Servicios Personalizados
Revista
Articulo
Indicadores
- Citado por SciELO
- Accesos
Links relacionados
- Similares en SciELO
Compartir
Intervención (México DF)
versión impresa ISSN 2007-249X
Intervención (Méx. DF) vol.2 no.4 México jul./dic. 2011
Escaparate
La recuperación de una visión espacio-temporal de la humanidad: la restauración de la Carta sincronológica de historia universal
Seminario-Taller de Restauración de Documentos y Obra Gráfica en Papel (STRDOGP, ENCRyM-INAH)
ENCRyM-lNAH, México. rcarolusa@gmail.com
La Carta sincronológica de historia universal constituye uno de los ejemplos más ambiciosos de la mirada decimonónica mexicana sobre la historia de la humanidad. Publicado en 1882 en la ciudad de Guadalajara, y formado por Francisco J. Zavala según el sistema de la original en inglés, a cargo de Sebastián Adams en 1871, este documento de gran formato (6.87 X 0.70 m) está compuesto por 13 láminas unidas que originalmente estaban plegadas a manera de biombo, lo que permitía consultar página por página, como un libro, o bien desplegarlas para apreciar la historia en toda su extensión. Se trata de una cromolitografía a cuatro tintas sobre papel industrial de pulpa química. Su relevancia, sin embargo, no radica en sus dimensiones, materiales constitutivos o tecnología de impresión: la Carta es, primordialmente, una obra que articula con gran complejidad y capacidad sintética una doble visión espacio-temporal de la experiencia humana en la escala mundial.
Con base en parámetros enciclopedistas y comparativos, la edición mexicana de la carta representa un árbol de ilustraciones que documentan el desarrollo de los pueblos y los acontecimientos que, desde la perspectiva del positivismo y la tradición judeocristiana que privaba en ciertos sectores intelectuales del siglo xix, conformaban los referentes de la historia humana. La composición gráfica comienza con el Viejo Testamento de la Biblia: una primera ilustración a color de Adán y Eva en el jardín del edén, episodio que el autor sitúa, con asombrosa precisión, en el año 4000 antes de Cristo (Figura 1).
La cronología bíblica funge como columna vertebral de la historia que se prolonga hasta la fecha de publicación de la Carta. De ella se desprenden otras ramas que irán construyendo una historia comparativa de la humanidad en diversos espacios geográficos. Así, desde la cuarta lámina, comienzan las trayectorias de las culturas antiguas: Fenicia, Egipto, Babilonia y Grecia, que surgen de la torre de Babel y más tarde derivarán en la creación de las naciones europeas. Las líneas del tiempo se cortan para insertar ilustraciones de sucesos históricos paradigmáticos (Figura 2), como la crucifixión de Cristo y la construcción del Foro Romano. Fuera de Europa, sólo se consideran ciertas culturas orientales, como la India y China, lo que refleja una visión sumamente eurocentrista de la historia de la humanidad.
En la penúltima lámina se presenta la historia de las colonias inglesas de Norteamérica, así como la del Anáhuac, que más tarde será la Nueva España. Posteriormente, presenta una secuencia de imágenes relativas a hechos significativos del devenir de la nación mexicana. La línea del tiempo finaliza en 1882 con ilustraciones que muestran la situación de varios países europeos, americanos y asiáticos, e incluye retratos de sus principales gobernantes. Para el caso de México, la historia se cierra con la imagen de Porfirio Díaz (Figura 3), refrendando, en el lenguaje preciso de visualidad, un hilo conductor integrador, explicativo y justificativo que une al Génesis con el Porfiriato.
Este singular impreso fue intervenido en el Seminario-Taller de Restauración de Documentos y Obra Gráfica en Papel (STRDOGP) ENCRyM-INAH, entre marzo del 2010 y marzo del 2011.1 Los tratamientos de restauración tuvieron como objetivo respetar y restablecer los valores documentales, históricos y tecnológicos de la Carta.
Al momento de recibir la obra, presentaba distintos deterioros. A consideración del seminario-taller, el principal de ellos era la pérdida del formato original de biombo, transformado en un rollo que dificultaba su lectura y hacía muy difícil la búsqueda de información específica. Esto desvirtuaba la idea original de Adams de presentar la información de una manera práctica, mediante un diseño novedoso. Por otro lado, había faltantes que, por su dimensión, representaban tanto importantes pérdidas de información como, desde luego, interrupción visual, y el documento presentaba un entelado posterior con desprendimientos en varias zonas, así como roturas. Eran evidentes, asimismo, alteraciones en su aspecto: frentes de secado, cintas adhesivas, manchas negras (hongos), abrasión de las tintas de impresión. Un barniz de goma laca muy amarillo y rígido cubría su superficie.
Las decisiones que el seminario tomó para intervenir al documento fueron de distinta índole. El entelado se desprendió y se eliminaron las cintas adhesivas. Las operaciones subsecuentes requerían separar cada una de las láminas. Fue muy difícil disolver el adhesivo que unía cada hoja; algunos solventes afectaban a las tintas de impresión, y la acción mecánica intensa amenazaba con erosionar el soporte y las tintas. Por lo tanto, se decidió cortar cada uno de los pliegos que formaban el documento. Aunque ello implicaba la mutilación de no más de un par de milímetros del soporte original que no tenían imagen, este proceso no disminuyó ninguno de los valores de la obra y ayudó a recuperar su sentido original.
Mediante una serie de lavados en alcohol y agua se eliminaron la goma laca, los restos de adhesivo, los frentes de secado y los productos de oxidación que provocaban una tonalidad amarilla. Posteriormente se efectuó un laminado, así como injertos y refuerzos, con papel japonés y un adhesivo a base de metilcelulosa y almidón de trigo. La reintegración de pequeñas lagunas se hizo con acuarelas, mientras que el faltante de mayor tamaño se reintegró mediante una impresión láser sobre papel japonés, a partir de una imagen digital de la Carta sincronológica reeditada en el 2009. La originalidad de la Carta de Adams sigue vigente, y se han publicado diversas reediciones; sin embargo, la imagen se modificó para adecuar el color y las proporciones. A primera vista es difícil diferenciarlo del original, pero una inspección minuciosa permite distinguirlo. Esta decisión es coherente con el tipo de documento intervenido, ya que se trata de un impreso que posibilita una reintegración con los mismos medios, lo cual agiliza el proceso y restablece la continuidad de la información plasmada, sin que esto represente una falsificación (Figura 4). Como resultado de los procesos de restauración de la obra, se recuperó su formato original de biombo y se diseñó una caja-encuadernación para resguardarla.
Hoy en día se han restablecido los valores adscritos a la Carta sincronológica de historia universal. Estamos convencidos de que con ello se demuestra que la práctica de la restauración de documentos gráficos no se restringe a una intervención exclusivamente técnica sino que pretende, mediante una reflexión crítica, tomar las decisiones más adecuadas para restablecer en los documentos su esencia fundamental: el transmitir información desde varias perspectivas para enriquecer nuestra visión del pasado.
1 El proyecto de restauración fue ejecutado por Patricia de la Garza Cabrera y Victoria Casado Aguilar, con la colaboración de Roxana Govea Martínez.
Información sobre el autor
Seminario-Taller de Restauración de Documentos y Obra Gráfica en Papel (STRDOGP)ENCRyM-lNAH. El Taller de Restauración de Papel ha sido parte de la Licenciatura en Restauración de la ENCRyM-INAH por más de 30 años, durante los cuales diversos profesores han impreso su visión profesional y sello docente. A partir de 1999, el Seminario-Taller de Restauración de Documentos y Obra Gráfica en Papel (STRDOGP) ha adquirido la especialización expresada en su propia denominación. Actualmente, el cuerpo docente del STRDOGP está coordinado por la Mtra. Carolusa González Tirado y conformado por las profesoras adjuntas Rest. Victoria Casado, Rest. Roxana Gorea y los asesores de biología, química e historia, Mtra. Gabriela Cruz Chagoyán, Mtro. Nicolás Gutiérrez y Mtra. Raquel Beato King, respectivamente. Este equipo interdisciplinario realiza reuniones periódicas para discutir la selección de obra a restaurar, líneas de investigación, y criterios de intervención, además de participar activamente en la asesoría y la supervisión del trabajo de los alumnos.