular, el periódico Excélsior tenía como director general (entre 1968 y 1976) a Julio Scherer, quien mantenía con Méndez Arceo una relación de amistad. El director simpatizaba abiertamente con los posicionamientos políticos y eclesiásticos del obispo y se explica porque, por casi una década, el periódico Excélsior transcribió constantemente las homilías en la edición del lunes. Esta etapa coincide con el periodo cuando Méndez Arceo había dejado su conservadurismo inicial y simpatizar abiertamente por el socialismo.

El fuerte interés mediático que ha suscitado Méndez Arceo a lo largo de su vida, como consecuencia, reflejó un interés historiográfico con amplias investigaciones que los historiadores han desarrollado sobre él. Un número considerable de textos académicos sobre este obispo se debe a que el archivo personal del obispo de Cuernavaca no confluyó en el archivo diocesano en Cuernavaca, donde hubiera terminado bajo estricta reglamentación canónica, por esta razón, los documentos serían difícilmente consultables, si se considera la contemporaneidad del periodo. Méndez Arceo, antes de su retiro en 1982, trasladó su archivo personal a un Convento de Hermanas Franciscanas de Cuernavaca, que simpatizaban por sus posturas cercanas a la Teología de la Liberación. Más adelante, este archivo se trasladó para su uso en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (uacm) y en los últimos años el Centro Académico Memoria Nuestra América (camena) de la uacm ha digitalizado dichos documentos, que pueden ser revisados on line en la página web de esta institución. En última medida, el proceso ha favorecido la investigación de historiadores que ahora pueden revisar ampliamente dichos documentos.

Como veremos en las siguientes páginas, son numerosas las investigaciones, pero aún faltan estudios que retomen de forma puntual las homilías de Méndez Arceo, que presumiblemente constituyen la base documental más representativa para poder comprender plenamente su pensamiento. De manera mediática, la visibilidad adquirida por el obispo de Cuernavaca fue obtenida, en buena parte por medio de las homilías. En los textos delas homilías él retoma de forma muy puntual las problemáticas locales, nacionalese internacionales cuando desempeña, en muchos casos, un papelrelevante y protagónico.

Hay estudios que retomaron estos documentos, sin embargo, hay temáticas relevantes de las homilías que nunca han sido investigadas. Por lo general, mucho de estos textos retoman comentarios sobre la sociedad y la economía que no se han profundizado debidamente. Entonces, la pregunta principal de esta investigación es: ¿cuáles fueron las principales consideraciones de Méndez Arceo sobre la problemática económica en sus homilías en la década de los setenta?

1. PRINCIPALES ANTECEDENTES HISTORIOGRÁFICOS

Para contestar la pregunta arriba citada, antes de retomar la principal fuente de este artículo, las homilías, deberíamos reflexionar sobre los amplios antecedentes que tiene el obispo de Cuernavaca.

En su artículo sobre Méndez Arceo, Tania Hernández Vicencio [2021: 89-117] retoma como fuente principal las homilías, en particular profundiza el internacionalismo, dimensión que para el perfil de este obispo fue relevante. De hecho, este enfoque es importante porque es una problemática recurrente en los textos de Méndez Arceo. Al representar una referencia significativa entre los obispos de la Teología de la Liberación latinoamericana, Méndez Arceo, desde Medellín en adelante se ha centrado a las problemáticas políticas, económicas y religiosas de todo Latinoamérica. Por esta razón el internacionalismo en el obispo de Cuernavaca es una dimensión constantemente reportada en la mayoría de los textos de sus homilías. En sus homilías el obispo abarcó muchas problemáticas bajo una perspectiva latinoamericana y profundizó en contextos particulares como las dictaduras en Chile y en Argentina.

Respecto al artículo de Tania Hernández [2021], la tesis de maestría, anteriormente citada, por Pilar Puertas Pérez, La fuerza de lo religioso en la construcción de alternativas socio-políticas. Participación de los cristianos de Morelos en los Movimientos Populares durante el episcopado de Don Sergio Méndez Arceo (1952-1983), es un texto más extenso, con múltiples objetivos. En esta investigación se retoma una amplia documentación de archivo, que incluye las homilías. Al ser un trabajo desarrollado en 245 páginas hay subtemas que en forma parcial consideran las ideas de Méndez Arceo en las problemáticas económicas. La autora detalla el planteamiento del obispo de Cuernavaca en los movimientos populares de Morelos, en particular el sector de los colonos, los obreros, los campesinos y los maestros. También es importante evidenciar que esta investigación desarrolla ampliamente el contexto problemático de la estructura económica que vivió Méndez Arceo a lo largo de su administración: en particular la industrialización, el abandono del campo y el turismo, elementos que eran considerables en el estado de Morelos entre los años sesenta y ochenta. En este análisis el objetivo principal es aclarar la centralidad que este obispo adquirió en los mismos movimientos y en las luchas que se desencadenaron en Morelos durante estos años.

Un enfoque bastante cercano a la ruta que deseo retomar en este artículo la desarrolló Luis Antonio García Balderas en Sergio Méndez Arceo, ¿Un obispo incómodo? Una mirada crítica a través de la prensa, Cuernavaca 1970-1983 (2016), que, en su tesis de licenciatura en la uacm, retomó la relación entre Méndez Arceo y la prensa, para reconstruir muchas problemáticas que se debatieron ampliamente con numerosos artículos de periódicos sobre el obispo de Cuernavaca. Cuando analiza textos de la prensa nacional, García Balderas investiga los acontecimientos relevantes, por esta razón profundiza los artículos de los periódicos que reportan, pues fue el único obispo que participó en Chile en la “Primera reunión de Cristianos por el Socialismo”. También sobresalen los numerosos viajes de Méndez Arceo hacia Latinoamérica, en particular, Nicaragua y Cuba. En México fue importante la visita de este obispo a la Facultad de Filosofía y Letras en la unam, después de 1968. El último e importante acontecimiento analizado en esta tesis fue el retiro de Méndez Arceo, además de su jubilación por cumplir con la edad canónica de 75 años, “los motivos por el cual dejó su cargo fueron las diferencias que tuvo durante varios años con la corriente Vaticana a la cual pertenecía el Papa Juan Pablo ii” [García Balderas 2016: 118].

Sin embargo, la mayoría de los textos no se enfocan en analizar el contenido de las homilías de Méndez Arceo, sino que retoman como objetivo principal el pensamiento y la acción reformista del obispo. Casi todas las investigaciones coinciden en considerar el alto jerarca como un personaje que, en una etapa madura, ha dejado el conservadurismo inicial para abarcar el marxismo y la Teología de la Liberación, desde el final de la década de los sesenta.

Pero esta conversión de Méndez Arceo no es lineal o meramente cronológica como podemos observar, su vocación hacia el reformismo fue implementada casi desde el principio de su administración como obispo de Cuernavaca. En particular, el texto Vandalismo embellecedor. El reacondicionamiento de la Catedral de Cuernavaca de Saul Espino Armendáriz [2015: 10-21] aclaró cómo Méndez Arceo abarcó desde los años cincuenta la ruta de la reforma litúrgica, bajo la influencia del monje benedictino Gregorio Lemercier.2 En pocas palabras, entre 1957 y 1959 en la Catedral de Cuernavaca quitaron casi todas las imágenes de Santos y sus ornamentos neoclásicos. Seguramente el cristocentrismo del obispo se vio reflejado en esta importante reforma arquitectónica al considerar que se quitaron muchas imágenes sagradas de santos.

Entonces estas importantes reformas arquitectónicas en realidad reflejaron ideas avanzadas en términos litúrgicos, en un contexto anterior todavía respecto al Concilio Vaticano ii. Sin embargo, Francisco Pérez Arce Ibarra en Sergio Méndez Arceo y Samuel Ruiz García: teología y liberación [2016: 151-168] aclaró cómo sí hubo una evolución importante y distintas rutas que permitieron a Méndez Arceo de transformarse en el perfil de obispo, reconocido en todo Latinoamérica. En particular, no siempre había tenido una simpatía hacia el socialismo:

En menos de una década, de 1961 a 1968, el obispo de Cuernavaca había experimentado su propia conversión. En 1961 tenía un pensamiento conservador en temas políticos y sociales, incluso reaccionario. De esto no queda duda al leer “la Carta para la jerarquía cubana de la Asamblea Episcopal Mexicana”, cuya redacción fue encargada a don Sergio […]. Después vio y experimentó muchas cosas. En su diócesis sucedió el crimen atroz de Rubén Jaramillo y su familia (1962). En Roma presenció y participó en el Concilio Vaticano ii […]. Siguió con la preocupación e interés los sucesos del 68 en México. Y entonces se realizó la Conferencia de Medellín, punto de quiebre de la Iglesia latinoamericana […]. Se ha dicho que a don Sergio lo definió el 68. Tuvo la osadía de visitar a los presos políticos en Lecumberri […]. [Pérez 2016: 159-160].

Es muy interesante destacar cómo el obispo de Cuernavaca, en algún sentido, no respetaba en forma estricta la normatividad eclesiástica, tomando iniciativas en áreas que no estaban bajo su administración. Por ejemplo, visitar los presos políticos en la Ciudad de México no era una tarea que hubiera debido implementar, sin embargo, usaba mucho la Ciudad de México como un área para desarrollar sus acciones, pues consideraba la centralidad y la relevancia de dicho territorio.

Más adelante, Francisco Arce subraya cómo en la década de los setenta este cambio, sobre todo la simpatía hacía el marxismo, generó una problemática condenatoria de la mayoría de los obispos mexicanos hacia Méndez Arceo:

Marxismo y Fe cristiana incompatibles. El Consejo de Presidencia de la cem: Manifiesta que se ha acentuado su preocupación por los más recientes pronunciamientos del Obispo de Cuernavaca —Excélsior, 20 de febrero; Proceso, 13 de febrero de 1978— donde abiertamente afirma la necesidad de acudir al pensamiento marxista para la realización del Reino de Dios en nuestros días [Pérez 2016: 164].

Pero, no todas las investigaciones desarrollan el único objetivo de profundizar a Méndez Arceo. En estos años, Cuernavaca fue un laboratorio importante respecto a un modelo de catolicismo progresista. El obispo abrió las puertas de su diócesis y muchos actores, considerados conflictivos que difícilmente hubieran encontrado respaldo por parte de los altos jerarcas de la Iglesia católica, confluyeron en este territorio.

Por esta razón, hay investigaciones que retoman experimentos interesantísimos, vividos en Cuernavaca, como el caso del Centro Intercultural de Documentación (cidoc).3 La tesis titulada El cidoc de Cuernavaca en El Colegio de México. Contribuciones de un archivo a la lectura crítica de la historia reciente de Latinoamérica [González 2018] retoma a Méndez Arceo y su administración en forma colateral. Claramente el objetivo central de este trabajo es analizar el cidoc, en lo particular, su fundador, Iván Ilich.4

Nuevamente Saul Espino, que anteriormente cité por un artículo sobre la reforma arquitectónica en la Catedral de Cuernavaca, con su tesis doctoral retoma el feminismo católico en Cuernavaca. De su tesis, que en general abarca dinámicas son colaterales respecto a Méndez Arceo, puedo rescatar el hecho que resalta, por medio de su obispo en la década de los setenta, a Cuernavaca como un laboratorio importante por el catolicismo critico:

No era, por lo tanto, solamente una localidad pequeña barata y en la que la presencia de extranjeros fuera común. Era, ante todo, una ciudad con efervescencia ideológica y con un obispo que había hecho de su diócesis un laboratorio experimental del catolicismo crítico. El respaldo institucional que podía ofrecer un obispo osado y de proyección mundial fue sin duda un factor determinante para que el equipo del cif [el Centro de Formación Intercultural sucesivamente se trasformó en el Centro Intercultural de Documentación (cidoc)] se estableciera en Cuernavaca [Espino 2019: 78].

Mientras, en un marco más general todavía, el artículo de Luis J. García Ruiz [2015: 68-89] analiza la Teología de la Liberación en México entre la década de los años setenta y ochenta, claramente destaca el papel del obispo de Cuernavaca en este contexto. El autor subraya el hecho que Méndez Arceo empezó a organizar las primeras Comunidades Eclesiásticas de Base en Cuernavaca desde 1967, dicha perspectiva de una “Iglesia de los pobres” era particularmente facilitada por el contexto socioeconómico muy deteriorado que vivía el Estado de Morelos en estos años. De la misma manera, el texto insiste sobre la simpatía de Méndez Arceo por los movimientos revolucionarios en toda Latinoamérica, incluso se explica cómo después de su retiro, al final de 1982, el nuevo obispo Juan Jesús Posadas Ocampo, con el respaldo del Delegado Apostólico, Girolamo Prigione, “inició el desmantelamiento de la labor pastoral liberadora, mediante la remoción de 40 sacerdotes y el cierre de la oficina diocesana de las cebs” [García Ruiz 2015: 77].

Para cerrar el análisis sobre el balance historiográfico, puedo decir que la mayoría de los investigadores simpatiza abiertamente con el posicionamiento eclesial y político del obispo de Cuernavaca. Entonces, los muchos ataques que Méndez Arceo ha tenido a lo largo de su vida no se repiten sucesivamente en un contexto donde prevalece el análisis histórico de su acción como obispo. Desde mi perspectiva, Méndez Arceo ha sido analizado bajo una perspectiva que lo favorece, como consecuencia no es raro observar cómo son frecuentes los estudios con una tinta casi apologética sobre él. ¿Cómo se explica esta ventaja respecto a otros actores católicos?

Creo que el archivo personal de Méndez Arceo, del que muchos historiadores han retomado —y me incluyo— se ha formado por documentos, cuyo reflejo es un discurso que se quería entregar a la posteridad. Por esta razón, sería importante reflexionar sobre el hecho que el discurso principal de Méndez Arceo fue siempre mantener una postura en defensa de los oprimidos, entonces, desde la perspectiva del historiador, por naturaleza resulta fácil simpatizar con las acciones que tomaban esta ruta.

Con la intención de rescatar una observación realmente critica hacía él, retomamos a Martín de la Rosa M. [1979: 88-104], quien cita a Alicia Olivera de Bonfil, cuando analiza la relación de amistad entre el obispo de Cuernavaca y Luis Echeverría, a lo largo del sexenio echeverrista (1970-1976):

Para nosotros [Méndez Arceo] representa al clero político que trata de tomar posiciones dentro del régimen gubernamental, y de hecho las tiene, ya que las opiniones del arzobispo [sic] Méndez Arceo son tomadas en cuenta por algunos gobernantes y lo hemos visto felicitar al presente Luis Echeverría en su último informe del 1º de septiembre del año en curso [De la Rosa 1979: 16].

Finalizando esta parte sobre las fuentes secundarias, aclaro que son muchos los estudios sobre el obispo de Cuernavaca para citar. El objetivo de este artículo no es referir en forma completa la amplia bibliografía sobre Méndez Arceo, se busca rescatar los estudios que de alguna forma se hayan acercado a las principales problemáticas sobre el pensamiento de este obispo.

En este sentido, espero haber rescatado los principales trabajos, también subrayo el hecho que sobre este obispo los contenidos se solapan y se repiten continuamente, numéricamente los textos que se refieren a él son bastantes, pero cualitativamente sería importante definir el aporte de cada texto. Sólo en algunos casos se generan aportes originales, muchas veces las investigaciones retoman la información de los trabajos anteriores, repitiendo los mismos contenidos. En mi caso, a lo largo de este texto, analizo el discurso económico en sus homilías, temática muy relevante, considerando que dicha problemática se enlaza con el contenido de muchas homilías, incluso es original, si se considera que no ha sido investigada anteriormente.

Asimismo es importante reflexionar que el marco de referencia general de este artículo se enfoca en las relaciones entre Doctrina Social Cristiana y el capitalismo. En este sentido hay muchas interpretaciones. En general la dotrina católica siempre ha manejado una perspectiva crítica hacia el capitalismo, sin embargo, con Juan Pablo ii y la enclítica Centesimus Annus (1991) sustancialmente se ha aceptado el capitalismo, dejando la tarea al estado y la sociedad de reglamentar el mercado. Es evidente que esta ruta no fue compartida por la Teología de la Liberación, en el texto de José Ferraro, El capitalismo en la Doctrina Social de la Iglesia [2006: 147-172] se profundiza esta temática general, importante para comprender plenamente el contexto de estos contenidos.

2. EL MARCO TEÓRICO SOBRE EL CONTENIDO DE LAS HOMILÍAS

En la liturgia de la Iglesia católica la homilía del sacerdote es normalmente una reflexión dentro de una misa dominical con dos lecturas del Antiguo Testamento y un texto del Evangelio; sin olvidar los comentarios respecto a los pasajes bíblicos, que se retoman ampliamente en los textos de Méndez Arceo.

Es importante considerar que las homilías empezaron a tener relevancia en el marco del Concilio Vaticano ii y se trasformaron en un importante medio de comunicación entre el sacerdote que desempeña un papel destacado como comunicador y su feligresía; por esta razón, la trascripción de las homilías en el archivo de Méndez Arceo aparece sólo desde 1966 en adelante, coincidiendo con la etapa posconciliar.

Cabe destacar ahora la reflexión sobre el Concilio Vaticano ii y cómo definió la homilía que se trasformó en un elemento constitutivo fundamental en la celebración litúrgica:

Por ser el sermón parte de la acción litúrgica, se indicará también en las rúbricas el lugar más apto, en cuanto lo permite la naturaleza del rito; cúmplase con la mayor fidelidad y exactitud el ministerio de la predicación. Las fuentes principales de la predicación serán la Sagrada Escritura y la Liturgia, ya que es una proclamación de las maravillas obradas por Dios en la historia de la salvación o misterio de Cristo, que está siempre presente y obra en nosotros, particularmente en la celebración de la Liturgia.5

En el caso específico que estoy investigando, las homilías de Méndez Arceo adquirieron una relevancia aún más significativa al considerar que en la celebración litúrgica del domingo en la Catedral de Cuernavaca participaba la prensa y se reportaba el contenido completo o parcial en los medios de comunicación nacionales, en particular en la prensa.

Sin embargo, el objetivo de esta investigación no es retomar los artículos de la prensa sobre las homilías, se busca la ruta de este artículo para analizar el discurso económico de las homilías del obispo de Cuernavaca, recuperando el texto integral de las homilías presentes en el archivo personal de Méndez Arceo. La repercusión en la prensa, que podría considerar particularmente significativos algunos de los sermones de este obispo, es una temática que no encaja con el objetivo principal de esta investigación, cuya consideración en particular es el contenido de algunas homilías.

Antes de entrar plenamente en el análisis, sería importante considerar qué hay detrás de estos textos, es decir, la ideología que aparece constantemente en las homilías. En última medida, el perfil de Méndez Arceo es considerado por él mismo como ideológico: “El que viva sin ideologías tire la primera piedra dijo un obispo en conferencia en Medellín. Y tenía razón ¿Quién puede decir que no tiene ideología? Estamos insertados en una realidad cultural y en esa realidad se inserta el Evangelio”.6

Entonces las homilías no reflejaron únicamente comentarios sobre la Sagrada Escritura y por esta razón fue muy crítico hacía el formalismo del culto católico que, según él, no reflejaban las dinámicas reales de una vida cristiana.

Bajo esta perspectiva se evidenció en las homilías cómo la ruta de vida de este obispo reflejó las ideas y las experiencias acumuladas en muchos años, claramente el contenido no manifestó ideas abstractas. Pero, en realidad, ¿cuáles fueron las ideas que alimentaron el pensamiento de Méndez Arceo?, seguramente el libro de Gustavo Gutiérrez sobre la Teología de la Liberación [1975] puede ayudarnos en la interpretación de las homilías; no significa que dicho texto inspiró directamente las reflexiones del obispo de Cuernavaca, sino que aparecen en Gutiérrez muchas ideas en el contexto de la Teología de la Liberación, las cuales fueron presumiblemente herramientas importantes para comprender la ideología de las homilías, por ejemplo, podríamos resaltar la idea de “un mundo enteramente mundano”, en el sentido que es “autónomo respecto a la autoridad eclesiástica, autónomo frente a la misión de la Iglesia, el mundo se va afirmando en su secularidad” [Gutiérrez 1975: 98]. El contexto de las homilías de Méndez Arceo es un mundo secularizado donde una Iglesia posconciliar redefine su papel.

Otro punto importante que deberíamos reflexionar y que Gutiérrez abarca en este texto, además que se refleja ampliamente en las homilías de este obispo es “el desarrollismo” [Gutiérrez 1975: 114]7 y su consecuente critica. Escribe Gutiérrez: “La óptica desarrollista se mostró ineficaz e insipiente para interpretar la evolución económica, social y política del continente latinoamericano […]. Hoy se percibe con claridad que el modelo desarrollista adolecía de graves errores de perspectiva” [Gutiérrez 1975: 116-117]. Esta teoría económica no se cita ampliamente en las homilías, pero es evidente que es el marco de referencia de Méndez Arceo, en particular cuando el obispo retoma las políticas de los Estados Unidos hacia Latino América, refleja un patrón según una lógica desarrollista con un esquema centro industrial-periferia agrícola.

El último elemento que deberíamos rescatar del texto de Gutiérrez, el cual se refleja mucho en los contenidos de Méndez Arceo es “la teoría de la dependencia” [Gutiérrez 1975: 118]. Esta teoría, con la dualidad metrópoli-satélite y las desigualdades económicas, es una temática que permite interpretar plenamente los principales contenidos en materia económica de las homilías del obispo.

Gutiérrez retoma la conversión de esta dependencia económica entre países pobres y ricos para aclarar que la estructura económica, bajo una lógica de dependencia, se está trasformando:

Las antiguas formas de la presencia imperialista a través de la economía de enclaves (centro mineros y plantaciones) siempre prolongaciones de las economías centrales, mantiene todavía sus vigencias. Pero se opera actualmente un desplazamiento de las inversiones extranjeras hacia el sector moderno de la economía, es decir, hacia los sectores más dinámicos de la naciente industria nativa, vinculándola cada vez más estrechamente, y en su conjunto, al capitalismo internacional [Gutiérrez 1975: 120-121].

Creo que es importante comprender esta teoría para poder analizar plenamente muchas homilías del obispo de Cuernavaca, en particular subrayar la crítica hacia el capitalismo internacional.

3. LA CONVERSIÓN DEL HOMBRE ENTRE LUCHA DE CLASES Y LIBERACIÓN

Las ideas relatadas en el texto de Gutiérrez se reflejan en la observación de la realidad que aparece en muchas de las homilías. El enfoque hacia un análisis económico de las problemáticas sociales ha sido constante, presente en muchos de los discursos del obispo a lo largo de la celebración litúrgica del domingo, lo cual contradice las sugerencias de la Constitución Sacrosanctum Concilium donde se considera que “el sermón” del sacerdote debería enfocarse hacia los comentarios de la sagrada escritura o, en general, hacia el momento litúrgico celebrado.

Sin embargo, el contenido más sobresaliente y lo que genera en realidad interés es precisamente la descripción, hecha por el obispo, sobre las problemáticas complejas de una realidad con mucha pobreza y con conflictos sociales. En pocas palabras, era el contexto que vivía Méndez Arceo cotidianamente en Cuernavaca, en general, el estado de Morelos. Era normal que este obispo en la celebración litúrgica del domingo retomara los principales acontecimientos de la semana: “Aquí en Morelos se nos han presentado dos acontecimientos importantes en la semana, una represión militar en la Colonia Rubén Jaramillo y una primera huelga para obtener mejores salarios”.8

La lucha de clases y la idea de Liberación del hombre fueron una constante y se repitieron de manera frecuente; pero, como otras temáticas, no fueron ideas abstractas, sino siempre aparecieron en referencias respecto a un contexto particular.

Como experiencia histórica muestra que la clase privilegiada no renuncia nunca espontáneamente a sus posiciones, concluimos a la exigencia de la lucha que es ante todo una renovación doctrinal, pero también práctica […]. La lucha de clases no es una explicación adecuada de la dimensión religiosa; pero desgraciadamente puede engendrar una cierta actitud religiosa en el condicionamiento clasista […]. El reconocimiento de la lucha de clases como hecho fundamental permite llegar a una interpretación global de las estructuras en América Latina.9

En el aspecto conceptual es importante subrayar la idea de conversión que siempre aparece en las homilías. Esta idea se desarrolla bajo una perspectiva secular por un lado y espiritual, por el otro. La lógica secular se refleja en un proceso político de conversión que, según Méndez Arceo, se desarrolla por medio de una lucha de clases, cuto desempeño es un papel relevante en muchísimas homilías. La referencia teórica para entender la lucha de clases retoma la teoría clásica de Karl Marx, de hecho, no se citan a los teólogos de la liberación, mientras Marx sobresale para ser ampliamente mencionado. Entonces, en la mayoría de los casos, cuando hay enfrentamientos con empresarios o “terratenientes”, según el análisis marxista del obispo de Cuernavaca, se considera este proceso como lucha de clases.

Sería un escollo muy grande en no conocer suficiente el análisis estructural de las injusticas que lleva a muchos cristianos al concepto de Lucha de clases […]. Creo lúcidamente en que, de un lado está el capitalismo más o menos reformista en el dominio de los pocos sin posibilidad de justificación, y del otro la lucha por la libertad y por la igualdad auténticas en un socialismo democrático con posibles equivocaciones corregibles. Pero todo esto en el marco de un sistema interamericano y mundial de imperialismo y dependencia.10

De manera paralela a esta vertiente política, bajo un enfoque más espiritual, la lucha de clases encamina al hombre hacia la liberación que refleja plenamente dinámicas encajadas en el contexto de un catolicismo progresista: “Por eso todo lo que es escuchar la palabra del Señor es una conversión, siempre una conversión. Y tiene que ser una conversión porque el Evangelio es siempre una subversión; porque los valores, la pauta del Evangelio son como al revés de las pautas que nosotros los hombres nos hacemos”.11

Según la perspectiva de Méndez Arceo, la lucha de clases sería una ruta meramente política y podrían encaminar hacia una solución política de la problemática sobre la acumulación del capital por parte de pocos hombres. Mientras la segunda etapa sobre este camino hacia la conversión es la Liberación del hombre, citada muchas veces en las homilías, que toma un papel prevalente religioso; en este sentido, la Liberación llega hacia un nivel espiritual. El hombre, por medio de su liberación encontraría la paz, una paz enfocada hacia una idea de una sociedad sin injusticias.

La lucha por la liberación es descrita continuamente en sus homilías, que narra los contextos problemáticos de la realidad cotidiana:

Por eso [el Evangelio] es siempre una subversión y supone necesariamente una conversión, es decir, para verdaderamente responder al Evangelio necesitamos cambiar interiormente en la conversión y necesitamos cambiar el marco que nos hace vivir de determinadas maneras, el smog, la niebla sucia en que vivimos, más sucia es la injusticia, el desamor en que vivimos que la mayor sociedad que puede hacer en cualquier ciudad industrial. Esa es la verdad; con sólo reflexionar, con esto tenemos esa realidad escrita. Por esto hay siempre rechazo y por eso dice siempre el Señor que no ha venido a traer la paz sino la espada, la guerra. Porque el que anuncia la palabra del Señor, pero la anuncia en sus palabras, en sus actitudes, en todo, por fuerza tiene que chocar contra el que no quiere escuchar el Señor. Pensar que todo esto se puede hacer suavemente, con perfumes, con pomadas […].12

Mientras la lucha de clases rescata elementos meramente materiales y bajo una ruta política, la idea de liberación, en sintonía con los teólogos de la liberación, toma una connotación mayormente espiritual: “[…] el texto de Santiago [Epístola de Santiago 5,1-6] nos presenta tal repudio de la riqueza diferenciante amasada en el trabajo de los desposeídos […]. No podemos tener otra opción del pueblo que ser parte del clamor del pueblo antes el Dios de la justicia y comprometernos con EL en la práctica del amor y de la justicia […].13

Algunas de las homilías analizadas en este texto, en la primera parte toman la idea de lucha de clases y en la segunda parte profundizan la idea de Liberación del hombre. Dicho planteamiento se construye con ejemplos concretos, basado en el análisis de las problemáticas contemporáneas.

En general, la conversión del hombre se divide en dos etapas: 1) hacia la lucha de clases, donde en las homilías se describen contextos sociales de una realidad que generalmente se vivió en Morelos, en México o en todo Latinoamérica; 2) hacia la idea de liberación que reflexiona dinámicas, en muchos casos, espirituales.

4. LA DUALIDAD ENTRE LA CLASE DOMINANTE, LA CLASE OPRIMIDA Y LOS BUENOS Y MALOS CRISTIANOS

Si se retoma de manera sencilla el Manifiesto del Partido Comunista escrito en 1848 [Marx et al. 2000] fácil se podría evidenciar un análisis en el que prevalece una dualidad en una sociedad donde aparece constantemente una lucha de clases entre burguesía y proletariado: “De todas las clases que actualmente se encuentran enfrentadas con la burguesía, sólo el proletariado es una clase verdaderamente revolucionaria. Las otras clases peligran y perecen con la gran industria; el proletariado, al contrario, es su producto más especial” [Marx et al. 2000: 44].

Desde esta perspectiva, siempre retomando el Manifiesto, la clase dominante concentra los medios de producción: “La pequeña y la media propiedad campesina, piedra angular de la organización política de América, desaparece de continuo bajo la concurrencia de las explotaciones agrícolas gigantescas, mientras que en la industria se forma por la primera vez un numeroso proletariado al lado de una fabulosa concentración de capital [Marx et al. 2000: 15].

Este análisis económico y social donde aparece constantemente una clase dominante y otra clase oprimida, reflejada en las obras clásicas de Karl Marx, en general desarrollada en el pensamiento marxista de muchos autores, aparece continuamente en las homilías. Por esta razón se citan las grandes fábricas morelenses donde eran frecuente los conflictos laborales.

Pero este elemento no es el único relevante, sino que hay otro concepto que se reporta de forma continua: la hegemonía económica de los Estados Unidos hacia México. La visión económica de las homilías siempre refleja estos dos ejes: 1) clases dominantes-clases oprimidas; 2) México y Latinoamérica explotados por las multinacionales estadounidenses. Entonces, se puede observar cómo el “desarrollismo” y “la teoría de la dependencia”, explicadas anteriormente, eran elementos teóricos reflejados de manera constantes en los textos de Méndez Arceo, por medio de ejemplos concretos donde no se citan estas teorías.

Los otros países de Latinoamérica que se citan en las homilías aparecen bajo una lógica muy parecida a la que se describe en las problemáticas de Morelos: los puntos comunes son las huelgas laborales y las luchas campesinas por la tierra, que son procesos constantemente citados, tanto locales, como internacionales; si se analizan países como El Salvador o Chile hay una insistencia sobre la lucha política contra la derecha conservadora, elemento que en México no aparece, considerando que la estructura del presidencialismo priista, dominante en México en los años de Méndez Arceo, era distinta en su totalidad respecto a las dictaduras militares que prevalecían en Latinoamérica.

Se puede observar cómo los empresarios, los terratenientes, los tecnócratas, los banqueros son parte de este mundo citado constantemente y representan los que tienen el directo control de los medios de producción.

También, en conformidad con la teoría clásica marxista, el cristianismo no está exento y es parte de la estructura dominante: “la alianza entre el cristianismo y las clases dominantes explica en gran medida las formas históricas que toma la conciencia cristiana”.14

Con base en esta mirada los herodianos modernos que, según los evangelios eran los responsables de la muerte de Jesús, son los capitalistas:

Los herodianos de este capitalismo son los regímenes mismos, son las oligarquías económicas, son las clases medias ascendentes, son los hombres y las mujeres embelesados con la ideología de la libertad burguesa, son los innumerables apasionados anticomunistas, son los católicos defensores de la Moral, de Dios, frente al ateísmo y la moral proletarias incapaces de presentar el mensaje cristiano sin el ropaje cultural inaceptable a los comprometidos con la Liberación del hombre.15

Por tanto, el obispo de Cuernavaca describe la recesión de la década de los setenta, la subida de la gasolina, la alta inflación que generó la pérdida del poder adquisitivo de las clases bajas asalariadas, también la crisis mexicana de 1982 y esa necesidad de estatalizar los bancos. Efectivamente hubo, a lo largo de la década de los setenta, una coincidencia entre las homilías de Méndez Arceo y una etapa particularmente problemática de la económica mexicana y global:

Al inicio de la década de los años setenta, la economía mexicana enfrentaba los efectos negativos del agotamiento de un patrón de crecimiento basado en gran medida en la sustitución de importaciones y en el desarrollo del sector industrial privado nacional. Después de un crecimiento relativamente sostenido durante la década de los setenta en el marco del desarrollo estabilizador la económica mexicana inicia una fase de crecimiento errático y mayor volatilidad que culminó con la crisis de 1976 [Castañeda 2006: 3].

Son muchos los ejemplos que podría hacer en este sentido, como la interesante crítica que hizo en la temporada navideña en 1980 hacia la Plaza Comercial Perisur en la Ciudad de México, cuando recientemente fue inaugurada:

Nosotros en nuestros reducidos niveles tenemos que denunciar que no hay paz, porque las mismas celebraciones de la Navidad están envenenadas por las abismales diferencias entre los ricos y los pobres, puestas más de relieve en los últimos días más en la ciudad de México con el lujo de los inmensos almacenes Perisur recientemente inaugurados. No hay paz profunda porque el costo de la cierta libertad es entre nosotros la injustica en la apropiación, distribución y aprovechamiento de los bienes.16

A la par de este análisis, en un sentido más espiritual, aparecen los malos y buenos cristianos. Bajo esta lógica es muy claro que los pobres son los más cercanos a Jesús, mientras que los ricos detentores del capital son evidentemente malos cristianos.

No se quiere entender el mensaje de Jesús, nacido pobre de padres pobres, anunciado a los pobres, ungido para los pobres, bienaventurado entre los pobres, premiador de los pobres. […] Se está haciendo la luz para vislumbrar desde lejos que solamente un mundo sin ricos, eso es, sin naciones ricas, sin grupos ricos o sin individuos ricos, es digna aspiración del hombre para la realización plena de la justica, del amor, de la paz, de la participación común en el dominio humano de la naturaleza.17

En los textos de Méndez Arceo aparece una mezcla entre la visión marxista de la división entre clase dominante y dominada, la visión maniquea bíblica que retoma una división del mundo entre buenos y malos: “Las advertencias dirigidas a los ricos, la exhortación a compartir los bienes, practicar la justicia y emplear lo que se posee según la norma del amor fraterno. Para obrar en esta manera se requiere una actitud de pobreza”.18 Esta dualidad muy interesante rebasa claramente la visión clásica del marxismo y entra en dinámicas que se desarrollan en el marco de referencia de la Teología de la Liberación. Esta visión teológica entre buenos y malos, según la acumulación de la riqueza, en alguna forma cristianiza el marxismo; en pocas palabras, con base en la visión de Méndez Arceo, Jesús representa la salvación del hombre, pero no había solucionado las problemáticas políticas sobre la injusticia social: “Jesús no resolvió el problema político este quedó abierto. Dar de comer, dar de beber, dar de vestir a todos los hombres, resolver el problema de los emigrantes y de los encarcelados, […] el Dios de Jesús se mostró en Él impotente para resolverlo. Pero, en una etapa sucesiva a Jesús, por medio del Socialismo, se podrán solucionar las injusticias del mundo”.19 En este sentido, el obispo de Cuernavaca no tiene una visión particularmente original o novedosa, pero sus homilías con dicha mirada, que no era común para un obispo en México, sobresalieron por sus interpretaciones atrevidas.

Aclaro que en el Archivo Histórico de camena no aparecen todos los documentos sobre las tres décadas (de 1952 hasta 1982) donde Méndez Arceo fue obispo de Cuernavaca, por ejemplo, son ausentes cartas y reflexiones de este obispo en la década de los cincuenta, hay poca documentación en los sesenta. La inicial visión conservadora, contraria al socialismo, no aparece en sus homilías, considerando también que éstas tomaron fuerza en la etapa posconciliar, entonces, no es posible analizar cómo evolucionó el pensamiento de Méndez Arceo; sin embargo, en los últimos años de su periodo como obispo entre la década de los setenta hasta final de 1982 se observa una radicalización de sus ideas.

Méndez Arceo, en los primeros años del pontificado de Juan Pablo ii, era crítico por la lejanía del pontífice respecto a la defensa de las luchas libertadoras: “El anhelo constante de una intervención directa y comprometida del Papa en la lucha libertadora de estos pueblos [en América Central y Caribe] en su casi totalidad católicos, nos exige orar por quien tiene nominalmente el encargo de confirmar a sus hermanos”.20 Finalmente, esta constante dualidad en las homilías incluye la misma jerarquía católica polarizada entre malos y buenos pastores. Al referirse, en lo particular, a la alta jerarquía católica subraya:

La pretensión de considerarse pueblo bendito de Dios del poder imperial de ee. uu., enemigo y explotador tradicional de nuestros pueblos, mantenedor único poderoso de los ilegítimos gobernantes en El Salvador, Guatemala y Honduras, y amenazante bloqueador de los gobiernos populares de Cuba y Nicaragua nos mueve a desenmascarar sus pretensiones en la oracion al Dios de Jesucristo.

El virus del anticomunismo en defensa de la civilización cristiana occidental infiltrado en nuestros pueblos cristianos como guerra ideológica, peor que una guerra química, o biológica o atómica, pues los paraliza o los convierte en contrarrevolucionarios, nos obliga a la oracion liberadora del miedo a los cambios estructurales.21

CONCLUSIÓN

En este texto he analizado los dos principales ejes del discurso económico de Méndez Arceo. Los dos ejes que he considerado más relevantes en las homilías son: 1) la conversión social y espiritual y 2) una dualidad económica y religiosa siempre presente.

Ya sea en el primer eje que en el segundo, la perspectiva marxista bajo la influencia de la Teología de la Liberación fue evidente y aparece constante en casi todos los textos.

Es seguro que el obispo de Cuernavaca fue hijo de sus tiempos, la opción preferencial para los pobres desencadenó un movimiento muy relevante en toda América Latina. México estaba insertado en este contexto que polarizaba el mismo catolicismo. El respaldo al socialismo y considerar que “el capitalismo no es cristiano”22 era parte del tejido social y religioso, que vivía cotidianamente el obispo. Entonces, desde esta perspectiva, la conversión radical auspiciada y la dualidad tan extrema, que en siglo xxi podría aparecer radical, era una pieza de un engranaje más amplio, abarcador a toda América Latina.

Se puede observar que mientras todavía en el pontificado de Pablo vitenía un determinado margen de acción y Méndez Arceo era un jerarca estimado y considerado política y eclesialmente hablando, con los cambios del final de la década de los años setenta el obispo de Cuernavaca vivió también personalmente un contexto más conflictivo. Como se ha demostrado en las páginas anteriores, la llegada de Juan Pablo ii atrincheró al obispo de Cuernavaca en un pequeño nicho donde podía desarrollar una acción muy reducida respecto al periodo anterior a la iii Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (celam) en Puebla de 1979.

Fue evidente cómo este obispo, a lo largo del pontificado de Pablo vi, era todavía un actor sistémico: en el sentido que él tenía un importante grado de aceptación en la década de los setenta y podía tranquilamente dialogar con políticos y jerarcas católicos relevantes. Desde final de la década de los setenta, al considerar también el inicio de la ruta neoliberal, tomada de manera global, y por las políticas cerradas al dialogo con el socialismo, desarrolladas por el mismo Juan Pablo ii, Méndez Arceo se transformó en un actor parcialmente antisistémico; por tanto, una vez cuando cumplió los 75 años, periodo canónigo para jubilarse, el obispo fue prácticamente obligado a retirarse, sin dejar alguna posibilidad de mediación para ampliar el periodo [García Balderas 2016: 120-127]. Fue un personaje que en los años ochenta empezaba a fastidiar las élites eclesiásticas que estaban formándose, lideradas por el delegado apostólico Girolamo Prigione.

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Notas

1Sergio Méndez Arceo (1907-1992) nació en la Ciudad de México, su padre era primo del presidente Lázaro Cárdenas y tenía como tío al arzobispo de México, José Mora y del Río. Como sacerdote se formó por 11 años en Roma y consiguió el doctorado en Historia Eclesiástica en la Pontificia Universidad Gregoriana. Fue elegido obispo a los 45 años en 1952 en Cuernavaca; en esta diócesis se quedó hasta su jubilación en 1982. En la década de los setenta, por sus simpatías con el socialismo, fue apodado “el obispo rojo”.

2Gregorio Lemercier (1912-1987) fue un monje benedictino nacido en Bélgica que fundó un monasterio de Santa María de la Resurrección en Cuernavaca. Fue muy reconocido por introducir el psicoanálisis en el convento. Este proceso desencadenó una crisis en la vocación y el convento fue cerrado por decisión de las autoridades eclesiástica. El mismo Lemercier terminó casándose y, como laico, seguirá viviendo en Cuernavaca.

3Centro Intercultural de Documentación (cidoc) fue una institución fundada por el sacerdote católico Iván Illich, en función entre 1966 a 1976. No era un centro escolarizado que funcionaba como una universidad. El eje central de sus cursos fueron las clases de español, también los maestros interesados, alrededor del mundo; se ofrecían voluntarios para impartir cursos sobre las temáticas más distintas. En general se manejó una perspectiva crítica y particularmente antisistema respecto a las principales estructuras económica y políticas que dominaban en estos años. Los cursos se impartían en inglés o en español. cidoc desarrollaba periódicos como cuadernos, dossier o sondeos que siempre mantenía una perspectiva particularmente critica, aportando hacia una posible trasformación social.

4Iván Illich (1926-2002) fue un sacerdote católico, poliglota y cosmopolita considerado cercano al anarquismo. Sus orígenes son vieneses, pero, para ser medio judío, huyó a Italia donde en la Universidad de Florencia se formó en Biología. Sucesivamente en Roma, en la Pontificia Universidad Gregoriana estudió Filosofía y Teología. Más tarde trabajó en Nueva York, en una parroquia de puertorriqueños. Fue vicerrector en la Universidad Católica de Puerto Rico. En 1966, en Cuernavaca, fundó el cidoc. Al final de la década de los años sesenta, por las autoridades eclesiásticas, fue dispensado de sus votos sacerdotales.

5Pablo vi. Constitución Sacrosanctum Concilium, sobre la Sagrada Liturgia, n.35.2, Roma, 4 de diciembre de 1963.

6camena. “Parte final de la Homilía del Sr. Obispo de Cuernavaca (18-11-79)”. Fondo Q, Clave Fondo HYM 162, Exp. 95254: 3.

7El desarrollismo en una teoría económica creada en los años cincuenta, en la que se refleja un esquema centro industrial-periferia agrícola. En esta lógica de Latino América aparece como un área subdesarrollada, donde se produce contantemente un déficit estructural en el comercio internacional, respecto a los países desarrollados. La ruta para poder avanzar económicamente en las áreas subdesarrolladas sería implementar políticas económicas activas y autónomas que promuevan la industrialización.

8camena. “Homilía del Obispo de Cuernavaca en Cuautla, Morelos, el 30 de septiembre de 1973”. Fondo Q, Clave Fondo hym46, Exp. 95138: 1.

9camena. “Homilía del Señor Obispo en la Peregrinación a la Basílica del Tepeyac de la Diócesis de Cuernavaca el 17 de mayo de 1972”. Fondo Q, Clave Fondo hym12, Exp. 95104: 2.

10camena. “Homilía del 25 de febrero de 1973”. Fondo Q, Clave Fondo hym25, Exp. 95117: 1-2.

11camena. “Homilía del Domingo 25 de junio de 1972”. Fondo Q, Clave Fondo hym14, Exp. 95106: 2.

12Ibidem.

13camena. “Homilía del Obispo de Cuernavaca en Cuautla, Morelos, el 30 de septiembre de 1973”. Fondo Q, Clave Fondo hym46, Exp. 95138: 1.

14camena. “Homilía del Señor Obispo en la Peregrinación a la Basílica del Tepeyac de la Diócesis de Cuernavaca el 17 de mayo de 1972”. Fondo Q, Clave Fondo hym12, Exp.00 95104: 3.

15camena. “Homilías del Sr. Obispo en la misa de 11 a.m. el domingo 18 de marzo de 1973”. Fondo Q, Clave Fondo hym27, Exp. 95119: 1.

16camena. “Mensaje del Señor Obispo de Cuernavaca en la Navidad de 1980”. Fondo Q, Clave Fondo hym184, Exp. 95276: 1.

17camena. “Parte final de la Homilía del Sr. Obispo en la Misa de 11 A.M. el 5 de enero de 1975”. Fondo Q, Clave Fondo hym70, Exp. 95162: 1.

18camena. “Homilía del Sr. Obispo en la Básica de Guadalupe con motivo de la Peregrinación anual de la Diócesis, el 25 de mayo de 1977”. Fondo Q, Clave Fondo hym141, Exp. 95233: 1.

19camena. “Parte final de la Homilía del Sr. Obispo en la Misa de 11 a.m. el 14 de diciembre de 1975”. Fondo Q, Clave Fondo hym99, Exp. 95191:1.

20camena. “Texto de Sergio Méndez Arceo. Rogativas en la Diócesis de Cuernavaca por los Pueblos de América Central y el Caribe (del 1 al 4 de marzo de 1981)”. Fondo Q, Clave Fondo hym187, Exp. 95279: 1.

21Ibidem.

22camena. “Texto de Sergio Méndez Arceo: Parte Final de la Homilía del Sr. Obispo Dr. Sergio Méndez Arceo en la Catedral de Cuernavaca, Mor., el domingo 3 de octubre de 1982”. Fondo Q, Clave Fondo hym258, Exp. 95350: 2.

Recibido: 15 de Junio de 2023; Aprobado: 30 de Septiembre de 2023

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