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Diálogos sobre educación. Temas actuales en investigación educativa

versión On-line ISSN 2007-2171

Diálogos sobre educ. Temas actuales en investig. educ. vol.13 no.25 Zapopan jul./dic. 2022  Epub 27-Ene-2023

https://doi.org/10.32870/dse.v0i25.1136 

Eje temático

Transepistemologías de los conocimientos-saberes emergentes con los transmétodos de indagación

Transepistemologies of emergent knowledge-knowledges with transmethods of inquiry

Milagros Elena Rodríguez* 

*Posdoctorada en las nuevas tendencias y corrientes integradoras de pensamiento y sus concreciones; Doctora en Patrimonio Cultural y Doctora en Innovaciones Educativas. Docente Investigadora titular del Departamento de Matemáticas, Universidad de Oriente (UDO), Núcleo de Sucre: Cumana. Sucre, Venezuela. melenamate@hotmail.com


Resumen

Las transepistemologías heredan la connotación trans, que significa más allá, de la transmodernidad cuyo proyecto es la decolonialidad planetaria. Tienen esencia de salvaguarda de los epistemes soterrados en la colonialidad, encubiertos en el proyecto modernista-posmodernista-colonial, sus inclusiones sin preeminencias. Devienen de las investigaciones transmetódicas que son complejas y transdisciplinares. En este artículo analizamos transepistemologías de los conocimientos-saberes que emergen en las indagaciones transmetódicas. El transmétodo de la indagación es la hermenéutica comprensiva, ecosófica y diatópica. Se ubica la indagación en la línea titulada Transepistemologías de los conocimientos-saberes y transmetodologías transcomplejas. Pasamos por los momentos analíticos, empíricos y propositivos en donde el sujeto investigador está presente con su sentipensar como esencia del transmétodo. En el momento propositivo, en conclusiones no definitivas, los transmétodos profundamente inclusivos van a la salvaguarda del sentipensar de des-elitizar, re-ligar, des-ligar con las disciplinas conjuncionándolas; el abrazo de los saberes-conocimientos que incita lo diatópico y la legitimación de los saberes soterrados, y el encuentro de estos con los científicos. Saberes-conocimientos no se desunen en una pertenencia a los soterrados, sin preeminencias alguna. Empoderarse en otra forma de construir epistemologías, las transepistemológicas siendo más allá de los métodos modernistas-posmodernistas-coloniales es una urgencia y resistencia en la liberación ontoepistemológica del conocer-saber en la decolonialidad planetaria.

Palabras clave: transepistemologías; saberes-conocimientos; ecosofía; diatopia; transmétodos

Abstract

Transepistemologies inherit the trans- connotation - meaning ‘beyond’ - from transmodernity, whose project is worldwide decolonialization. Their essence is to safeguard the epistemes buried by colonialization, hidden beneath the modernist-postmodernist-colonial project, their inclusions without prominence. They stem from transmethodical research, which is complex and transdisciplinary. In this article we analyze transepistemologies of knowledge that emerge in transmethodical inquiries. The transmethod of inquiry is comprehensive, ecosophical and diatopical hermeneutics. It is located within the inquiry entitled “Transepistemologies of knowledge and transcomplex transmethodologies”. We went through analytical, empirical and propositional moments in which the researcher is present with his/her feelings and thoughts as the essence of the transmethod. At the propositive moment, in non-definitive conclusions, profoundly inclusive transmethods seek to safeguard the thinking/feeling of de-elitizing, re-linking, un-linking disciplines by combining them, embracing knowledge that incites the diatopical and the legitimation of buried knowledge and its encounter with scientists. Knowledge is not disjoined in belonging to the buried, without any prominence. Empowering oneself in another way of building epistemologies, the transepistemological ones, being beyond the modernist-postmodernist-colonial methods, is an urgency and resistance in the ontoepistemological liberation of knowledge in planetary decoloniality.

Keywords: transepistemologies; knowledge-knowledge; ecosophy; diatopy; transmethods

Rizoma analítico-empírico. Introito. Avatares, crisis y categorías complejas de la indagación

Recientemente, en septiembre 2021, cuando realizaba una conferencia para Multidiversidad Mundo Real Edgar Morín en la decolonialidad planetaria como apodíctica de la complejidad, realicé varias preguntas que se retoman en esta investigación: ¿puede la decolonialidad erigirse en el Sur sin considerar la preeminencia planetaria?, ¿de qué tipo de ciudadano planetario estaríamos hablando?, ¿desde la complejidad se pueden separar los conocimientos de los saberes?

Por ello, como objetivo complejo analizamos transepistemologías de los conocimientossaberes que emergen en las indagaciones transmetódicas y lo hacemos con el transmétodo de la hermenéutica comprensiva, ecosófica y diatópica (Rodríguez, 2020a). Se ubica la indagación en la línea titulada: Transepistemologías de los conocimientos-saberes y transmetodologías transcomplejas. Dicho transmétodo lo explicitamos más adelante, pedimos al lector astucia en la lectura en tanto lo transmetódico decanta la tradicionalidad investigativa y la manera de presentar las investigaciones.

Desde ahora adelantamos que aceptar o no la validez de la multiplicidad y coexistencia de epistemologías en la modernidad-posmodernidad-colonialidad significa que debemos horadar la validez de la epistemología propia del conocimiento científico, develar las consecuencias del paradigma simplista que se cree rey en la manera de dictaminar lo que es o no válido, y la manera en que se va a investigar. Nos montaremos en hombros de gigantes, esto es: vamos a fuentes de grandes decolonizadores planetarios, los resultados de la mencionada línea de investigación, la teoría de la complejidad y en los transmétodos, desde luego, complejos y transdisciplinares (Rodríguez, 2020a).

Explicitaremos algunas concepciones para ir compre-hendiéndonos en el discurso errante de los tradicionales, pues no podemos cometer los mismos errores de las investigaciones modernistas: la exclusión, entre tantos elementos de su crisis. Por ello, explicitamos que vamos más allá de los métodos, los develamos en su colonialidad e incurrimos con posturas decoloniales planetarias incluyendo al sujeto investigador (Rodríguez, 2019). Si ese sujeto investigador que es objetivado de sus propias investigaciones se comporta en ellas como: errante, apolítico, asubjetivo, objetivo forzoso, fuera de su sentipensar en el fingimiento de no ser sujeto humano en sus construcciones. Las investigaciones transmetódicas como Ésta tienen esencia de salvaguarda del sujeto investigador, con toda su experiencia y subjetividad. Por ello, la protección e inmersión del sujeto investigador con su sentipensar es esencial para ir a las transepistemologías.

Por ejemplo, el sujeto investigador decolonizado de la imposición de Dios como religión, que se utiliza como mecanismo de opresión, deconstruye esta realidad de imposición en 1942 con la invasión al Sur y va con su fe que enmienda su ser en el sentido cuerpo-mente-alma y espíritu. Así, en las transepistemologías, en los transmétodos, las subjetividades del autor investigador no son execradas y su experiencia y sentipensar está presente. Contrario a la supuesta objetividad que nos impusieron en las epistemologías e investigaciones del proyecto modernista-posmodernista-colonial de Occidente, continuado por el Norte. La explicabilidad puede comprenderse en que la ecosofía, siendo una categoría que más adelante aporta el transmétodo, en sus tres ecologías: social, ambiental y espiritual, permite las subjetividades que no son objetivadas en los aportes de la autora.

Las transepistemologías aluden ir más allá de la epistemología, de lo que se conoce del conocimiento, su criticidad y, sobre todo, de la manera de conocerle, del divorcio de los saberes y conocimientos que han existido en la tradicional forma de conocer. Desde luego, trans entra en la intencionalidad decolonial planetaria de la transmodernidad, la salvaguarda de lo encubierto en todo sentido en la colonialidad. Con las transepistemologías se consigue la posibilidad de “borrosidad de las investigaciones; es ir a otros estadios del pensamiento, entendiendo la resignificación de las ciencias como una necesidad de revisión” (Rodríguez, 2019a: 30); a partir de la necesidad de considerar una verdadera inclusión en todo sentido de saberes como conocimientos de las regiones colonizadas y en plena colonialidad, en tanto sujeto investigador sentipensante que se inmiscuya con sus subjetividades en la construcción de dichas formas de conocer-saber; en donde la complejidad y transdisciplinariedad rompa las fronteras y el pensamiento abismal (Santos, 2018) formadas desde Occidente como separación en topoi de categorías que por la natura de la vida no estaban separadas.

Declaramos que rompiendo ese pensamiento abismal auténtico de Boaventura de Sousa Santos que deconstruye los topoi como una necesidad de reencuentro de los conocimientos y los saberes (Santos, 2018) para ir a “la transgresión de la dualidad oponiendo los pares binarios: sujeto-objeto, subjetividad-objetividad, materia-conciencia, naturaleza-divinidad, simplicidadcomplejidad, reduccionismo-holismo, diversidad-unidad. Estas dualidades están transgredidas por la unidad abierta englobando el universo y el ser humano” (Nicolescu, 1996: 44). Y es la complejidad transdisciplinaria la encargada de transgredir dichas divisiones absurdas excluyentes de la vida, de los seres humanos, en el Sur desde que nos invaden y nos imponen esa doble culpabilidad (Dussel, 1992); doble, por declararnos inferiores, incivilizados, y resistirnos a la impostora civilización en las mentes de la escusa occidental. La aberrante masacre de millones de aborígenes y el encubrimiento del otro (Dussel, 1992) con las consecuencias de la colonialidad en todo sentido actualmente.

Entre las carencias de las epistemologías modernistas-posmodernistas-coloniales está la falta se sabiduría para habitar en el planeta, considerado en este caso como tierra-patria, ciudadanía planetaria conciencia planetaria, son elementos de la misma semántica compleja anhelante de la re-civilización de la humanidad, en las que las obras morinianas cobran sentido planetario de existencia declarando la emergencia de la metamorfosis. La tierra-patria significa la matriz fundamental para la conciencia y sentido de arraigo que ligue a la humanidad con la tierra apreciada como primera y última patria, “la patria es el término masculino/femenino que unifica en él lo material y paternal. […] la pertenencia a una patria da lugar a la comunidad fraternal de patriotas y de hijos de la patria frente a cualquier amenaza externa” (Morin, Ciurana, Motta, 2002: 79).

Desde luego, en medio de la injusticia con la tierra en todo sentido, aún no estamos considerando la díada tierra-patria, aún vivimos en la era tecnológica en plena barbarie, edad de hierro, desmitificación, sobrevivencia. Lo que trae como consecuencia la falta de eticidad que al execrar el sujeto investigador de las investigaciones, y marcar una relación epistemológica sujeto-objeto en el conocer, marca la crisis de la humanidad como preeminente causal de falta de humanidad, y de la misma concepción reduccionista de lo que es la propia humanidad, los saberes en general. Por ello, más adelante imbricamos un transmétodo en esta indagación como necesidad ecosófica de construir transepistemologías.

Por otro lado, en la crisis de la epistemología modernista “la ciencia no podía seguirse pensando como una actividad sacrosanta” (Zuluaga-Duque, 2017: 72), su paradigma modernista que se ha creído rey, bajo el cual ha sido construida la ciencia, ha sido deconstruido en su afán de ser definitivo y autosuficiente, y es así como la complejidad nos invita a integrar dos tesis antagónicas a considerar, el azaroso e inseparable desorden-orden y la emergencia como propiedades o condiciones o formas surgidas de la organización, recursión, cultura, diversidad, lo hologramático, auto-eco-organización (Morin, 1993).

Esta quiebra de la epistemología modernista-posmodernista-colonial ha traído la crisis social, mental, espiritual, la negación del sujeto como sujeto complejo, la destrucción del medio ambiente, la crisis del racionalismo de mercado y la educación soslayadora, promotora del proyecto moderno de una irracionalidad en todo sentido: violación a la condición humana, exclusión, atentado a la diversidad creación de la humanidad. Además de las metodologías soslayadoras herederas de la racionalidad clásica.

La separación de los conocimientos y los saberes legos, soterrados, olvidados, saberes indígenas, se perpetúan en las epistemologías y se encuentran entonces los no conocimientos en los que viniendo de donde provienen, son devaluados, enterrados en la ineptitud del conocer pues carecen de aparente método científico, rey de las ciencias. Desde luego, lo que denomina el conocimiento está desligado de la cultura, el sentipensar, las costumbres, y todo lo que ante los ojos del método modernista lo hace infalible. Pero todo conocimiento es falible. Las instituciones educativas, con ligeras diferencias, siguen ancladas al conocimiento que instituye la superioridad epistemológica con mecanismos ideológicos y simbólicos que se enmascaran de científicos y universales; con los que determina que los saberes producidos por las culturas del Sur carecen de validez, objetividad y universalidad (Solano, 2015).

El re-ligar transmetodológico en las tradicionales investigaciones modernistas “debe conllevarlos a los saberes complejos; a la superación de la distancia entre lo científico y lo soterrado” (Rodríguez, 2021a: 22); para ello, la transdisciplinariedad debe ser decolonial planetaria y no con rezagos posmodernistas; lo que dice que no se puede investigar en las universidades bajo los mismo métodos tradicionales; se propenden los transmétodos, que son “multimétodos que parten de los métodos existentes y por existir, de la integración de estos métodos y de la resultante, que estará más allá de los mismos” (Rodríguez, 2020a: 4). No son sólo multimétodos, en tantos estos se conciben en la posmodernidad-colonialidad; acá la decolonialidad planetaria es apodíctica de las transmetodologías y las transepistemológicas.

Veamos bajo qué transmétodo investigamos acá, que no es totalitario; por el contrario, tiene aperturas ecosóficas, como el arte de investigar sabio y complejo; además, sigue momentos que explicitaremos no son reducciones del objeto complejo de estudio. Además seguiremos entramando la crisis junto a concepciones de las categorías de la indagación.

Rizoma analítico-empírico, transmetódico. El transmétodo de investigación, la hermenéutica comprensiva, ecosófica y diatópica

Queremos explicitar el transmétodo de investigación más allá de los métodos, que llevamos en el discurso azaroso, no definitivo, más allá de las connotaciones de introducción, desarrollo, resultados y conclusiones, divisiones estatutarias modernistas-posmodernistas-coloniales; no podemos llegar a transepistemologías bajo las mismas divisiones excluyentes de las epistemologías tradicionales, por ello vamos a los entramados rizomáticos, en los que el rizoma es una categoría de la Biología que indica la dependencia del árbol de toda su estructura, indivisible, acoplada e inseparable, tal cual los rizomas de la investigación; “nada de punto de origen o de principio primero que gobierna todo el pensamiento; nada de avanzada significativa que por tanto se haga por bifurcación, encuentro imprevisible” (Zourabichvili, 2007: 94).

Debemos buscar alternativas, no sólo como otra vía sino como la decolonialidad planetaria de las investigaciones, profundamente inclusiva y respetuosa de cualquier forma de saber-conocer en la tierra-patria. Por ello, sin duda, estamos afirmando que consideramos la decolonialidad planetaria como urgencia de la complejidad transmetódica (Rodríguez, 2021b); esto es, los transmétodos están decolonizados, imbuidos en la teoría de la complejidad. Es de saber en las transepistemologías que “la decolonialidad planetaria para los estudios de la complejidad en su concebir como transmetódica es una condición necesaria, en vista de que los paradigmas antítesis de la complejidad están enmarcados en los proyectos coloniales” (Rodríguez, 2021b: 1).

¿Por qué no configurar transepistemologías bajo los métodos modernistas? Sacrilegio, imposibilidad, porque planetariedad, ecosofía, ética, conservación y salvaguarda de la tierra, humanidad como un todo con la naturaleza es imposible de concebirse bajo la misma tara que ha producido el problema. Partimos de la premisa de que

antes que la tierra muera vale la pena volver a civilizar a la humanidad, re-civilizar, por ello una exhortación a la humanidad entera pidiéndole contrición y enmienda es urgente, que cada quien pueda cumplir con su papel de responsabilidad ante el mundo ¿dónde quedó la ética del cuidado de la tierra, la de sí mismo, la de nuestros congéneres, la regulación de nuestro accionar?” (Rodríguez; Mirabal, 2019: 295).

Para ello declaramos inconclusas, incompetentes las epistemologías modernistas actuales, execradoras de la complejidad de la vida. Es urgente un des-ligar y re-ligar ecosóficamente como urgencia transepistémica en la re-civilización de la humanidad (Rodríguez, 2020b).

Dilucidamos que la decolonialidad planetaria, el pensamiento planetario decolonial, es universal en tanto no tiene sentido decolonizar una parte de la Tierra sin las otras regiones, dado que estaríamos excluyendo en dicho proyecto lo que contradice su esencia. La decolonialidad planetaria no tiene prolongaciones posestructuralistas o poscoloniales; además se sabe que la posmodernidad, por ejemplo, es el cono de la modernidad cuyo proyecto es la colonialidad. Sin duda, son notorios los aportes a la decolonialidad planetaria en el Sur que va a la decolonizar el pensar, soñar, expresarse, construir, educar, vivir. Y no desmitifica los aportes del mundo que viven aún bajo yugos coloniales, si excluye proyectos coloniales, globalizantes entre otras disminuciones de la valía del ser humano, en general de la tierra-patria. Para ello, “la conciencia decolonial busca descolonizar, desagregar y des-generar el poder, el ser, y el saber” (Maldonado-Torres, 2007: 56), naciendo dicha decolonialidad en el mismo momento que hay subyugación y exclusión en cualquier parte del mundo.

Explicitamos que la hermenéutica comprensiva, ecosófica y diatópica (Rodríguez, 2020a) es una conjunción de la hermenéutica ecosófica y diatópica (Panikkar, 2007) en la que la decolonialidad planetaria, complejidad y transdisciplinariedad se pasan por los tres momentos: analíticos, empíricos y propositivos (Santos, 2003) en los que el analítico y empírico se darán conjuntamente donde analizamos textos de reconocidas trayectorias de sus autores y comparamos con la experiencia de la autora con sus subjetividades y sentipensar.

Es de desmitificar que el transmétodo de la hermenéutica comprensiva, inédito de la autora de la presente investigación, coadyuva al objeto complejo de estudio con las categorías ecosofía y diatopia que dan sustento a toda la indagación. Se realizaron los momentos analíticos y empíricos desde el anterior rizoma hasta el presente, y en los dos rizomas que vienen se da el propositivo, que se realiza desprendiéndose de los autores consultados para realizar propuestas sobre el objeto complejo de estudio: transepistemologías de los conocimientos-saberes que emergen en las indagaciones transmetódicas.

Dicho transmétodo con las categorías ecosofía y diatopia provee de la sabiduría para habitar en el planeta en dicha construcción y mediante la disminución del pensamiento abismal y la ecología de los saberes (Santos, 2019) como esenciales en dichas transepistemologías, la ecología de saberes se puede concebir como quehaceres del “encuentro mutuo y del diálogo recíproco que sustenta la fertilización y la transformación recíprocas entre saberes, culturas y prácticas que luchan contra la opresión” (Santos, 2019: 346). Nótese que se está entonces declarando como justificación y urgencia para las transepistemologías una ecología de los saberes, porque se reconoce la crisis cognitiva global (Santos, 2014). Esta crisis es la crisis planetaria de la humanidad, permeando de diferentes maneras cada región.

En la obra titulada Ecosofía. Para una espiritualidad de la tierra (Panikkar, 1994), la ecosofía es una sabiduría-espiritualidad de la tierra. “Una sabiduría que no sólo relaciona ser humano y la tierra, sino entre materia y espíritu, entre el espacio, temporalidad y la conciencia que han estado separados por el pensamiento abismal occidental, especialmente en las epistemologías” (Panikkar, 1994). La ecosofía, más allá de una ecología, más que sabiduría sobre la tierra, es más bien sabiduría de la tierra misma que se exhibe al ser humano sabiendo que somos naturaleza, y que la tierra-patria es una sola en vida o muerte.

Mientras que la diatopía, profundamente imbricada más allá de las epistemologías modernistas-posmodernistas-coloniales, ahora con las transepistemologías vamos a un ejercicio de correspondencia entre culturas que reside en transfigurar los tópoi, las separaciones impuestas de una cultura determinada en argumentos inteligibles y creíbles en otra cultura, tales como: subjetivo-objetivo, macro-micro, Sur-Occidente, masculino-femenino, saberes-conocimientos, científico-no científico, entre muchos otros (Santos, 2006).

La hermenéutica diatópica intenta poner en contacto horizontes humanos radicalmente diferentes, tradiciones o lugares culturales denominados topoi, que se piensan indecibles, diferentes, para conseguir una verdadera conversación dialógica que tenga en cuenta las distintas culturas; se trata del arte de conquistar un conocimiento a través de esos lugares diferentes denominados dia-topos (Panikkar, 2007).

En los transmétodos de indagación, los saberes emergentes están imbricados en los conocimientos sin preeminencia, los saberes legos de la cultura popular, aborígenes todos ellos, son considerados incontaminados del saber que en el conocer dichos transmétodos reconocen los conocimientos y los deconstruyen, legitimando dichos saberes, así, conocimientos-saberes son inseparables. Es una inclusión donde la complejidad y transdisciplinariedad rompe con las fronteras que separan las disciplinas y en las que los saberes allí intervienen consiguiendo ricas maneras de conocer-saber para, sin preeminencias, cobrar sentido por las transepistemologías.

Por ejemplo, con la matemática vamos a una transgestión, más allá de cómo se gestionan los conocimientos, y vamos a la transgestión de los saberes matemáticos que atienden a una subversión transparadigmática, en un proceso inclusivo donde “los saberes matemáticos circunscriben los conocimientos científicos de la matemática; pero también los saberes matemáticos soterrados; los de los grupos étnicos, la Etnomatemática, de la cotidianidad; esto es el patrimonio cultural matemático” (Rodríguez, 2020c: 72). Todos estos saberes-conocimientos de la matemática son ricos ecosófica y diatópicamente. Los conocimientos-saberes patrimoniales de la matemática entrañan en sí mismos la complejidad, y pueden ser transgestionados y salvaguardados, su transgestión consciente a un docente que atiende a una formación compleja y transdisciplinar de la matemática, formado no sólo para el saber eficaz sino en la inteligencia integral: analítica, sistémica, sensible, corporal y profundamente humana (Rodríguez, 2020c). Explicitaremos en el momento propositivo cómo ellos se dan incluyendo la matemática de las civilizaciones soslayadas.

Rizoma propositivo. Conocimientos-saberes emergentes en las transepistemologías

Hemos explicitado que en los transmétodos de indagación los saberes emergentes están imbricados en los conocimientos sin preeminencia, por ello las transepistemologías, siendo decoloniales planetarias, van a una complejidad por excelencia en las comunidades aculturadas, transculturizadas, que las que su excelencia en el modo de conocer es reconocida sin disminución de su validez. Por ejemplo, la civilización Maya, inventora del número cero (0) mucho antes que la India con el hindú astrónomo y matemático Brahmaguta, nacido en el año 598, quien mostró que cualquier número al que se le resta el mismo da como resultado cero. Pero es la historia contada por Occidente, regularizada por ellos como si la matemática se erigía sólo desde su concepción. Es que años antes de nuestro Señor Jesucristo ya los mayas tenía todo un sistema de base 20, mediante posiciones en las que representaban el número cero (0). Es en el Sur donde se inventa el número cero (0), la civilización Maya.

La historia del número cero (0) maya “negada en el epistemicidio del Sur” (Rodríguez, 2021c: 28). La civilización maya, fue la primera cultura en el mundo en conocer el número cero (0) y su abstracción, alrededor de 400 años antes de nuestra era, anticipándose en 600 años a las culturas de la India en este descubrimiento (Málaga, 2006). Entre tanto bagaje de creación matemática, se le conoce por sus magníficos logros astronómicos, culturales, agrícolas arquitectónicos, médicos, entre otros, y es uno de los pueblos precolombinos más atractivos del Sur, a los ojos de la sociedad globalizada de hoy (Rodríguez, 2021c). Los mayas fueron capaces de desarrollar un poderoso sistema de cálculo con el que imaginaron un calendario más exacto que el calendario civil que hoy utilizamos, y que efectuaron cálculos para pronosticar con asombrosa regularidad (Málaga, 2006).

Para Occidente es imposible concebir en el Sur incivilizado insurrecto que la civilización Maya pudiera inventar el número cero (0); más aún cuando ellos también fueron masacrados luego de 1492 con la invasión. La manera reconocida por Occidente de la construcciones e invenciones llevaba un nombre decisivo de ellos, el número cero (0) no fue inventado por una sóla persona, fue un invento de la cultura Maya, de toda una civilización fascinante. A Egipto, soslayado por mucho tiempo, también le han robado muchas de sus invenciones. Y es recientemente cuando comienza a reconocerse en Occidente la grandeza de su matemática.

Asimismo, las epistemologías modernistas-posmodernistas coloniales no tienen para Occidente su origen en el Sur. Desde su perspectiva y colonialidad nunca seríamos reconocidos; pero es en el Sur de donde debe partir la preeminencia por nuestras creaciones, el develar y salvaguardar nuestras epistemologías del Sur, que sin cobrar preeminencia o superioridad por las del Norte u Occidente se den a conocer y se lleven con pertenencia por lo que somos y hacemos, ¿están los habitantes del Sur empoderados de tal excelencia?

Es de empoderarse en otra forma de construir epistemologías más allá de los métodos modernistas, hay que deconstruirlos para develar la emergencia de otros saberes-conocimientos. Es lo que hacen los transmétodos que refiero, comenzando por la hermenéutica comprensiva, ecosófica y diatópica, la deconstrucción como transmétodo rizomático, la investigación acción participativa compleja, la etnografía crítica y el análisis crítico del discurso, entre otros. Se trata de investigar en la decolonialidad planetaria, donde la excelencia compleja y transdisciplinar hace su mejor realización. Nótese que dichos transmétodos devienen de develar la colonialidad bajo la cual fueron creados y empoderarlos de una excelencia ecosófica profundamente inclusiva.

Nótese, también, que no basta decir que seremos complejos y transdisciplinares en el investigar si no estamos empoderados de una decolonialidad planetaria como apodíctica de tales excelencias, donde la cultura cobra sentido en el sentir-pensar del sujeto investigador que va imbricado en primera persona en la construcción de las transepistemologías. Por ejemplo, el etnógrafo crítico se convierte en autoetnógrafo, está comprometido con el cambio en el estudio de las comunidades, relaciones que convergen en la mirada crítica del objeto de estudio y los actores del proceso de la investigación, un compromiso a largo plazo, es deductivo, dialógico e integral. En educación, el etnógrafo crítico incita al cambio de currículos, de formación, de metodologías de enseñanzas; estimula hacia la mirada integral, transdisciplinar, donde ya las disciplinas no son hegemonías sino que convergen en aportar en la indagación.

En los transmétodos se provoca el abrazo de los saberes que incita lo diatópico en los topoi, provoca la legitimación de los saberes soterrados y el encuentro de estos con los científicos. La ecosofía es principal acá, el arte de habitar en el planeta; el investigador debe desenmascarar las estructuras sociales dominantes y sus mecanismos de dominación y represión. Desde luego, los transmétodos no execran lo que se ha venido construyendo con los métodos, advierte que no es suficiente el método, que las aperturas complejas y transdisciplinares son necesarias para conocer mejor lo que se investiga; incita a mirar más profundamente y salir de las ataduras de los paradigmas que atan al investigador y crean la ceguera paradigmática. Bajo ninguna forma esto es posible desde los proyectos modernistas, en las construcciones tradicionales de las epistemologías.

Un poco más sobre este transmétodo particular, ¿por qué tales excelencias de las transepistemologías no se logran con la etnografía tradicional? Entre las críticas a la etnografía tradicional, pese a algunas de sus aperturas a los cambios sociales, es que sigue siendo un método no complejizado, tradicionalista. “Pese al éxito y logros de la etnografía como método, se hace necesario establecer una etnografía que influya en las realidades locales y en las realidades macro, a nivel planetario; tomando en consideración que ambas realidades se influyen e interaccionan mutuamente” (Suarez, 2012: 22).

Aun cuando en el Sur se han buscado epistemologías inclusivas en los saberes culturales, legos, aborígenes, la relación de los saberes entre sujetos es intersubjetiva; se rompe el cerco incluso en las construcciones de la objetividad determinada del científico. Explorar los saberes en los grupos étnicos es una tentativa casi intacta para emprender en las indagaciones de riqueza inconmensurable por crear; para ello, una descolonización de ellos y sus consideraciones es urgente; desde luego, en la ciudadanía y su identidad, implica ampliar la comprensión de dichos saberes, para ello la ecosofía diatopía es imperativa. En la ciencia colonizada e impuesta este reconocimiento es imposible. Los saberes patrimoniales envuelven en sí mismos la complejidad, y sólo bajo la complejidad pueden ser transgestionados y salvaguardados. Pero la manera de investigar debe trascender los métodos tradicionales.

En las transepistemologías se da apertura y significación al concepto de inclusión, que es complejo. Esto es en toda su significancia y no aquel subordinado a la ciencia colonial, donde irrumpen sólo conocimientos convenientes a la elite modernista; la inclusión lleva a no separar conocimientos-saberes algunos, ni a tener preeminencias, provengan de donde sea; siempre incluye las diversas posturas, personas, pues la modernidad ha usado la inclusión y lo ha parcelado. Estas transepistemologías anidan una educación inclusiva ecosófica que atiende a un compromiso social: la necesidad de liberación de los no incluidos, de los olvidados, los saberes soterrados, y las coloniales políticas. Es un compromiso de alto nivel cogitativo de amor por la tierra-patria.

Los transmétodos ayudan a la salvaguarda del sentipensar, des-elitizar, re-ligar, des-ligar con las disciplinas, conjuncionándolas, indisciplinando las disciplinas; rompiendo sus fronteras fuera del pensamiento abismal que las separa, la responsabilidad social del docente como ciudadano planetario, y la esencia misma de ser humano transversalizándola a los saberes-conocimientos que son evidentemente patrimonios de la tierra-patria. Las transepistemologías profundamente ecosóficas diatópicas juegan un papel esencial en lo científico, emocional, práctico y espiritual sin desunirlos, regresando a los antiguos pensadores que concebían la razón, no sólo alojada en la mente sino también en el espíritu.

Así, las concepciones de la ecosofía, diatopía son el puente unitivo de los saberes-conocimientos que cobran sentido sin mezquindad y con amor profundo por la tierra-patria en la que somos todos con la naturaleza, siendo reconocidos como naturaleza cobramos preeminencia por un planeta humanizado a favor de la vida y todas sus manifestaciones. Sin duda, estas transepistemologías son un modo de resistencia contra la crueldad, el ser contra su propia natura. Es una manera de vivir la utopía en la praxis, un hacer decolonial planetario que va más allá de las letras muertas en publicaciones; sino que pertenece al modo de vivir del investigador docente, imbricado con el desprotegido, al que con profunda fe en su ser le cree y va con él, como en el legado freiriano, a empoderarlo con su cultura y manera de conocer-saber.

Debemos resaltar el rescate del sujeto investigador en las transepistemologías, pero también de esos mal denominados tratados como objeto en la educación, esta vez discentes que disciernen sobre su proceso de transformación de pertenencia. El sujeto investigador con los transmétodos es centro en tanto su aporte, siendo deleite de lo investigado aporta con su subjetividad-objetividad que nunca se separa y va de lo micro a lo macro, de lo global a lo local sin separar, sino en una diatopia ejemplar unitiva, sabia y emocionante en tanto por mucho tiempo el autor estuvo en la esquina de la ineptitud, considerado sólo biológico, herejía al pensarse espiritual con cuerpo-mente-espíritu.

Las transepistemologías de los conocimientos-saberes emergentes con los transmétodos de indagación cobran sentido especialmente con la investigación acción participativa compleja que puede accionarse combinada con otros transmétodos, dependiendo de las necesidades transdisciplinares; formando indagaciones transmetódicas con varios transmétodos, van a complejizar aún más las investigaciones que alcanzan imaginarios en los seres humanos, previendo un modo de estar en el mundo, de percibirlo, con un cambio en las acciones y una conciencia que favorezca la unidad en la vida en la tierra-patria; para ello, el amor y la sensibilidad deben ser el foco del hacer, en pro del resguardo de la unidad, valorizando las culturas, profundizando el conocimiento-saber ecosófico.

Rizoma propositivo conclusivo. A modo de aperturas transmetódicas

Como objetivo complejo hemos analizamos transepistemologías de los conocimientos-saberes que emergen en las indagaciones transmetódicas. Desde luego, en la mencionada línea de investigación sabemos que dichas transepistemologías tienen como esencia que jamás están acabadas, y que pertenecen al azaroso ejercicio de investigar en búsqueda de un complejidad inclusiva, ecosofía y realmente inclusiva.

El transmétodo de la hermenéutica comprensiva, ecosófica y diatópica, inédita de la autora de la presente indagación, aporta acá categorías como ecosofía y diatopia al objeto complejo. Dichas esencias son posibles en la decolonialidad planetaria, proyecto de la transmodernidad; más allá, decolonizando el proyecto modernista-posmodernista-colonialidad. No se trata de multimétodos posmodernistas, siendo este el cono de la modernidad.

Declaro que las transepistemologías no dan un barrido a las epistemologías, se viene afirmando que las decolonizan, que las hacen incluyentes. No dan un barrido a las ciencias occidentales, las abrazan con las del Sur, declaran la imposibilidad de un Occidente sin un Sur; así como tampoco se debió desmitificar a Oriente. Nos declaramos planetarios, en los que la Tierra es la casa de todos; somos naturaleza y sin este cobijo no existimos.

Cuando se decolonizan las ciencias ya no existen conocimientos-saberes que sean propiedades de regiones; sino provinientes de ellas. Desde luego, la salvaguarda del Sur no implica execrar los conocimientos-saberes de Occidente; pero sí su carga semántica y práctica de exclusión a la que por intereses particulares se ha impuesto al ser humano en la educación, en las competencias inhumanas complacientes a las políticas de turno, sin importar la solidaridad, el ser humano.

La transepistemologías rescatan y salvaguardan al sujeto investigador, con su sentipensar, fe en Dios y complejidad: cuerpo-mente-alma y espíritu. En su diatopia no son subjetivas sin ser objetivas, no son cualitativas sin ser cuantitativas y sociocríticas. Además, disminuyendo el pensamiento abismal declaran que los topoi ahora están regresando en el discurso a su natura; por ejemplo, existe concreción porque existe abstracción y viceversa; en todo ello, la inclusión es una bandera que lo único que excluye son los proyectos excluyentes.

La palabra soterrada no debe ser extraña acá, es reconocida en los saberes legos, los deslegitimados por la ciencia clásica. Así, con las transepistemologías no existe el saber otro: existen conocimientos-saberes donde ambos se reconocen y legitiman. Las transepistemologías más allá de la posmodernidad abogan por un mundo humano; un ciudadano planetario solidario, lleno de amor; que le duele la crisis planetaria y el dolor del otro no es otro; es suyo.

Declaramos la imposibilidad de lo inacabado, no sólo porque sabemos que el complexus saber-conocer es un entramado de conexiones que van emergiendo en los archipiélagos de certeza en el mar de incertidumbre; sino también porque sabemos que en las comunidades soterradas, en el Sur, por ejemplo, apenas comenzamos esa tarea de que salvaguardemos el inmenso bagaje de saberes-conocimiento. Los medios tecnológicos pueden ser usados para promocionar lo nuestro, de la salvación de la tierra-patria, para promocionar una educación decolonial suave pero continua, patriota, compleja, lo que por años ha sido devaluado, desvirtuado, ocultado. Podemos ser ejemplo ante el Norte y Occidente de la educación y ciencias a favor de la salvaguarda del Planeta-tierra.

Debemos estar alertas de que estas transepistemologías no son posibles bajo el velo colonial de las mentes, poder, hacer, soñar y vivir. Los mismos transmétodos deben ser revisados constantemente, alertas a su mala utilización, a esa tara posmodernista que ha atrapado muchas veces a la transdisciplinariedad, por ejemplo, disfrazada de multidisciplinas. Volvemos como siempre con la apodíctica decolonialidad planetaria en lo complejo y transdisciplinar, a la decolonialidad planetaria como apodíctica de la transcomplejidad, siendo ésta la conjunción de complejidad y transdisciplinariedad. Sabemos que es una lucha en la que grandes investigadores aportan a la injusta exclusión de civilizaciones enteras. Sí podemos.

Agradecimiento

En el sentipensar del sujeto investigador, en su relación amorosa con su creador, su profunda ecosofía, único Dios doy las gracias y dedico todo lo que hago a Jesucristo mi único y suficiente salvador, el liberador decolonial planetario más importante de la humanidad; recordando “Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente” (Génesis 2:7). Somos seres humanos empoderados del poder de hacer de Dios, grandes en su comparativa a su imagen y semejanza. Dios con nosotros para siempre.

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Recibido: 07 de Julio de 2021; Aprobado: 30 de Mayo de 2022

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