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Anuario de letras. Lingüística y filología

versión On-line ISSN 2448-8224versión impresa ISSN 2448-6418

Anu. let. lingüíst. filol. vol.10 no.2 Ciudad de México jul./dic. 2022  Epub 12-Dic-2022

https://doi.org/10.19130/iifl.adel.2022.10.2.x00s25873 

Artículos

Los pronombres clíticos de tercera persona en el corpus PRESEEA-Medellín1

The Third Person Object Clitic Pronouns in the Corpus PRESEEA-Medellín

aFacultad de Comunicaciones y Filología, Universidad de Antioquia, Colombia, marianne.dieck@udea.edu.co

bFacultad de Comunicaciones y Filología, Universidad de Antioquia, Colombia, mclaudia.gonzalez@udea.edu.co

cUniversidad de Antioquia, Colombia, jdaniel.areiza@udea.edu.co

dUniversidad de Antioquia, Colombia, valentina.ariza@udea.edu.co


Resumen

En el presente artículo se presenta el análisis de la forma, la función y la distribución de los pronombres clíticos objeto de tercera persona a partir del corpus PRESEEA-Medellín, con el fin de aportar un conocimiento más detallado del abanico de variación morfosintáctica de los pronombres clíticos en las diferentes variedades del español. Constatamos, entre otras cosas, que la selección de las formas lo(s), la(s) y le(s) es determinada por el caso, el género y el número, independientemente del hecho de que el referente sea animado/inanimado o continuo/discontinuo, lo cual corresponde al uso del sistema etimológico. El grado de gramaticalización del doblado de clítico de objeto indirecto (OI) es casi absoluto (de un 99%), y la despronominalización de le, cuando aparece un OI canónico, se encuentra en un grado avanzado, ya que se encontró un 61.5% de casos de coocurrencia del clítico dativo singular le y un OI léxico plural en posición canónica, lo cual coincide con una tendencia reportada para muchas variedades del español (véase Fernández Soriano, 1999; Company, 2002; Huerta, 2005; Mojedano, 2014).

Palabras clave: pronombres clíticos; variación lingüística; PRESEEA-Medellín

Abstract

This paper describes the analysis of the form, function and distribution of third person object clitic pronouns in the corpus PRESEEA-Medellín, and aims to widen the knowledge of clitic pronouns’ morphosyntactic variation in different Spanish varieties. Our findings show that the selection of the forms lo(s), la(s) and le(s) is determined by case, gender and number, independently of the animate/inanimate or continuous/discontinuous nature of the referent, which corresponds to the use of a case distinguishing system. The grammaticalization process of indirect object (IO) doubling is almost absolute (99%), and the depronominalization of le in presence of a canonic IO shows an advanced degree, considering that in 61.5% cases the dative singular clitic le cooccured with a plural lexical IO in canonic position, a tendency reported for many other varieties of Spanish (see Fernández Soriano, 1999; Company, 2002; Huerta, 2005; Mojedano, 2014).

Keywords: clitic pronouns; linguistic variation; PRESEEA-Medellín

1. Introducción

El uso de las formas pronominales clíticas de objeto para la tercera persona -lo(s), la(s), le(s)- es un aspecto en el que se ha constatado una gran variación en diferentes variedades del español. Desde la perspectiva normativa, el uso de la forma le como objeto directo (OD), como en 1, se ha considerado una variación que ha recibido el nombre de leísmo.

(1) ¿Conoces a Juan? Sí, le conozco hace tiempo.2

Como variaciones se han considerado también el loísmo y el laísmo, es decir, el uso de la(s) y lo(s) como objeto indirecto, como se observa en 2 y 3, así como cualquier uso que se diferencie del paradigma general del español, que se describe esquemáticamente en el cuadro 1 (tomado de Fernández-Ordóñez, 2011).

(2) Cuando vi a Pepa, la di su regalo.

(3) Cuando recojo a los niños del colegio, los llevo la merienda.

Cuadro 1 Paradigma general del español (o etimológico) 

Caso Masculino Femenino Neutro
Acusativo lo(s) la(s) lo
Dativo le(s) le

Aunque durante mucho tiempo los usos diferentes al de este paradigma general se han visto como un comportamiento asistemático, en los últimos decenios se ha encontrado que la selección del pronombre clítico en algunas variedades obedece a reorganizaciones sistemáticas (parciales o totales) de este paradigma, al atender criterios diferentes de los de las categorías de caso, género y número, como por ejemplo los de la animacidad del referente o al hecho de ser este contable o no contable (véase, por ejemplo, Fernández-Ordóñez, 1999, 2007 y 2011; Palacios, 2015a). Es así como los especialistas prefieren hablar actualmente de diferentes paradigmas pronominales en vez de “desviaciones” pronominales (véase Fernández-Ordóñez, 2011). 

Se afirma (de forma impresionista, ya que no tenemos conocimiento de estudios cuantitativos hasta la fecha) que el español de Colombia se rige por el paradigma general del español, expuesto en el cuadro 1,3 a diferencia de amplias zonas del español ibérico, en las que se usan los paradigmas cántabro, vasco y castellano, entre otros (Fernández-Ordóñez, 2011), así como, a diferencia de otras variedades hispanoamericanas, aquellas habladas en algunas regiones del Perú -Chinchero y Cuzco- (García y Fernández, 2015), Bolivia (Caravedo, 1997; Calvo Pérez, 1997), Ecuador (Palacios, 2015b), Guatemala (García Tesoro, 2006), México (Hernández y Palacios, 2015; Torres Sánchez, 2015; Flores Farfán, 1999; Lizárraga, 2014; Guerrero y Orozco, 2014), Costa Rica (Sánchez Avendaño, 2015) y en la frontera argentino-paraguaya (Guillán, 2015; Palacios, 2000), en las cuales se hace uso de paradigmas alternativos.4

Otros aspectos en los que se presenta variación del español son aquellas regularidades relacionadas con el doblado de clítico, la distribución de este con respecto al verbo y la concordancia plural del clítico de objeto indirecto (OI), aspectos que se ampliarán en el apartado 2.

En la presente investigación se estudia la forma, la función y la distribución de los pronombres clíticos objeto de tercera persona en la variedad de habla de Medellín, a partir del corpus PRESEEA-Medellín (González-Rátiva, 2008),5 con el fin de aportar, con datos cuantitativos, a un conocimiento más detallado del abanico de variación morfosintáctica de los pronombres clíticos del español. Se trata, entre otras cosas, de corroborar con datos cuantitativos si es acertado lo que se afirma de forma impresionista acerca del español hablado en la mayor parte del territorio colombiano, a saber, que se rige por el paradigma etimológico.

En el apartado 2 se presentan algunas consideraciones teóricas que sirvieron de base para el análisis de los datos, como las categorías gramaticales expresadas por los objetos clíticos en los diferentes sistemas, y las regularidades subyacentes a la distribución y al doblado de clítico en diferentes variedades del español. La metodología seguida para el presente estudio se expone en el apartado 3; el análisis de los resultados se discute en el apartado 4; finalmente, se resumen las conclusiones en el apartado 5.

2. Consideraciones teóricas

2.1 Paradigmas de clíticos

Aunque se han propuesto múltiples paradigmas diferentes de clíticos para las variedades mencionadas en 1, por razones de es­pacio presentamos solo dos de ellos, con el fin de ejemplificar algunas de las posibilidades formales de sistematización de las funciones de estos pronombres.

En el primer ejemplo, se trata del paradigma propuesto para describir el sistema del español en contacto con el quechua, hablado en la sierra de Ecuador, y expuesto en el cuadro 2, tomado de Gómez Seibane (2012a, p. 39):6

Cuadro 2 Paradigma del español andino (Ecuador) 

Singular Plural
Animado Inanimado Animado Inanimado
Acusativo le le / Ø les les / Ø
Dativo le les

En este sistema el caso y el género se neutralizan, es decir, no son factores que se tengan en cuenta para la selección de la forma del clítico, siendo determinantes la animacidad y el número.7

El segundo ejemplo de reorganización del paradigma de clíticos de tercera persona es el del español cántabro, tomado de Fernández-Ordóñez (2011, p. 181).

Cuadro 3 Paradigma del cántabro (España) 

 

Discontinuos Continuos
Singular Plural Masc.   Fem. Neutro
 
  Masc.   Fem. Masc.   Fem.  
Acusativo le la los las lo   lo lo
Dativo   le   les   le   le

En este sistema, el hecho de que el referente sea categorizado semánticamente como discontinuo o continuo (i. e. contable o no contable) influye, al igual que el caso, el número y el género, en la selección de la forma pronominal.8

Para la clasificación de los usos de los pronombres clíticos del español hablado en Medellín, se tuvieron en cuenta las distintas posibles funciones gramaticales de estos registradas en las variedades mencionadas. Es decir, se analizó si la selección de cada forma pronominal estaba relacionada con las categorías de caso, número y género, con la animacidad del referente y/o con el hecho de remitir a entidades continuas o no continuas.

Es importante distinguir entre casos claros de leísmo (como 1) y casos de lo que Fernández-Ordóñez llama “leísmo aparente” (1999, pp. 1323-1341). En el presente estudio no se consideraron casos de leísmo o de loísmo aquellos en los que ciertos verbos pueden regir tanto acusativo como dativo según la interpretación semántica que se pretenda, como en los ejemplos siguientes con el verbo molestar:9

(4) su secretaria lo molestó con continuas interrupciones

(5) su secretaria le molesta con su nuevo peinado

En estos casos, “si el sujeto animado no se concibe como agente, el dativo es posible” (Fernández-Ordóñez, 1999, p. 1324). La selección del dativo en vez del acusativo le resta agentividad al sujeto, y se trata aquí de un tipo de elección variable (no libre).

Con algunos verbos específicos se presenta alternancia entre dativo y acusativo no condicionada por la intención semántica ni la estructura en cuestión. Fernández-Ordóñez (1999, p. 1330) propone que hay un grupo de verbos cuyo régimen dativo habitual en etapas anteriores del español ha sido reinterpretado al acusativo en diferentes zonas hispanohablantes. Es el caso principalmente de los verbos ayudar, aconsejar, avisar, enseñar, obedecer, picar, reñir y temer, que permiten ambos casos sin aparentes implicaciones semánticas, como en:

(6) ella lo ayudó mucho en esa época

(7) ella le ayudó mucho en esa época

Por razones de espacio no se presentarán aquí los diferentes tipos de construcciones verbales que permiten una alternancia en la selección del caso, y que se consideran de leísmo aparente (véase Fernández-Ordóñez, 1999, pp. 1323-1341). Siguiendo el análisis de esta autora, en el presente estudio no se clasificaron como “le/lo/laístas” las instancias de leísmo aparente encontradas en el corpus.

2.2 Doblado de clíticos

El doblado o duplicado de clítico consiste en la coaparición del clítico “en la misma oración con un sintagma en posición canónica de objeto” (Fernández Soriano, 1999, p. 1248). En el español estándar hay ciertos contextos que exigen obligatoriamente el doblado de clítico, como cuando el objeto canónico es un pronombre:

(8) Doblado de OD: te vio a ti (*vio a ti)

(9) Doblado de OI: le dio el libro a ella (*dio el libro a ella)

Cuando el objeto canónico no es pronominal, los objetos indirectos generalmente se duplican (10), mientras que los directos no (como en 11).

(10) le dio el regalo a Valentina

(11) vieron la película / a Juan

Company (2002) afirma, a partir de un estudio en el cual tuvo en cuenta textos en español peninsular y latinoamericano, que el duplicado de pronombre dativo pasó de un 10% en el siglo XVI a un 83% en el siglo xx. En algunas variedades específicas, como la mexicana, se ha constatado que la proporción es aún más elevada, “cercana a un uso absoluto”: entre 90% y 96% (Com­pany, 2002, p. 52). Según Torres Cacoullos (2002, p. 307), “Redundant use of le may be taken as an indication of the conventionalization (grammaticization) of dative duplication” (véase también Bogard, 1992, y Rini, 1991).

Flores y Melis (2004) proponen que

la difusión explosiva que documenta la duplicación del OI a partir del siglo XIX responde a la necesidad de restablecer la di­ferencia formal del OD y OI en el área nominal, profundamen­te estragada por la difusión masiva de la preposición a frente a OD. […] el fenómeno de duplicación del OI es uno solo y el mismo cambio en todas las variedades de lengua estudiadas, aunque este se encuentra en diferentes estados de evolución y ofrezca grados de gramaticalización muy diversos (p. 353).

En cuanto al doblado de OD, este se ha registrado, en la mayoría de las variedades ibéricas, en contextos muy específicos, como por ejemplo en el de la aparición de algunos cuantificadores, como en 12 y 13, casos en los que no es obligatoria la duplicación.10

(12) lo sé todo

(13) los conozco a los cuatro

Cuando los OD léxicos aparecen, pero no en la posición canónica posverbal, sino antepuestos al verbo, “generalmente requieren la presencia del clític o” (Fernández Soriano, 1999, p. 1252) (ejemplo 14). En palabras de Gómez Seibane (2021a, p. 79), “La anteposición verbal de objetos obliga a la duplicación tanto de directos como de indirectos” (ejemplo 15).11

(14) A Mario lo vi ayer. La mesa la compramos en ese almacén.

(15) A Juana la eligieron presidenta. A sus hijos les lanzó un buen sermón.12

Una asimetría, aparte de la ejemplificada en 10 y en 11, que se constata en el comportamiento de los clíticos de OD y OI, es la de que con mucha frecuencia la forma les pierde la marca de plural al duplicarse, como en:

(16) Luisa le prestó plata a esos estudiantes

(17) eso le dio sustento a sus ideas

La interpretación que se ha dado en general de este hecho es que indica que el dativo es un ‘expletivo’ [...], que no ejerce una función verdaderamente pronominal, sino que avanza la presencia de un dativo, cuyos rasgos no necesita especificar (Fernández Soriano, 1999, p. 1259).

Company propone que

esta falta de concordancia indica […] que el pronombre átono DAT está perdiendo, o ha perdido ya, su estatus de pronombre anafórico para convertirse, vía un reanálisis, en un marcador de concordancia objetiva en el verbo, un marcador que anticipa en el verbo, como casi un afijo del verbo, que en ese evento sigue o existe un argumento prominente, el OI (Company, 2002, p. 53).13

En el corpus estudiado por Huerta (2005),14 esta autora constató que el orden del OI léxico con respecto al verbo “es un factor importante que favorece o dificulta la pérdida de concordancia” (p. 170): en sus datos, cuando la posición del OI léxico es la canónica o la no marcada (V-OI), se constata una falta de concordancia plural en el clítico en el 57% de los casos, mientras que con OI antepuestos al verbo solo en el 4% de los casos se registró la falta de concordancia.15

Mojedano (2014), en un estudio que incluye muestras de Colombia (Medellín), México y España, también constata que la posición del OI condiciona la concordancia con el pronombre dativo: “cuando el pronombre dativo se situaba antes del OI, la falta de concordancia se favoreció” (p. 89). Esta autora también propone que en el español de Medellín la opción default es la ausencia de concordancia, y que (con respecto al español de México y de España): “Esta zona geográfica encabeza el cambio lingüístico” (Mojedano, 2014, p. 88), ya que las cifras relativas de inconcordancias fueron las más altas en su corpus.

En cuanto al doblado de OD, se ha constatado que existe variación dialectal, al igual que para el de OI. En ciertas variedades del español, como la rioplatense (véase Silva-Corvalán, 1981, y Suñer, 1988), son habituales construcciones como la de 18, en las que se duplica el clítico a pesar de la realización posverbal (canónica) del objeto directo léxico, aunque también operan ciertas restricciones (véase ampliación en Fernández Soriano 1999, pp. 1251-1252 y en Gómez Seibane, 2021b):

(18) la vi a Elena

En el español quiteño se constata el uso de estructuras en las que con OD antepuesto no se expresa el clítico, como en 19 y 20:16

(19) la leche Ø vendían a $ 1.20

(20) Me he ido a las discotecas a ver cómo eran y sí, Ø veo bien diferentes

Por otro lado, el hecho de encontrarse en el español hablado en México el le completamente despronominalizado (sin referente nominal) en algunas construcciones verbales como ándale, lléguele, éntrale, quihúbole, vuélale, pícale, córrele, e incluso con bases no verbales (con funciones pragmáticas ajenas a la marcación del caso dativo), como en híjole, órale,17újule, (y)épale, éjele, no le aunque, es, según Company (2002, pp. 56-58), otra prueba del cambio que viene experimentando este clítico hacia una extensión de sus funciones mucho más allá de su ámbito etimológico original. La autora considera estos usos como la última etapa de un proceso de gramaticalización (que convive con usos más etimológicos del dativo). Este proceso lo resume esquemáticamente de la siguiente manera (p. 60):18

Gramaticalización múltiple del dativo

“1) DAT pronombre anafórico, con referencia a seres hu­ma­nos (le/les dije a Juan/a los niños)g2) Flexibilización re­fe­rencial del DAT: pronombre anafórico con referencia a en­tidades no humanas (le/les puso barniz a la/las puerta(s))g3) Refuerzo de la marcación del DAT: generalización de la du­plicación de OIg4) Rea­ná­lisis del pronombre DAT como marca de concordancia objetiva (leØ dije a los niños)g5) Debilitamiento referencial del DAT: no referencia a entidades, referencia a todo el evento (vuélale)g6) Invasión del DAT a bases no verbales: nula referencia del DAT (híjole)”

En vista de que el doblado de clítico presenta variación en el español, y con el fin de alimentar la discusión acerca de las implicaciones teóricas de la coexistencia de diversos usos y formas de estas construcciones, en el presente trabajo se analizarán los doblados de clítico para la variedad estudiada.

2.3 Distribución

A continuación se presentan de forma sintética las principales regularidades concernientes al orden en el que aparecen los objetos pronominales con respecto al verbo. En el español normativo, por lo menos en el sincrónico, ya que “la alternancia entre formas enclíticas y proclíticas estaba en época antigua regulada por principios que hoy le son ajenos” (Fernández Soriano, 1999, p. 1261), los pronombres objeto se sitúan inmediatamente antes (proclisis) del verbo finito (marcado mínimamente para tiempo) (ejemplo 21) o después (enclisis) de los verbos en infinitivo (ejemplo 22), gerundio (ejemplo 23) e imperativo afirmativo (ejemplo 24), mientras que los participios no admiten la adjunción del pronombre (ejemplos 25 y 26).

(21) los apoyo / apoyé / apoyaré / apoyaba / apoyaría incondicionalmente

(22) es importante apoyarlos incondicionalmente

(23) esto solo se logra apoyándolos incondicionalmente

(24) apóyenlos ustedes incondicionalmente

(25) *hemos apoyádolos incondicionalmente

(26) *hemos los apoyado incondicionalmente

Fernández Soriano (1999, p. 1261) afirma que “Este paradigma se repite con cualquier tipo de verbo, de modo que no parece que puedan encontrarse factores distintos de la configuración del sistema flexivo de la oración que determinen la posición enclítica o proclítica del pronombre átono”.

A pesar de que el orden descrito parece ser muy regular en la gran mayoría de las variedades del español sincrónico estudiadas, Arboleda (2002) reporta estructuras como las siguientes para el español hablado en la frontera colombiana con Ecuador: “ Le voy a mandar una carta, usted también escribirame , frente a usted también me escribirá. En otra clase de oraciones, todas de forma verbal perifrástica: Voyme a juagar el pelo , frente a Me voy a juagar el pelo” (p. 38).19

En vista de que en cuanto al orden de los clíticos con relación al verbo anfitrión es posible encontrar variación, en el presente trabajo se analizó este aspecto.

Finalmente, en cuanto al orden de los clíticos en estructuras complejas y al orden de las secuencias de clíticos, nos limitaremos a anotar, por razones de espacio,20 que en el español normativo, cuando aparecen dos clíticos seguidos en posición preverbal, uno de OD y el otro de OI, la secuencia es: OI- OD-V, y la forma le(s) se realiza con el alomorfo se, como se puede observar en:

(27) el pan se lo di a Valentina / *el pan le lo di a Valentina

Teniendo en cuenta las consideraciones expuestas en este apartado, en el presente estudio se analizaron en una muestra del Corpus PRESEEA-Medellín los pronombres clíticos en cuanto a sus funciones y a su distribución con respecto al verbo, así como el fenómeno de doblado de clítico y la concordancia de número de los clíticos con los objetos con los que se correlacionan.

3. Metodología

El corpus para la realización de la presente investigación está constituido por 36 entrevistas semidirigidas, realizadas al mismo número de hablantes, que hacen parte del Corpus PRESEEA-Medellín. Este corpus se inscribe en el Proyecto para el Estudio Sociolingüístico del Español de España y América (PRESEEA). Las entrevistas tienen una duración promedio de aproximadamente 45 minutos. Aunque el análisis no contempló los factores sociales, se pretendió trabajar con una muestra lo mejor distribuida posible en relación con estos criterios. De esta manera, la muestra estudiada está constituida por todas las realizaciones de pronombres clíticos de tercera persona encontradas en las 36 entrevistas seleccionadas, clasificadas según las siguientes categorías: Sexo (Hombres:18, Mujeres:18); Generación (Generación 1: 12, Generación 2: 12, Generación 3: 12); y Nivel educativo (Nivel educativo 1: 11, Nivel educativo 2: 11, Nivel educativo 3: 14).

Todos los clíticos encontrados en la muestra se clasificaron teniendo en cuenta los siguientes factores: la forma usada (-la(s), lo(s), le(s) y se, cuando es alomorfo de le(s)-); su función gramatical (OD, OI); su distribución con respecto a la construcción verbal, considerando si se trataba de verbos finitos o de formas no finitas (posición antepuesta o pospuesta); su correlación con un OD u OI léxico en el ámbito de la misma cláusula, teniendo en cuenta la posición de estos sintagmas con respecto al clítico; y su concordancia en cuanto al número y al género con el OD o el OI con el que se establece la referencia.

Con base en esta clasificación se realizó el análisis cualitativo y cuantitativo de los clíticos a la luz de las consideraciones teóricas expuestas en el apartado 2.

4. Análisis y discusión de los resultados

En total, se registró la realización de 2 803 formas de pronombres objeto clíticos en el corpus estudiado. Las formas de los clíticos corresponden a la(s), lo(s), le(s) y se, cuando constituye un alomorfo de le(s). En general, son más frecuentes las formas singulares (84%) que las plurales (16%). No se tuvo en cuenta la forma lo cuando es artículo y no pronombre. Se excluyeron igualmente tres casos en los que las interrupciones y vacilaciones impiden interpretar con claridad la función del clítico.

4.1 Funciones gramaticales

En cuanto a las funciones de los objetos clíticos presentes en el corpus, de un total de 2 803 realizaciones, la totalidad de ellos (100%) corresponden al sistema etimológico, en el que las formas lo(s) / la(s) remiten al OD (1.404, 50.08%) y las formas le(s) (y se) remiten al OI (1.399, 49.9%).

Aparte de las 2.803 realizaciones mencionadas, se hallaron 71 casos en los que aparecieron formas clíticas en construcciones que clasificamos como Unidades Fraseológicas Fijas (UFF). Ya que la función gramatical específica de estas formas clíticas no es identificable, al hacer parte de una estructura mayor que funciona como una unidad, como en 28, este tipo de ocurrencias no fue tomado en cuenta en el análisis.

(28) UFF: irla bien (sin referente específico)21 (MEDE_H31_2)22

yo LA voy bien con ellos y ellos LA van bien conmigo

Los datos del corpus estudiado muestran claramente que la selección entre las formas lo(s)/la(s) vs. le(s) depende del caso (acusativo frente dativo -OD contra OI-), del género y del número, independientemente del hecho de que el referente sea animado/inanimado o continuo/discontinuo, como se aprecia en los ejemplos que se exponen a continuación.

Clíticos con referentes animados e inanimados

(29) LO con referente animado

él es médico / de pronto LO has visto en una camioneta / (MEDE_H23_1)

(30) LO con referente inanimado

cerré el carro y LO dejé prendido y cerrado con <vacilación/> con seguro/ porque no sé por qué LO cerré/ (MEDE_M13_1)

(31) LE con referente animado

pues nunca he visto que mi papá LE pegue a mi mamá (MEDE_H23_1)

(32) LE con referente inanimado

E: ¿sabe hacer el arroz chino? I: sí (…) LE echo cebollita de huevo bien menuda (MEDE_M22_2)

Los siguientes ejemplos muestran el uso de clíticos de OD y OI en un mismo informante, en el mismo turno y con el mismo referente (subrayado):

(33) para ya poder estar por la tarde con mis hijas / (…) hago las tareas con ellas / por la noche LAS acuesto / LAS acompaño a comer / LAS empiyamo / pues / estamos con ellas / a la hora de / de la piyama / de acostarnos / LES contamos un cuento siempre (MEDE_M23_4)

(34) yo me considero muy afortunado // de la familia que tengo / de los hijos que me dio el dio el señor pues porque // primero LES tocó en una época difícil / (…) uno // pues trata de darLES la mejor formación posible pero de todas maneras hay que soltarLOS en alguna forma / yo creo que tuvimos la fortuna de // de ofrecerLES a ellos // la oportunidad de colegios / buenos (MEDE_H33_3)

Clíticos con referente continuo

Con referentes continuos (al igual que con discontinuos, como en 29-31, se usan lo(s), la(s) y le(s), dependiendo del caso, el número y el género, como se ejemplifica a continuación:

(35) / el ser humano es el único que / que ensucia el agua que se va a tomar / el único / de de los animales pues ensucia el agua que se va a tomar / es decir / que LA ensucie bañándose como los pajaritos / está bien / pero LE tira químicos / LE tira de todo lo que / daña lo que necesita / entonces el ser humano es… (MEDE_H23_6)

(36) E.: a mí no me gusta mucho el frío ¿usted cuál prefiere?

I.: yo prefiero el frío / uno LO disimula más fácil / en cambio el calor sí es más sofocante más / cansón (MEDE_H12_1)

En conclusión, en la variedad de habla estudiada, la escogencia entre las formas lo(s), la(s) y le(s) (y su variante se) es determinada por el caso, el género y el número, y no por características semánticas del referente, como la animacidad o su naturaleza contable. De modo que se trata de un sistema etimológico, que corresponde al que Fernández-Ordóñez (2011) denomina paradigma general del español(véase cuadro 1).

4.2 Distribución sintáctica

Con respecto al verbo, la posición de los clíticos de OD y OI en el corpus es la siguiente: el clítico (OI o OD) aparece inmediatamente antes del verbo finito. Cuando la construcción verbal contiene un auxiliar (finito) y un gerundio o un infinitivo (formas no finitas), el clítico puede ir antes del verbo finito o después de las formas no finitas. Es decir, se usa tanto: Juan lo estaba viendo como Juan estaba viéndolo. En construcciones con participio pasado, el clítico va antes del auxiliar, y no pospuesto a la forma participial. No se constataron realizaciones de construcciones del tipo yo he vístolo ni yo helo visto. Con verbos imperativos afirmativos, los clíticos van pospuestos a estos. Cuando aparecen dos clíticos seguidos, el orden es invariablemente OI-OD, y el OI se realiza como se. No se exponen ejemplos por razones de espacio.

En todo el corpus no se registró una sola excepción a la distribución que acabamos de describir, la cual corresponde a la que se registra para el español general (véase 2.3).

4.3 Doblado de clítico

4.3.1 Doblado de OI

En el corpus se constató la presencia del pronombre clítico de OI en la casi totalidad de las cláusulas que contenían un OI léxico o un OI con pronombre oblicuo (a + pronombre oblicuo), independientemente de la posición de estos en relación con el verbo finito. El alcance que se tuvo en cuenta es el de la cláusula.

Solo se registraron, en todo el corpus, 5/499 (1%) ocurrencias en las que el OI léxico aparecía sin el clítico. Es decir, que en el 99% de los casos, cuando aparece un OI léxico (o un OI con pronombre oblicuo), se emplea el clítico. Compárese con los porcentajes para el español de México (90% según Bogard, 1992; 91% según Flores y Melis, 2004, entre 90% y 96% según Company, 2002) y para el de Madrid (80%, según Flores y Melis, 2004).

El siguiente es un ejemplo en el que no aparece el clítico, aunque se realice el OI léxico:

(37) estar pendiente de las temperaturas a las cuales / se debe / dar el punto a la / a la comida (MEDE_H33_2)

Por la cantidad de vacilaciones e interrupciones que se presentan en 37, podría analizarse este caso, así como los demás casos en los que no aparece el clítico, como posibles errores de actuación. Esta interpretación también estaría soportada por los datos cuantitativos, que muestran una tendencia casi absoluta a la realización del clítico de OI.

A continuación se presentan ejemplos del corpus que ilustran casos de realizaciones del clítico de OI:

Doblado con OI léxico (u oblicuo) posverbal

(38) qué más vergüenza que tuve que ir a tocarLE la puerta a Amparo / para que me diera dormida con perro y todo (MEDE_M32-1)

(39) cogieron la camioneta a bala/ / y ahí fue donde LE dieron un tiro a él (MEDE_M32-1)

Realización del clítico con OI léxico (u oblicuo) preverbal

(40) porque ya al empleado habría que pagarLE / seguro / (MEDE_H32_1)

(41) a ella LE ha gustado mucho la matemática (MEDE_M33_4)

En conclusión, en los datos de la variedad estudiada se comprueba la tendencia, registrada en la literatura especializada y para el español general, a realizar el clítico dativo en estructuras que contienen un OI léxico.

4.3.2 Doblado de OD

Los datos del corpus muestran que, en todos los casos registrados, cuando el OD léxico aparece dislocado, en posición anterior al verbo finito, se realiza el clítico de OD, como en 42, y que este no se realiza cuando el OD léxico aparece en posición posverbal o canónica, como en 43, lo que coincide con la regularidad observada para la mayoría de las variedades de español estudiadas: cuando el objeto canónico no es pronominal, los OI no se duplican. No se encontró ningún caso en el corpus en el que se duplicara el OD léxico pospuesto.23

(42) el jardín botánico LO cambiaron mucho (MEDE_H21_2)

(43) vivo en un espacio mejor que los espacios que construyen ahora/ en un edificio de pocos pisos/ con zonas verdes abajo/ […] con construcción sólida que no oigo a los vecinos/ (MEDE_M33_4)

Cuando el OD es un pronombre de la serie tónica (que aparece con la marca de +humano/animado a), independientemente de su posición preverbal o posverbal, aparece el clítico de OD, como ha sido constatado en general para el español (véase 2.2), como en:

(44) a él LO iban a matar (MEDE_M33_4)

(45) porque igual quisiera estar otra vez con él juntos / porque la bebé igual LO extraña mucho a él (MEDE_M11_1)

Como se expuso en 2.2, en el contexto específico de la aparición de ciertos cuantificadores (como todo) con función de OD, puede aparecer el clítico acusativo doblado, como en:

(46) nosotros LO hemos tenido todo (MEDE_H23_1)

En resumen, en cuanto a las regularidades subyacentes al doblado de los pronombres clíticos, la variedad estudiada presenta los mismos principios regulares que los que han sido propuestos con mayor o menor frecuencia de uso para las diferentes variedades del español estudiadas (véase 2.2): tendencia casi absoluta a realizar el clítico dativo en estructuras que contienen un OI léxico, independientemente de la posición preverbal o posverbal de este último. Realización del clítico de OD cuando el OD léxico aparece en posición anterior al verbo finito, y ausencia de doblado cuando el OD léxico aparece en posición posverbal o canónica.

4.4 Concordancia

En todo el corpus se encontraron 92 casos (3.3%) en los que no hay concordancia de número y/o género frente a 2 711 en los que sí hay concordancia entre los pronombres clíticos de tercera persona y sus referentes. En el presente análisis proponemos principalmente tres factores que podrían explicar las inconcordancias de número y género encontradas, cuando estas presentan un cierto tipo de regularidad y no son atribuibles a errores de actua­ción perceptibles en vacilaciones e interrupciones. Del total de 92 inconcordancias, 68 se podrían considerar motivadas por los siguientes factores: la referencia a entidades colectivas, la distancia entre el clítico y el referente, y la despronominalización de le en estructuras de doblado de OI. La gráfica 1 muestra los porcentajes de los factores mencionados que proponemos para explicar las 68 inconcordancias que se dejan clasificar como motivadas:

Gráfica 1 Motivación de la inconcordancia (Total: 68 casos) 

4.4.1 La referencia a entidades colectivas

Cuando la entidad con la que el clítico establece una correferencia es semánticamente plural, pero se expresa a través de una forma gramatical singular, como mi familia en 47 y la gente en 48, el ha­­blante puede vacilar entre establecer formalmente una con­cor­dancia semántica (usando una forma plural) o una gramatical (seleccionando una forma singular).24 Esto explicaría la variación encontrada en cuanto al uso de les por le y de los/las por lo/la.

(47) yo sí soy de las personas que primero LES ayudo a mi familia (MEDE_M33_4)

(48) y la gente se va tranquila porque no LOS va a coger una moto (MEDE_H23_1)

4.4.2 La distancia

Cuando la entidad con la que se establece la correferencia se encuentra lejos del clítico, existe la posibilidad de que el hablante no recuerde si el sintagma nominal en cuestión estaba marcado para determinado género o número. Se encontraron 16 (24%) inconcordancias en las que la entidad a la que se hace referencia se encontraba a dos o más cláusulas de aquella en la que aparece el clítico, como en:

(49) / me ha parecido un barrio muy agradable a pesar de que pasé mi infancia / en el barrio Sevilla / ¿cierto? / ahí junto al hospital infantil / que tenía pues parques / LO pasé junto a la Universidad de Antioquia que es lo que denominábamos el Chagualo (MEDE_H23_1)

(50) E.: y / y con respecto a eso / ¿cómo le parece el Metrocable?

I.: no lo conozco / no lo / he tenido muchos deseos de ir / a conocerlo y de pronto montar en él / pero lo puedo observar acá / por Teleantioquia que / presentan / muchos programas donde LOS muestran / (MEDE_M21_2)

4.4.3 La despronominalización de le en estructuras de doblado de OI (le por les)

Cuando la entidad con la que se establece la correferencia no es colectiva, y cuando no hay distancia entre las unidades correferenciales porque se encuentran en la misma cláusula, el uso de le por les (en construcciones como le di la plata a los vecinos ) no se deja explicar por alguno de los factores anteriores.

En el corpus se encontraron 24 casos de inconcordancia de número entre el clítico dativo le y un OI plural realizado en la misma cláusula (doblado), como en los ejemplos siguientes:

(51) una muchacha LE vendía tinto a mis compañeros (MEDE_H21_4)

(52) y uno LE pregunta a los mexicanos cuando uno se montaba en ese Metro (MEDE_H23_1)

En el corpus se registra un total de 39 OI léxicos plurales pospuestos en estructuras de doblado (posición canónica), de los cuales 15 (38.5%) concuerdan en número (PL) con el clítico les y 24 (61.5%) no concuerdan, es decir, el clítico tiene la forma singular le, como se muestra en la gráfica 2.

Gráfica 2 Concordancia en estructuras de doblado con OI pospuesto 

Estas cifras se asemejan a las que Huerta (2005) reporta para la variedad mexicana: 57% de casos de inconcordancia cuan­do la posición del OI léxico es la canónica o la no marcada (V-OI) (véa­se 2.2).

Como se expuso en el apartado 2.2, este hecho ha llevado a varios especialistas a considerar el le doblado como un expletivo “que no ejerce una función verdaderamente pronominal, sino que avanza la presencia de un dativo, cuyos rasgos no necesita especificar” (Fernández Soriano, 1999, p. 1259), o, en palabras de Company (2002, p. 53), como “un marcador de concordancia objetiva en el verbo, un marcador que anticipa en el verbo, como casi un afijo del verbo, que en ese evento sigue o existe un argumento prominente, el OI”. Siguiendo estas propuestas, que interpretan este fenómeno como un proceso de cambio en marcha, palpable en múltiples variedades del español, proponemos explicar también el uso de le por les en el contexto de doblado con OI canónico como un caso de despronominalización de le, es decir, de una reinterpretación del pronombre como una marca de caso dativo en proceso de gramaticalización. Está claro que, en cuanto a la variedad estudiada, este uso, aunque más frecuente que el de otras variedades, representa una tendencia y no se puede hablar aún de un proceso de gramaticalización que haya llegado a su culminación.

Por otro lado, hay un total de 30 OI plurales antepuestos en es­­tructuras dislocadas, de los cuales 26 (86.6%) concuerdan en nú­mero (PL) con el clítico les y solo cuatro (13.3%) no concuerdan, es decir, en estos casos el clítico tiene la forma singular le, como en:

(53) pero / desgraciadamente a los hijos / yo lo digo / se LE quitarían ¿cierto? / ciertas cosas que les agradan (MEDE_H23_1)

En el uso de le por les constatamos entonces una asimetría relacionada con la posición del OI léxico: cuando el OI léxico plural va pospuesto al complejo verbal (y por lo tanto al clítico) en estructuras de doblado (posición canónica), como en 51 y 52, se presentan más inconcordancias del tipo le por les (24/39, 61.5%) que cuando el OI va antepuesto (4/30, 13.3%), como en 53.

Estas cifras también concuerdan tendencialmente con lo registrado por Huerta (2005) para la variedad mexicana: con OI antepuestos al verbo solo en el 4% de los casos se presentó falta de concordancia (véase 2.2).

Los porcentajes de concordancias e inconcordancias registrados en nuestro corpus también coinciden con las encontradas por Mojedano (2014), que incluyó una muestra del español hablado en Medellín, además de muestras de España y México (véase 2.2). Coincidimos igualmente con esta autora en la constatación de que el factor posición canónica o pospuesta del OI léxico favorece la aparición de inconcordancias.

En el hecho de que con OI plural antepuesto en el 86.6% de los casos se use el clítico concordante, vemos el efecto de operaciones sintácticas que tienen como consecuencia la marcación de una huella pronominal en el verbo cuando se dislocan de su posición canónica tanto los objetos indirectos como los directos. Recuérdese la asimetría constatada para los OD léxicos en el corpus y en general para el español, consistente en que cuando estos van antepuestos al verbo finito se realiza el pronombre clítico de OD, mientras que cuando van pospuestos no aparece el clítico. Esto quiere decir que probablemente con OI léxicos antepuestos el clítico de OI no ha perdido su estatus de pronombre pleno (lo que implica concordancia), a diferencia del clítico de OI en correferencia con un OI léxico pospuesto o canónico.

4.5 Otras observaciones

Si bien en el corpus estudiado no encontramos casos de leísmo, ni siquiera del llamado “leísmo de cortesía” (Fernández-Ordóñez, 1999, p. 1340), es necesario anotar que este último tipo sí se escucha en el dialecto medellinense en contextos más formales o se lee frecuentemente en textos escritos, específicamente en invitaciones a diversos eventos corporativos, institucionales o privados (matrimonios, grados, etc.). Las situaciones contextuales en las que se usa apuntan a un cierto prestigio de este tipo de leísmo. Aparentemente su uso se restringe a contextos en los que el referente del pronombre clítico es la segunda persona y no la tercera, como en le invitamos (a usted) al siguiente evento: (…). Están por hacerse estudios sistemáticos sobre este uso, que no se pudo registrar en las entrevistas semidirigidas del PRESEEA -Medellín, que constituye nuestro corpus, en el cual, en los casos en los que los informantes se dirigían directamente a un interlocutor (ya sea al entrevistador o a otro en construcciones de discurso directo) se prefirió siempre el clítico de OD, como en:

(54) y yo lo miraba y yo lo miraba/ <cita> pero eeh yo a usted no LO conozco </cita> / (MEDE_M12_3)

(55) y de entrada a mí me decían que <cita> Gonzalo / que a usted LO van a echar </cita> (MEDE_H31_3)

También es importante anotar que en el habla de Medellín se escuchan ocurrencias de le despronominalizado, como las que registra Company (2002, pp. 56-58) para el español mexicano, como hágale (o hacele en la conjugación voseante),25córrale (correle), apúrele (apurale), dele (dale), chúcele (que quiere decir: acelere -dicho al conductor de un vehículo-), y épale. Estos usos de le, que se presentan en contextos conversacionales más espontáneos que el de las entrevistas semidirigidas, deberán ser estudiados a profundidad. Sin embargo, en el corpus se registró el caso siguiente, en discurso directo:

(56) y yo vi el el gamín que venía y yo dije <cita> este nos va a robar </cita> yo le dije <cita> Claudia correLE que nos van a robar </cita> cuando yo le dije correLE fue que ya el gamín la tenía con/ con una navaja/ (MEDE_M12_1)

5. Conclusiones

En cuanto a la función gramatical de los pronombres clíticos de tercera persona en el corpus estudiado, la selección de las formas lo(s), la(s) y le(s) (y su variante se) es determinada por el caso, el género y el número, independientemente del hecho de que el referente sea animado/inanimado o continuo/discontinuo. En la totalidad (100%) de las 2 803 ocurrencias del clítico, las formas lo(s) / la(s) remiten al OD y las formas le(s) (y su variante se) remiten al OI, por lo que estaríamos ante un sistema etimológico. Este rasgo conservador coincide con otros de la misma índole del dialecto estudiado, como, por ejemplo, la tendencia al uso normativo del subjuntivo (Koenig, 2016, p. 112), la conservación del voseo como forma de tratamiento de segunda persona y algunos rasgos fonológicos “que caracterizan dialectalmente a las variedades conservadoras en su pronunciación” (González-Rátiva y Mejía Escobar, 2011, p. 93).

La distribución sintáctica de los clíticos estudiados corresponde en el corpus a la que se registra en general para el español sincrónico: el clítico (OI o OD) aparece inmediatamente antes del verbo finito o inmediatamente después de las siguientes formas verbales, no finitas: gerundio e infinitivo. Cuando la cláusula contiene una construcción verbal con auxiliar (finito) y un gerundio o un infinitivo, el clítico puede ir antes del verbo finito, o después de las formas no finitas. En construcciones con participio pasado, el clítico va antes del auxiliar y no pospuesto a la forma participial. Con verbos imperativos afirmativos los clíticos van pospuestos a estos. Cuando aparecen dos clíticos seguidos, el orden es invariablemente OI - OD, y el OI se realiza como se.

Con respecto al OI, en el corpus se constató la coocurrencia del pronombre dativo con un OI léxico o un OI en forma de sintagma oblicuo (a + pronombre oblicuo) en la casi totalidad de las cláusulas, independientemente de la posición del OI en relación con el verbo finito; es decir, tanto en doblados de clítico en sentido estricto como en dislocaciones. Esto corrobora la misma tendencia registrada para todas las variedades del español estudiadas (véase, entre muchos otros, Rini, 1991; Bogard, 1992; Fernández Soriano, 1999; Company, 2002; Torres Cacoullos, 2002; Flores y Melis, 2004), aunque esta tendencia se presente “en diferentes estados de evolución y ofrezca grados de gramaticalización muy diversos” (Flores y Melis, 2004, p. 353). La cuantificación de los datos encontrados en nuestro corpus muestra que el grado de gramaticalización de la realización del clítico de OI es casi absoluto (de un 99%), comparable a la proporción entre 90% y 96%, “cercana a un uso absoluto” (Company, 2002, p. 52), que se documentó en la variedad mexicana.

En cuanto al OD, los datos del corpus muestran que, cuando el OD léxico aparece en posición anterior al verbo finito, se realiza el clítico de OD. Esto sucede en la totalidad de las cláusulas que contienen un OD léxico antepuesto. Cuando el OD léxico aparece en posición posterior a la construcción verbal, no se encontró ningún caso en el corpus en el que se duplicara el OD léxico pospuesto, a no ser que se tratara de ciertos cuantificadores (como todo) con función de OD, lo que coincide con las regularidades observadas para el español normativo (véase Fernández Soriano, 1999). Cuando el OD canónico es pronominal (a él/ella/ellos/ellas), independientemente de su posición preverbal o posverbal, aparece el clítico de OD, como ha sido constatado para la mayoría de las variedades del español.

En general, para el OI y el OD se encontraron muy pocas inconcordancias de número y género (92/2.711, 3.3%). Del total de 92 inconcordancias, 68 se dejan explicar por la incidencia de tres factores: 1. la referencia a entidades colectivas; 2. la distancia entre el clítico y el referente; y 3. la despronominalización de le, cuando se realiza el OI canónico.

En el corpus se encontraron 39 OI léxicos plurales pos­puestos en estructuras de doblado, de los cuales 24 (61.5%) no presentan concordancia de plural en el clítico, es decir, este tiene la forma singular le. Este uso coincide con una tendencia reportada en la bibliografía para muchas variedades del español, que interpretamos, siguiendo a Fernández Soriano (1999) y a Company (2002), entre otros, como evidencia de la progresiva despronominalización de le y su reanálisis como expletivo o como marca que anuncia la presencia posterior de un OI canónico. Sin embargo, constatamos una asimetría relacionada con la posición del OI léxico: cuando el OI léxico plural va pospuesto al complejo verbal en estructuras de doblado (posición canónica), se presentan más inconcordancias del tipo le por les (61.5%) que cuando el OI va antepuesto (13.3%), de modo que el factor de la distribución sintáctica del OI léxico parece incidir en el uso de le por les. En este hecho vemos evidencia de que con OI léxicos antepuestos el clítico de OI no ha perdido su estatus de pronombre pleno.

Por último, es pertinente señalar la importancia de estudiar a futuro el “leísmo de cortesía”, y profundizar en aquellos casos de despronominalización de le en ciertas construcciones verbales imperativas en las que el clítico no remite a ningún referente.

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1El presente artículo es resultado del proyecto de investigación: Los pronombres clíticos de tercera persona y la partícula discursiva ‘antes’ en el español hablado en Medellín: Estudios sociolingüísticos a partir del corpus PRESEEA-Medellín. Investigadora principal: Marianne Dieck. Financiado por el CODI de la Universidad de Antioquia (Medellín), y aprobado en el acta 2019-25551 del 16/05/2019.

2Los ejemplos 1, 2 y 3 son tomados de Fernández-Ordóñez (2011, pp. 177-178).

3Salvo en la región de Nariño y Putumayo, frontera con Ecuador, donde Arboleda (2002) registró una variación del paradigma general.

4Aunque en el presente análisis no se discutirán las posibles causas de esta variación, es importante anotar que para la mayoría de los sistemas alternativos de clíticos se propone la influencia del contacto de lenguas. “La variación descrita en el sistema pronominal del español en contacto con otras lenguas no indoeuropeas, […] refuerza la hipótesis del contacto lingüístico con tales lenguas como motor de los cambios” (Gómez Seibane, 2012b, p. 78). Véase también Lipski (1996, pp. 102-109), Fernández-Ordóñez (1999, pp. 1349-1355) y Palacios (2015a). Sin embargo, véase Company (2002) para una propuesta que hace más énfasis en cambios motivados internamente.

5Este corpus es de libre acceso y contiene las grabaciones de audio y sus correspondientes transcripciones, en http://comunicaciones.udea.edu.co/corpuslinguistico/.

6Véase también Palacios (2021, p. 58).

7Para el funcionamiento de este sistema, véase, entre otros, Gómez Seibane (2012a) y Palacios (2015b).

8El funcionamiento del sistema cántabro se describe en Fernández-Ordóñez, 2007 y 2011.

10Para una discusión detallada de los contextos de doblado de clíticos, véase Fernández Soriano (1999, p. 1249), de la cual tomamos los ejemplos 12 y 13.

11Sin embargo, los casos de construcciones con objetos léxicos dislocados (a la izquierda o incluso a la derecha), generalmente no se consideran casos de doblado en sentido estricto. Recuérdese que partimos de la definición de doblado o duplicado como la coaparición del clítico en la misma oración con un sintagma en posición canónica de objeto.

13Véase también Huerta (2005) y Torres Cacoullos (2002).

14Aunque los textos de lengua hablada, escrita, popular y culta que conforman el corpus de esta autora son del español de México, ella considera “que los datos aportan evidencias para el español en general. […] la recurrencia del fenómeno en un corpus tan diverso en su temática, estilística y género, popular y culto, reflejan un fenómeno general del español actual, que está adquiriendo el carácter de norma al presentarse ya de manera predominante en la duplicación de objetos indirectos plurales” (Huerta, 2005, p. 168).

15Véase Huerta (2005) para el estudio de otros posibles factores que influyen en la aparición de la marca de concordancia plural en el clítico de OI.

16Ejemplo 19 de Suñer y Yepes (1988), ejemplo 20 de Palacios (2015a).

17Véase también Torres Cacoullos (2002).

18Véase Company (2002) para una argumentación detallada de las diferentes fases de reanálisis de las formas y funciones del dativo en español.

19Véanse también las construcciones de futuro imperativo atenuado en el castellano andino ecuatoriano en Haboud y Palacios (2017).

20Para una exposición detallada del orden de los clíticos en estructuras complejas y del orden de las secuencias de clíticos, véase Fernández Soriano (1999).

21Irla bien = llevarse bien con alguien.

22Los códigos de los informantes corresponden a las siguientes categorías: la letra hace referencia al sexo (H: hombre; M: mujer), el número que le sigue a la generación, el siguiente al nivel educativo y el último número es un consecutivo con el que se identifica la entrevista en el corpus PRESEEA-Medellín.

23A no ser que se trate de ciertos cuantificadores con función de OD, como se especi­fica más abajo.

24Esta vacilación en la concordancia ha sido constatada frecuentemente en la bibliografía, incluso ya desde Bello. “En general, los gramáticos suelen seguir a Bello en su explicación sobre las condiciones bajo las cuales se producen los desajustes en la concordancia. Por ejemplo, Gili Gaya concuerda con el filólogo venezolano en que ‘la indeterminación o heterogeneidad de los individuos que entran en la denominación colectiva favorecen la idea de pluralidad, y por tanto la concordancia de sentido’ (Gili Gaya, 1980, p. 30), pero difiere de este en cuanto al criterio de la no pertenencia de los elementos a la misma oración, pues sostiene que en realidad lo que importa es la distancia” (Sánchez Avendaño, 2012, p. 208).

25Sobre hágale en el español de Medellín, véase García Zapata (2016).

Recibido: 05 de Junio de 2021; Aprobado: 20 de Abril de 2022

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Marianne Dieck. Doctora en Filología Románica de la Uni­ver­si­dad de Hamburgo (Alemania). Profesora titular de la Uni­­ver­si­dad de Antioquia (Facultad de Comunicaciones y Filología) en el área de Lingüística. Miembro del Grupo de Estudios Sociolingüísticos. Sus áreas de investigación son las lenguas criollas, la morfosin­taxis de lenguas minoritarias y la sociolingüística.

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María Claudia González-Rátiva. Doctora en Lingüística de la Universidad de Antioquia, Colombia, magíster en Lingüística Hispánica del Instituto Caro y Cuervo y especialista en docencia universitaria de la Universidad del Rosario, Bogotá, Co­lom­bia. Docente-investigadora en las áreas de la Fonética y la Sociolingüística Hispanas y profesora titular adscrita a la Facultad de Comunicaciones y Filología de la Universidad de Antioquia. Coordina el Laboratorio de Fonética, parte integrante del 10/12 L@b, y es miembro del Grupo de Estudios Sociolingüísticos, del Semillero Español Histórico de Antioquia y del Semillero en Ciencias Fónicas de la Universidad de Antioquia, en Medellín, Colombia.

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Juan Daniel Areiza Londoño es filólogo hispanista de la Universidad de Antioquia e hizo parte del Semillero Español Histórico de Antioquia (SEHA) entre los años 2015 y 2019; posteriormente fue joven investigador del Grupo de Estudios Sociolingüísticos (GES), del cual todavía es miembro. Actualmente es parte del Semillero de Ciencias Fónicas de la Universidad de Antioquia y se desempeña como mediador de Biblioteca para el Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín.

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Valentina Ariza Rosario es estudiante del pregrado Filología Hispánica de la Universidad de Antioquia. Es investigadora activa del Semillero Español Histórico de Antioquia (SEHA) desde su fundación, en el año 2015. Actualmente se encuentra elaborando su trabajo monográfico en relación con el léxico en documentación notarial de los siglos XVII y XVIII.

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