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El trimestre económico

versión On-line ISSN 2448-718Xversión impresa ISSN 0041-3011

El trimestre econ vol.83 no.330 Ciudad de México abr./jun. 2016

 

Notas y comentarios

El pensamiento económico en los estudiantes de economía de Chile

Felipe Correa Mautz* 

*Departamento de Economía de la Universidad de Chile, Chile (correo electrónico: fecorrea@fen.uchile.cl).


Resumen:

En este artículo reportamos los resultados de una encuesta representativa realizada a los estudiantes de economía de Chile, de pre y posgrado de cinco universidades sobre temas de pensamiento económico. Una comparación entre estudiantes de las universidades chilenas que imparten economía permite concluir diferencias entre éstos, con características propias que se estarían imprimiendo como un sello en los estudiantes de las distintas casas de estudio. Por último, una comparación entre los estudiantes de posgrado chilenos, europeos y estadunidenses permite verificar en varios sentidos las particularidades del pensamiento económico en los estudiantes de economía del país.

Palabras clave: pensamiento económico; enseñanza; pluralismo; Chile

Abstract:

In this paper, we report the results of a representative inquiry from undergraduate and graduate students in economics from Chile, in five universities, about subjects in economic thought. A comparison among universities that teach economics in Chile allows concluding differences, with singular characteristics of students from each university. Another comparison among Chilean, European and North American students of economics allows identifying the characteristics of the Chilean economic thought among economics students.

Key words: economic thought; teaching; pluralism; Chile

Clasificación JEL: A11, A12, A20.

JEL Classification: A11, A12, A20.

Introducción

El propósito de este artículo es interiorizarse en el pensamiento económico de los estudiantes de economía y, con base en esto, evaluar la actual formación de los economistas en Chile, entregando por primera vez evidencia sistemática y representativa para el país. La hipótesis principal es que existen diferencias teóricas evidentes entre los lugares que imparten la enseñanza de la economía en Chile y que, además de estas diferencias al interior del país, existen particulares de la formación económica en Chile respecto a otras regiones del mundo, que hacen necesaria una discusión sobre la necesidad de una formación específica para un país en vías de desarrollo como Chile. Así, se evidencian las diferencias de pensamiento atribuibles a la formación de los estudiantes de economía por lugar de estudio, considerando estudiantes de pre y posgrado, y una encuesta aleatoria, presencial y suficientemente grande como para atribuir representatividad, evitando a su vez el sesgo de selección característico de este tipo de estudios.

El seguimiento del pensamiento de los economistas desde temprana edad es relevante debido a la alta probabilidad de que sean en un futuro los que dictarán las pautas en el quehacer de la disciplina económica en el país (Silva, 1991). Esto es especialmente relevante en un país como Chile, en donde los economistas han desplazado gradualmente a otros grupos profesionales, convirtiendo a la disciplina en una “seductora instancia de hegemonía profesional” (Montecinos, 2009). Debido a la alta relevancia de los economistas es que el seguimiento del pensamiento de los estudiantes puede entonces dar luces sobre las rutas ideológicas y teóricas que seguirá el pensamiento económico aplicado a las políticas públicas y al modelo de desarrollo en las próximas décadas.

Este tipo de análisis con su literatura asociada inicia con Klamer (1983), aunque haya sido a partir de Colander y Klamer (1987) que se le da sistematicidad. Los autores basan sus resultados en encuestas y entrevistas a estudiantes de PhD en economía que se prolongaron entre 1983 y 1985, y que abarcaron estudiantes de seis de las más prestigiosas universidades de los Estados Unidos. Sus conclusiones no mostraron una imagen halagadora de la enseñanza de posgrado en economía. Como señala Colander (2007), “era la imagen de una profesión perdida en la teoría pura y en las tecnicidades, con poca atención en las ideas”.

Veinte años después se realiza el mismo ejercicio, concluyendo que “la economía ha cambiado significativamente desde la década de 1980”, y que la crítica es ahora “no acerca de la ciencia económica, sino en lo que se refiere a la enseñanza, específicamente sobre la estructura de los ramos centrales en la educación de posgrado” (Colander, 2005: 193).

Análisis similares se han realizado para estudiantes cursando posgrados en economía en Europa (Colander, 2008) y en América Latina (Lora y Ñopo, 2009; Colander y Ñopo, 2011). Para Europa, las conclusiones sugieren que “estas universidades europeas han tenido éxito en hacer sus programas muy similares a los programas de los Estados Unidos, y han eliminado mucho de las tradiciones específicas de cada país”. Para América Latina, las conclusiones de Colander y Ñopo (2011) se centran en que “los países latinoamericanos y otros países en vías de desarrollo necesitan economistas políticos-ingenieros económicos”, de forma similar a lo argumentado en décadas pasadas por Pinto y Sunkel (1966). Algo similar parecen señalar Lora y Ñopo (2009) en el sentido que “una opción viable para las universidades de mayor tamaño es diferenciar el programa ordinario de economía de un programa de méritos especiales para estudiantes selectos, en el cual habría un mayor énfasis formal y mayores demandas técnicas”.

Específicamente para Chile, sólo se cuenta parcialmente con el estudio de Colander y Ñopo (2011), quienes se centran en estudiantes de posgrado, pero cuyos resultados no alcanzan a tener necesariamente resultados representativos de los estudiantes de economía en Chile. Este artículo se hace cargo de este vacío, esperando que el análisis sobre el pensamiento económico pueda continuar en el resto de los países de América Latina, con una metodología comparable como la aquí presentada.

Este artículo se divide en tres secciones. La sección I pone en contexto el estudio, en cuanto se ofrece un panorama histórico de la formación de los economistas en Chile; la sección II muestra la metodología y aplicación de la encuesta propia realizada a los estudiantes de economía; la sección III utiliza parte de los resultados de la encuesta a los estudiantes de economía para hacer una comparación entre escuelas de economía en Chile, y con otros estudios de los Estados Unidos, Europa y América Latina, aportando con una reflexión cualitativa sobre los resultados y siguiendo una forma analítica para proporcionar comparabilidad con otros estudios; finalmente, se presentan las conclusiones.

I. Contexto histórico

La historia de la enseñanza de la economía en Chile se remonta a 1924, con la creación de la Facultad de Comercio y Ciencias Económicas en la Universidad Católica. Diez años después, en 1934, se crea en la Universidad de Chile la Facultad de Comercio y Economía Industrial. Serían estas dos universidades (la primera privada y la segunda estatal) las encargadas exclusivas de la formación de economistas en el país hasta 1980, año en que se realiza la reforma a la educación superior que autoriza la creación de nuevas universidades privadas.

Por su lado, la Universidad de Chile tuvo una fuerte influencia en sus inicios del movimiento industrializador del periodo de entreguerras, condicionado por el contexto del comercio internacional. De esta manera, la Escuela de Economía de la Universidad de Chile se relacionó al poco tiempo con economistas y corrientes teóricas de la Comisión Económica para la América Latina (CEPAL), creada en 1947 y cuya sede principal se encontraba en Santiago. Así, esta universidad se orientó principalmente al estudio del desarrollo del país y de América Latina, apoyado posteriormente en la Escuela de Estudios Económicos Latinoamericanos (ESCOLATINA), creada en 1957 y anexada al Instituto de Economía y Planificación de la Universidad de Chile en 1961. De esta manera, y como señala Montecinos (2009: 147), durante los años dorados del desarrollismo impulsado por el Estado, muchas ideas heterodoxas fueron diseñadas en Chile. Así, en la década de 1960 Santiago de Chile se había convertido en el “crisol del análisis de la dependencia” (Love, 1996: 161). La llegada al país de intelectuales de izquierda exiliados de Brasil y Argentina impulsó aún más, hasta 1973, corrientes heterodoxas como el marxismo y las corrientes más radicales del desarrollismo (Montecinos, 2009: 151).

Por otro lado, las primeras dos décadas de formación en la Universidad Católica se orientaron primordialmente al estudio de comercio y contabilidad, reflejando una debilidad en cuanto a economía. A esto se sumaba el hecho de que los 20 profesores que enseñaban eran de media jornada, en su mayoría abogados y autodidactas (Vial, 1999: 12). Con la llegada de la misión de Chicago a Chile en 1955, la formación en economía de la Universidad Católica cambió radicalmente. La misión de Chicago era patrocinada por el gobierno de los Estados Unidos y entidades privadas interesadas en la construcción de una plataforma en América Latina desde la cual poder cambiar el entrenamiento de los economistas latinoamericanos y promover el libre comercio y el libre mercado en la región (Valdés, 2008). El convenio entre la Universidad Católica y la Universidad de Chicago requería que todos los estudiantes se matricularan en la Universidad de Chicago. De esta manera, ya a inicios de la década de 1960 la Universidad Católica estaba dominada por una mayoría de académicos graduados en Chicago (Vial, 1999: 217), convirtiéndose así en una especie de subsidiaria de la universidad estadunidense, reproduciendo su currículum en la enseñanza de la economía y las nociones de profesionalismo centradas en la ciencia. Los colegas con orientaciones de izquierda fueron condenados de “provincianismo” intelectual. Las doctrinas económicas prevalecientes hasta la década de 1950 fueron contrarrestadas con énfasis en los precios y la teoría monetaria, en detrimento de los factores históricos, culturales y sociales (Montecinos, 2009: 154). No obstante, existió un breve periodo de pluralismo teórico entre 1971 y 1973, impulsado por la Fundación Ford, en el cual los fondos para financiar los programas de posgrado fueron condicionados a la contratación de Osvaldo Sunkel y Sergio Molina (lo que finalmente se realizó), este último quien fuera ex ministro de Hacienda en el gobierno de Eduardo Frei Montalva.

Con el golpe de Estado de 1973 que depuso a Salvador Allende del gobierno, el incipiente periodo de pluralismo teórico en la Universidad Católica, y el creciente desarrollo de ideas heterodoxas y estructuralistas en la Universidad de Chile, cesó. Estas ideas se revirtieron hacia la ortodoxia del laissez-faire, ganando los “Chicago Boys” una posición dominante tanto en la Universidad de Chile, como en la Universidad Católica, y en un buen número de universidades privadas que nacieron a partir de la reforma a la educación superior de 1980 (Montecinos, 2009: 175). La CEPAL fue amenazada de expulsión y los economistas radicales fueron exiliados del país. Cuando el Departamento de Economía de la Universidad de Chile estuvo en manos de los “Chicago Boys” se hacía escasa mención a puntos de vista alternativos, “excepto en versiones caricaturizadas, distorsionadas y arbitrarias sacadas de su contexto histórico” (Sunkel, 1993: 3). Renuncias y despidos motivados políticamente fueron la consecuencia de la imposición de una conformidad intelectual.

Para el año 2000, la Universidad Católica seguía dominada por el grupo de Chicago. Mientras 10 de sus académicos tenían posgrados en la Universidad de Chicago, según Montecinos (2009: 175), no existían profesores dictando clases ni en la Universidad de Chile, ni en la Universidad Alberto Hurtado (cuya Facultad de Economía inicia sus actividades en 1998) que tuvieran un grado proveniente de Chicago. Hacia 2006, sin embargo, el panorama en cuanto a profesores en la Universidad Católica había cambiado: de 10 profesores a tiempo completo con PhD, sólo uno provenía de la Universidad de Chicago.

Los datos de este estudio reflejan en parte esta historia de larga data, que tiene orígenes y continuaciones. Las respuestas de los estudiantes de las distintas casas de enseñanza donde se estudia economía en Chile están condicionadas en parte por esta historia, por la composición de los académicos en cada universidad, y por los hincapiés, la cultura y la historia de cada facultad.

II. Metodología de la encuesta

El diseño de la encuesta se basó principalmente en los trabajos de (Colander, 2005, 2007), Colander y Klamer (1987), y Frey, Humbert y Schneider (2010). Las preguntas extraídas del inglés fueron traducidas lo más literal posible en su sentido al español, respetando el orden en las posibles respuestas expuestas en Colander (2007).

El cuestionario contó además con una evaluación piloto realizada en julio de 2013, en una versión on-line y distribuido de forma abierta a estudiantes de la Universidad de Chile. Uno de los problemas que arrojó esta modalidad on-line fue un posible sesgo de selección y la dificultad de verificar la identidad de los encuestados, además de la ausencia de un ambiente controlado para la aplicación de las encuestas. Las indagaciones finales se efectuaron entre los días 29 de octubre y 16 de diciembre de 2013, en cinco universidades chilenas, en forma presencial, anónima y autoaplicada en las mismas salas de clases, dando instrucciones estándar y respondiendo preguntas de los encuestados.

En total se encuestaron 380 estudiantes en 38 cursos, provenientes de cinco universidades y seis facultades: Universidad de Chile (Facultad de Economía y Negocios (UCH FEN) y Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (UCH FCFM), Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), Universidad de Santiago de Chile (USACH), Universidad de Concepción (UDEC) y Universidad Alberto Hurtado (UAH). En las cinco universidades, los encuestados pertenecen a la carrera profesional de Ingeniería Comercial mención Economía. Además, algunos encuestados pertenecen a los siguientes programas de posgrado: Magíster en Economía (UCH FEN), Magíster en Análisis Económico (UCH FEN), Magíster en Economía Aplicada (UCH FCFM), Magíster en Economía (PUC), Magíster en Economía (UAH), Magíster en Economía Aplicada a Políticas Públicas (UAH), Doctorado en Economía (UCH FEN) y Doctorado en Economía (PUC).

De la muestra de 380 observaciones se eliminan los datos de estudiantes de la Mención Administración o de otros programas que hayan estado presentes en los cursos encuestados, obteniendo 351 observaciones atribuibles a estudiantes de economía (véase el Cuadro 1).

a Alumnos regulares de la mención economía, no egresados y no pertenecientes a algún programa de posgrado. Informado para la UDEC por Miguel Quiroga, académico; para la USACH por Iván Jorquera, Registrador Curricular; para la UCH FEN por Rodrigo López, director de Proyectos (se considera de tercer año en adelante).

Cuadro 1: Estadística descriptiva 

El no hacer el proceso de encuesta por un método on-line protege a los resultados de lo que típicamente es el principal error en estos estudios: el sesgo de selección. Es común además que este tipo de estudios alcance una cobertura de entre 20 y 30% de la población, muy inferior a lo que nosotros obtenemos, sumado al hecho de que se evita el probable sesgo de selección ya mencionado.

Realizar las encuestas con base en aulas completas que responden el cuestionario asegura cierta aleatoriedad de los encuestados, basada en la probabilidad de asistir o no a clases, lo cual razonablemente no se correlaciona con las opiniones que se puedan tener en ciertos temas. Esto asegura en buena medida la representatividad de los resultados. Con base en las cifras de cobertura, el error muestral para las universidades para las cuales hay información sobre el número de estudiantes de economía de pregrado es menor en todos los casos a 10% con un intervalo de confianza de 95%, según la siguiente fórmula:

donde 𝑒 es el error muestral, 𝑧 es el coeficiente de confianza (1.96 para un nivel de 95%), 𝑛 es el tamaño de la muestra, 𝑁 es el tamaño de la población y 𝑝 es la proporción de la muestra que toma cierta característica y que para estos efectos asumimos en 0.5, obteniendo finalmente un margen de error razonable para la inferencia.

III. Resultados

Uno de los objetivos de este análisis es entender de mejor manera las percepciones de los estudiantes de economía sobre la profesión. Para esto, se les pregunta a los estudiantes qué habilidades son más probables que los posicionen en una “vía exitosa” (fast-track).1 A los estudiantes se les presentaron posibles habilidades para que fueran clasificadas, cuyos resultados se muestran en el Cuadro 2.

Cuadro 2: Percepciones del éxito  

Las habilidades que con menor probabilidad posicionarían a un economista en la “vía exitosa” sería la excelencia en matemáticas, seguido por la habilidad para hacer conexiones con profesores prominentes.

Para ver si existen diferencias sustanciales entre escuelas de economía en Chile, separamos los resultados entre las seis escuelas identificadas, acerca de las percepciones de la economía como ciencia.

Si se ve la columna “Total”, se puede decir que entre los estudiantes se está poniendo en duda el estatus de la economía como una ciencia exacta. Esto, pues los estudiantes creen que los economistas no concuerdan en los asuntos fundamentales, y que no se puede trazar una línea clara entre la economía positiva y normativa, dos características que identificarían a una ciencia exacta como tal. Sin embargo, estas visiones no se distribuyen de forma homogénea entre las escuelas. En la USACH, UDEC y UAH tienden a estar más de acuerdo en que es posible trazar una línea clara entre la economía positiva y normativa, con la UAH liderando esta percepción, mientras que en la UCH FEN, UCH FCFM y PUC opinan que no se puede hacer esta división de forma clara, con la UCH FEN liderando esta percepción. Algo similar ocurre en cuanto a la percepción sobre si los economistas concuerdan en los asuntos fundamentales.

Las respuestas también indican que los estudiantes de la PUC son los más convencidos de la relevancia de la economía neoclásica, y los de la UCH FCFM son los menos convencidos, con las demás escuelas tomando posiciones intermedias. Del mismo modo, los estudiantes de la PUC son los que están más de acuerdo en que aprender la economía neoclásica significa aprender un set de herramientas, seguidos por los estudiantes de la USACH. Estos resultados parecieran estar reflejando que la PUC se constituye como una escuela que marcadamente atribuye más importancia a la economía neoclásica, de forma similar a lo que sucedía con la Universidad de Chicago en la década de 1980 (Colander y Klamer, 1987: 103).

La UCH FCFM pareciera valorar menos el estatus de ciencia de la economía. Esto podría explicarse porque típicamente los estudiantes de economía del programa de posgrado de UCH FCFM provienen de otras carreras del ámbito de las ingenierías y las ciencias sociales, y por tanto la visión de estos estudiantes tiende a valorar más otras disciplinas. Esto se ve claramente en el desacuerdo que existe entre ellos en que la ciencia económica sea la disciplina más científica entre las ciencias sociales. Esta menor valoración de la economía como ciencia, con una mejor valoración de otras ramas de las ciencias sociales, se refleja en la importancia atribuida al estudio de otros ámbitos del conocimiento (véase el Cuadro 4).

Cuadro 3: Opiniones acerca de la economía como ciencia  

Cuadro 4: Importancia del estudio en diferentes campos  

Los estudiantes de UCH FCFM atribuyen la mayor importancia al estudio de la sociología, en concordancia con la no creencia de que la economía es la disciplina más científica dentro de las ciencias sociales. A su vez, estos estudiantes son los que mayor importancia le atribuyen al estudio de las matemáticas.

Los estudiantes le atribuyen una muy alta importancia al estudio de la sociología y la ciencia política. Le siguen en importancia la historia y las matemáticas. Esto es de relevancia, sobre todo si consideramos que los planes de estudio de economía en Chile se caracterizan por “la ausencia de la enseñanza de la historia económica, la historia de las ideas y de visiones integradas del sistema económico en relación con aspectos políticos, sociológicos, antropológicos y culturales de la sociedad” (Solimano, 2012: 40). De esta manera, la demanda, que constituye la atribución de importancia de parte de los estudiantes hacia estas áreas del conocimiento, no se estaría condiciendo con la oferta de la enseñanza de la economía proporcionada por las universidades (Correa, 2015).

El Cuadro 5 presenta los resultados de temas de política económica.2 A esto se agregan los resultados en el Cuadro 6 de las preguntas sobre la importancia de supuestos económicos para la economía.

Cuadro 5: Importancia de los supuestos económicos  

Cuadro 6: Opiniones económicas  

Los datos parecen apoyar la idea de que los estudiantes de la PUC, comparado con las demás escuelas, demuestran un mayor compromiso con la economía neoclásica. Los estudiantes de UCH FEN y UCH FCFM tienden a ser más escépticos acerca de los supuestos económicos. Las demás escuelas muestran posiciones intermedias entre la UCH y la PUC, a pesar de que las opiniones de estos estudiantes van variando dependiendo del tema tratado. De los temas de política económica se extraen conclusiones similares (véase el Cuadro 6).

Por otro lado, es notorio que los estudiantes de la USACH se encuentran mucho más cercanos a postulados con predominancia de lo monetario o financiero; estos estudiantes creen que el Banco Central debería mantener una tasa fija de emisión de dinero, consideran que la inflación es un fenómeno primariamente monetario -tesis clásica del monetarismo-, pero a su vez piensan que el sistema capitalista tiene una tendencia inherente hacia las crisis. La visión de los estudiantes de la UAH en general se asemeja a las de los estudiantes de la PUC, aunque de forma más moderada.

A manera de complemento, se les preguntó a los estudiantes qué escuelas de pensamiento o doctrina económica preferían, y cuál era su nivel de conocimiento de cada una de las escuelas de pensamiento propuestas, similar a como lo desarrollan Frey, Humbert y Schneider (2010) para economistas alemanes. Los Cuadros 7 y 8 reportan estos resultados.3

a Ponderado por respuestas válidas en cada casa de estudios. Los porcentajes no suman 100 por casa de estudio, ya que respuestas múltiples son posibles.

Cuadro 7: Preferencia de doctrinas económicas por escuelasa 

a Promedio en escala de 0 a 10, donde 0 es “desconocimiento absoluto” y 10 es “conocimiento absoluto”. Se tomaron en cuenta sólo las respuestas que calificaban a la totalidad de las siete escuelas propuestas.

Cuadro 8: Conocimiento de doctrinas económicas por escuelaa 

Según la columna Total del Cuadro 7, más de la mitad de los estudiantes prefiere la teoría keynesiana, con una predominancia de los estudiantes de la USACH y la UDEC, a la vez que es menos preferido en la PUC. Casi un tercio de los estudiantes se inclina por la teoría neoclásica, con una marcada predominancia de la PUC y la UCH FCFM. A su vez, los estudiantes de la UCH FEN prefieren menos que los demás la teoría neoclásica. Estos resultados son concordantes con lo ya expuesto en cuanto a las diferencias entre escuelas. En tercer lugar se encuentra la teoría socialista o marxista, con una preferencia de un cuarto de los estudiantes, siendo los alumnos de la UCH los que más se inclinan por ella, con una marcada aversión en los estudiantes de la UDEC. Esto es peculiar, en el sentido de que en los estudiantes estadunidenses se ve un “movimiento que se aleja de las ideas radicales” reflejado en la eliminación de Karl Marx de la lista de los economistas más respetados en la historia en comparación con las visiones de la década de 1980 (Colander, 2007: 63). Este movimiento que se ha dado en las universidades de los Estados Unidos pareciera no verse reflejado en Chile. A estas tres principales escuelas de pensamiento les siguen en preferencia el (neo)estructuralismo, el monetarismo y la escuela del public choice, siendo la UCH FEN la escuela que más se inclina a favor del (neo)estructuralismo, con una USACH más inclinada hacia el monetarismo, y una UDEC donde se prefiere más los estudios de public choice. Para la UDEC, uno de los factores que podría estar influyendo es la presencia de un curso electivo de nueva economía política en su programa de estudios. Para las mayores preferencias sobre (neo)estructuralismo en la UCH FEN, una posible causa puede ser la presencia de académicos históricamente relacionados a la CEPAL, institución que desde su fundación ha desarrollado esta corriente de pensamiento. Como se mencionó en la sección II de este trabajo, la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile ha estado históricamente relacionada con cierto pensamiento más heterodoxo, principalmente desarrollista. El sustento de las menciones de preferencia de los estudiantes sobre esta tradición teórica no hace más que confirmar la continua presencia que ciertos académicos han tenido sobre esta universidad, a pesar del periodo de dominio que tuvieron los “Chicago Boys” sobre esta institución.

A los resultados en preferencia se pueden agregar los resultados en nivel de conocimiento (véase el Cuadro 8). Un primer elemento es que los estudiantes conocen más la teoría neoclásica, a pesar de que ésta es menos preferida que el keynesianismo (véase el Cuadro 7). Cabe destacar que muy cercano al conocimiento de la teoría neoclásica se encuentra la teoría keynesiana. El monetarismo es también más conocido que preferido. El socialismo/marxismo es a su vez menos conocido, no obstante que es más preferido. Las escuelas de public choice, supply side economics y (neo)estructuralismo son las menos conocidas. Finalmente, en la PUC la escuela de pensamiento relacionada comúnmente a la CEPAL es mucho menos conocida, y también poco preferida, en contraste con la UAH donde es más conocida, y también más preferida.

Otras escuelas también han sido señaladas por los estudiantes como preferidas, entre las cuales se destacan las teorías en behavioral economics (cinco preferencias), economía ecológica o sustentable (cuatro preferencias), institucionalismo o neoinstitucionalismo (tres preferencias) y neomarxismo (dos preferencias).

1. Situación comparativa de Chile con otros países

En una comparación internacional y temporal se puede hacer un símil con los resultados para América Latina (Colander y Ñopo, 2011), y para Europa y los Estados Unidos en los estudios de (Colander 2005, 2008) y Colander y Klamer (1987). Como estos estudios se centran en un análisis de las escuelas de posgrado, lo correcto es compararlo en Chile con los estudiantes de posgrado. De esta forma, los siguientes cuadros ofrecen esta comparación, señalando el lugar y año de encuesta de cada estudio, diferenciando para Chile el total de alumnos y los 90 estudiantes de posgrado encuestados. Se debe hacer explícito el hecho de que, a la vez que se comparan estudiantes de lugares distintos, el periodo en que estos estudios se han llevado a cabo también difieren. De esta manera, a priori no es posible deducir si las diferencias se deben al espacio geográfico o al periodo de análisis.

Se puede decir que los estudiantes de posgrado en general piensan de manera similar a los estudiantes de pregrado, con la excepción notable de la importancia atribuida a la excelencia en matemáticas. Esto puede tener relación con una mayor exigencia en matemáticas en los programas de posgrado. La opinión de los estudiantes chilenos de posgrado sobre la excelencia en matemáticas no se aleja mucho de la de los estudiantes de los Estados Unidos en 2002, que a su vez es mucho menor a la preponderancia que las matemáticas tenían en 1985 en este país. Por otro lado, los datos parecen no reflejar lo encontrado para América Latina. Y si consideramos que de las tres principales universidades encuestadas en Colander y Ñopo (2011), dos de ellas eran chilenas, podríamos aventurar la existencia de un problema de representatividad de los datos de este estudio previo para América Latina.

Son dos las habilidades donde sí hay una diferencia importante de Chile con Europa, y más aún con los Estados Unidos. Los estudiantes chilenos en 2013 tienden a atribuirle una mayor importancia a un conocimiento exhaustivo de la economía y a un conocimiento amplio de la literatura económica. De esta manera, podemos decir que actualmente la enseñanza de la economía en Chile posee ciertas características distintivas. De esta forma, los programas chilenos y latinoamericanos estarían dando a los estudiantes “una perspectiva más amplia de la economía, que la que se recibe en las mejores escuelas de los Estados Unidos” (Colander y Ñopo, 2011: 59).

En cuanto a las opiniones acerca de la economía como ciencia (Cuadro 10), los estudiantes chilenos en general son más parecidos a los estudiantes europeos que a de los Estados Unidos. Mientras que para los estudiantes estadunidenses la teoría neoclásica es más relevante, y la ciencia económica es vista en mayor medida como la disciplina más científica entre las ciencias sociales, en Europa los grados de concordancia con estas aseveraciones tienden a ser menores, disminuyendo aun más en Chile. Los resultados para América Latina parecieran no reflejar la situación de Chile. A su vez, la evolución en los Estados Unidos en el pensamiento acerca de la economía como ciencia, pareciera no haber tenido (aún) repercusión en Chile.

Fuente: elaboración a partir de datos propios, de Colander y Ñopo (2011), (Colander 2005, 2008) y Colander y Klamer (1987).

Cuadro 9: Percepciones del éxito: comparaciones entre países 

Fuente: elaboración a partir de datos propios, de Colander y Ñopo (2011)), (Colander; 2005, 2008) y Colander y Klamer (1987).

Cuadro 10: Opiniones acerca de la economía como ciencia  

En cuanto a la importancia atribuida al estudio de otros campos del conocimiento (Cuadro 11), los estudiantes de pregrado y posgrado piensan de forma notoriamente distinta. Los estudiantes de pregrado tienden a atribuirle mucha mayor importancia al estudio en otros campos de las humanidades y ciencias sociales (sociología, ciencias políticas, historia, filosofía, psicología), mientras que los de posgrado tienden a valorar más las ciencias duras (matemáticas, física, ciencia computacional). La importancia atribuida por los estudiantes de pregrado al estudio de otras disciplinas dentro de las humanidades y las ciencias sociales se comprende, pues estarían otorgando mayor importancia a conocimientos generales, en contraste con la especialización que sería más importante para los estudiantes de posgrado.

Fuente: elaboración a partir de datos propios, de Colander y Ñopo (2011)), (Colander, 2005, 2008) y Colander y Klamer (1987).

Cuadro 11: Importancia de tomar clases en diferentes campos  

Si se tomara en cuenta la opinión de estos estudiantes, se podría revertir al menos para pregrado una tendencia general en el estudio de la economía. Una de las consecuencias negativas de esta tendencia es que “muchas veces el estudiante egresa con una formación estrecha que no le da guías para entender la realidad” (Solimano, 2012: 40). Una opción para revertir esta situación sería apreciar estos ámbitos en relación con la valoración en parte de los estudiantes y en parte de las necesidades de una formación que tenga como propósito el entendimiento de la sociedad.

En cuanto a la sociología, en Chile se valora mucho más a pesar de que en los Estados Unidos no se ha apreciado mucho ni en la década de 1980 ni en 2002. Algo distinto sucede con las matemáticas. Mientras que en los Estados Unidos la importancia dada a ellas se ha reducido, en Chile permanece aún alta, sobre todo en lo que se refiere a los estudiantes de posgrado. En este sentido, y aun sabiendo que los estudiantes de las mejores universidades estadunidenses en economía poseen un alto nivel de formación en matemáticas, los estudiantes chilenos tienden a atribuirle mucha mayor importancia en su formación, a pesar de que la opinión entre Chile y los Estados Unidos es similar en cuanto a las posibilidades de éxito derivadas de la excelencia en matemáticas (Cuadro 9). En cuanto a psicología, los estudiantes chilenos opinan de forma similar a los estadunidenses en 2002. Esto puede también conjugarse con las novedosas menciones a las preferencias sobre las teorías en behavioral economics que expresaron ciertos estudiantes.

Fuente: elaboración a partir de datos propios, de Colander y Ñopo (2011), (Colander, 2005, 2008) y Colander y Klamer (1987).

Cuadro 12: Importancia de los supuestos económicos  

En cuanto a la importancia atribuida a los supuestos, los estudiantes chilenos de posgrado no difieren en gran medida de sus pares europeos y norteamericanos, con la excepción de la opinión sobre las rigideces de precios, supuesto que en los Estados Unidos ha perdido importancia, pero que se mantiene como relevante en Europa y Chile. Los estudiantes chilenos sí se diferencian en atribuirle menor importancia al supuesto de comportamiento racional, y un mayor grado de importancia al mark-up princing, sobre todo en relación con los estudiantes estadunidenses.

En cuanto a la opinión sobre aspectos de política económica, los estudiantes chilenos son similares al resto, sobre todo en aspectos monetarios. En cuanto a las tarifas y cuotas de importación, y a la opinión sobre las consecuencias de un salario mínimo, los estudiantes de los Estados Unidos son los más reacios a estas políticas, seguidos por los europeos y, finalmente, por los estudiantes chilenos, quienes presentan opiniones menos desfavorables. Finalmente, los estudiantes chilenos se diferencian del resto de forma más notable en que tienden a creer más en que es necesario mejorar la distribución del ingreso en los países desarrollados, en la efectividad de la política fiscal y en el convencimiento de que la mujer es discriminada en el mercado laboral.

Una posible interpretación es que estas respuestas a preguntas de política económica tienen mucho que ver con el contexto económico chileno, diferente al norteamericano y al europeo. Pues mientras que en Chile la mujer aún se encuentra en pleno proceso de inserción en el mercado de trabajo, en los países desarrollados esto ya ha ocurrido. Lo mismo sucede con la desigualdad en el ingreso, un tema que ha sido considerado como uno de los males endémicos de la economía chilena -y en general de América Latina-. Lo mismo ocurre en cuanto a la política fiscal, sobre todo si se tiene en consideración que las crisis económicas más recientes en países desarrollados han involucrado de forma importante a las finanzas públicas. De esta manera, los resultados que aquí se presentan serían en parte un reflejo de la estructura económica chilena y mundial, y de los cambios que en ella se están efectuando.

Fuente: elaboración a partir de datos propios, de Colander y Ñopo (2011), (Colander, 2005, 2008) y Colander y Klamer (1987).

Cuadro 13: Opiniones económicas  

Conclusiones

Este estudio arroja resultados sobre el pensamiento de los estudiantes de economía en Chile, en un momento determinado. Refleja, por tanto, las visiones económicas de estos estudiantes en un momento particular de la historia. Si consideramos que la ciencia económica está en permanente evolución, es posible inferir que las características del pensamiento de los estudiantes actuales son probablemente muy distintas de las que tenían los estudiantes de economía hace dos, cuatro o seis décadas atrás. Del mismo modo, se puede esperar que el pensamiento evolucione hacia el futuro, análisis para el cual este estudio se constituye como un pilar fundamental.

En cuanto a la caracterización de las escuelas de economía en Chile, se puede señalar que existen diferencias muy notorias entre universidades. Los estudiantes de la Pontificia Universidad Católica de Chile presentan una significativa tendencia favorable hacia la economía neoclásica y negativa hacia la teoría keynesiana y la intervención del Estado en la economía. Los estudiantes de la Universidad de Chile presentan opiniones más críticas y escépticas en relación con el estatus de ciencia objetiva de la economía. La UAH, la USACH y la UDEC presentan posiciones intermedias entre la UCH y la PUC, aunque también con particularidades dependiendo de los temas tratados. En general, los estudiantes de la USACH se encuentran más cercanos a las opiniones de los estudiantes de la UCH. Por otro lado, las posiciones de los estudiantes de la UAH y de la UDEC se acercan más a las opiniones de la PUC. Esto sugiere una sutil división entre universidades estatales (UCH y USACH) y universidades privadas (UAH, UDEC y PUC) en cuanto a las opiniones sobre el sistema económico, a la valoración de otras ramas de estudio relacionadas con la economía, y a la economía como disciplina.

En una comparación internacional con estudios realizados en la década del 2000, se puede señalar que los estudiantes chilenos de posgrado en economía también mantienen diferencias importantes con los estudiantes de los Estados Unidos y Europa, a pesar de cierta similitud en algunas opiniones con los estudiantes europeos. Esto es relevante sobre todo en el sentido práctico que se le da al estudio de la economía, a la mayor importancia atribuida a un conocimiento amplio de la literatura económica y al estudio de otras áreas del conocimiento. Este pensamiento está muy condicionado, a su vez, por el contexto económico particular de Chile. A pesar de esto, no es claro si estas diferencias se deben al ámbito geográfico en que se han realizado estos estudios, o a la diferente época en que se llevaron a cabo.

Por otro lado, y como señala Colander y Ñopo (2011)), existen dos tipos de programa en América Latina: aquellos con una visión global, dictados en inglés, con un fuerte acento en la formalidad de la economía y que son en general comparables a los mejores programas de posgrado en los Estados Unidos y Europa, y aquellos que tienen un carácter más local. El presente estudio no hace diferencias entre estos dos tipos de programas, lo que sin duda afecta las percepciones de los estudiantes y su comparación con los programas de los Estados Unidos y Europa. Sin embargo, la comparación es igualmente válida en el sentido de que la mayor parte de los estudiantes que cursarán programas de PhD en las mejores universidades de Europa y los Estados Unidos son también egresados de programas de magíster en Chile (Espinoza, Machicado y Makhlouf, 2009: 68).

Tomando en cuenta las características particulares de un país como Chile, valdría la pena considerar que la formación de pregrado y posgrado en las ciencias económicas sí deben tener características diferenciadas y ser pensados también de distinta forma. Mientras que la formación económica en pregrado debiera contener la enseñanza de una amplia gama de escuelas de pensamiento, de enfoques económicos y de ciencias sociales que complementen la economía, la educación de posgrado debiera ser más específica. A su vez, una idea interesante sería la de considerar el diseño de programas de posgrado con dos caminos separados en el entrenamiento económico: una vía científica, que es esencialmente el camino ofrecido en la actualidad, y una vía de economía política, que sería diseñada para preparar a los estudiantes para la investigación práctica y las políticas públicas. A su vez, esta vía de economía política podría involucrar un entrenamiento en un espectro más amplio de la literatura económica y un mejor conocimiento de las instituciones.

Si la evolución de las ciencias económicas en Chile sigue un patrón similar al de los Estados Unidos entre 1985 y 2005, podría esperarse que las diferencias encontradas den paso a la homogeneización teórica entre las facultades de economía en los próximos años, con una simultánea mayor heterogeneidad de contenidos en cada una de ellas. Esto es razonable en cuanto los académicos que enseñan en las universidades chilenas son a su vez formados en las mejores universidades del mundo, las cuales han mostrado asimismo un proceso de convergencia global (Colander, 2008). Sin embargo, permanece aún como una incógnita hacia dónde tenderá esta homogeneización entre las escuelas chilenas, y cuáles serían los factores que determinarían este punto de convergencia.

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El autor agradece la colaboración de los académicos que permitieron la realización del estudio. De la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile: Jaime Ruiz-Tagle, Dante Contreras, Pablo Pincheira, Juan Pablo Torres, Ricardo Ffrench-Davis, Claudio Bravo-Ortega, Ignacio Magendzo, Paulo Cox, Roberto Álvarez, Aldo González, Fabián Duarte, Daniel Vargas, Mario Matus, Vicente Neira, Susana Silva, Michael Basch, Guillermo Larraín, Christian Belmar, Oscar Landerretche, y al funcionario Rodrigo López; de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile: Juan Escobar, Benjamín Villena, Ronald Fischer y a la funcionaria Olga Barrera; de la Pontificia Universidad Católica de Chile: Matías Tapia, Juan Urquiza, Loris Rubini, Raimundo Soto, Claudio Sapelli y el estudiante Fernando Medina; de la Universidad de Santiago de Chile: Orlando Balboa, Rodrigo Aranda, Mario Gaymer, Serafima Chirkova, y la estudiante Cindy Lara; de la Universidad de Concepción: Miguel Quiroga, Carlos Chávez, Felipe Vásquez, y el estudiante Sebastián Reyes; de la Universidad Alberto Hurtado: Carlos Ponce, Mauricio Tejada, Lucas Navarro, Ramiro De Elikalde, Eduardo Saavedra, Evangelina Dardati, Fernando Fuentes, Marcela Perticará, y las funcionarias Carolina Bermeo y Claudia Orellana. Asimismo, agradece los valiosos comentarios de los académicos del Departamento de Economía de la Universidad de Chile, Javier Núñez, Kirsten Sehnbruch, Daniel Hojman, y del académico de la Universidad Mayor, Andrés Solimano.

1La pregunta fue fraseada de la siguiente manera: “¿Qué características son más probables que posicionen a un estudiante en la vía ‘exitosa’?”

2La pregunta fue fraseada de la siguiente manera: “¿Cuán importante consideras los siguientes supuestos o perspectivas para un análisis económico?”

3Las preguntas fueron fraseadas de la siguiente manera: “Considerando sus actitudes y orientaciones científicas, ¿qué escuela o escuelas de pensamiento prefiere? (múltiples respuestas son posibles)” y “En relación con las escuelas de pensamiento antes nombradas, ¿podría señalar en una escala de 0 a 10 el nivel de conocimiento que usted considera que posee sobre cada una de ellas? Donde 0 es un desconocimiento absoluto y 10 es un conocimiento total”.

Recibido: 19 de Febrero de 2015; Aprobado: 05 de Mayo de 2015

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