Introducción
Las enfermedades cardiovasculares representan un grave problema de salud a nivel mundial, por su alta incidencia, además se coloca como la principal causa de muerte de la población adulta debido a las consecuencias que esta conlleva1.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el riesgo cardiovascular (RCV) como la probabilidad que tiene una persona para presentar un episodio cardiovascular, el riesgo está determinado por el perfil de factores de riesgo propios de cada persona1. Un factor de riesgo cardiovascular es un rasgo biológico, estilo de vida o hábito que incrementa la posibilidad de padecer o de morir a causa de una enfermedad cardiovascular, al tratarse de una posibilidad, El hecho de que una persona no presente factores de riesgo no elimina la probabilidad de desarrollar una afección cardiovascular, y el que una persona presente uno más factores tampoco condiciona su aparición1.
En este sentido los profesionales de salud no solo deben recomendar el ejercicio físico como tratamiento para controlar, retrasar o evitar factores de riesgo cardiovasculares, si no también debe tener pleno conocimiento de los beneficios de los tipos de ejercicio para cada condición de riesgo cardiovascular que presenta el individuo, con ello el asesoramiento al paciente sería más acertado, y con esta asesoría se podría tener por parte del paciente mayor iniciación y apego a la realización del ejercicio físico, es decir un mejor cumplimiento del mismo.
El ejercicio físico es factor protector del riesgo cardiovascular. Estudios han explorado este tema y revelan que es mínima la población que realiza ejercicio físico de forma moderada2. Específicamente los adultos, casi el 60% pasan más de 6 horas sentados al día2, esto pudiera deberse a que las personas toman su propia condición de salud como barrera para realizar ejercicio, lo anterior puede verse reflejado en el índice de masa corporal (IMC) y sobrepeso, a su vez estas conllevan a enfermedades como la hipertensión arterial (HTA), diabetes mellitus (DM) y colesterol alto, siendo factores de riesgo cardiovascular que pueden disminuirse creando un hábito de la práctica de ejercicio2.
Para conocer el efecto por tipo de ejercicio físico en adultos con riesgo cardiovascular se formuló la siguiente pregunta PICO: ¿Cuáles son los beneficios de las intervenciones de ejercicio física en adultos con riesgo cardiovascular y que características tienen las intervenciones? P: Adultos con riesgo cardiovascular, I: Ejercicio físico, C: Tipos de ejercicio físico, O: efectos del ejercicio físico sobre los factores de riesgo cardiovascular. Planteando como único objetivo examinar los efectos del ejercicio físico en la salud de las personas con riesgo cardiovascular y explorar las características de estas.
Materiales y métodos
Se realizó una revisión sistemática incluyendo estudios de intervención, ensayos clínicos aleatorizados, estudios experimentales, cuasiexperimetales y exploratorios publicados en los años 2015 al 2021 sobre los efectos que aporta el ejercicio físico en adultos con riesgo cardiovascular, se utilizó la metodología PRISMA3. Se consultaron tres bases de datos: PudMed, Google Académico y Redalyc; los descriptores utilizados fueron: Actividad Física (Physical Activity), Riesgo Cardiovascular (Cardiovascular Risk), Adultos (Adults), y el operador boleano “AND” para realizar conexiones entre los descriptores. Se seleccionaron artículos en idioma inglés y español, la elección de artículos se realizó por 3 etapas, etapa 1 selección por título, etapa 2 selección por resumen, etapa 3 selección por resultados; se fueron eliminados aquellos que no cumplían con criterios de selección o los objetivos de la investigación. Dicha revisión se evaluó con la herramienta de la Colaboración Cochrane para evaluar el riesgo de sesgo4, (Tabla 1). La jerarquización del nivel de evidencia se realizó con la Canadian Task Force on Preventive Health Care (CTFPHC), elaborada por la Public Health Agency of Canada (PHAC) para desarrollar guías de práctica clínica que respaldasen las acciones de salud preventiva y los grados de recomendación para las intervenciones de prevención5, (Tabla 2).
Riesgo de sesgo | Interpretación | Autores |
---|---|---|
Bajo riesgo de Sesgo | Sesgo poco probable que altere significativamente los resultados | Alkhatib et al.6 |
Norton et al.7 | ||
Schulz et al.8 | ||
(Muntaner et al.9 | ||
Korshoj et al.10 | ||
Arija et al.11 | ||
Cochrane et al.12 | ||
Arija et al.13 | ||
Corbett et al.14 | ||
Currie et al.15 | ||
Agudo16 | ||
Sola et al.17 | ||
Cassiano et al.18 | ||
Riesgo de sesgo poco claro | Sesgo que hace surgir algunas dudas acerca de los resultados | Parra et al.19 |
Vargas M, Rosas M20 | ||
Talamonti et al.21 | ||
Alto riesgo de Sesgo | Sesgo que debilita seriamente la confianza en los resultados | Leirós et al.22 |
Ortiz R, Gómez J23 |
Fuente: Alarcón et al
Nivel de evidencia | Interpretación |
---|---|
I | Evidencia existente surge a partir de EC CON asignación aleatoria |
II-1 | Evidencia existente surge a partir de EC SIN asignación aleatoria |
II-2 | Evidencia existente surge a partir de estudios de cohortes, y de casos y controles, idealmente realizados por más de un centro o grupo de investigación |
II-3 | Evidencia existente surge a partir de comparaciones en el tiempo o entre distintos centros, con o sin la intervención; podrían incluirse resultados provenientes de estudios SIN asignación aleatoria |
III | Evidencia existente surge a partir de la opinión de expertos, basados en la experiencia clínica; estudios descriptivos o informes de comités de expertos |
Grados de recomendación | Interpretación |
A | Existe buena evidencia para recomendar la intervención clínica de prevención |
B | Existe evidencia moderada para recomendar la intervención clínica de prevención |
C | La evidencia disponible es contradictoria y no permite hacer recomendaciones a favor o en contra de la intervención clínica preventiva; sin embargo, otros factores podrían influenciar en la decisión |
D | Existe evidencia moderada para NO recomendar la intervención clínica de prevención |
E | Existe buena evidencia para NO recomendar la intervención clínica de prevención |
I | Existe evidencia insuficiente (cualitativa y cuantitativamente) para hacer una recomendación; sin embargo, otros factores podrían influenciar en la decisión |
Fuente: Manterola et al.5
Resultados
La revisión sistemática arrojó 1561 artículos, de los cuales eligieron por título 41, posteriormente, de estos por resumen se incluyen 18 artículos en la revisión (Figura 1). La mayor parte de los artículos incluidos en la revisión sistemática fueron ensayos clínicos aleatorizados (66,7%), en los cuales el tamaño de muestra varía de 15 a 1590 participantes (Tabla 3).
Autores | Tipo de estudio | Muestra | Factores de riesgo | Nivel de evidencia (CTFPHC) |
---|---|---|---|---|
Alkhatib et al.6 | Ensayo clínico | n=56 Edad (=50,70) | IMC, PAD y PAS | I |
Norton et al.7 | Ensayo clínico | n = 871 Edad (=40,50) | IMC, PAD, PAS y Colesterol | I |
Schulz et al.8 | Ensayo clínico | n = 603 Edad (=46,70) | Glucosa y colesterol | I |
Muntaner et al.9 | Ensayo clínico | n = 32 Edad (=63,43) | PAD y PAS | I |
Korshoj et al.10 | Ensayo clínico | n = 250 Edad (=45,30) | PAD, PAS, Hemoglobina glucosilada y peso | I |
Arija et al.11 | Ensayo clínico | n = 364 Edad (=65,19) | PAS, PAD, Colesterol y glucosa | I |
Cochrane et al.12 | Ensayo clínico | n = 1590 Edad (=78,90) | Sedentarismo | I |
Arija et al.13 | Ensayo clínico | n = 207 Edad (=68,20) | IMC, PAD y PAS | I |
Corbett et al.14 | Ensayo clínico | n = 52 Edad (=48,10) | IMC | I |
Currie et al.15 | Ensayo clínico | n = 19 Edad (=65,30) | IMC, PAD, PAS, colesterol y triglicéridos | I |
Agudo16 | Ensayo clínico | n = 200 Edad (=52,01) | IMC y glucosa | I |
Sola, et al.17 | Experimental | n = 35 Edad (=73,35) | Síntomas depresivos | I |
Cassiano et al.18 | Longitudinal, prospectivo y cuasiexperimental | n = 48 Edad (=66,50) | IMC, colesterol y triglicéridos | III |
Parra et al.19 | Ensayo clínico | n = 100 Edad (=72,90) | Hemoglobina glucosilada, IMC, PAD, PAS y Colesterol | I |
Vargas M, Rosas M20 | Experimental | n = 50 Edad (=67,34) | IMC, PAD y PAS | II-2 |
Talamonti et al.21 | Exploratorio | n = 15 Edad (=68,32) | Colesterol | III |
Leirós et al.22 | Experimental | n = 100 Edad (=68,89) | N/R | III |
Ortiz R, Gómez J23 | Reporte | N/R | N/R | III |
n= muestra, x ̅= media, IMC= índice de masa corporal, PAD= presiona arterial diastólica, PAS= presión arterial sistólica, N/R= no reporto, CTFPHC= Canadian Task Force on Preventive Health Care. Fuente: Elaboración propia
Los artículos seleccionados fueron evaluados por sus metodología y resultados, buscado el efecto del ejercicio físico en adultos con riesgo cardiovascular. La población incluida en los artículos de la revisión sistemática fueron adultos con promedio de 40,5 a 73,3 años de edad con factores de riesgo cardiovascular, empleados de universidades, hospitales, servicios de limpieza, departamentos gubernamentales, grupos religiosos, pacientes de centros de atención primaria, en su mayoría sedentarios.
Dentro de los artículos seleccionados 12 eran ensayos clínicos aleatorizados, 3 experimentales, 1 cuasiexperimetal, 1 exploratorio y 1 reporte. Las intervenciones más frecuentes fueron: ejercicio funcional (8 artículos), caminata (7 artículos), correr (2 artículos) y ciclismo (1 artículo). Un artículo midió la actividad física a través de acelerometría; el tiempo de sesión varía de 20 a 120 minutos por sesión con una duración de 8 a 54 semanas. El ciclismo fue de las actividades que tuvo duraciones de 120 minutos durante 54 semanas (Tabla 4). El cumplimiento de las intervenciones se registró entre el 80 y 88 % de asistencia. En base a la jerarquización del nivel de evidencia de la Canadian Task Force on Preventive Health Care (CTFPHC), 13 artículos se clasificaron en el nivel I, 1 en nivel II-2 y 4 en nivel III (Tabla 3).
Autores | Ejercicio | Tipo | Frecuencia (veces/sem) | Tiempo de la sesión (min) | Intensidad | Duración (semanas) |
---|---|---|---|---|---|---|
Alkhatib et al.6 | Aeróbico | Caminata y correr | 1 | 25 | Moderada | 24 |
Norton et al.7 | Aérobico | Correr con podómetro y programa grupal supervisado | 3 | 30 | Moderada | 8 |
Schulz et al.8 | Aérobico | Caminata | 3 | 45-90 | Leve | 32 |
Muntaner et al.9 | Aérobico | Ejercicio funcional a través de aplicación móvil | 2 | 70-80 | Moderada | 10 |
Korshoj et al.10 | Aérobico | Ciclismo | 2 | 120 | Moderada | 52 |
Arija et al.11 | Aérobico | Caminata | 2 | 60 | Leve | 36 |
Cochrane et al.12 | Aérobico | Condición física funcional | 3 | 60 | Moderada | 32 |
Arija et al.13 | Aérobico | Caminata | 1 | 120 | Leve-moderada | 36 |
Corbett et al.14 | Aérobico | Ejercicio funcional | 3 | 60 | Leve-moderada | 12 |
Currie et al.15 | Aérobico | Caminata en banda sin fin | 2 | 60 | Moderada-intensa | 24 |
Agudo16 | N/R | Recomendaciones a través de aplicación móvil | 53 | 30 20 | Moderada Vigorosa | 12 |
Sola, et al.17 | Aérobico | Fuerza y flexibilidad | 2 | 60 | Vigorosa | 24 |
Cassiano et al.18 | Aérobico | Ejercicio funcional y caminata | 2 | 60 | Moderada | 16 |
Parra et al.19 | Aérobico | Ejercicio funcional con Acelerometría | 2 | 50 | N/R | 12 |
Vargas M, Rosas M20 | Aérobico | Condición física funcional | 3 | 45-60 | N/R | 24 |
Talamonti et al.21 | Aérobico | Ejercicio funcional y caminata | N/R | N/R | Moderada | 54 |
Leirós et al.22 | N/R | N/R | N/R | N/R | N/R | 16 |
Ortiz R, Gómez J23 | Aérobico | Condición física funcional | N/R | N/R | N/R | N/R |
N/R= no reporto Fuente: Elaboración propia
Se encontró que el ejercicio físico realizado de forma constante, con intensidad moderada o vigorosa reduce los factores de riesgo cardiovascular en personas adultas, aun cuando estas personas ya tienen presente el riesgo cardiovascular. Algunos indicadores cardiovasculares disminuyeron significativamente como: la presión arterial (p=0,00), la glucosa (p=0,00), el colesterol (p=0,01), los triglicéridos (p=0,02) y el índice de masa corporal (p=0,00).
Dos artículos realizaron intervenciones usando tecnología de información y comunicación (TIC´s)9,16, una de ellas utilizó WhatsApp para enviarles mensajes de texto a los participantes motivándolos a la práctica de ejercicio físico, favoreciendo a disminuir significativamente la presión arterial (p=0,02), y en la segunda solo hace mención del uso de smartphone y uso de una aplicación de nutrición, en esta se presentaron mejores efectos en el aumento del ejercicio físico, reflejándose en la disminución el IMC, perímetro de cintura y cadera.
En dos artículos, el ejercicio físico fue correr, uno mejoró significativamente la capacidad cardiorrespiratoria máxima y submáxima con un aumento significativo de VO2máx y velocidad en hombres y mujeres (p=0,05), el peso corporal, la grasa corporal, la circunferencia de la cintura y el colesterol6. El otro estudio reporto aumento de la práctica de actividad física, pero no hubo cambios en factores de riesgo cardiovascular7.
Un artículo utilizo acelerómetria triaxial de estado sólido (ActiGraph GT3X) para medir el nivel de actividad19, los cambios en la presión arterial no resultaron significativos, sin embargo, las diferencias en el colesterol, particularmente para los niveles más bajos de actividad, parecen ser el principal impulsor del RCV.
Dos artículos evaluaron el efecto de la actividad física sobre el riesgo cardiovascular18,21. Los factores de RCV frecuentes en ambos estudios fueron dislipidemia (58,3%) y sedentarismo (45,8%). Después de la intervención, mostraron reducciones en los valores de colesterol y la puntuación de riesgo global disminuyó significativamente.
En relación con el efecto de las intervenciones basadas en camitas, muestran resultados significativos en la reducción de colesterol, glucosa8,18,21, los resultados no son contundentes cuando se trata de la PAS y el IMC. Respecto al ejercicio funcional, resulto ser significativo en cuanto a los parámetros normales de un mayor número de factores de riesgo HbA1c19, IMC14,19, PAS19,20, PAD9,19,20y colesterol 18,19(Tabla 5).
Autor | Factor de riesgos | Resultado | Grados de recomendación (CTFPHC) | ||
Alkhatib et al.6 | IMC |
|
C | ||
PAS |
|
||||
PAD |
|
||||
Norton et al.7 | IMC |
|
B | ||
PAS |
|
||||
PAD |
|
||||
Colesterol |
|
||||
Schulz et al.8 | Glucosa |
|
A | ||
Colesterol |
|
||||
Muntaner et al.9 | PAS |
|
B | ||
PAD |
|
||||
Korshoj et al. 10 | PAS |
|
C | ||
PAD |
|
||||
HbA1c |
|
||||
Peso |
|
||||
PAD |
|
||||
Colesterol |
|
||||
Arija et al.11 | PAS |
|
A | ||
PAD |
|
||||
Colesterol |
|
||||
Glucosa |
|
||||
Tiempo | PA | HE | |||
Cochrane et al.12 | Tiemposedentario | Inicio |
|
|
C |
6 meses |
|
|
|||
12 meses |
|
|
|||
24 meses |
|
|
|||
Arija et al.13 | IMC |
|
B | ||
PAS |
|
||||
PAD |
|
||||
Corbett et al.14 | IMC |
|
A | ||
IMC |
|
||||
Currie et al.15 | PAS |
|
C | ||
PAD |
|
||||
Colesterol |
|
||||
Agudo16 | IMC |
|
C | ||
Glucosa |
|
||||
Sola, et al.17 | Síntomas depresivos |
|
C | ||
Cassiano et al.18 | IMC |
|
B | ||
Triglicéridos |
|
||||
Colesterol |
|
||||
HbA1c |
|
||||
Parra et al.19 | IMC |
|
A | ||
PAS |
|
||||
PAD |
|
||||
Colesterol |
|
||||
IMC |
|
||||
Vargas M, Rosas M20 | PAS |
|
B | ||
PAD |
|
||||
Talamonti et al.21 | Colesterol |
|
|||
Leirós et al.22 | N/R | N/R | I | ||
Ortiz R, Gómez J23 | N/R | N/R | I |
GI= grupo intervención, GC= grupo control, GM= grupo móvil, GE= grupo entrenamiento, PA= actividad física, HE= educación para la salud, X = media, IMC= índice de masa corporal, PAD= presiona arterial diastólica, PAS= presión arterial sistólica, N/R= no reporto, HbA1c= Hemoglobina glucosilada, CTFPHC= Canadian Task Force on Preventive Health Care. Fuente: Elaboración propia
Discusión
La presente revisión sistemática se centró específicamente en los efectos que aporta el ejercicio físico en personas adultas con riesgo cardiovascular y las características de estas para inferir cual sería una mejor opción de realizar para controlar y mantener en condiciones normales los factores de riesgo cardiovascular.
En relación con el efecto de las intervenciones basadas en caminatas, se reporta efecto significativo en glucosa, Colesterol y PAS8,11,18,21. No se observó efecto en el IMC en los estudios que incluyeron este parámetro, esto puede deberse a que caminar por lo menos 30 minutos al día, tiene efectos biológicos en el sistema cardiorrespiratorio, por tanto, se mejora la capacidad de oxígeno en los pulmones, de estos al corazón y después a todos los órganos del sistema humano. Por otra parte, la evidencia es contundente en cuanto al efecto significativo en las modificaciones de reducción de peso o índices de cintura cadera o masa corporal es necesario combinar la actividad física con plan nutricional24.
El ejercicio funcional fue otra intervención constante en los artículos consultados, autores reportaron efectos significativos de HbA1c, IMC, PAS, PAD y colesterol19; mejora en cifras de PAD9; disminución del IMC14 y mejora en parámetros de PAS20. Si bien el ejercicio funcional tiene efecto en un número mayor de factores de riesgo cardiovascular, esto puede deberse a los efectos fisiológicos que este tipo de entrenamiento provoca, no obstante, este entrenamiento se caracteriza por trabajar grupos musculares específicos considerando edad, sexo, patologías, objetivos individuales, entre otros factores personales, que en los estudios revisados no se mencionan. Si bien un plan de entrenamiento debiera ser individualizado, la duda científica entonces ronda en cómo se puede generar cambios positivos en la salud al trabajar con grupos de personas.
Por otra parte, se encontró que el ejercicio físico realizado de forma constante, con intensidad moderada o vigorosa reduce los factores de riesgo cardiovascular en personas adultas, aun cuando estas personas ya tienen presente el riesgo.
Se encontraron diferencias entre los protocolos de intervención (frecuencia semanal, tiempo por sesión y duración de la intervención) y efectos sobre el riesgo cardiovascular, por lo que se considera necesario unificar dichas características en las intervenciones.
Dentro de las limitaciones encontradas en la revisión podemos percatarnos que la literatura muestra estudios de aplicación de intervenciones de actividad física, sin embargo, estas no son concluyentes en cuanto al número de semanas y efectos sobre los riesgos cardiovasculares.
Por tal motivo, es pertinente generar futuras líneas de investigación donde se realicen intervenciones físicas como caminar, ejercicio funcional y mediciones objetivas con acelerómetro, principalmente en aquellos que su mismo empleo les propicia hábitos sedentarios durante la jornada laboral.
Las intervenciones no muestran efecto residual o seguimiento post intervención, ya que los beneficios generados por la práctica de actividad física no son permanentes, que al abandonar la práctica desaparecen y el riesgo se vuelve latente, adicional a esto es de interés identificar la aceptación y adaptación a un estilo de vida activo.
Los beneficios de la actividad física no es algo de nueva exploración, no obstante, es relevante identificar el tipo de actividad física con mayor aceptación y efectos significativos en el estado de salud. Por tanto, es un trabajo indispensable de los promotores de salud y educadores físicos continuar con las labores de incluir programas de actividad físico eficaces para realizar un cambio importante en la sociedad, en cuanto a salud se refiere y lo más importante motivar y estimular la practica activa en la población en general.
La inclusión de tecnología ahora resulta necesaria y relevante para la integración de nuevas generaciones, por tanto, se recomienda también la aplicación de la tecnología móvil en las intervenciones de ejercicio físico, por ejemplo, utilizar WhatsApp para una comunicación efectiva de los grupos. Esto derivado al fácil acceso de dicha aplicación por parte de la sociedad en general.
Conclusiones
Los principales beneficios del ejercicio físico en adultos con riesgo cardiovascular son la mejora de la presión arterial, glucosa, peso, índice de masa corporal, triglicéridos, y colesterol. Así mismo, las actividades más utilizadas durante como intervenciones físicas fueron caminar en promedio 150 minutos semanales y correr 75 minutos a la semana. La acelerometría (ActiGraph GT3X) incide para aumentar la actividad física en las personas adultas. También, la tecnología tiene una asociación importante en el aumento del ejercicio físico, debido al fácil acceso que tiene la población a las diferentes aplicaciones móviles.